Capítulo 3
Moroha se acercaba cada vez más al matadero, ella no tenía idea de lo que pasaba en su "casa" en este preciso momento, Jyuubei-Sama había estado tomando descaradamente y estaba demasiado ebrio. Si cuerdo la lastima, no queremos imaginarnos siquiera que sería capaz de hacerle estando así de ebrio; por otro lado, Riku estaba a punto de llegar a la casa de Hisu-Sama quien lo estaba esperando ansioso por saber la buena nueva con respecto a la que el cataloga como su "PRESA" o algo así.
Riku, aunque tenía algo de conocimiento sobre la razón por la cual su señor quería ayudar a Moroha, seguía sin entender la razón principal... Ya que ella no es la primera, ni la última que han visto con ese problema, le extraña mucho que quiera ayudarla precisamente a ella, una completa desconocida, a alguien que aparentemente no viene al caso en la vida de su señor. Por fin llega a palacio, y entrando en la habitación principal le dijo Hisu-Sama algo azorado — ¡RÁPIDO! — Trata de tomar aire — ¡TENEMOS QUE AYUDARLA! — Se pone de pie ante semejante escándalo que hizo Riku al entrar a su habitación.
— ¿Qué es lo que sucede ahora? ¿Le pasó algo a la niña? — Pone interés.
— No... ¡PERO PUEDE PASARLE! — Lo mira fijamente — Lo que usted sospecha, es verdad.
— Lo sé — Dijo imponente — Pero no sé cómo hacer ahora para intervenir sin que ella se niegue.
— Sea lo que sea, debe ser rápido — Se preocupa Riku — Ella corre peligro.
No dijo ni una sola palabra más sobre el asunto, solo tomó su arma y acercándose a Riku, le hizo una seña, dándole a entender que se iban — ¿No nos iremos en el carruaje? — Preguntaba — Negó con la cabeza y se dispusieron a correr lo más rápido que pudiesen para así llegar a tiempo.
. . .
Entré en la aldea, y sentí un escalofrío ya que todo estaba DEMASIADO TRANQUILO, pareciera uno de esos cuentos de miedo que Towa nos cuenta a veces cuando está aburrida... Aunque me atrevo a decir que da más miedo esto que lo que me cuenta ella, es que ni siquiera está la señora que me suplica que no regrese a mi casa – Esto es muy extraño — Pensaba en voz alta ante tal incertidumbre, avance aún más para así acercarme a mi destino final... Mi subconsciente me dice que debo ALEJARME DE ALLÍ lo más rápido que pudiese, pero a decir verdad, yo ya no quiero escapar más.
Un aroma a alcohol invadió toda mi cavidad nasal, era algo HORRIBLE... No soporto el olor a alcohol, y mucho menos el aroma de Jyuubei ¿Cómo creen que me encuentro ahora que tengo esa mezcla de olores en mi nariz? — ¡QUÉ ASCO! — Pensé en voz alta mientras me acercaba a la puerta; entré y lo vi, tirado en el suelo con una botella de sake en las manos, consumido totalmente por el alcohol — Ahora entiendo porque mi cerebro me avisaba que debía marcharme de aquí cuanto antes — Me decía a mí misma antes de colapsar totalmente por el miedo que sentía — No dude más y di la vuelta para salir corriendo, pero en un abrir y cerrar de ojos... Me tomó y me arrojó al suelo como de costumbre mientras me decía acercándose demasiado a mí — Tú no vas a ir a ninguna parte pequeña — Empieza a reírse de forma MACABRA — La piel se me puso de gallina al mirarlo fijamente a los ojos... Estaba totalmente consumido por el alcohol, sus ojos no tenían brillo alguno, no había nada que pudiera hacer para que él se quitase de encima o dejara de verme de forma tan GROTESCA y atrevida — Solo golpéame y lárgate — Pensaba toda petrificada — ¡SOLO GOLPEAME Y LARGATE! — Tomo mis pequeñas manos y las colocó arriba de mi cabeza mientras se reía con malicia... Yo intentaba patalear lo más que podía para hacer que se alejara, supongo... Pero me era INUTIL, no me escuchaba ni pensaba hacerlo, en su cerebro solo había un objetivo esta vez, un objetivo que yo quiero evitar a toda costa — ¡VA A HACERLO! — EMPIEZO A LLORAR — ¡VA A VIOLARME! ¡NO! ¡NO PUEDO DEJAR QUE LO HAGA! — Mientras pensaba, sentía como tocaba mi cuerpo con sus grandes y asquerosas manos, yo solo lloraba aterrada... ¡NO QUIERO QUE ENTRE EN MÍ! No quiero tener sexo... Y mucho menos con la persona que más odio en este mundo.
Besó mi cuello un par de veces — ¡PARA JUYYBEI-SAMA! — Le suplicaba — ¡GOLPEAME! Pero no me hagas esto ¡TE LO SUPLICO! — No me escuchaba. Luego procedió a besar mi boca, pero justamente antes de que lo hiciera... ¡LE ESCUPÍ! Lo cual hizo que me soltara y se apartara de mí por un instante — ¡MALDITA PERRA! — Renegó y enseguida cambió su mirada de PUERCO a "MAQUINA ASESINA" en un abrir y cerrar de ojos — ¡TE VAS A ARREPENTIR DE LO QUE ACABAS DE HACERME! — Gritó y se acercó nuevamente a mí, tomándome por el cuello como si fuese un animal. Me va a salir muy caro mi arranque de VALENTÍA, pero a decir verdad... No quiero que él sea... Mi primer hombre... ¡NO! Aunque después de lo que acabo de hacer... Dudo mucho que llegue a estar con alguien ya que... Será mi final debido a mi arranque de valentía... Pero ahora me atengo a las consecuencias de haberle escupido la cara. Empuñó su mano y me golpeó de frente lo cual hizo que mi vista se nublara al instante, de un momento a otro sentía como caía al suelo como si fuese una piedra.
Apenas mi sistema estaba procesando el golpe cuando vino el siguiente, sentí como la sangre inundaba mi boca, no sé de donde saqué tanta fuerza, pero grité... ¡GRITÉ LO MÁS FUERTE QUE PUDE! — ¡CALLATE MALDITA! — Me gritó seguido de otro golpe, no iba a dejar que me callara la boca tan fácilmente, así que cogí aire nuevamente y volví a soltar otro grito; ¡VA A MATARME! Era todo lo que pensaba al estar así... Por haberme revelado eso va a costarme la vida ¡VA A MATARME! Pero por otro lado pensaba, que si todo acababa, ya no tendría que estar soportándolo, ya no tendría que estar nerviosa o asustada por saber si el tipo que se supone debe cuidarme, me golpeará o no, si me mata podré ver a mis padres y reclamarles todo lo que tengo que reclamarles, pero al fin podré conocerlos, si me mata podré encontrar la paz que tanto he estado deseando encontrar, aunque honestamente yo quería encontrarla sin necesidad de morir en el intento. Grité fuerte una última vez y sentí un golpe aún más fuerte que los anteriores. Caí al suelo ya noqueada por tantos golpes que me había dado, aunque... Por lo que siento, él sigue estando allí... ¿Por qué lo está? ¿Acaso piensa profanar mi cuerpo muerto? ¿Acaso piensa seguirme haciendo daño aún después de muerta? No lo sé, pero tampoco pienso averiguarlo, solo sé que ya no voy a estar.
Minutos después, había despertado, pero... Escucho un escándalo, intento levantarme pero... Mi cabeza me da vueltas y mi vista sigue borrosa; me tomó otro par de minutos, terminar de volver a la realidad en la que estoy viviendo ahora, y en cuanto logré hacer que mis ojos enfocaran bien, me fijé que alguien estaba golpeando a Jyuubei-Sama, pero... No distinguía quien era... — ¿POR QUÉ NO GOLPEAS A UNO DE TU TAMAÑO PEDAZO DE MIERDA? — Le gritaba mientras le zampaba otro golpe fuerte — Al escucharlo, supe de inmediato que se trataba de... — ¡EL CHICO DE LA CICATRIZ! — Dije — Sentí que alguien estaba detrás de mí, pero no podía voltear, mi cuello me dolía demasiado como para girar y ver, así que me limite solo a observar lo que pasaba entre Hisu-Sama y Jyuubei-Sama, lo cual estaba en tensión en este preciso momento.
Hisu-Sama lo golpeó, lo golpeó, lo golpeó... ¡Y LO GOLPEÓ! Hasta que lo dejó tirado en el suelo todo noqueado — No volverás a hacerlo nunca más — Tomó su espada, la cual desenvainó y se dispuso a acercarse a él — ¡VA A CORTARLE LA CABEZA! Me aterré puesto que... Aunque estoy acostumbrada a hacerle eso a los Yokais, a una persona que está cerca de mí, no me gustaría presenciarlo... Así que le grité — ¡CICATRIZ FEA! ¡NO! — Dije moviéndome como pude — ¡NO EN MI PRESENCIA! ¡POR FAVOR! — Él me miró y automáticamente dudó de lo que estaba haciendo, pareciese que no entiende la razón por la cual quiero que pare, no es porque le tenga afecto, sino porque no quiero ver como lo matan justo en frente de mí, simplemente NO QUIERO PRESENCIARLO ¡ESTOY SENSIBLE AHORA! — Hisu-Sama volvió a mirarme como para corroborar de que fuese verdad mi decisión de que no lo matara en ese momento, a lo cual volví a asentir rápidamente y fijando su mirada nuevamente en Jyuubei-Sama le dijo frunciendo el ceño nuevamente — Te salvas por esta vez — Dijo guardando su espada — Pero donde vuelvas a tocarla... ¡TE MATO! — No podía creer lo que mis ojos estaban medio viendo...
Nunca nadie del pueblo se había atrevido a ayudarme con referente a Jyuubei-Sama, todos le tienen miedo, todos... Lo odian ahora por lo que me hace, pero nunca nadie (A excepción de la señora de al lado) intentó sacarme de allí y darle su merecido a Jyuubei-Sama, tuvo que hacerlo un completo extraño, alguien que apenas acabo de conocer — ¿La llevo al carruaje? — Escuché la voz de Riku y lo reconocí de inmediato — Esta vez no podré usar mi olfato por un tiempo, ya que él me rompió la nariz... Así no podré trabajar, o hacer cosas... Sino hasta que me recupere.
— No, yo mismo lo haré — Escucho la voz de Hisu-Sama — Te dije que no les avisaras... No quería que nadie más viera esto.
— Pero... A pie no podríamos llevarla — Explicaba — Bueno, de todas formas están aquí.
El chico de la cicatriz se acercó a mí, apartó con cuidado un mechón de mi cabello y lo colocó detrás de mí oreja con mucho cuidado — Ya estás a salvo pequeña — Me mira a los ojos, lo cual hace que me ponga aún más nerviosa... Es que su mirada penetra hasta lo más profundo de mi alma y de mi ser... Siempre que lo hace, pareciese que está escudriñándola, tratando de buscar algo hasta encontrarlo. Yo no quería que él me tocara... En realidad no quería que ningún hombre me tocara, así que me eché hacia atrás para tratar se zafarme, pero en su lugar llegue a chocar con Riku quien se encontraba detrás de mí.
— No te asustes, Moroha — Intenta tranquilizarme — Voy a sacarte lo más pronto posible de este infierno en el que vives — Me toma entre sus fuertes brazos y me saca de ese horrible lugar... Metiéndome con él a la carrosa — N-No t-tienes que ha-hacer es-to — Le decía en medio del dolor — Hisu-Sama, enserio — Me interrumpe.
— Iba a matarte... Y eso no lo podía permitir — Bufó.
— Pues... La verdad... — Decía aún sorprendida al ver que debajo de toda esa capa de dureza, hubiese un chico que tiene bonitos sentimientos por así decirlo, o al menos que sienta algo de BONDAD hacia una persona como yo — ¿P-por qué lo haces Cicatriz fea?
— Porque nunca nadie me ayudó... Cuando más lo necesité — Suspiró — Por eso hago esto.
Una expresión de sorpresa invadió mi rostro desfigurado e hinchado por los golpes, más que sorpresa, ahora es INTRIGA por saber ¿Por qué lo hace? ¿Quiere solo impresionarme y agregarme a su colección de conquistas? ¿O enserio le conmovió mi caso y quiere ayudarme de corazón? ¡SON TANTAS PREGUNTAS! Pero me temo que en mi estado no puedo hallar respuestas a estas interrogantes que me hago sobre EL CHICO DE LA CICATRIZ, para mí son tan impactantes todas las cosas que han pasado como una ráfaga, un chico que acaba de conocerme, que me trata de la patada, resultó ser el único capaz de ayudarme cuando estuvieron a punto de matarme hoy.
Nos alejamos de la casa de Jyuubei-Sama, para así llegar al palacio de Hisu-Sama. Riku de inmediato comenzó a atenderme y a tratar de curar las heridas graves que tenía — Va a dolerte — Decía mientras comenzaba el proceso de curación — Así que espero que sepas soportar — Yo no le dije nada al respecto, así que dejé que siguiera e hiciera su trabajo. Estaba intentando por sobre todas las cosas NO GRITAR, pero me era imposible, más cuando estaba tratando de llevar mi nariz hasta su sitio — Grito fuertemente — El chico de la cicatriz no se ha movido de la habitación desde que Riku-san estaba curándome, pareciese que estaba supervisando que todo marchara como es debido o así parece.
— ¡TRANQUILIZATE! — Me decía intentando arreglar mi nariz lo más cuidadoso posible — Si no te tranquilizas no podré hacer nada y te quedará la nariz bien fea.
Hice un gesto de desagrado, puesto que sabía que tenía razón, pero es que... ¡ME DUELE MUCHO! Y no sé qué hacer para ya no sentir dolor por causa de esto. Riku intento volver a su labor pero yo no me dejaba tocar — ¡DÉJAME YA! — Exclamé — ¡NO QUIERO QUE ME TOQUES! — Corrieron las lágrimas por mi rostro, ahora ya no por tristeza sino por dolor físico, ya no quería seguir con esto, pero al parecer Riku no iba a parar hasta conseguir que mi nariz estuviera bien — Yo la sostengo — Se escuchó la voz profunda y masculina de Hisu-Sama, yo fruncí el ceño, pero no dije nada al respecto puesto que en menos de lo que canta un gallo, ya él se encontraba detrás de mí, sujetándome con fuerza — Puedes continuar Riku-San — Dicho eso por fin pudo trabajar un poco mejor, ya que Hisu-Sama no me dejaba moverme siquiera, me apretaba con sus fuertes manos para que no me escapara...
... Rato después, por fin termino aquella tortura, me aplicó también una especie de pomada como la que uso a veces y me dijo que descansara — De seguro pronto te recuperas de esta ShiHanyo — Decía el chico de la cicatriz siendo muy cortante — Descansa — Cerro la puerta mientras se alejaba poco a poco.
Sigo analizando que fue todo esto que acababa de pasar... ¿Por qué me trae aquí para curarme pudiendo dejarme en otro lado con otro médico y otras personas? ¿Por qué regañó a Riku por haberle ordenado a los del carruaje que los siguieran? ¿Acaso no debían verlos cuando estaban sacándome de casa de Jyuubei? ¿A caso le daba vergüenza que lo vieran salir de allí con una niña herida entre sus brazos? ¿Es eso? La verdad que no sé con quién estoy tratando ahora mismo, no sé qué sea capaz de hacer este sujeto... No sé ni siquiera cuáles son sus verdaderas intenciones con respecto a mi persona.
Mi cuerpo estaba demasiado adolorido, así que pensé que era mejor descansar... Así mi cuerpo iba a sanar más rápido... Aunque sea tengo la certeza de que las más leves van a desaparecer pronto con mucho descanso. Recosté mi cabeza en la almohadilla que estaba allí puesta para mí y arropándome... Cerré mis ojos y poco a poco me fui quedando dormida profundamente.
AL DÍA SIGUIENTE
Me desperté rodeada de dos chicas, las cuales al verme destilaban preocupación, supongo que pensaran que soy un adefesio por andar toda golpeada, espero no me juzguen, porque se estarían equivocando feamente si piensan algo que no es... Hasta ayer, mi vida era un infierno, iban a matarme, pero... Alguien me salvo — ¿Se siente mejor? — Preguntó una de ellas — Yo asentí e intenté sonreírle mientras intentaba sentarme, pero el dolor no me dejaba en paz ¡SANTO CIELO! Mucho es que puedo moverme, creo que su objetivo era descalabrarme todo; toco mi cuello mientras hago un gesto de dolor, es que apretó tan duro... Que pensé que me ahorcaba en ese momento — Gracias por preguntar — Trueno mis dedos — Ya me encuentro algo mejor.
— El señor nos encargó que la cuidáramos — Se sienta a mi lado — Así que vinimos a cambiarle los vendajes y a aplicarle la pomada en sus heridas.
— La verdad no tenían por qué molestarse — Intentaba ser modesta y amable — Pero si se los ordenaron, yo tampoco puedo negarme.
— Díganos... ¿Cómo se llama? — Preguntó la segunda jovencita.
— Mi nombre es... Moroha — Sonreí — ¿Y el de ustedes?
Ambas me dijeron sus nombres los cuales eran Misuri y Saory, me dijeron que estaban preocupadas por mi estado, ya que el chico de la cicatriz, jamás trae a nadie así herida y mucho menos a una mujer, que es la primera vez que pasa esto — ¿Conocía antes al señor? — Preguntó Misuri con interés — Debe ser especial para él, como para que la haya traído aquí solo por estar herida.
— A decir verdad... No lo conozco, sino de hace poco tiempo — Suspiro — Tampoco entiendo porque hace esto.
— Nosotras pensamos que eras algo más que solo su conocida — Intervino Saory — Pero veo que juzgamos mal.
No quise decirles más y solo me limite a escucharlas, intentaban levantarme el ánimo a según ellas, querían ser mis amigas... Pero no sabía si con buena intensión o no, bueno no me romperé la cabeza (Más de lo que la tengo) pensando en eso... Lo mejor será que lo deje así. De repente surcó una duda por mi mente que me tiene toda extasiada desde que vi por primera vez a "cicatriz fea", y sin dudarlo lo dije en voz alta — Chicas... ¿Ustedes no saben cómo se hizo esa cicatriz en la cara? — Pregunté y las dos se quedaron en un silencio algo tétrico. Parece que hice una pregunta indebida, puesto que corrieron a ver si no había nadie en los alrededores, para luego sentarse nuevamente a mi lado y decirme — No deberías de tocar ese tema aquí en este palacio — Misuri temblaba de miedo — A Hisu-Sama no le gusta que le pregunten.
— Nadie sabe la razón por la cual tiene esa cicatriz en la cara — Alega Saory — Pero siempre que le preguntan, o termina matando al que hizo la pregunta o simplemente... Los hecha de su presencia. Depende de quien sea.
— No puede ser... Este tipo es un genocida — Pensaba — Pero debe ser una razón muy poderosa como para que quisiera matar a una persona por ello... Esto me hace dudar AÚN MÁS de lo que él es. No puedo confiar en alguien así. — Entonces, para que no les pase nada... No hablemos más de eso — Dije para cambiarles el tema de conversación — No quiero que les castiguen por mi culpa.
— Es mejor dejarlo así — Suspiró Misuri — Yo no quiero morir aún...
— Tranquila... No va a pasar — Toco su hombro suavemente — Ya te dije que no pienso seguir metiendo mis narices en ese asunto — Pues dije que no lo haría por ustedes... No que no seguiría investigando cuando me mejore — Pensaba — Tengo que averiguar con quien estoy tratando.
Dicho esto, ambas salieron a llevarse la vendas y a buscarme algo para desayunar, a decir verdad no esperaba que fuesen tan agradables, pensé que querrían criticarme por ser ahora la "CONSENTIDA" de Hisu-Sama, aunque parece que aunque a todas las derrite con la mirada, ninguna quiere ser la consentida de él... ¿Por qué? No lo sé, ni me interesa saberlo — ¡Pufs! — Ni que yo quisiera ser la consentida de ese tipejo. Tomé un espejo que cargaba por allí y revisé si tenía mi carmesí y en efecto si lo cargo, me miré al espejo... Y me espanté toda... Aunque seguía hinchada por los golpes, mi mente dibujaba una clara imagen de cómo se veía mi rostro cuando me sacaron de allá — La verdad que tengo toda mi cara desfigurada — Tragué saliva — Con razón ellas se compadecen de mí... Les doy LASTIMA.
Escuché como abrieron la puerta, pensé que se trataba de las chicas pero... Para mi sorpresa no era así, estaba frente a frente con Hisu-Sama, el cual al echarme un vistazo de pies a cabeza me dijo de forma seca — ¿Cómo te encuentras? — Mi cuerpo se puso a la defensiva, pareciese que estuviese avisándome algo... Pareciese que... Me indicara que hay PELIGRO cuando estoy cerca de él, supongo que debe deberse a lo que acaban de contarme las muchachas, el hombre parado frente a mi es un asesino y no sé qué hacer ahora... Así que solo me volteé y con mi mano hice un gesto para decir "más o menos" lo cual hizo que viniera otra cosa — No quieres que te vea nuevamente así ¿Cierto? — Camina para así ponerse nuevamente frente a mí e intentar buscar mi mirada.
— Estoy bien... ¿Qué no me ves? — Le respondo de forma tosca e irritada — Ya algunas heridas empezaron a sanar.
No me dice una sola palabra, solo me observa... Otra vez estaba tratando de escudriñar mi alma mientras que yo solo intentaba EVITAR A TODA COSTA que siguiera viéndome a los ojos — ¿No tienes cosas que hacer? — Le preguntaba a ver si por fin se iba. Pero este solo negó con la cabeza e intentaba nuevamente clavar sus ojos en los míos.
— ¡YA DÉJAME! — Exclamo al fin — ¡NO ME MIRES ASÍ! Que... — Me sonrojo al instante.
— Eres tan tierna — Toca uno de mis cabellos — No estas acostumbrada a que un hombre te mire de la forma en la que yo lo hago...
— ¿QUÉ QUIERES DE MÍ? — Le digo nerviosa — ¿POR QUÉ ME AYUDAS? ¿POR QUÉ TE INTERESO TANTO?
— Ya te lo dije — Contestó — No tengo nada más que agregar al tema.
— No creo que solo sea eso — Frunzo el ceño lo cual hace que vuelva el dolor a mí, pero no me importaba — Algo quieres... Y yo quiero saberlo.
— Ah. Cierto — Desvía el tema — Jyuubei te dejó libre de la deuda.
Mis ojos se iluminaron por completo por un instante... ¿Ha pagado mi deuda dice? — O-o sea que... ¿Ya no estoy atada a él? — Trago saliva — ¿Hablas enserio?
Asiente...
— No... Sé que decirte en este momento — Seguía atónita ante la noticia — Muchas gracias... Aunque, esa deuda no te correspondía a ti pagarla.
— A ti tampoco — Me toca el hombro con mucha delicadeza pero aparto su mano de inmediato — Ese hombre se sentía con poder sobre ti por esa deuda, ahora no tiene nada que hacer porque no tiene poder sobre ti.
Por primera vez en la vida siento que algo bueno está pasándome... Pude quitarme algo que creí que no borraría nunca de mi existencia... Aunque ahora siento que le debo algo a este individuo, tanto porque me salvo la vida, como porque acaba de pagar TODA MI DEUDA con ese tipo, siento que debo compensárselo de alguna forma, algo debo hacer para pagárselo — Te prometo que te lo pagaré — Dije y al instante se puso de pie.
— No me debes nada — Frunció el ceño.
— Pero si, yo te... — Me interrumpe.
— ¡HE DICHO QUE NO ME DEBES NADA! ¿ENTIENDES? — Me grita y al instante me pondo rígida como un palo y a la vez asustada ya que... He visto este escenario antes y no quiero volver a repetirlo nuevamente — Solo déjalo así — Sale de la habitación.
Aunque él se niegue, yo le voy a devolver todo lo que invirtió en mí, es que no me parece justo que gaste su dinero en una completa desconocida, además que la vida me ha enseñado que nunca nadie hace algo bueno por ti sin esperar algo a cambio, no quiero que después sienta que tiene poder sobre mí solo porque me pago una deuda y me rescató de ese tipo, no quiero que se vuelva a repetir ese círculo vicioso del que se supone acababa de salir — Lo mejor será irme — Dije en voz baja mientras me ponía de pie — No puedo seguir aquí... Y más con un completo desconocido.
Mi cuerpo se esquebrajó todo cuando di el primer paso... Pero ni modo, tenía que marcharme cuanto antes, además que dejé en casa mi armamento y algunas otras cosas importantes que tenía que recuperar pronto, así que caminé como pude por ese largo pasillo de ese enorme palacio, hasta llegar a la entrada e intenté abrir el portón para poder salirme de ese lugar, pero no pude, ni siquiera con toda la poca fuerza que poseía — ¡ME ENCERRÓ! — Dije — El muy descarado me dejó encerrada — Ruedo los ojos y me dispongo a buscarlo, no puede tenerme aquí contra mi propia voluntad, y si no está él, alguien más de su servidumbre va a abrirme ese maldito portón.
