❈•≪08. Intereses≫•❈
«Dios mío, esto es demasiado».
Haciéndose hacia atrás, YunHo dejó escapar una profunda exhalación. Pasando ambas manos por su rostro, el alto miró hacia su cuaderno. Llevaba tanto tiempo con su cara allí metida que no sabría precisar cuánto en realidad había sido.
Lo único que podía asegurar, es que no quería tener nada que ver con matemáticas, historia y economía.
Por separado, esas materias no eran de temer en su opinión. Tampoco es que fueran muy entretenidas o simples, porque no era así. Pero sin dudas lo agobiaban en menor medida que estudiándolas a la par.
«¿Cómo él puede hacer esto?».
Ladeando su rostro, sus ojos se enfocaron en YeoSang. Estaba a su derecha y aunque su ceño estuviera ligeramente arrugado, la concentración en su temple no lucía forzada. Era notorio que él estaba acostumbrado a estudiar de esa manera rigurosa, no parecía estarle costando esfuerzo alguno. Siendo honesto, le sorprendía. A su comparación él podía calificarse como un estudiante promedio que se empeñaba en sus deberes cuando sus calificaciones estaban en riesgo. Defecto a corregir, necesitaba ser más comprometido.
Y tras varios días estudiando juntos, a causa de su petición un tanto desesperada porque estaba fallando en una de esas tres materias y necesitaba ayuda, esperaba que los hábitos del azabache se le pegaran. Le sería beneficioso a diferencia del afán por procrastinar de SeongHwa.
Suspirando, YeoSang dejó su lápiz a un lado y tras cruzar sus brazos sobre su cuaderno, giró el rostro. Correspondiendo su mirada, la suya siendo serena. Sus ojos cafés no albergaban ninguna emoción en particular más que ligera curiosidad.
—Tú en serio no eres bueno disimulando.— murmuró por lo bajo, manteniendo su tono controlado. No estaban solos en la biblioteca después de todo.
—¿Cómo?
Por alguna razón que no comprendía, las tranquilas palpitaciones de su corazón se dispararon. El frenesí en su sistema activando su nerviosismo en una mitad de segundo. Su mente vacía llenándose de preguntas, de todas ellas la que destacaba era; ¿en qué él no era bueno disimulando?
—Tus estudios— pronunció con simpleza—, no estás realmente interesado.
—Oh, ¿eso?— su voz se proyectó más aguda de lo que hubiera deseado, pero fingió que no lo notó. Queriendo proteger algo de su integridad—. No soy aplicado, eso es todo.— explicó con mayor moderación, acompañando sus palabras de un encogimiento de hombros vago—. Además de que mis intereses poco tienen que ver con ecuaciones, fórmulas o gráficas. Supongo que es normal, aunque hay materias que encuentro interesantes.
Su compañero asintió con brevedad, su expresión siendo una de absoluto entendimiento—. ¿Y en qué estás interesado?
—Las artes.
—Wow, diría que es impresionante pero si te veo bien, parece encajar contigo.— tan pronto el azabache terminó de expresarse, su calma se turbó y con una prisa repentina y manos moviéndose ansiosas, se encontró agregando—. No es que te crea incapaz de ejercer alguna profesión más difícil, era una especie de halago. No me malentiendas.
Cubriendo sus labios con su diestra, YunHo intentó lo mejor que pudo para no reírse. Rara vez YeoSang actuaba de manera torpe o nerviosa, usualmente su forma de hablar era cautelosa, como si dijera lo justo, nunca agregaba nada que pudiera ser innecesario. Un chico de pocas palabras, diría él. Tampoco era muy expresivo en cuanto a gestos, sus reacciones siempre eran pequeñas, sus sonrisas de labios apretados, nunca muy grandes. Lo mismo con su risa, contados eran los momentos en que la escuchó y en todos había estado MinGi.
No es algo que le molestara, ¿por qué lo haría en primer lugar? Sólo le llamaba la atención, parecían llevarse bien y eso era genial. Pero le intrigaba saber cómo llegaron a congeniar, sus personalidades lucían similares en algunos aspectos pero de ahí en más, no tenía idea de qué otros asuntos esos dos podrían compartir.
Pero volviendo al punto, estaba entusiasmado de verlo actuar de esa forma. Era refrescante y hacía que algo en su pecho burbujeara.
—No lo estaba haciendo, ¿sabes?— susurró tan pronto su risa consiguió calmarse—. Tampoco dijiste una mentira, no sería buen médico. Ni siquiera puedo tolerar la sangre y la ciencia es interesante pero demasiado compleja.— agregó con una mueca teatral; frunciendo su entrecejo y nariz a la par que sacudía sus manos—. Tengo vena de artista, según mi padre.
—¿No les importa?— preguntó el azabache cuando su nerviosismo pareció aplacarse.
—¿A mis padres?— ante su confusión, obtuvo un asentimiento en respuesta—. Para nada o no mucho quiero creer, mientras mis notas sean buenas no tienen problemas.
—Eso suena genial.
Su comentario fue honesto, estaba impresionado, sin embargo había una emoción oculta que no pudo identificar.
—¿Qué hay de ti?— habló cuando el silencio comenzaba a extenderse—. ¿Cuáles son tus intereses?
—Es algo aburrido.— comento el azabache entre dientes, arrastrando las palabras. Repentinamente cohibido—. Bastante ordinario.
—¿Y eso qué?— replicó él, inclinándose para golpear sus hombros entre sí. Pidiendo por su mirada al estar siendo evadida—. Quiero incursionar en el mundo del entretenimiento, como probablemente la mayoría de adolescentes y si le preguntas a quince estudiantes de aquí, tal vez tengan las mismas aspiraciones. No hay que ser originales cuando se trata de los sueños personales.— sus labios se estiraron en una sonrisa suave cuando las esferas cafés impropias se enfocaron en las suyas—. ¿Entonces...?
YeoSang carraspeó para seguidamente acomodar su postura encorvada—. Estrellas.— susurró—. A mí me gustan las estrellas.
Las cejas de YunHo se elevaron, asombrados por la contestación recibida. No todos los días escuchabas a alguien decir que le gustaban las estrellas. Francamente, ni siquiera conocía a una persona que detuviera su vida por dos minutos y observara el cielo sobre ellos. Él no lo hacía, sus amigos tampoco y estaba seguro que la mitad de los adolescentes que había conocido en su vida, menos. Podía apostar que no lo habían hecho. Y las únicas veces que sus ojos se alzaron y contemplaron la vasta extensión que componía su infinito universo, fue cuando algún acontecimiento extraordinario se halló perturbando su habitual serenidad. Ya sea por escasas lluvias de meteoros o fuegos artificiales contaminando el aire.
De ahí en más, no tenía interés en la luna siquiera.
—Eso es sensacional, aunque parece ir contigo. No te ves como alguien demasiado activo.— su compañero se rió—. ¿Y sólo las estrellas te gustan?
—Honestamente sí, pero considero que el universo y sus componentes son igual de interesantes. La formación de galaxias por ejemplo, su proceso es curioso. Gases, polvo, una explosión y el poder de la atracción gravitatoria. He leído tanto y sigo creyendo que es asombroso.
Pecando de franqueza, el alto no tenía idea cómo esos componentes podía formar una galaxia y por alguna razón la explicación le sería difícil de entender, pero la emoción filtrándose en el tono grave del azabache era cautivador que no le molestaría escucharla.
—Así suena.— y ante la risa del contrario se obligó a agregar—. ¡En serio suena asombroso!
Y como si no fuera posible, la risa de YeoSang sólo continuó. Un gesto genuino y verdaderamente audible, a nada de convertirse en una carcajada. Y todo gracias a YunHo, como si éste le hubiera contado el mejor chiste.
Desistiendo de querer sonar convincente, el chico de hebras melocotón simplemente aceptó el logro; haber hecho reír a su compañero.
Bufando con falsa molestia, se cruzó de brazos y miró en otra dirección. Su brazo había sido golpeado con ligereza y el ambiente juguetón no se perdió incluso cuando retomaron donde lo habían dejado con respecto a sus estudios.
✦• ───── ✾ ───── •✧
—¿YeoSang no almorzará con nosotros hoy?
Bajando sus palillos, YunHo se enderezó para darle una mirada rápida al pelirrojo de su amigo—. No, creo que fue a la clase de su amigo.
—¿Amigo?
—Sí— ladeando su rostro, el alto mostró una expresión confusa—. No recuerdo su nombre, así que no preguntes.
SeongHwa se rió—. En serio eres malo para los nombres.
—Dime algo nuevo.— replicó en un bufido—. Ni siquiera recuerdo su cara, sólo que era castaño.
—Tú sólo apestas.— exclamó su atractivo amigo, riéndose con ganas y de él principalmente—. Aunque no sabía que tuviera amigos.
YunHo no fue quien recriminó al chico por sus palabras crudas y en algún punto groseras, quien se encargó de señalar tal actitud descuidada fue MinGi. Su tono podía etiquetarse como monótono, pero su mirada estaba cargada de seriedad mientras le explicaba al pelirrojo por qué no debía soltar lo primero que viniera a su mente de esa manera despreocupada. Si bien no fue malintencionado, aún habían posibilidades de que hiriera la susceptibilidad de alguien.
YunHo se mantuvo callado, observando el intercambio. Si bien él no dio voz a sus pensamientos como SeongHwa lo hizo, asumió en su fuero interno que YeoSang no tenía amigos por la más superficial y vaga razón; rara vez salía de su salón.
Lo que era ridículo si se detenía a pensar en ello, su compañero era tímido y de respuestas cortas, sí. Su apariencia linda pasaba desapercibida al estar constantemente con la cabeza gacha, viendo a sus libros o a sus pies al andar. No parecía interesado en ir a la biblioteca y almorzar, pero eso y todo los demás no significaba nada.
Antes de estar con ellos allí, había estado en otro grupo y con otras personas. E incluso si se iba más atrás en el tiempo, el azabache asistió a otra institución y estuvo rodeado por otras personas, en aquel entonces su personalidad pudo ser otra y lo suficientemente relajada como para crear lazos con sus iguales o un par de ellos. Creer que no había sido el caso por preferir mantenerse a su propio ritmo, era irrelevante. Y un prejuicio evidente de su parte.
Escuchando a su mejor amigo podía notarlo.
Pero si hacía eso a un lado y se enfocaba en los aspectos positivos, estaba pasando más días con YeoSang, poco a poco sus interacciones eran más orgánicas y se alejaban del ámbito escolar. Atreviéndose a explorar otros temas, hecho que lo entusiasmaba.
Estaba seguro que continuando con esa persistencia moderada su tranquilo compañero se dejaría conocer.
En algún lugar había escuchado que la persistencia acompañada de una determinación bien colocada daba buenos resultados, ¿por qué en su caso no sería así?
✾
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro