Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5. Música

Hola de nuevo, ojala las cosas se vayan poniendo tristes

Los invito a comentar siendo respetuosos.

YYY

Capítulo 5. Música

Una pequeña parte de Midoriya Izuku se sentía en las nubes.

Contrario a como se suponía que debería sentirse dado su adolorido cuerpo, el lugar tan sencillo y hasta descuidado en el que se encontraba, la situación tan de mierda por la cual había atravesando, o peor aún, toda la historia de porque lo golpearon. La parte racional y consiente de todo lo que le había pasado, el Izuku de siempre tan receptivo que no dejaba de sentir el peso del abandono que había sufrido de cada persona que había amado; esa parte seguía desmoronándose en una agonía que parecía nunca tener fin. Sin embargo, una parte casi estúpida, se sentía cálida. De esa sensación de calidez que no sentía desde que se quedó solo.

Muchas meditaciones abundaban en su mente, siendo un tanto pesimista, trataba de matar el lado hermoso y mágico que tenía todo el asunto de que el hombre más guapo que había visto en toda su vida, le hubiera salvado su horripilante vida.

/ ¿Por qué me ayudó en primer lugar?/

Trataba de pensar que posiblemente, tenía sus propias motivaciones nada nobles, tal vez todo era demasiado irreal para su propio bien. Tal vez si se murió o estaba en coma en la cama de un hospital cualquiera, debatiéndose entre la vida y la muerte. Solo eso explicaría lo afortunado que fue su golpe al caer en manos de alguien tan...caliente y agradable. Frio y cortante, con toscos modos pero rayos, eso importaba poco o nada cuando contrario a su actitud, se portaba lindo o hacia algo adorable. Le alteraba el pulso.

Izuku no debía ilusionarse con nada de lo que quiera que fuera esto. Porque él era un ser asqueroso, con solo los vestigios de lo que alguna vez fue. Ya no era lindo como de antaño, no era el chico lleno de energía para el siguiente baile que brincaba por todos lados, con esa sonrisa enorme de mejillas pecosas y sus ojitos brillando. Que comía golosinas a escondidas y usaba suéteres enormes. Quien cocinaba mucha pizza y llevaba cerveza para hacer una maratón de videojuegos con sus mejores amigos. Quien dormía abrazado hasta con las piernas a su adorable peluche de perrito que le había obsequiado Tamaki-kun. Ese chico agonizó lentamente hasta morir y desaparecer. Lo que quedo de él, era solo un tipo que se drogaba esporádicamente, tomaba alcohol como si fuera agua, dormía o se desmayaba en cualquier lugar. Que se denigraba cogiendo con quien fuera, quien hacia cosas locas esperando que una de ellas, por fin fuera lo suficientemente horrible para que muriera. Por fin pudiera alejarse del dolor. Un ser indigno de la atención o cuidados que el rubio parecía empeñado en querer darle.

─ Ya es hora de las medicinas.

Esa voz logró sacarlo de sus cavilaciones, regresándolo a su realidad. Una donde un hombre guapísimo le estaba cuidando.

─ Maldito mocoso no te dormiste aunque te dije que lo hicieras, quien diría que eres todo un rebelde ¿eh?

El pecoso estuvo a punto de negarlo, cuando se percató de algo en el contexto de esa afirmación.

─ ¿C-cómo noto que no dormí?

Eso logró desestabilizar la sonrisa socarrona del mayor, volviéndola una mueca extraña.

─ Bueno este departamento de mierda es muy pequeño todo se alcanza a ver. Estaba acostado en el sofá, no podía conciliar el sueño, me rodé para acomodarme y desde ahí te vi; metido en tus pensamientos. Por eso no me molesté en intentar despertarte cuando vine para lo de tus pastillas, sabía que estabas despierto.

Eso avergonzó algo al chico vendado quien apartó su mirada de esos ojos rojos que le miraban con curiosidad e intensamente. Katsuki pareció darse cuenta tarde de lo que había dicho, ruborizándose ligeramente, negando algo tosco.

─ ¡No es como si yo fuera un jodido mirón de mierda!

Se detuvo cuando una risita ligera se escuchó en la habitación, sonó débil y la voz era algo distorsionada por el dolor que sentía el chico al reírse, pero estaba ahí y era todo lo que existía en el mundo para Bakugo Katsuki en el segundo en el que la escuchó. Tan frágil y melodiosa. Solo fue algo sutil y pequeño, un pedacito de cielo se había colado por la ventana en esa obscura y algo destartalada habitación para regalarle un momento que ciertamente, lo tenía flotando en partículas alrededor, como si su existencia se redujera solo para ayudarlo a disfrutar de este instante tanto como fuese posible. Exprimirlo con todo lo que tenía.

Ante el silencio del mayor, el menor se quedó callado y apartó la mirada, un poco aturdido.

─Lo sient-to.

Murmuró de nuevo con ese tono casi susurrante de voz quebrada y minimizada. Reventando duramente la burbuja del mayor.

─ No tienes por qué disculparte por todo, tonto.

─ Creo que tengo algo de insomnio. Es extraño si tenemos en cuanta el hecho, de un año para acá, he pasado a ser un fanático de dormir en exceso.

Eso parecía más un dialogo consigo mismo que para su acompañante pero Katsuki tenía la necesidad de convivir con el muchacho, así que se sentó cerca de él, para establecer conversación.

─ Diablos niño no las descuides no es sano, estás hablando con un jodido fanático de cuidar sus horas de sueño.

El peli verde maltrecho en la cama se giró para mirar la sonrisa presumida del mayor y supo que pocas cosas en la vida eran tan bellas.

─ Entonces ¿estoy ante un experto?

No entendía porque pero Midoriya hizo una broma, como de antaño. Cuando pasaba la tarde con Mirio y Tamaki. Eso lo asustó y emocionó en partes iguales. Su mayor lo golpeó sin mucha fuerza la cabeza.

─Respétame malcriado cabrón, mas sin en cambio si quieres dormir, tengo algo de música relajante en unos discos. Digo por si te interesa....

El lastimado niño en la cama, asintió con calma, viendo como el mayor buscaba con ahínco para sonreír cuando encontró una grabadora. Lo metió, cerró y le apretó un botón de reproducción. Cuando la música más hermosa salida de un piano salió, Izuku se quedó totalmente impresionado.

De la nada el recuerdo de él mismo en el pasado, escribiendo un libro con música así de hermosa le trajo de nuevo la sensación que tenía ahí, dejándose fluir a través de la música. Tan maravillado había quedado con la pieza que escuchó que sin notarlo, unos lagrimones se derramaron de sus verdes ojos. Preocupando un poco al más alto que se quedó estático sin saber qué hacer.

─ ¿De dónde saco esa música tan maravillosa?

Preguntó a duras penas por los sollozos que salían libres por su garganta, cuando el mayor carburó, respondió algo aturdido.

─ Yo se tocar el piano y soy compositor.

YYY

¿Qué tal si esto logra que avancen un poco en su recuperación? Lo veremos en el capítulo 6. Medio de contacto con el alma

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro