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Capítulo 6

Una fila de fotografías enmarcadas sobre el aparador más importante de la casa de sus padres, mostraban a Taehyung en distintos momentos de su vida.

Se lo podía ver aún joven en una foto tras un hermoso pastel cubierto de fresas y crema, durante un cumpleaños. En otra fotografía, posaba con su uniforme escolar al lado del cartel que indicaba la ceremonia de graduación de secundaria. En una más, posaba también con un uniforme escolar, al lado de su madre, frente a esa casa donde en ese momento se encontraban.

Jungkook pasaba su vista de una a otra fotografía, sentado en la sala de aquella casa antigua, frente al padre de Taehyung. Éste lo miraba con los ojos entrecerrados, intentando escrutar su alma y las intenciones de su presencia en su casa... con su hijo.

La madre de Taehyung sirvió una taza de té para Jungkook y se la ofreció sonriendo, para romper el ambiente tenso.

—Muchas gracias —el invitado rompió el silencio.

—¡Jungkook y yo nos casaremos! —anunció Taehyung sin anestesia.

—¡¡¿Qué?!! —gritaron los otros tres sorprendidísimos.

—¿No te gusta la idea, papá? —Taehyung se acercó más a la mesa que los separaba —¿Es porque lo he traído sin avisar? —miró hacia su madre.

—Yo, yo... —era momento de que Jungkook hablara —Siento mucho haber venido de repente —se disculpó y tras un pequeño silencio continuó, dispuesto a jugárselas todas —Voy en serio con Taehyung...

El padre de esa familia se puso de pie interrumpiendo sus palabras.

—Pásame el cenicero —le dijo a su esposa

—Tienes prohibido fumar —le respondió ella.

—Bueno, fumaré ahora —anunció él dirigiéndose hacia el porche de la casa y llamando a Jungkook para que lo siguiera.

Luego de intercambiar una mirada asustada con Taehyung y su madre, el menor siguió al señor y se sentó a su lado mientras éste fumaba.

—Me pregunto cuánto sabes sobre Taehyung —el señor Kim soltó sus palabras junto al humo del cigarrillo que había absorbido.

—Bueno... sé que es adoptado desde el instituto —respondió el menor

El frágil y flaco cuerpo desnudo de un Taehyung de trece años caminaba zigzagueando por el puente que unía la isla con la pequeña ciudad, en una noche fría sin luna y sin nadie de testigo. Fue así cómo Taehyung había llegado a ese pueblo y había sido salvado por el policía Kim.

—¿Y antes de eso? —la voz profunda del señor Kim sonaba en el aire.

—N... no sé nad...

—¿Y la razón por la que fue adoptado? — interrumpió su interlocutor.

—N... no sé nada de eso —admitió Jungkook.

—Siento hacerte estas preguntas, muchacho. Es una vieja costumbre —le dijo el señor Kim, mostrando que el alma de policía aún seguía en él.

Dentro de la casa, Taehyung y su madre también estaban conversando.

—No hablaste nada sobre matrimonio con Jungkook antes, ¿verdad? —preguntó la señora Kim mientras doblaba la ropa que acababa de sacar de la secadora —Pero yo estoy feliz de que hayas traído a alguien a quien amas a casa. Yo creo que también tu papá se siente así —le dijo sinceramente.

—Entonces ¿por qué se oponen? —preguntó Taehyung acomodando su cabeza sobre una toalla mullida que su madre recién había doblado.

—¡Es que nos preocupamos por ti, mi vida! Es que eres nuestro hijo —la mujer tomó las mejillas suaves del muchacho, acariciándolas con cariño.

—¿Está... enfermo? —Jungkook no podía creer lo que escuchaba.

—Tiene fallos en su memoria —afirmó el señor Kim —En otras palabras, tiene amnesia.

—¿Desde qué momento recuerda? —preguntó ansioso Jungkook.

—No recuerda nada de antes de venir aquí. Sólo tiene recuerdos desde los 13 años —confirmó el señor Kim.

—¿Aún tiene síntomas?

—Ahora está mucho mejor, pero... puede recaer —dijo con la voz cansada y triste —un día... podría olvidarte también.

No podía ser cierto. Taehyung estaba perfectamente bien, era un muchacho tan lleno de vida, tan jovial, tan... sano. No podía ser posible que de un momento a otro pudiera olvidarlo, olvidar todo.

—Si eso pasa —siguió el señor Kim —¿Aun así lo amarías? ¿Aun así lo cuidarías?

Jungkook miró al señor Kim con miedo. Jamás había estado en una posición parecida en la vida. Tampoco podía ponerse a pensar qué pasaría en ese caso. Era una situación demasiado complicada.

—No quiero que Taehyung sea un problema para nadie —anunció el señor Kim, entendiendo el silencio de Jungkook, mientras apagaba la colilla del cigarro en el cenicero y se ponía de pie para volver dentro de la casa.

Jungkook se quedó aún en el porche intentando digerir toda la información que hasta hace tan sólo unos minutos no sabía y cambiaba todo para él.

***

—Siento no habértelo dicho —se disculpó Taehyung durante la cena de ese día tan movido para ambos.

Él y Jungkook habían ido a un restaurante familiar en la pequeña ciudad para comer algo antes de regresar a la gran ciudad.

—Sinceramente... me sorprendió

—Bueno, pero lo que puedo recordar me hace feliz —Taehyung sonrió tiernamente —Pasé por cosas difíciles en la secundaria, pero cuando llegaba a casa, allí estaba el olor a pescado asado. Mi madre nos esperaba a mi papá y a mí con una cena deliciosa y nos decía que comiéramos mucho, y mi padre compartía su comida conmigo. Estoy muy agradecido por ello, por todos los hermosos recuerdos.

Jungkook miró con dulzura a ese muchacho tan noble, inocente y bueno frente a él.

—Además —continuó Taehyung —tengo una persona admirable que se preocupa por mí.

Jungkook sonrió ante esas palabras que llegaban a él como un halago. Él no había hecho nada para que las cosas salieran así, pero sentía que todo estaba encajando perfectamente como en un rompecabezas. Por fin estaba siendo feliz.

—¿Jeon Jungkook? —una voz estruendosa interrumpió el momento tan especial —¡Vaya que ha pasado tiempo! —se acercó a ellos un muchacho con malos modos, los ojos abiertos en sorpresa y las ropas algo gastadas y sucias. Le regaló una sonrisa torcida a Jungkook y se dedicó a mirar a Taehyung.

—Vaya, tienes novio. Esto es gracioso —quiso bromear sin tener ni pizca de gracia su risa fingida.

—¿Jung Hoseok? —lo reconoció Jungkook al fin. Sí, era su antiguo compañero de secundaria, el de aquel incidente con la mayonesa, quien siempre molestaba a Taehyung, el buller Hoseok.

—¡Así es, así es! —rio más fuerte al verse por fin reconocido. Luego fijó su mirada nuevamente en Taehyung sentado al frente, tal y como si se fijara en un maniquí tras un escaparate, como si él no estuviera escuchando y viéndolo todo —Conseguiste un gran novio, a pesar de todo —lanzó con filo.

Taehyung sólo tenía la cabeza baja, sin mirarlos. Había pasado ya muchas cosas ese día como para querer un encuentro de ese tipo y justamente con ese tipo.

—Pensé que ibas a estar con ese idiota aburrido de tu novio —Hoseok siguió con su perorata —¿Cuál era su nombre? ¡Ah, sí, sí! Taehyung! —celebró con otra carcajada fuerte y ordinaria al recordar —Me pregunto si seguirá vivo.

Taehyung y Jungkook se miraron en una conversación sin palabras. Ninguno de ellos quería problemas.

—Bueno, en realidad no me importa lo que le sucediera a Taehyung —continuó aún de pie al lado de Jungkook, hasta que éste tomó valor para terminar esa incómoda escena.

—Vámonos, Taehyung —dirigió su mirada a su novio, transmitiéndole seguridad.

Taehyung lo miró y tras levantarse y tomar su abrigo, lo tomó de la mano para salir de ese restaurante que había cambiado su ambiente tan acogedor por uno repugnante gracias a esa presencia.

