Hola de nuevo, esta historia espero este rota y bella.

Los invito a comentar siendo respetuosos.

YYY

Capítulo 3. Dormir y no despertar

─ ¡Izuku-kun!

─ ¡Midoriya-kun!

Escuchaba a lo lejos unos gritos tan conocidos para él, ese par de gritos que siempre venían a visitarlo en este obscuro escenario en el que se había convertido su inconsciente. Rodeado de una inmensa nada. Era desesperanzador sentir un frio que no podía calmar por nada, ese que le helaba la sangre y le resecaba los labios, tan profundo que le cortaba las mejillas, volviéndolo más pálido. La única fuente de calor, eran los dos cuerpos tan conocidos para él, que llegaron corriendo a su encuentro. En este momento del día donde no quería por nada del mundo irse.

─ ¡Mirio-kun! ¡Tamaki-kun!

Los nombrados, cada uno con su sonrisa característica, lo levantaron del suelo para fundirse los tres en un abrazo tan perfecto que estaba lleno de todos los mejores recuerdos que tenía el chico. Seguían oliendo como los recordaba. Sus cuerpos seguían teniendo el peso de siempre. Su calidez seguía traspasando todas sus barreras para llenarle su herido corazón con una sensación tan...hogareña. Así era como él recordaba que se sentía ser amado y amar a otros como si fueran familia. La única familia que tuvo y que había conocido.

─ No tienen idea cuanto los extrañó...Shoto me dejó.

Togata fue el primer en alejarse para quitar su sonrisa y convertirla en un gesto de molestia.

─ Te dije que ese tonto nunca me gustó. Sabía que te dejaría, él no te amaba y tú tampoco...

─ ¿Si no lo amaba entonces porque me duele tanto que me haya dejado?

─ Porque siempre has estado desesperado de que alguien te amé. No estar solo...

El peli verde hizo un infantil puchero generando una risa en su amigo rubio.

─ Izuku-kun sigue siendo tan adorable, pese a que ahora es mayor que nosotros.

Eso dejó paralizado a Izuku quien sintió como su pecho se oprimió y los ojos le picaron, amenazando con llorar. Tamaki notó el cambio del semblante del mas bajito y le pegó un zape a su novio.

─ ¡Ya lo hiciste llorar!

─ ¡Lo siento, Izuku-kun!

Pidió el mayor todo asustado, generando una escena cómica tan característica de ellos dos. Lo que logró que ahora Midoriya llorase de alegría, y riera a carcajadas. Ganándose las miradas de sus dos amigos.

─ Los amo tanto...

Entonces de nuevo terminaron en un abrazo en conjunto de esos que lo dejaban sin aliento y lo lastimaban por lo toscos que eran, pero que siempre le sacaban una sonrisa enorme.

─ Creo que ya tienes que irte, Izuku-kun.

Izuku se acurrucó más contra ellos, ahora algo triste porque sentía que no tardaba en despedirse, como cada día.

─ Quiero quedarme aquí por siempre...

─ Sabes que no es posible, tú aun tienes muchas cosas por las cuales vivir...

─ Ya no tengo nada en esta vida. Ni novio, ni amigos, mi familia, ni la escritura; solo un departamento frio.

─ Creo que es momento de conseguir que alguien te amé, recuperarte de este bache, salir a superficie y recuperar lo que le dé sentido a tu vida.

─ Suenas muy positivo Mirio-kun...

Con esto, ambos amigos lo alejaron del abrazo, mientras él intentaba volver a jalarlos, pero ellos no se dejaban.

─ Ya verás que dentro de poco, tendrás algo bueno que ilumine tus días.

─Como Amajiki lo hizo conmigo.

Ambos se tomaron de las manos, entre los gritos desesperados del pecoso.

─ ¡No me dejen!

Gritaba totalmente aterrado, con sus brazos estirados; al tiempo que abrió grandes sus ojos. Una punzada de dolor le recorrió el cuerpo, gracias a la cual era consciente de que estaba sentando en una cama, tapado con las sabanas, tenía vendajes por muchos lugares, y tenía ropa puesta que no era suya. El cuerpo le reclamaba por la acción pero no lograba identificar donde estaba.

─ No deberías hacer tanto esfuerzo, tonto.

Una voz gruesa y varonil sonó cerca. Cuando alzó la mirada vio a un hombre que era atractivo como pocas personas en este mundo. Tenía una hermosa piel bronceada, unos penetrantes ojos rojos que parecían escudriñarlo lentamente. Su cabello rubio cenizo rebelde le daba un aire explosivo. Era mucho más alto que él. Tenía puesta una camisa de piyama de esas de manga corta pegada, que le daba una buena idea del cuerpo musculoso que estaba debajo de la ropa.

─ Maldición ¿Me escuchaste?

Volvió a preguntar el guapísimo desconocido al tiempo que se acercó a él, poniéndolo nervioso al grado que el aire le escaseó, tomando lentamente grandes bocanadas.

─ ¿Estas bien?

─ ¿C-co-m-mo...?

/Rayos, no puedo ni pronunciar palabra delante de él, va a creer que tengo retraso/

─ Eso es lo que quisiera yo saber, te encontré tirado en un callejón, hecho mierda. No sabía que carajos más hacer, así que te traje conmigo a casa.

Flashazos de la noche anterior llegaron a al chico acostado; el sexo, el novio del sujeto descubriéndolos en el baño, varios de sus amigos y él golpeándolo hasta que quedó inconsciente. Se dejó caer sobre la cama con cuidado, porque absolutamente todo le dolía.

/Lástima que eso no me mató/

Hizo una expresión tan rota en sus hermosos ojos verdes, que al mayor se le oprimió el pecho, aun a sabiendas de que era estúpido sentirse así por un completo desconocido, del cual no sabía un carajo.

─ Yo soy Bakugo Katsuki...

Dijo llamando la atención del peli verde quien le dirigió su mirada.

─ Me llamo Midoriya Izuku...

Eso le salió mejor que la primera vez y ahora sí pudo apreciar la melodiosa voz del pequeño.

/Casi tan hermosa como él/

YYY

¿Qué tal si conocen un poco? Lo veremos en el capítulo 4. Bonito pero roto