Capítulo 1
Sus largos y un poco ondulados cabellos ondeaban al ritmo del viento que entraba por la ventana del aula. Los rayos del atardecer de ese verano iluminaban su sonrisa cuadrada. Taehyung se sentía tan feliz porque al fin pudo entender ese ejercicio de matemáticas que Jungkook le acababa de explicar.
Jungkook jamás olvidaría esa escena, pues su mente la repetía una y otra vez en sueños y también despierto, incluso aunque ya era un adulto. Ese momento vivía en él, ya que fue cuando por fin se dio cuenta de que estaba enamorado de Taehyung.
*
Cuando ese muchacho tan inocente ingresó por primera vez en el salón de clases de la secundaria donde asistía Jungkook, no esperó a que el profesor lo presentara ante sus compañeros. Corrió rápidamente en cuanto vio a Jungkook, como si lo hubiese reconocido o como si fuese el único muchacho en el lugar, y se paró delante de él con una sonrisa gigantesca en el rostro.
— ¡Soy yo! ¡Kim Taehyung! — dijo sin más, sonriendo como el sol de la mañana de un sábado o feriado.
El aula entera se puso a reír ante la reacción del recién llegado. Jungkook no sabía qué hacer y sólo afirmó con la cabeza, intentando no hacer ningún contacto visual con el extraño niño nuevo, quien se unía a las clases semanas después de haber empezado el año escolar.
Para los demás compañeros, ésa fue la invitación perfecta para molestar a Taehyung desde el primer momento. Burlas, chistes y chismes llovían en los días del nuevo estudiante, pero éste tomaba todo con buen humor, alegría y una inocencia adorable.
Y como si no fuera suficiente, todo el colegio se enteró de que Taehyung era adoptado. Contaban los rumores que el jefe de la policía de la pequeña ciudad donde vivían había encontrado al muchacho hace casi un año, vagando desnudo por el puente que conecta la ciudad con una isla turística.
El jefe de la policía había hecho todo lo posible por encontrar a su familia, ya que él no recordaba nada, ni de dónde provenía, pero no encontró absolutamente nada. Así que, tras conversar con su esposa y las autoridades pertinentes, decidió convertirse en su padre adoptándolo junto con su esposa.
Los muchachos crueles de su salón no perdían la oportunidad de recordar ese rumor cada que querían molestarlo o burlarse de él.
*
—Eres una criatura tan adorable –le decía un día a Taehyung ese compañero de clases que siempre lo molestaba durante el recreo, Hoseok.
El inocente Taehyung sonreía pensando que tal adjetivo era expresado con sinceridad.
—Y mira ese pelo tan brillante –continuaba el arma—líos, siendo apoyado por tres de sus compinches, quienes reían tras de él.
—Gracias –aceptó el pobre Taehyung aún con su sonrisa tan encantadora, la que les regalaba a todos.
—Yo tengo un secreto para que luzca incluso mucho mejor –le dijo acercándose peligrosamente a Taehyung con una expresión divertida.
Pero en ese instante y luego de escuchar todo, Jungkook entró en el salón de clases donde estaban sólo ellos aprovechando el descanso.
—¡Basta! –lanzó el grito, harto de todo el bullying que le hacían siempre a Taehyung y que él sólo aguantaba como podía, siempre sonriendo.
Se acercó a ellos y le arrancó a Taehyung una hoja de papel de su espalda que seguramente esos matones le habían pegado con insultos escritos en ella.
Mirando fríamente a quien había empezado el ataque, le quitó de las manos los envases pequeños de mayonesa que quería echarle a Taehyung en el cabello y los aplastó sobre la cabeza de Hoseok sin pensarlo dos veces.
Los ojos del buller se abrieron con sorpresa y se tomó el pelo grasoso y sucio por la mayonesa. Rugió y renegó frente a todos, y salió corriendo como el cobarde que era, seguido por sus compinches.
Taehyung miraba a Jungkook atónito. Pero al comprender lo que había pasado y cómo lo había protegido de esos acosadores, le regaló la más hermosas de todas sus sonrisas, la misma que hizo que se enamorara de él aun sin darse cuenta en ese momento.
*
El año en el que Jungkook conoció a Taehyung fue también su primer año en esa escuela. Tenía dos años de edad menos que todos los estudiantes en ese curso, pero lo habían subido de nivel por sus excelentes notas y aprovechamiento escolar.
No tenía muchos amigos en la clase, porque la mayoría eran así como Hoseok.
Aunque luego de que él se opusiera a que lo molestaran más, el bullying y los rumores se habían detenido también. Y quien se había convertido en su "sombra" era precisamente Taehyung.
Lo seguía donde fuese que Jungkook iba. Lo esperaba en la puerta del colegio a la hora de entrada en la mañana, se sentaba a su lado en clases, salía con él al recreo, le invitaba su almuerzo, se sentaba junto a él en los columpios y a veces se subía a esas barras altas del parque, haciendo piruetas y ganando sus sonrisas durante el descanso o la salida.
Vaya que él amaba cuando Jungkook sonreía, porque así él sonreía más y también enamoraba más al menor. De esa forma, esa extraña, peculiar y agradable relación que tenían fue desarrollándose día con día, año con año.
Durante su último año de secundaria, Jungkook se convirtió en su tutor de matemáticas, a pedido de su profesor. Taehyung estaba en la cuerda floja y necesitaba subir sus notas pronto para no perder el año, así que Jungkook tomó la responsabilidad con gusto.
Jungkook nunca había sido muy expresivo con sus emociones. Siempre se había mantenido al margen de todo, en cuanto a amigos, fiestas, y hasta problemas. Lo único que vivía en su mente era mantener sus excelentes notas, para poder tener un futuro exitoso, fuera de esa pequeña ciudad. Pero Taehyung sacaba lo mejor de él, pues sólo él lo hacía sonreír, así que no se trataba de una tarea muy difícil de hacer.
Fue justamente durante la última sesión de matemáticas que tenían antes del examen final, cuando Jungkook aceptó sus sentimientos. La imagen era de postal... los rayos del sol decoraban el rostro perfecto y la sonrisa cuadrada de su ángel. Y el corazón de Jungkook no pudo aguantarlo más... estaba enamorado del muchacho extraño.
Al día siguiente, se reunieron luego de los últimos exámenes en el parque de la escuela que solían visitar juntos, el de las barras.
—¿Y cómo te fue? –preguntó Jungkook algo nervioso no sólo por saber el resultado, sino por haber aceptado lo que sentía por el chico que en ese momento caminaba sobre las barras altas del parque.
—¿Cómo crees? –respondió Taehyung mostrando un gesto neutro, mientras mantenía su equilibrio con sus brazos levantados a los costados y con su hoja de examen arrugada en una de sus manos.
—¿Te sacaste... 8? –quiso adivinar Jungkook. Aquella era la nota mínima que necesitaba Taehyung para poder pasar y graduarse.
Taehyung bajó de un salto de las barras y desenvolvió la hoja de su examen frente a los ojos de Jungkook. Un reluciente 10 se mostraba anotado sobre el papel arrugado que tapaba a medias su hermosa sonrisa.
Jungkook se alegró tanto que, por primera vez en todo ese tiempo, se lanzó a abrazarlo fuertemente. Taehyung se quedó de piedra al primer contacto, pero al reaccionar, pasó también sus brazos por la cintura de su salvador en tantos sentidos.
El menor no dijo nada, pero poco a poco fue soltando el agarre y se alejó lo suficiente como para observar los ojos brillantes de Taehyung, quien lo miraba maravillado por su proximidad.
Casi como si se movieran en cámara lenta, como si el tiempo se hubiese enlentecido y los árboles alrededor del parque cantaran una canción sólo para ellos al mover sus hojas al compás del viento, Jungkook se acercó lentamente al rostro sorprendido de Taehyung y le dio su primer beso... el primer beso de ambos.
*
Taehyung lloraba desconsoladamente de pie en la puerta de la habitación de Jungkook aquel domingo por la mañana. Sollozaba como alma en pena, sin siquiera limpiarse las lágrimas y los mocos que desfiguraban sus hermosos rasgos.
—¡¡¡Por qué!!!! ¡¡¡Por qué tienes que irte!!!! ¡¡¡¡Ahora que te encontré!!!! ¡¡¡Jungkook no debe irse, no!!!! –lloraba sin consuelo mientras el menor se dedicaba a empacar sus pertenencias en cajas y maletas.
—Tae, ya hablamos sobre esto –Jungkook se puso de pie tras cerrar una caja y puso sus manos sobre los hombros de Taehyung –No puedo desperdiciar esta beca en la universidad de la capital. Me costó mucho conseguirla.
—¡¡¡Pero yo no puedo ir contigo!!!! –se quejaba Taehyung sin entender la importancia del asunto.
—Lo sé –contestó Jungkook susurrando y limpiando las lágrimas de las mejillas de su novio –Lo sé... y lo siento.
No había nada que pudiera hacer. Sus destinos ya estaban definidos y sólo el futuro diría si se volverían a encontrar. Por mucho que ambos se quisieran, la oportunidad que se le había presentado a Jungkook por su buen aprovechamiento en la escuela no podía desaprovecharse, era lo que él más había soñado durante tanto tiempo.
Así, con mucho dolor de ambas partes, Jungkook se despidió de Taehyung y de su propia familia, y dejó la pequeña ciudad de la pequeña escuela de la colina, en cuyo parque de las barras altas dio su primer beso y dejó a su primer amor.
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Estoy subiendo este fic luego de muchísimos meses de haber empezado a escribirlo. Le tengo un cariño demasiado especial, porque es una historia maravillosa. Espero que les vaya gustando y comenten todas las partes que les gusten. Gracias por darse el tiempo de leerme.
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