Capitulo 44 "Los Protectores"
27 de Diciembre del 2018.
Abismo. Calles de la Capital.
-¿Dónde está Victor?
Le preguntó Lizette a Volkner, este frunció el ceño desviando la mirada. No sé habían oído más disparos o estruendos. Luego la miró, con su armadura de Cazador y su vieja Cortadora de Almas.
-No lo sé, querida y.... Te escapaste.
Dijo acusador, ella solo sonrió traviesa. Para desviar el tema, se separó de su amado y miró al Vanguardia que yacia con media sonrisa apoyado en el tanque, los Panzergrenadiers se mantenían cerrando la zona y los Spectre custodiando a los detenidos.
-Aldrich ¿Dónde está Victor?
El vanguardia soltó una baja risa, tan característica de el. Se separó del blindado acomodando su fusil.
-Ya te lo dije, debe de estar cazando.
El Vanguardia suspiró, se acercó a los Spectre, ellos estaban a una distancia prudente de los detenidos, los cuales estaban sentados en el suelo, con las espaldas en la pared de una casa, entre ellos hablaban.
-Esto, esto es un desastre...
Se lamentó Laury, con un sentimiento de culpa, pues había fallado y ese error como líder había arrastrado al resto. Cesar le miró y dedicó una sonrisa.
-Tranquila mujer, seguro hay un modo de salir de aquí.
Bruno al oír eso, lo miró escéptico. Y no tardó en atacar retador.
-¿Ah sí? ¿Y como se supone que vamos a escapar?
-Ah vaina chico-El joven musculoso le miró con arrogancia-Si yo digo que vamos a escapar, escapamos, ya verás que el momento perfecto va a llegar... Creo.
Antes de que entre ellos, iniciase una discusión, Carlys, una de las jóvenes del grupo, notó la falta de los nervios e impulsos locos de una de sus compañeras.
-Muchachos-Todos los ellos miraron a Carlys-¿Y azúl?
Una expresión de asombro se asomó en los ojos de todos, mientras estos se abrían de más, observando en derredor. No, Azul no estaba con ellos.
-¡Mierda!-Espetó Laury con voz quebradiza, casi con unas ganas de llorar-¡¿Cómo se nos pudo perder Azul!?
-No vayas a llorar- Le ordenó Cesar con seriedad.
-¡Ella es responsabilidad mía, al igual que todos ustedes y la perdí¡-Espetó.
-¿Y se perdió en medio del caos? Si es así, está en peligro-La mirada de todos cayeron en Ana, miradas que acabada de decir una obviedad-¡No me miren así coño! Recuerden que el objetivo es tan peligroso como Loreannis.
Como un balde de agua fría cayendo sobre ellos, el peligro de la situación se hizo notar. Azul podría seguir buscando al objetivo, el cual ya mostró tener habilidades sobrehumanas y sin verse restringido por tener que llevar a su acompañante, era un peligro. El miedo invadió sus cuerpos al comenzar a oír otra serie de explosiones y disparos a lo lejos. Los Spectres, los Panzergrenadiers miraron a ese lugar de donde venían los estruendos.
-Joder...
-¡Esto es mi culpa!-Espetó Laury.
-Muchachos dejen el escándalo...-Hilary miraba al frente-Creo que ahora somos el centro de atención.
Los mercenarios notaron que las miradas de los Policías Militares estaban en ellos aparte de los fuerzas especiales. En ese momento, uno de ellos, con ropa táctica se acercó a ellos. Se agachó, quedando a la misma altura.
-Soy el Mayor General Aldrich, Policía Militar, Inteligencia Militar y tercero al mando de los Spectre-Se presentó-Escuche su conversación, así que sean honestos ¿cuántos de ustedes faltan?
Los miembros de la Muerte Fantasma se miraron entre sí, tenían ciertas reticencias a hablar, el vanguardia se mostró paciente, pero otra serie de explosiónes lo alertaron. Rosamund se giró hacia él.
-¡Aldrich! Hay que buscarlo..
-Vamos, mientras más lo piensen, más tiempo perdemos.
Laury sin miedo o pena alguna alzó la mirada al Vanguardia. Ambos se miraron por cortos segundos.
-¿Que nos harán?
-Por el momento serán escoltados por los Spectres hasta los calabozos del batallón de policía militar del Abismo, estarán allí hasta que todo esté controlado.
-¿Cómo sabemos que no vayan a matarnos o hacernos algo peor?
-Ustedes sirven más vivos que muertos, matarlos sin pruebas y una previa investigación podría ser un problema-Aldrich hizo una mueca-Politico a gran escala.
Laury suspiró, no se fiaba, pero no le quedó más opción.
-Falta uno de nosotros, es una chica, baja, de cabello en rulos, ojos castaños y piel clara.
-Bien
Aldrich se puso de pie, se alejó, con paso rápido se acercó a una impaciente Rosamund. Ella le miró arqueando una ceja.
-Al parecer falta uno, y los protectores, podrías llevarlos al castillo con los Spectres, yo me encargaré de buscar a Victor.
Ella le dió una sonrisa ladina.
-¿Sabes que soy la de mayor rango?
-Pero yo tengo mayor experiencia.
Ambos se dieron un beso corto. La General se acercó a los comandos, dando la orden de subir a los detenidos a las camionetas. Así se hizo. Con un trato duro, los subieron a las camionetas negras en la parte trasera. Estás no tardaron en tomar rumbo al batallón de Policía Militar. Al mismo tiempo, Aldrich subía a los tanques, mientras los 50 Panzerfaust subían a los blindados y a los camiones.
-Nosotros vamos contigo.
Afirmó Lizette intentando subir, de forma penosa al tanque, pero la palma extendida del oficial la detuvo. Volkner la ayudó a descender evitando que cayera.
-Nosotros nos encargamos Lizette, preferiría que usted y mi señor acompañen a Rosamund.
-¿Temes que algo le pase a Rosamund?
Le preguntó burlón Volkner. El Vanguardia solo sonrió.
-Eso, y que escapen.
-Bien, ve y trae a Victor. Y los quiero vivos.
-¡Si mi señor!
El tanque arrancó, enfiló la calle y comenzó a avanzar seguido del otro Blindado. Más atrás los camiones, hacia el sitio de dónde venían los disparos y explosiones.
****************
27 de Diciembre del 2018
Abismo. Calles de la Capital
Loreannis y sus protectores estaban ante una imagen que dejaría helado a más de uno. Los tres hombres armados con fusiles M4a1 apuntaron al Cazador. Pero este no les dió mucha importancia, su atención estaba en la líder de ese grupo. La mujer de cabellos castaños descendiendo en un tono más amarillo miró fijamente la calavera frente a ella, su cuerpo cubierto por una capa oscura y el espadon que tenía apoyado en su hombro.
Los otros protectores, se tensaron aferrándose a sus armas. Una mujer armada con una lanza de oscuridad y el otro con una lanza de luz. Otra poseía una espada de hielo y la última Una gran Guadaña. Otro, con una habilidad parecida a la de Edison, convirtió sus manos en enormes garras y Douglas, de armadura y alabarda dorada se tensó por igual. Loreannis se colocó unos pasos al frente.
-¡Quítate la máscara! ¡Déjame verte!
Victor, como una figura sin vida la observaba con los orbes ahora rojos de su calaverica máscara. No movió ni un músculo, pero si se notó como tres enormes esqueletos de dragón aparecían detrás de él.
-¿Que esperas ver? Loreannis.
Ella frunció el ceño. No esperaba que el tuviera el conocimiento de su nombre.
-Ver un rostro del pasado.
-¿Cómo demonios te conozco?-le preguntó Victor llevando una mano a su cabeza de forma repentina-Tengo, recuerdos, recuerdos de conocerte, más pequeña... Casi no has cambiado.
El Cazador retiró su máscara y capucha, dejando ver su rostro. Fue cuando al detallar esos orbes negros, esa mirada sería, carente de felicidad, que buscaba demostrar un ser frío, pero que en realidad sentía mucho por dentro. Fué cuando su piel se enfrió y su pulso bajó. No podía ser el, no era posible que fuese él.
Se supone que estaba muerto.
-Victor...
-Dime, Loreannis ¿De dónde nos conocemos?-otro fuerte dolor de cabeza atacó a Victor arrancado un gruñido-¿Porqué te conozco de antes?
-¡Tu deberías estar muerto!-Gritó ella sin creerlo-¡Dijeron que habías muerto!
-¡¿Quienes!?-rugió el joven de ojos negros.
-¡Tu familia!
Otro fuerte dolor invadió al cazador. Este gruñó apartandolo. Una vez listo, dirigió la mirada nuevamente a la mujer frente a él. La veía y recuerdos de rivalidad, molestia, decepción... Tristeza, lo abundaban. Victor giró su espadon apuntandole a ella.
-Supongo qué tú y tus protectores están aquí para matarme.
Los hombres armados con fusiles le apuntaron más al cráneo. Loreannis no veía como evitar combate, si Victor estaba allí y era quien ella creía, tendría que matarlo, está vez, de forma definitiva. Era su deber como líder de Los Protectores, antigua orden creada para combatir el peligro de los Cazadores Abismales.
Victor por igual no podría evitar combate, estaba frente a sus enemigos naturales, desde siempre los Cazadores han luchado en contra de los Protectores. Pero la rivalidad entre él y la líder de ellos iba más allá de simple deber o historia.
Era rivalidad, odio, dolor. Incluso podía recordar el sabor de ls tierra y la sangre en su boca, con ls presión de un pie en su nuca.
Luego decepción.
-Estabamos aquí por un contrato, pero nunca especificaron quien eras.
-Estas colaborando con un grupo terrorista, que busca hacerse con el control del Abismo.
En ese momento, el joven de enormes garras dió un paso al frente, fastidiado.
-¡Sinceramente poco nos importa este agujero!
Loreannis lo miró con molestia empujándolo hacia atrás. Victor sonrió, se colocó la capucha y su máscara. Fija. Listo. La mujer con la guadaña de adelanto amenazante.
-¡Acabemos con esto Loreannis!
Victor suspiró debajo de la máscara. Sostuvo con ambas manos el espadon. Los tres Blasters cargaron. La líder suspiró, sus ojos se tornaron cobrizos, como dos llamas, al igual su cabello.
Apenas dió dos pasos, el Blaster derecho disparó, impactando en el suelo frente ellos derribandolos. Los tres hombres armados dispararon, un muro de oscuridad detuvo los proyectiles y detrás de este, surgió el disparo del segundo blaster, impactando en ellos.
Los protectores derribados observaron a través de la nube de humo. Una ráfaga de disparos surgió de esta, impactando sin efecto en la armadura del paladín. El brillo dorado de este lo mostró a través de la niebla. Otro rayo de energía atravesó el humo, impactando de lleno en el paladín arrojandolo por los aires.
Entre el humo surgió la figura del cazador, alzó una mano con la cual apuntó a la protectora de hielo y disparó, un muro de hielo detuvo los impactos. El cazador enfundó, tomó con fuerza su Zweihander, blandio chocando su arma con la espada de fuego de Loreannis. Casi de rodillas, una arremetida del cazador la hizo rodar por los suelos.
Cubriendo su flanco con su espada, detuvo la lanza de oscuridad, la alejó, bloqueó la estocada de la lanza de luz. Usando la fuerza bruta de su arma, hizo caer al suelo el filo, con su cuerpo expuesto, arrojó lejos al protector de una patada.
Detuvo con resistencia la embestida de unas grandes garras. Victor se dejó caer, al instante un Blaster se arrojó sobre el Protector. Al ponerse de pie, vio como tres largas estacas de hielo volaron hacia el. De un fuerte pisotón alzó una pared de tierra deformando el terreno, luego de una patada la arrojó hacia la protectora.
Con un grito de guerra, el paladín corrió hacía Victor, este le apuntó con su pistola, disparó más los proyectiles no pasaron la armadura. Sin más remedio, detuvo el golpe de la alabarda con su espadon, tenía tal fuerza que lo elevó por los aires.
El general cazador cayó de espalda aturdido, se incorporó observando a los tres Blasters perseguían al paladín que se arrojó en una furiosa carrera hacia el. Este alzó su alabarda listo para clavarla en su ser. Victor tomó su arma usándola de escudo. Sin embargo, antes de impactar, una descarga de energía verdosa en su pecho lo arrojó lejos del cazador.
Un gran lobo cayó delante de él. Se puso de pie, Erika y Giselle descendieron del Guardian de la Luna. Este se acercó a ellas, una sonrisa ladina vino de la mercenaria.
-Nos complicas el trabajo de protegerte.
Victor sonrió de lado. Los tres esqueletos se colocaron detrás de él, cargando sus descargas de energía. Los protectores se reagruparon. Sin tiempo de descansar, una figura pequeña y armada emergió de un callejón. Sin tiempo de disparar, un blaster descargó su energía en ella obligandola a cubrirse.
La explosión le dejó aturdida. Azul sintió un fuerte pitido en sus oídos, de entre el humo emergió una figura esquelética, que le encerró contra la pared, la mercenario soltó su fusil.
Victor hizo desaparecer a sus otras dos Blasters. Tomó con fuerza su espadon, mirando a los protectores que, listos para un segundo combate, se mostraban amenazantes hacia ellos. Solamente los que tenían fusiles estaban noqueados.
-Giselle, cubre nuestras espaldas. Erika, estos son en extremo peligrosos-el rostro de calavera miró a la mercenario-Ten en cuenta que ellos no son tú objetivo común.
-Peligrosos o no, los vamos a derrotar.
Loreannis movió sus manos en círculo creando un aro de fuego, de este mismo surgió una lengua de fuego que fue hacia el cazador. Con rapidez este movió su espada, dejando la punta hacia el suelo, usandolo como escudo, las llamas al chocar con el arma eran repelidas a los lados.
Victor avanzó desviando las llamas con Erika detrás, corriendo, atravesando esas llantas. Loreannis observó con asombro cómo estás fueron disueltas. En un segundo, sus filos habían chocado con fuerza. Una fuerza notoria que la dejó descolocada. Ambos protectores con lanzas corrieron hacia Victor, sin embargo, dos orbes explosivos arrojandos por Giselle los alejó.
La espada de Erika chocó contra el arma congelada de la protectora, ambas armas iban y venían en una serie de choques, desvíos, contraataques. En ese momento, la Protectora con guadaña fue hacia ella. Cuervo empujó a su rival, esquivó el corte de la otra, la alejó de una patada y detuvo el filo de su rival.
Loreannis retrocedía por cada embestida del Victor, los impactos de su Zweihander tenían tal fuerza que por cada que bloqueaba, sentia que se le iban a partir las muñecas. Era un estilo de combate muy distinto al que se enfrentó de pequeños.
Un ataque en ascenso la derribó. Antes de acabar con ella, la alabarda de Douglas detuvo el espadon del cazador. Al mirar a su derecha, Victor pudo ver cómo el protector con enormes garras corrió hacía él. Saltó. En medio del vuelo, un poderoso rayo impacto en su pecho derribandolo.
Victor se apartó de Douglas, una descarga eléctrica rojiza recorrió su mano, la lanzó contra el paladín logrando aturdirlo.
Alexa y Edison llegaron al combate, el cambia formas se enfrentó a la mujer con la guadaña. Con sus enormes Cuchillas le hizo retroceder. Alexa llegó junto a Victor la mujer estampó su palma en el suelo arrojando múltiples descargas eléctricas obligando a retroceder a los protectores.
Edison y Erika volvieron con ellos. Giselle se acercó al grupo.
-Sargentos- Saludo Victor.
-General-Saludó Alexa.
-¿Trajeron refuerzos?
Alexa sonrió ladina.
-No hacen falta.
Los protectores aún seguían en pie de Guerra. Victor suspiró profundamente. Chocando miradas con Loreannis. La protectora estaba asombrada, no solo logró luchar contra todos sino que evitó ser herido.
En ese momento supo que gran parte del Victor que conoció, ya no estaba. Los protectores se congelaron de miedo al ver surgir de las sombras la enorme figura de un dragón negro con escamas rojas. Alwyrm, soltó un poderoso rugido hacia ellos. Debían de huir, más no lo lograrían.
-¡Protectores retirada!
Sin embargo, apenas iban a huir, detrás de ellos llegaron los tanques junto con los policías militares liderados por Aldrich, los hombres de camuflaje marrón les apuntaron ordenando el bajar las armas.
Estaban atrapados. Su miedo aumentó al ver quién dirigía a los soldados. Aldrich reconoció a la mujer, y arriva del Blindado le gritó.
-¡Rindete Loreannis! ¡Es por tu bien!
No tuvieron más remedio que soltar las armas, todos fueron esposados, detenidos.
Los recuerdos de Victor comenzaron a tomar más claridad, veía múltiples escenas, muchas, todas de un solo mismo recuerdo, un dolor estridente lo atacó, llevó una mano a su cabeza, gruñó de dolor.
-Victor ¿estás bien?
-Si.
Dijo con una seriedad notoria, Alexa le miró preocupada, pudo ver cierta molestia en sus ojos. Victor Veía como los protectores eran llevados a los transportes.
Solo necesitaba pensar. Pensar y organizar sus ideas. Alwyrm desapareció volviendo al interior del cazador. El joven estaba algo, perturbado, pues recordaba cosas.
Muchas cosas que el sabía que había vivido.
Sentimientos y recuerdos, dolorosos.
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27 de Diciembre del 2018.
Abismo. Celdas del Batallón Panzergrenadier, Policía Militar.
Las celdas, un lugar gris, oscuro, frío e insípido. Los Protectores ingresaron esposados, con una escolta de Policías Militares y más atrás los Spectre. Supervisado por Aldrich. Las pisadas fuertes de las botas militares resonaban por los pasillos.
Desde la celda de La Muerte Fantasma, una única celda para todos pues el Batallón no contaba con muchas celdas, Carlys se asomó por los barrotes, observando a los Protectores detenidos, junto con ellos pudo ver la figura de Azul, una chispa de alegría invadió a la mercenario.
-¡Azul!
La susodicha alzó la mirada, sus ojos parecieron brillar de alegría y emoción. Al gritar su nombre, Hilary y Laury corrieron a los barrotes solo para ver a la susodicha. Casi amontonandose arriba de la joven.
-¡Chicas!
Azul casi corre hacia sus amigas, pero el golpe de culata en su espalda la hizo caer, apoyándose en sus manos. Las mercenarios gritaron molestas. El policía militar la colocó de pie con brusquedad obligandola a avanzar. Los demás mercenarios se acercaron a los barrotes para ver el alboroto.
Los policías militares se detuvieron frente a la celda, apuntaron con sus fusiles a los mercenarios. Estos los miraron asombrados.
-Atras, retrocedan.
Los mercenarios obedecieron, la celda fue abierta, Azul fue empujada dentro, entonces la celda se cerró. La joven y Laury se saludaron con un abrazo, la líder sonrió de cierto modo, aliviada. Las otras dos mujeres se unieron al abrazo.
Al mismo tiempo, los protectores eran ingresados a su celda. Está fue cerrada. Gamaliel miró a los recién detenidos. Bruno gruñó al notar eso y Cesar soltó una risa frustrada.
-¡Bueno chicos, estamos jodidos!-espetó César recostandose a la pared.
-No me digas- Respondió Bruno con molestia.
-Vamos muchachos, no puede ser tan malo-su sonrisa cayó al ver las miradas molestas de ambos hombres-Ok, si es malo pero..
-¡Silencio!
Les gritó un policía militar. En ese momento dos Panzergrenadiers y dos Spectres se detuvieron junto a las celdas. Entonces, Aldrich, se detuvo entre ambas celdas.
-Bien, niños, estamos investigando todo este lío, de primeras les aviso que han cometido un crimen que cataloga como terrorismo al intentar matar a un alto miembro del Imperio.
-¡Pero nosotros vinimos hacia acá engañados!
Le gritó Laury, Aldrich le miró con seriedad, unos orbes morados contra los orbes cafés. El vanguardia sonrió de medio lado como solo él.
-Aun así, ustedes estaban aquí presuntamente bajo órdenes de los Renacidos, grupo terrorista, por lo cual ustedes ahora son cómplices de dicho crimen.
Las manos de Loreannis chocaron contra los barrotes, ella se agarró de ellos con fuerza, haciendo un sonido metálico con estos.
-¡Exijo un Consejo Sobrenatural ! Ustedes no pueden tenernos así.
Con soberbia, el vanguardia miró a la protectora. Ahora los mercenarios de la muerte fantasma eran espectadores.
-Usted no está en condiciones de exigir nada, el consejo se disolvió hace años en esta región Sobrenatural y el Abismo es un imperio autoritario y totalitario-El Vanguardia miró a ambos grupos-Ustedes están bajo las leyes Imperiales.
-¡Mayor General Aldrich!
La voz de Victor inundó el lugar. El joven se colocó junto al Vanguardia, con sus ropas de civil, palmeo el hombro de su compañero con media sonrisa. Laury fijó la mirada en el joven, tenis varios rasguños y cortes en la ropa, pero nada muy notorio.
-Tranquilo, supongo que estos Mercenarios dirán la verdad, después de todo, los han dejado morir a su suerte-la mirada carmín de Victor se detuvo en Laury-¿Verdad? ¿No has notado, que nisiquiera un pergamino de teletransporte les dieron?
-¿Que propones?
Victor se acercó hasta Laury para verle de cerca, sintió las miradas de todos los mercenarios en él. Ropas tácticas, armas modernas, tácticas avanzadas.
-Desechables, solo pensaban usarlos para matarme-Su mirada ahora cayó en Loreannis dando la espalda a la líder Mercenario-Una vez yo muerto, a ustedes los dejarían a su suerte.
La mirada de rivalidad entre protector y cazador se notó entre ellos dos.
-¿De dónde son?
Los tres mercenarios de los protectores ya estaban despiertos en la celda, uno no tardó en responder.
-Venezuela.
Aldrich y Victor se miraron. El Cazador hizo una mueca. Negó y suspiró.
-Voy a descansar, Volkner sabrá que hacer. Denles de comer, algo bien-miró a los policías militares-Y agua, no quiero que se desmayen y mueran y bla bla bla.
Victor desapareció del sitio seguido de Aldrich. Dejando a solas a los dos grupos. Los protectores sin nada que decir, se sumieron en las sombras de su celda, Laury hizo una mueca se dió la vuelta mirando a su grupo.
-¿Que opinan?
-Por lo que se ve, no está mintiendo-Opinó Gamaliel.
-Como sea, descansen muchachos, tal vez necesitemos reponer energías-Cesar se acostó en el suelo.
Sin más remedio, todos se intentaron relajar en el sitios, sin éxito.
Después de todo, eran prisioneros.
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27 de Diciembre del 2018.
Abismo. Castillo del Abismo.
Cerró la puerta, Victor se despojó de parte de sus prendas, se sentó en la cama y suspiró. Frunció el ceño, gruñó. Esos recuerdos le atormentaban, junto con la carga emocional que venían en ellos.
Sentía dolor, decepción. Tristeza, una gran tristeza. Tanta que lo ahogaba, una súbita ira que subió a su ser, cual volcán en erupción. Tanto que desbordaba, una ira hacia una figura que era opaca, borrosa, no podía verla bien, pero sabía que todo su odio iba hacia ella.
Cerró sus ojos, dejando que las lágrimas recorrieran sus mejillas. Venidas de un recuerdo sin lugar o sitio, sin sentido pero tan real que no podía ser un truco. En cierto momento, una pequeña bola de pelos blanca subió a su cama, Hitler se mostró delante de su dueño, sobandose contra su pierna.
Victor lo tomó entre sus manos. El gato le maullo. Sonrió de lado aún con las lágrimas en él.
No lo era. Era un recuerdo. Uno de muchos.
De una infancia muy, muy oscura.
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28 de Diciembre del 2018.
Abismo. Celdas del Batallón Panzergrenadier, Policía Militar.
Largas horas habían pasado, en realidad, toda una noche que se les antojó eterna luego de que se les sirviera comida y agua a los prisioneros.
Loreannis observó como los guardias recibían unas órdenes por radio y se retiraban, sus pisadas inundaron el sitio hasta que el sonido de la puerta metálica al cerrarse llegó a ellos. Estaban solo ahora.
Sin perder tiempo, una de las protectoras, de piel morena y cabello casi en rulos, se asomó a las barras, verificando que no había nadie.
-No vayas a intentar nada, Francielys-Advirtió la líder.
La susodicha se dió la vuelta, mirándola con molestia, les había prohibido usar sus poderes. Pero esa era su oportunidad de escape perfecta.
-¿Acaso te has vuelto loca? Es nuestra oportunidad de escapar.
Se quejó la morena. Loreannis negó, saliendo a la luz que daba el pasillo a través de las barras. En ese momento, Angélica, la protectora con poderes de hielo, entró en la conversación.
-Calmense, Loreannis, ella tiene razón, debemos de huir-Angelica frunció el ceño-No sabes que harán con nosotros.
-¡Tiene razón!-Opinó Ronald, el protector oscuro-No podemos quedarnos aquí.
-Muchachos, ya, no podemos pelear entre nosotros.
Intervino Yeanliz, la protectora de ls luz. Desde la oscuridad emergieron los tres Mercenarios protectores. Uno delgado, otro más corpulento y uno alto. Angel, Francisco y Román, en ese orden.
-Claro, huir sin un plan es una gran idea-Ironizó Francisco cruzado de brazos.
Angélica lo enfrentó, la actitud dominante del mercenario contra la actitud volátil de la protectora de hielo, siempre chocaba. Antes de un posible conflicto. Loreannis intervino.
-¡Ya! Todos, cállense-Las miradas de todos los protectores se pisaron en Loreannis-Francisco tiene razón, no podemos huir sin un plan.
Mientras los protectores dialogaban, en la celda frente a la de ellos, Bruno, estaba apoyado contra la pared, junto a los barrotes, en un momento de rabia tomó uno de los barrotes y lo agitó con fuerza. Para su sorpresa, el tubo de metal se movió en su sitio, dejándolo frío por un momento. Volvió a agitar la barra y está soltó el mismo sonido de vacío junto con la facilidad de movimiento.
Se fijó que estaba un poco suelto en la base del piso. Al moverlo, pudo asegurarse que así era.
-Cesar, ven, ayudame con ésto.
Le espeto, el joven se levantó con cierta pereza, soltó un bostezo colocándose detrás de Bruno, se cruzó de brazos.
-¿Que intentas muchacho del coño?-Le preguntó con desconfianza.
-La base está suelta, ayúdame a sacar esto-Pidió con urgencia.
Cesar arqueó la ceja, miró la barra, pudo ver qué entre ellas había un espacio, muy reducido, tal vez ningúno de ellos podría pasar, a lo mucho una de las mujeres más pequeñas.
-Mano, no veo el futuro de eso. Las demás barras están fijas.
-¡Si! Pero eso no indica que no pueda pasar ninguno.
Gamaliel y Laury, los cuales estaban acostados uno junto al otro, se interesaron en el actuar de los muchachos y se acercaron.
-¿Que hacen maricos?-preguntó con pereza.
Bruno y César miraron a Gamaliel. Luego el de ojos rasgados miró a Laury.
-Dile que saque está barra, podría ser un paso a un escape-Le pidió a Laury con optimismo.
-Marico, estamos desarmados y posiblemente hayan guardias no muy lejos, es muy arriesgado-Advirtió Cesar con seriedad.
A la conversación se unieron Azul, Carlys, Ana y Hilary. Al observarlas, Laury pudo notar que cualquiera de ellas podía pasar, era un riesgo, pero no sé veían guardias cerca. Solo debían de buscar una llave. La líder miró a Cesar.
-Hazlo, por favor.
Cesar resopló molesto con la arriesgada decisión. No tuvo nada opción que tomar la barra con ambos brazos músculados.
-No me haré responsable de cualquier cagada.
Tras dos intentos de sacarla, al tercer empuje, Cesar con su gran fuerza doblo la barra, desencajandola. La apartó con un fuerte estruendo de metal. La apertura había sido abierta. Antes de poder decidir, Ana la atravesó.
-Con permisaa
Dijo alargando la última sílaba. Román, de los protectores notó a la Mercenaria fuera, una amarga risa abandonó sus labios. Alzó su mano, apuntandole con su dedo.
-Se les adelantaron.
Los protectores dirigieron la mirada a la mujer fuera. Ana, una vez libre de su celda, se dió la vuelta a sus compañeros. Laury la miró con una expresión de horror que ella no interpretó.
-Buscaré la llave y volveré.
Apenas Ana se dió la vuelta, su pulso bajó hacia el núcleo de la tierra junto con su temperatura, quedó fría y congelada de la impresión. Estática en su sitio.
Los ojos rojos de la calavera por rostro del Espectro la hizo retroceder unos pasos, muda. Este se colocó recto, mientras ella se metía de regreso a la celda. Junto con el Espectro iban dos Spectres. Se colocó en medio de las dos celdas. Ambos grupos molestos y decepcionados, su oportunidad de escape frustrada en un segundo. Loreannis reconoció esa máscara, más la Muerte Fantasma no.
-Señoritas, Loreannis, líder de los Protectores, Laury, líder de la Muerte Fantasma. Ustedes dos han sido convocadas a rendir sus testimonios de los eventos ocurridos a nuestro señor-La voz mecánica, sin vida que salía de la máscara dificultaba saber quién era que estaba bajo ella-De acuerdo a la decisión de los presentes, se dictará una sentencia a seguir.
Las manos de Loreannis contra los barrotes, el sonido metálico captó la mirada del cazador, este la miró.
-¿Porqué no te quitas la máscara? Victor.
Victor se detuvo delante de ella, con esos orbes rojos muy cerca de los suyos, tanto que podía cegarla.
-¿Estás segura que no ves al verdadero Victor?
Con eso la dejó congelada. Sabía muy bien que en tanto años, desde que se enfrentó con aquel niño inexperto, tendría que haber un cambio. Pero no esperaba algo así. No después que le dió por muerto. El cazador se devolvió al centro del pasillo.
-¡Abran las celdas! ¡solo saldrán las líderes!
Un descontento general trajo consigo múltiples quejas de los demás miembros, no dejarían ir a sus líderes sin protección, claramente no confiaban en los hombres de negro con armas automáticas. Sus quejas fueron calladas por los cañones de los Spectres al apuntarles.
-Bien, hagamos ésto sencillo. Escojan a un solo acompañante, ya.
Laury escogió a César. Loreannis a su paladín, Douglas. El grupo de cuatro abandonó las celdas. En medio del pasillo, fueron esposados por los Spectres.
-No se les ocurra nada gracioso. Vamos.
Victor lideró la marcha, detrás de él los detenidos y atrás de ellos, los comandos, la puerta se abrió dejándolos salir, apenas salieron, un grupo de policías militares ingresaron a vigilar a los prisioneros.
Todos los detenidos regresaron a la oscuridad de sus celdas, enojados y decepcionados. Con un plan fallido, con sus líderes lejos.
Maldecian el día que aceptaron ese contrato.
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28 de Diciembre del 2018.
Abismo. Sala del Trono.
Las dobles puertas de madera fueron abiertas. Junto a estas, los Vanguardias presentes, se pararon firmes, apoyaron sus fusiles en el suelo y realizaron el saludo Militar. El grupo liderado por Víctor ingresó.
Los detenidos habían tenido un pequeño tour gratuito de las celdas al castillo. Mientras Loreannis y Douglas observaban casi todo el Abismo con molestia, más que todo, asco de parte del paladín y sus creencias religiosas. Laury y Cesar observaban con más curiosidad que nada. Fijandose en la extraña ambientación del Abismo y que era su primera vez en un castillo.
Una vez dentro de la sala del trono. Victor caminó, hasta dejar atrás al grupo que quedó a una distancia prudente del trono por orden de los Spectre. El Espectro se detuvo ante su señor y se arrodilló. Este era acompañado por su señora que estaba en un nuevo trono.
-Mi señor, señora. Los líderes están aquí.
Volkner y Lizette asintieron hacia su Cazador. Victor hizo una reverencia y se dirigió al lado derecho del trono, dónde estaba Aldrich. Ambos se miraron con seriedad. Rosamund estaba al otro lado de su amado.
Las dos mujeres y hombres miraron fijos a Volkner, teniendo que levantar la mirada a los rehenes que yacian sentados en sus tronos. A César le pareció haber regresado a la época medieval.
-Ustedes están aquí hoy, ante las máximas autoridades del Imperio del Abismo, bajo las acusaciones de intento de asesinato y terrorismo contra un miembro del Ejército del Abismo.
En ese momento, laury y Loreannis al igual que sus acompañantes vieron como Victor, su objetivo, se quitaba la máscara, se la enganchó a su cinturón. Se colocó uno de esos gorros militares de gala. Al quitarse la capa reveló un elegante traje militar negro.
Se echó la capa al hombro y se ajusto el Kepis para cubrir sus ojos. Los detenidos miraron de regreso al señor del Abismo. Con el mismo pensamiento, de que podrían salir con una pena baja, puesto que su objetivo era muy joven y posiblemente su cargo no era muy importante.
-Mi persona, Volkner, Señor del Abismo y mi alma gemela, Lizette, Señora del Abismo, seremos sus jueces-Señaló al grupo abajo a su derecha-Jurado, presentarse.
Antes de presentarse, las dobles puertas fueron abiertas. Ingresaron dos hombres, llevando de los hombros a una mujer, su largo cabello negro cubría su rostro al tenerlo mirando al suelo, cual peso muerto.
Dracks y Dolchst, con sus uniformes del S.I.I dejaron a la mujer junto a los demás detenidos, hicieron una reverencia a su señor y se colocaron junto a Victor.
Aldrich y Volkner, compartieron un asentimiento.
-Ahora que estamos todos, jurado, presentarse.
Aldrich, fue el primero.
-Aldrich, Mayor General de Policía militar.
-Rosamund, General en Jefe de Policía Militar.
-Victor, General Cazador Policía Militar.
Laury y Cesar compartieron una mirada que decia lo jodidos que estaban, pues lo estaban, eso lo sabía el de lejos, intentar matar a un general no era algo muy bueno. Loreannis, por su parte, se mostró asombrada, aquel niño tan inútil y asustadizo, ahora, un General. El pensamiento compartido por todos ellos era, que era demasiado joven para tal cargo.
-Muy bien, comencemos con este juicio, primero, les daremos el derecho de habla a los detenidos, contarán los hechos desde su punto de Vista-La mano de Volkner señaló al jurado-El jurado luego dará sus testimonios, estando a favor o en contra de los detenidos. Por favor, Muerte Fantasma.
Laury y Cesar se miraron. Con un ademán la motivó a dar un paso al frente. Sabía que lo, cualquier cosa que dijera sería crítica para la libertad de ellos.
-Antes que nada, como líder de la muerte Fantasma, les advierto que nosotros estamos aquí a base de engaños y mentiras, ninguno de nosotros conocía nisiquiera la existencia de este lugar.
Volkner se mostró interesado, inclinadose al frente. Aldrich se mantuvo indiferente, como Victor, Rosamund si se preocupo por ellos, pues si era cierto eso, gracias a las leyes entre ambas mundos, no podrían tener una vida normal de regreso.
-Señorita... Laury ¿Es así?
Lizette le sonrió con más calidez, posando una mano sobre la de su amado.
-Si, así es.
-Por favor, díganos quienes son ustedes y como llegaron al Abismo.
Laury suspiró, una brisa fría recorrió su cuerpo, ese ambiente tan frío del Abismo no era algo a lo que estuviera acostumbrada.
-Nosotros venimos de Venezuela, somos un grupo de Mercenarios y asesinos a sueldo. Nosotros hemos tenido, un camino difícil, pues surgir de la nada no fué fácil.
«Todo comenzó con la fuerte crisis económica del país, poco trabajo, dificultad para tener recursos de estudio, comida y servicios básicos, la pobreza aumentaba, y en medio del caos, nosotros tuvimos que tomar un camino sangriento, robos a locales de comida, tiendas, altos funcionaríos, de todo tipo. Nosotros tenemos el detalle de solo robar a los corruptos y sus allegados, luego fueron robos a bancos y así fuimos surgiendo»
Laury contaba la historia de ellos, no con pasión o gusto, sino con molestia, remordimiento. Claro, nadie elegiría una vida tan peligrosa e ilegal por mero capricho.
-Justo ahora, estamos a un año de graduarnos, dejaremos está vida y nos dedicaremos a nuestros sueños.
-¿Cómo llegaron hasta aquí?
Una mueca de arrepentimiento surco el rostro de la mercenario.
-Por un contrato...
Laury contó con puntos y comas todo lo que ocurrió, desde su reunión con la extraña mujer, el viaje todo pagado, hasta la llegada a Alemania y la aparición del guía, la ayuda del militar corrupto al cruzar la frontera. Esa parte hizo que Dracks y Dolchst compartieran un asentimiento.
-¿Dices que ellos les proporcionaron armas, y una descripción entre falsa y cierta de su objetivo?
-Si.
Volkner no pudo sino soltar una risa ahogada, con burla, miró a Victor y este le devolvió la mirada con una sonrisa más parecida a una mueca.
-¿Que dices Victor? ¿Común y corriente?
Victor suspiró.
-Ojalá yo fuera común y corriente.
Volkner dirigió la mirada a Laury. Ella mantenía la mirada en el señor del Abismo.
-¿Que pasó con este guía?
-Al salir todos armados de la posada, nos dejó a nuestra suerte.
-¿Alguien los vio salir armados?
-La mujer aquí presente.
Volkner por un momento, miró a la mujer de cabello negro, ojos iguales y rostro pálido, que ya se veía tan atractivo, debido a sus labios resecos y mejilla morada.
-Bien, es suficiente, Loreannis-La miró, la protectora no vaciló frente al Señor del Abismo-Señorita, Loreannis Ortiz, Líder de los Protectores en Venezuela, vienes de un linaje poderoso y respetado, ya sabemos tu origen, así que saltemos a lo importante ¿Le parece?
La Protectora, que no se veía muy a gusto con todo lo que estaba ocurriendo y con tener que rendirle cuentas a un ser que se supone que debía de aborrecer, asintió.
-Todo sea por darle más rapidez al asunto-Dijo con un tono molesto en su voz.
-Bien, entonces, dinos cómo fué que terminaron aquí.
-Nosotros por igual fuimos contratados por estás personas....
Loreannis comenzó a relatar. Ellos fueron contactados desde una fuente anónima, un trabajo muy lucrativo, perfecta para la situación de dificultad que tenía la orden de los Protectores en Venezuela que, en resumidas cuentas, estan en crisis. Ella como líder lo vió como un camino para obtener recursos para un impulso. Contó como se reunieron, como en todo el trayecto ella sospechó que su objetivo no era un típico joven común y corriente.
Relató que sus mayores miedos llegaron a todos ellos cuando descubrieron que estaban en el Abismo. Sabían que era un lugar peligroso, pero ya estaban hasta el fondo, más les valía terminar el trabajo. Por igual contó que la recepcionista fue quien les recibió y vió salir armados.
La conversación se tornó interesante cuando mencionó su encuentro con Victor, pues, ella dijo que al reconocerlo como su objetivo la dejó asombrada, aún así, no sabía que ahora era un cazador, dijo que intentaron matarlo, pero su principal objetivo en ese momento era huir.
-Hasta que, fuimos interceptados por Víctor, ahí fue cuando supe que era un Cazador del Abismo.
La mirada de Volkner llevaba rato concentrada en las palabras de la protectora, pues hablaba como si conociera a Victor de antes. Lizette notó esa mirada sería, buscando disipar esa reacción, apretó la mano de su amado.
-Hablas de Victor, como si lo conocieras de antes, protectora-Opinó Volkner.
Loreannis y Victor en ese momento se miraron, a los ojos, rivalidad, odio.
-Lo conocí a él y a su padre.
En ese momento Victor bajó la mirada, con otro dolor punzante en su cabeza. Aldrich se acercó a él, colocó una mano en su hombro verificando que estuviera bien. La mirada del Señor del Abismo se oscureció.
-Suficiente, Mayor Dolchst, ¿quien es la mujer que se ha dignado en alzar la mirada?
El oficial superior de inteligencia dió un paso al frente. Con la información recabada más la adquirida del amante de la mujer era suficiente para una habitación de lujo en el Campo Disciplinario del Abismo.
-Mi señor, está mujer, bajo la identidad falsa de Eva Holner, estuvo trabajando ya por un tiempo en distintos lugares del Abismo, teniendo apenas unos meses en la posada "Der Kaiser".
«Por la información obtenida de su amante, que lamentablemente no sobrevivió el interrogatorio, e información obtenida de su habitación privada en la posada, pudimos concretar que la mujer bajo el seudónimo de Sefos, ha participado en los múltiples sabotajes, incluído el de la explosión en la cierta plaza del Abismo. Está mujer ha tenido el papel de facilitadora de los Renacidos"
Toda la información suministrada, hizo saber a los protectores y a la muerte fantasma que estaban ahora relacionados con un grupo terrorista muy peligroso con muchas muertes detrás de si.
-Tal parece que estos Renacidos no se rendirán fácilmente-Volkner miró a la mujer-Asi que, usted, Sefos. Levante la mirada, mireme y afronte sus consecuencias.
La mujer no respondió, no se movió, un mal presentimiento recorrió a Cesar, al mirar de reojo al supuesto Cazador, pudo ver cómo este tenía la mirada, había arriba, casi al techo, lentamente llevando una mano a su pistola. El joven miró hacia el mismos sitio, pero solo pudo ver un techo oscuro.
-¡Responde mujer! ¿Dónde está tu otro cómplice?
Silencio, luego, una baja risa que captó la atención de los demás. Excepto de Victor, que seguía con los ojos algo que nadie más veía, con sus ojos amarillos, con su mirada de cazador, seguía una figura en el techo. Mientras, la risa de la mujer detenida los tenía confundidos.
-Usted-Alzo su brazo para apuntar a Volkner-Usted jamás será mi señor.
Al alzar la mirada, unos ojos inyectados en sangre, sinónimos de la locura, desesperó y completo fanatismo a los Renacidos miraron a Volkner, con una sonrisa psicótica.
-Usted y los suyos morirán, el Abismo caerá bajo las llamas y nuestro poder-Su voz era invadida por el tinte de ls falta de cordura-¡Nosotros fieles al deseo de nuestros creadores, traeremos libertad a los seres sobrenaturales¡
«¡Libertad que ustedes mismos y sus antepasados, líderes Sobrenaturales, nos arrebataron ante el miedo al conflicto, a la guerra! ¡Miedo a luchar por lo que nos pertenece frente una raza inferior, ahora estamos dispersos, divididos, en conflicto¡»
El puño de Volkner chocó contra el resposa manos de su trono, molesto, se levantó señalando a la mujer con un torrente de rabia subiendo por él.
-¡Tu no eres quien para hablar así de quienes nos trajeron paz! ¡Son ustedes asquerosos terroristas los que han traído muertes y guerra!
La carcajada de la mujer, como símbolo de burla ante el poder imperial que, para los Renacidos era débil, estúpido y atado de manos. Cómo una muestra de la falta de miedo ante la mayor autoridad activa en el mundo Sobrenatural.
-¡Da igual lo que hagan! ¡Solo tendrán otro problema!
En una rápida demostración de su habilidad mágica, los ojos de ls mujer se tornaron en dos orbes verdes, una afiliada hoja verde cortó las esposas, en frenesí de combate, corrió hacía los más cercanos.
-¡Laury!
Cesar se interpuso con rapidez frente a la mujer. En apenas, un parpadeo, la mujer se detuvo en seco, mientras un torrente de dolor venía con el sonido de la sangre chorreando y huesos crujiendo. La mujer, en media carrera había sido atravesada desde el estómago hasta su espalda por la Zweihander de Victor. Cazador y mercenario compartieron una mirada por segundos.
Al mismo tiempo, el techo explotó, creando un agujero por el cual descendió una enorme figura humanoide, directo hacia Volkner. El Señor del Abismo tomó su espada, solo para ver al hombre congelado en medio del aire, rodeado por un aura azul.
Victor lo arrojó contra un muro, creando un estruendo, agitó su espadon separandolo del cuerpo de la mujer.
Los detenidos reconocieron al hombre, era el mismo guía que los infiltró en el Abismo. De entre el humo surgió una figura mounstruosa, un enorme licántropo con un tamaño descomunal, de exagerados músculos y fauces. El ser, con asombrosa velocidad corrió hacía Victor.
-¡Haré el trabajo que ellos fallaron!
Gruñó con una voz gutural, con su magia, Victor empujó fuera de peligro a los detenidos, que salieron impulsados por una fuerza notoria. La garra, con potencia descomunal, impactó en el suelo, alzando una capa de polvo.
Aldrich, Volkner y Lizette tomaron sus armas, al igual que los oficiales. El enorme licántropo emergió de la columna de humo, observando alrededor en busca de algo. Pues Victor venía desparecido entre sus garras.
Con sus sentidos avanzados, licántropo se giró. Detrás de él, ya el Cazador tenía su Zweihander alzada hacia el.
Un grito surgió del cazador al impactar su arma en el cuello del ser, enterrandose hasta salir por un lateral, decapitando al enorme lobo. Con pasos tambaleantes, se dejó caer, muerto. Victor se enderezó, soltando un suspiro de alivio. Luego miró a los detenidos. Con una ceja alzada.
-¿Que dicen? ¿Común y corriente?
Loreannis lo miró con un asombro, ahora más allá de lo común. Ciertamente, ya no era el mismo niño que enfrentó.
Ese gran estruendo causó la llegada de múltiples guardias Imperiales. Estos fueron despachados junto con Dolchst y Dracks, los cuales comenzarían las investigaciones pertinentes. Dejándo solo en la sala a Rosamund, Aldrich, Volkner, Lizette y Victor.
El Cazador, con un suspiro de por medio, se sentó en una de las escaleras que daban al trono, se quitó el Kepis, dejando salir su cabello oscuro, observando a los detenidos.
-Bien, vayamos al punto ¿Que haremos con ellos?
Volkner medito la decisión oportuna, la verdad era que ellos no estaban relacionados con los Renacidos, solo fueron utilizados por los mismos. En otro lado, habían causado destrozos y una que otra muerte. Era una decisión complicada. El regente compartió una mirada con su amada.
-Dejenlos libres.
La sorpresa fue grande, para todos en la sala. Pues eso había salido del mismo Cazador, este tenía una sonrisa sombría, algo que no le gustó a los detenidos. Se puso de pie, caminando hacia ellos.
-Ustedes son de Venezuela ¿de que parte?
-De Lara.
Se adelantó Loreannis. Victor llevo una mano a su barbilla pensativo, luego asintió como si discutiera consigo mismo. Volkner se colocó de pie, observando a su Cazador, en realidad, todos lo observaban a él.
-Yo digo que los dejen en libertad, que se teletransporten de regreso a Venezuela.
-¿Y eso porqué?
El Cazador se alejó de ellos, para luego darles la misma mirada maliciosa.
-Podrian ser útiles luego.
Esa declaración no le gustó a los detenidos, que como un mal presentimiento, un frío glacial trepó sus espaldas, aún así, iban a ser liberados. Era lo menos esperado para ellos. Y cuando Volkner dió su visto bueno, sabían que estaban libres.
Victor se retiró en busca de los detenidos.
A los minutos, regresó con ambos grupos, los miembros mostraban síntomas de mareo mientras el tenía una sonrisa divertida, Victor se colocó junto a Rosamund. Para susurrarle en el oído mientras Volkner y Lizette descendían de la sala del trono.
-Tienes competencia por Aldrich, querida.
La morena lo miró con extrañeza.
-¿Cómo así?
Victor se encogió de hombros, haciéndose el desentendido. Volkner, delante de los dos grupos, uso su poderosa magia para crear un portal de regreso a Venezuela. Antes de atravesarlo, Laury alzó las manos que aún estaban esposadas, agitandolas.
-Cierto-Dijo el señor del Abismo-Aldrich.
El Vanguardia chasqueo los dedos con un destello púrpura saliendo de sus ojos. Las esposas se abrieron de repente, cayendo al suelo. Muchas miradas de asombro cayeron en el Vanguardia.
-Recuerden, los estaré vigilando.
Les dijo Victor. Mal presentimiento para ellos. No hubo despedidas, solo atravesaron el portal, buscando salir de ese sitio. Uno por uno, los miembros de la Muerte Fantasma y los Protectores cruzaron el portal. La última fué Loreannis.
-Victor, nos volveremos a ver.
El Cazador le sonrió, engreído.
-Esa vez, no creo que salgas con vida.
Al atravesarlo. El portal se cerró. Ya solos, los miembros de la sala se relajaron, Victor soltó otro suspiro con una mueca. Lizette, fue quien no tardó en hacer la pregunta que todos se hacían.
-¿Por qué?
El Cazador la miró, se encogió de hombros.
-Todavia tengo cuentas pendiente en Venezuela, además, podrían ser útiles.
Volkner colocó una mano en el hombro de su amada. Victor sin decir palabra, se encaminó a la salida de la sala. Pero antes, Rosamund lo detuvo.
-¿La conoces?
Victor se detuvo y le miró.
-Sinceramente, si, la recuerdo, pero no es algo agradable.
Y sin más abandonó el sitio. Aldrich, cruzado de brazos, miró a Volkner. Ambos solían entenderse muy bien con solo miradas.
Algo aprendido con los años.
******************
28 de Diciembre del 2018.
Abismo. Aposentos del Cazador.
Observando el Abismo desde su balcón, Victor recibió un brisa de aire frío en su pecho desnudo. Pasó una mano por su corto cabello. Había estado pensando. Intercambiando ideas con Alwyrm.
-Queda descartada la idea de que seas huérfano.
-Si, ella dijo que tenía un padre, más no lo recuerdo.
-Solo recuerdas, como fue que la conociste.
-Si, ni esa vez, ni este reencuentro fue agradable.
-¿Y si resulta ser tu hermana?
-Espero, por los dioses y ls casualidad, que no.
Una carcajada poderosa surgió del dragón. Victor negó con una mueca divertida. Hubiera seguido vagando en pensamientos, si no fuera por una serie de golpes en su puerta. Extrañado, regreso dentro de la habitación.
-¿Quien?
Unos segundos pasaron.
-Yo, tu padre.
Victor abrió la puerta, con una media sonrisa, Aldrich estaba allí con su típica mueca de burla.
Entonces, vino un zape desde atrás de él mientras se acariciaba la zona del golpe, Volkner emergió.
-De cierto modo, no es mentira, podría decirse que tengo dos padres.
Victor se hizo a un lado, ambos hombres ingresaron. Era algo poco común ver qué Volkner lo visites a su habitación. Ambos tomaron asientos en las sillas y el cazador en el borde de la cama. Los tres se miraron por unos largos e incomodos segundos.
-¿A qué debo está visita? Por lo menos Alexa traía pan y café.
Los tres soltaron unas cortas risas.
-El pan y café te lo debemos-Habló Volkner-En realidad, estamos aquí, en un tema que no pensaba tocar tan pronto, pero supongo que ya es la hora.
-¿Te refieres a mis lagunas mentales?
El Vanguardia hizo una mueca al oír esa palabra. Volkner asintió.
-Bueno, mi exactamente, esas lagunas fueron causadas porque tú misma mente bloqueó tus recuerdos, además de que, verse expuesto a magia curativa tan fuerte, causa perdida de la mermoria.
-Pero...
Volkner lo interrumpió.
-Puede no ser mucho, pero Aldrich puede contarte de tu pasado.
Victor miró al Vanguardia. Este asintió, con un rostro serio, algo muy poco común en él. Aldrich suspiró, tomando cierto valor.
-Fue, en el 2014, calculo a tus 13 años. ¿Recuerdas que estuviste un año de adaptación y entrenamiento en el Abismo?-El joven asintió-Bien....
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1 de Septiembre del 2014.
Venezuela. Lugar desconocido.
Volkner me había mandado a llamar, urgente, corrí. Al llegar, presentaba un gran dolor en su cabeza, intenso, agudo, lo auxilie. Me dijo que había recibido el llamado, aquella descarga de energía que presentan los que son elegidos por el destino y ls casualidad para ser Cazadores. Pero que no venía de aquí, era del mundo humano. El llamado de los elegidos a Cazadores. De aquellos que son entrenados por destino y no por petición.
Volkner sentía el peligro, su cazador estaba en peligro, el llamado reflejó ese peligro en dolor para él, un dolor como un sentido más allá de lo propio. Pues sentía lo que tú sentías, miedo, ansiedad, tristeza, odio.
Creó el portal, a través de este se podía ver un infierno de llamas al rojo vivo. Si miedo entre en él. Un verdadero infierno, llamas rojizas se movían entre los árboles del sitio, con una densa capa de humo. Ese era en un bosque de Venezuela. Su Cazador era un humano.
Corrí cubriendo mi nariz y rostro. Corrí por el bosque, buscando señal de vida entre el incendio, casi perdiendo las esperanzas. Un llanto, fuerte. Eso fue lo que me guío. Tu llanto, fue el suficiente para llegar a tu posición.
Te encontré en un claro, casi desamayandote, te tomé en brazos, tus ojos débiles me miraron, una sonrisa débil surcó tus labios antes de desmayarte.
Te habían dejado a tu suerte.
Volví a través de un portal. Fuimos recibidos por Volkner y un equipo de médicos del Abismo. Habrías muerto por inhalar mucho humo en tus pulmones. Pero lograron salvarte. La cantidad de magia, más el momento traumático alejaron tus memorias.
Entonces despertaste.
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28 de Diciembre del 2018.
Abismo. Aposentos del Cazador.
Victor tenía una mano en su cabeza, pues mientras era relatada la historia, su cerebro, en dolorosas secuencias, hacia recordar ese infierno. Podía recordar el calor, la desesperación, el miedo, estar perdido. Solo, miedo, ira, rabia, lo habían abandonado ¿Quien? No recordaba.
-Si, recuerdo muy bien, desperté muy desorientado. Ustedes me calmaron.
Unos largos minutos en las que los dolores de cabeza cesaron. Victor miró a los dos, ambos esperaban una reacción de él. Más no había una, primero debía de asimilar esos recuerdos.
-Lo, lo recuerdo, no recuerdo cómo llegué hasta ahí.
-Lo siento, es lo que tenemos.
-Vaya, mi lugar natal es Venezuela.
A los minutos, tras unas pocas palabras, ambos hombres se retiraron, para dejar pensar a Victor. El joven se dejó caer en la cama. Eran dos recuerdos fuertes, aún no conocía su origen.
Un abandonó, un incendio. A su suerte. Tal vez, si la tuvo.
Miedo e ira. Fuego y abandono.
Tal vez no fuese su origen, el origen de Victor.
Pero si era el origen del Cazador.
Mis Cazadores, ya han conocido el nacimiento del cazador. Más no el de Victor y créanme, esto es solo la punta de la lanza.
Tan solo un capítulo más, la recta final ya acaba.
Hasta la próxima.
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