- Amor, podrías ayudarme con ésto-. La pelinegra llamaba a su prometido hasta su habitación donde se encontraba sosteniendo las tiras del corset del vestido de seda color rojo vino qué llevaba puesto. Rápidamente su apuesto hombre de traje aparece detrás de la puerta; siendo observado a través del espejo en dónde se estaba mirando Jennie. Taehyung entendiendo la indirecta se acerca al cuerpo de su prometida para tomar las tiras del vestido rojo vino, tirando de estas para ajustar el corset-. Gracias, amor.

Taehyung mira a través del espejo a su mujer, sintiéndose encantado por ver cómo estaba vestida, los hombres deberían tener celos de la hermosa prometida que tenía. Una vez que la pelinegra había atado el corset, abrazo su cintura para traerla a su cuerpo apoyándola contra su torso, acarició con sus manos el abdomen de Jennie, sintiendo que todos sus instintos decirle que besara su cuello, siendo así la acción, besó, lamió y chupó el cuello de su prometida por unos segundos antes de alejarse del delgado cuerpo.

- Amor, ¿irás a la cita con Jimin? Es hoy a las 5pm-. Soltó su mujer mirándolo a través del espejo ¿Cita con Jimin? Eran palabras que no encontraban espacio en su mente, ni diccionario, era casi irreal tener una cita con su amor platónico, pero para su mala noticia no estábamos hablando de ese tipo de cita y aunque lo fuera Jimin tenía pareja y él una prometida como para estar pensando en esas cosas, él va a casarse.

- ¿Cita con Jimin?-. Taehyung aún estaba preocupado en saber si había escuchado bien a su mujer.

- Si, amor. Hoy me texteo la organizadora; así que le dije que no podría ir por la grabación de hoy ¿Estás bien con éso?-. Taehyung asintió rápidamente sin dejarle continuar con otra palabra al respecto, él también estaba ocupado por trabajo pero encontraría la manera de asistir sí o sí a ese encuentro.

Abandonando rápidamente la habitación a pasos rápidos para aproximarse a su auto y dirigirse a su trabajo, marcando el número interno de la secretaría de su trabajo para contactarse lo más pronto posible con su secretaria personal, una vez teniendo a la mujer en la línea le ordenó que cambiará sus horarios de hoy para las próximas semanas y le dejara el día libre de reuniones de inversores.

En su reloj de mano Rolex Daytona regalo de su abuelo, marcaba la una, tenía demasiado tiempo de sobra hasta el horario del encuentro con Jimin, así que usaría ese tiempo para pasear un rato por la ciudad de seúl, ¿Tal vez un café estaría bien? Taehyung hacía muchísimo tiempo que no se tomaba su día para él, y aunque se sintiera un esclavo de su trabajo; amaba lo que hacía, y jamás dejaría que ningún empresario o economista lo superase. Él era el mejor de lo mejor en lo que hacía por lo que no consideraba ninguna excusa, ni descanso en su trabajo. Tal vez hoy era el día.

- Señor, buenos días, bienvenido a Café Montmatre ¿Qué le gustaría ordenar?-. Una moza muy guapa, que no dejaba de acomodar su cabello por lo nerviosa que se encontraba en la presencia de Taehyung, él mantenía un semblante serio e imponente como para asustar a cualquiera. A pesar de que a la muchacha le parecía guapo, no se atrevía a más, solo una posibilidad de dejarle su número, si no la aceptaba quedará en ridículo y ahora esperaba la respuesta de su cliente.

- No me haz dado el menú-. Reiteró Taehyung, mirando a la muchacha con total indignación del pésimo servicio, le parecía gracioso como se moría de la vergüenza, acarició suavemente su anillo de compromiso sin apartar la mirada. Que divertido.

- L-lo siento-. La moza avergonzada le dejaba sobre la mesa la carta del menú que tenía en manos temblorosas, podía sentir la intensa mirada de su jefe tras el mostrador- Aquí tiene-. La había cagado.

El pelinegro ojeo rápidamente la carta del menú, aunque siempre pedía lo mismo en todos lados, le parecía totalmente necesario hacerle pasar este momento a la muchacha. No iba a retractarse o bueno, ya era demasiado tarde para hacerlo. Si no fuera Jennie, no dejaría a nadie más coquetearle a su persona.

Entonces el cuerpo de Taehyung se sintió incómodo y un flash llegó a su cabeza como una imágen, era rostro de Jimin, su amor platónico con ropajes de mozo delante de él esperando su orden, bueno tal vez hay excepciones.

- Tráeme un café macchiato con tres Eclair de chocolate-. Ordenó el pelinegro lo suficientemente serio, a pesar de que en su mente aún seguía la imagen de Jimin. La moza asintió rápidamente huyendo de allí con su pedido bastante apenada.

Su mente le estaba jugando una mala pasada a Taehyung, de allí no podía sacar el hecho de pensar en Jimin, ya que estaba lo suficiente emocionado al encontrarlo nuevamente después de tanto tiempo, como para no dejar de estar pendiente de su amor platónico de hace 11 años atrás, sin pensarlo mucho había ido a la cafetería que usualmente frecuentaban hace tiempo atrás.

En su defensa esa cafetería estaba bastante lejos de la ciudad, era bastante hogareña en sus tiempos, siempre que terminaban su chocolate caliente salían a pasear cerca del río con Jimin, pero esta vez estaba justo a un par de kilómetros del terreno donde se estaban desplegando las instalaciones de su casamiento. No es porque quisiera ir ahí, porque iba con jimin...

Terminó rápidamente su café y postre mirando atentamente el celular, esperando recibir un mensaje del rubio para qué se acercara a continuar con la decoración de su casamiento, no tenía idea de lo que le esperaba apenas llegara, su prometida jamás le aclaró porque tenía que ir.

Muy pronto al horario de las 5pm y aún ningún mensaje llegaba a su celular, lo estaba poniendo un poco nervioso ¿Tal vez se estaba haciendo la ilusión de que lo llamaría? Muy probablemente.

Tomó la llave de su auto de arriba de la mesa de la cafetería dejando el dinero de pago por lo que había consumido, para retirarse del lugar de manera silenciosa en dirección al estacionamiento.

No tardó mucho en ir rumbo hacia las instalaciones para encontrarse con el rubio qué lo esperaba con el mismo semblante serio de siempre, al parecer la charla de despedida en el encuentro anterior, no cambió de parecer a Jimin.

- Jimin-. Soltó con voz blanda el pelinegro, mirando como el más bajo solo asentía con la cabeza para guiarlo a los lugares qué anteriormente habían visitado mientras hablaba de la decoración sin dejarlo acotar ni una sola palabra, aunque la diferencia entre la visita anterior y está, es que ya habían llegado las flores-. Woow se ve hermoso- interrumpió por primera vez Taehyung.

- Si, gracias- Hizo un pausa-, ya que no está tu prometida, quiero aclarar que todos los encuentros que tengamos con o sin ella, te voy a seguir tratando como un cliente-. Suspiró Jimin bastante rendido viendo la mirada de perrito triste que le estaba dando el pelinegro ante sus palabras. No lo iba a convencer con eso.

- ¿Por qué? ¿Por qué hacés ésto conmigo? Eres una persona importante para mí y me duele que me trates de esa manera-. Taehyung se dió cuenta de sus palabras que salieron naturalmente de su boca ante la injusticia de sus sentimientos. Logró ver como el rubio se cuestionaba lo que le había dicho. Agachó la cabeza por un momento y negando repetidas veces por inercia-. Lo siento, yo no quería...

- No, está bien-. La mirada de Jimin se encontraba un poco perdida, y su mente también. Tomó coraje y habló con impotencia-. Taehyung, tú no tienes idea por lo que me has hecho pasar en esos últimos años, no creo que merezcas un buen trato por mi parte, sinceramente no quería volverme encontrar contigo. Me dejaste esperando por mucho tiempo, me olvidaste como si fuera un trapo viejo y preferiste tu éxito y riqueza. Yo te quería demasiado, pero yo no perdono ese tipo de cosas, porque aún si, si yo hubiera tenido éxito, jamás-. Hizo una pausa apuntando a Taehyung con el índice, punzando el pecho del más alto-, jamás, te hubiera dejado tirado, ni hubiera fingido que no existías.

Taehyung se quedó perplejo ante las palabras del rubio, tenía razón, la emoción del momento cuando era joven, de ser un hombre rico lo apoderó por completo, comenzando a sentirse imparable, dejando todo aquello atrás sin importarle nada. Gracias a sus estudios había conseguido todo lo que quería, pero se dio cuenta de que lo material le sobraba y había algo que no estaba. Aunque el destino no lo quería así; atravesó a Jennie por su camino para completar aquello que le faltaba, amor.

Era un hombre exitoso que había dejado atrás su pasado para vivir una vida de ricos y estar con el amor de su vida. Ahora se estaba chocando contra una pared al encontrar a Jimin después de tanto tiempo. Todo lo que anheló en un tiempo cuando era un adolescente ahora no lo tenía, y la realidad lo hizo chocar. Su pecho se contrajo sintiéndose completamente culpable y roto. Habló.

- Realmente, lo entiendo y lo siento. Era joven y estúpido, dejé llevarme por mis emociones egoístas, convirtiéndome en un ambicioso de poder-. Hizo una pausa, soltando un suspiro-. Déjame decirte que hoy siendo un hombre de 30 años, comprendí que solo fuí un adolescente caprichoso e inmaduro. Realmente la riqueza no me hace falta para ser feliz. Hoy en día convivo con ésto pero tampoco lo he soltado, es lo que tengo. Continúo haciendo un ambicioso de un buen trabajo porque es a lo que me dedico, pero he reflexionado con el tiempo sobre los sentimientos de las personas que estuvieron a mi alrededor, se que los he lastimado e incluso a mis padres, y si me lo permites me gustaría disculparme contigo. No pretendo que me disculpes si no quieres, pero creo que tienes toda la razón.

- Lo comprendo. También quiero confesar de que te he odiado por mucho tiempo, pero, tú, ahora no me están dejando-. Habló suave el rubio conectando la mirada con la de Taehyung quién tenía los ojos aguados por su culpa. Una parte de su interior gritaba de que se lo merecía, pero otra parte quería disculparse con Taehyung. El rencor nunca tuvo paso en la vida de jimin, ni para ninguna persona exceptuando el pelinegro, pero ahora realmente quería perdonarlo-. Tae, te perdono, también discúlpame si fuí demasiado duro con mis palabras, no me he controlado realmente. Sabés el afecto que he tenido por ti durante mucho tiempo y realmente me dueles, así que por favor también discúlpame. No es un deseo llevarme mal contigo.

- No te disculpes, cuando toda la culpa fue mía, puedo comprender completamente el hecho de que reaccionaras de esa manera. Encontrarte para mí fue un golpe duro cuando me di cuenta de que algo estaba mal con nosotros, si estás dispuesto a poder empezar de cero, pero esta vez con el pie derecho-. Sonrió Taehyung limpiándose la lágrima que resbalaba por su mejilla, Jimin lo ponía completamente sensible-. Yo estaría encantado.

- Me encantaría-. Le devolvió la sonrisa abriendo sus brazos para recibir el cuerpo de Taehyung, quién no dudó en captar la indirecta y abrazar el cuerpo del rubio con fuerza.

Un silencio abismal abundaba en las instalaciones de la boda, al parecer todos los trabajadores se habían alejado de la zona para dejarlos discutir. Tal vez había elevado demasiado la voz sintiéndose completamente culpable por los rumores que podrían llegar a dispersarse en caso contrario, perjudicando la imagen del pelinegro.

Esto había sido poco profesional por parte del rubio, pero tampoco se arrepentía, estaba feliz ya que había recuperado una amistad que anhelaba hace años. Su pecho ya no se oprimía al oir la voz de Taehyung como el primer día de su reencuentro. Aún no olvidaba las palabras que habían intercambiado el primer día en el estacionamiento. Lo habían dejado pensado durante éstos tres días, su novio con regularidad le preguntaba en qué estaba pensando, no estaba concentrándose con regularidad.

- ¿Continuamos?-. Se separó del cuerpo de Taehyung sintiéndose triste por no poder seguir olfateando su perfume, al parecer jamás cambió la fragancia que él le había elegido para su cumpleaños número 18.

- Iré detrás de tí-. Taehyung guiñó un ojo divertido sin dejar de sonreír, haciendo un gesto con el brazo invitándolo a caminar para continuar con su recorrido por el predio de su boda.

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