¡Hola!  este capítulo, que dicho sea de paso se publicó un año después de que el anterior , está dedicado a una chica muy requete-mega- guay 😎 ♥ - ♥.

Para ti:

¿Qué estaba haciendo allí?. Uno de los más famosos empresarios de todo el país, ¿cómo es que nunca lo vi? Pero cuando vivía con él, no era un millonario, mintió, estúpido mentiroso ¿Cómo se atrevió?.

¡Imperdonable! Al menos yo era honesta y le dije que no lo quería, por supuesto que me hubiera encantado si sólo hubiera dicho que podía tener el mundo a sus pies si lo deseaba.

Pero no era algo que me importaba, al menos por ahora. En lo que tenía y debía que preocuparme por el momento era el hecho de que pudiera permanecer en la quiebra porque no podía luchar Kurota, ahora, y de cualquier manera que tenía que encontrar una solución a este «pequeño problema».

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Después de dos semanas desde que me enteré que Trunks era un multimillonario impresionante y mi marido no podía luchar. Yo estaba buscando una idea dentro de las profundidades de mi mente para ayudar a no permanecer en la pobreza total.

Llegué a un pequeño lugar donde por la necesidad humana tenía que comer algo ya muerta del deseo de probar algo de comida.

Me senté en una mesa y bien, no me importa quien me vio y no me importa lo que ellos podían decir, ese momento que tenía que comer ya que no quería morir antes de lo predestinado.

-A decir verdad si extraño trabajar aquí...

Oí una voz detrás de mí, por supuesto, no iba dirigida a mí, oí que el chico estaba hablando con otra persona, pero aún así la voz esa yo la conocía.

—Pero ahora eres de otro mundo, no perteneces aquí hijo, vive tu vida hombre -mencionaba una voz alentadora.

—Supongo que lo debería hacer ... -de nuevo. La voz que conocía, según yo.

—Es verdad... A pesar de que vienes casi todos los días, te extrañaremos Trunks -dicho que esta vez la voz era de una mujer.

¿He oído bien?
¿DijoTrunks ?
¿Qué Trunks?

Preguntas a mí misma me invadieron. Saqué un espejo de mi bolsa de mano y de manera encubierta veía a través de él y allí estaba él.

Como hombre de negocios llevaba un traje negro, mientras que su cabello, que ahora era largo, llegaba hasta los hombros. Me mordí el labio en el pensamiento de que una vez la belleza de de él fue mía.

—Tienes razón Mai... así, es hora de irme, tal vez venga mañana —se despidió amablemente.

Así que lo seguí oculta hasta que llegó donde estaba un coche hermoso de sueños, tomó sus llaves para entrar, pero no lo podía dejar ir.

—¡Hola mi amor, cuánto tiempo! -le había saludado hipócritamente.

El de cabello lavanda se mantuvo sin remover un pelo, sin soltar la puerta de su bello medio de transporte.

—¿Qué haces aquí... Pan? -interrogó serio y sus ojos de igual forma que podrían matar y en un mismo tiempo revivir un ángel.

—Vine a reclamar lo que es mío — dije mirándolo igual que él.

—Yo no soy tuyo —desafiante como siempre.

—No estaba hablando de ti tonto, me refiero a mi hijo -rodé los ojos.

-¿¡QUÉ!? No, no, no, no, no, no. A él no te le acercas ¿Me oíste? —Me señaló con el dedo índice.

—¿Por qué no? Después de todo él es mi hijo, y tiene que estar cerca de su madre -articulé al saber lo que era lo correcto.

—¡Por favor! Tú no mereces ser llamada madre. No te dejaré que te le acerques a mi hijo, estaría loco si te dejase —dijo volviéndose hacia su coche.

—Estoy segura de que la ley me permitirá verlo. Si no puedo hacerlo por las buenas tendré que hacerlo por las malas —le dije casi gritando.

—Dio una risa grande —¡Hazlo! Te quiero ver, que yo recuerde fuiste tú quien me dejó diciendo que era solo un estorbo en pocas palabras, que fuiste tú quien dejó a su hijo sin importar las condiciones en que estaba, fuiste tú quien buscó la calentura de un hombre con dinero, fue a ti a la que el dinero la llamó y ahora vienes con aires de grandeza presumiendo ser algo que no eres Pan. Fuiste tú y solamente tú, la golfa que se fue y ahora regresa pensando que por ser bonita puede mover al mundo si lo desea, pero no, el mundo no gira en tu entorno, hazme el favor y ubícate Pan —se desahogó. De seguro lo tenía guardado desde hace mucho.

—Está bien lo voy a hacer, vamos a ver quién gana esta batalla. Pero ... Pensándolo bien, no hay que ser así, tú has iniciado esto, solo quería hablar contigo. Pero si lo deseas... puedo dejar al niño en tus manos, sólo si tú me das un poco de dinero...  —susurré seductoramente al oído. Pero de él sólo recibí un impulso.

—¡Qué descarada eres! Me das vergüenza, piensas vender a tu hijo, veremos que piensa tu dichosa justicia cuando se enteré lo pusilánime que eres por pensar tan sólo en vender a tu hijo, lo dicho: no mereces ser llamada madre. ¿Sabes qué? Mejor vete, y no vuelvas a buscarme a mí o a MI hijo, porque aunque valla a la cárcel no me importará darte más de un golpe, me das asco —mencionó con desprecio y yo no podía sentirme más humillada, se estaba vengando. Pero no lo dejaré todo ahí. Dicho aquello el chico de traje se montó en su auto y se fue con un destino que yo no conocía.

—Te mereces todo lo que te dijo...

Mencionaron detrás de mí, volteé y me hallé con una mujer, la misma mujer con que estaba hablando Trunks momentos antes, era una mujer muy guapa, pero lo único que yo hice fue verla con desprecio y aberración.

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Continuará...