Él chico ya estaba cerca de donde planeaba encontrarse con S. Su mente no podía imaginar que S y Lizbeth fueran las misma persona.

Segundos más tarde el lugar de el encuentro estaba a solo unos metros.

Todo parecía muy feliz como para ser real.

Nathan estaba frente a frente con su mejor amiga Lizbeth, con Sierra, su chicas de las notas. Era como si su cuerpo no se pudiese mover, se había quedado estancado ahí y nada lo hacía moverse.

Al percatarse de esto ella decidió dar el primer pasó y acercarse a él chico que tanto quería. Al momento de dar el primer movimiento todo ocurrió demasiado rápido.

Nathan vio como su felicidad fue arrebatada de nuevo. Un automóvil pasó demasiado rápido y momentos después lo único que él veía era la sangre salir de él cuerpo de la chica.

Se acercó hacía S y la abrazó, tenía la esperanza de que ella se quedaría a su lado si no dejaba que su espíritu se fuera. Hizo más fuerte el abrazo intentando que ella no cayera en ese sueño eterno, pero nada funcionó.

En ese momento Nathan comprendió que no podría hacer nada para vencer a la muerte.

Miro a los ojos de su olvidad amiga, poco a poco veía como la vida en ellos se iba. Observaba como una estrella se apagaba en sus brazos.

—Yo solo quería hacerte feliz.—Fueron las últimas palabras de la chica.

Tal vez las últimas palabras que Nathan volvería a escuchar.