Capítulo 42 "El Reino de los Ángeles III"
Lugar Atemporal.
Reino de los Ángeles. Santuario del Abismo.
Las enormes fauces se lanzaron sobre Xavier. El renacido se arrojó y rodó en el suelo, evitando los enormes colmillos. Al darse la vuelta pudo verlos enterrados en el pilar de marfil. Sin tiempo de descanso, de un salto hacia atrás esquivó las garras de Victor. El cazador gruñó hacia el, mientras el apéndice de sangre dirigía su atención hacia él, rugiendo.
Angelique se mantenía detrás de Victor, sin poder ver cómo entrar al combate. Las fauces sangrientas se arrojaron de nuevo contra el Renacido. Al esquivarlas, les propinó un corte en su extraña piel hecha de sangre. Lo cual hizo que el mismo miembro le diese un golpe seco con el cráneo. Derribandolo.
Con fuerte rugido, Victor con sus garras listas, fue directo a por Xavier. El Renacido se puso de pie, bloqueando las garras con ambas espadas. Separando una mano, el cazador trató de ir por el cuello del enemigo. Esquivó, con una espada le dejó un corte profundo en el antebrazo del cazador. Desvío la otra mano y enterró ambas espadas en el pecho del mismo.
Sin verse afectado, el cazador desarmo al renacido con un golpe en cada mano en con los antebrazos, luego se arrancó las espadas. Aprovechando su sorpresa, en apéndice se arrojó y mordió el hombro derecho del Renacido, enterrando profundo sus colmillos. En medio del dolor, Xavier quemó parte del apéndice con un Látigo de Fuego logrando liberar su hombro de la bestia sangrienta. El dolor del apéndice lo recibió Victor el cual se alejó ante las quemaduras.
Xavier se puso de pie con una mano en su hombro. Sin tener oportunidad de curarse, Angelique entró en combate, arrojando una estocada. Xavier la evitó, solo recibiendo daño su capa marrón. Este subió los escalones de marfil a la zona donde el Abismo estaba encadenada. Angelique por igual subió.
Ambos se miraron cara a cara.
-Al parecer el único Ángel que si está cumpliendo su deber eres tú, marginada.
Angelique sonrió retadora. Antes de decir nada, un potente rugido atravesó el sitio. De un salto Victor cayó detrás de Angelique, la mandíbula sangrienta gruñó hacia Xavier.
-Parece que no le agradas.
Se burló el Cazador con una voz, más ronca de lo normal, casi mounstruosa. El Renacido logró cerrar las heridas en su hombro. Atrajo sus espadas, las cuales volaron hasta sus manos. Angelique en ese instante se puso en guardia.
-¡Cuidado Aldrich!
Gritó Volkner alzando un escudo para detener la descarga de necrosis salida de la derecha mano del mago oscuro. Con su mano izquierda apuntó a Aldrich y arrojó un mismo rayo, el Vanguardia logró desviar la descarga con su espada, causando que está se oxidase hasta romperse. Se quejó.
-Bien, usaremos las armas de verdad.
Con una bruma violacea rodeando las manos de Aldrich, invocó su espada maldita. Una larga hoja negra con múltiples runas en ella, y un mango rojo como la sangre.
El mago oscuro, con habilidades de necromancia, género tres portales. Con símbolos de los no muertos apareciendo en el suelo, con un brillo verde intenso. Tres Golems Putridos surgieron de los mismos. Unas moles de tres metros, de pura carne podrida y huesos a la vista. Un cráneo de carnero era lo que tenía por cabeza. Los tres rugieron, pero el rugido que vino desde atrás los distrajo.
-¡Acabenlos!
Siguiendo las órdenes de su creador, los golems podridos comenzaron a avanzar hacia el trío frente a ellos. No era primera vez que Volkner enfrentaba cosas de estas. Entre sus manos, estaba preparando un Implosión de oscuridad. Pero la carga furiosa de Jerssien le detuvo.
La enorme Guardian se lanzó con un grito de guerra. Empuñando la espada con ambas manos. El primer golem rugió hacia ella, arrojó un zarpazo, ella lo esquivó y cortó la extremidad. Luego de un mandoble separó al cráneo del cuerpo. El mismo al estar sin visión o equilibrio, cayó de rodillas, trató de alcanzarla con su extremidad disponible, antes de ser derribado de un patada.
Al mirar a la derecha, el otro golem estaba ya sobre ella. Aldrich intervino de un salto, cortando el cráneo de ser en caída. Un corte limpio y quirúrgico. Al girarse a por el otro golem. Una esfera negra entro en su cuerpo. De un segundo a otro, su pecho reventó mandando a volar por igual el cráneo.
En un parpadeo, Volkner estaba entre ellos dos. El mago oscuro arrojó una poderosa orbe oscura hacia ellos. El Señor del Abismo la repelió con un escudo de sombras que absorbió el poder, sobrecargandolo. Aprovechando esto, lo usó como una descarga oscura. Demasiado rápida, impacto directo arrojando al mago cerca del sometido Abismo.
El trío corrió hacía el mago. Pero aún no derrotado, plantó sus manos en el suelo. Sus ojos brillaron de un verde intenso. Al instante, el trío se vió rodeado por símbolos de invocación de Golems putridos.
Al estar rodeados por los enormes seres cadavericos. Aldrich con velocidad cargó su espada con magia, la enterró en el suelo causando una ola de choque que los derribó por el impacto. Al instante el trío retrocedió terreno. El mago sin parar en sus invocaciones, trajo al combate una docena de Necrofagos y una horrorosa Parca. Por igual los tres primeros golems se pusieron de pie al no verse por completo destruidos.
-Esto no va a ser fácil.
Dijo Jerssien al ver el grupo de muertos que tenían de frente. Aldrich se preparó con ambas manos en su espada.
-Nunca lo es, bienvenida al club.
Volkner se colocó en medio, con una sonrisa ladina.
-¿Y cuando ha llegado a ser fácil?
En ese momento, la lanza de Angelique chocó con las espadas de Xavier. Al separarse, Victor entró. Su largo apéndice lanzó un mordisco al rostro. El Renacido lo evitó por poco, corrió con ambas espadas listo para cortar el cuello del cazador, pero estás solo encontraron sus garras sangrientas. Arrojó dos zarpazos que fueron esquivados.
Al alejarse, la Ángel atacó por el lateral, logrando desestabilizar a Xavier. Haciendole retroceder. Ella arrojó otra estocada. Él la esquivó y de impacto potente, destrozó la punta de la lanza. Sin verse afectada, arrojó el arma inservible e invoco su espalda. Los filos se encontraron en un choque fiero. Con su fuerza logró separarla de él, a lo que Angelique lo arrojó con una onda de choque en el pecho.
Mientas ellos dos luchaban. Victor vió una de las cuatro cadenas que subyugan la voluntad del Abismo.
Adolorido pero sin rendirse, Xavier usó su magia arrojando una onda explosiva que recorrió el suelo hasta los pies de Angelique, la Ángel alzó un escudo, débil que no evitó que la explosión la arrojara contra un pilar. Cayendo inconsciente. Victor observó a su angel. Golpeada pero viva.
-¿Que pasa, Cazador? ¿No vas a cuidar a tu amada?
Al devolverle la mirada, la sonrisa de Xavier cayó a medida que Victor sonreía. El apéndice no tardó en cerrar sus fauces sobre la cadena que atrapaba uno de los pies del Abismo. Entonces, comenzó a jalar la cadena. El horror se demostró en los ojos del Renacido.
-¡No!
Victor usando la fuerza de sus piernas, con comenzó a jalar con su cuerpo mientras el apéndice mordía con fuerza la cadena, jalando por igual. Antes de que Xavier pudiera llegar, la cadena cedió rompiendose a la mitad. Su rotura creó una poderosa onda de energía que recorrió el sitio haciendolo temblar. Todos los presentes se tambalearon ante la energía liberada.
Apenas se repuso, Xavier corrió hacía Victor, ambas espadas chocaron contra sus garras, apenas separarse Victor arrojó dos zarpazos los cuales el Renacido evitó. El cazador gruñó molesto, entre la bruma de sangre llameantes, invocó su enorme Zweihander entre sus manos. No tardó en correr y lanzar un corte horizontal. Al bloquearlo, se resbaló unos centímetros por la fuerza.
Momentos antes. Los golems putridos avanzaron hacia el trío. Debajo de tres golems surgieron unas subitas explosiones oscuras, destrozando las moles de carne podrida. Jerssien se lanzó en combate, destrozando el cráneo de uno para luego derribarlo de una patada. Otro más se acercó, esquivó su zarpazo, cortandole una pata, derribandolo en el momento.
Aldrich cortó uno por la mitad de un tajo rápido de su espada maldita, otro llegó por un lateral, siendo cortado desde el lateral. Otro más iba hacia él. En su mano surgió una lanza oscura que enterró en el pecho del otro golem, para luego explotar eliminándolo.
-¡Volkner! ¡Ve a por el mago!
Gritó el Vanguardia. Volkner observó el grupo aún numeroso de golems y necrofagos. Antes de hacer su jugada, una súbita descarga de energía casi los hace caer a todos ellos, con algún que otro golem cayendo de cara al suelo.
Al detenerse, Volkner se impulsó con un poderoso salto, Gracias a un impulso de magia, cayendo junto al mago oscuro. Apenas lo hizo, la parca intervino atacando con su hoz. El Señor del Abismo detuvo el arma con su espada, alejándola de él. Se apartó empuñando con fuerza su espada.
Protegiendo al mago, la parca, con una larga túnica negra raida que cubría su esqueleto aún con restos de carne. Entre sus esqueléticos dedos, sostenía con fuerza su guadaña.
Con un alarido, la parca cargó contra Volkner arrojándo en corte horizontal. Con un salto corto hacia atrás, logró evitar el letal ataque. Atacó de nuevo, enterrando la guadaña en el suelo. El señor del Abismo con agilidad subió y corrió por el mango del arma hasta caer junto a la parca. Con fuerza soltó un poderoso corte en el cráneo del ser esquelético. Se tambaleó hacia un lado, se detuvo, dirigió con ira la mirada a su enemigo. Tomó la Guadaña y atacó lo cual Volkner nuevamente esquivó agachandose.
Sin haberlo calculado, el ataque que Volkner esquivó impactó en la cadena que sostenía la mano derecha del Abismo. Destrozandola y liberando otra descarga de energía mágica que hizo temblar el lugar.
Tanto Volkner como la parca cayeron por el inesperado temblor. Aprovechando esto, Volkner convirtió su mano en un tentáculo alargado, atrapó por el pie a la parca, la atrajo y apenas estuvo junto a él, enterró el la espada en medio del cráneo destrozándolo.
Angelique, abrió los ojos aturdida. Lo primero que logró ver con dificultad, era la figura de Victor y Xavier chocando espadas, antes de que el segundo retrocediese de un salto dejando caer el poderoso espadon de lleno en el suelo. Una serie de gruñidos llamaron su atención, al ponerse de pie y girarse pudo ver el problema.
Tres necrofagos, seres de carne podrida, largas y afiladas garras con peligrosos colmillos, todo eso con un comportamiento de perro de caza. Angelique aún aturdida tomó su espada dispuesta a dar guerra.
Al mismo tiempo Aldrich y Jerssien se enfrentaban a los Golems y necrofagos. El Vanguardia cortó otro golem por la mitad, para su sorpresa al mismo tiempo un necrofago se arrojó sobre él derribandolo. Con una mano bajo la mandíbula del ser, mantenía lejos las fieras fauces del ser. Un par de gusanos cayeron en su rostro, con una mueca de asco clavó su espada en el cuello del podrido ser.
Jerssien fue de frente contra un golem, este logro enterrando sus garras en su hombrera, logrando herirla superficialmente. La mujer cortó un brazo y luego el otro. Un rugido ajeno la alertó tarde, no pudo evitar la embestida de otro golem que la arrojó por los aires junto al Vanguardia que se quitaba al necrofago de encima.
Ambos de nuevo de pie, observaron el grupo aún numeroso frente a ellos. Un necrofago corrió hacía Aldrich solo para ser empalado en medio de su ataque, enterrandose en su espada. Otro corrió hacía jerssien pero está lo atrapó por el cuello en el aire, para luego decapitarlo como si nada.
Pero aún eran varios contra ellos.
El mago oscuro arrojó un rayo de necrosis que Volkner detuvo con su oscuridad.
Angelique estaba débil ante los necrofagos que iban a por ella.
Y Victor estaba en medio enfrentamiento con Xavier.
En esos momentos de dificultad, cuatro necrifagos seguidos de tres golems comenzaron a correr hacia él Vanguardia y la Guardian. Ella se preparó para el impacto y él cargó su magia.
-¡Al suelo!
Les gritó una voz femenina, la cual apenas oírla, múltiples corrientes eléctricas surcaron el cuerpo de Aldrich. Al girarse pudo ser a su Amada Rosamund alzando su Subfusil. Al ver esto, tomó por los hombros a Jerssien y se ambos fueron al suelo.
La General en Jefe apuntó y disparó contra los necrofagos, ráfagas de letales proyectiles impactaron en los cuerpos podridos destrozandolos, más que nada, sus cráneos, decir deformando y matando. Los seres podridos cayeron muertos.
Aldrich y Jerssien tras mirar con asombro a Rosamund, dirigieron la mirada había los golems, estos seguían su camino inexorables. No tardaron en chocar contra ellos, unas bolas de fuego que explotaron al impacto incendiandolos por completo.
Junto con Rosamund estaba Giselle, con sus manos alzadas. De un salto, enorme lobo pasó por encima de ellos y continúo en una rápida carrera. Se impulsó y con otro salto pasó por encina de la horda no muerta.
Las fauces del sangriento apéndice se cerraron en las hojas de Xavier, inmovilizandolo. Trato de sacarlas pero no logró nada que luchar en vano. Aprovechando ello, Victor alzó su Zweihander dispuesto a aplastar al enemigo. Cuando el arma descendió, el renacido, con dificultad creó un escudo que detuvo el arma.
-¡Deberías de preocuparte por tu Ángel!
Le gritó Xavier. El Cazador dirigió la mirada observando a la Ángel rodeada. Antes de que los necrofagos pudieran arrojarse sobre su presa, la enorme figura del lobo cayendo sobre ellos los arrojó lejos de una embestida. Arriba del mismo, Erika alzó su revolver, encajandole tiros precisos en la cabeza a cada uno.
-¡Victor!
Le gritó Erika arriba del lobo. El aludido observó la escena. Un golem putrido iba hacia ellas. Erika y su Lobo encararon al ser podrido.
-¡Angelique! ¡Las cadenas!
Ordenó Victor. La Ángel observó las cadena restante en su pie. Corrió hacía la misma, con dificultad, espada en mano, hacia su objetivo. En medio de la carrera, tomó con ambas manos el arma, con fuerza, giró sobre su eje e impulsada su espada impactó sobre la tercera cadena cortándole. Otra descarga de energía, más fuerte, causó un temblor aún más grande.
El mago oscuro, apenas se repuso del nuevo temblor más poderoso, arrojó otro rayo desesperado. Volkner en el suelo alzó su mano listo para detener dicho ataque. Giselle intervino, creó una explosión mágica a pies del mismo mago oscuro, arrojandolo por los aires.
Sin pérdida de tiempo, Volkner corrió hacía la cadena restante y con su espada cortó la última restricción del Abismo.
El choque de la Zweihander contra la espadas de Xavier lo arrojó a una de las pasarelas del sitio. Todos los allí presentes se tambalearon ante la última descarga de magia. Entonces, el Abismo comenzó a ponerse de pie.
-No puede ser....
Gruñó el Renacido. El Abismo al ponerse de pie, una enorme figura femenina de una altura increíble. Rugió de ira liberando y recuperando su magia oscura. Una enorme túnica negra, tan negra como el petróleo cubrió su figura.
Victor dirigió su mirada a Xavier. Un aura dorada cubría ya su cuerpo dentro de un sello de teletransportación. El cazador hizo una mueca.
-Volveremos a vernos, cazador.
Y desapareció. Tras ver cómo su enemigo huia, Victor dirigió su atención a otro lado.
El Abismo liberó una larga ola de sombras que, como seres hambrientos, se arrojaron sobre los no muertos destrozando, tanto a los Golems restantes como a los Necrofagos. La masa oscura limpió y barrió todo ante los ojos asombrados de los allí presentes. Volkner, Aldrich, Erika, Giselle e incluso Jerssien y Angelique vieron ese despliegue de poder con asombro.
La masa oscura dirigió sus múltiples cuencas vacías hacia el mago, este retrocedió con miedo, intimidado. Solo y sin escapatoria. Este alzó su mano hacia el Abismo.
-¡Tu poder no es nada ante mi....
Unas enormes fauces sangrientas se cerraron en su cabeza decapitandolo en un parpadeo. El cuerpo, aún con la mano alzada, cayó cual peso muerto. Detrás del mago estaba Victor con su enorme apéndice.
-Patetico.
Con un chasquido de dedos, los blasters surgieron entre las sombras. Estos eran rodeados por un aura rojiza de sangre en llamas. Potenciados por ella, Victor apuntó y ellos dispararon. Desintegrando el cuerpo del mago. Todos vieron aquello. En ese momento, Erika y Angelique se acercaron. Él las miró.
-Tengo... Tanta sed...
Victor bajó la mano, suspiró agotado. El aura rojiza lo abandonó, su enorme apéndice regresó a la herida, volviendo al cuerpo. Sus heridas se cerraron. Se dejó caer agotado, siendo atrapado por un blaster, antes de este perder el aura roja y eventualmente desaparecer por la falta de energía.
Aldrich se agachó junto a él, lo colocó boca arriba. Antes de hacer algo, el cazador habló.
-No me desmayé... Solo me duele todo y tengo sed... Mucha sed.
Los allí presentes sonrieron aliviados. Con esfuerzo, Victor se sentó observando alrededor. No parecía encontrar a lo que sea que estuviera buscando.
-¿Que buscas?
Preguntó Aldrich mirando hacia donde miraba Victor. El joven se puso de pie, y todos miraron a la figura femenina vestida de blanco que se abría dejaba ver en medio de ellos. La elegante dama observó a los todos allí presentes, con sus ojos negros. Tanto como su largo cabello.
-Asi que... Tu eres el Abismo..
Dijo Volkner observandola, la elegante dama alzó una mano antes de pasarla frente a su cuerpo, cambiando el vestido blanco por uno negro en cuestión de segundos, con sus tiñendose de rojo sangre al momento.
-Ahora si puedes llamarme así.
Dijo con una voz fina y elegante, hizo una reverencia llena de gracia con su vestido, Volkner por igual hizo una reverencia. Erika quien estaba junto a Angelique, le dió un empujón hacia Victor, insinuando que se acercase a él. La ángel se quejó mirando mal a la mercenario, antes de sentir un toque en su hombro. Al girarse fue rodeada por los brazos de Victor. Ella quedó estática un segundo antes de responder el abrazo.
-Mi Ángel... Te extrañe.
Angelique solo pudo sonreír ante la ola de sentimientos que invadian su ser, ella sonrió abrazandolo con fuerza y acariciando su nuca, colando sus dedos entre sus cabellos negros.
-Creí que te había perdido.
-Solamente me perderás cuando derrame mi última gota de sangre...-En ese momento los instintos sanguinarios de Victor despertaron.
-Mi Abismo... Es un honor conocerla.
Dijo con respeto el Señor del Abismo. Ella soltó una risa divertida. Observó a todos los allí presentes, buscando las palabras adecuadas.
-El honor es mío, Volkner, Señor del Abismo, de poder conocer a aquellos que me han liberado y arriesgado tanto..-Su mirada fue a la pareja que se abrazaba.-Por Amor.
Volkner esbozó una sonrisa al ver a Victor y Angelique abrazados.
-La verdad, si no fuera por su amor a Angelique, no estuvieramos aquí.
Angelique notó que ellos eran el foco de atención de todos, Victor por igual por lo cual la soltó, ella con sus mejillas rojas y él, con un tono rojo muy, muy leve en ellas. El Abismo se acercó.
-¿Tu eres el Cazador del Abismo?
-Asi es, Victor Pérez, General Cazador. Es un honor.
-El honor es mío.
Ambos hicieron una reverencia. Ella observó a la Ángel junto a él. Angelique entró en nervios bajo la mirada de su señora y creadora. El Abismo la tomó por los hombros.
-Te Felicito... A tí y a Jerssien.-Le dirigió la mirada a esta.-Ambas lucharon por mi liberación.
Los siguientes minutos, transcurrieron en las presentaciones de todos ante el Abismo. La diosa oscura les hacía una reverencia con el mayor de los respetos y gratitudes. Fue algo más que hermoso.
A los minutos, todos estaban sentados en los verdes pastos, bajo pedido del Abismo, ella se había perdido, caminando hasta el final de una de las pasarelas, en compañía de Volkner. Solo dijo "Hay alguien más quien debe ser liberado" y con ese misterio, ambos desaparecieron.
Victor estaba acostado, con los ojos cerrados. Aldrich sentado a su lado y Angelique del otro, Jerssien, incómoda entre el grupo con el cual no estaba familiarizada. Erika acariciaba a su fiel lobo, mientras que Giselle observaba con cierta fascinación las flores de allí y Rosamund, junto con el vanguardia.
-Diganme ¿Cómo llegaron hasta aquí?
Preguntó Aldrich mirando a las mujeres. Erika y Giselle no tardaron en señalar a Rosamund, la oficial alzó las manos rendida.
-Muy bien, su fuí yo. Al parecer hubo un problema con unos mercenarios del gremio de Beltruchs en Dormenst, el Teniente Coronel encargada de de ese batallón, iba a llevar el reporte a Volkner.-Rosamund apoyó su cabeza en el hombro de Aldrich.-No encontrar a ninguno de los tres, pues la gente se alarmó.
-Perfecto.
Se quejó el Vanguardia. Algunos rieron por ello.
-Decidimos iniciar una búsqueda, gracias a los guardias entrometidos, nos enteramos que buscaban un misterio y legendario reino de los angeles.-La mujer movió sus manos con exageración provocando otras risas.-Gracias lo que la Señorita Angelique me dijo el día que nos atacó la guardian, tuve una pista por dónde empezar.
-No es justo, ustedes no tuvieron que buscar entre libros polvorientos.-Se quejó nuevamente el Vanguardia.
-Instinto femenino cariño.-Se burló coqueta.-En fin, llegamos y Giselle con su magia, logró abrir el portal, pero al atravesarlo.... Nos encontramos con una visión muy sanguinaria, más que nada, dentro de la catedral.
Victor alzó una mano con una sonrisa.
-Culpable.
Unos pocos segundos de silencio incómodo invadieron el lugar. Jerssien hizo una mueca de disgusto.
-Me parece perturbador como un niño puede estar tan tranquilo al causar una masacre.
Comentó Erika retadora, Victor se incorporó abriendo sus ojos negros.
-Ya va, un momento, yo no soy un niño, soy un adolescente.-Pasaron unos segundos de tensión.-Que no es lo mismo.
-Lomismo es una enfermedad que sufren los camellos.
Dijo Aldrich con burla, eso causó una risa general en todos, pues era el primero en poner en ridículo al gran y temido General Cazador. Jerssien aún seguía con la mueca de disgusto al pensar en los muertos. Cuando las risas cesaron, ella atacó.
-Yo opino que deberia de ejecutarte por tu masacre.
Comentó ella con lengua afilada. Victor alzó una ceja y la miró con malicia mientras sus ojos se tenían de rojo.
-¿Sabes a quien le importa tu opinión?
Ella se extrañó por esa pregunta.
-¿Quien?
-Esta.
Una poderosas carcajada prorrumpio en escena, tal fue la risa del vanguardia ante esa respuesta que incluso cayó de espaldas riéndose. La risa se le fue contagiando a los demás de uno en uno, hasta que todos reían, incluso Angelique, menos Víctor y Jerssien que se miraban con rivalidad.
Aldrich, en cierto punto volvió a sentarse con las últimas risas, limpiándose una lágrima. En ese momento, su expresión cambió de ser completamente de risa a ser una extrana mezcla entre asombro y horror. Rosamund notó eso, Víctor por igual cuando lo vio ponerse de pie.
Aldrich no podía creerlo, sus ojos captaban lo que él veía más su cerebro no lo procesaba porque no debería de ser, no podía creer a quien veía caminar junto a Volkner y al Abismo.
¡Él la vió morir!
-¿¡Lizette!?
Exclamó asombrado, Victor al oír ese nombre arrojó lejos toda su pereza y se levantó enérgico, caminando hacia Aldrich al igual que Rosamund. Los demás no lo entendían, y miraban confundidos, era solo una historia que conocían Volkner, Aldrich y luego Victor.
Agarrada de la mano del Señor Abismal. Iba una mujer, de piel blanca y cabello castaño oscuro. Portando una armadura gris con tonos negros. En su otra mano llevaba un casco con la forma de una media calavera hasta la nariz y un espadon curvo en su espalda.
Al encontrarse cara a cara, Lizette solo le dedicó una sonrisa al pasmado Vanguardia que, en respuesta, miró al Abismo. Podría ser una diosa pero tenía una sonrisa cómplice como adolescente traviesa.
-¿Cómo?
Fue lo que preguntó a ambas mujeres. Lizette soltó un suspiro y colocó ambas manos en su cadera.
-Pensaba que como buen mejor amigo, me darías un abrazo.
-Volkner me mata si hago eso.
El Señor del Abismo, que ahora se veía con un renovado brillo en los ojos, más allá del constante tono carmesí, soltó una baja risa.
-Lo permitiré por esta vez.
Los viejos amigos se dieron una mirada cómplice antes de unirse en un fuerte y cálido abrazo, como aquel que recibes de un familiar que realmente te ha extrañado. Victor sonrió conmovido por la escena. Mientras ellos se reencontraban, el Abismo caminó hacia las angeles. Lizette al separarse, dirigió la mirada a la morena junto al Vanguardia.
-¡No puede ser!-Exclamó mirando a la joven y al Vanguardia-Por fin has dejado tus tiempos de galán, siempre tuviste buen gusto.
-Lizette, por favor...
Dijo Volkner apenado por la actitud muy energíca y poco discreta de su Soulmate, aunque era tal y como la recordaba. Eso traía una calidez a su corazón. La energica mujer entonces, miró a Victor. Sus ojos se iluminaron como dos estrellas.
-¡Incluso tuviste un hijo!
En ese momento, Víctory Rosamund hicieron muecas.
-¿Que?-Espetaron al unísono.
Aldrich igual hizo una mueca por esa afirmación. Eso era una figura algo cómica.
-Lizette, por favor, mi hijo no sería tan feo.
-Oye, ¿Que te pasa? No me vez que soy hermoso.
-No, tu eres General terror.
-Y hermoso.
Dijo Victor con una cara de galán muy fingida. A lo cual Lizette rió. Ese fué momento para que Volkner interviniera.
-Lizette, el es Victor Pérez, Cazador del Abismo-Lo miró con una sonrisa orgullosa.-Bueno, General Cazador.
La mujer lo miró con asombro y respeto, esa mirada intensa causaba incomodidad en el cazador.
-Espera.. ¿General? Tan joven... Y el Abismo ya había salido de su guerra.
-Han pasado cosas.
Resumió Victor sin querer pensar en guerra o muerte, por una vez, solo una vez antes de volver a su papel de asesino.
-Tengo que ponerla al tanto de todo.
Dijo Volkner mirando con un amor increíble a su alma gemela, Victor sonrió al ver eso, dirigió la mirada a dónde estaba su ángel. Ella estaba junto con Jerssien y el Abismo. Cuando la vio bajar la mirada con una mueca de tristeza, supo que las cosas no iban bien.
Había durado mucho.
Bajo perfil, se encaminó hacía los Ángeles. Podía ver cómo Angelique elevó su mirada tensa. Eso no le gustó a Victor. Erika observó al cazador, atenta a los eventos. Él se colocó junto con su ángel, por lo bajo.
-¿Me perdí de algo?
-Nada de tu interés, Cazador.
Replicó con rivalidad Jerssien. Victor le miró con molestia.
-Mira, será mejor que...
-No discutan-Intervino el Abismo, la misma diosa le dió una mirada triste al cazador-Seria mejor, que ambos lo discutieran en privado.
-Un momento, tengo una mejor idea.
Los ojos de Victor se tornaron azules, con un dedo, rodeó con su magia a Jerssien y la arrojó lejos del grupo. Ambas mujeres lo miraron asombradas, a lo que él solo suspiraba.
-Ahora, lo que tengan que decirme, sea bueno o malo, díganlo. Sinceramente, he llegado a un punto dónde prefiero un golpe duro de la realidad, que el intento de suavizarla.
Angelique miró al Abismo. La diosa oscura asintió y cerró los ojos, dándoles la espalda a ambos, alejándose un poco.
-Angelique, te has desenvuelto como una gran ángel, ciertamente. Cuándo te ordené proteger al Cazador, fue un momento dónde pude liberarme temporalmente de las cadenas.
«Sabia que los Renacidos iban a querer tomar todo el Abismo a la fuerza, solo el cazador podría detenerlos. Te lo encomendé, porque eras un Ángel, fuera del común. Eras diferente, pero no importante a los ojos del mago oscuro y sus superiores, por lo que supe que no te echarían en falta. Temí, por tu falta de experiencia y por eso envié a Jerssien para que te vigilase»
-Señorita súper Guardian casi me acaba matando en su afán de castigar a Angelique.
Se quejó Victor. Por lo cual recibió un golpe suave de Angelique en el brazo. El Abismo continúo.
-Pero a final de cuentas, notaron tu ausencia, mi castigo fue severo y me débilite hasta el punto de ser usada por el mago, allí fue cuando traje conmigo a Jerssien y Angelique.
«Has cumplido tu misión con creces, incluso participaste en mi liberación, eres un Ángel más fuerte y poderosa que el promedio, te felicito por ello»
Con una expresión triste regresó la mirada a ambos, Angelique tenía unas pequeñas lágrimas abandonando sus ojos.
-Pero te enamoraste, y el de ti, no estoy en contra de su amor, pero-Con cierto pesar miró a Victor-Victor tiene un alma gemela esperando por él, y ambos deben dejar ir del otro, tanto para que ambos progresen, como para un bien entre los dos.
Y con eso había dictaminado lo que el más temia. Llegar hasta el final para nada, tanto esfuerzo, para al final chocar de frente con la realidad, cruda realidad que le persigue y azota. Una especie de destino manchado por la continúa decepción a nivel emocional y espíritual que solo mermaba sus ánimos por seguir hacia adelante. Logró más de lo pensado, pero su objetivo principal fue destruido.
Sintió la mano de Angelique apretar fuerte su brazo. Ese tacto lo hizo salir de su trance. Miró a la bella ángel de ojos verdes. Esas esmeraldas que le miraban preocupadas. Con un fuerte suspiró, Victor aceptó lo inevitable. Cerró los ojos, llevó un par de dedos al puente de su nariz y suspiró de nuevo.
-Bien, que así sea.
El Abismo asintió y Angelique le miró sin creerlo.
-Victor...
-Mi angel-El la tomó por los hombros y le miró directo a los ojos. Una mirada cansada y decepcionada-Aceptalo, tiene razón, continuar esto, solo te haría más daño a ti, a la larga.
-Pero... No es justo, tanto esfuerzo.
-Lo sé.. lo sé pero siendo realistas, si seguimos en esto, la que más puede sufrir eres tú, y eso no lo quiero. Te amo lo suficiente como para renunciar a ti.
La respuesta que recibió fué un fuerte abrazo seguido de los sollozos de ellas. Victor reprimió sus lágrimas, mientras consolaba el dolor de su Ángel. Pues aunque no tuvieran pareja, un Ángel podía amar con tanta fuerza y pureza como cualquier otro ser. Fueron minutos eternos.
A la hora de irse, con unos leves hipidos, Angelique estuvo junto con Jerssien y el Abismo. La diosa abrió un portal directo al salón del trono. Incluso se podía ver la imagen de este a través del portal.
-Fue un honor.
Dijo Volkner y acto seguido, todo el grupo hizo una reverencia que el mismo Abismo correspondió.
-Cuidense, siento que muchas dificultades están por venir hacia ustedes.
Los tres hombres hicieron una mueca.
-Nunca es fácil.
Respondió el trío al unísono. En ese momento, un ademán de manos y unas sonrisas, Giselle y Erika se despidieron de Angelique.
-¡Cuidenlo!
Ordenó. Ellas asintieron. Sin más preámbulos, atravesaron el portal junto a su lobo. Luego Aldrich con Rosamund, despidiéndose. Antes de atravesarlo, Volkner miró a Lizette.
-¿Lista para volver?
-Siempre.
Y cuál pareja feliz, atravesaron el portal. Por último quedó Victor.
-Por cierto, lamento la masacre.
-No te preocupes, ellas volvieron a ser estrellas y volverán a nacer, solo tendremos que volver a criarlas.
Victor asintió. Sin más ceremonia, atravesó el portal. Una vez el grupo se había ido, Jerssien miró a Angelique.
-No creas que por esto me agradas, tu y tu noviecito casi matan a mi hermana.
-Y tu hiciste de todos esos meses un infierno.
Antes de que una batalla campal comenzace allí, el Abismo intervino.
-¡Suficiente! Ustedes dos no...
Para su sorpresa, la figura del cazador volvió a atravesar el portal, regresando. Sin vacilar, se acercó a Jerssien y la tomó por el cuello, acercando su rostro al de ella.
-¡Sera mejor que te desapendejes o te arrancaré la lengua y ls serviré en el comedor!
La soltó, le dedicó una sonrisa amable a las otras dos presentes y atravesó el portal de forma definitiva. El mismo se cerró. Jerssien párpadeo fuera de lugar. La diosa solo soltó una baja risa.
-Creo que me agrada.
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24 de Diciembre del 2018.
Abismo. Castillo del Abismo.
El grupo aterrizó en la sala del trono. Observando el lugar sin creer que lo habían logrado. Aldrich no tardó en abrazar con fuerza a Rosamund.
-Odio a los Kresters.
La morena sonrió y acarició su cabeza, dandole una leve dosis de cariño.
-Ya, ya pasó.
Lizette observaba el ambiente oscuro y depresivo del castillo. Volkner conocía esa mirada y no auguraba nada bueno.
-No, no vas a hacer decoración de interiores.
-Pero yo...
-Lizette, no, acabas de volver.
Dijo ella acercándose a su amado con un puchero en los labios. Eso era una imagen poco común, más para Erika y Giselle ver a los dos hombres como terrones de azúcar con sus amadas. Fue cuando la mercenario observó la expresión neutra de Victor. Vió como el metía las manos en sus bolsillos y suspiraba. Cuando se disponía a cruzar la habitación ella le detuvo.
-Victor.
-Erika.
Ambos se miraron.
-Angelique...
El cazador suspiró.
-Se quedó, ya es definitivo.
Aldrich al oír eso, se separó de su amada, mirando a su protegido.
-Espera... ¿No vino?
-Si, así es.
-Pero, tanto esfuerzo, tantas muertes para traerla de regreso a tu lado.
-Si, ese era el plan. Resulta que, de todos modos, ella no podría estar a mi lado-Victor alzó su mano, mostrando la palma, su marca-Ella no es mi Soulmate.
-Entonces, tanto esfuerzo para nada
-No es así, véanlo de este modo-Victor miró al techo-Logramos liberar al Abismo de las garras de los Renacidos, que a la larga habría sido problema, además de que trajimos a Lizette, lo cual aún no entiendo cómo, pero ahí está.
«Es cierto que nuestra misión era traer a Angelique de regreso, pero en términos realistas, nuestra relación a la larga solo le habría echo daño a ella, más si encontraba a mi Soulmate. Y la amo demasiado como para hacerla sufrir»
Todos miraron a Victor, con cierto asombro por las palabras, tan maduras salidas de su boca. Él, solo suspiró y se dirigió a la salida de la estancia.
-Por cierto, necesitaré otro fusil y pistola.... Y escopeta.
Hizo una mueca antes de perderse por las dobles puertas del sitio.
