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Capitulo 5 "Ender"

Victor avanzaba con prisa a través de los pasillos del castillo del Señor del Abismo. Su capa se agitaba levemente mientras su rostro se encontraba oculto por su capucha y máscara. Se dirigia a la armería donde el armero y herrero del rey.

Unas horas atras el herrero le habia pedido a Victor su ballesta y que pasara por la armería, donde dos sorpresas le esperarían. Ese era su destino. Mientras el resolvía ese asunto, Aldrich se habia adelantado a la reunión con aquella vigilante.

Alexa Lawrence, era la primera vez que Victor veia a un ser humano en el abismo, y para mas sorpresa, trabajando como vigilante del abismo. Era una marcada y su historia seguramente era dura.

Eso pensó Victor mientras avanzaba por los pasillos del castillo hasta llegar a la armería. Las puertas de madera estaban abiertas, Victor entró con paso silencioso. Era una gran sala dividida a la mitad, en la primera mitad estaba repleta de estanterías de armas en las paredes, desde espadas hasta lanzas y mazos. En la segunda estaban todas las herramientas de trabajo del herrero, desde su yunque hasta sus martillos y pinzas.

La mirada oscura de Victor se paseó por la sala hasta ver la ancha espalda de un hombre, el cual sentado miraba al fuego de la chimenea. El hombre se puso de pie y se giró, llevaba solos unos pantalones un poco rotos y sucios, su musculoso pecho se mostraba sucio al igual que su rostro.

Era el herrero del rey. El maestro de las armas, el antiguo caballero asesino. Killiam, era el único nombre que se sabia poseía. El hombre de ojos cafes y gran bigote caminó hasta una mesa y en ella colocó dos armas. Las cuales Victor reconoció.

-Me alegra que haya venido, joven Victor.- dijo el hombre congelando a Victor en su sitio, juraba que estaba perfectamente escondido en las sombras del lugar.

Victor lentamente emergió de la oscuridad. Se acercó a la mesa y vio las dos armas.

Una pequeña ballesta, su ballesta, modificada. La tomó con una mano, la notó mas pesada y ahora poseía mira al igual que un cargador mas grande.

El Herrero miró a Victor.

-Recibí la orden de mejorar tu equipo, asi que a esta ballesta le coloqué un cargador mas grande, mas flechas, mas enemigos muertos.- dijo con simpleza a lo que Victor asintió mientras elevaba la ballesta y probaba la mira.

Victor bajó la ballesta, la mira era perfecta. El cazador sonrió por lo bajo y el herrero no tardó en esconder su sonrisa.

-Otra orden era otorgarte una nueva arma, así que decidí proveerte de una ballesta mas grande.- Víctor, en silencio, miró al herrero y arqueó una ceja, el hombre rió.

-A diferencia de la pequeña, esta tendrá más impacto y alcance pero esta no es automática, así que tras cada tiro tendrás que colocar una nueva flecha.- le advirtió y una idea cruzó por la mente de Víctor.

Víctor tomó la ballesta pequeña y la enfundó en su cintura, tomo varios cargadores hechos para esa ballesta y los acomodó en su bolso donde llevaba varias herramientas útiles. Tomó la otra ballesta entre sus manos y una buena cantidad de flechas para la misma.

Sin decir nada, se giró dirigiendose a la puerta. Al estar al borde de esta, se detuvo y miro al herrero por encima del hombro.

- Gracias.

Y sin mas abandonó el lugar.

**********

En las oscuras y poco concurridas calles del abismo, donde a esa hora solo unos pocos seres abismales y la guardia se veían por la calle, Victor avanzaba entre las sombras, Aldrich se habia adelantado a reunirse con Alexa. Una fuerte brisa helada recorrió la calle y esta agitó con fuerza la capa un poco raida de Victor.

Era una sombra, una sombra letal encargada de traer muerte y destrucción hacia los enemigos del abismo, una sombra que augurio de miseria. Era un cazador, uno de los seres mas temidos en el mundo sobre natural.

Y eso a veces no le agradaba.

En la plaza principal del abismo,un lugar destinado para la recreación de los infantes o de las parejas. Era el lugar de reunion de Victor con Alexa, la vigilante de rango iniciado en los vigilantes del abismo. Aldrich se encontraba con ella, recostado de espaldas a un arbol y con el pie apoyado en el, de brazos cruzados. Alexa miraba a las distintas calles buscando una señal del joven cazador. Algo que le dijera que si había decidido creer en ella.

Claro era, que su guardián estaba allí, era lógico que llegara en cualquier momento.

Aldrich se apartó bruscamente del árbol y miró hacia la calle principal que daba con la plaza,aquella calle que Alexa miraba. Ambos notaron como la figura de un ser cubierto en oscuridad avanzaba hacia ellos. Su capa se ondeaba con la brisa helada del abismo. Entre sus manos enguantadas se veia una ballesta negra. Aldrich sabía que se trataba de Víctor. Pero Alexa estaba asombrada, miraba fijamente a esa figura, contemplandola con miedo, si,miedo era lo que le causaba la imagen del cazador del abismo. Congelada en su lugar, Víctor terminó de acercarse a ambos, Adrich dio un paso al frente, con su sonrisa confiada.

- ¿Juguete nuevo?.- preguntó aun sonriendo. Víctor sonrió pero aquello lo escondió su máscara.

-Algo así.- respondió sin darle mucha importancia. Su mirada cayó en Alexa, se acercó a ella.

-Bueno, aquí estamos. ¿En donde se encuentran los traidores?.- preguntó

Alexa le miró para luego desviar la mirada a una de las calles, suspiró relajándose y dejando salir la tensión en sus músculos.

-Hace unos días atrás, hoy a unos vigilantes de rango experimentado, hablar, decían que sus planes de derrocar al señor del abismo estaban siendo estorbados por el cazador del abismo. Investigué y supe que estos vigilantes estaban en uno de los destacamentos que custodian las entradas y regularmente patrulla el exterior. Así se debemos de ir a la frontera del abismo con la entrada.- dijo Alexa con la mirada fija en la nada.- Son, unos traidores, unos vendidos que no merecen mas que el peor castigo.

Ella se giró y miro con determinación en sus ojos a Víctor.

-Debemos de arrestarlos.

Víctor bajó la mirada y ahogó una risa amarga. Alexa fruncio el ceño.

-Esas no son mis órdenes, es mas, nisiquiera es mi función.- Víctor alzó la mirada dejando ver esos dos flamantes orbes carmesí brillar.-Mis órdenes son encontrar y eliminar la amenaza al momento, encontrar a todos los vinculados y acabarlos.- los ojos de Alexa se abrieron sorprendidos.

Victor camino al frente, se detuvo y dijo.

-De todos modos, son muertos en vida. Han cometido el delito de intento de magnicidio. Eso se castiga con la muerte.

Se giró y le miró.

-Se que las mujeres son indiscriminadas en los vigilantes del abismo. Ayudame con estos traidores y te concedere el rango de experimentada.

Nadie dijo mas, ella solo asintió, se colocó delante del grupo y corrió hacia la calle, Aldrich y Victor compartieron miradas antes de el unirse a su cuerpo en una nube de humo negra, Víctor corrió y no tardó en alcanzar a la joven.

Corriendo por las calles, ella uso sus dotes atléticos y escalando paredes y ventanas llego a los tejados, Víctor solo se teletransporto hacia los tejados. Alexa se sorprendio por tal habilidad, pero no dijo nada, concentrándose de regreso en la misión.

Ambos, recorrieron los tejados, camino a la frontera.

**************

De la gran e imponente ciudad del abismo, Alexa y Victor habían llegado al Páramo, una zona rocosa, llena de camino y cañones, al igual que barrancos y salientes. Era un ambiente montañoso, peligroso y engañoso.

A paso lento y seguro, Víctor iba detrás de Alexa con la ballesta en sus manos, listo por cualquier eventualidad. Alexa iba delante, guiando. Conocía el camino de tantas veces haberlo recorrido. Se veía como un experta, se veía que estaba en su elemento.

Se habían adentrado por un camino, a los lados altas paredes de piedra cual cañón los tenían rodeados. Alexa lo había tomado por ser el camino mas corto pero a Víctor no le gustaba. Se sentía expuesto a emboscadas. Victor avanzaba sin vacilar detrás de Alexa y miraba hacia arriba de vez en cuando, buscando alguna amenaza. Mientras apuntaba hacia arriba decidió hablar.

-¿Esta ruta es segura?

Alexa, sin vacilar sonrió de lado y dijo con seguridad.

-Tranquilo, nadie toma esta ruta.

Victor desvió la mirada hacia ella, listo para decir que aquello no le convencía. Cuando, de repente, una fina línea de polvo y piedras pequeñas cayó frente a ellos, Alexa se detuvo en seco y su respiración se cortó, mientras que el frío abrazador del miedo, arrasó la espalda de Víctor antes de elevar la mirada de golpe apuntando hacia los bordes del cañón solo logran ver la sombra de algún ser. Alexa tomó su mangual con fuerza, miraba a todos lados.

-¿Nadie eh?.- Dijo aun mirando hacia arriba.-Estamos muy expuestos aqui, debemos de buscar la forma de subir.

-Imposible.- Dijo Aldrich materializándose y desenvainando su espada.- Esta roca es muy lisa, escalar sin equipo es imposible.

-¿Entonces?.- preguntó Alexa.

-Debemos de avanzar y prepararnos para un ataque.- Aldrich mantenía la guardia muy alta, sus ojos brillaban de un intenso color carmín.- Avancemos, Victor cubre la parte de arriba, Alexa, guiamos, iré a tu lado.

Sin decir mas, el pequeño grupo avanzó, alertas ante esa amenaza fantasma que se cernía sobre ellos, mientras avanzaban, Alexa en el frente con su mangual en su mano, Aldrich a su lado con espada en mano y Víctor con su ballesta. Se sentía tensión en el aire, no sabían ni como, ni cuando, ni cuantos serian los que los atacarían. Durante todo el camino, Víctor solo se repetía una cosa en su mente. "Malditos merodeadores"

Alexa divisió como el cañón se iba abriendo dejando ver la salida a este, se emociono y sonrió, no habían sido atacados. Se giró hacia el grupo animada.

-¡Ya llegamos a la salida!.

Y apenas exclamó ello, Víctor quien iba de ultimo, bajo la ballesta y la guardia soltando un suspiro con el cual dejó salir el aire acumulado. Sin previo aviso, dos hombres vestidos de negro aparecieron por el borde del cañón arriba de Alexa y Aldrich, Victor los vio y vio como dejaban caer dinamita sobre sus compañeros.

-¡¡Cuidado!!.- gritó.

El tiempo se volvió una cuestión de segundos, milésimas en las cuales una acción definiria el curso de todo. Como la dinamita caía con su mecha encendida, mientras Víctor alzaba la ballesta y apuntaba a uno de los hombres misteriosos, mientras Aldrich tomaba a Alexa en sus brazos. Victor lo tenia en la mira y disparó, la flecha voló a gran velocidad impactando en seco en el cráneo del hombre haicendolo caer hacia el cañón. Luego la explosión sacudio el lugar, creando una nube de polvo. Victor se tapó el rsotro con ambos brazos mientras la nube gris pasaba a su lado, hasta que se detuvo y todo quedo en silencio.

Victor lentamente tomó una flecha y la colocó en la ballesta, apuntó hacia la niebla y avanzó torpemente. Sabía que habían dos opciones. O habían sobrevivido o tendría que hacer dos entierros.

La segunda opción le dio escalofrios y una sensación de vacío en el estómago.

Vio dos siluetas entre el humo, con cautela avanzó, hacia las siluetas. Atravesó de golpe el humo con el dedo en el gatillo listo a disparar. se detuvo y bajó el arma.

-¿Ustedes son duros no?.

Dijo Víctor algo aliviado, se bajó la máscara y soltó el aire acumulado al ver a Aldrich dándole la mano a Alexa ayudándola a ponerse de pie. La joven solo se limpió un poco de polvo de su uniforme. Victor soltó la ballesta quedandole colgada del pecho por la correa de ella. Le dio unas palmadas en el hombro a Aldrich.

-Crei que no ibas a contarlo.

Adrich sonrió con sorna.

-Por favor, tomara mas que eso para derrotarme.

Víctor sonrió por lo bajo negando con la cabeza, miró a la joven peliazul que igualmente le miró. El le sonrió y ella desvío la mirada. Victor miro de nuevo al frente y subió su máscara.

-¡Sigamos!.

*****************
El 6to destacamento de Vigilantes del Abismo custodiaba una de las entradas del abismo. Era un lugar frío e inhóspito. El destacamento contaba con unos 300 Vigilantes del Abismo los cuales al mes rotaban sus actividades desde limpieza hasta vigilancia o patrullajes.

La misión de Victor, Aldrich y Alexa? Sencillo. Infiltrarse, encontrar a los traidores y eliminarlos.

Desde una alejada formación rocosa, Víctor inspeccionaba la zona con la mira de su ballesta. Aldrich a su lado y Alexa sol miraba y esperaba.

-¿Que tenemos?

-Bueno Aldrich. Tenemos diez guardias en la entrada principal, otros tres grupos de 5 patrullando los alrededores, luego tenemos uno en cada esquina del edificio del destacamento. En resumen, estamos jodidos.- dijo y Alexa rió.

-Que negativo.

-Normal en mi.

Victor le sonrió y bajo la mirada. Regresó la mirada al destacamento. Aldrich miraba por igual.

-¿Como sabes que están aquí los traidores?.

Preguntó pero su pregunta fue respondida por la llegada de una carreta hacia el destacamento. Víctor la reconoció.

-Merodeadores, ya tenemos la prueba de que ellos son los que nos traicionaron.- susurró.

Aldrich apretó sus puños.

-Debemos de intervenir, si esperamos más podrían realizar otro ataque.- Dijo Victor.

-Son demasiados.- Aldrich lo veía muy riesgoso.

-Pero no podemos esperar.

-Si, pero..

-¡Ya!.- gritó Alexa cansada de mirar de uno al otro cual partido de tenis. Suspiró tranquilizandose.- Ambos tienen razón, tienen que preparar un ataque rápido, no pueden esperar mucho.

-¿Que propones?.- Aldrich la miraba con los brazos cruzados.

-Ustedes dos vayan a por refuerzos. Yo me quedaré vigilando la zona por alguna novedad.

Los dos hombres se miraron y asintieron antes de darse la vuelta e iniciar a correr rumbo al castillo del Señor Del Abismo. El tiempo apremiaba. Ambos corrían rápidamente pero con su equipo encima estorbandoles, Aldrich miro a Víctor.

-¡Buscaré apoyo de la vanguardia!.- exclamó.-Pero necesitamos permiso de nuestro señor!.

-¡Yo me encargo de ello!.- dijo Víctor con una sonrisita.

-¿¡Y por que no nos Teletransportamos!?.

Victor se detuvo de golpe al igual que Aldrich. Ambos se miraron ceñudos.

-Demonios!!.

Exclamó Víctor antes de que ambos desaparecieran en una nube negra.

*************

En el imponente e inmenso castillo del Señor del Abismo. Un invitado muy peculiar entraba a la sala del trono, a paso lento y seguro. Aparentaba el ser un humano común, pero el detalle de sus ojos le delataba, estos tenían por iris, un reloj gris intenso, e incluso las manecillas avanzaban tal cual reloj común. Llevaba una gabardina negra y pantalones del mismo color, con el cabello blanco. Vio como el ser mas poderoso del abismo miraba a su ciudad desde el ventanal de su trono.

-Ha pasado tiempo, Volker.

El Señor del Abismo, sonrió de lado. Se giró levemente dejando ver su rostro de perfil, dejando ver aquellos dos orbes carmines.

-Preferiría que uses mi titulo, ese nombre murió cuando dejé atrás mi humanidad.

Se giró por completo, y descendió un par de escalones, hasta quedar frente a ese ser que le visitaba.

-¿A que has venido, Ender?.

El hombre de cabello blanco, sonrió de la forma más despreocupada posible.

-Solo he venido a visitarte. Nunca viene mal visitar a un viejo amigo.

-Eres un Señor del Tiempo, y desde que lo eres solo me adviertes de los grandes eventos o peligros, así que por favor dejate de rodeos y dime a que has venido.

El Señor del Abismo era alguien muy paciente pero cuando se trataba de alguien como Ender, podía perder los estribos muy rápido. El joven solo dejo salir una corta risa.

-Te lo diré, hasta donde tengo entendido, ¿has tenido problemas con los Merodeadores y los distintos intentos de ataque, no?.- Vender arqueó una ceja. Volker solo asintió.-Bueno quería avisarte sobre que..

El sonido de las puertas dobles del cuarto del trono al ser abiertas interrumpieron a El Señor del Tiempo, el cual miraba con sopresa la puerta. El Señor del Abismo se fijó en ello.

-¿Por que esa mirada?.

-Se supone que el no debía de haber llegado tan rápido, creo que Medí mal el tiempo.

-Irónico.- se burló, entonces miro a su aprendiz.

-Victor, al fin llegas.

El joven se veía agitado, parecía haber corrido un buen tramo y considerando que el castillo es alto, el trono esta alto y no hay ascensores. Ender miró a Víctor con curiosidad.

-Mi señor, ya tenemos el lugar de los traidores.- Informó Víctor.-Necesito su permiso para dirigir un pequeño batallón de vanguardia.

Toda esa información tan repentina sorprendio al Señor del Abismo. Éste miro a Ender pero el joven de cabello blanco había desaparecido, Victor también notó ese detalle.

-Pero que...

-No importa.-Le cortó su señor.-Vamos debemos de organizar ese batallón. ¿Donde está Aldrich?.

-El se esta encargando de eso.- dijo con simpleza Víctor.

Salieron al pasillo, con dirección al patio del castillo. El Señor del Abismo miro con el ceño fruncido a Víctor.

-Pero no tenían mi permiso.

-Ahora si.- respondió Víctor con una sonrisa.

**********

En el patio del castillo, una zona larga y abierta detrás del castillo. Se encontraba varias filas larga de seres ocultos bajo sus armaduras, algunos llevaban espadas largas, otros espadas cortas y escudos, otros espadones, muy pocos hachas. Todos llevaban armaduras negras, de un fino metal forjado con fuego oscuro. A diferencia de la armadura plateada del ejército común del abismo.

Delante de todos ellos, Aldrich capitán de la vanguardia, les indicaba la misión que se llevaría a cabo, un exterminio. Acabar con los traidores, si alguien se rendía, se le tomaba como rehén. Justo en ese momento llegaron Victor y El Señor del Abismo. Todos adoptaron una pose firme, Aldrich se arrodilló.

-Mi señor, nuestros hombres están listos.

-Bien, Capitán Aldrich usted lidere el camino, yo iré con usted, debemos de apresurarnos, por lo que me dijo Víctor tenemos un joven vigilante ayudandonos.

-Eso es correcto, mi señor.

Un poco alejados de ellos, Víctor miraba fijamente al cielo oscuro del abismo. Una batalla se acercaba, eso lo tenía claro. Una masacre, demasiados muertos y demasiada sangre. Aferró su agarre a su ballesta sintiendo ese impulso de adrenalina. Suspiró dejando salir una brisa fria como el hielo. Una mano se posó en su hombro.

-¿Preparado, Víctor?.- preguntó El Señor del Abismo.

Los ojos de Víctor se tornaron de ese tono carmín tan potente y peligroso.

-Preparado, Mi Señor.

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