Me quedé ahí, tirada, desnuda, me sentía tan sucia como cualquier trapo que tiran a la basura porque ya no se usa, y es que en verdad son muchos los momentos en que pienso que solo eso soy, una basura.

Con mucho dolor me levanté con el único propósito de ir a al baño y no salir de ahí, me senté en la bañera y con agua fría y jabón comencé a lavar mi cuerpo, ¿pero de nada servía?, por más que tratara de limpiarme siempre podía sentirme sucia; usada, inevitable era seguir intentado.

Me quedé ahí metida por un periodo de una hora más o menos, la verdad es que sentía que el tiempo nunca transcurría, el simple hecho de que ese viejo esté en esta casa me provoca asco.

Al tiempo que salí del baño me vestí con una pijama holgada y me tiré a la cama a no hacer nada más que llorar.

Esa noche, no comí, no importó, de todos modos no tenía apetito, a la fuerza no podía comer, bien dicen que a la fuerza ni la comida es buena.

A la mañana siguiente me desperté y lo primero que miré fue mi rostro, que horror, mis ojos estaban de color muy rojo, las ojeras se hacían presente, tanto, que parecía que me iban a tragar, los labios estaban muy resecos y tenía también unas grandes bolsas que colgaban de mis ojos.

Pero todo eso no me importaba, después de todo eso era lo que menos me daba preocupación en ese entonces, lo único que estaba en mi mente eran las asquerosas embestidas de aquel viejo verde, como sus largas manos me tocaban y su lengua atrevida entraba en mi boca sin consentimiento alguno.

Quería estar vestida y bañada desde temprano así que me fui directo al baño para luego bañarme y vestirme, luego de eso, bajé a desayunar, como era de esperarse el viejo y la vieja estarían ahí tocándose y dándose besos como si no existieran las habitaciones o los hoteles.

A penas llegué al comedor Shapner hizo una sonrisa de lado y de su boca salió una risilla sínica que solo a él podría quedarle tan a la perfección.

Comencé a comer sin tranquilidad, aun no tenía apetito, pero no quiero darles el gusto de morir sin que algún día me pueda vengar de lo que esos dos me han echo.

Terminé de comer e iba a dejar la vajilla sucia al lava vajilla mientras que Karla, una de las empleadas, venía con algo en mano enfrente mío, bajé la mirada y así pude ver como el estúpido noviecito de Videl estiraba el pie haciendo que la mujer cayera y lo que traía en manos impactara conmigo mojándome toda, de pies a cabeza.

Los que estaban sentados lo único que hicieron fue tirarse unas carcajadas estruendosas mientras que a mi me dominaba la rabia y le propine una fuerte cachetada a rubio mal teñido ese.

- ¡Estúpida!, ¿cómo te atreves a hacerme eso? - gritó devolviendo el golpe

- no te hagas el inocente que no te queda el papel, le has metido el pie a Karla para que se cayera, eres todo un imbécil de mierda, solo un imbécil te creería tus mentiras - le contesté sobando mi mejilla.

- no inventes calumnias niña, estaba justo a él y pude haberme dado cuenta si hacía lo que dices - interrumpió la metida de Videl .

- usted no se meta que sus ojos ven lo quieren ver, y más cuando se trata de este tonto abusador, ¡vamos!, ¿por qué no le dices lo que me hiciste ayer por la noche descarado? - le cuestioné dándole un empujón haciendo que chocase contra la mesa .

- ¿de qué está hablando? - le preguntó Videl encarándolo

- no se de que habla esta niña tonta, ¡ah!, ahora que lo recuerdo, esta mocosa ayer se metió a nuestra habitación y comenzó a seducirme mientras se desvestía - mencionó apuntándome y haciendo su típica sonrisa de maldad.

Videl hizo una cara de anonadada, me miró con mucha rabia desquitandola halando mi pelo y luego tirarme contra las sillas que estaba cerca del comedor.

- eso... Eso es mentira, fue él quien se metió a mi cuarto, me violó, ¡ESE ESTÚPIDO ME VIOLÓ! - grité alterada soltando el llanto, no soportaba más a ninguno de esos dos bobos.

La vieja esa le cree todo, lo hace un santo, más no sabe que su "novio" solo le ve la cara de tonta, ¿claro y cuál más podría verle si solo esta tiene?.

- pero mira como trata de hacerme ver mal frente a ti, a leguas se nota que todo lo está inventando, es una zorra que no haya nada más que inventar - mencionó apuntándome como siempre y haciéndose detrás de su "amada".

- claro, escóndete bajo las faldas de la única estúpida que te cree, y tú - dije refiriéndome a Videl - ¿cómo puedes creerle?, tan bajo has caído, no supiste apreciar a quien te quiso de manera incondicional y te metiste con el primer imbécil que se te cruzó por el camino - le dije dando una pequeña risa mirándolos a los dos.

- ¡a mi no me hablas así estúpida! - mencionó levantando su mano para pegarme de nuevo pero la detuve.

- ni se te ocurra o se te pase por la mente volverme a pegar, porque de verdad no responderé por mis actos - la encaré y y tome su otro brazo y con fuerza la lancé con su novio haciendo que impactara en su pecho y los dos cayeran al suelo.

Después de eso salí corriendo de ahí derramando lágrimas, de verdad me dolía el hecho de que para todo yo soy la mala, soy la villana del cuento, yo soy todo menos feliz.

Salí de la casa sin fijarme a ningún lado de la calle, fue en eso cuando escuché como un coche pitaba y cuando llevé la mirada a donde se escuchaba el ruido sentí como me lanzaban por los aires cayendo después en el duro pavimento de la calle, unos segundos pasaron hasta que escuche unas palabras:

- ¿estás bien?, ¡discúlpame por favor, de verdad lo siento! - mencionó una voz de un hombre, era un tono de voz preocupado pero a pesar de eso, una voz muy dulce, con lo poco que miraba pude ver el solo color de el azul... El azul de unos ojos que jamás pude ver, un azul que podía asimilar el color del cielo, pero no pude ver más ya que luego de eso no pude ver más que oscuridad por todos lados...

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Continuará...