Capítulo 15
Aquella tarde bajo la luz de la luna en un parque, Geno tomaba una dulce siesta apoyado en mis piernas y yo acariciaba sus blancos cabellos de manera tranquila y detallada, sintiendo pasar el pelo de este entre mis dedos, escaparse y volver a mis manos.
Él despertó.
«Estás rojo, heh. ¿Pasa algo?»
Tomé la bufanda ajena y me escondí en ella, para luego tomar la mano de Geno, acariciar su mejilla y sonreírle con cariño.
«¿Quieres salir conmigo?»
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