Narra Nathaniel

Me encontraba otra vez en la floristería comprando flores, semillas y abono para mi jardín. La dueña del lugar ya me conoce y siempre se comporta risueña conmigo.

—Este abono es efectivo Nath, es de cáscara de naranja, le dará brillo a tus flores, ya verás. —Sonrió tiernamente Cindy, la dueña de la floristería.

—Gracias por el tip Cindy —sonreí y tomé el abono. —Lo tendré en mente.

—No deberías malgastar tu dinero en flores ¿te das cuenta que tienes una obsesión? 
—Preguntó mi mejor amiga Chloe Bourgeois.

Puede que mi amiga tenga razón pero amo cultivar flores, es un estilo de vida para mi, es la manera en la que puedo liberar mi estrés y sentirme mejor conmigo mismo.

—Lo sé Chloe, pero cada vez que veo a estas flores crecer, me siento muy feliz. Es algo lo entenderías —dije mientras buscaba más semillas.

—Como tu digas Nath. —Rodó los ojos.
—Cambiando de tema ¿Que harás el viernes por la noche?

—Quedarme en casa supongo, dormir o ver una película ¿Por qué? —Respondí.

—¡Pareces un anciano de noventa años!, vamos a una fiesta, no te caería mal ir siquiera a una —Sonrió —Te haré un cambio de look y te verás genial.

—¿Qué tiene de malo mi look? —Reí.

—Nada, es sólo que pareces un granjero,  pero moderno —me dio un golpecito en el hombro.

Yo tenía puesto un Overol de color azul y una camisa blanca, no veo nada de malo en mi.

—Como digas, iré contigo.—No tuve opción ás que aceptar a ir con Chloe.

—Bien, nos vemos el viernes entonces -me dio un beso en la mejilla y salió dando pequeños saltos de la floristería.

—Loca.—Susurré y seguí buscando las semillas de margaritas que por cierto ahora que me doy cuenta están en un estante muy alto y mi metro sesenta en estos momentos no es de mucha ayuda.

"Vamos Nath, sólo salta un poco más alto" Pensé, soy muy bajito y no las puedo alcanzar.

—¿Necesitas ayuda?—Un chico alto de ojos verdes y cabello rubio me ofreció su ayuda. Era como un sueño hecho realidad, nunca en mi vida había visto tanta perfección en una persona. Sin duda era un ángel.

—B-bueno, sí, gracias. —Comencé a balbucear y él me dio las semillas.

—No hay de que, pequeño tomate. —Rió y sentí como mis mejillas ardían, quizá por vergüenza o timidez al ver semejante chico lindo.

"Me llamó pequeño tomate"

—Claro... —di la vuelta y estaba por ir a la caja regiatradora para pagar lo que llevaba en una pequeña canasta.

Cuando...

—Espera — tocó mi hombro y pude sentir como una corriente eléctrica llegó hasta mi corazón y luego pasó a mi estómago.

—¿Si?

—¿Sabes de plantas? —Pregunt.

—Mucho, me gustan mucho y sé casi todo sobre plantas —Sonreí orgulloso de mis gustos.

—T-tú ¿podrías ayudarme con algunas flores? pronto será el cumpleaños de mi madre y quería cultivar algo para que fuera más especial, ya sabes cómo tulipanes o algo así. —Pude ver el brillo en sus ojos y pensé:

"Haría lo mismo por mi madre"

—Claro, te ayudaré —Sonreí y buscamos todo lo necesario para que él pueda cultivar esas flores.

—Gracias, sé que a mi madre le va a encantar -sonrió. —Que bueno fue haberte encontrado.

—No hay de que —Toqué su hombro y sonreí tiernamente.

Ambos nos dirigimos a la caja. Yo pagué lo mío y él lo suyo, salí antes que él de la tienda, sin despedirme.

—¡Oye! ¡Espera! —Gritó y di la vuelta para dirigirme a él. —No me dijiste tu nombre.

—Oh, Nathaniel, Nathaniel kurtzberg. —Le Di mi mano.

—Adrien, Adrien Agreste. Es un gusto.

—El gusto es mío... —Sonreí y me alejé poco a poco directo a mi casa.

Ya era de noche, pero había algo que no me dejaba en paz, era ese chico.

Tiene algo especial, su mirada y su sonrisa son únicas, jamás me había sentido tan atraído por una persona.

En fin, yo no estoy para cosas de amor, de seguro tiene novia y obviamente no se fijaría en alguien con un pasado tan horrible como el mío. Pero de vez en cuando es bueno soñar. Aveces pienso en cosas que no van a pasar... ¿Acaso imaginar ideas en tu cabeza es un trastorno mental?

[...]

—¿Le diste tu número? —Preguntó Chloe mientras yo le contaba lo que había sucedido la noche anterior. Estábamos en la universidad, era hora del almuerzo y ambos necesitábamos matar algo de tiempo.

—No, lo olvidé por completo, te juro que no pasó por mi cabeza pedir su número de teléfono —Toqué mi cabeza con la mano, fui tan tonto.

—Genial, ten por seguro que no volverás a verlo. Tu romance de película terminó allí.

—Quién sabe. Quizá sea el amor de mi vida y no lo sé.

—Olvida esas cosas, vamos a comer —rió.

Viernes por la noche...

Chloe me cambio de look por completo, ahora tengo ropa de moda y parezco más un chico del siglo XXI.

-¡Te ves guapísimo Nath! es hora de ir a la fiesta. -me tomó de la mano y entramos a una especie de antro que gracias al cielo no está muy lejos de mi casa.

La música sonaba y por alguna extraña razón me dieron muchas ganas de bailar.

Estaba sonando la canción I took a pill in Ibiza, es una gran canción así que me acerqué a la pista de baile y comencé a bailar. Me sentía de algún modo, libre.

Luego de unas cuantas canciones más, decidí ir a la barra por algo de beber.

-CHLOE, IRÉ POR ALGO DE BEBER, NO TARDO -tuve que gritar porque la música está a todo volumen y es imposible que me escuche con mi voz normal.

-NO TARDES NATH -dijo mientras ella seguía bailando con un chico.

Pedí una bebida de frutas y algo de alcohol.

-Gracias -dije cuando el barman me entregó la bebida.

Mientras disfrutaba de mi bebida habían unos hombres mayores que estaban acosando a un chico como de mi edad pero con una figura más delgada, con aspecto de niño diría yo. Se veía tan inocente.

-Malditos -No podía seguir viendo tal escena, era asqueroso ver como todos esos hombres mayores querían abusar de él. Me sentí mal por un momento al no poder hacer nada al respecto pero no quería que me hicieran daño esos tipos mayores.

-Me iré a casa Chloe, estoy muy cansado - dije mientras tomaba mi chaqueta.

-La fiesta apenas comienza -hizo un puchero.

-Realmente , me siento muy incómo. -dije sin pensarlo.

-Está bien pero ten mucho cuidado -me dio un beso en la mejilla.

-Lo tendré, no te preocupes.

Salí del antro e iba caminando por el camino más corto a mi casa y de repente vi al mismos chico de aspecto de niño ser llevado por todos esos hombres mayores, en una camioneta blanca. Sólo escuchaba sus gritos.

《Alejate》《No me toques idiota》 《Déjenme ir a casa》

Tuve miedo, quería salir corriendo lo más rápido posible de allí, pero mis piernas comenzaron a temblar y caí, caí y no supe nada más de mi existencia. Todo era blanco.

Había ido a una fiesta con mi novia Marinette pero su padre fue por ella al antro y no quiso llevarme a mi casa, por lo que decidí caminar para ver si podía encontrar un taxi o algún otro tipo de transporte a las dos de la mañana.
Mientras caminaba pude ver a un chico que se me hacia muy familiar. Estába corriendo, no supe exactamente por qué, pero se desmayó.

-Pobrecillo -Me acerqué a verlo y era él, el chico de las flores.

No sabía que hacer, pero no podía dejarlo allí tirado. Así que tome un taxi y lo lleve conmigo a casa.
Lo dejé en mi cama y se acopló muy bien a ella. Pude observar sus hermosos labios de color sandía, que parecen los de un ángel; su piel tan suave que no pude resistir en tocar su mejilla.

《Adrien, él es un chico y tu tienes novia》Mi conciencia no me dejaba en paz.

-Que importa, aún así, es el chico más lindo que he visto. -sonreí.

Llamada de Marinette...

-Hola cariño, disculpa a mi padre, siento que no te quisiera llevar a tu casa. -mi novia se escuchaba apenada.

-No te preocupes, fue lo mejor que me pudo haber pasado -Susurré y el chico de las flores comenzó a moverse. -Debo irme Marinette, tengo algo importante que hacer.

<3

Primer capítulo, espero que disfruten esta nueva historia. Besos :*