El Cazador recorrió los pasillos del castillo. Dirigiéndose a su habitación. Mantenía su neutralidad por el camino a seguir. En ese momento, solo quería dormír, olvidarse de todo, desaparecer por un instante. Solo un instante antes de volver a la realidad.
Antes de todos eso, iría al comedor a tratar de buscar algo de alimento, pues ya su estómago dolía del hambre. Y de la sed, antes de ello, la voz de Giselle le interrumpió.
-Victor.
El joven se detuvo en seco, como si hubiera recibido un golpe en el abdomen, sintió sus colmillos alargarse, como la sed volvía a tomar control poco a poco. Al mirarla, miró su cuello expuesto, sus pupilas se contrajeron, al resistirse a su instinto, un líquido subió por si garganta cuál vómito, desvío la mirada, dejando salir unas gotas de sangre de su boca.
-Dioses, estás sangrando-Exclamó acercandose.
Más la mano estirada de Victor la detuvo, con la otra se tapaba la boca, ocultando sus colmillos.
-No... No te acerques-Al final, la mano que cubría su boca se estampó en la pared-Esta sed...
Giselle titubeó, Victor tragó grueso, antes de respirar profundo.
-Esta sed, lo peor es verla afectar... Mi excitación, malditasea estos instintos de vampiro.
Cuando Victor logró calmar su sed, el Cazador se paró ya recto, mirando a Giselle con intensidad.
-¿Que necesitas?
-Volkner dijo que todos vayan al comedor, me envió a buscarte.
Victor suspiró.
-Al menos esto no me pasó en el comedor. Vamos pues.
Ambos se dirigieron plantas abajo, al comedor. Dónde se encontrarían con los demás, para, por lo menos tener una cena normal.
Una hora más tarde, tras todos despedirme. Victor ingresaba en su habitación.
Sin prestarle atención a nada. Se desprendió de su chaleco y camisa arruinados, de todo equipo táctico y de las botas. Se sentó con solo sus pantalones. Suspiró, sus palmas frotaron lentamente su rostro, buscando alejar toda la presión que llevaba encima. Al quitarlas, cerró los ojos buscando calmarse.
Sabía que tomó la decisión correcta, tal vez no la que más le gustó, pero fue la correcta. Se llevó la mano a su cuello dónde palpo la cruz de plata, esa cruz que le regaló Angelique. Una sola lágrima se permitió surcar el rostro del Cazador.
Hasta que unas suaves manos se posaron en sus mejillas, al abrir los ojos, ante él, estaba su hermosa angel. Cómo una figura tan, indescriptible para él. La fría corriente agitaba su vestido oscuro, de tela casi transparente. Dónde bajo ella se podía apreciar de forma tenue, su ropa interior.
-Angelique...
-Solo diré, que le debo un favor al Abismo... Y esto no lo vas a arruinar.
Afirmó antes de unir sus labios con los de él, en un beso que Victor, aceptó gustoso. La forma en que sus labios se movían y disfrutaban del otro era algo que enviaba Miles de corrientes eléctricas por el cuerpo agotado de ambos. Las manos de él no tardaron en tomar las caderas del Ángel, logrando que está quedase ahorcajadas sobre él. El calor de sus cuerpos aumentaba, la intensidad del beso por igual, en que sus lenguas se encontraron.
Al separarse, el esmeralda chocó con el escarlata. Ambos jadeaban y a la luz del Abismo se podían ver los colmillos del Cazador. Su sed se hizo presente, ver el cuello expuesto de su ángel, más la situación. Le había excitado y eso no ayudaba a su deseo de sangre.
Dejó caer su frente en su hombro. Jadeaba, ella acariciaba su espalda y el la aferraba su cuerpo.
—No sabes.. cuánto deseo perderme en ti.... Pero temo el morderte...
—Victor...
Ambas miradas volvieron a chocar, junto con la sonrisas de ella. Angelique se separó, sentandose en medio del colchón, y apartó un poco de ese vestido, dejando ver su cuello.
—Solo... No me marques...
—No morder tan profundo... Correcto.
Con una sonrisa incomoda, Victor se acercó, Angelique expuso más su cuello, y fue cuando su deseo de sangre, ese deseo mezclado con lo sexual, se desató. No tardó en tomarla por los hombros y clavar con lentitud sus colmillos, no tan profundo.
Casi un jadeo de placer abandonó sus labios al sentir su sangre tibia, deliciosa para sus instintos nuevos. Angelique se tenso ante el dolor, que sólo fueron segundos. Lo siguiente que sentía, eran los labios del joven impactando besos en su cuello. Luego su lengua, lamiendo los restos de sangre. Mientras sus manos descendieron, hasta apretar con suavidad los pechos del Angel. Eso la hizo jadear de imprevisto arqueando su espalda.
Ella no tardó en empujarlo, haciéndolo caer sobre el colchón. Su cuerpo se movió sobre el del joven, creando un roce entre sus sexos que estremeció a los dos. Se inclino, sus labios se devoraron. Las manos de Victor recorriendo su espalda hasta posarse en sus glúteos para apretarlos. Y ella recorriendo el pecho del Cazador con sus manos.
Un jadeo fuerte abandonó los labios del ojos negros cuando Angelique, tan pícara cómo solo ella, comenzó a repartir besos por el pecho del joven, descendiendo por su abdomen. Besos húmedos que solamente aumentaban la temperatura y deseo de él.
No tardó en despojarlo de sus prendas inferiores. Su cálida mano tocó el miembro de él, Victor la miró, sus mejillas carmesíes mostraban su estado de pena. La jaló se un brazo, trayendola hacia él.
Sentada sobre sus piernas, con el miembros del joven rozando su trasero, sintió como su cuello era víctima de los besos del cazador. La despojó del vestido, se deshizo de su sostén, para así atacar con su boca los senos firmes de la Ángel. Unos pocos gemidos abandonaron los labios de Angelique, su espalda se arqueó por la boca en los senos y las manos en los glúteos de ella, apretando con picardía. No decían nada, pues las expresiones, las reacciones, sus cuerpos, expresaban lo que sentían.
Está vez fue él, quien le hizo caer sobre el colchón. La despojó de su prenda inferior. Se colocó sobre ella, observándola a los ojos. La mano de ella acarició la mejilla de él.
—Mi Cazador... Te amo.
—Te amo, mi Ángel.
Y sus labios se unieron al igual que sus mundos, la descarga se placer hizo brotar un gemido del angel que el cazador se bebió con gusto. Jadeos y gemidos los cubrieron cuando el movimiento de caderas inició, llevándolos al acto carnal. Con una gran cantidad de placer recorriendo a ambos. Las piernas de Angelique rodearon la cadera de él. Dándole más acceso, apegandolo con más fuerza.
De un momento la tomó por los glúteos, elevándola hasta quedar el sentado, aún unidos, con ella aferrada a él. Las embestidas seguían en sitio. Ambos eran consumidos por el ardiente deseo de dos amantes con un destino en sus contras. Con destinos muy distintos.
Con sus manos en los hombros de él. Lo obligó a caer sobre la cama, para así tomar ritmo y moverse de manera sensual sobre él. Sus labios se unieron, sus manos conocieron el cuerpo del otro al completo.
Hasta que llevados por el placer. Llegaron a su climax, dónde el placer invadió por completo, cuerpo y mente, inclusive, gritando el nombre del otro.
Finalizado el acto, allí estuvieron por largos minutos que fueron dos horas, de cariño, besos, mimos, uno que otro chupón causado al otro.
—Recuerda... Siempre que lleves está cruz.. yo estaré contigo.
Y está vez, su último momento juntos, fue algo que no olvidarian los dos jamás.
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26 de Diciembre del 2018.
Abismo. Frontera del Abismo.
En épocas finales del año, era algo común que múltiples, casi cientos de comerciantes viajasen al Abismo en carretas llenas de productos diversos, para establecerse en los múltiples mercados del Abismo, buscando vender su mercancía en la capital. En esa época era de gran competencia en los mercados locales contra los ambulantes. Los que más vendían era los de objetos exóticos.
Al haber tanto tráfico, no solo de comerciantes, sino por igual se seres sobrenaturales, traía por consecuencia el contrabando. Más que nada, de drogas, el mundo sobrenatural no se salvaba de las drogas humanas e incluso, este mundo mágico tenía más variedad de estupefacientes.
Por eso, era tarea de los Vigilantes del Abismo en conjunto de la Guardia Imperial, de resguardar y evitar dicho contrabando.
Ese día, el Sexto Batallón de Guardia Imperial, junto con varios grupos de Vigilantes del Abismo estaban vigilando y controlando el tráfico en la entrada.
Ese día, al ser el último de sus permisos, el Primer Batallón de Policía Militar Panzergrenadier hizo su aparición a las 0800 horas, llegando con50 soldados y los 3 tanques leopard de la unidad.
Muchos de los seres en frontera, quedaron asombrados que, apenas atravesar el portal de Entrada, fueran recibidos por una imagen que solo se vería en el mundo humano.
El fuerte, perteneciente a los Vigilantes del Abismo, era en control de entrada y salida al Abismo. Un fuerte enorme.
Al llegar los Policías Militares, los tanques se posicionaron en la entrada al fuerte que daba al portal. Los Hombres, dirigidos por Víctor Rosamund, se detuvieron junto con los blindados.
Ambos Generales, fueron al encuentro con los oficiales de las unidades. Siendo un Teniente Coronel de la Guardia y un Vigilante Maestro. Ambos superiores que observaban el trabajo de sus tropas, observaron a los oficiales. Al ser de menor rango, tuvieron que pararse firmes antes sus superiores.
—Venimos a prestar apoyo.
Informo Victor tras las demostraciones de respeto. El Teniente Coronel de ls guardia, asintió.
—Muy apreciado, parece que este año hay más tráfico, aunque las llegadas de sus tanques parece haber calmado a los civiles.
—Eso parece.
Los policías militares se movieron con sus órdenes, debían de revisar a los recién llegados y a los comerciantes. Todo objeto de contrabando, es incautado y la persona detenida.
Victor notó la presencia de Dracks y Dolchst. Ambos cerca de los tanques, dejando a Rosamund con los soldados.
—Señores.
Ambos al ver al general, hicieron el saludo militar, el cual el respondió.
—Cazador, se supone debería de descansar.
Ambos hombres, iban con uniformes negros, y chalecos con las siglas del S.I.I, Victor lo noto.
—¿Uniforme nuevo?
—Muy nuevo, aún estamos en proceso captar jóvenes para el curso de inteligencia militar.
—¿Y que los trae por aquí?
—Trabajo, por igual debemos de evitar el contrabando.
En ese momento, mientras los oficiales hablaban. Una carreta llegó al control. Los Guardias Imperiales detuvieron a la carreta. El jinete sintió nervios ante los uniformes grises de la guardia, al menos no eran los camuflados de bosque de los que le advirtieron.
Primero fueron las preguntas de reglamento. Papeles de identificación, tipo de negocios, cuánto tiempo de estadía y cantidad de mercancía. Algo que tenía muy desarrollado el Abismo, era el control de frontera para ser un Reino atrasado.
Llegaba el momento de la verdad, un Teniente recien graduado, con uniforme de gala nuevo, le miró a los ojos.
—¿No hay problema en revisar su mercancía cierto?
El hombre entró en nervios. El Teniente lo noto.
—N-no para nada.
Le dió la orden a un Cabo Primero. El joven soldado recorrió el borde de la carreta, estuvo a punto de revisar, pero la voz del Teniente Coronel lo detuvo.
—¡Teniente! ¡Déjelo pasar que a ese hombre lo conozco yo!
El Teniente se cuadro firme ante su oficial.
—¡Si señor! ¡Cabo! ¡Dejé eso!
El hombre prosiguió su destino. Ambos hombres compartieron un asentimiento. Tras eso, la carreta siguió al interior del Abismo. Un acto de corrupción, que traería problemas.
Pues en dicha carreta, iban los mercenarios contratados por los Renacidos.
Y así, culminamos este capítulo del Reino de los Ángeles. Estamos en la recta final, aún faltan últimos eventos clave, de los acontecimientos futuros. Estos Mercenario son más peligrosos de lo que parecen.
Nos vemos en el próximo capítulo: La Muerte Fantasma.
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