Capítulo 7
Aquel sábado por la mañana, Taehyung y Jungkook recibían del oficial de registro civil, el documento que los unía como pareja ante las leyes. Eran por fin una pareja oficialmente casada.
—Enhorabuena por su matrimonio —los felicitó el oficial tras revisar que los documentos estuviesen bien llenados.
Taehyung y Jungkook se mudaron casi enseguida a un pequeño departamento que habían ido a revisar días antes. Jimin, el hermano mayor de Jungkook, se ofreció con gusto a ayudarlos con el traslado, con la camioneta de la empresa de mudanzas en la que trabajaba.
—Nos ayudaste mucho, gracias —sonrió Jungkook tras recibir la última de las posesiones que Jimin le pasaba desde el camión.
—No puedo creer que te casaras —respondió el mayor con real sorpresa y felicidad por su hermano menor.
Un poco más lejos de ellos, Taehyung hablaba por teléfono y su voz llegó a los hermanos que se reían felices.
—Así que, desde ahora soy Jeon Taehyung, señor de Jeon. —Jungkook se llenó de orgullo al escucharlo hablar así... se sentía tan real, tan cercano, tan familiar —¿Te parece bien? —Taehyung siguió hablando mientras se acercaba con el teléfono móvil a los hermanos que lo miraban extrañados. ¿Con quién estaría hablando?
De repente, Taehyung le pasó el aparato a Jungkook.
—Toma, es mi papá — le dijo como si nada
—¡¿Qué?! ¡No, no, no! —Jungkook se asustó abriendo los ojos grandemente y rechazando el celular que Taehyung le acercaba. No sabía cómo iba a tomar su suegro su repentino matrimonio con su hijo, especialmente después de la conversación que tuvieron aquella vez en su casa.
—No pasa nada, vamos —sonreía Taehyung poniendo el móvil en sus manos.
Finalmente, pensando en qué demonios le diría a su ahora suegro, Jungkook se alejó un poco de Taehyung y Jimin, y habló.
—Señor, disculpe. Habla Jungkook —empezó muy nervioso —Acabamos de registrar nuestro matrimonio —le avisó, haciéndolo todo más real... y oficial.
El silencio al otro lado de la línea lo puso más nervioso.
—¿Hola? — susurró Jungkook temiendo que el padre de Taehyung le hubiese cortado la llamada.
—¿Seguro que estarás bien con Taehyung? —respondió la voz seria del señor Kim —No es tan fácil como piensas —le dijo con sinceridad, años de experiencia hablando.
—Señor... —contestó Jungkook más seguro que nunca —ya no soy un extraño para ustedes. Además... Taehyung es Taehyung —añadió, demostrando que no importaban los problemas que el futuro pudiera traer consigo. Ellos se amaban y si estaban juntos, si comenzaban ese camino juntos, nada podría ser tan malo. ¿Verdad?
—Siempre puedes venir a hablar conmigo si Taehyung te da problemas —respondió el señor Kim un poco más tranquilo con la respuesta de su ahora yerno —
—Muchas gracias, señor —hizo una venia Jungkook, a pesar de que su suegro no podía verlo. Sus palabras confirmaban que estaba de acuerdo con su unión.
—¡Eres tan genial, hermanito! —Jimin empezó a molestarlo detrás de él tras colgar la llamada.
—¡Por qué escuchas conversaciones ajenas, hyung! —Jungkook intentó molestarse con su hermano que reía de su expresión.
Tras bromear, Jimin sacó del bolsillo de su pantalón deportivo algo que parecía una hoja doblada en cuatro partes.
—Parece que ya no necesitarás esto —Jimin le mostró la hoja arrancada del test que hizo Jungkook hace tiempo de "¿Eres un chico poco popular?" —Pero de todas formas... es mi regalo de matrimonio —se lo extendió feliz a Taehyung, quien miraba curiosamente de qué se trataba todo.
Antes de que Taehyung pudiera tomar la hoja entre sus manos, Jungkook saltó y se la arrancó.
—¡No es nada, no es nada! —gritaba avergonzado, mirando con ojos de furia a su hermano. Qué vergüenza pasaría si Taehyung leyera esos resultados.
De pronto, el jefe de Jimin lo llamó porque tenían otra mudanza que hacer.
—¡Sean felices para siempre! —se despidió el rubio con una sonrisa reluciente sacando la parte superior de su cuerpo por la ventanilla del camión mientras éste se iba.
Luego de despedirlo con la mano, Taehyung y Jungkook se miraron a los ojos. ¿Qué harían a partir de ese momento? Tenían el resto de la vida por delante para disfrutar de su unión. El menor tomó la iniciativa y levantó a Taehyung entre sus brazos. Estaban casados ya, y esa tradición debía cumplirse.
—Llevaré en brazos a mi príncipe a su nuevo castillo —le dijo sonriente mientras sentía sus brazos alrededor de su cuello —me... me pregunto si podré llevarte.
Poco a poco, paso a paso, con gritos de ánimo de parte de Taehyung, Jungkook subió los cuatro pisos de escaleras que los llevaban a su pequeño pero cómodo departamento.
—¡Ánimo, Kookie! ¡Sólo falta un poco más! —Taehyung reía en sus brazos, sujetándose cada vez con más fuerza porque a cada paso temía terminar en el piso.
Al llegar a la cuarta planta, un par de ojos pequeños los observaba desde una puerta abierta. Una niña de unos 5 años había abierto su puerta para ver qué era ese escándalo y los analizaba con la mirada.
—Oh... ¡hola! —saludó Taehyung a su nueva vecinita.
—¡Mamá! ¡Acaba de llegar un muchacho enfermo! —anunció la niña gritando a voz en cuello.
—¡No, no, no! —río Taehyung aún en brazos de Jungkook —¡Estoy sano!
—¿Qué está pasando? —se acercó la madre de la pequeña niña hacia el pasillo.
—Ah... buenas tardes —saludó Jungkook a la señora que los miraba asombrada.
—¿Están bien? ¿Puedo ayudarles en algo? —consultó amable y algo sorprendida por ver a un par de jóvenes así en el pasillo.
—¡Oh, no, no se preocupe! Es sólo que... tengo anemia —dijo Taehyung. Eso era más fácil de explicar.
—Ah, ya veo —respondió la señora amablemente
—Nos hemos mudado al lado —Jungkook señaló con la mirada su puerta, pues sus brazos seguían tomando los muslos y la espalda de Taehyung —Gusto en conocerla. Soy Jungkook y él es Taehyung.
—Un gusto. Mi nombre es Eun Ji y ésta es mi pequeña Hana —se presentó formalmente.
Luego de los saludos de rigor, se despidieron. Hana y su mamá vieron algo desconcertadas cómo aquella pareja de muchachos ingresaba en su departamento, con el menor de ellos casi resbalando por el peso del otro en sus brazos.
—Llega hasta ese sofá —Taehyung le señaló su punto de llegada, pero a pesar de estar tan cerca de la meta, Jungkook tropezó con una caja a su paso y ambos cayeron sobre el sofá, pero éste empujó una mesita que abrió inmediatamente un pequeño hoyo en la pared.
—¡Ah, demonios! —se quejaron ambos al unísono.
Sin embargo, solucionaron el desperfecto visual con un buen póster de Los Beatles cubriéndolo por completo.
—Se ve perfecto —le sonrió Taehyung a su ahora esposo. Poco a poco, su vida y su departamento se acomodarían.
Unas horas más tarde, Jungkook llevó la última de las cajas vacías a un rincón del salón y encontró a Taehyung embelesado mirando a la pequeña pecera que habían comprado con cuatro peces payaso. Se puso de cuclillas a su lado para observar a sus nuevas mascotas.
—Éste es Jhon, éste de acá es George, por allá está Paul y éste es Ringo —Taehyung nombró a sus peces como a los integrantes de la banda favorita de ambos —Los Beatles están en nuestra casa —sonrió feliz.
—Son peces, Tae —rio Jungkook.
—Pequeños detalles nada más —bromeó el mayor —Fueron la mejor banda de rock & roll de la historia... unos genios —alabó y empezó a tararear la canción que más le gustaba de ellos a pesar de no ser una de sus más conocidas, "Til there was you".
"Había campanas en una colina,
Pero nunca las oí tocar,
No, nunca las oí en absoluto,
Hasta que llegaste tú"
Las calles de la ciudad se llenaban poco a poco de luces de colores, árboles de pino, Santa Claus de peluche, tiendas de regalos abarrotadas. La Navidad se acercaba, época perfecta para que Jungkook y Taehyung fueran de compras a un gran shopping para llenarse de pequeños detalles que empezaban a compartir juntos.
"Había pájaros en el cielo,
Pero nunca los vi volar,
No, nunca los vi en absoluto,
Hasta que llegaste tú"
Jungkook amaba lo juguetón que Taehyung se ponía cuando estaba de tan buen humor como ese día. En cuanto el menor sacó el carrito de compra, Taehyung se subió sobre la parte frontal y se dejó conducir dentro de la tienda. Era increíble cómo Jungkook sentía que volvía a ser un niño al estar con Taehyung. Le seguía en todos sus juegos y bromas, como en esta ocasión, empujando el carrito y riendo ambos.
"Luego había música y rosas maravillosas,
Que me cuentan en dulces y fragantes
Praderas sobre el amanecer y sobre ti"
Iban escogiendo una y otra cosa que necesitaban en casa, como un par de almohadas mullidas o mantas calientitas y suaves para el frío que ya empezaba. En el sector de decoración y vajilla, Jungkook se detuvo frente al aparador de las tazas. Quería tener un par que hicieran juego entre ellas.
"Había amor por todo el rededor,
Pero nunca lo oí cantar,
No, nunca lo oí en absoluto,
Hasta que llegaste tú".
Cuando se dio la vuelta para preguntarle a Taehyung qué color le gustaba del diseño que le había gustado, lo encontró absorto en un móvil de viento con decoraciones de patitos.
"Luego había música y rosas maravillosas,
Que me cuentan en dulces y fragantes
Praderas sobre el amanecer y sobre ti"
Su mirada los seguía mientras su mano los tocaba un poco para que se movieran, y su sonrisa se ensanchaba más cada vez que se movían más y emitían ese sonido tintineante tan hipnótico. Luego pasaba a otro móvil que estaba al lado y lo tocaba también, viendo con detenimiento cómo se movía cada pequeña partecita de su conjunto. Pero quien estaba hipnotizado por Taehyung era su esposo.
"Había amor por todo el alrededor,
Pero nunca lo oí cantar,
No, nunca lo oí en absoluto,
Hasta que llegaste tú".
Sus días aburridos y rutinarios se habían convertido en algo tan llevadero y divertido con Taehyung a su lado.
"Hasta que llegaste tú"
Por las mañanas, aún adormilado, él y Taehyung iban al cuarto de baño y se cepillaban los dientes uno al lado del otro frente al espejo. Jungkook se ganaba algunos empujones para que por fin despertara, pero él siempre quería seguir durmiendo un poco más y se apoyaba en el hombro de su esposo.
Entre risas, empujones, bromas y salpicaduras de pasta dental, finalmente despertaba del todo, siendo el hombre más feliz del mundo.
Esos meses a su lado se habían convertido por mucho, en los mejores de su vida hasta ese momento. Era feliz, completo, enamorado. Lástima que ni se imaginaba que esa felicidad no duraría por siempre.
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¿Qué tal vamos? Debo mencionar que la historia original tiene una canción para esta parte, pero decidí escoger otra para esta adaptación. Siempre he sido fan de los Beatles y en especial esta canción siento que expresa la ternura y el modo en que se van desarrollando las cosas entre estos dos personajes tan hermosos.
En cuanto a la escritura del fic, sólo me falta un capítulo más para terminar. Lo que significa que es muy probable que vaya actualizando más seguido. En total serán unos 13 capítulos, así que ya vamos por más de la mitad!
Gracias por sus lindos comentarios. Espero les vaya gustando.
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