Camine por cada rincón del lujoso palacio para encontrarlo a él o a alguien que pudiese abrirme, por lo general no dudaría más y saldría por el techo de un solo salto, pero mis heridas de gravedad no me dejarían bien, así que... no me quedaba de otra más que esperarlo y gritarle en su cara que es un SECUESTRADOR... Que me encierre aquí, es como si tuviese miedo de que saliera a decir algo, o quizás no quiere que nadie me vea salir de aquí, sea como sea, todo esto está muy raro ¿Cuál es la obsesión por dejarme encerrada? Cuando estuve aquí la primera vez, también me dijo que me encerrara y que no saliera de donde estaba hasta que el me lo ordenara... Algo está ocultando y no quiere que yo lo descubra, pero se equivocó al creer que yo me iba a quedar de brazos cruzados. Volví a la habitación y me senté a ver si así aparecía el misterioso hombre — Hisu-Sama — Bufé — Si quieres ganarte mi confianza... Vas por muy mal camino.
. . .
— No creo que fuera bueno dejarla sola en estos momentos en que ella está en crisis, Señor — Decía Riku-San.
— Es mejor que nadie la moleste y pueda descansar — Suspiró — Dudo mucho que con todos allí pueda pensar las cosas.
— Eso lo entiendo... Pero ¿DEJARLA ENCERRADA? — Enarca una ceja — Creo que se excedió demasiado.
Lo miró de forma iracunda y fría mientras se detenía ante el comentario — ¿QUÉ NO LO ENTIENDES CABEZA HUECA? — Exclama de repente — Si la dejo libre, se irá con él, y eso no podemos permitirlo.
Riku entendió la razón, y no pregunto más al respecto, puesto que le había quedado clarísimo... Ellos se encargarían de que ella no tenga absolutamente ningún lazo con ese señor, estaban por llegar nuevamente a casa de Jyuubei para llevarse las pertenencias de Moroha y dejarlas en el palacio que pretendían que fuera el nuevo hogar de la misma.
Hisu-Sama sabía de antemano que a la ShiHanyo no le sería fácil acostumbrarse a tantos lujos y a tanta "GENEROCIDAD" de parte de un hombre al que ni siquiera conoce — No puedo decirle a nadie quien soy — Pensaba el chico de la cicatriz — Yo solo soy un extraño, todos me tienen miedo, nunca nadie se ha preocupado ni ha querido saber HONESTAMENTE qué es de mí. Y como tampoco quiero que lo pregunten... Es mejor que ese secreto muera siendo SECRETO. Llegaron por fin y encontraron que la casa estaba desierta, sin nadie allí, pareciese que Jyuubei se había marchado, quien sabe a dónde demonios iría — Con más razón debemos de mantenerla bajo llave — Le ordena a Riku — Toma sus cosas y vámonos — Este asiente y toma las cosas lo más rápido que pudo para así encaminarse nuevamente al palacio y darle la nueva a Moroha de que su agresor estaba libre todavía y probablemente BUSCANDOLA — Solo por esta vez,no quiero ser el malo del cuento — Seguía diciendo en su mente — No sé qué paseconmigo a futuro pero... Solo en este preciso momento quiero dejar de ser malo yser bueno un momento. Pero si ella no confía en mí, jamás va... A funcionar — ¡AL CARAJO! — Exclamaba en su mente — Ni siquiera ella puede confiar en ti Hisui... Ni siquiera ella.
✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨
LA AUTORA:
Pues una palabra que describa al fanfic... "TRAUMA" a decir verdad si esta muy fuerte la trama, ya me los imagino a todos LLORANDO por lo que acaban de leer. Hoy no estoy muy comunicativa porque solo dormí tres horas, me acosté a las 6am y me despertaron a las 9am, porque tenia una visita que no se fue sino hasta la tarde, y aquí son las 2:09am y aun no me he dormido por terminar esta wea y unos dibujos.
Por otro lado, ya salieron las votaciones <3
Y agradezco a los que han votado por mi hasta ahora, espero sigan apoyándome en esto, la verdad que viendo como dejan su voto porque aman lo que hago, me hace ver que este sacrificio que estoy haciendo PRECISAMENTE AHORITA, esta valiendo la pena.
GRACIAS DE VERDAD QUERIDOS LECTORES.
- Kirara 💅🏻✨.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro