046: Descubrir la verdad (Parte 2)
Sunoo caminaba por los pasillos de la universidad luego de haber salido de clases. Se sentía un poco estresado por todas las tarea que tenía que hacer. La mayoría de los estudiantes estaban en clase, así que el pasillo estaba prácticamente desierto. El sonido de sus pasos retumbaba suavemente, acompasado por el eco lejano de voces en otras aulas.
De repente, un escalofrío recorrió su espalda. Antes de poder girar o reaccionar, sintió cómo algo frío y afilado se apoyaba suavemente contra la piel de su cuello. Una mano firme lo sujetó del brazo, deteniendo su avance.
— No grites - susurró una voz ronca y desconocida detrás de Sunoo —. Si haces exactamente lo que te digo, no saldrás lastimado.
El mundo de Sunoo pareció ralentizarse. Sus ojos se abrieron de par en par, y el aire se atascó en su garganta.
— ¿Q-qué quieres? - Sunoo murmuró, intentando no moverse.
— Camina - ordenó el desconocido con un tono bajo y seco, empujándolo hacia adelante. La navaja se deslizó ligeramente, rozando su piel.
Sunoo obedeció, sintiendo el pulso retumbarle en los oídos. Su mente trabajaba a toda velocidad, buscando una salida, pero cada vez que pensaba en huir o gritar, la presión de la navaja aumentaba lo suficiente como para advertirle que no lo intentara.
El hombre lo guió por el pasillo hasta detenerse frente a la puerta de un salón vacío. Empujó a Sunoo con brusquedad, abrió la puerta y lo obligó a entrar. La sala estaba en penumbra, con la luz de las ventanas proyectando sombras alargadas sobre el suelo.
— ¿Por qué estás haciendo esto? - Sunoo intentó girarse para mirarlo, pero antes de que pudiera reaccionar, el desconocido le propinó un golpe en el estómago. El dolor lo hizo doblarse hacia adelante y caer de rodillas.
— Cállate - gruñó él.
Antes de que Sunoo pudiera recuperarse, sintió cómo ese sujeto lo agarraba del cabello y lo arrastraba hacia el centro del aula. Sunoo intentó zafarse, pero el desconocido le dio una patada en las costillas que lo hizo gritar y desplomarse al suelo.
— ¡Por favor, para! - Sunoo suplicó con la voz entrecortada por el dolor.
Su atacante no mostró piedad. Se inclinó sobre Sunoo y comenzó a golpearlo con los puños cerrados, cada impacto más fuerte que el anterior. Sunoo alzó su brazo derecho en un instinto de defensa, pero un crujido seco y el dolor insoportable que le recorrió el cuerpo le hicieron saber que algo se había roto.
— ¡Agh! - Sunoo gritó, llevándose la mano izquierda al brazo fracturado. Lágrimas rodaban por sus mejillas mientras trataba de retroceder, pero su cuerpo apenas respondía.
Su atacante continuó golpeándolo. Cada puñetazo hacía eco en el aula vacía, mezclándose con los sollozos ahogados de Sunoo. En algún momento, su visión comenzó a nublarse, las figuras y luces del salón se volvieron borrosas, y el dolor, aunque constante, empezó a parecer lejano.
Finalmente, cuando el desconocido pareció satisfecho, se puso de pie y lo observó en el suelo, su rostro estaba ensangrentado por las heridas.
Sunoo apenas podía percibir lo que sucedía a su alrededor. El frío del suelo contra su mejilla era lo único real mientras la oscuridad lo arrastraba hacia la inconsciencia.
Aquel desconocido tomó una foto de Sunoo y se la envió a alguien. Luego, salió del salón y comenzó a caminar por el pasillo, sin percatarse que alguien lo estaba siguiendo.
El atacante de Sunoo salió de la universidad y empezó a caminar por los alrededores. En un pequeño callejón donde habían grandes contenedores de residuos sólidos, aquel desconocido se detuvo y habló:
— Ya hice lo que me encargaste.
Jake se escondió sigilosamente detrás de un contenedor y se asomó cuidadosamente para ver quién era la persona a la cuál le había hablado ese sujeto.
Hubo silencio durante unos instantes hasta que se escucharon unas risas. Jake creía que se estaba volviendo loco porque escuchaba la voz de un chico y una chica riéndose.
— Acabo de ver la foto. Gracias - Jae salió de entre las sombras y le entregó un sobre de papel que contenía varios billetes de dinero —. Esa es tu recompensa.
