Capítulo siete: Beneficio de la duda✅️
Daemon
Había llegado un poco tarde por problemas en el tránsito, pero no tanto como para que me nieguen la entrada al dichoso lugar, al ingresar me dieron un antifaz después de verificar mi identidad cosa que no me gusto mucho, pero lo recompenso con el anonimato que agradecí porque me evitaría que me reconozcan fácilmente, aunque ese no sería el problema ahora, sino como haría yo para reconocer a Daniel entre la multitud, cuando llegue al salón me costó acostumbrarme a la luz brillante, a la música alta y a los gritos incesantes llena de morbosidad, pues había una chica bailando, entreteniendo al público y otra con un micrófono que decía que pronto comenzaría con la subasta, había llegado con Federico, pero creí más prudente que se quedara en el coche y me avisará cualquier inconveniente allá afuera.
Pase cerca de dos hombres cuando iba a una mesa libre y escuche hablar a uno y en mi mente grite eureka, lo había encontrado así de facil, Daniel y su peculiar risa hizo que lo reconociera.
Entre sin mirar mucho, tampoco era mi intención llamar la atención, solo quiero ser como una sombra con un solo objetivo, solo vine con una misión y no la arruinaría estando tan cerca.
Minutos después
Pero... ¿Qué acabo de hacer?
Miro con genuina sorpresa como mi brazo derecho se encontraba levemente levantada ofreciendo un poco más que el último sujeto, miro hacia el escenario, veo con disgusto a la culpable de este mal juego, cuál fue el truco que implementó esta chica, que tan solo con una mirada hizo de mi cuerpo su esclavo, quise retractarme, pero ya era imposible, la había comprado.
Salí de mi trance y comprendí lo que termine haciendo, me entusiasme cuando vi como Daniel iba subiendo de cifra por la virginidad de aquella chica, mi intensión era hacerlo gastar lo más que pueda y después hacerlo caer con eso, pero por supuesto que sin yo gastar un solo peso en ello, y ahora acabe cometiendo un error cuando vi como la chica estaba llorando y algo dentro mío hizo querer tenerla yo en lugar de Daniel, un arranque de egoísmo que me costara muy caro, demaciado.
—POR FAVOR LE PIDO AL CABALLERO, QUE SUBA A BUSCAR SU PREMIO.
—Qué manera tan vulgar al referirse a una joven — murmuré para mí mismo, pero subí de todas formas.
Me posicioné de un lado dándole una fugaz mirada, es preciosa no hay forma de negarlo, al lado mío queda pequeña me da por mis hombros, y eso que solo mido 1,80.
Está temblando, no me quiero imaginar lo asustada que se encuentra, mire hacia el público y pude ver como Daniel tiraba la paleta y se levantaba enojado saliendo del lugar, eso hizo que sonría por mi inesperada victoria, sí que fue satisfactorio verlo echar humo por las orejas del coraje, y ni se imagina que soy yo quien termine arruinando su plan, luego nos bajamos del escenario y nos sentamos en una de las mesas del fondo, observe a mi alrededor notando como los hombres que anteriormente compraron a las demás chicas, ahí mismo insinúan que harán y como lo harán, el descaro no tiene limites, algunas de ellas sonríen de forma incómoda, otras las aparta cortésmente, me parece repugnante y es ahí donde recuerdo que le tengo que dejar en claro a la chica a mi lado que no la tocaré de esa manera y de ninguna otra.
—Oye, acércate quiero decirte algo.
La chica parecía asustada, y cuando le hablé salto en su lugar como un resorte.
—Mira, mi intención al venir acá no era comprar la virginidad de nadie, pero resultó así y ya no hay vuelta atrás, ahora te diré lo que pasará a continuación, yo pagaré lo que prometí hace unos minutos, pero nada más pasará, cada uno sigue con su vida como hasta ahora.
—¿Qué? ¿De qué me hablas? ¿Que clase de juego es este? —no sé por qué dijo lo último, pero igual le respondo
—Nada tiene que ver con eso, eres preciosa, pero el hacer esto me parece mal, una chica no tiene que vender su primera vez al mejor postor por dinero, eso es asqueroso, pero yo no soy quien para juzgar.
—Y usted cree que para mí es fácil venir y ofrecerme como una prenda de oferta —los ojos que antes eran claros, ahora están rojo de la furia —pues no lo es, lo hice por necesidad, no por diversión y si tan asqueroso le parece porque levantó más de una vez la paleta, dígame todo eso también era un error —grita y llora a la vez
—Yo no tengo por qué decirle del porqué de mis acciones, cada una de ellas tiene un porqué, el único error fue la última vez donde terminé comprándola, pero quédese tranquila, el dinero lo tendrá de todas formas, no era por eso que vino.
—No me importa, yo no puedo aceptar su dinero así sin dar nada a cambio, quien me asegura a mí que después no me pedirá algo peor, mejor váyase y haga su buena obra donando a orfanatos donde hay niños que necesitan dinero, me ve la cara de estúpida mostrándome que tiene mucho dinero.
—Pero quien te crees que soy, además tengo palabra y mi palabra vale más que cualquier suma de dinero, no se haga la digna que aquí usted termina ganando.
—Puede ser, pero no conozco que tanto vale su palabra, aquí solo conozco la mía y como usted tampoco creerá así de fácil, larguese, no necesito de su dinero sabra dios que me pedira después.
Pero qué chica más problemática, ella podrá ver que el gato tiene cuatro patas, pero insiste en buscarle una quinta, esta tan cegada en ella.
—Está bien, ¿qué propones? —me rindo, lo detesto, aún así lo hago.
Ya no había ni rastros de la chica que hace unos minutos lloraba en el escenario, ahora dio lugar a alguien diferente, ¿será que busca sacarme más dinero? Intentará estafarme, mejor me preparo.
—Quiero un trabajo
—¿Trabajo? —me sorprendió
—Si un trabajo, me dijo que me daria el dinero, con el trabajo le devolvere de a cuotas.
—Espera dos segundos, me perdí un capitulo, hace tan solo segundos me decías que no quería mi dinero, que te hizo cambiar.
—Si puede desembolsar tantos millones, es porque es millonario y tiene conexiones, puede fácilmente conseguirme un trabajo en una gran empresa, así yo me comprometería a pagarle toda esa plata dentro de cinco o seis años y quedar como si fuera un préstamo, no como un regalo, así o más claro.
—Me tomaste por sorpresa, qué rara eres, porque no solo tomas el dinero ¡y ya!, por complicar tanto las cosas, acaso buscas estafarme, hay más personas detrás de ti, como una organización o algo así.
—Porque aunque no lo parezca, mi mamá me enseñó de valores, y aunque este en esta situación no pienso tomar ventaja, cuando uno da mucho siempre hay que desconfiar.
—Te otorgaré el beneficio de la duda —le tiendo una tarjeta de presentación y ella lo toma de prisa y se va dejándome solo... Como si yo quisiera su compañía, si que se vaya.
Autora: Danna
Univers
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