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Capítulo 32 " Kaiserliche Abgrundarmee"

21 de Agosto del 2018
Abismo. Llanuras Cercanas al Abismo.

Luego de la rendición del Señor del Abismo ante ante El Espectro y los suyos, no se tardó en llegar a un solo propósito. Ganar la guerra. Todos los líderes tenían esa idea en mente, pero ninguno la tenia tan bien proyectada como Víctor y su misterioso acompañante. Aquel al que solo llamaba; El General. Todos ellos decidieron reunirse al día siguiente, pues un grupo debía de ir a relevar a los que estaban defendiendo la entrada al Abismo.

Así fue como el 3 de Agosto quedó a cargo de la defensa de la entrada todos los equipos Spectre dirigidos por Heredia. Ese mismo dia, cuando se hizo el relevo, Víctor fue en persona con los Spectres, al dejarle el mando a Heredia, pidió por radio un bombardeo aéreo por parte de sus Stukas en las zonas boscosas. El resultado fue el esperado.

La reunión se llevó a cabo en la vieja sala de guerra. Un cuarto adornado con las antiguas banderas del abismo, símbolos varios, armas y armaduras. En el medio de la estancia estaba una mesa circular con un mapa de Alemania. Allí fue donde se reunieron: Victor, Aldrich, El General, Rosamund, Alexa, Willswicht, el Señor del Abismo y los demás oficiales que sólo estaban de oyentes. En primera instancia todas las miradas estaban sobre el desconocido.

—Se que soy muy guapo pero deberían de disimular mejor sus miradas a mis cicatrices.—Dijo con un tono malicioso de burla.

Rápidamente la mirada de Alexa y Rosamund fueron desviadas.

—Bien, señores y señoritas.—Comenzó Volkner.—¿Cual es vuestro plan maestro para ganar la guerra?.

Willswicht miró a Alexa en respuesta, ella miró a Rosamund, Rosamund a Aldrich y este ultimo se encogió de hombros. Una sonrisa burlesca se marcó en su rostro.

—Matar, matar y seguir matando ah, sin que nos maten.

Víctor suspiró con una mano en la frente a lo que el general le soltó un fuerte manotazo en la nuca. Victor ahogó una risa.

—!Ah! ¿Que demonios te pasa?.—Exclamó molesto el Vanguardia.

—Con esa actitud no llegaremos a nada, es claro que estamos en una situación complicada, no tenemos muchos recursos, la fuerza armada esta diezmada, por lo cual tampoco contamos con la suficiente capacidad de hombres para el trabajo.—El General pasó una mano por su barbilla, su mirada fue hacia Volkner.—¿No tienen algún tipo de Censo o registro civil?.—Al ver las miradas confundidas tuvo que explicarse.—Ya saben, esos registros donde llevan cuantos bebés nacen, cuantas personas mueren y cuantas viven en el abismo.

—Eso... Si, eso lo tiene la Guardia del Abismo.—Respondió Volkner.

—Bien, pues muevan sus traseros y traigan esos registro, solo necesitamos los de los últimos tres años.—Los oficiales de la Guardia asintieron retirándose.

Víctor ya sabia lo que tenía en mente.

—¿Vas a hacer lo mismo que las Wehrmacht no?.—Preguntó al general y este le respondió con un leve asentir.—Vas a usar los registros militares para así llamar a un reclutamiento a los jóvenes del abismo para así rellenar filas, eso es, ingenioso.

Todos compartieron miradas ante esa aclaratoria, asintiendo a la idea del general. Todos estaban de acuerdo. Pero aún quedaba mucho por planear, por lo cual seria una larga jornada.

—¡Vale tenemos ya a las personas! Pero un ejercito sin coordinación no sirve. Necesitamos reestructurar el sistema de Rangos y Jerarquías.—Victor no quería perder tiempo.—¿Ideas?

—Yo me encargó de esa estructura.—Dijo Aldrich.—Tendremos ese sistema en poco tiempo.

—Vale, ponte a trabajar en ello.

El señor del Abismo no tardó en pasar a un punto importante.

—No podemos tener un ejército sin equipo.

—De eso nos encargaremos al tener los registros.

En ese momento irrumpieron los oficiales de la guardia con tres cajas de papeles y documentos. Las dejaron sobre la mesa a la vista de todos. Eran los registros desde hace tres años atrás. El general se acercó a la primera caja abriéndola y revisando los documentos. Se detuvo mirando al resto.

—¿Que esperan? ¡Vamos ayuden a revisar!

Fue hasta el día siguiente que se inició el proceso del llamado a las armas. Todos los jóvenes del Abismo entre 18 a 22 años fueron llamados al servicio militar obligatorio. Se les dio el plazo de un día para preparar sus objetos personales y presentarse en el cuartel de la guardia más cercano a su hogar. Por orden del señor del abismo, eso fue impuesto como una nueva ley. Muchas familias se quebraron al tener que dejar ir a sus hijos a una guerra cruenta y cruel de la cual posiblemente no volverían.

El cinco de Agosto, los cuarteles estaban llenos de jóvenes que esperaban realizar su registro para luego ser llevados a los centros de adiestramiento. Los fuertes militares del Ejercito a lo largo de la frontera y la explanadas rocosas del abismo fueron elegidos como tales centros. Siendo divididos en mitades, una para la tropa alistada y otra para la Tropa profesional o Suboficiales. Para ese día se emplearon desde las cinco de la mañana carretas como medios de transportes para los jóvenes, al ser ya cerca del medio día, los Spectres trajeron consigo los mismos camiones usados por Víctor para el transporte de armas.

Los jóvenes iban con miedo y nervios. No sabían que esperar de la nueva vida que iría en ellos.

Se decidió que el método de entrenamiento sería el mismo que usaba la Wehrmacht. Tenían que sacar por lo menos a mil jóvenes en menos de  diez días para poder dar las primeras ofensivas.

Mientras los jóvenes eran enviados a los centros de adiestramiento. Victor, Aldrich, el General y sus Spectres condujeron operaciones de robos relámpagos para conseguir camiones de uso militar para la entrega de suministros. Al tener 12 camiones, fueron al aeródromo cerca de Beltruchst donde el Contrabandista les tenia un almacén lleno de armas usadas por el tercer Reich. Toda una colección de reliquias pero que servirían bien, junto con decenas de uniformes.

—¿Como tienes todo esto?.—Le preguntó Víctor mientras que detrás los Spectres cargaban el cargamento.

—Es una larga historia.

Al llegar en la tarde, los camiones al dejar los cargamentos en el cuartel General del ejercito, los camiones prestaron el apoyo con la movilización de los jovenes. Al terminar la larga jornada, los altos mandos se reunieron nuevamente, pues aún tenían temas que discutir. En la sala de guerra, estaban todos los oficiales cansados pero dispuestos a seguir.

—Bien, necesitamos una bandera y un escudo para la misma, al igual necesitamos una insignia para cuerpo armado del abismo.—Todos miraron con cierta impresión al Espectro.—¿Que? Se supone que eso forma parte de los ejercitos.

—Tiene razón.—Le apoyó el general.

—Pensé que hablarías de las armas. Xia puede encargarse de eso.—Aseguró Alexa.

—Bien. Aldrich, ¿Tienes listos los rangos?.

—Más que listos.—El vanguardia le entregó una hoja de papel la cual Víctor ojeó, luego se la dio al general que tras verla, asintió conforme.—Pues este sistema será.

—Hemos dividido a los jóvenes en los centros de formación, dependiendo de sus estudios, fueron enviados a los cuarteles de alistados o de suboficiales.—Informó Willswicht.—Ninguno capacitó para oficial. Mañana inicia el adiestramiento que, por cierto, ¿quien lo dará?

Todas las miradas cayeron sobre el trio más temido de esa sala. Victor suspiró resignado.

—¿Son.. Diez cuarteles no?.—Willswicht asintió.—Bueno pues, vamos a tomar dos de ellos, Aldrich tomará uno tiempo completo, Rosamund puede tomar uno de los otros, serán los primeros centros en enviar soldados, el general y mi persona tomaremos un centro que será el primero en enviar tropas. Cuando tengamos a esos jóvenes listos, podemos pasar a una instrucción más completa con él resto.

Todos estuvieron de acuerdo a esa decisión.

—¿Y como será esa formación?.—Preguntó Dracks que estaba de oyente.

—Ya lo verá.

La propuesta de Volkner fue un tema de sumo interés en ese lugar.

—Debemos de cambiarle el nombre a nuestro ejercito, necesitamos intimidar, el factor psicológico en una guerra es muy importante.—Todos miraron expectantes a Volkner.—Debemos de volver a nuestras viejas glorias, hacerlas nuestras de nuevo, debemos de volver a ser el imperio del abismo.

Victor, Aldrich y el general sonrieron ante esa idea.

—Por cierto, Víctor, necesitas tener un rango y un uniforme si deseas imponer respeto antes los soldados.—Comentó Volkner.

—¿Es eso necesario?.—Preguntó un cansado Víctor.

—Si.—Dijo Volkner.

—Pues no se diga más.

En ese momento, tras las miradas de todos los presentes, a Victor se le otorgó el rango de Teniente Cazador. Siendo el rango por encima de Cazador.

Tras finalizar los preparativos, cada uno fue despachado. Víctor se alejó del lugar con prisas. Detrás de él fueron Aldrich y el General. Cuando llegaron a un pasillo desolado, Víctor se detuvo, colocó ambas manos en su cintura y exhaló dejando salir todo el peso que tenía encima. Luego se giró hacia sus acompañantes.

—Debo de ver a Angelique.—Soltó.

Antes de ponerse en marcha a la enfermería. El general le tomó de un brazo deteniéndolo.

—Tenemos un asunto más importante, tu uniforme, debes de saber llevarlo, como vestirlo y mantenerlo.—Le dijo.

Eso le pareció una reverenda estupidez al Espectro.

—Me parece más importante la salud de mi Ángel del Abismo que un uniforme.—Respondió Victor con rebeldía.

Se agitó soltándose del agarre del general. El mismo le agarró con fuerza obligándolo a mirarle a los ojos, el único que tenia en todo caso, le observaba con un tono rojizo intenso.

—Entiende, Víctor, ya no eres un simple cazador, ni un hombre de fuerzas especiales ni un mercenario, ahora eres un oficial.—Le sacudió levemente.—Eres ejemplo de disciplina, rectitud, marcialidad, honor y decoro militar, todo eso lleva sacrificio.

—Yo no pedí eso.—Bajó la mirada.

—Pero es lo que te ha tocado.

—Bien, vamos.—Dijo un resignado Víctor.

—Ya verás que ella estará bien, la vida militar esta llena de sacrificio.

Al llegar a su antigua habitación, la encontró impecable, el servicio de limpieza la había mantenido pulcra, una sonrisa se marcó en el rostro de Víctor. El general detrás de él cerró la puerta. Aldrich por su parte había ido a ver a Angelique.

Victor se sentó en la cama exhalando profundo. La brisa gélida del Abismo ingresó por la ventana haciéndole suspirar. Estaba en casa. Cuando dirigió la mirada al General pudo ver como entre sus manos, cubiertas por llamas negras, energía un uniforme de gala negro, con toques plateados, con sus respectivas botas y el Kepis de un oficial. Se lo entregó a Víctor. Luego entre sus manos se formó la típica Gabardina oscura, casi parecida a un sobre todo que también usaban ellos. También se lo entregó.

Esa noche le enseñó a usar el uniforme, como vestirlo, y como caminar con el. Espalda recta, levanta la cara y vista al frente. Ese día Víctor pudo dormir apenas tres horas.

Al día siguiente. Una nueva ola de cambios llegaron azotando a la población con un sentimiento de sorpresa presente hasta en el más pobre. Se anunció que el Abismo volvería a ser llamado como en su pasado. "El Imperio del Abismo", donde el ejército pasaría a ser el "Kaiserliche Abgrundarmee" (El Ejercito Imperial del Abismo). Tanto la Guardia del Abismo fue renombrada a "Kaiserliche Garde" (Guardia Imperial del Abismo), los vigilantes a"Kaiserliche Wächter" y la Vanguardia a "Kaiserliche Avantgarde" (Vanguardia Imperial).

Ese día, a primera hora cada uno de los líderes que estaban reunidos en la sala de guerra fueron enviados a darle las noticias a sus respectivos cuerpos. La dotación de uniformes se les haría dentro de dos días. Puesto que las primeras serían para los cuarteles donde estarían adiestrando El Espectro y sus allegados.

La instrucción que recibirían los soldados bajo Víctor y sus allegados sería dura y estricta. Durante la reunión, muchos oficiales comentaron que las tropas se dejaban derrotar por el frío, cansancio o el hambre, haciéndolos poco efectivos a la hora de luchar. Cosa que ellos debían de evitar para poder llevar a cabo el nuevo tipo de guerra que usarían.

Un oficial fue a realizar el levantamiento, los jóvenes despertaron ese día. Un 6 de Agosto. El cual marcaría el fin de sus vidas como civiles y seria el inicio de su vida militar. El oficial con fuertes y demandantes gritos les hizo despertarse.

—¡Buenos días soldados! ¡A levantarse de sus camas vamos!

Los jóvenes poco acostumbrados, se despertaban somnolientos, cosa normal, eran las 5:30 de la mañana. Los fuertes gritos les hicieron despertar, con dificultad se bajaron de sus camas acomodándose junto a ellas. El oficial daba la informacion respectiva.

—Tienen diez minutos para ordenar vuestras camas, luego se ordenaran en filas y serán guiados a lo baños donde se van a asear y afeitar, diez minutos por igual, luego serán guiados al comedor para el desayuno para darle paso a la instrucción. ¿Entendido?.

Nadie respondió. El oficial explicó.

—Usualmemte, a su superior se le responde con un "Si señor" cuando hace una pregunta. Así que, ¡¿Entendieron soldados!?

—¡Si señor!.

Los jóvenes entonces procedieron a tender sus camas. Al tener la tarea lista, cada uno tomó su toalla y cepillo dental. Al volver el oficial los ordenó en filas llevándolos a las duchas.

Mientras lo jóvenes se duchaban, Victor ya desayunaba, siendo este solo un pan campesino y un café recién hecho. Al terminar se uniformó correctamente. Al verse en el espejo detalló su imagen. Ahora iba elegantemente vestido con su uniforme de gala. Era negro mate, con detalles plateados en el uniforme como los botones, el borde del cuello y las insignias. En el cuello tenía una Calavera plateada con dos tibias entre cruzadas y una estrella sobre ella. Su rango de Teniente Cazador. La visera del Kepis cubría sus ojos proyectando una sombra dejando ver solo su nariz y mentón. Ahora se parecía al propio general.

Al caminar por los pasillos, los guardias al verle pasar se paraban firmes y realizaban el saludo militar. Victor simplemente pasaba de ellos al ir apurado. Descendió, al salir del castillo, se colocó la gabardina larga que cubría casi todo su cuerpo. Afuera le esperaba un camión manejado por uno de los Spectres. Víctor al estar junto a la puerta la golpeó llamando la atencion del chofer, abrió la puerta.

—Iré atrás.

—Entendido mi comandante.

Al llegar a la parte trasera del camión, una mujer Spectre le tendió la mano, el la tomó subiendo. Al estar ya sentado, el mismo arrancó. Emprendieron el rumbo hacia el cuartel del ejercito. Mientras tanto, ese día Alexa y Xia le entregaban la bandera, el escudo de la misma y el escudo del ejército.

El primer día, los jóvenes recibieron un desayuno común. Luego fueron encaminados al patio interno de la fortaleza, allí fueron organizados en la formación militar. Parados firmes, se les indicó que, al estar en formación, no se hace movimiento alguno. Con la vista al frente. El oficial a cargo de ellos dejó al mando a un sargento mientras se dirigía a la salida a esperar al cazador. Pero al girarse pudo ver como el joven se acercaba a ellos, iba escoltado y acompañado de otro oficial.

—Buenos días.—Saludó Victor al llegar.—¿Usted es el Capitán Quiroga?

—Buenos días para los dos, si, soy el capitán Quiroga, se me informó que dos oficiales llegarían a encargarse de dirigir con nosotros la formación de los soldados que enviaremos como fuerza de choque en unos pocos días. No se me informó quienes eran.

Víctor y el General compartieron una mirada. En joven procedió a presentarse.

—Soy el Teniente Cazador Victor Perez, él es mi.... Superior.

El capitán notó el hecho de no mencionar su apellido o rango especifico pero decidió no darle importancia. Los dirigió con los jóvenes reclutas. Victor al verlos, sintió un poco de pena, pues al tener tan pocos días de entrenamiento, no se les esperaba que sobreviviesen. Aun así, era una carrera contra el tiempo, y decisiones drásticas debían de tomarse. Victor se paró firme frente a la formación de jóvenes. A su lado, un poco atrás estaba el General y a los lados de ambos, estaba la escolta Spectre. Eran los que más llamaban la atención de los jóvenes.

—¡Buenos días! ¡Sean bienvenidos ustedes a su primer día de servicio militar!.—Exclamó Víctor con fuerza.—Todos ustedes han sido llamados, por nación, país, patria o queráis llamarle, lo cierto es que estamos en tiempos de guerra, necesitamos guerreros y los necesitamos a ustedes, han sido llamados a las armas para defender su país, a su gente y la libertad del mismo.

—¡Nos han traído a la fuerza!.

Exclamó una voz entre la multitud. Luego siguió el silencio. El General había clavado su pesada mirada sobre él joven. El cual se removió incómodo en formación. Con paso marcial y firme, el General se acercó hasta él, parándose a su lado.

—¿Usted pidió permiso para hablar?.—Le preguntó.

—No

—¡Entonces no hable basura! ¡En formación no se mueve y no se habla! ¡No busque un castigo!

Le gritó. Eso causó un efecto de intimidación en el resto de los jóvenes. El general regresó junto con el Teniente Cazador.

—Continue.

Víctor asintió.

—Como se les decía, a partir de hoy comenzará su instrucción, se les dará una instrucción dura, rápida y concreta, pues ustedes serán los primeros de los primeros en ir al combate, a la primera linea como fuerza de choque.—Los repasó a todos con la mirada.—Se les exigirá el máximo, se les llevará al límite, aquí vamos a formar a hombres, no vagos.

De la nada, apenas Víctor se detuvo el general alzó la mano apuntando a uno de los reclutas en formación. Se acercó a él.

—¡Tu! ¿Que tanto le miras a ella? ¿Te gustó acaso?.—Le preguntó exigente.

—N..no

Se giró hacia la mujer Spectre.

—Tu apellido.

—Linarez.

Se giró de regreso al recluta.

—¿Quieres una cita con Linarez nuevo? Visto lo visto ella seria el hombre de la relación.

Las sonrisas y un par de risas pasaron en la formación. Víctor entonces tomó las riendas.

—¿Y ustedes de que se ríen?.—Preguntó desvaneciendo las risas.—¡En formación no se ríe, no se mueve y no se habla! Si no acatan las ordenes hoy no tendrán almuerzo.

Y ese fue solo el preámbulo de lo que les esperaría durante todos esos días. El verdadero adiestramiento comenzaría a partir del día siguiente, al medio día se les llevó a que les cortasen el pelo dejándolo casi al rape. Ese mismo día, a las 1530 los jóvenes fueron llevados a la entrada del cuartel. Se les indicó que llevasen sus ropas de civiles. Estas fueron colocadas en un camión que partió rumbo a la capital y se les hizo entrega de sus uniformes de reglamento. Al igual se les entregó el fusil de reglamento. El Karabiner 98 Kla cena fue servida a las 1830 horas, para luego despacharlos a sus habitaciones. Eran 300 reclutas, recuperar la envergadura del antiguo ejército del abismo seria difícil.

Durante los siguientes días Víctor y el General se encargaron de darles el entrenamiento más exigente y duro conocido en la historia del Abismo. Y que a partir de ese se formaría al soldado del futuro.

A los jóvenes se les levantaba a las 0500 horas. Ordenaba sus habitaciones y se les ordenaba realizar un trote que conforme pasaban los días era más largo y el cual debían de hacer más rápido. Tras culminarlo, debían de asearse y afeitarse, luego eran llevados al comedor. 15 minutos de desayuno, el menú de todos esos días de instrucción. En el desayuno, un pan y un café. Al culminar eran llevados a la instrucción. Primer día, orden cerrado, marchas con el fusil, rangos y jerarquías, lectura de mapas, redacción de informes, como medir distancias. Al medio el almuerzo se sirvió a las 1230 siendo este pasta con frijoles y salchichas. 30 minutos. A las 1300 horas eran llevados al patio donde el sargento les pasaba revista, daba las noticias diarias. Luego volvían a la instrucción. Se les enseñó como manejar el fusil, como limpiarlo y mantenerlo, como usarlo y se efectuaron las primeas practicas de tiro. La cena era las 1830, para luego tener jornadas de trabajo o guardias que podían durar toda la noche.

Se les enseñó principios de camuflaje, tácticas de combate de infantería, tácticas de asalto, se les enseñó el uso de las ametralladoras Mg42, donde si el joven mostraba destreza con el arma, se le instruía más a fondo. Fueron entrenados en emboscadas, camuflaje, tácticas anti seres sobrenaturales. Se les enseñó el uso de granadas, radios, movimientos de escuadra y demás. Cuando un día una práctica era fallida, al día siguiente se anulaba el desayuno y se rehacía la práctica. Para cuando se cumplieron los 15 días de entrenamiento para esas tropas, los jóvenes habían aprendido que poco importaba el cansancio, sed, sueño o hambre y que debían de estar listos ante cualquier eventualidad. Esos fueron 15 días por igual agotadores para el joven Espectro.

Estaban listos para el combate. Durante esos días, las defensas Spectre acabaron con cuatro asaltos hasta que de repente dejando de atacar. Bajo las ordenes de Rosamund habían enviado a Gonzales como reconocimiento. Tras un día entero, volvió con noticias. Se estaban reagrupando.

El 21 de Agosto, el Teniente Cazador y su General junto con sus 300 soldados de infantería fueron enviados a las llanuras.

La línea de tanques y nidos de ametralladoras seguía allí. Los Spectre se mantenían en constante vigilancia. Algunos limpiaban sus armas y otros descansaban. Heredia al verle llegar llamó a todos los operadores, en pocos minutos, estaban todos los equipos Spectre allí reunidos con él. Víctor pudo ver rostros cansados, otros listos para combatir. Los Spectres vieron con cierta curiosidad a la tropa que traía consigo su comandante, eran soldados con uniformes grises, cascos del mismo color, botas negras y largas, con fusiles muy diferentes a los de ellos. Los únicos que portaban ametralladoras eran los sargentos de la unidad y el oficial de la misma. Sin mencionar a los artilleros pesados con las Mg42

—Buenos días, Heredia, deme un reporte de la situación.—Pidió Víctor.

—Hace cinco días que no han realizado movimiento alguno, por el momento nos hemos mantenido a la expectativa.

—Perfecto, Spectres, les presento a los dos primeros batallones de infantería de choque, ellos lucharan con nosotros durante las siguientes semanas, mientras las demás unidades se terminan de adiestrar. Ahora, esto va para todos.—Exclamó Víctor mirando a sus dos grupos de soldados.—Spectres, ustedes han sido bendecidos con meses de entrenamiento y mejor equipo, están mejor preparados que estos soldados así que esperó que les traten con respeto y les enseñen todo lo que saben, ustedes, infantería, aprendan de los Spectres, pues ellos son una fuerza especial.

Las palabras del Teniente Cazador, fueron escuchadas por todos allí. Esperaba que hicieran caso a sus palabras.

—Heredia, Sargento Ayudante Vanmer. Ustedes son los superiores de cada unidad, conozcanse, en una hora nos reuniremos para decidir el plan de acción.

Cuando los dos superiores de cada grupo organizaron a los suyos, ellos se retiraron. Victor aprovechando el pequeño respiro que tenía, decidió retirarse a una zona alejada del lugar. Un poco elevada. Víctor caminó entre la espesura del lugar, llegando a una zona apartada, cubierta por arboles pero desde donde podía ver el espacio entre la llanura y el bosque donde estaban los enemigos. Tomó sus binoculares observando el lugar.

—¿Alguna idea?—Le preguntó al General.

El mismo estaba detrás de él, ambos habían dejado sus largas gabardinas en el abismo. Dejando ver sus elegantes uniformes de oficiales. Con una voz un tanto ronca le respondió.

—Esperemos, dejalos salir del bosque, en campo abierto tenemos ventajas con nuestras armas. Que la infantería limpie a todos los que estén en plena llanura, acompañados por los tanques, una vez lleguen al bosque, los Spectres tomaran el liderazgo. Hay que hacerlo retroceder.

—Me parece perfecto.

Victor bajó los binoculares. Se giró hacia su acompañante. El general estaba apoyado en un árbol, encendiendo un cigarro, le dio una profunda calada, dejando salir el humo por su boca y los agujeros de sutura en la cornisura de sus labios. Victor detalló esas heridas, parecían hechas por una explosión, pues la forma de los cortes en las mejillas y rostro eran muy irregulares. Se fijó en su uniforme, el de él llevaba en el lado derecho la iniciales F.A.I.V y en el lado izquierdo supuso que allí iría su nombre, esa parte estaba borrada.

—¿Como te hiciste esas heridas?

El general dejó salir más humo antes de responder, una leve sonrisa.

—Si crees que esta es la peor herida que tengo, dejame decirte que aún no sabes nada.—Respondió.—Fue una explosión, las esquirlas de la misma me dejaron estas cicatrices, y me dejaron sin mano izquierda al igual que sin mi ojo izquierdo. Las mismas esquirlas llegaron hasta los pulmones. Puedo respirar, si, pero a la hora de realizar esfuerzo físico, necesitó de equipo especial.

Se quitó el guante izquierdo dejando ver una mano plateada, metálica. Era un milagro de la ciencia, una mano robótica. Se colocó el guante ante la mirada asombrada de Víctor. El joven aun sorprendido, solo pudo preguntar.

—¿De donde vienes?.

—Cuando estés en mi lugar lo sabrás.

Pasaron unos segundos de silencio. Fue cuando Víctor desvío la conversación a un tema más importante para él.

—Cuando tomemos el bosque, iré a ver a Angelique y no me vas a detener.

El general arrojó su cigarro al suelo, pisándolo con su bota.

—Cuando capturemos el bosque, te daré un regalo de cumpleaños. Volvamos con el resto.

Al regresar con el resto, pasaron el día en relativa calma, aunque algunos como Víctor, no gozaban de ella en realidad. Estaba ansioso por los resultados de estos hombres en combate y del estado de Angelique. Eran varias cosas que en el fondo le hacían pesar.

El resto del día pasó en calma.

22 de Agosto del 2018
Alemania. Llanuras cercanas al Abismo.

Los dos primeros batallones de infantería de choque del abismo habían sido desplegados en las trincheras, los fusileros a lo largo de ellas, acompañados de los sargentos con los subfusiles. Cada tantos metros estaba un nido de ametralladoras. Los Spectres estaban detrás junto con los tanques y las artillerías. Los francotiradores de la unidad especial estaban vigilantes ante cualquier novedad. Mientras, una reunión se estaba llevando entre Heredia, Víctor y el General.

—Tenemos la suposición de que el enemigo atacará hoy, no van a seguir mucho tiempo sin atacar, han avanzado demasiado para detenerse tan cerca de la victoria, además Gael querrá resultados rápidos.—Ese día había amanecido con frío, por lo que Víctor y el General llevaban sus largas gabardinas negras de cuero y guantes de cuero negros.

—Si atacan, seguramente enviaran a la caballería primero, para cubrir terreno.—Dijo el general recostado a un tanque.—La infantería se encargará de ellos, pero la idea es que les dejemos acercarse lo suficiente para que los infantes enemigos se confíen y salgan de la seguridad del bosque, ahí es cuando nuestros batallones saldrán de las trincheras a enfrentar al enemigo.—Heredia asintió comprendiendo todo a la perfección.

—Cuando eso pase, estarán expuestos en campo abierto donde serán presas fáciles, ustedes apoyaran al empuje con los tanques, cuando lleguen a la linea del bosque, ustedes, los Spectres, se encargarán de hacer limpieza. Vamos a asegurar la zona, debemos de recuperar terreno.

Mientras tanto le explicaban el plan al Capitán Spectre Heredia. Los soldados de infantería se mantenían atentos en las trincheras. Los soldados eran unidos por las dificultades llevadas en sus entrenamientos, creando lazos de compañerismo y camaradería, pero solían dividirse en grupos de hombres que tenían lazos de amistades más estrechos. Tal era el caso de un grupo de cuatro soldados, dos fusileros, un auxiliar de ametralladora y un operador de ametralladora.

Otto, un joven de clase media que apenas había salido de educación media, fue reclutado para servir como alistado. De piel blanca, cabello castaño claro y ojos azules, era un joven que mantenía su óptimismo por la guerra, no conocía el infierno que esta era, aún. El auxiliar, era Klaus, un joven de los barrios bajos buscando la oportunidad de surgir, acabó en las filas dispuesto a tener un mejor futuro, compartía las mismas facciones de Otto solo que este tenía mas vello facial. Luego estaban Erich y Dolchner. Dos jóvenes de la clase obrera, trabajan con sus padres en las fundiciones de armas, creando espadas hasta que estas decayeron. Ahora veían su futuro incierto en las trincheras.

Los cuatro jóvenes estaban de frente, al borde la trinchera observando hacia el final de la llanura, el bosque donde estaban sus enemigos. Los fusiles de Erich y Dolchner apuntaban constantemente hacia el frente, hasta que se cansaban y decidían acostarse en la pared de tierra. En ese momento, los cuatro estaban acostados, la ametralladora estaba colocada arriba, lista para tomarse. Los jóvenes reían y hablaban de viejas anécdotas. Hasta que la voz del sargento evocó sus peores temores.

—!Atención! ¡Tropas enemigas!.

Victor y el General oyeron la advertencia. Ambos se miraron. Heredia fue rápidamente a organizar a sus Spectres.

—¿Vas a luchar o simplemente vas a estar de nuevo en mi ser?.—Le preguntó.

—Esta vez no, lo mejor se deja para el final.

Sus cuerpos dieron una respingada antes de ponerse a cubierto, apuntando al frente con los fusiles. Otto se colocó la culata de la ametralladora en el hombro, colocó la cadena de balas que le entregó Klaus, cargó, amartilló, desplegó la mira y apuntó. A lo lejos solo se veían rápidos puntos que se acercaban a ellos. El sargento Ayudante se mantenía con los demás fusileros. Apurando con su Mp40.

—¡No disparen! ¡Dejenlos acercarse más!.

La adrenalina fluía por el cuerpo de los jóvenes con una rapidez notoria. Seria su primer combate real. Miles de dudas fluían por el ser de Otto, nunca creyó que le quitaría la vida a otro ser vivo, pero en ese momento se veía así mismo apuntando con precisión, con el dedo en el gatillo.

—¡Más cerca! ¡Aguanten!.

Pudieron verles, eran hombres, varios, a caballo, seguidos de enormes bestias de pelaje que corrían a sus cuatro patas. Licántropos. Eso les tomó desprevenidos. No contaban con que esos seres serian sus enemigos. El miedo llegó.

—¡Solo un poco más!

Del bosque emergió la figura oscura de Víctor, vestido con aquella ropa tan elegante. A leguas se notaba que era un oficial. Erich le vio llegar, ver a su líder con ellos, mirando de frente al enemigo sin miedo era algo motivador. Otto también le miró, con admiración, ni siquiera tenia su extraña arma alzada, la mantenía en descanso. El Teniente Cazador alzó la moral en las tropas. Desde un radio Gonzales se comunicó con el Cazador.

—Mi comandante, La infantería ha salido del bosque.

Victor apuntó al frente.

—¡Abran fuego!.

Los fusileros dispararon, la primera ola de disparos que se cobraron sus víctimas. Las ametralladoras comenzaron a disparar en ráfagas, arrasando con los enemigos. Todos los soldados disparaban sin pensarlo. Los fusiles derribaban caballos, mientras las ametralladoras exterminaban a los que avanzaban más rápido. Los licántropos eran acabados por la potencia de fuego de las ametralladoras.

Hacia Otto avanzaba un enorme lobo con ojos inyectados en sangre, le apuntó y disparo sonando el típico click de no tener munición. Ahí fue cuando el vacío del miedo y los nervios le atacaron.

—¡Klaus munición ya!

Otto abrió la tapa de la ametralladora, Klaus le entregó otra cadena. Erich y Dochlner le dispararon al enorme ser solo causándole dos heridas que no le detuvieron. Cuando cargó la ametralladora, el lobo ya estaba sobre ellos, demasiado tarde. Otto se dio por muerto. Una ráfaga de disparos en el pecho hicieron retroceder al licántropo. Este rugió hacia su atacante, se detuvo al ser sostenido por una fuerza invisible, desde atrás de ellos emergió el temido Espectro decapitándolo de un corte rápido con su espada. El cuerpo salio volando hacia atrás. Asombrados vieron como el oficial limpiaba con elegancia el filo de su espada, la enfundaba y tomaba de regreso su fusil.

La caballería estaba siendo diezmada, retrocedían al ver las bajas entre ellos. La infantería seguía disparando sin piedad sobre sus enemigos, Otto no lo notó, pero no supo cual fue su primera víctima pues cuando recobró conciencia ya habían varios muertos en el campo.

Víctor tomó un silbato que tenia en su cuello, lo colocó en su boca y con fuerza sopló. El sonido del silbato indicó a los hombres que era hora de avanzar.

—¡Adelante, fusileros formen una linea! ¡Cubrir y avanzar! ¡No dejen que la infantería enemiga se acerque a ustedes!.

Los soldados armados con los fusiles junto con los sargentos y sus subfusiles fueron los primeros en avanzar. Corrieron por un par de metros antes de agacharse y tumbarse, disparando contra la infantería enemiga que iba hacia ellos, los mercenarios merodeadores corrían con sus armaduras hacia sus enemigos, pero poco podían hacer contra la ventaja de un arma de fuego frente a las armaduras de metal. Otto alzó la pesada ametralladora de su lugar. Klaus tomó dos pesadas cajas de munición, ambos corrieron hacia el resto, como los demás artilleros lo hacían. Detrás de ellos se oía la voz del Teniente Cazador ordenando avanzar. Cuando Otto se reunió con los demás soldados, el sonido de los tanques comenzó a oírse. Sin girarse, recargó su ametralladora con ayuda de Klaus comenzando a disparar. Las ráfagas de las ametralladoras barrían a los infantes enemigos. 

Los mercenarios merodeadores caían ante los disparos de la infantería del abismo. Se detuvieron en seco aterrados al ver emerger del bosque las imponentes bestias de metal. Los tanques avanzaban hacia sus enemigos y encima de ellos iban cómodamente los Spectres. Sentados en el blindaje del mismo. Víctor corrió hacia el tanque ubicado en el medio de la formación blindada. Se apeó detrás de la torreta junto al artillero.

—¡Quiero fuego de ametralladora sobre la infantería, los cañones bombardeen las posiciones atrincheradas en el bosque!.—Ordenó al capitán de los tanques. Este tomó su radio.

A todos los tanques, fuego de ametralladora sobre infantería enemiga, fuego de obús sobre la línea del bosque.

Los soldados del abismo notaron el temblar de la tierra ante el pasar de los tanques, las poderosas máquinas abrieron fuego de ametralladora, como si fuese una maquina de coser, los disparos iban por ráfagas, como el rasgar la tela, las ametralladoras arrasaban contra los enemigos. Lo cañonazos no tardaron en tronar contra el bosque levantando nubes de tierra

Victor se giró hacia los soldados que, asombrados por el poderío de los tanques se quedaron en sus posiciones. Les hizo señas de avanzar, ellos acataron la orden. La infantería avanzó detrás de los tanques, estos arrasaban contra los enemigos, obligándolos a huir despavoridos. Los cañones seguían destrozando las posiciones del bosque, una vez llegaron al mismo, los vehículos se detuvieron sin cesar su fuego de ametralladora.

—¡Infanteria adelante!.

Los soldados salieron detrás de los tanques disparando a los merodeadores, avanzaron tomando posiciones a lo largo de la zona, cubriéndose con los arboles.

—¡Spectres avanzar!

los Spectre descendieron de los tanques, todos los equipos, avanzaron junto con su comandante. Victor corrió con su AK en mano, esquivando obstáculos. Detrás de ellos se oían los disparos zumbar, habían diezmado a todo un regimiento, persiguiendo a los rezagados, al avistarlos, Víctor alzó su arma, disparó con precisión, matándolo, los demás Spectres avanzaron por el bosque, barriendo y limpiando el remanente enemigo. En cuestión de minutos, habían acabado con todos los enemigos en ese bosque cercano al abismo.

La infantería detrás de ellos avanzó, Víctor se giró hacia ellos anunciando la victoria. Los solados vitorearon felices. Pero una batalla no significaba ganar la guerra.

Por dentro el General felicitaba a Victor.

*******************
22 de Agosto del 2018
Abismo. Entrada al castillo.

Tras la victoria en la primera ofensiva del ejército imperial. Victor había ordenado a los tanques mantenerse al borde del bosque, siendo custodiados por los Spectres. Más adelante, a dos kilómetros dentro del bosque, Víctor había ordenado a los sargentos el formar trincheras y nidos de ametralladoras con sus hombres. Que de atrincherasen en esas posiciones, apenas eran dos batallones, pero debían de mantener la linea. Esas eran sus ordenes, ante nada podían retroceder.

Mientras montaban guardias en la trincheras. Victor había regresado al Abismo. Apenas entrar al mismo, el General salió del cuerpo del joven tomando su forma humana. Victor reparó en su oscura figura.

—Bien, tu tomaras un carruaje e irás a la capital, te espero en la entrada del castillo.

—Espera a donde...?

El general se desvaneció, desapareciendo en el acto. En ese momento, una patrulla de vigilantes del abismo vieron al oficial superior. Se acercaron a él, saludándole cortésmente. Victor les pidió un transporte a lo cual ellos le llevaron hasta un puesto militar cercano donde tenían varios carruajes. Justamente uno iba a partir hacia la capital.

Victor se fue en ese.

El General apareció en la enfermería del castillo donde le esperaban Aldrich, Edison, Alexa y Volkner. Aunque cuando llegó, solo estaban los dos hombres charlando de cosas triviales, la charla se detuvo ante la aparición del General.

—Buenas tardes.—Dijo elegante como él.

—General, ¿Como fue la operación?.—Preguntó Volkner.

—Un éxito, barrimos todos el regimiento enemigo, ahora los soldados mantienen la línea esperando ordenes.—Dirigió su gélida mirada hacia Edison.—¿Donde está chispitas?

Edison rodó los ojos claramente disgustado por ese apodo. Señaló unas camillas más atrás, había una cubierta por unas cortinas. Sin decir nada el general se acercó a ellas, escuchándolas hablar y reír. No pasó, pues no quería llevarse una mala jugada. Por lo cual decidió llamar la atención de las chicas.

—Sargento Lawrence.—Le llamó. Alexa corrió fuera de la cortina, relajándose al ver al general y no otro oficial engreído.—Victor ya viene para acá, ¿tiene su sorpresa lista?

—Si, mire por usted mismo.

Alexa abrió las cortinas dejando ver a la sorpresa que esperaba para el joven. El general asintió con una sonrisa tétrica.

—Perfecto.

Una hora más tarde Víctor recorría las calles de la capital del Abismo. Su elegante vestimenta de oficial sobresalía entre las ropas más comunes y baratas de la clase media y baja. No lo sabia pero tenia porte y elegancia, marcialidad para portar el uniforme. Su gran gabardina le cubría del frío. Podía notar las miradas indiscretas de la gente. No todos los días se veía caminar a un oficial por tales sitios. Incluso una patrulla de la guardia al ver como Víctor se acercaba se pararon firmes saludándolo.

Victor siguió de largo, admirando el panorama deprimente, casas descuidadas, gente con desanimo, con hambre y necesidades. Jóvenes sin educación. Podía ver grupos de niños juntarse en las calles para jugar o simplemente charlar. Algunos le veían de mala manera, tanto niños como adultos. Los uniformados nunca son bien recibidos.

Todo ese drama quedó atrás al entrar al distrito comercial, atravesarlo y poder dar con la entrada al castillo. En los barrotes que marcaban el inicio del terreno del castillo estaba el General esperando. Estaba como siempre fumando, cuando vio llegar a Víctor tiró el cigarro pisándolo con la bota. "¿Acaso no le hace daño?" se preguntó el joven.

—No.—Respondió el general apenas Víctor estuvo frente a él.—Y si, se lo que piensas.

—Eso es, incómodo.—Victor bostezo.—De todos modos, ¿Para que me hiciste venir?

—Acompañame.

Con ese tono misterioso, Víctor le siguió. Ambos caminaron por un corto sendero de piedra que terminaba en unas escaleras, subieron hasta llegar a la entrada al castillo. Allí en las escaleras al pie de las enormes puertas estaba Edison sentado presa del más feroz de los aburrimientos. Al ver llegar a Víctor se estiró mientras sonreía.

—Al fin llegas, solo espero que tomes la decisión correcta o le deberé veinte Sombras al señor del Abismo.—Edison tocó la madera de la puerta con los nudillos.—¡Alexa, es hora!

De las enormes puertas, surgió Alexa, acompañada de Volkner y el Vanguardia, ambos se detuvieron dándole paso con elegancia a una figura femenina que Víctor no tardó en reconocer. Era Angelique, pero no como estaba normalmente, llevaba una larga capa negra de piel, un gorrito negro, su vestimenta era de oficial, con dos medallas incluso, era negra con tonos rojos, sus manos iban cubiertas por guantes de cuero y portaba una larga espada plateada. El maquillaje era poco, siendo una sombra en los ojos acompañado de un labial negro que resaltaba sus labios haciéndolos ver más voluminosos. Víctor quedó boquiabierto, su corazón comenzó a latir con más fuerza, emoción, expectativa, eran cosas que tenía por dentro, más que todo, alegría de poder verla sana.

Fue cuando lo supo. Se había enamorado de ella. Se había enamorado de su Ángel del Abismo, no sabia si eso le traería consecuencias en el futuro pero en ese momento no podía pensar en ello.

Angelique le sonrió. Alexa le ayudó a quitarse la capa, dejándola solo con el atuendo de oficial. Sin perder tiempo comenzó a caminar hacia Víctor. Él se quitó la gorra, apretándola en su mano se acercó a ella. Angelique descendió con elegancia por las escaleras.

Llegaron a un punto donde ambos se detuvieron cara a cara, los ojos verdes quedaron atrapados en la oscuridad infinita de los ojos negros. Ambos perdidos en la mirada del otro. Con lentitud y nervios, puesto que Víctor podía ser todo un asesino pero en ese momento era tan débil como cualquiera, colocó su mano sobre la mejilla de Angelique, ella cerró los ojos ante el tacto de su protegido.

—Me.. Me tenías preocupado.—Susurró.

Los potentes ojos verdes de ella se dejaron ver, la joven enfundó su espada. Sonrió atrapando la mano de Víctor sobre su mejilla.

—¿Me creerías si te dijera que no podía dejar de preocuparme por ti?, soy tu ángel después de todo.—Lentamente apartó la mano de Víctor se su mejilla llevándola al pecho del oficial.—Se que has querido verme, pero ellos planearon esto para ti, después de todo...—Ella acarició su mejilla con lentitud.—Mereces ser feliz...

La cercanía de la joven, sus caricias, Víctor cerro sus ojos, suspiró, sus manos tomaron la cintura de la joven acercándola a él. Estando sus rostros a pocos centímetros, con los nervios a millón y un muy posible sonrojo, Víctor dejó salir las palabras que tenia por dentro.

—Angelique...

—¿Si?

—Te amo.. Mi ángel.

Susurró antes de unir sus labios con los de ella en un beso, algo torpe al inicio, algo que comenzó con un simple roce de labios, con miles de corrientes de nervios, ambos se acompasaron al otro, tomando el ritmo de un beso normal. La adrenalina, al emoción que sentía imperfecta, pero que estaba, por encima de todo,ella acabó tomando el control del beso sonriendo al mordisquear levemente los labios del joven. Al separarse, ambos se miraron a los ojos, ella le guiñó un ojo con picardía para luego esconder su rostro en su cuello.

—Por igual te amo mi Espectro.—Ella arqueó una ceja.—Espero mas besos como ese.

Alexa sonrió complacida. El plan salió a la perfección. Ella solo veía la escena conmovida como si fuese el mejor momento romántico, más esperado de la telenovela que incluso se derritió de ternura por tal afectó. Mientras que más atrás, Edison con una sonrisa se acercaba a Volkner, feliz de haber ganado la apuesta, Volkner fastidiado le entregó las veinte sombras. El chico de cabello negro tomó las monedas con arrogancia. Aldrich ahogó una carcajada al ver a su señor humillado por un crió.

Por su parte el general solo sonreía con sinceridad. En sus labios tenia otro cigarro que encendió dándole una fuerte calada. La escena de Victor y Angelique juntos le trajo recuerdos. Lindos recuerdos.

—Que hermoso momento.

Mientras los dos enamorados se miraron sonrientes. Ella se apartó de él colocando un dedo en su pecho. Le miró mordiéndose el labio. Con rapidez se acercó a su oído para susurrarle algo.

—Si te ves así de bien con ese uniforme, como te veras sin el mi espectro.

Victor abrió los ojos de más. Angelique soltó una carcajada cruel ante el sonrojo del mercenario más temido de Alemania.

—¡Angelique!

—¡Solo estaba jugando!

—¡Yo no soy de esos juegos!.—El le tomó de la mano apegandola a el, fue su turno de vengarse.—Mira que después me exito y bueno..

Ella se apartó de el con los labios abierto. Víctor soltó una fuerte risa caminando hacia la salida del castillo. En ese momento Volkner les gritó.

—¡Vayan y aprovechen el día libre!

Ambos se miraron asintiendo. Se tomaron de la mano y caminaron hacia la ciudad. Tenían una guerra en curso y mil dificultades por delante, pero por ese día, seria solo de ellos.

Y aquí es donde pueden respirar, explotar, esprotar, gritar , correr y tirar fuegos artificiales gracias.

Ok ahora que ya hicieron eso, espero les haya gustado el hermoso capitulo. Vendrán cosas mas fuertes adelante.

Hasta la próxima!

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