— Gracias, Jae - el desconocido sonrió y guardó rápidamente el sobre de papel en el bolsillo de su pantalón.
Jake, en ese momento, pudo reconocer quién era ese chico. Justamente ese era el chico al cuál Ni-ki quería seguir.
El atacante de Sunoo se fué. Jake siguió escondido mientras tomaba algunas fotos.
— Regresemos con él para saber cuál será el siguiente paso.
— De acuerdo - la chica apareció y caminó junto a Jae hacía la salida de es callejón.
Jake no sabía quién era esa chica ni tampoco recordaba que alguno de sus amigos hubiera mencionado que también había una chica involucrada en esto.
También salió del callejón y vió a los dos jóvenes subirse a un taxi. Jake también detuvo un taxi y le pidió que siguiera el auto donde iba Jae y aquella chica.
El recorrido duró bastante tiempo, hasta que Jae y la chica se bajaron del taxi y empezaron a caminar. Jake también se bajó del taxi, le pagó rápidamente chófer y empezó a seguir a los dos jóvenes.
Jake miró a su alrededor. No habían muchas casas en ese lugar. De hecho, estaban un poco alejados de la ciudad. Miró su celular y se dió cuenta que la batería se estaba acabando así que en cualquier momento se apagaría. La señal era muy baja en ese sitio y mientras avanzaba iba disminuyendo la señal.
Cómo última opción, le envió unos mensajes a Ni-ki para avisarle que estaba a punto de desenmascarar a la persona que estaba detrás de todos estos ataques. Dejó su GPS encendido para que Ni-ki viera su ubicación hasta dónde sea que la batería de su celular resista.
Siguió caminando sigilosamente hasta que llegaron a un almacén que estaba en un mal estado. Jake juraría que ese almacén estaba abandonado.
Jae y la chica entraron a ese almacén. Jake se armó de valor para acercarse a ese lugar y asomarse por una ventana que estaba completamente abierta. No vió a nadie cerca que pudiera verlo así que entró al almacén a través de la ventana.
Empezó a caminar cuidadosamente mientras miraba a su alrededor, buscando dónde podrían haberse escondido Jae y la chica. Sin embargo, mientras miraba hacía arriba, sintió una descarga eléctrica que lo hizo perder la consciencia y caer al suelo.
— Bien hecho, Eunhee - Jae sonrió y se puso de cuclillas para ver el rostro de Jake —. Él estará encantado de verlo.
— Pensé que no se atrevería a entrar a este almacén pero es bastante ingenuo.
— Busca su celular y asegúrate que no haya nada que nos involucre. Yo buscaré unas cuerdas para amarrarlo contra una silla de madera - Jae se puso de pie y miró a su alrededor mientras pensaba dónde podrían haber cuerdas que le sirvieran para sujetar a Jake.
— Su celular está apagado - Eunhee informó —. No tiene batería.
— Entonces, simplemente rompelo en pedazos con ayuda de una madera o una piedra.
Ambos jóvenes se dedicaron a hacer lo suyo mientras Jake estaba tirado en el frío suelo lleno de polvo.
† Hospital
Sunghoon, Jungwon y Ni-ki comían un sándwich mientras seguía compartiendo pequeñas anécdotas sobre su vida. Aunque los que más hablaba de eso eran Sunghoon y Ni-ki.
El sonido de notificaciones interrumpió la conversación entre ellos. Ni-ki sacó su celular del bolsillo de su pantalón y vió los mensajes que Jake le había enviado. Su sonrisa se borró.
— ¿Qué sucede, Ni-ki? - Jungwon lo miró con preocupación.
— Jake siguió a Jae.
— ¿Él sólo? - Jungwon se puso de pie.
— Jake está en peligro. Tenemos que ir a buscarlo - Ni-ki sintió como su corazón se aceleraba y sus manos empezaban a temblar.
— ¿Pero cómo sabemos dónde está? - Sunghoon preguntó.
— Me envió su ubicación en tiempo real. Sin embargo, hace varios minutos se perdió el rastreo. Jake dijo que su celular tenía baja batería.
— Tenemos que pedir ayuda a la policía.
— No creo que nos hagan caso, Jungwon.
— Debemos intentarlo. ¡No podemos permitir que Jake muera! - Jungwon gritó alterado —. Si tan sólo el detective Choi estuviera vivo para que nos ayude.
— ¿El detective murió? - Ni-ki recién se enteraba de esa noticia.
— La familia de HeeSeung es la única que podría ayudarnos - Jungwon susurró y luego salió corriendo del jardín.
Ni-ki trató de ponerse de pie pero aún estaba muy débil cómo para caminar. Sunghoon lo ayudó para que nuevamente tome asiento.
— Sunghoon, acompaña a Jungwon. Por favor, salven a Jake.
Sunghoon asintió y dejó sólo a Ni-ki. Afortunadamente sabía dónde estaba la habitación de HeeSeung. Llegó hasta ahí y encontró a Jungwon rodeado de policías mientras les hablaba en voz alta a los señores Lee.
— ¡Tienes que ayudarme, por favor! - Jungwon suplicaba al borde de las lágrimas.
— Saquenlo de aquí - el señor Lee les ordenó a los policías que tenían agarrado de los brazos a Jungwon.
— ¡La persona que está atacando a mi amigo es él mismo que mandó a atacar a Lee HeeSeung!
Los señores Lee miraron con mayor interés a Jungwon. El padre de HeeSeung hizo una señal para que los policías soltaran a Jungwon, quién se acercó al señor Lee y se puso de rodillas.
— Por favor, ayúdeme. Necesito su influencia para que la policía decida buscar a mi amigo. Su vida corre riesgo y podría terminar igual que HeeSeung o incluso podrían matarlo. Por favor, ayúdenos.
Sunghoon corrió hacía Jungwon y también se puso de rodillas junto a él.
— Necesitamos de su ayuda, señor Lee - Sunghoon también suplicó.
— Jake se está sacrificando por descubrir la verdad. ¿Usted quiere venganza por lo que le pasó a su hijo? Pues está es la única oportunidad que tiene para descubrir la verdad.
De pronto, una doctora salió del consultorio dónde estaba HeeSeung.
— El jóven Lee necesita silencio para que pueda descansar. Ahora está inquieto preguntando que sucede.
— ¿HeeSeung despertó? - Jungwon alzó su rostro y miró a la doctora.
— Sí.
Jungwon se puso de pie y entró al consultorio. Detrás de él entraron Sunghoon, los padres de HeeSeung y algunos oficiales de la policía.
— ¡HeeSeung! - Jungwon rompió en llanto mientras tomaba la mano de HeeSeung y la acariciaba suavemente —. Por fin despertaste.
— ¿J-jungwon? - HeeSeung habló en voz baja.
— ¿Conoces a mi hijo? - el señor Lee le preguntó a Jungwon.
— Estudiamos en la misma universidad. Somos amigos - Sunghoon respondió en su lugar y también se acercó a la camilla dónde estaba HeeSeung.
— ¿Qué sucede? - HeeSeung preguntó.
— Jake está en peligro. Está poniendo su vida en riesgo para descubrir la verdad. Necesitamos ayuda para buscarlo.
— Papá - HeeSeung miró a su padre —. Por favor, busca a Jake.
Los señores Lee se miraron entre sí durante unos segundo y luego miraron a la policía.
— Busquen a ese jóven de nombre Jake.
† Con Jake.
Jake empezó a abrir sus ojos lentamente. Alzó su rostro y vió frente a él a las dos personas que había estado siguiendo.
— Por fin despiertas - Jae sonrió —. Es un placer tenerte aquí, Jake.
Jake se miró a sí mismo y se dió cuenta estaba atado a una vieja silla de madera, con las manos amarradas a la espalda y los pies firmemente sujetos. Respiraba con dificultad, intentando ignorar el sudor que le corría por la frente.
— El placer es mío por ver sus estúpidas caras - Jake trató de mostrarse valiente.
— Pero miren a quién tenemos aquí.
Jake escuchó una tercera voz que provenía detrás de él. Quiso girar su rostro para ver a esa persona pero sintió un frío mental sobre su cabeza.
— Si tratas de ver quién soy, te disparare.
— No necesito tratar de ver quién eres porque ya lo sé.
— ¿Enserio? Entonces, dime, ¿quién soy?
— Park JongSoo.
Jae y Eunhee se miraron entre ellos y luego miraron a la persona que estaba apuntado con una pistola la cabeza de Jake.
— ¿Cómo sabes de ese nombre?
— Porque Park Jay y Park JongSeong no existen en los registros públicos - Jake respondió.
Escuchó una risa siniestra que hizo estremecer a Jake.
— Los estúpidos de mis padres eran tontos, pero al menos eso lo hicieron inteligentemente.
— ¿Tu mataste a tus padres? - Jake preguntó.
— En primer lugar, era un niño cuando ellos murieron. En segundo lugar, no fué necesario porque ellos mismos se mataron. Pero sí me hubiera gustado ser yo el que acabara con sus vidas.
— ¿Ustedes también soy psicópatas? - Jake miró a Jae y Eunhee, quiénes negaron con su cabeza —. Entonces, ¿son sólo los peones del imbécil que me está apuntando con una pistola?
— Somos un equipo, Jake - Jae respondió —. Y cómo seguramente sabes, un equipo está conformado por un grupo de personas y entre esas personas hay un líder. Él es en líder.
— ¿Se dedican a atacar a personas inocentes? - Jake volvió a preguntar.
— Parece que tienes muchas preguntas que quieres hacer, Jake - él nuevamente habló —. Hagamos un trato. Tú haces las preguntas y yo respondo, ¿de acuerdo?
— No creo que respondas mis preguntas fácilmente.
— No eres tan idiota cómo creía - sonrió —. Tienes razón. Conseguir las respuestas no será tan fácil. Sin embargo, ¿aceptas mi trato o no?
Jake miró a Jae y Eunhee, quiénes sonreían, cómo si se estuvieran divirtiendo.
— Acepto.
— Perfecto. Te diré las reglas. Lo que está apuntando tu cabeza es un bonito revolver 38 con capacidad de seis municiones. Responderé todas tus preguntas, si sobrevives. Tres disparos. Si en ninguno de ellos sale la bala, tendrás tu verdad. Si no, bueno, creo que ya sabes qué pasará si sale la bala. ¿Estás listo?
El corazón de Jake latía con fuerza.
— Hazlo.
El psicópata giró el tambor en dónde se almacenan las balas y cuando éste terminó de girar, apuntó la cabeza de Jake y disparó.
Jake cerró sus ojos con fuerza pero no sintió ninguna bala, luego, escuchó que volvieron a disparar, pero ninguna bala salió.
— Parece que no tienes tan mala suerte - Eunhee sonrió.
Otra vez escuchó ese sonido de disparo, pero ninguna bala salió. Jake abrió sus ojos mientras sentía que el corazón quería salirse de su pecho debido al miedo que había sentido.
— Haz tu pregunta.
— ¿Por qué nos estás atacando?
— No tendría sentido decirte el motivo porque perderías el interés en nosotros. Sin embargo, puedo decirte que te estoy atacando a tí por tu padre.
— Mi padre era el psiquiatra que estaba estudiando tu caso, ¿cierto?
— Tu padre me trató cómo una maldita rata de laboratorio. Creo que respondí de más, ahora toca nuevamente girar la ruleta.
Él volvió a girar el tambor del revólver y nuevamente apuntó la cabeza de Jake. En el primer intento, no salió la bala. En el segundo intento, tampoco salió de la bala.
— Enserio que tienes demasiada suerte - Jae se cruzó de brazos.
El tercer intento se realizó y Jake nuevamente tuvo la oportunidad de hacer una nueva pregunta.
— ¿Amas a Jungwon, Park JongSeong?
Eunhee y Jae sonrieron con ironía e intercambiaron una breve mirada.
— Esa es una pregunta difícil de responder. Lo quiero tanto vivo cómo muerto.
— ¡Jungwon te ama, JongSeong! ¡Él confía en tí y tú lo traicionas de esta manera! ¡Eres un ser despreciable!
El sonido de las sirenas de policía se empezaron a escuchar a lo lejos, cosa que alertó a Jae y Eunhee.
— Eres un maldito - Jae no se contuvo y le dió un puñetazo en el estómago a Jake, que lo hizo perder el aire —. Avisaste a la policía.
— Debemos irnos de aquí - Eunhee habló.
Jake sintió un fuerte golpe en la cabeza y luego un disparo se escuchó. Las gotas de sangre empezaron a resbalarse por la ropa de Jake hasta caer al suelo, resonando en ese espacio el constantemente goteo de la sangre.
Sus ojos se fueron cerrando y lo último que escuchó fueron las pisadas de esos tres chicos.
Dr13a.
Enciendan sus velitas para que Jake no se vaya y esté presente en la segunda temporada 🕯️
Gracias por leer y votar 💙
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