047: Descubrir la verdad (Parte 3)
El disparo había retumbando en las paredes del almacén abandonado, dejando a Jake inconsciente en esa silla con una herida en el hombro izquierdo que sangraba profundamente. Su respiración era errática, cada jadeo llenando el aire con un eco débil. La sangre goteaba desde su herida hacia el suelo, formando un charco oscuro y viscoso.
La puerta del almacén se abrió de golpe con un estruendo, y un grupo de policías irrumpió, con las armas en alto y las linternas cortando la penumbra del lugar.
— ¡Policía! ¡No se mueva nadie! - gritó al frente el oficial policial, escaneando a su alrededor con rapidez.
Lo encontraron enseguida. Jake estaba atado e inconsciente. La escena era difícil de visualizar sin que se te formara un nudo en el estómago al verlo bañado en sangre.
— ¡Está herido! Necesitamos una ambulancia aquí, ¡rápido! - exclamó el oficial policial, sosteniendo la cabeza de Jake con cuidado mientras intentaba detener la hemorragia con un trozo de tela.
En tanto, otros oficiales se dirigieron a los alrededores del almacén, revisando cada rincón en busca de las personas que habían secuestrado a Jake. Los rastros de pasos frescos en el polvo y una puerta trasera entreabierta delataban su fuga. Aunque buscaron a los alrededores de ese almacén abandonado, los tres jóvenes lograron escabullirse, dejando únicamente una estela de misterio tras ellos.
Minutos después, el sonido de la ambulancia rompió la quietud. Los paramédicos entraron rápidamente, equipados con una camilla y maletines médicos. Uno de ellos revisó a Jake, quién seguía inconsciente.
— Tiene una herida de bala en el hombro izquierdo, pero parece que no comprometió ningún órgano vital. La hemorragia es considerable. Necesitamos trasladarlo ya.
Con movimientos rápidos, precisos y cuidadosos, lo colocaron en la camilla y lo aseguraron. Uno de los policías se ofreció a acompañarlo mientras los paramédicos estabilizaban a Jake con suero y un vendaje de emergencia.
La ambulancia condujo rápidamente entre el tráfico, con las sirenas resonando por la ciudad. En un momento, Jake pareció volver un poco a la conciencia mientras murmuraba incoherencias, su mente navegando entre el dolor y agotamiento. Luego, nuevamente cerró sus ojos.
Al llegar al hospital, un equipo médico ya estaba listo para recibirlo. Lo habían llevado hasta el hospital dónde sus amigos estaban. Ni-ki por poco se desmaya cuando vió a Jake entrar en ese estado, Sunghoon estaba en shock mientras Jungwon se abrazaba en él buscando consuelo.
Llevaron de inmediato a Jake a una sala de urgencias, donde los cirujanos limpiaron la herida y extrajeron la bala alojada cerca la clavícula. Horas después, el médico salió a informar a los amigos de Jake.
— La herida fué grave pero no fatal. La bala no tocó órganos vitales ni arterias importantes, pero sufrió una fractura en la clavícula izquierda y una considerable pérdida de sangre. Necesitará una transfusión, reposo absoluto y rehabilitación para recuperar la movilidad de su brazo.
Jake, ahora sedado, yacía en la cama del hospital. Aunque seguía vivo, el recuerdo del almacén, el disparo y todas las palabras y risas permanecían grabados en su memoria.
— Maldición - Sunghoon susurró mientras llamaba a Sunoo pero seguía sin contestar. El celular estaba apagado.
— ¿Qué sucede, Sunghoon? - Jungwon lo miró con preocupación.
— El celular de Sunoo está apagado. Tengo un mal presentimiento - Sunghoon se sentó en una silla al lado de Jungwon y cerró sus ojos mientras trataba de respirar.
Por el pasillo apareció corriendo JongSeong, quién se acercó rápidamente a ellos. Jungwon corrió hacía él para abrazarlo con fuerza.
— J-jake está mal - Jungwon sollozó.
— Chicos, me acabo de enterar de algo.
— ¿Qué cosa? - Ni-ki preguntó desanimado. No creía que pudiera haber algo aún más peor después de lo que había pasado con Jake.
— Sunoo fué atacado en la universidad.
Sunghoon se puso inmediatamente de pie y caminó hacía JongSeong.
— Una chica dió aviso a la doctora de la universidad. Sunoo también fué traído a este hospital porque presentaba muchos golpes y al parecer tiene una fractura en su brazo.
Sunghoon llevó una mano a su pecho mientras arrugaba su camiseta. Se tambaleó un poco y quizás hubiera caído al suelo sino fuerza porque Jungwon y JongSeong se apresuraron a sostenerlo. Ni-ki también se preocupó. Entendía perfectamente lo que Sunghoon estaba sintiendo en este momento.
— S-sunoo - Sunghoon susurró mientras unas lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas.
Cerró sus ojos con fuerza y luego rompió en llanto. Jungwon lo abrazó con fuerza. Ni-ki se vió contagiado por el llanto y nuevamente empezó a llorar.
— Sunoo se recuperará, Sunghoon - Jungwon le susurró para tratar de animarlo.
— No quiero perderlo, Jungwon.
Sunghoon se aferró con fuerza a Jungwon para seguir en pie mientras a su cabeza venían un montón de recuerdos que vivió con Sunoo.
彡 Tocó la puerta pero no recibió respuesta. Abrió muy despacio la puerta y se asomó para ver si la doctora estaba pero todo estaba en silencio. Entró al lugar y cerró la puerta detrás de él. Empezó a buscar en los estantes un poco de alcohol para echarse en la herida de su mano. Había intentado cortar unas hojas de papel con una navaja pero lo único que logró fué hacerse un corte en la mano.
Mientras buscaba tímidamente entre los estantes, accidentalmente hizo caer un paquete que contenía vendas quirúrgicas. Se agachó para recoger el paquete y ponerlo en su sitio pero escuchó un sonido extraño.
De pronto, la cortina que rodeaba la camilla fué hecha a un lado y un chico se hizo presente.
— ¿Qué estás haciendo?
— Y-yo pensé que el lugar estaba vacío - volvió a ponerse de pie y dejar el paquete de vendaje sobre su sitio.
— ¿Acaso venías a robar?
— Sólo quería algo para el corte que me hice - el chico señaló el corte que tenía en su mano. De hecho, la herida era cubierta por un pañuelo que tenía manchas de sangre.
Aquel chico se dirigió hacía una esquina para agarrar un botiquín de primeros auxilios. Sacó todo lo que necesitaba para curar esa herida y jaló del brazo al chico para hacerlo sentar sobre la camilla. Se desinfectó las manos y empezó a quitar el pañuelo que rodeaba la herida. Luego, empezó a esparcir el medicamento. El chico se quejó de dolor.
— ¿Con qué te hiciste este corte tan profundo?
— Estaba intentando cortar con una navaja. No había traído mi tijera y una compañera me prestó eso.
— Debes tener más cuidado - el chico cubrió la herida con un nuevo vendaje —. Ya está - sonrió.
— Gracias. No sabía que tenías conocimientos de primeros auxilios.
— Paso bastante tiempo en enfermería así que la doctora me ha enseñado algunas cosas.
Ambos se quedaron en silencio, observando cada facción del rostro del otro.
— Cuida bastante tu mano.
— Lo haré.
— Por cierto, soy Kim Sunoo. ¿Cuál es tu nombre?
— Park Sunghoon.
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— ¿Te gusta?
— ¿Estás bromeando? Me encanta - Sunoo abrazó con fuerza el lindo osito de peluche que había recibido por su cumpleaños —. Gracias.
— Si frotas la pancita del peluche, brillará.
Sunoo enseguida intentó eso y el estómago de su bonito osito brilló en tono naranja.
— Wow, es bellísimo.
— Cuando te sientas triste y solo, haz que tu osito brille, para que te recuerde que tú también brillaras algún día así, Sun.
— Qué lindo detalle. Me harás llorar.
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— Sunoo, siento que me caeré si sigues cubriendo mis ojos.
— Es una sorpresa. Camina un poquito más.
Siguieron caminando hasta que Sunoo decidió quitar sus manos de los ojos de Sunghoon, quién vió un mantel sobre el césped de ese jardín. Encima habían distintos bocadillos y en medio estaba el bonito osito que le había regalado a Sunoo por su cumpleaños.
— ¿Te gusta?
— Es muy bonito.
— ¡Felíz cumpleaños, Sunghoon!
— No tenías que hacer todo esto, Sunoo.
— Siempre me haces sorpresas o me regalas algo así que quería hacer algo super mega especial por tu cumpleaños. De hecho, el primer regalo que me diste también nos acompañará - Sunoo señaló al oso de peluche.
— Gracias.
— Sunghoon - Sunoo agarró las manos del chico —. Preparé todo esto con mucho cariño para tí. No soy un gran cocinero pero hice mi mayor esfuerzo.
— Debes estar cansado por hacer todo esto.
— Por supuesto que no. Fué divertido hacer todo esto. Este es mi regalo principal por tu cumpleaños, pero también tengo otro regalo, aunque no sé si lo tomes a bien.
— ¿Qué es?
Sunoo se acercó unos pasos más a Sunghoon y luego acortó la distancia entre sus labios. Fué un fugaz beso en los labios, sin embargo, parecía que había durado bastante tiempo.
— Me gustas, Park Sunghoon. Ese es mi regalo especial por tu cumpleaños.
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— Llegamos.
Sunoo miró el parque de diversiones que estaba frente a él.
— Sé que siempre has querido venir a este parque porque te trae recuerdos de tu niñez. Espero no te moleste hacer nuevos recuerdos aquí conmigo.
— Por supuesto que no me molesta. Eres mi novio, Sunghoon. Estoy encantado de volver aquí. Gracias - Sunoo abrazó con fuerza a Sunghoon.
— Quería que nuestra primera cita sea especial.
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— Hoonie, tengo miedo.
— Todo estará bien, Sunoo. Hemos estudiado bastante. Sé que lo lograremos.
— No sólo se trata de eso, Sunghoon. Tengo miedo de que no hayamos logrado estar en la misma universidad.
Ambos chicos miraban ansiosos la laptop que tenía cada uno sobre su regazo.
— A la cuenta de tres vemos nuestros resultados - Sunghoon respiró profundo —. Uno, dos... tres.
Ambos chicos hicieron click en la pantalla y giraron la laptop para que el otro sea la primera persona en ver el resultado.
— Hoonie, ¡lo lograste! - Sunoo cubrió su boca con sus manos.
— Tú también lo lograste, Sun.
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Sunoo abrió la puerta y dejó ver el interior de aquel departamento.
— Wow, es más grande de lo que imaginé - Sunoo comentó.
— ¿Enserio tu hermana te lo regaló?
— Sí. Ya sabes, ella regresó a vivir cerca de la casa de mis padres así que me dió este departamento para vivir mientras estudio en la universidad.
— ¿Y si se entera que estoy viviendo junto a tí?
— Descuida. No creo que se moleste - Sunoo agarró la mano de Sunghoon y lo adentró al interior del departamento —. Este será nuestro hogar de ahora en adelante, Sunghoon.
— No pensé vivir contigo tan rápido.
Ambos chicos se rieron. Sunoo rodeaba con sus brazos el cuello de Sunghoon mientras él sostenía su cintura.
— Algún viviremos en una bonita casa con la decoración que nosotros hayamos diseñado luego de graduarnos.
— Tendrá muchas fotos de nosotros.
— Un bonito jardín y muchas habitaciones.
— ¿Por qué muchas habitaciones?
— Para las habitaciones de los niños que decidamos adoptar en el futuro. No te dejaré ir tan fácil, Park Sunghoon. Luego de graduarnos pienso pedirte matrimonio.
Sunghoon sonrió y le robó un beso a Sunoo.
— Acepto desde ahora ser tu esposo.
Sunoo también sonrió y ambos juntaron sus labios en un apasionado beso.
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— ¿Enserio te vas, Sunghoon? ¿Te vas abandonandome a mí y todos los planes que hicimos juntos?
— Se supone que nos estamos dando un tiempo, Sunoo. Lo mejor será no vivir juntos hasta entonces.
— Sunghoon - Sunoo agarró con fuerza el brazo de Sunghoon —. Por favor, no me dejes.
— Sunoo, no hagas esto más difícil, por favor. Tú y yo sabemos que esto es lo mejor para los dos.
— ¿Algún día volverás a mí?
— Sabés que mi corazón siempre estará junto a tí. 彡
El estado de salud de Sunoo no era tan crítico como el de Jake. Él estaba fuera de peligro. Lo únicos grave que tenía era su brazo fracturado. En estos momentos, Sunoo estaba en una cirugía ya que el hueso de su brazo se había roto.
Luego de tanto llorar, Sunghoon estaba más tranquilo, al igual que Ni-ki, quién se sentía tan impotente por aún no tener las fuerzas suficientes para ponerse de pie y haber ido junto a Jake.
Mientras tanto, Jungwon estaba en la habitación de HeeSeung.
— Entonces, ¿no pudieron capturar a nadie?
— No. La policía aún sigue investigando el caso para ver si encuentran alguna pista. Desgraciadamente, ese almacén está ubicado a las afueras de la ciudad de no hay camaras de seguridad a sus alrededores.
— Ahora esos desgraciados están atacando de dos en dos.
— Ni-ki y Sunghoon están devastados. Es cómo si les hubieran quitado una parte importante de ellos mismos.
— Ojalá pudiera levantarme de esta cama para poder estar a su lado y consolarlos.
— Tú enfócate en recuperarte.
— Tú también, Jungwon. Aún tienes ese vendaje sobre tu cabeza.
— Estoy fuera de peligro. Además, el doctor ya me dió de alta.
— ¿Enserio?
— Sí, sólo me recetó unas cuantas pastillas por si tengo algún dolor - Jungwon acariciar suavemente la mano de HeeSeung —. Gracias por ayudarnos a buscar a Jake.
— Era lo menos que podía hacer porque sé que mis padres no habrían aceptado de todos modos.
— Tengo que ir a casa. Mi madre está cómo loca preguntando por mí - Jungwon se rió ligeramente y luego besó la frente de HeeSeung —. Cuídate. Mañana vendré a verte.
— Estaré esperando tu visita.
Jungwon se alejó de la camilla y salió de esa habitación. Afuera estaba JongSeong.
— Vámonos a casa - Jungwon entrelazó su mano con JongSeong y salieron juntos del hospital.
— Probablemente tu madre se alterará aún más luego de enterarse de todo esto.
— Ya me imagino el interrogatorio que me hará luego de que en las noticias haya salido a la luz los misteriosos ataques que están ocurriendo en nuestra universidad.
— ¿Crees que estará bien dejar a Ni-ki y Sunghoon?
— Creo que ellos podrán apoyarse mutuamente porque están pasando por el mismo dolor y angustia. No hay nadie mejor que ellos mismos para entender al otro.
JongSeong asintió.
⏳
Abrió la puerta con cuidado para evitar hacer tanto ruido. El plan era pasar desapercibido pero no pensó que su madre estaría sentada en un sofá de la sala viendo en el televisor la noticia de los ataques que han ocurrido en la universidad. Sin embargo, algo curiosamente llamó la atención de Jungwon y era que al lado del sofá dónde estaba sentada su madre también había una maleta.
— Parece que tú también haz sido una de las víctimas - Sujin apagó la televisión y se puso de pie —. ¿Sabes quién es la persona que está detrás de todo esto? La policía está dando una jugosa recompensa a quién dé datos específicos sobre la persona detrás de esos ataques.
— ¿Por qué yo sabría algo sobre esa persona?
— Porque a tí también te atacaron y de alguna u otra forma debiste ver el rostro de tu atacante.
— Te equivocas, madre. No pude ver el rostro de la persona que me atacó. No sé quién está detrás de esto.
— ¿A ti no te atacaron? - Sujin preguntó, dirigiéndose directamente a JongSeong con tono inquisitivo.
JongSeong negó lentamente, sin levantar la mirada.
— No, señora. Estoy bien.
Sujin lo observó con una mezcla de duda y desconfianza.
— No sé si llamar a eso suerte o algo más, pero… - Sujin hizo una breve pausa y su expresión se endureció —. Tengo que decirlo, no confío en ti. Después de lo que pasó aquel día en la cocina.
JongSeong frunció el ceño, claramente incómodo, y miró a Jungwon buscando apoyo. Antes de que pudiera responder, Jungwon intervino.
— Mamá, basta. No es momento para esto.
Sujin lo ignoró y continuó, su voz cargada de reproche
— Te comportaste de una manera tan extraña y luego saliste apresuradamente de la cocina, sin dar explicaciones. Desde entonces, algo no me cuadra contigo. Y ahora, con lo que está pasando en la universidad, no puedo evitar pensar que tú podrías estar involucrado.
JongSeong se quedó en silencio luego de escuchar esa confesión. Jungwon dio un paso al frente, poniéndose entre los dos.
— JongSeong, ¿puedes ir a tu habitación, por favor? Yo hablaré con mi madre.
JongSeong dudó un momento, pero asintió y subió las escaleras sin decir una palabra.
Cuando el sonido de los pasos de JongSeong se desvaneció, Sujin se cruzó de brazos y miró a su hijo con severidad.
— No entiendo cómo puedes tenerlo viviendo aquí. Después de todo lo que está pasando, ¿no te preocupa tu seguridad?
— JongSeong no es peligroso, mamá. No tienes idea de lo que ha pasado o de lo que está enfrentando.
Sujin chasqueó la lengua con desaprobación
— No parece un chico normal, Jungwon. Si valoras tu vida, deberías alejarte de él antes de que algo malo te pase. He conocido a bastantes chicos extraños como él. Yo no pienso quedarme en esta casa sabiendo que alguien como él está aquí.
Jungwon lo miró con incredulidad.
— ¿Qué estás insinuando? ¿Que JongSeong está detrás de los ataques? Eso es absurdo, mamá. Él nunca haría algo así.
— Eso dices tú, pero la realidad es que no lo conoces tanto como crees - replicó Sujin con firmeza, tomando su maleta.
Jungwon negó con la cabeza, cruzando los brazos.
— No voy a echarlo, ni voy a alejarme de él. JongSeong no tiene a nadie más, y yo sé que él no es lo que tú piensas.
Sujin suspiró, cansada de discutir. Antes de irse, se acercó a Jungwon y bajó la voz, susurrándole al oído.
— Sobre la mesa de tu escritorio hay un sobre de papel con un USB. No me preguntes cómo llegó allí, pero tiene información sobre ese chico que tienes viviendo en esta casa. Tal vez deberías verlo antes de seguir defendiendo lo indefendible.
Sujin no esperó ninguna repuesta, abrió la puerta de la casa y salió de ahí. Jungwon corrió hacía su habitación y vió el sobre de papel con el USB. Miró el objeto con extrañeza. Luego, leyó lo que estaba escrito en el sobre.
Espero está información te sirva, Jungwon.
Atte: Detective Choi.
Jungwon se sorprendió. Buscó su laptop pero estaba apagada así que la puso a cargar y guardó el USB. Luego, decidió ir a la habitación dónde JongSeong se estaba quedando. Abrió la puerta y lo vió mirando a través de la ventana.
— Tu madre desconfía de mí, ¿cierto?
— No me importa su opinión - Jungwon cerró la puerta detrás de él y se acercó a JongSeong —. Ella se fué. No sé si regresara a casa junto a mi padre y mi hermana o se irá a vivir a otro lado. La verdad es que no me importa lo que pase con ella. Ni siquiera se preocupó por verme en este estado y lo único que quería era saber si sabíamos algo sobre nuestro atacante para obtener dinero.
— Estás muy tenso, Jungwon - JongSeong agarró sus manos y las acarició suavemente.
— Tengo una mezcla de enojo y tristeza. Todo ocurrió tan repentinamente que hasta ahora me cuesta procesar lo sucedido.
JongSeong soltó las manos de Jungwon y agarró sus mejillas. Luego, besó su frente.
— Si sigues así podrías tener un colapso emocional.
— Quizás necesito relajarme y olvidar por un momento todas estas desgracias que nos están pasando - Jungwon suspiró.
— ¿Quieres que haga algo para distraerte? Tal vez podría preparar tu comida favorita o—
JongSeong no pudo terminar de decir sus ideas porque Jungwon lo interrumpió con un beso.
— Lo único que necesito eres tú, JongSeong - Jungwon susurró y volvió a robarle un beso a JongSeong —. Ayúdame a olvidar todo este dolor que estoy sintiendo y cubrelo con tu amor.
— Si eso es lo que quieres entonces lo haré - JongSeong besó la comisura de los labios de Jungwon —. Te amo.
Jungwon no respondió con palabras; en lugar de eso, se inclinó hacia JongSeong y lo besó. Fue un beso lento, lleno de emociones que habían estado acumulándose durante todo este tiempo porque no habían tenido mucho tiempo para ellos. Sus labios se movieron con una mezcla de ternura y pasión, explorándose con cuidado pero también con una necesidad urgente.
Las manos de JongSeong encontraron el camino hacia su cintura, aferrándose a Jungwon como si temiera que pudiera desaparecer. Jungwon respondió enredando los dedos en su cabello, tirando suavemente mientras lo acercaba más. El beso se profundizó, sus lenguas encontrándose en una danza íntima y sincronizada, enviando escalofríos por todo su cuerpo.
Sin romper el beso, JongSeong lo guió hacia la cama, sus movimientos llenos de cuidado y devoción. Cuando sus piernas tocaron el borde, JongSeong lo sujetó con firmeza por la cintura y lo recostó con delicadeza sobre las sábanas, asegurándose de que estuviera cómodo. Sus labios nunca se separaron, continuando ese baile apasionado que hablaba más que cualquier palabra.
Se subió con cuidado sobre él, apoyándose en un brazo mientras la otra mano acariciaba su rostro, bajando lentamente por su cuello hasta llegar a su clavícula. Sus dedos trazaban pequeños círculos sobre su piel, enviando oleadas de calor dondequiera que lo tocaba. Jungwon arqueó ligeramente la espalda, sus manos deslizándose por su pecho hasta sus hombros, sintiendo la fuerza contenida en su cuerpo.
— Eres todo para mí - JongSeong habló entre susurros, su voz ronca por la intensidad del momento —. No quiero perderte.
— Jamás me perderás, JongSeong. Yo siempre estaré junto a tí.
Jungwon lo besó nuevamente, esta vez más profundo, más entregado. Sus cuerpos se movían en perfecta sincronía, cada caricia, cada roce lleno de amor y deseo. JongSeong continuó trazando caminos de ternura con sus manos, bajando por sus costados, memorizando cada curva, cada reacción.
Ambos se deshacieron de sus prendas de vestir. JongSeong besó cada rincón del cuerpo de Jungwon mientras lo acariciaba suavemente. Jungwon también dejó un camino de besos en el cuello y hombros de JongSeong. Asimismo, con sus uñas, dejó marcas en su espalda cada vez que JongSeong besaba un lugar sensible en él o cuando empezó a moverse dentro de él, tan profundo, haciéndolo suspirar de placer.
Sus respiraciones entrecortadas llenaban el silencio, mientras sus cuerpos se buscaban y se encontraban con cada caricia, cada beso. JongSeong miraba a Jungwon como si fuera lo más precioso que había tocado en su vida. Sus manos exploraban su rostro, sus cabellos, y luego descendían hasta sus manos, entrelazándolas con las suyas.
— Prométeme algo - Jungwon habló en un susurro, sus ojos brillando con lágrimas no derramadas mientras JongSeong besaba su cuello y a la vez se movía lentamente dentro de él.
JongSeong alzó su rostro, sus labios apenas rozando los de Jungwon mientras lo miraba con toda la devoción del mundo.
— Lo que sea.
— Prométeme que nunca me olvidarás, sin importar lo que pase.
El corazón de JongSeong se encogió ante el peso de sus palabras, pero no vaciló.
— Nunca podría olvidarte. Tú eres mi hogar, mi razón. Si alguna vez te pierdo, viviré buscándote, aunque me lleve toda la vida.
Jungwon sintió cómo una lágrima se deslizaba por su mejilla, y JongSeong la atrapó con un beso suave, uno que contrastaba con la intensidad de lo que ambos estaban compartiendo.
— Yo también te prometo algo - JongSeong continuó hablando, sus manos enmarcando su rostro, obligándolo a mirarlo directamente a los ojos —. Pase lo que pase, siempre voy a protegerte. Aunque el mundo nos separe, aunque las estrellas caigan del cielo, mi amor por ti será eterno. Por favor, tú tampoco nunca me olvides.
Sus palabras lo atravesaron como una daga, llenándolo de una mezcla de esperanza y dolor. Jungwon lo atrajo hacia sí y lo besó con más fervor, como si quisiera grabar ese momento en su piel, en su alma.
— ¿Cómo podría olvidarte, JongSeong? Te amo como nunca pensé que podría amar a alguien - Jungwon confesó —. Además, quizás otras personas puedan alterar mis recuerdos pero jamás mis sentimientos. Yo siempre te amaré en esta vida y en cualquier otra dónde nos encontremos.
— Si algún día tengo que alejarme, Jungwon, no será porque dejé de amarte. Será porque te amo demasiado para permitir que algo te haga daño.
Jungwon negó con la cabeza, incapaz de aceptar siquiera la idea de separarse de él.
— No. Si tú te alejas, yo te encontraré. Prefiero enfrentar cualquier peligro contigo a vivir en un mundo donde no estés.
Jungwon lo abrazó con fuerza, sus manos recorriendo su espalda mientras sus labios buscaban los de él nuevamente. En medio de los besos, entre respiraciones entrecortadas, se juraron amor eterno.
— Prometo ser tu refugio, tu calma, tu todo - JongSeong susurró, su voz cargada de una pasión que igualaba el ritmo frenético de sus corazones.
— Y yo prometo ser tu fuerza, tu apoyo, incluso cuando el camino sea oscuro - Jungwon respondió.
El mundo fuera del cuarto podía estar desmoronándose, pero en ese momento, nada más importaba. Se amaron con la desesperación de quienes saben que el tiempo es un enemigo, con la intensidad de quienes están dispuestos a desafiar al destino. Sus labios se movían en perfecta sincronía, hablándose en un lenguaje silencioso que sólo ellos entendían.
Cada beso, cada promesa era una marca imborrable, un recuerdo que quedaría tatuado en sus almas, incluso si el peligro que los rodeaba terminaba separándolos. Porque en ese instante, mientras estaban envueltos en amor y pasión, eran eternos.
A medida que el amor y la pasión se entrelazaban, la habitación se llenó de un aura cálida y envolvente, dejando claro que lo que compartían era mucho más que deseo; era un amor profundo e inquebrantable
Dr13a.
Regresé con nuevo capítulo 😎 ¿Qué tal les pareció?
Gracias por leer y votar 💙
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