Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3

"Muchas gracias por todo su apoyo. Soy Jeon Jungkook, de la empresa Korea Rail—ads. La más reciente reunión fue muy fructífera. El equipo de diseño está trabajando en la sesión de fotografía, y el producto final estará listo en esta semana, para podérselo enseñar.

Postdata: Encontrarnos luego de tanto tiempo ha sido muy bueno. Me gustaría hablar contigo más calmadamennnnnnnnnnnnnnnnnnn"

Se leía en un mail que Jungkook estaba redactando desde su correo, mientras suspiraba pensando que jamás sería capaz de decirle nada de esas cosas de frente... ni por correo electrónico tampoco.

—¡Jungkook! –Seokjin saltó sobre él asustándolo y haciendo que su dedo resbalara y apretara Enter.

"El correo ha sido enviado correctamente".

—¡Hyuuuungggg!!! –se empezó a quejar Jungkook, pero una imagen fue puesta en frente de sus ojos. Era la fotografía de la campaña de Genie. El boceto que Taehyung dibujó, había cobrado vida de una manera hermosa.

Ambas adolescentes retratadas en la fotografía vestían dos conjuntos distintos de lencería con encaje y listones, y mostraban facciones calmadas, tiernas y tranquilas. Sus manos estaban unidas a través del marco que asemejaba el espejo donde se veían. Las flores, joyas y muebles estéticos las rodeaban dando una sensación de glamour en cada detalle. Era perfecto.

—¿No es genial? –sonreía Jin orgulloso del trabajo del equipo de fotografía.

—¡Yo se lo llevo al cliente! –gritó animado Jungkook, tomando de la mano de su supervisor la fotografía y su maletín para salir corriendo antes de que Jin pudiera decirle nada, y dejándolo con un signo de interrogación en la cabeza.

                                                                                                  *

Taehyung se encontraba organizando el nuevo stock de lencería en su gran almacén junto con Namjoon, anotando cuidadosamente en unas hojas los colores, formas y tallas de la mercadería nueva.

—¿Tuviste algo con Jeon el de la empresa de publicidad? –consultó el mayor con un tono de voz que Taehyung no pudo entender en ese momento.

—¿Cómo que algo? –preguntó el menor inocentemente mientras anotaba en la gran lista, sin siquiera mirar a Namjoon.

—Quiero decir... si sólo fueron compañeros –dijo ya sin ocultar nada el mayor.

—¿Qué te pasa hoy, hyung? Estás extraño –bromeó Taehyung mirándolo sonriendo inocentemente.

De pronto, entró en el almacén el recién contratado secretario.

—Perdón por la interrupción. El señor Jeon ha llegado –anunció.

—Por favor, déjelo entrar –sonrió emocionado Taehyung, lo que no pasó desapercibido para Namjoon, quien siguió con la vista al menor mientras seguía con sus tareas.

—Me divertí mucho el otro día, hyung –susurró el secretario cerca de Namjoon con voz baja, pero no lo suficiente como para que Tae no lo escuchara.

Namjoon no contestó nada y tras ser ignorado, el muchacho se retiró del lugar.

—Eres muy popular, ¿eh, hyung? –quiso bromear Taehyung tras el comentario del secretario.

—No malinterpretes las cosas –sonrió Namjoon –sólo fuimos a almorzar juntos una vez –quiso justificarse y poco a poco se acercó a Taehyung –de todas formas, la persona que me interesa en esta empresa es otra –susurró despacio mientras ponía un dedo bajo el mentón de Taehyung.

Un gran ruido los sobresaltó. Jungkook había tropezado con una caja cercana a la puerta de ese almacén y la hizo caer causando un estruendo.

—Per... perdón... yo... yo, tengo el arte para su aprobación –dijo sonriendo apenas y sonrojado hasta las orejas, mientras mostraba su maletín.

—¡Claro que sí! –sonrió animado Taehyung mientras le daba la bienvenida –¡Veámoslo, hyung! –se dirigió a Namjoon quien se hallaba visiblemente molesto por la interrupción.

Tras terminar la reunión de aprobación del arte, un Jungkook muy avergonzado caminaba hacia el ascensor seguido por Taehyung, que lo acompañaba y miraba curiosamente.

—Me disculpo –dijo al fin el menor bajando la cabeza –creo que interrumpí un momento que no debía.

—No, muchas gracias por haber venido acá a mostrarnos el arte –agradeció sinceramente Taehyung –me emociona la idea de que la gente pueda ver por fin la publicidad muy pronto.

—Sí... es cierto –sonrió sonrojado el menor mientras ambos esperaban que llegara el ascensor –este... con respecto al correo electrónico que le envié... fue un poco raro...

De pronto, las puertas del ascensor se abrieron y Jungkook encontró su salvación entrando rápidamente.

—Lo envié sin acabar de escribir... —siguió excusándose –lo siento, por favor... no le dé importancia –apretó en el tablero el botón de la planta baja... tan baja como sus esperanzas de poder hablar más con Taehyung o de siquiera poder pedirle una cita –entonces... me voy –sonrió educadamente bajando la mirada y esperando que se cerrara la puerta del ascensor.

Pero al subir su mirada y ver hacia el frente, la sonrisa encantadora de Taehyung le respondía.

—Gracias... Jungkook –le susurró con voz grave antes de que las puertas del ascensor se cerraran y pasaran unos segundos antes de que la sonrisa en el rostro de Jungkook naciera debido a las mariposas que no dejaban de revolotear en su interior.

                                                                                                 *

—¿Qué quiere decir? –Jungkook no quería exaltarse, pero no podía creer lo que escuchaba.

—No quería decirlo así, pero es obsceno –el director de publicidad, señor Han, lanzaba la fotografía para Genie sobre la mesa de su escritorio.

—La opinión de los clientes es buena y desde el punto de vista de los hombres, nunca sentí que fuese obsceno —Jungkook empezó a dar sus explicaciones.

—Pero hay mucha piel expuesta y parecen promiscuas, porque las chicas se están mirando, y son jóvenes –analizaba el director viendo nuevamente la fotografía– podríamos hacer folletos o panfletos, pero no una gigantografía. Si aceptamos ponerla ahí, afectará nuestra relación con la empresa de trenes. Si eso ocurre, ¿te harías responsable, Jeon?

—Es que señor...

—No, por favor, date por vencido –fue su última palabra.

Regresando a casa aquella tarde, caminando cabizbajo y triste por tener que decepcionar a su cliente... a Taehyung..., Jungkook tuvo una epifanía justo cuando subió su mirada antes de cruzar una calle.

Una valla gigante mostraba a una modelo cuyo brazo tapaba su pecho desnudo, publicitando una marca famosísima de perfumes. ¿Acaso no era eso obsceno también? Pero era famoso y aceptado, y nadie decía nada en contra.

Entonces se le ocurrió la idea de que, así como aquella valla, debía haber muchísimas más por la ciudad. Dio media vuelta en su camino y decidió ir a todos los lugares del centro de la ciudad que tuviesen vallas gigantes con desnudos para sacarles fotografías. Su director tendría que cambiar de parecer. Jungkook no estaba dispuesto a defraudar a Taehyung.

                                                                                                 *

El resplandor del sol acarició el rostro de Jungkook, quien se encontraba dormido sobre una banca en un parque del centro. Se había pasado casi toda la noche sacando fotos y no se dio cuenta de que las estaciones de tren ya habían cerrado y no podría volver a casa o ir a un hotel.

—Vas a resfriarte –la voz de Taehyung era como un bálsamo para su alma... tan profunda y sanadora...

—¿Taehyung? –Jungkook abrió los ojos de a poco, viendo a su ex novio delante de él como una ensoñación, tan resplandeciente como el sol que se hallaba detrás de él —¡Taehyung! –se sobresaltó sobre la banca al darse cuenta de que no era un sueño y era su Tae de verdad. —¿Qué haces acá?

—Es mi camino de todos los días hacia el trabajo –le dijo sonriente —¿Y tú?

Disfrutando de un desayuno invitado por Taehyung, Jungkook le contó lo que había pasado con su director y el arte de la empresa.

—Me hubiera gustado que me lo contaras –sonreía Taehyung mientras pasaba su vista por todo el material que Jungkook había tomado aquella noche.

