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Capítulo 31 "Operación: Fulminanter Aufprall"

1 de Agosto del 2018
Alemania. Llanuras cercanas al Abismo.

Al amanecer, el cuerpo de ejercito del norte lanzó su ataque el cuál se dividió en tres oleadas. Esa fue la primera. Compuesta por mas de 1.000 hombres de infantería y 500 hombres a caballo, poseían por igual una gran suma de arqueros y catapultas. Además con ellos iba casi un regimiento entero de seres sobrenaturales, licántropos, ogros, trasgos y más seres asquerosos. Liderando la marcha, iba un capitán luciendo una brillosa armadura de plata, montando a caballo. Se detuvo sobre una pequeña colina, pudo ver las amplias llanuras, despejadas. Vacías. Eso le hizo dudar. No había siquiera una débil linea de defensa. ¿Acaso habían huido al interior del abismo? Esa idea le brindó confianza, ordenado un avance a toda maquina. Alzó su espada apuntando hacia la montaña donde estaba la entrada al abismo.

-¡Adelante!

La marcha se inició. El tronar de los pasos de cientos de hombres, el trote de los caballos. Todo ello se podía oír con claridad. Avanzaron por la llanura, imponentes, confiados. Creyendo que tendrían una victoria sencilla. Lo que no sabían era que desde lejos, usando prismáticos, ya les habían localizado. El comando no tardó en dar la ubicación exacta en altitud y latitud.

Desde el terreno alto. Los soldados del abismo que custodiaban la entrada, los cuales al ser rodeados por los Spectre decidieron rendirse y unirse a ellos, ahora estaban junto con los comandos encargados de la defensa, solo aportando un papel de apoyo. Uno de los sargentos al girarse, pudo ver a una de la artillerías alzando el cañón, las otras por igual.

La marcha seguía imparable. Con catapultas listas para la batalla. Los soldados avanzaban dispuestos a combatir y los oficiales confiados de una fácil. Todo eso se derrumbó cuando el primer silbido irrumpió en el ambiente, cada vez sonando con más fuerza. El capitán se detuvo, alzando la mirada solo para ver como un objeto cilíndrico caía sobre él.

Lo siguiente, fue la primera explosión. Barrió todo el pelotón que iba con el capitán. A lo lejos se podían ver elevándose en el cielo, aquellos proyectiles dejando estelas de humo. Los silbidos anunciando la muerte no tardaron en aparecer en mayor numero. Los soldados se dieron media vuelta tratando de huir, tarde, los proyectiles les habían alcanzado. Mas explosiones con gritos de agonía surcaron las llanuras. En pocos minutos, dejando una enorme cantidad de cráteres por la zona, humo y muerte, la primera oleada había sido barrida.

Primera oleada del cuerpo de ejercito norte: 5.000 fallecidos aproximadamente.

En general a cargo de ese cuerpo de ejercito, acompañado de sus otros dos generales de apoyo observaron la masacre desde lejos. Sin palabras. No podían creer el poder destructivo que había desplegado el ejercito del Abismo. En menos de 30 minutos habían barrido todo un batallón a su cargo. Decidió enviar la segunda oleada.

La segunda oleada fue enviada, compuesta en su mayoría por caballería e infantería ligera, acompañados de una cantidad numerosa de licántropos. Estaba formada por casi toda la caballería e infantería ligera, dejando con apenas un tercio de ambos en reserva. La orden era avanzar a toda velocidad hacia el enemigo y destruir los que fuese que les estuviera aniquilando. También contaban con el apoyo de pequeños Wiverns subespecie de dragón usada para desplazarse por el aire.

El atque comenzó. La caballería a toda marcha avanzó por las llanuras, sin detenerse. Más atrás iban los infantes ligeros, corriendo a toda velocidad. Por encima, los jinetes de dragones surcaban el cielo. Con dificultad sortearon los obstáculos del la primera oleada. Se asombraron al haber atravesado más terreno que el anterior ataque. Se emocionaron, pensando que tendrían ventaja en la velocidad, estaban equivocados. Desde los tanques, los operadores de las ametralladoras, tanto de la interna como de aquella que estaba sobre la torreta esperaban el momento adecuado.

De un momento a otro, rápidas ráfagas de disparos zumbaron en el aire. Las balas impactaban en los jinetes, en los caballos, rápidas, letales. Arrasando con la caballería y con los lobos. Con una cadencia de tiro impresionante, cada ráfaga parecía formar parte de la anterior. Creando una cortina de fuego. Mientras la caballería era diezmada, la infantería avanzaba siguiendo a los jinetes de dragón. Los artilleros de los tanques colocaron sus miras sobre ellos. Cuando la orden fue dada, los tanques dispararon.

Escupiendo obuses de pura destrucción, no importaba la protección. Las explosiones arrasaban con los pobres soldados de pie, aquellos que se resguardaban en algún cráter pronto se veían volando por los aires ante los cañonazos de los Leopard. En el cielo, los jinetes eran recibidos por una cortina de balas provenientes desde los mismos tanques, los artilleros superiores atacaban a los dragones que aun lejos para defenderse, caían sin poder hacer nada, llevando a sus jinetes a la muerte. Luego de una cruda jornada, la segunda oleada fue destruida.

Segunda oleada del cuerpo de ejercito norte: 3.000 fallecidos aproximadamente. Total : 8.000 muertos.

Mientras los generales del ejército merodeador se reunían para planear su ultima oleada. Los comandos Spectre encargados de la defensa tomaban un respiro al ver a través desde sus prismáticos de largo alcance la retirada de los oficiales generales.

Rosamund observaba el panorama desde arriba de la torreta de uno de los tanques. Llevaba el uniforme negro de los Spectre, con todo el equipo táctico menos el casco, ella prefería una boina negra. Su rostro pintado de calavera intimidaba. Se mantenía sería, a la expectativa. Por el momento la defensa se mantenía firme, los enemigos habían sido diezmados pero mientras no arrasen con las posiciones enemigas, más ataques se llevarían a cabo. Claro, para esa misma noche se estimaba que llegasen los relevos y nuevas ordenes, cuando se terminase la Operación denominada "Fulminanter Aufprall" (Impacto Fulminante).

La operación impacto fulminante fue activada ese mismo día a las 5:00 de la mañana. La operación se llevaría a cabo en dos frentes. El primero seria la linea de defensa acorazada que estaría bajo el mando de Rosamund, ella debía de repeler todo ataque enemigo con las unidades Spectre a su mando hasta recibir nuevas ordenes. Por el momento, se mantenía exitosa en su objetivo, cosa que le tenía de buen humor.

-Mi general en jefe.-Le llamó uno de los comandos.-Mi grupo ya ha almorzado, estamos listo para relevarlos.