—¿Taehyung? — Hoseok los vio pasar de la mano con la boca abierta, y los siguió —Espera —exigió tras ellos —¡Oye, Taehyung! —gritó al no obtener respuesta de ninguno.

Ambos novios se detuvieron ante ese grito que hizo a más de uno en ese restaurante familiar girar la cabeza.

—¿Todavía tienes ese peinado? —reclamó Hoseok con la intención de burlarse del hermoso cabello algo largo y ondulado de Taehyung —Tu mente es un lío como tu pelo —siguió insultando con una risa socarrona, mientras Taehyung le daba la espalda y Jungkook lo miraba incrédulo —Eres un pervertido —escupió esas últimas palabras con todo el rencor que tenía guardado, seguramente recordando las épocas de secundaria y el rumor que todos conocían en el pueblo de cómo había llegado sin nada de ropa por el puente y su amnesia previa a ese capítulo de su vida.

El restaurante se quedó en silencio viendo la escena. Taehyung aún tenía la mirada puesta en el piso, a punto de derramar unas lágrimas que luchaban por salir, pero de pronto Jungkook soltó su mano y se acercó lentamente a Hoseok. Se detuvo frente a él mirándolo fijamente, lo que lo hizo retroceder un paso con temor.

—No sé lo que estás pensando —empezó a hablar Jungkook sin miedo — pero tanto el Taehyung de entonces como el de ahora son lo más importante para mí —dijo Jungkook fuerte y claro sin desviar la mirada de aquel hombre tan insufrible.

Taehyung miró con admiración a Jungkook. Por un momento recordó al Jungkook que lo protegió en la secundaria. Seguía siendo el mismo. Su héroe personal.

Jungkook dio media vuelta y regresó a donde Taehyung estaba de pie esperándolo para salir por fin ambos de ese lugar. Dejaron a Hoseok de pie con más ira acumulada en su alma negra de rencor, siendo el centro de las miradas de la gente que había dejado de comer por ver la discusión.

***

Ya en el andén del tren que los llevaría de regreso a la gran ciudad, Jungkook y Taehyung caminaban tomados de la mano.

—Al encontrarnos con él me di cuenta de que no nos equivocamos —admitió Jungkook sonriendo.

—No voy a renunciar, aunque mi padre se oponga —anunció Taehyung con el ánimo mucho más alegre, jugando a pasar por en medio de los postes de madera que mantenían en pie el techo del andén.

—Es cierto —Jungkook pretendió recordar el anuncio de matrimonio repentino que les había dicho a sus padres —¿Qué hacemos? —sonrió

—¿Quieres huir conmigo? —Taehyung propuso de repente

—¿Qué? ¿Huir? —Jungkook se asustó mirando a su novio a los ojos.

El mayor rio y con un impulso se subió a la espalda de su novio, para que éste lo llevara cargando.

—Ya no estamos jóvenes —el mayor le dio su razón riendo sobre su espalda.

—¿No estamos jóvenes? Aún estamos en nuestros veintes, Taehyung —Jungkook rio, pasando sus manos bajo las piernas de su novio para acomodarlo mejor.

—Quédate conmigo y compensa el tiempo que no nos hemos visto —la voz de Taehyung salió en un susurro al lado del oído de Jungkook.

El menor se detuvo ante esa petición haciendo que Taehyung se aferrara más a su cuello con sus brazos.

—Compensemos esos diez años estando juntos —siguió susurrando Taehyung con un tono melancólico, distinto al alegre que tenía hace un momento.

Jungkook se derritió ante esas palabras. Esos diez años sin verse, estando alejados, todo por su ambición de querer ser el mejor en los estudios y tener éxito en el trabajo no habían hecho más que estorbarle en la búsqueda de la felicidad al lado del único a quien había amado, del único que hacía que su corazón latiera, y del único a quien él había dejado de lado. Debía compensar todo el tiempo perdido en serio.

El menor sonrió ante la decisión que acababa de tomar y empezó a dar vueltas con Taehyung sobre su espalda haciéndolo reír, soltando carcajadas que eran música para sus oídos. 

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Espero que les esté gustando esta historia. Algunas de ustedes ya me empezaron a decir sus teorías... pues esperemos a ver si le acertaron! Gracias nuevamente por leer.

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