❈•≪05. Él≫•❈
Estirando sus brazos, YunHo miró a todos en su salón. Eran las nueve, y a pesar de ser tan temprano en la mañana ya estaban atravesando por una prueba. De filosofía para ser específicos sobre qué.
Para algunos siendo más difícil y para otros no tanto, lógicamente. En su caso, no sabría decirlo.
Estudió, sí. Pero a pesar de ello, las definiciones que estaría necesitando para responder un par de preguntas no estarían llegando a su mente con la facilidad que uno esperaría. Lo que, además de mantenerlo estancado en las mismas consignas, lo frustraba.
Era su primera hora de dos en ese día. Y quienes terminaban con antelación podían entretenerse con sus móviles o salir fuera un rato. Eso sí, siempre y cuando el tiempo en el que acabaran no fuera muy amplio, de ser así harían algún trabajo. Para no desperdiciar el día, claro.
Y de la forma en la que él estaba distribuyendo su desempeño, lo más probable es que estaría allí hasta la segunda hora. De veinte consignas, sólo había hecho siete. Mayormente aquellas que requerían de algo más libre que responder una cuestión en concreto. Como aquellas que tenían que ver con psicoanalistas, por ejemplo.
«Esto no es para mí», se dijo con ambas manos sobre su cabeza. Viendo a la hoja con hastío. Su calificación en la materia no era mala, por lo que si su nota en esa prueba no era la mejor, podía recuperarse en las siguientes.
«Debes de», se corrigió al instante. Resoplando.
Haciéndose hacia atrás, fingió el recordar algo en el momento que la profesora empezó a observar su alrededor. Corroborando quizás, que nadie estuviera haciendo trampa. Acto imposible de cometer teniendo en cuenta que sus móviles habían sido tomados y puestos en una caja. La cual se encontraba en el escritorio de la mujer.
Pero no la culpaba, algunos eran ingeniosos al momento de copiarse. Ya sea pidiendo a un compañero o a un amigo por "ayuda", otros simplemente recurrían a hacerse de pequeñas notas o rayar sus pieles. La desesperación llevaba a esos extremos.
Y tan pronto la mujer volvió a su tarea pausada, una aparente nota aterrizó en su escritorio. Su compañero de asiento apenas se inmutó y con total naturalidad, YunHo la abrió. Agradeciendo no estar en los primeros asientos ni en la fila del medio, ni siquiera en aquellas cercanas al asiento del profesor.
En ese sentido tenía suerte.
"¿Cuántas respuestas llevas?
Sólo te veo quejarte y eso no te ayudará en nada".
-S
Con su ceño arrugado por completo, YunHo viró hacia la izquierda. No necesitaba mirar la firma al final para saber quién le mandó tal nota. Conocía esa caligrafía.
Y como esperaba, SeongHwa se hallaba viéndole también. Una expresión seria bañada de indiferencia por su molestia.
Haciendo de la nota una bola, gesticuló con bastante claridad y ausencia de sonido: idiota. Consiguiendo en su amigo una mueca burlesca.
Resoplando para sí, volvió su vista donde estaba. A esta altura, no esperaba realizar todas las consignas. Pero ansiaba responder un par más, llegar a trece le vendría bien. Por lo que, decidido a dejar cualquier distracción de lado, comenzó a leer las que estaban en la parte trasera dela hoja.
Atascarse en quejas no lo llevaría a ningún lado. Sólo a perder tiempo.
✦• ───── ✾ ───── •✧
Finalmente y luego de cuatro horas, todos dejaron escapar exclamaciones profundas. Todos habían estado en tensión desde filosofía, y que seguido de ella hubieran tenido dos horas intensas de matemáticas. Le drenó la energía a la mayoría.
Fue una combinación agotadora.
Y ahora tenían diez minutos de almuerzo para liberar todo ese estrés acumulado. Los más desesperados por algo de aire fresco, salieron disparados sin muchas demoras. Compartiendo algunas pequeñas quejas, ininteligibles para él.
—¿Por qué demoras tanto?
Saliendo de su ligero trance, YunHo elevó la mirada hacia su rubio amigo. El chico se hallaba de brazos cruzados y con un aura de impaciencia evidente. Quería ir por su almuerzo de una vez.
—Estaba pensando en invitarlo.— murmuró por lo bajo. Como si antes no hubiera carraspeado.
Ladeando su rostro, MinGi se mostró desconcertado por la inexactitud de su contestación.
—¿A quién?
—Él.
Con un tono mucho más reducido, apuntó hacia YeoSang. Consiguiendo que sus dos amigos vieran a éste. Uno expresando sorpresa genuina mientras que el otro, no dejando mucho al descubierto.
—¿Por qué?— musitó el de alborotadas hebras.
—Dijiste que era bueno tener más amigos.
El aludido en eso, asintió, no agregando más.
—¿Se conocen?— preguntó SeongHwa. Desentendido de su cruce.
Técnicamente, incluso ellos lo conocían. Pero comprendía qué no se refería a eso. Sino que a un asunto mucho menos superficial. Pero cuando se halló pronto a dar una respuesta, MinGi se le adelantó.
«Este idiota», pensó ante la osadía en el accionar de su amigo. Agachando la cabeza.
—Kang YeoSang— exclamó MinGi. Su voz proyectándose segura pero sin perder su afabilidad natural—. ¿Quieres almorzar con nosotros?— agregó apenas tuvo la atención del susodicho.
—Oh... yo est....
—¿Por favor?
No hubo rastro de exigencia en la petición de su amigo. Y sintiéndose curioso, YunHo alzó la mirada. En el momento justo que, la expresión vacilante del pelinegro se convirtió en una rendida.
—De acuerdo.
Sonriendo, MinGi se dirigió hacia el chico con total tranquilidad. Como si su prisa anteriormente expresada, no hubiera existido. Asombrado por eso, YunHo se le quedó viendo unos efímeros segundos.
Para luego simplemente levantarse y caminar junto a SeongHwa.
—Debes salir más, chico estrellas. ¿No te lo dije antes?
Atraído por las peculiares palabras, YunHo miró al par de chicos que caminaban delante de ellos. Pero sin atreverse a decir algo.
Luego de bajar los escalones correspondientes y dando zancadas en vez de sosegados pasos, se hallaron dentro de la ruidosa cafetería. No tardaron demasiado en adquirir sus alimentos, la fila avanzaba de buena manera y esta vez, todos estaban decididos sobre qué ingerir.
Para cuando ocuparon una mesa, el primero en iniciar conversación allí fue el de intensa cabellera rojiza. Viendo especialmente al nuevo integrante que les acompañaba en ese momento.
—Así que, ¿cómo les fue en la prueba?— pronunció, su tono sereno como usualmente lo era.
MinGi pronunció un sonido entre dientes, pensativo mientras revolvía sus fideos. Buscando qué responder, tal vez.
—Las últimas cinco preguntas se me hicieron difíciles, pero conseguí responderlas.— dijo con entusiasmo, sin ver a nadie—. Creo que me irá bien, de veinte logré diecisiete. Estoy conforme.— agregó tras encogerse de hombros.
—Lo importante es que estén bien todas ellas.— agregó SeongHwa, malicioso.
MinGi si bien resopló, no dijo nada en respuesta. Al contrario, se encontró más interesado en probar su comida.
—¿Qué hay de ti?, no parecías muy enfocado.
Bajando su cuchara, YunHo miró de soslayo al pelirrojo.
—Creo que me fue bastante bien.
Asintiendo, el chico a su lado se tardó tres segundos en decir algo—. Pero para ser más precisos, ¿cuántas conseguiste hacer?
—Catorce.— farfulló entre dientes, percatándose de la saña ajena.
—Creí que harías menos— confesó SeongHwa con total honestidad—, pero es bueno saber que no.
—¿Y tú, qué?
—Quince.— dijo sin más, sonriéndole con fugaz altanería—. El tiempo no me alcanzó. Creo que tardé demasiado en algunas preguntas, mis respuestas debieron ser más concisas ahora que lo pienso.
De los tres, era bien sabido que a SeongHwa no solía irle mal en todas aquellas materias que tuvieran relación con las letras. Era bueno a pesar de no ser fanático de la lectura. O siquiera un lector asiduo. En cambio MinGi era un punto medio, o solía serlo. Ahora parecía estar más determinado a subir un escalón. Y en cuanto él, era quien más flaqueaba ante lo poco interesante que solía hallar las materias.
Pero mucho no podía hacer, sólo esforzarse.
Y redirigiendo su atención hacia el pelinegro que permanecía tranquilo y callado junto a su amigo, YunHo se sintió dubitativo al momento de dirigirle la palabra. Porque quería y aunque lo hizo, en su voz se notó dicha inflexión.
—YeoSang...— llamó con cierto matiz agudo—, ¿qué tal te fue a ti?
Levantando su mirada, el aludido tardó un momento antes de modular alguna contestación.
—Bien.— fue lo primero que pronunció, inclinando su rostro. Evaluativo—. No creo que todas mis respuestas sean correctas, aunque lo espero.— agregó con menor claridad, tímido—. Pero de todas formas conseguí realizar las veinte.
Sorprendido, SeongHwa alzó su mirada hacia el pelinegro. Hasta el momento y entre ellos al menos, era quien más había hecho algo.
—¿Las veinte?— cuestionó el pelirrojo, asombrado.
Sin mediar palabras, YeoSang asintió varias veces. Su aire cohibido prevaleciendo.
—Woah.— fue la única exclamación que escapó de los labios del chico con hebras melocotón.
Masticando lo que se hallaba en su boca, MinGi comenzó a aplaudir de manera un tanto llamativa. Haciendo de unos movimientos tan simples, grandes. Vistosos.
—Felicitaciones.— pronunció cuando su boca se encontró libre de residuos—. Es un logro aún si no están todas correctas.
—Gracias.— replicó el pelinegro. Su voz teniendo varias inflexiones en un período tan corto.
—Sería bueno que lo estuvieran.— alentó SeongHwa, con el asombro aún en sus pupilas.
El chico continuó farfullando agradecimiento entorno a las palabras que recibía. Sin ver a nadie directo a los ojos, fue el detalle que YunHo notó. Su rostro se mantenía cabizbajo también. En un ángulo no muy obvio.
Su valentía por hablarle, desapareció. No encontró lo que él consideraba un momento idóneo al sus amigos estar mucho más activos entre sí. Pero tampoco se quejó de ellos. A diferencia de MinGi, quien si bien era tímido si estaba con sus amigos se forzaba a salir de su zona de confort. A él le costaba un poco más.
✦• ───── ✾ ───── •✧
—¿Qué tal te fue?
Apenas YunHo ingresó a la sala, su padre fue quien primero lo recibió. Se hallaba viendo la televisión, lo que parecía ser una película de acción.
—Bastante bien.— murmuró con su mochila colgando de un hombro—. Fue un día tranquilo.
La forma superficial y esquiva con la cual se había expresado, al parecer, no fue evidente para su padre. Quien, si bien le dio una mirada entrecerrada por lo escueto de su responder, no reparó demasiado en esto mismo.
—Es bueno saberlo.— comentó con ligereza, estirando sus labios en una sonrisa apretada.
—Seguro, ¿mamá?
—En la cocina.
Asintiendo cortamente se dirigió al lugar indicado. Sacándose la mochila de los hombros cuando la halló molesta.
—¿Qué haces?
—Controlando la comida que tu padre hizo, la televisión robó su atención.— respondió en un quejido, viendo a lo qué se hallara en el horno.
—Genial...
—¿Cómo estuvieron tus clases?— interrumpió, enderezándose para verle con propiedad.
—Bien.
—¿Y esa prueba que comentaste?
La expresión de YunHo se contrajo unos segundos, su madre tenía una buena memoria. No impecable, pero tendía a recordar a la perfección la mayoría de cosas que le comentara. Principalmente asuntos que tuvieran que ver con sus estudios, aunque los hiciera al pasar.
—Estuvo... bien. Un tanto compleja.— respondió tras un momento de indecisión, viendo alrededor.
—Ya veo, espero que te hayas esforzado.
Si bien fue casi al final, técnicamente lo hizo. Así que, en ese sentido su conciencia estaba tranquila.
—Por supuesto.
—Ve a ducharte, la cena estará pronto.
Obedeciendo a la mujer, el alto se encaminó a su habitación sin más. Había sido un día largo pero gracias a que hoy no tuvieron clases de auto-estudio, salieron relativamente temprano. Fue lo más significativo del día, siendo honesto.
Aunque también estaba el hecho de haber conocido, miserablemente otro aspecto de su compañero más desapercibido. Lo que estaba bien. Si quería llevarse bien con éste, tenía que poner más de su parte.
Dejo esto por aquí y les recuerdo que dentro de unos días escasos se viene arte, así que prepárense que se les va a volar la peluca. Y trabajo de por medio habrá.
✾
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro