Capítulo 4
Hisui, es un chico muy reservado, poco expresivo y a la vez algo intenso y arisco. Pero él no es así naturalmente, solía ser un chico muy callado y tímido, si era reservado y maduro de por sí, pero eso no le impedía ver la vida de mejor forma, tiene una razón MUY PODEROSA para estar con ese mal carácter, el cual fue forjado por un mal momento en su vida. No le gusta que le lleven la contraria, no le gusta que le pregunten demás, simplemente quiere que las cosas se hagan A SU MANERA, ya al que no le guste bien puede decidir entre LARGARSE o MORIR... Obviamente a la mayoría de las personas le da por LARGARSE, ya que ninguna persona en su sano juicio prefiere que este lo mate, más si tiene familia a la cual atender.
— ¿Qué pasaría si Moroha entra allí? — Le pregunta Riku — Ya sabe a qué me refiero ¿No es así?
No le dijo ni una sola palabra al respecto, simplemente fijo aún más su mirada en el camino, para así ver si pensaba que responder ante ese asunto planteado por su fiel sirviente el cual estaba esperando una respuesta de parte de su señor.
— No entrará allí — Responde confiado — Además, no creo que en su estado logre abrir esa puerta.
— ¿Y si llega a hacerlo? — Preguntó nuevamente — ¿Qué vamos a hacer? ¿La matará?
— Es la sentencia — Suspiró — Pero ella ha sufrido demasiado como para acabar sus días muriendo por un error, que ni siquiera ella sabe que es un error.
Riku se sorprende ante aquellas palabras, ¿Acaso su señor estaba considerando perdonarle la vida? ¿Acaso sería capaz de volver a su estado inicial de bondad? Levantó ambas cejas por el asombro que tenía... Eso hizo pensar muchas cosas a Riku.
— No quiero adelantarme a nada, pero en sus palabras... He llegado a entender que puede llegar a confiarle ese secreto a ella.
— No lo creo — Bufó — Ella jamás confiaría en mí, yo no puedo confiar en alguien que desconfía de mí.
— ¿Entonces por qué le perdonaría la vida? — Riku se confunde aún más.
— Ciento compasiones hacia ella — Suspira — No quiero hacer lo que Jyuubei-Sama estuvo a punto de hacerle a ella.
Entre platica y platica, por fin llegaron al palacio; Riku se percató de inmediato de que todo el olor y esencia de la ShiHanyo estaba esparcido en toda la estructura, incluida la puerta — Intento salirse — Toca su frente — Vamos a entrar, señor... O se desesperará aún más. Abrieron el portón y se encontraron con Moroha, la cual estaba sentada y de brazos cruzados, viéndolos a ambos de muy mala forma, como REGAÑÁNDOLOS por haberla dejado encerrada, Hisu-sama frunció el ceño en respuesta a su mal gesto, pareciera que ambos estaban en una competencia de miradas, a ver quién lograba infundir más miedo.
Ninguno de los dos se dignaba a hablar y romper toda esa tención que había en el ambiente; no fue sino hasta que Moroha tomó la iniciativa, en tono altanero y autoritario... Le reclamó — ¡ERES UN IMBÉCIL! — Lo golpea en el pecho y este no hace nada — ¿DE VERAS CREES QUE PUEDES TENERME ENCERRADA COMO SI FUESE UN ANIMAL ENJAULADO? — Riku lo miró como diciéndole "TE LO DIJE" pero a Hisu-sama no le importaba en absoluto, solo la dejó hablar sin contestarle — ¡NO QUIERO ESTAR AQUÍ! — Exclamó — ¡NO SOY TU PRICIONERA!
— ¡CALMATE! — Esta vez la toma por los hombros y la sacude un poco — No estas entendiendo porque lo hago.
— Lo haces porque sabes que te conviene ¿NO ES ASÍ? — Le decía a regañadientes — Nadie hace algo sin pedir algo a cambio.
— ¡HE DICHO QUE TE CALLES! — La sacude un poco más, ella intenta soltarse, pero este termina apresándola entre sus fuertes y vigorosos brazos — No quiero que seas mi prisionera, solo quiero a... — Vuelve a interrumpirlo mientras intenta zafarse de la jaula en la que estaba.
— ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? — Rezonga fuertemente.
Riku en vista de que su amo no estaba sabiendo llevar toda esta situación como debería ser, decidió que lo mejor era que interviniese en el asunto, antes de que todo estallara en CAOS — Moroha-chan, Jyuubei escapó — Le advierte — Si sale del palacio, la encontrará y es probable que le haga daño.
Su semblante cambió ante aquella noticia — Entonces... ¿El viejo está libre? — Se espanta de solo pensarlo — Espero no se le ocurra venir aquí.
— No tiene las AGALLAS suficientes para enfrentarme — Suspiró — Sabe que si se atreve a mirarte siquiera... ¡LO MATO!
— Pero... ¿Y mis cosas? — Dijo excusándose — Dejé todo en su casa y debo...
— Ya todo está en su habitación — Dijo Riku tratando de ser simpático — Usted no se preocupe, todo está bajo control.
La verdad, la ShiHanyo no encontraba que pensar al respecto, ya que pareciese que ellos pudiesen leer sus pensamientos... Lo cual para ella resultaba ser muy extraño, jamás había estado con unos personajes tan fuera de lo normal como lo eran HISU-SAMA y RIKU-SAN. El chico de la cicatriz, la tomó en brazos y la llevó nuevamente dentro del palacio seguido de las chicas que se suponen deben cuidar de ella, las cuales seguían preguntándose unas a otras la razón por la que su señor estaba haciendo eso — Yo creo que si siente algo por la pequeña — Susurraba Misuri — Para ellas, que una chica entrara a palacio, significaba que iba a ser una de las que él usaría para divertirse, a menos que solo la quiera para la servidumbre aparte, así como lo eran ellas, pero el trato hacia Moroha era muy distinto ya que la busca, la atiende, le manda las mejores cosas, e incluso les mandó a ellas a buscarle unos cuantos Yukata bien finos para que se los probara — Puede que sí — Contestaba Saory — De otra forma, no haría todo esto — Hisu-Sama, percatándose de los susurros, se detuvo al instante y volteándose a verlas, les dijo de mala gana — ¿QUÉ TONTERÍAS ESTAN HABLANDO AMBAS? — Frunce el ceño — No hablen más de la cuenta o las corro.
— Lo sentimos, señor — Dicen a coro mientas hacen una reverencia — No volverá a suceder.
Dejaron todo en la habitación y les ordenó que le dejaran a solas con la ShiHanyo. Así lo hicieron, salieron de la habitación y cerraron la puerta; ella estaba perpleja ante todas las cosas que tenía frente a sus ojos, todo era muy fino que digamos... Jamás en su vida había aspirado siquiera a algo como eso — Son para ti — Dijo de forma fría — Si vas a vivir aquí, no puedes seguir usando la misma ropa de siempre.
— ¿Qué tiene de malo mi ropa? — Dijo con algo de desagrado — A mí me gusta.
— No he dicho que te deshagas de ella — Rueda los ojos — Solo quiero que tan siquiera uses estos que he mandado a comprar para ti.
Se sonroja — La verdad... Veré a ver cómo le hago — Traga saliva — Yo no soy una chica fina.
— Puedes llegar a serlo — Intenta sonreír — Confío en ti.
Ambos se petrificaron por aquellas tres palabras que salieron de la boca de Hisu-Sama... ¿Acaso ha dicho que confía en ella? ¿O acaso escuchó mal? Lo que sea, ya no podía retractarse ya que si llegase a hacerlo, podría hacer que la ShiHanyo enserio se lo tome a mal y va a ser peor. Moroha desvió la mirada de forma abrupta y apenada, lo cual hizo que Hisui se impresionara al ver la cantidad de ternura e inocencia que había frente a sus ojos — Nunca me había topado con una muchacha tan tierna, inocente y pura — Pensaba al verla — Siento como que si estuviese purificando mi alma — Intentó buscar su mirada nuevamente, pero le era imposible ya que ella la apartaba rápidamente porque le resultaba muy incómodo mirarle a los ojos.
— Me... Alaga saber que, confías en mí — Tocó su cabello de una forma un tanto nerviosa y coqueta — Pensé que te caía mal.
Baja la cabeza algo apenado por lo que acababa de decirle, siempre es la misma historia con todo el mundo, siempre lo creen malo e intimidante, incapaz de sentir compasión por alguien, incapaz de sentir afecto alguno, pero tal parece que esta vez, la historia podía ser diferente y todo gracias a esa niña — Para nada — Respondió — No tengo motivos para odiarte.
— Si de verdad confías en mí... Quiero que me digas aunque sea... ¿Cuál es tu verdadero nombre? — Preguntó con curiosidad — Solo quiero saber eso.
Hubo un silencio de varios minutos, ya que el chico de la cicatriz no sabía si era buena idea decirle a ella su verdadero nombre, pero si esa era una prueba para que ella vea que él si confía en ella, entonces iba a acceder, ateniéndose luego a las consecuencias — Hisui — Lo soltó de forma seca y cortante — Mi nombre es Hisui.
— Es un nombre muy bonito — Sonrió — Me gusta.
Se pone de pie — Bueno, te dejaré descansar, te noto algo alterada — Le da la espalda — Tenemos una visita importante esta noche y quiero que te arregles bien.
— Está bien... trataré de arreglarme lo mejor que pueda — Hace un gesto de astucia.
— Otra cosa, Moroha — Se detuvo.
— Dígame — Contesta algo preocupada.
— No quiero que me llames por mi nombre frente a los demás que están en esta casa — Le ordena — Exceptuando a Riku, el sí sabe mi verdadero nombre.
— Entendido — Le regala una sonrisa.
Hisui sale de la habitación para así dirigirse a donde se encontraba su mano derecha, Riku, para así hablar un poco sobre la invitada que llegaría a cenar con ellos. A decir verdad, esa persona iba de vez en cuando, era la única persona de su pasado a quien él le permitía verle, puesto que no tenía más opción, además le apreciaba bastante todavía a pesar de todo lo que había pasado anteriormente — No sé si sea buena idea que Moroha vea a la señora — Le comentaba Riku — ¿Y si es verdad lo que suponemos? — Hisui solo se quedó callado mientras caminaba de un lado para el otro pensando en qué era lo que iba a hacer ahora al respecto... Ya que un paso en falso, podría delatarlo y descubrirlo ante Moroha, pero si no permitía que ella se acercara, ella lo odiaría e intentaría escapar y no era conveniente — Si es así, correríamos mucho peligro, pero no creo que ella sepa quién es Moroha — Le contesta al fin — Cuando eso, ella no estaba presente por lo que sé.
— Es mejor que no digamos el nombre de ella en su presencia — Le sugiere Riku — No hay que arriesgarnos más.
— Estoy de acuerdo, pero ya veremos cómo le hago — Suspira.
— ¿Va a encerrarse nuevamente? — Pregunta.
— No. Te parecerá extraño, pero voy a decirle algo a Moroha — Comienza a caminar.
— Él no es un chico que hace mucha plática — Pensaba Riku — Creo... Que solo está intentando jugar con su frágil alma... Espero que no la convierta en otra más de su colección.
. . .
Me observaba en el espejo para ver que ha pasado con mi rostro, ya que si sigo estando así de fea no voy a ir a ver a esa visita, me va a disculpar Hisui, pero no pasaré vergüenza... Bastante tengo con que las jóvenes de las aldeas me consideren rara por mi estilo de vida y mi apariencia, como para que alguien de más alto rango, venga a querer tirársela de LISTA y venir a ofenderme. Tomé nuevamente el espejo (Puesto que lo había hecho a un lado por un momento) y me miré — Bien, creo que las horas que llevaba sentada, esperando a que el chico de la cicatriz fea se dignara en aparecer — Iba diciendo — Me sentaron bien ¡LA HINCHAZÓN BAJÓ! — Lo único que no se me quita es mi nariz rota, estoy segura de que eso terminará de sanarse en una o dos semanas, golpes si desaparecen ¡En un tris tras! Pero una fractura así, me toma una semana cuando mucho.
Otra cosa que había estado surcando por mi cabeza era eso de que... Me impresionó que Hisui me dijera que confía en mí, a decir verdad no sé por qué sentí una gran EMOCIÓN. Siéndoles muy franca, siempre que se me acerca, siento como mi corazón se acelera y mi sangre hierve... Es una sensación demasiado extraña, pero a la vez me gusta sentirme así, no sé qué está pasándome, cada vez que lo veo siento esas cosas... — ¡RAYOS! — Pareciese que le hubiese invocado con el pensamiento, ya que apenas terminé de pensarlo, apareció en la habitación, dejó a un lado su arma y se dispuso a sentarse a mi lado — Otra vez esta maldita sensación — Pensaba — Yo intentaba no decir algo que pudiese dejarme en vergüenza ante él, así que prefería callar hasta que a él se le ocurriera hablarme a mí.
— Ya es tiempo de que te explique las reglas que tienes que cumplir si vas a seguir viviendo aquí — Dijo en voz de mando.
— ¿Qué se supone que no debo hacer? — Preguntaba a la defensiva.
— Simple y claro... — Se afinca de la pared — Puedes recorrer todo este palacio, puedes tocar todo lo que te plazca y dar órdenes a quien te plazca MENOS A RIKU, el solo me obedece a mí.
— Entendido... ¿Qué más? — Enarco una ceja — Siento que falta otra cosa.
— Si, como te dije puedes sentirte dueña de todo. Solo que TE PROHIBO TERMINANTEMENTE que entres a la última habitación que se encuentra antes de bajar al SOTANO — Truena sus dedos — Llego a encontrarte allí... Y no vivirás para contarlo.
Sentí como un frío enorme me invadió desde la cabeza hasta los pies... ¿ACASO ESTÁ AMENAZANDOME? No lo sé... Pero a decir verdad, ahora me da mucha curiosidad el saber ¿Qué HAY ALLÍ? ¿Por qué no quiere que yo entre a esa habitación? Creo, que allí está la verdadera razón de lo que está escondiendo ese individuo, por los momentos... Le voy a hacer caso, es su casa y son sus reglas y si algo he aprendido es que si no son mis reglas, debo de respetarlas quiera o no quiera — Entendido — Trago saliva — Pero... ¿QUÉ HAY ALLÍ? — Veré si me da aunque sea una pista de que puede ser, o quizás si vuelva a responderme de mala gana.
— NO ES DE TU INCUMBENCIA NIÑA — Me grita — Ya te lo advertí... Pero en fin, no quiero seguir con este tema.
— Hisui... Simplemente... Quiero saber un poco más sobre la persona que me salvó la vida — Dije apenada y toda sonrojada — No era mi intención...
— No puedes... Saber más de lo que ya sabes — Suspira — Lo siento, pero no puedo hacerlo.
Algo me dice... Que eso no es del todo cierto, pero... No le obligaré a decirle que me lo cuente todo, aunque a decir verdad QUIERO SABERLO TODO, quiero que me diga que ha pasado en su vida, QUIERO CONOCERLO, saber porque llegó a ser lo que ahora es... Quiero saber porque Hisui ES MALO o al menos porque finge ser MALO, porque eso de salvarme de un hombre ABUSIVO, no lo hace una persona que sea ABSOLUTAMENTE MALA que digamos, o es que quizás mi concepto de MALDAD no está bien definido.
No le hice más preguntas, solo tomé mi ungüento especial y me lo aplique, quizás ya con eso más tarde termine de bajar la hinchazón que cargo. Pensé que se iría pero... No fue así, solo se quedó allí sentado sin decir nada más, observándome y analizándome supongo, su presencia sigue perturbándome... Jamás... Me había sentido de esta forma al tener a un hombre frente a mí, la mayoría de las veces anteriores, solamente sentía asco y miedo (Aunque miedo... Si le tengo un poco a este sujeto, pero comparado con el que le tengo a Jyuubei-Sama, no es nada en absoluto), mis malas experiencias me dicen que en cualquier momento, Hisui puede dejar de aparentar ser BUENO y dejar de fingir que le importo, para luego hacerme MUCHO DAÑO, porque alguien que asesina gente solamente porque sí y porque le place... No es de fiar, o al menos eso es lo que me dice Setsuna.
Pero otra voz en mi cabeza me dice que debo confiar en él, que Hisui es una buena persona y que todo lo que hace es por un trauma de su pasado — Él no es como Jyuubei-Sama — Pensaba — ¡TE SALVÓ LA VIDA MOROHA! Te está tratando como si fueses su protegida... Debes de darle tan siquiera una oportunidad — Y es que esa voz en mi cabeza tiene razón... Pero tampoco me agrada mucho la idea de estar aquí de gratis, pudiendo trabajar para él como mérito y en agradecimiento por todo lo que está haciendo, no me siento bien disfrutando de algo por lo que yo ni siquiera he trabajado... Pero siempre que le digo que quiero pagárselo, se molesta... ¿POR QUÉ NO DEJA QUE LOS DEMÁS LE DEMUESTREN AGRADECIMIENTO? Me resulta frustrante, pero va a tener que acostumbrarse o no sé cómo va a acabar todo esto.
— ¿Qué tanto piensas? — Hablé para por fin romper el silencio.
— Cosas... — Responde de forma fría y cortante — Cosas... Que aunque no quiera, siempre vienen a mi mente.
— Ya veo... — Dije poniendo interés — Malos recuerdos... ¿No es así?
Asiente, luego abre la boca para intentar decirme algo, pero la cierra inmediatamente empuñando sus manos. Pareciese que quisiera decirme lo que pasaba por su mente en ese momento, pero se retractó por alguna razón en especial, pasaron unos cuantos minutos cuando de repente — ¿Tú también tiene malos recuerdos? — Preguntaba para que dejáramos de hablar de él — ¿No es así?
— Siempre los tengo — Contesté — Desde que llegue a casa de Jyuubei-Sama, siempre tengo malos recuerdos, pesadillas, temores... UN INFIERNO en mi cabeza.
Como es su costumbre, no me respondió nada más, solo me observó un poco más y decidió retirarse, pero antes me recordó que debía arreglarme bien para esta noche por lo de la invitada especial — Está bien — Le doy la espalda — Ya te dije que lo haré lo mejor que pueda — Bufé — Sale de la habitación imponente y audaz, dejando claro que por donde andaba él era el centro de atención, a decir verdad, si logra su cometido... Porque hasta yo, no puedo dejar de mirarlo cuando me percato de que él está cerca — ¿Por qué me impresionas tanto IDIOTA? — Me preguntaba en voz alta — ¿Qué tienes tú para que yo me impresione? — Suspiraba mientras sentía como mis mejillas iban tornándose tibias, lo cual me indicaba que ya estaba toda sonrojada — Es mejor que me duerma un rato — Pensé mientras me recostaba en el futón que tenía allí — Así el ungüento que me aplique hará efecto y quizás así también deje de pensar tantas tonterías. Dicho esto, me dispuse a intentar quedarme dormida para empezar a arreglarme un poco para la cena de esta noche.
HORAS MÁS TARDE
Me había quedado profundamente dormida, se puede decir que si pude descansar lo suficiente como para estar bien en la cena de esta noche. Misuri me despertó puesto que ya estaban en plan de esperar a la visita y yo tenía que estar arreglándome; me estiré un par de veces y luego de frotarme los ojos, me observé en el espejo — ¡BIEN! — Dije feliz — Ya han desaparecido gran parte de los moretones.
— Vamos a arreglarla un poco — Dijo Misuri mientras traía uno de los kimonos que me mandó a comprar Hisui — ¿Cuál quiere ponerse? ¿El rosa o el verde?
— El verde — Le dije señalándolo — No me gusta mucho el rosa — Bufé — Pero solo porque el riquillo lo compró para mí, lo usaré otro día.
Me ayudó a colocármelo poco a poco, ella se quedaba asombrada porque a decir verdad no esperaba que mis moretones se estuvieran curando tan rápido, lo raro es que no me haya preguntado ¿Por qué? Aunque en algún momento deberá saber que yo no soy completamente humana — Señorita Moroha — Decía observando mi rostro nuevamente ya que iba a aplicarme un poco de maquillaje — ¿Cómo se le han curado los moretones tan rápido? — No sé porque no me sorprende que me haga esta pregunta, y honestamente no sé si decirle la razón aunque a decir verdad, tengo miedo de como pueda reaccionar, pero... Misuri y Saory han sido buenas conmigo en mi corta estadía en este sitio, así que voy a confiar en ellas y les diré a ver que va a pasar —La razón por la que puedo curarme rápido — Decía nerviosa — Es porque no soy completamente humana.
Como me lo esperaba, ambas me observaron de pies a cabeza, supongo que para intentar buscar algo en mí que no fuera humano, o algo que pudiese confirmarles que lo que estoy diciendo puede ser verdad — Soy ShiHanyo — Suspiré — Mi sangre demoníaca ayuda a que mis heridas externas sanen rápido. Lamentablemente, tengo heridas internas que todavía están de cuidado, pero no es un dolor que no pueda soportar ya.
— No me esperaba que fueras eso — Dijo Saory muy impresionada — No parecieras poseer sangre demoníaca.
— Pues, soy más humana que demonio — Sonreía mientras ella cepillaba mi cabello el cual iban a dejarlo suelto para completar el atuendo — Pero tranquilas, yo no maltrato a los humanos.
Ambas sonrieron y dejaron de estar tensas.
— ¡LISTO! — Exclamó Misuri contenta — Así quedó perfecta... ¡A HISU-SAMA LE ENCANTARÁ! ¡ESTOY SEGURA!
Pareciese que ellas no tienen en claro que hoy habrá alguien más en el palacio, o quizás Hisui no quiere que nadie se entere de que esa persona está aquí ¡NO LO SÉ! Es que es tan impredecible que juraría que está inventando todo solo para que yo me arregle un poco y salga así para luego llevarme a solas y toquetearme (Cosa que no permitiría JAMÁS, primero lo mato antes que dejarme tocar por él) la verdad no lo sé.
— Bien, entonces, a esperar a que Hisui... Digo... ¡HISU-SAMA! Me llame — Dije nerviosa puesto que se me escapó su nombre ante ellas.
— ¿Acaso le dijo Hisui? — Preguntó Misuri algo confundida.
— ¡NO! Solo me confundí — Intentaba hacer que lo olvidaran a toda costa — No le llamen así o podría molestarse, quizás piensa que es... Para burlarse y no queremos eso.
— Tranquila, no lo haremos — Dijo Saory — Lo conocemos bien, así que no nos atrevemos a hablarle de nada que no sean afirmaciones o negaciones.
— Y sobre quedarse aquí — Intervino Misuri nuevamente — Él nos dijo que le dijéramos que puedes salir a caminar por el palacio.
— Está bien, entonces iré — Me pongo de pie.
Se me había olvidado por completo que hace un rato me había autorizado para recorrer todo el lugar a mi gusto (Menos la habitación que mencionó) Así que aproveché la oportunidad para hacerlo, dejé a las chicas ordenando mis cosas y comencé a caminar a ver que encontraba de interesante.
. . .
— Así que la ha puesto a prueba — Decía Riku al escucharlo hablar — ¿Por qué tomó esa repentina decisión?
— Porque le dije algo — Lo mira de forma iracunda — Y quiero ver si valió la pena que le dijera esas tres palabras.
— ¿A poco le dijo que...? — Levanta ambas cejas en señal de asombro.
Asintió.
— Espero la niña Moroha no falte a esta prueba — Decía Riku ahora más angustiado — De otra forma, la matará ¿No es así?
Vuelve a asentir ante las palabras de Riku.
Hisui sabía perfectamente que si Moroha faltaba a su palabra de no entrar a esa habitación, tendría que matarla, así se tratase de una prueba de confianza, pero aunque así fuera, algo dentro de él esperaba que de verdad no abriera esa puerta, muy dentro de su corazón deseaba dejarla viva, no quiere matarla... No quiere hacerle daño — No faltes a tu palabra pequeña — Pensaba aun mirando en dirección a la ShiHanyo que se encontraba caminando del otro lado del jardín central — No quiero tener que matarte... Y menos por culpa de mi... Maldito pasado... Tú no tienes la culpa — no siguió esa conversación y encerrándose en su habitación se dispuso a arreglarse un poco para la cena importante de esa noche, se quitó su portentosa armadura, quedando solamente con la tela de abajo mientras se disponía a buscar que kimono usar... — ¡ME HACES FALTA TONTA! — Exclamó molesto — Tú eras buena para estas cosas... Pero ¡YA NO ESTÁS EN ESTE MUNDO! Ahora debo hacerlo yo solo.
Luego de pelearse un poco consigo mismo, decidió ponerse un kimono verde, el cual a él le gustaba mucho por así decirlo, se terminó de desvestir para colocárselo, cuando de repente siente que abren la puerta de golpe — ¡MALDITTA SEA! — Exclamó y al voltear, se quedó de piedra al ver quien era la persona que estaba abriendo la puerta — ¿TÚ? ¿QUÉ HACES AQUÍ? — Enarca una ceja.
— ¡LO SIENTO! — Dijo ella y cerró la puerta de golpe. — ¿Por qué hice eso? — Dijo Moroha toda sonrojada — ¡SOLO QUERÍA DECIRLE ALGO! ¡NO SABÍA QUE ESTABA DESNUDO!
— No hay duda de que esta niña, sigue siendo muy inocente — Se muerde el labio — Pero bien que sabe ser curiosa.
No le dio importancia a la situación y se dispuso a terminarse de arreglar se para así salir a ver si su visita especial ya se encontraba en palacio. Pero al salir, se encuentra a la ShiHanyo quien aún se encontraba allí en el pasillo toda nerviosa por lo que vio hacer un momento — Pensé que ya te habías ido a seguir el recorrido — Su voz ronca invadió los delicados tímpanos de Moroha haciendo que esta se sobresaltara y le viera de reojo — T-Te estaba esp-perando — Tartamudeaba un poco.
— Mira... No tienes porqué sentir vergüenza — Le dice de forma un tanto COQUETA y a la vez intimidante — Si quieres verme así, solo tienes que decírmelo...
Lo abofetea fuertemente — ¡ATREVIDO! — Le grita — Solo te espere para pedirte disculpas por haber entrado sin llamar...
Tocó si mejilla la cual le ardía un poco, puesto que la bofetada que le dio la ShiHanyo de verdad que fue muy fuerte — No tienes por qué disculparte — Rueda los ojos — Que tú me veas así, no me molestan en absoluto.
— ¡EN FIN! — Le da la espalda — ¡TE VEO EN UN RATO!
Da dos pasos e Hisui la jala hacia él, pegándola a su cuerpo rápidamente, lo cual provocó que ella se estremeciera por completo, su mirada estaba fija en ella y no pensaba apartarla. Moroha abrió su boca para intentar decirle algo, pero simplemente no podía, las palabras no salían... Estaba petrificada — ¿Me tienes miedo? — Preguntó imponente — Dímelo...
— N...N-No es eso — Intenta desviar la mirada pero le era imposible — Es que...
— No mientas... Lo veo en tus ojos — Toca su mejilla la cual aún, a pesar de estar casi curada, todavía tenía marcas de moretones, debajo de todo el maquillaje — Tus hermosos ojos marrones, tan profundos e inocentes, me dicen que tienes miedo a que te tome por la fuerza ¿No es así?
— ¿C-Cómo diablos lo supo? — Pensaba asombrada — Es... Exactamente lo que estoy pensando ahora con respecto a él.
— Te repugna mi cicatriz, al igual que a todo el mundo — Se acerca a su rostro, tomando con su mano la delicada barbilla de la ShiHanyo — Pero algo te dice que... Soy más que lo que vez.
Moroha se siente amenazada y a la vez algo intrigada y nerviosa, puesto que no entendía ¿Cómo ese individuo estaba leyendo todos y cada uno de sus pensamientos? ¿Cómo es que está llegando a ver cada rincón de su delicada y frágil alma con tan solo mirarla a los ojos? — ¡NO! ¡NO PUEDE SER! — Pensaba aterrada — ¿Cómo lo está haciendo? — Hisui quería llegar a saber lo que ella realmente piensa sobre él, pero... Ni ella misma sabe que piensa en realidad, no ha ordenado las ideas en su cabeza con respecto al joven, esta confundida y ahora aterrada por lo que estaba presenciando en ese precio momento.
— Puedo asegurarte, que tú jamás has besado a un hombre — Rosa sus delicados labios y ella... Intentaba soltarse, pero le era imposible, sus heridas internas no le permitían hacer mucha fuerza, o al menos no la necesaria para quitárselo de encima — Apuesto a que esto es muy incómodo para ti — Se ríe de forma pícara — Porque estoy segura de que no has tenido a nadie que se te acerque como lo estoy haciendo ahora.
— Suéltame... Le dice de forma temerosa — Por favor.
Accedió de inmediato — Nos vemos cuando llegue la visita — Se ríe de forma pícara mientras desaparece por el pasillo.
El corazón de la ShiHanyo latía con mucha fuerza, con tanta fuerza que ella creía que iba a salirse de su pecho, no sabía que pensar, ya que había en su mente una gran pelea de emociones, por un lado se sentía ofendida, acosada y amenazada, nerviosa, pero por otro lado, se sentía emocionada, feliz y algo contenta, de saber que el chico de la cicatriz fea, casi le daba un beso... Que por un momento la tomó en cuenta, aunque sea de esa forma — ¿QUÉ DIABLOS TE PASA MOROHA? — Exclamó — ¿Por qué? ¿POR QUÉ TE EMOCONA ALGO ASÍ? — Bufó — Hisui es un TONTO.
Siguió dando traspiés por el palacio, cuando de repente, le dieron aviso, de que se acercara al salón principal, donde sería la cena con el ente invitado por Hisui — Bueno, ahora si toca FINGIR que eres elegante — Pensaba en voz alta mientras que intentaba caminar de forma "REFINADA" — Ahora estaba nerviosa por saber de quien se trataba... ¿Quién podrá querer acercarse a un joven tan problemático y poco amable como él? — Eso tengo que averiguarlo — Seguía pensando en voz alta hasta que por fin llegó al salón principal... Su piel se erizó, palideció un poco y sus manos se tornaron frías en un abrir y cerrar de ojos — Adelante — Le ordenó y le indicó que se sentase a su lado.
Así obedeció, Hisui solo miraba a la persona sin decirle ni una sola palabra, era un tanto aburrido que digamos, pero conociendo a nuestro querido SUJETO era de esperarse, Moroha quería decir algo, pero estaba segura que si hablaba sin avisar, arruinaría todo y no quería causarle más problemas al chico de la cicatriz, así que prefirió callar un rato más.
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LA AUTORA:
¡FELIZ #MoroHisuWEEK QUERIDOS LECTORES!
La cosa se va poniendo aun más tensa... ¿Qué estará ocultando Hisui en esa habitación secreta? ¿Creen que Hisui sea capaz de matarla si llegase a entrar allí? ¿Quién es esa persona misteriosa que llego a cenar con ellos? ¡SON TANTAS PREGUNTAS! Pero bueno, iremos resolviendo cada uno de estos enigmas poco a poco y de a uno por uno.
Por otro lado... ¡MORÍ! ¡MORÍ CON EL PEQUEÑO MOMENTO ENTRE MOROHA E HISUI! Como lo describe, a decir verdad es muy impredecible e inesperado... ¿Qué estará pensando hacer este muchacho? ¡PRONTO LO SABREMOS!
¡NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN!
- Kirara 💅🏻✨.
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