—No puedo decírselo a un cliente –el menor revolvía su café algo sonrojado.

Taehyung dejó a un lado el móvil de Jungkook, se reclinó sobre la mesa que lo separaba del menor, y lo miró fijamente.

—Yo soy tu amigo, Jungkook –le dijo con esa voz profunda que al castaño lo hacía estremecer.

                                                                                           *

Jungkook se hallaba sentado al frente de una estación de tren aquel domingo por la mañana. Llevaba su cámara fotográfica en la mano y estaba muy nervioso. Jamás pensó que pasaría ese día libre de esa manera.

Corriendo por esa misma acera, llegaba Taehyung, deteniéndose justo frente a él con la sonrisa cuadrada reluciente y perfecta de siempre.

—Siento haberte hecho esperar– lo saludó animado.

El menor sólo pudo posar su mirada en cómo iba vestido su acompañante ese día. Llevaba un estilo distinto al que se había acostumbrado a verlo en sus pocos encuentros recientes.

Sin duda que la boina color negro, la camisa blanca bajo el chaleco de lana verde, los pantalones beige y las sandalias negras le daban un toque demasiado único... vintage, clásico... perfecto para él.

—¿Qué pasa? –rio el mayor ante la cara de atontado que ponía Jungkook.

—Oh, nada, nada –Jungkook se levantó y empezó a caminar a su lado –Me pregunto si está bien que vayamos solos.

—¿Por qué? –Taehyung preguntó inocentemente balanceándose de un lado a otro mientras agarraba el tiro de su bolso distraídamente.

—Bueno... tal vez debimos haberle dicho a Namjoon hyung y... —pero Jungkook se quedó con la palabra en la boca, porque Taehyung ya se había adelantado unos pasos y le señalaba el camino.

—¡Vamos!

Aquel domingo, Taehyung y Jungkook encontraron muchísimas vallas gigantes más por la ciudad que mostraban desnudos. Las fotografiaron juntos, buscando el ángulo perfecto para cada una, riendo mientras cruzaban las calles abarrotadas de gente que paseaba.

Tomaron un descanso, apoyados en la pared de una estación, cuando el sol ya se estaba ocultando, mientras tomaban una bebida caliente sacada de una máquina expendedora.

—¿Está tan caliente? –rio Jungkook al ver cómo Taehyung soplaba y soplaba para no quemarse los labios con el líquido.

—¡Lo está! – se indignó el mayor intentando dar un sorbo y quemándose lastimeramente en el proceso, lo que causó una risa mayor en Jungkook.

Jungkook tomó su propio vaso y dio un sorbo largo sin quemarse, alentando al mayor a que hiciera lo mismo, sin mucha suerte.

Estar con Taehyung era volver a su adolescencia, sus juegos, su risa, su mirada inocente, los saltos de emoción que daba, la energía de su alma, todo eso lo hacía volver a esa época donde lo conoció y se enamoró de él. Jungkook pudo recordarlo claramente y se sintió tan feliz de volverlo a encontrar.

Los ojos de Taehyung, iluminados por las grandes vallas publicitarias en la noche no se apartaban de Jungkook. Admiraba cada detalle de su rostro ya de hombre. Su mentón afilado, su sonrisa grande de felicidad mostrando sus característicos dientes por los que Taehyung solía decirle "conejito" cuando eran jóvenes, su nariz perfecta, aunque no fuese respingada, y sus ojos... sus grandes y maravillosos ojos que podrían capturar todas las luces de aquella ciudad sólo con una mirada. Era una obra de arte verlo sonreír, y Taehyung era tan dichoso por haberlo vuelto a encontrar y ser la causa de sus risas una vez más.

                                                                                                   *

El director pasaba su vista por cada una de las muchas fotos que Jungkook y Taehyung habían sacado juntos ese domingo. Todas mostraban desnudos de modelos y publicitaban marcas muy famosas en lugares céntricos de la ciudad por donde pasaban miles de personas cada día. El ceño fruncido del director le decía a Jungkook que su plan había funcionado.

—Se podrá presentar la valla para Genie, ¿verdad? –preguntó Jungkook frente a su director.

                                                                                                  *

En una sala pequeña y reservada de la compañía Genie, Jungkook y Taehyung estaban teniendo una reunión para que el primero le contara las noticias al mayor.

—¿Es en serio? –preguntó Taehyung en cuanto el secretario de Genie ingresaba a la salita llevando una bandeja con dos tazas de café y un pequeño platillo de porcelana con unos dulces típicos para acompañar esa reunión.

—¡Sí! Por suerte se aceptó el proyecto –sonreía feliz Jungkook por el logro que ambos tuvieron con esa idea –La valla publicitaria de su empresa se pondrá el mes que viene –lo trababa de usted ante la presencia del secretario. Después de todo, era una reunión de trabajo y no podía ir por ahí tratándolo de tú.

—¡Eso es genial! –sonrió Taehyung esperando que el secretario dejara todo lo que llevaba en la bandeja –Siento robarle su tiempo cuando está ocupado, señor Jeon. Podría haber llamado para comentarnos esta noticia.

—No, tenía que venir en persona, quería que usted fuese el primero en saberlo –dijo Jungkook sinceramente.

—Gracias, señor Jeon –devolvió la sonrisa Taehyung.

—No, gracias a usted, señor Kim, si no fuera por su ayuda, no habría sido capaz de lograr que el director aceptara el proyecto. En serio, gracias –dijo Jungkook mientras el secretario cerraba la puerta de la pequeña salita y dejaba que ambos se relajaran al verse solos.

—Se siente un poco raro –Taehyung comentó ante ese tratamiento que se dieron frente a esa tercera persona.

—¿Verdad? –coincidió Jungkook riendo más a gusto.

—Es la primera vez que me dices "gracias" –comentó Taehyung mirando hacia un dulce típico con el que sus dedos jugaban sobre el platillo.

—¿Eh? ¡Eso no es cierto! –reaccionó el menor fingiendo pesar por las palabras de Taehyung –Lo he dicho más veces.

—Tal vez... pero esta vez sentí que lo dijiste desde el fondo de tu corazón –respondió el mayor analizando sus palabras –Cuando estuvimos en la escuela... nunca lo dijiste.

—Lo... lo siento –susurró Jungkook tras un momento de silencio —Fui muy frío en esa época, ¿verdad?

Taehyung sonrió mientras sacudía su cabeza en negativa.

—Para mí, Jungkook me protegió sin importar nada más –el mayor se refirió en tercera persona de su exnovio, tal y como le gustaba hablar cuando eran adolescentes –Realmente me ayudaste.

Jungkook, visiblemente sonrojado, bajó la vista sonriendo. Al volverla a posar sobre Taehyung tenía que decírselo.

—Me alegro que nos hayamos vuelto a encontrar... incluso aunque haya sido por casualidad –la mirada infinita de Jungkook mostraba toda la sinceridad que cargaba su corazón desde que volvió a encontrar a Taehyung luego de esos 10 años.

Pero como ya todo había sido dicho y el presente estaba ya definido para ambos, sólo le quedaba a Jungkook retirarse como un héroe herido de guerra. Empezó a guardar sus documentos en su maletín, dando por entendido que ya debía irse.

Taehyung lo miraba arreglar todo y no pudo aguantar más.

—No fue por casualidad –le dijo el mayor con la voz más grave y desesperada, llamando la atención de Jungkook que lo miró extrañado.

Taehyung se puso de pie y acortó el espacio que los separaba para posar sus labios sobre los de Jungkook en un dulce y suave toque que duró tan sólo unos segundos, pero que hizo que ambos sintieran las mismas mariposas que años atrás los habían unido en una relación y que los volverían a unir 10 años después. 

🐈🐈☀☀🐈🐈☀☀🐈🐈☀☀🐈🐈☀☀🐈🐈☀☀🐈🐈☀☀🐈🐈☀☀🐈🐈☀☀

Jungkook y Taehyung jamás se olvidaron, ni de lo que sentían, aunque el destino los hubiera separado. ¿Cómo va la historia? ¿Les va gustando? Aún no pueden haber teorías, porque todavía no llegan los problemas, pero ya pronto. Gracias por leer!!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro