Capítulo dos: Recuerdos de un primer amor✅️
Había pasado dos días desde que Dalma estaba en el hospital cuidando de su madre, lo bueno es que lentamente ya se está recuperando de esa anemia que cogió por los medicamentos que le quitaba de apoco el apetito, ya tiene más color sus mejillas y va recuperando de apoco su apetito y con respecto al dinero aún no sabía que hacer ni de donde sacarlo, su madre también estaba preocupada por su hija, por situaciones como esta, era que quería evitarle que supiera lo de su enfermedad.
Dalma pensando en una solución, le vino a la mente, pedirle ayuda a la única persona que una vez prometió nunca buscar, su padre. Aquel hombre que un día se fue y solo se acordaba de ella dos veces al año.
Su padre es conocido en la Alta sociedad por ser un político de renombre y estar casado con una de las modelos más bellas y famosa del país.
—¡Jamás! —grito su madre al oír lo que su hija le propuso —Prefiero morirme a pedirle ayuda al desvergonzado de tu padre, si es para ti, no lo dudaría en dejar de lado mi orgullo, pero si es para mi primero muerta que aceptar su dinero.
Ella solo suspiró, no iba a ser fácil para Dalma convencer a su madre, así que por el momento dejaría de lado esa conversación, mientras seguía buscando otras opciones.
Después de dejar descansar a su madre, fue a su casa a buscar ropa limpia para su madre, al entrar fue como si esos años de niñez nunca hubieran pasado, a la mente le llegaron un sin fin de recuerdos y travesuras, hoy hace casi un año que no volvía y en estos momentos se arrepentía.
Después de un rato deambulando por la casa vacia de personas, pero llena de recuerdos. Salió al jardín y observó con nostalgia la cerca que divide su casa de la de sus vecinos, se ríe de las veces que salto esa cerca para ir a jugar al jardín con sus amigos y las veces que fue regañada por su madre por no ir y pedir permiso y entrar como la gente educada por la puerta, pero ella era una niña rebelde y eso no lo podía evitar, le gustaba romper las reglas.
La familia Ferrero siempre fueron buenos con ella y cada que la veían en el jardín ya se imaginaban que se habría escapado de su madre, a pesar de tener un poco más de solvencia económica, nunca le hicieron notar en su trato hacia ella, nunca la hicieron sentir inferior al igual que sus hijos, siempre fueron buenos con ella como si fuera parte de la familia.
Los hijos de los señores siempre la trataron como a una hermana y la apoyaban en sus locuras, el mayor es llamado Francisco quien le llevaba cuatro años de diferencia, luego venía Emiliano quien le llevaba dos y luego está Gabriel, con quien tenía la misma edad.
A medida que crecían, también lo hacía su amistad, los cuatro se volvieron más unidos. Francisco, al ser el mayor siempre quería estar cerca de ellos por temor a que ellos terminaran metiéndose en problemas.
En cuantos los años pasaban, los niños iban dejando de ser niños para volverse adolescentes y con ello nuevos sentimientos surgían.
Dalma al cumplir los quince se volvió una joven linda, dulce y dejo de ser tan rebelde como lo era en su niñez, había comenzado a albergar un sentimiento nuevo en su corazón, cuando descubrió de que se trataba decidió confesar su amor a Francisco, pero este le terminó rechazando, porque él no sentía lo mismo, en cambio, era Emiliano quien estaba enamorado de ella.
Y desde ese momento los tres no fueron los mismos, al igual que su amistad, poco a poco se fueron alejando, tomando caminos diferentes y comenzando a madurar.
El que primero se alejó fue Francisco, pues luego de lo que sucedió decidió ir a una universidad fuera del país, luego fue Emiliano, se había quedado en el país, pero fue a una universidad alejada a su ciudad, quien quedó hasta lo último con ella fue Gabriel, hasta que ambos eligieron sus caminos y naturalmente se separaron por escoger diferentes profesiones.
Solo venía en vacaciones y poco tiempo estaba en la casa, al parecer evitaba encontrarse con algunos de los chicos.
Y ahora está observando esa cerca que tanto recuerdo y anécdotas guarda.
Se vio tentada a asomarse, pero eso solo lo hacía la niña Dalma, ahora es una mujer y una persona educada, como su mamá quería.
No sabía si era un buen momento, pero sintió la necesidad de ir y saludar, después de todo los señores Ferrero siempre fueron buenos y de alguna manera hay que agradecer y que mejor manera que hacerles saber que siempre los recuerda y les guarda un gran aprecio.
Tocó el timbre, luego de unos segundos una muchacha la atendió, la guió hasta el comedor donde se encontraban la señora Claudia, el señor Alfonso y ¿Francisco? No podia creer que su primera ilusión romántica, su primer amor también se encontraba ahí.
Después de mucho tiempo, se volvieron a ver.
—¡¡Dalma!! —grita la señora de emoción sacándola de la ensoñación, no es novedad que la señora siempre la ha tenido un especial aprecio, será porque no ha tenido hijas mujeres.
—Seño... Lo siento Claudia —rectificó al instante, al recordar que odia ser llamada señora.
Se dieron un abrazo, luego el señor también se unió, cuando llegó a Francisco, pensó que sería un momento incómodo, y que toda la familia se daría cuenta, pero fue todo lo contrario, la abraso de una manera cariñosa que la hizo sentir nostalgia del pasado y quiso permanecer un rato más así, no sabia que extrañaba tanto ese contacto.
—Qué lindo que hayas venido a visitarnos —dijo Claudia cuando se dejaron de abrazar —Aunque es una pena que sea en estas circunstancias, me he sentido sola desde que te fuiste, todos mis hijos decidieron irse y abandonarme.
—Madre, si no te diste cuenta tu hijo mayor se encuentra aquí, también he venido a visitarte. —La reprocha su hijo.
—Claro que si me di cuenta no seas celoso —luego miró a Dalma nuevamente —¿Cómo está tu madre? Ya me enteré de lo sucedido.
—Mejor, ahora vine por unas cosas que necesita y vuelvo con ella, después tendré que volver a la Universidad para terminar el asunto de mi matrícula.
Después de hablar un rato, los señores se fueron porque tenían un asunto que solucionar, dejando a Francisco y Dalma solos.
Francisco ya no era él mismo, en estos años se habían visto un par de veces, pero todos han sido encuentros fugaces o con más personas alrededor, no habían tenido la oportunidad de estar solos en todo el sentido de la palabra.
—Mucho tiempo, ¿verdad? —dice incómodo después de dejar de verla.
—Sí, la verdad, ¿cómo has estado?
Por miedo del pasado, Dalma se había privado de poder tener una hermosa amistad como en los años de juventud, a pesar de que ya los dos sean adultos, todavía tienen esa chispa de complicidad y hasta podrían volverse a tratar como hermanos, solo es cuestión de hablar y dejar el pasado atras, no solo con Francisco, también con Emiliano y Gabriel.
Autora: Danna
Univers
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