Rosamund asintió bajando de un salto del tanque. Los hombres en las ametralladoras, fusiles de francotirador y en otras armas dejaban sus puestos a manos de sus compañeros. Otros pocos comandos llevaban las tazas de comidas a las tripulaciones de los tanques, puesto que ellos no tenían relevo alguno. Mientras caminaba, Rosamund no podía dejar de preocuparse por el otro grupo. Dirigido por Victor y Aldrich, irían acompañados de cuatro equipos Spectre, dos tanques, la unidad S.E.A de los vigilantes del abismo y los cinco pelotones de soldados del abismo guiados por sus oficiales. Eran una fuerza pequeña en comparación con la Guardia del Abismo, la vanguardia y los soldados oscuros.

Antes de ellos ingresar al abismo, se despidió de Víctor. El joven se despidió, alegando que volvería victorioso.

Esperaba que no mintiera.

2 de Agosto del 2018
Abismo. Limites de la Capital.

El segundo frente de la Operación fulminanter aufprall era en el interior del abismo. En la capital. Dicho frente seria mas ofensivo que defensivo. Cada grupo tenia sus objetivos. Los pelotones de los soldados del abismo deberían de ir por la capital tomando los principales puestos de la Guardia del Abismo, usando sus influencias y rangos. Willswicht trataría de ganarse el apoyo de la guardia. En apoyo de ellos irían el equipo de Andy, el equipo de Simón y un tanque leopard.

Alexa y el S.E.A debían de obtener el apoyo de los Vigilantes del abismo, así junto con el apoyo de la Guardia tendrían un numero decente para hacerle frente a la vanguardia y a los solados oscuros. Apoyándolos iba el equipo de Heredia, el equipo de francotirador de Gonzales y un tanque leopard.

Victor, por su parte, iría hacia el castillo del Abismo. No dio más detalles.

Al entrar al Abismo, la brisa gélida de los páramos fronterizos les recibió como una caricia helada. Para los comandos, aquellas vistas eran nuevas. No había bosques, ni lagos ni montañas. Solo un páramo plano con algunas rocas y cañones. Victor se adelantó a todos, quedando solo delante del grupo. Cerró los ojos e inhaló con profundidad, de forma relajadora exhaló soltando un humilló negro. Se sintió de nuevo en casa, no recordaba lo frío del abismo. Sus ojos brillaron, el derecho rojo y el izquierdo azul. Detrás de él de detuvieron Alexa y Willswicht.

—Ya saben cual es el plan, llevense a sus unidades, nos veremos en el castillo del Abismo.—Victor se llevó una mano a cuello, su voz salió algo distorsionada, carrasposa.

Se giró hacia los dos líderes. Ambos le miraron con asombro al notar sus ojos bicolores. Su expresión, aunque no lo sabia, era escalofriante. Angelique, la cual estaba apartada de todo el grupo, mirando hacia el horizonte negro del Abismo. Perdida en su infinita oscuridad. Los comandos avanzaban y detrás de ellos, los poderosos tanques.

—¿No cree que seria muy peligroso ir solo al castillo?.—Preguntó Willswicht.

—Solo no estoy, tengo a Aldrich y a mí Ángel del Abismo.—Dijo mirando a la joven de cabello corto.

Alexa suspiró bajando la mirada. Decidió no comentar nada y simplemente avanzar hacia la capital. Hizo un ademán a sus tropas para que le siguieran, siendo el primero Edison. Los dos hombres se miraron cuando pasó a su lado.

—Después de hoy, tendrán todo el derecho a ser felices.

—Tu también tienes derecho a ser feliz.—Le respondió ella.

Victor no dijo nada, alejándose.

Willswicht y los suyos comenzaron a avanzar hacia la capital. Ellos entrarían por el lado este Alexa iría por el oeste. Victor iría por todo el centro.

Cuando los dos grupos ya iban alejados, Victor se acercó a Angelique la cual seguía mirando al horizonte. Su figura era hermosa ante el panorama del abismo, su pálida piel contrastaba con su vestimenta oscura, era hermosa, de una forma fuera de lo común. Víctor se terminó de acercar a ella, colocando una de sus manos en su hombro, susurrándole en el oído.

—Nosotros tenemos derecho a ser felices.

Aquella voz distorsionada, sumada a la calidez de su aliento le causaron escalofríos. Ella suspiró, cerrando los ojos. Se giró mirando a los ojos a Víctor. No le dio miedo el color de sus ojos. Para ella eran asombrosos. Con lentitud acarició su mejilla, logrando que el Espectro se relajase, cerrando los ojos. Al abrirlos estos eran negros nuevamente. Angelique sabia que estaba mal, un Ángel del Abismo no podía enamorarse de su protegido, estaba prohibido. Además, en algún momento el encontraría a su alma gemela, su soulmate, dejándola a ella. Ella tenía muchas dudas. Víctor se alejó unos pasos tendiéndole la mano.

—¿Llegarias al final de este decisivo día conmigo?

Ella la tomó confiada.

—Hasta el final.

Con fuerza la jaló hacia el, apegandola a su pecho. Se giró hacia la enorme estructura en el horizonte. El castillo del abismo. Su semblante se oscureció. Sus ojos retomaron sus colores opuestos. Sonrió dejando ver una hilera de filosos dientes.

—Frederick, Chris y..—Solto una corta risa.—Volkner.—Dijo con una voz suave, usando su magia para que le escuchase.—Voy por ustedes.

Aldrich, Víctor y el general soltaron una risa macabra.

2 de Agosto del 2018
Abismo. Sala del trono.

Volkner se hallaba sentado sobre el trono. A la espera. Sabía que era cuestión de segundos el aparecer de Víctor por allí, tenía la expectativa que entraría a cañonazos por el Abismo, llevándose por delante a todo aquel que se le interpusiera usando su ventaja tecnológica. Sería lo típico en él. Solo que aquel susurro que trajo el viento, como una brisa fantasmal, le hizo ponerse alerta, debido a que había reconocido esa voz.

Volkner...

Con lentitud alzó la mirada. Sabia que no estaba nadie con él allí, su oscura visión recorrió en derredor el lugar, solo para confirmar lo que ya sabía. Se puso de pie, dando un par de pasos, rodeó el trono, descendiendo hacia el gran vitral desde el cual entraba la luz. Se colocó al borde de este, observando el panorama de la ciudad.

—¡Guardias!.—Les llamó.

Dos hombres de Vanguardia ingresaron portando sus pesadas armaduras. Sin girarse hacia ellos, Volkner dio su orden.

—Alertad a Chris y a Frederick, digales que Victor ya está aquí.

—¡Si señor!

Los dos hombres de Vanguardia se retiraron. Dejándole solo nuevamente. Un destello de luz se dejó ver en las calles del abismo. Era amarillento, al fijarse bien, supo lo que había sido. Una explosión. Sus ojos se abrieron de más al ver el gran caos que ahora se formaba allí.

Habían llegado los hombres de Willswicht.

2 de Agosto del 2018
Abismo. Cuartel Central de la Guardia del Abismo.

Los guardias del abismo no estaban preparados para un ataque repentino. Era mañanero, por lo cual solo estaban unos pocos de guardia en la entrada, apenas cuatro guardias recién enlistados. Los oficiales estaban dentro realizando el levantamiento matutino del personal de tropa. Donde se realizaba el aseo personal, limpieza y luego se iba a desayunar. Mientras eso ocurría, los cuatro guardias estaban vigilando, víctimas de un aburrimiento masivo. Dicho aburrimiento se disipó al ver el numeroso grupo de soldados que avanzaban por la desolada calle. Uno de los guardias se fijó curioso de ese detalle.

La gente en los alrededores, la poca que había en sus casas, se asomó por las ventanas. El retumbar de la marcha logró captar la atención de los civiles. Uno de los guardias le avisó a su compañero que desde la otra calle avanzaban otro grupo de soldados. Les pareció curioso ver a tal cantidad de miembros del ejército pues ellos deberían de estar en la entrada del abismo. Ese último pensamiento alertó al guardia. Para cuando se dispuso a dar la alarma, era demasiado tarde.

—¡Manos arriba!.

Le gritaron un grupo de lanceros acompañados de varios ballesteros. Al estar rodeados los guardias se rindieron. Colocándose delante de los lanceros, apareció Willswicht junto con Dolchst y Dracks. Los tres oficiales miraron los grandes portones de madera que formaban parte de la entrada al cuartel. De repente el estruendo de un motor se hizo presente, los guardias se miraron entre sí. Fueron obligados a alejarse de la entrada sostenidos por un grupo de soldados. Desde otra calle emergió el tanque leopard al mando del coronel. El hombre mayor apuntó a la entrada con su dedo.

—¡Fuego!.

El cañón disparó. El gran portón voló por los aires en una nube de humo. Los guardias miraron con asombro esa demostración de poder mientras que los soldados ya aguerridos solo cubrieron sus rostros de polvo.

—¡Avanzar por el humo!.

Los soldados se pusieron a la carga, avanzando con rapidez a través del humo con sus armas listas. La conmoción fue fuerte dentro del cuartel, los oficiales y todo el personal de tropa fue tomado con la guardia baja, sorprendidos. Los pocos guardias que estaban en el patio fueron reducidos por la superioridad numérica, siendo obligados a soltar las armas.

Un grupo de arqueros colocados en atalayas se dispuso a atacar, pero el ametrallador del tanque les avistó, eran cuatro atalayas. Apuntó y con cortas ráfagas acabó con los arqueros en las atalayas casi destrozandolas. Con más rapidez los guardias se rindieron.

Desde su despacho en el edifico principal, una estructura echa de piedra, el comandante del cuartel veía por la ventana el ataque sorpresa. Estaba atónito, no veía forma de poder defenderse. Les habían tomado con la guardia baja, por sorpresa. De repente la puerta de su despachó reventó haciéndole girarse asustado. Entre el humo emergieron cuatro hombres vestidos de negro con equipo táctico y máscaras en sus rostros. Le apuntaban con lo que él supuso eran armas. Viéndose rodeado se rindió. El equipo Spectre de Simón tomó bajo custodia al comandante.

Salió de su despacho con las manos en alto. En el pasillo pudo ver a dos hombres más parados en los extremos de su puerta. Fue llevado hasta la planta baja, donde observó a otro grupo de esos mismos hombres teniendo bajo su custodia a gran parte de los oficiales.

Willswicht veía con cierta felicidad como el ataque sorpresa había sido un éxito. Los guardias eran sacados de sus barracas bajo las órdenes de sus tropas, y los oficiales siendo todos asegurados por los Spectre. Salió al frente cuando vio como del edificio salía el comandante escoltado por los mismos comandos. Ambos oficiales se miraron de frente. El guardia le miró con cierta sorpresa y antipatía.

—Coronel Willswicht, veo que el rumor de su traición era cierto.

—Mayor General Erich, lamento que nos tengamos que ver en esta situación.—Soltó Willswicht tan elegante como solo él.—Pero me temo que esto es necesario, me evitaré las formalidades porque el tiempo es muy valioso.

—¿Venir aquí con violencia era necesario?.

Sin hacerle caso, el Coronel comenzó con lo que seria el intento de convencer al comandante de la guardia del abismo.

—Estamos perdiendo la guerra, esto que ves aquí conmigo,—Dijo señalando a los soldados del ejercito que estaban con el.—Son solo un poco de la cuarta parte del ejercito que aun sigue vivo, esto es menos de un tercio de la legión 501, la más temida por el abismo.—Dijo con indignación. —Si seguimos así acabaremos por perder, todo bajo las ordenes de nuestro señor, Volkner, ya no es apto para guiarnos.

El Mayor General le miró ceñudo, cierto era que convencer de unirseles no era fácil, pues era un hombre completamente leal a su señor, pero Willswicht sabía que era más leal aun al Abismo. Eso seria clave en convencerle rápido, pues dentro de nada podrían tener a los vanguardias ahí encima de ellos.

—Usted está cometiendo un delito de traición.—Le acusó.

—Soy traidor al señor del Abismo pero no a mi tierra natal, si debo de ser un desertor y un traidor por defenderla, que así sea. Mayor General, no he venido a discutir con usted, he venido a ofrecerle que se nos una, le pido que se una a nuestras fuerzas, tomaremos el control del abismo y cambiaremos el rumbo de la guerra.—Le propuso.

—¿Cree usted que nosotros tendríamos oportunidad en relevar a nuestro señor de su trono? ¡Por favor! Nosotros no seriamos rivales para ese ser.

—Ahora mismo, Alexa, líder del grupo Alfa del S.E.A está uniendo a nuestra causa a los Vigilantes del Abismo, por favor, con su apoyo todos los guardias del abismo se unirán a nosotros, seremos una fuerza poderosa.—Willswicht sacó el pecho demostrando confianza.—El antiguo Cazador del Abismo está, mientras nosotros hablamos, enfrentándose a los lideres corruptos de los Soldados Oscuros, todos sabemos que Chris y Frederick son los principales traidores a nuestra nación.

Willswicht exhaló tras haber dicho todo lo que tenia previsto, si eso no funcionaba, no sabia que lo haría.

—¿Como puedo confiar en ustedes?

Entonces fue cuando Dracks explotó, cosa normal al ser el primer teniente impulsivo del grupo. Incluso los Spectres 6 y 7. Andy y Simón, se golpearon las máscaras frustrados.

—¡Por el amor al Abismo hombre!—Le gritó.—Haga el favor de tomar una decisión de una maldiga vez porque, por si no lo ha notado, tendremos a la vanguardia en nuestro culo en cualquier momento.

El Mayor General le miró con los ojos bien abiertos. En realidad todos los hacían. Incluso dentro del tanque, la tripulación se reía de esa escena. Dracks ya molesto miró a todos.

—Vale, tienen mi apoyo, este chico tiene agallas.—Entonces alzó la voz.—¡Guardias hoy lucharemos por nuestra tierra!.

Un grito de Victoria se elevó en el aire, los soldados procedieron a devolverle sus armas a los guardias y a los oficiales del mismo cuerpo. Dolchst se acercó a Dracks por la espalda dándole una palmada en el hombro.

—No se como lo haces chico pero siempre eres nuestra salvación.

Willswicht le encargó al Mayor General el dar la orden a los cuatro cuarteles principales de la guardia la orden de marchar hacia el castillo del Abismo. Envió a cuatro jinetes los cuales salieron de inmediato.

Al salir, el grupo ya más numeroso con el apoyo de los guardias, tomó de nuevo la calle. Apenas avanzaron unas calles cuando desde una ventana una ametralladora disparó contra la los soldados del Abismo matando a cinco de ellos. Los demás se arrojaron al suelo, el tanque apuntó y disparó destruyendo el segundo piso de esa casa.

Fue cuando más disparos sonaron en el lugar. Los Spectres tomaron cartas en el asunto, enfrentándose a los soldados oscuros.

2 de Agosto del 2018
Abismo. Fuerte de Comando de los Vigilantes del Abismo.

El Fuerte de Comando de los Vigilantes del Abismo era una gran construcción de piedra en las afueras de la capital. Una zona completamente militarizada, fuertemente custodiada. Desde los Vigilantes que hacían rondas por dentro y fuera del fuerte,  hasta varios ballesteros que habían en los muros. La razón de esto era sencilla, allí estaban los dos Generales de dicho componente. Un Mayor General, encargado de los vigilantes y un General de División encargado del S.E.A,el superior inmediato de Alexa. Por lo tanto, no dudó en emplear con potencia sus recursos.

Patrullaban con tranquilidad un grupo de vigilantes, pasando frente a la enorme puerta del fuerte. Fue en cuestión de segundos. El portón explotó arrojándolos lejos debido a la onda expansiva. Uno de los vigilantes cayó con violencia rodando por el rocoso suelo. Al detenerse alzó la mirada, pudo ver los cuerpos de otros vigilantes muertos, además de el humo. Como un fantasma, un hombre emergió del humo apuntándole con un arma, vestido de negro. Detrás de él avanzaban varios hombres iguales. Ocultos entre el humo. El hombre le alzó con brusquedad, llevándolo casi a rastras hacia la oscuridad. Vio con asombro como sus compañeros pasaban junto a esos hombres sin verles siquiera.

—Si hablas, eres hombre muerto.

Al momento sintió el frío metal de un arma blanca en su cuello. Por lo que guardó silencio.

El bullicio de gritos y ordenes en el fuerte comenzó. Estaban bajo ataque pero no podían identificar la amenaza. Varios vigilantes salieron al frente con sus armas listas, buscando una amenaza, pero allí no había nada. Aprovechando el caos de las tropas frente al fuerte, el equipo Spectre de Heredia se coló en la fortaleza.

Frente a los soldados dio la cara un capitán de los vigilantes. El viejo superior de Alexa. Con sus ojos agudos pudo ver una nube de humo alzándose a lo lejos, cuando se fijo en ella. Otro cañonazo fue disparado hacia ellos.

—¡Al suelo!—Gritó.

El obús cayó cerca de ellos, dejando un humeante agujero, tres desafortunados vigilantes volaron por los aires, cayendo muertos. Al alzar la mirada pudo ver como varias figuras se acercaban a lo lejos, corriendo hacia ellos. Destellos azules emergían desde esos sujetos. El capitán alzó su espada desviando un sorpresivo rayo que fue lanzado hacia ellos. Ahí fue cuando reconoció a quienes eran los encargados del ataque.

—Alexa.—Gruño.

Dos vigilantes trataron de correr hacia los atacantes, apenas dos metros adelante cayeron muertos en seco. Cada uno tenía una flecha en su pecho. El capitán no esperó más.

—¡Ataquen!

Los vigilantes corrieron sin temor hacia los miembros del S.E.A, viéndolos como traidores al ser causantes de muertes entre sus compañeros, por encima de todos ellos, el capitán que iba con una cólera enorme. Al estar a pocos metros de Alexa, listo para atravesarla con su espada. Argos se interpuso dándole un potente martillazo al suelo el cual se agrietó rompiéndose en una gran zanja, dividiendo a las dos fuerzas. El capitán y sus vigilantes se detuvo, al igual que Alexa y los suyos. Le miraba con odio. Alexa en su lugar, le veía con indiferencia. Ella notó como sostenía su espada con gran fuerza. Edison igual, por lo que se colocó a su lado, con su mano transformada en cuchilla, lista para defenderla.

—Lo mejor sería que se rindieran.—Dijo Alexa indiferente.

El capitán miró a sus hombres compartiendo una risa entre ellos. Los hombres se rieron de ella en su cara, viéndola como una incrédula. El capitán le apuntó con su espada.

—Somos más que ustedes, ¿Por qué deberíamos de rendirnos?.

—Porque ya perdieron.—Ella alzó su dedo con burla hacia la fortaleza.—Ya tenemos a sus lideres.

Una expresión de incredulidad cruzó el rostro del oficial subalterno, al girarse hacia la fortaleza, pudo ver como de ella salían con más manos en alto, derrotados, sus oficiales generales. Los arqueros trataban de eliminar a los Spectre. Ellos con su armamento superior les despachado sin dificultad. Si aún no estaban convencidos de rendirse, el sonido de cadenas y el rugir de un motor acercarse, les terminó de convencer, pues al girarse, vieron la imponente figura del tanque tiger apuntándole a ellos. Con un suspiro resignado, mirándole con odio el capitán arrojó su espada. El resto hizo lo mismo.

A los pocos minutos, les tenían a todos frente a la fortaleza. Los Spectre tenían a punta de cañón a los oficiales, manteniéndolos sometidos. Los demás vigilantes superaban por numero a todo el equipo de Alexa pero, no podrían siquiera moverse antes de recibir un cañonazo del tanque.

—¿Por qué te has vuelto en nuestra contra, Lawrence?.—Preguntó el Mayor General. Un hombre mayor, con años de experiencia.

—No iba a seguir peleando una guerra perdida y bajo las ordenes de un líder que no sabe dirigir.—ella se mantenía de brazos cruzados, miró de reojo a Edison.—Además, tengo razones para no morir todavía, cosa que con ustedes era segura.

El General de División vio aquel gesto, colocó una mueca asqueada.

—Ah, el amor. Así que nos has traicionado por amor. Me das asco.

—Si me he ido a otro bando el por el bien de todos, pues nosotros cambiaremos el rumbo de la guerra.—Alexa dirigió la mirada hacia los demás vigilantes.—El Coronel Willswicht, en este mismo momento mientras hablamos está obteniendo el apoyo de los Guardias Abismales, y el antiguo Cazador del Abismo marcha hacia el castillo, en busca de reclamar el trono para poder llevarnos a la victoria.

El asombro de varios hombres se hizo presente. Se estaba llevando a cabo un atentado contra el trono. Y ellos, que eran los encargados de defender a su señor, no podían hacer nada al respecto. El Mayor General, entonces, atacó.

—¿Crees que un simple cazador podrá contra nuestro señor?.—Preguntó con desdén.—Mientras ustedes montan este espectáculo aquí dentro, los merodeadores deben de estar en la entrada listos para invadirnos. Nosotros no nos Prestaremos para esta atrocidad.

Alexa sonrió confiada, eso desconcertó al general.

—Nosotros tenemos varios hombres en la entrada, protegiéndola, con varias de estas bellezas.—Le dio unas pocas palmadas al blindaje del tanque.—Las tropas merodeadoras no tienen oportunidad de llegar hacia el abismo.

Aun veía la desconfianza entre los vigilantes. Hombres que juraron con su vida proteger a su señor, defender las entradas y fronteras del Abismo. Era normal, pues habían sido sometidos con tal facilidad que su orgullo fue quebrado. Alexa veía pocas posibilidades en hacerlos unirse a su causa, y si eso seguía así, tendría que hacer caso a las palabras de Xia. "No dejar enemigos con vida" fueron sus palabras.

—Vigilantes, por favor oíd. No pueden seguir luchando una guerra en estas pésimas condiciones, no tienen recursos, comida, armas, uniformes. Hemos perdido la gran mayoría de armas de asedio, el Ejercito está diezmado, y los merodeadores a las puertas. Debemos de hacer un cambio, y hacerlo ahora.—Dijo con convicción. Mientras ella hablaba, uno de los vigilantes sacaba una daga de forma discreta.—No podemos tener bajo toda las decisiones a un solo ser, por más poderoso que sea, tenemos que reestructurarnos si queremos que él abismo tenga oportunidad de ver otro día libre. De que sus familias y todas las personas, por las que ustedes luchan, sigan siendo libres.

—¡Calla traidora!.

Gritó el vigilante que armado con una daga salió de las espaldas del capitán, dispuesto a acabar con Alexa. Tomó a todos por sorpresa, Edison alzó su cuchilla, Alexa llevó su mano a su mangual mientras daba un salto hacia atrás. Pero de la nada el cráneo del vigilante reventó arrojando el cuerpo hacia atrás, luego vino el estruendo del disparo. Edison bajó su cuchilla y Alexa sonrió. Detrás de ellos, varios metros atrás, estaba escondido Gonzales y su avistador. El francotirador ejecutó el mecanismo de cerrojo del rifle, colocando una nueva bala en su recamara.

—Amenaza neutralizada.

Todos los vigilantes veían asombrados como el vigilante había caído, fue cuando el estruendo del combate en la ciudad captó la atención de todos. Ella maldijo por dentro. En realidad, apenas habían comenzado su asedio.

—Debe de ser el otro grupo.—Dijo Heredia revisando el cargador de su arma.—Por lo visto el combate ya comenzó en las calles, debemos de apurarnos.

Entonces Alexa dio el ultimátum.

—¿Se nos unen o mueren?.

Los dos generales se miraron entre sí.

2 de Agosto del 2018
Abismo. Entrada a la capital.
Momentos antes y durante el asedio de Alexa.

Victor caminaba tranquilamente por los rocosos caminos cercanos a la capital. Entre sus manos iba aferrado a su confiable Ak-103 con mira de punto rojo, mira láser, culata extensible. Además de llevar dos pistolas, su confiable Colt.45 y una Glock. Además llevaban a sus espaldas una Escopeta semiautomática Benelli. Todo ese armamento para enfrentarse a aquellos que le esperasen, porque sabia que Volkner tendría gente preparada específicamente para matarle. No era estupido, tal vez un poco tonto pero estúpido no. A su lado iba Angelique la cual caminaba armada simplemente con un G36 de los Spectre y una pistola glock.

Victor esperaba con ansias el combate que se avecinaba. Le emocionaba, dicha emoción venia de parte de sus acompañantes y no de él. Aldrich tenía impaciencia por derramar sangre de aquellos que le despreciaron cuando fue desplazado de su rango y el general, bueno el no daba razón. Incluso le había dicho a Víctor que le dejase manejar su cuerpo hasta que llegasen al castillo. El Espectro se negó.

Se detuvieron detrás de una serie de rocas enormes, a unos 300 metros estaba la entrada, custodiada por un grupo de guardias del abismo. Debía de haber un pelotón cerca, pues ahí solo habían cinco. Victor les miraba detrás de la mascara. Angelique tocó su hombro.

—Si vas a abrirte paso a tiros.—Ella sonrió.—Recuerda dejar que me divierta también.

—Esto no es un juego.

—Para ti no, pero para ellos.—Ella tocó su pecho con un dedo, refiriéndose a los dos seres dentro de él.—Si.

Los guardias se mantenían despreocupados. Fue cuando vieron dos figuras acercarse a lo lejos es que se colocaron en guardia. No los reconocían y lo preocupante era que nadie debía de llegar por ese mismo lugar. El sargento que iba con esos guardias envió a uno de los suyos por refuerzos, si era quien creía que era, no seguirían mucho tiempo viviendo. La alarma de la llegada del antiguo cazador se había dispersado con rapidez, además, los tres elegidos para acabar con el cazador no llegarían a tiempo.

Victor se detuvo a unos metros de los guardias. Angelique le advirtió del joven que se escapó. El Espectro sonrió, pues eso solo le agregaba más emoción al asunto. Los guardias le apuntaron con sus lanzas mientras que la pareja se mantenía con las armas abajo.

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—El Espectro de Alemania... ¿cierto?.

—Cierto.

—¿Vienes a matarnos verdad?.—Preguntó con pesar.

—Depende. ¿Van a interponerse en mi camino?

—Tristemente esas son nuestras ordenes.

—Que... Lamentable.

Fueron rápidos segundos de tensión antes de que uno de los guardias atacase lanzando una estocada con su lanza, Víctor la esquivo haciéndose a un lado, alzó su fusil y disparó tres rápidos disparos acabando con el guardia. Angelique levantó su arma disparando, eliminó al sargento, esquivó un ataque con una lanza, Víctor eliminó al atacante de su ángel y con rapidez derribó de una patada a otro que le arrojaba sobre él.

Desde la entrada vinieron más guardias. La pareja apuntó disparando sin parar, tiros controlados, sin desperdiciar balas. Rápido, Víctor mantuvo sostenido su fusil con su mano derecha y con la izquierda desenfundó su pistola Glock, disparándole al guardia en el suelo. La enfundó y retomó su fusil. Angelique había acabado con el resto. Con los fusiles en alto avanzaron, dos guardias más aparecieron siendo eliminados en seco, los dos se detuvieron, recargaron sus armas y continuaron.

Al cruzar la entrada, desde los lados fueron atacados por más lanceros. Víctor tomó la lanza de uno deteniendolo y con la otra mano libre le disparó en el pecho. Angelique esquivó los ataques de dos lanceros antes de arrojarlos contra la pared con un pulso de energía, rompiendoles la columna. Un guardia con espada se arrojó hacia Víctor. El Espectro se hizo a un lado esquivando su ataque, con rapidez le apuntó, disparando y despachándolo. Desde el final de la calle se acercó un grupo numeroso, dirigidos por un guardia armado con una alabarda. Llevaba una armadura completa de color negro, en las aperturas de sus ojos solo se podía ver el brillo rojizo de estos.

Uno de los encargados de matarnos. Esto será divertido.— soltó el general.

Angelique disparó sin esperar hacia los nuevos atacantes, acabando con tres. Otro armado con un hacha lanzó un corte a su cuello, ella se agachó y al levantar el rostro le dio una fuerte patada en su entrepierna derribándolo. Luego le golpeó en el rostro con la culata. Otro más se lanzó hacia Angelique con su lanza lista, ella se giró muy tarde. La rápida descarga de disparos de Víctor le derribó en su sitio.

Ambos se detuvieron para recargar con velocidad, entonces Víctor notó algo.

—Espera, nos quedan solo dos cargadores más para los fusiles.—soltó el arma que se mantuvo apegada a él por la correa.—No voy a desperdiciar mi munición con ustedes.—Desenfundó su espada retráctil, apuntó con ella a los guardias que se mantenían a la distancia.—Ni contigo.

Señaló al guardia especial, el cual se encogió de hombros para luego tronarse el cuello y los nudillos. Movió con elegantes giros su alabarda para apuntarle a él. Fue cuando Angelique soltó su arma por igual e invocó una espada Claymore.

—Matadle.

El primer guardia llegó. La espada de Víctor desvío la suya antes de atravesarle el cuello de una estocada, el segundo le lanzó una estocada con su lanza. Víctor pisó el arma trancandola en el piso, se subió en ella cortándole el cuello de un tajo. Angelique dio un ágil salto hacia atrás esquivando las espadas de otros dos guardias, al caer se impulsó hacia adelante con el filo de su espada atrás y con impresionante fuerza la blandió horizontalmente cortándole a ambos en sus zonas abdominales.

Victor se giró bloqueando el impacto de la alabarda encima de él, tal fue la fuerza que le obligó a arrodillarse. Con su mano izquierda desenfundó su pistola glock soltando dos tiros que el guardia esquivó alejándose de él. No perdió tiempo el Espectro en levantarse y lanzarse sobre su enemigo, el filo de la alabarda venia por un costado. Bloqueó el ataque con elegancia. Si algo aprendió de Gael, era que la distancia era el mejor amigo de las alabardas. Alzó su mano hacia el guardia especial, sus ojos se tornaron rojos.

—¡Pulso Oscuro!

Una onda de energía arrojó con violencia al guardia hacia atrás. Rodando varias veces en el suelo. Con velocidad se levantó, pero tarde, pues el Espectro se había teletransportado hacia él con su espada ya lista. Le atravesó el pecho, pasando su armadura. Víctor cayó con él. Ambos en el suelo Víctor se arrodilló, tomó su fusil y le disparó cuatro veces en la cabeza.

Con el enemigo ya muerto, se giró hacia Angelique, la cual se enfrentaba a los dos últimos guardias con espadas. Vio como con agilidad le cortaba la pierna a un obligándolo a caer para luego rematarlo en el suelo. Victor elevó con su magia un barril que estaba en la calle, este cubierto por un aura azulada, voló hacia la cabeza del ultimo guardia, reventando contra ella.

Cayó inconsciente. Angelique se giró contemplando a un levemente ensangrentado Víctor. Su mascara de Espectro se veía más aterradora con la sangre. Ella le sonrió y el le alzó un dedo en forma de cumplido.

—Vamos, debemos de seguir.

2 de Agosto del 2018
Abismo. Calles de la capital.
Momentos durante el asedio de Willswicht.

Entre las oscuras calles del Abismo, a tres kilómetros del castillo, avanzaban con los fusiles en alto la pareja conformada por Victor y Angelique. No se habían encontrado con más enemigos desde la entrada a la capital, pero lo mejor era ser prevenidos. Hace pocos minutos habían oído el estruendo del disparo del tanque que acompañaba a Willswicht. A pesar de ello, las calles se mantenían en un silencio sepulcral. Era tanto así, que el sonar de sus botas al pisar era molesto.

Por lo visto han declarado un toque de queda.—Dijo Aldrich.

—Ley marcial. —Comentó por lo bajo el general.

De repente el tronar de los disparos los hizo arrojarse al suelo. buscaron el origen de . Ambos se levantaron mirándose serios. El mismo pensamiento cruzó por sus mentes.

—Willswicht.—La mirada sombría de victor se posó en ella.—Tiene problemas, ve a darles apoyo.

—¡¿Que?!.—Exclamó ella.—No, Víctor mi deber es protegerte a ti, después de todo soy tu ángel de la guarda.

—Escucha.—Le tomó por los hombros.—Si esos disparos son de quienes creo, solamente los Spectres y el tanque podrán hacerle frente a los soldados oscuros, la guardia del abismo solo cumple el papel de relleno, si Willswicht o alguno de los nuestro o los guardias mueren, no tendremos el apoyo suficien..

Una ventana reventó a lo que una ráfaga de disparos salia de ella. Victor empujó a Angelique y al mismo tiempo él se arrojó de espaldas. Al caer desenfundó su pistola disparando a la ventana todo un cargador de la Glock. Al ponerse de pie, cargó otro peine en la pistola. Una risa provino de la casa.

—Que encantador, el sanguinario Espectro preocupado por alguien.

—Esa voz.—Gruñó Víctor.

Sus puños se apretaron, sus músculos se tensaron mientras la rabia le invadía. Era Chris, un lamebotas, un traidor. Angelique se acercó a Víctor apuntando con su fusil a la casa. De la puerta, salió Chris, que con una sonrisa confiada, se detuvo frente a ellos, con su Mp38 entre sus manos. Llevaba el uniforme de camuflaje urbano y una pechera.

—Toda este intento de derrocar a nuestro señor es en vano, Espectro, pronto mis soldados exterminaran a los tuyos y cuando tenga tu cabeza en una vara junto con la de tus aliados, podremos seguir centrados en la guerra.—El sonrió con suficiencia.

—Deja todo ese circo, todos sabemos que usteden están bajo las órdenes de Gael, ustedes han sido los causantes de nuestras derrotas, puesto que un ejército poco profesional como el de los merodeadores nunca podría enfrentarse al ejército del abismo.

Chris soltó una baja risa bajando la mirada. Al elevarla, su sonrisa no estaba.

—Siempre siendo un entrometido ¿no?

Victor señaló hacia el lugar de donde venían los disparos.

—Angelique, ve, nos veremos en el castillo.

—Pero..

—Esta es mi lucha.

Angelique asintió resignada, tomando un callejón se dirigió hacia el lugar de la batalla. Mientras Víctor retomaba su atención en Chris. El soldado oscuro se mantenía a la expectativa. Las palabras del joven le dejaron frío.

—Si yo no te mato, el segundo especialista lo hará, si no el tercero, pero jamás podrás matar a Frederick.—La calma de sus palabras era escalofriante.

—No lo haces por el dinero.

—Jamas fue por el dinero. Bueno, mi deuda no se podía pagar con tal cosa.—Hizo un ademán con su mentón.—Quitate esa máscara ridícula, quiero ver el rostro de mi víctima.

Victor retiró su mascara de Espectro. Dejando ver bajo su capucha un rostro tranquilo. Antes de pasar a uno lleno de rabia y malicia acompañado de una sonrisa escalofriante.

Ambos se miraron fijamente, segundos, momentos que pasaban en cámara lenta. El mundo se hizo ajeno a ellos. Los músculos tensos listos para actuar con velocidad explosiva. Fue cuando Víctor se agachó esquivando una ráfaga dispara por Chris mientras él, le disparaba agachado con su fusil. Chris se hizo a un lado. Victor se levantó corriendo evitando las balas de Chris, se deslizó hasta quedar detrás de unos barriles. Los mismos se astillaron con las balas del soldado oscuro. El Espectro se asomó por encima de la cobertura, el cuerpo del joven estuvo frente a su mira, tres disparos le derribaron. Victor se detuvo un momento, mirando sus alrededores, no había nadie más.

Se acercó al soldado especial, el cual se desangraba, incluso por la boca debido a la hemorragia interna. Víctor observó las heridas, de los tres disparos, milagrosamente la armadura detuvo dos, eso le hizo arquear una ceja. Solo una atravesó, dándole justo en el corazón. Chris sonrió.

—Supongo... Que.. Ya salde mi..deuda..

Víctor asintió con un leve pesar en su cuerpo. Le apuntó a la cabeza. Disparó acabando con su sufrimiento.

A los pocos minutos. El segundo especialista. Un soldado oscuro equipado con una espada doble y chaleco antibalas, se acercó al cuerpo muerto de su superior. Se agachó junto a él. Soltó una maldición entre dientes. Sin esperarlo de un callejón emergió Víctor disparando sin piedad sobre él. Disparó hasta verlo caer muerto en su lugar. Se detuvo cuando las diez balas restantes se agotaron. Soltó el fusil llevándolo a su espalda, ya no tenia munición. Entonces llevó al frente su escopeta.

—Un especialista que se deja caer en una trampa, nunca fue un especialista

Víctor emprendió el rumbo hacia el castillo.

2 de Agosto del 2018
Abismo. Emboscada al grupo de Willswicht.

El caos se desató, sorpresivo, los disparos llegaban de ambas direcciones de la calle. Varios soldados cayeron en los primeros momentos. De la nada, un frasco de polvorium con una mecha cayó frente a ellos. Andy logró verlo antes de que la explosión le mandase volando hacia atrás cayendo con mucha brusquedad. Sintió su visión nublarse, podían oírse los gritos lejanos, las balas silbar, poco a poco recuperaba el conocimiento. Mientras, los soldados del Abismo, Guardias y oficiales.

—¡Al suelo!

—¡Emboscada!

—¡Spectre caído! ¡Spectre caído!

Sintió como unas manos se colocaban sobre su chaleco, entonces comenzaron a arrastrarle. Se detuvieron tras una pared. Su salvador se colocó delante de él, con su mascara no podía reconocer quien era. Simón retiró su máscara dándole palmadas en el rostro a su compañero. De pronto agachó la cabeza la pasar una ráfaga de balas por encima de su cobertura. Simón se colocó su mascara de nuevo, se puso de pié y apuntó a la casa donde estaba colocada una ametralladora.

—¡Quiero fuego en esa ametralladora ahora!.

El artillero del tanque recibió la orden, apuntó y disparó destrozando el segundo piso. Aprovechando la confusión, un grupo de Spectres avanzó al frente, disparando contra los soldados oscuros al nivel de la calle. Eran dos equipos de seis. El equipo de Simón que se había adelantado y el equipo de Andy que se reunió con su líder. Al ver a sus Spectres, reunió fuerzas para agacharse rodilla en tierra frente a ellos.

—¿Estas bien Espectro 7?.—Le preguntó Simón.

—Si, solo un poco aturdido. ¿Cual es la situación?

—Estamos bajo fuego enemigo, usaremos el tanque para destruir a los enemigos escondidos, nosotros nos encargaremos de protegerlo de los lados.

De repente, un Spectre con una cruz roja se acercó a ellos con un herido en su espalda. Lo colocó junto al muro, dejando ver su herida. Fue cuando Andy se percató de que no era un herido, estaba fallecido. El joven Spectre había perdido las dos piernas por el estallido de la granada. Andy se acercó, le quitó la máscara y le cerró los ojos. Un torrente de ira recorrió su cuerpo.

—Vamos a darle infierno a esos cabrones.

El resto del equipo Spectre abandonó el muro desplegándose por las coberturas disponibles. Andy y un Spectre se cubrieron detrás de un muro derruido. Buscó objetivos entre el caos, viendo un grupo de soldados oscuros. Apuntó y disparó, acabando con uno de ellos. Simón se cubrió detrás de otro de los Spectres. Andy arrojó una bomba de humo. Cuando la cortina de humo subió, Simón no esperó.

—¡Avancen!

Los Spectres avanzaron escondiéndose entre la nube de humo. Cambiaron sus visores de visión nocturna a visión de calor. Detectando los patrones de calor entre el humo. Aprovechando el desconcierto de los enemigos, disparándoles, varios cuerpos cayeron. Entre la confusión el tanque avanzó atravesando el humo. Emergió de él, como una visión de muerte, las ametralladoras del mismo repartieron muerte entre los soldados oscuros. Aniquilándolos.

Un grupo de esos soldados decidió huir por una calle aledaña, huyendo de los Spectre y el leopard. Al llegar al final de la calle se llevaron la sorpresa de toparse de frente con otro tanque leopard, el cual les recibió a punta de disparos, al igual que los Spectres de Heredia y Gonzales. Acabaron con el remanente de los soldados oscuros. Cuando los cuatros lideres se reencontraron, se sintieron aliviados.

—Spectres 6 y 7, es un gusto verlos vivos.—Dijo Heredia bajando del tanque.

Detrás de ellos venían Alexa con el S.E.A y los demás vigilantes del Abismo. Al igual venían detrás Willswicht con el resto de oficiales y guardias. Al reunirse todos, hicieron un informe.

—Tenemos 10 soldados muertos y un Spectre.—Dijo con impotencia Andy.

—Además, tenemos el apoyo de los Guardias y sus oficiales.—Informó Willswicht.

—Nosotros tenemos el apoyo de los vigilantes.—Dijo Alexa.

Una vez lista la revisión, retomaron su rumbo. Siguieron por la ruta principal, avanzando por dos manzanas. Avanzaron por la calle, con los dos tanques. Los Spectres delante y con los demás soldados y vigilantes detrás, Alexa iba arriba de un tanque, junto con Edison. De la nada, Alexa pudo divisar un destello amarillo en la distancia. De la nada una llamarada de fuego líquido salió disparad hacia ellos.

—¡Cuidado!

Gritó alzando las manos, pero para su sorpresa, vio como la masa de fuego líquido se detuvo, quedando estática en el aire. Tanto los Spectres como todos allí presentes veían aquel acto como algo irreal. Entonces de las casas, salieron varios soldados oscuros los cuales dispararon sin pensar contra ellos. Las balas por igual se detuvieron en el aire.

—¿Que demonios..?.—Susurró Edison.

Entre las sombras de un callejón emergió una hermosa joven de cabello negro corto, ojos verdes, sonrisa malvada y con la mano derecha alzada. Un aura oscura rodeaba la misma. Su sonrisa se ensanchó al ver el desconcierto entre los soldados oscuros.

Desviar proyectil.

Impulsados por una fuerza magia, las balas fueron dirigidas de regreso con letal potencia hacia sus dueños al igual que aquella lengua de fuego liquido. Los soldados oscuros cayeron acribillados por las balas y cual dragón chino la lengua de fuego Serpenteó por los aires antes de aterrizar sobre su dueño.

Cuando todos estaban muertos, Angelique se giró hacia sus compañeros, fue cuando Alexa bajó del tanque acercándose a la joven de ojos verdes.

—Eso fue impresionante. Espera.—Alexa notó la falta de Víctor.—¿Donde está él?

Angelique se giró hacia él castillo.

—En el mejor de los casos, aun no habrá llegado a la sala del trono.

El tono sombrío de Angelique causó que un mal presentimiento invadiese el cuerpo de Alexa. Sin perder tiempo la marcha se reanudó. El objetivo de Angelique era proteger a sus aliados hasta llegar a la entrada del castillo.

Después de eso podría volver con Víctor.

2 de Agosto del 2018
Abismo. Castillo del Abismo.

Los soldados oscuros acantonados en el castillo, vieron a las tropas insurrectas acercarse, eran un grupo de cincuenta soldados, junto con tres pelotones de la vanguardia del Abismo. Todos al mando de Frederick que, al ver el avance no pudo evitar tener los peores pensamientos sobre Chris. Apretó los puños enfadado, ese entrometido cazador ya debería de estar merodeando en el castillo. Se giró dándole la espalda al balcón. Detrás de él iban dos de sus soldados.

—Mi comandante ¿Que hacemos?

—Se van a dividir en cinco grupos de diez, patrullen el castillo.—Se giró hacia sus soldados.—Los Vanguardias, dirigíos a las puertas, eviten que los enemigos pasen.

Un capitán de vanguardia se paró delante de sus hombres, vestido con su brillante armadura pesada, equipado con su escudo y hacha.

—Vas a hacer que nuestros hombres mueran Frederick.

—¿Piensa desobeder una orden directa, capitán?.—Inquirió amenanzante.

Dos soldados oscuros le apuntaron. El capitán negó resignado. Sin decir nada se dio media vuelta saliendo del lugar junto con sus hombres. Hacia la entrada al castillo. Frederick no confiaba en él, a este punto ya daba todo por perdido, su única esperanza ese extraño joven que había sido enviado por Gael para acabar con Victor.

—Estaré en la entrada de la sala del trono.

Frederick se retiró. Dejando a sus hombres con sus ordenes, rápidamente se dividieron en grupos. Comenzando a patrullar el castillo.

Mientras, en la planta baja, iban los vanguardias. Los tres pelotones se detuvieron en el salón principal. Esperando las ordenes de su capitán aunque, sinceramente, no sabía que decir. Todos los vanguardias habían desertado huyendo en los oscuros callejones de la capital. Sabía que ellos no tardarían en emerger de las sombras. Iba a comenzar a hablar cuando el sonido de algo caer captó la atencion de todos. La mirada de todos los presentes fue hacia la derecha, cayendo sobre un Víctor que lentamente les dirigió la mirada. Bajo su capucha solo se podía ver su mentón tenso, dejando el resto de su rostro bajo una espesa sombra.

—Mierda...

Gruñó el Espectro entre dientes. El capitán le apuntó con su hacha, luego le apuntó a las escaleras.

—Se dividieron en cinco grupos de diez, Frederick está en las puertas a la sala del trono junto con un especialista enviado para matarte. Claro que nosotros no te vimos porque lograstre entrar silenciosamente, esquivándonos.

Víctor asintió, alzó su escopeta, apretandola contra su hombro. Entonces dirigió la mirada al capitán.

—Nunca nos vimos.—Afirmó el Espectro.

El antiguo cazador subió por las escaleras perdiéndose entre los pisos de piedra. El capitán se giró hacia las dobles puertas del castillo.

—¿Vamos a enfrentarlos?. —Preguntó uno de sus soldados.

—No.

Abrió las puertas topándose con la presencia de cientos de hombres y dos enormes máquinas de metal apuntando hacia ellos. Sus hombres se desplegaron con sus armas en manos, listos para un combate donde morirían. El capitán fijó su mirada en los oficiales desertores, Willswicht, Dolchst y Dracks. Al igual que la famosa Alexa junto con sus soldados especiales.

—Rindanse vanguardias, y no les haremos daño.—Prometió Willswicht.—Unanse a nosotros y sean la pieza clave de la libertad del abismo.

El capitán dudó, sabia que no podían ganar pero jamás traicionaría a su señor. No podría ser participe en el acto que sea causante de la muerte de aquel a que había jurado lealtad.

Mientras, Victor había llegado al primer piso, siempre con la escopeta en alto, listo por si se topaba de frente con algún enemigo. De la nada Aldrich le hizo detenerse.

Alto, podemos tomar un pasadizo secreto, nos llevará al cuarto piso, de ahí podremos seguir por otro más así evitamos malgastar balas con estos inútiles.

Una idea asombrosa, fue lo que Víctor pensó.

—¿Donde esta?.

Mas adelante. ¿Ves las armaduras?. —Victor se fijó en dos armaduras decorativas frente a él.—La que está en la pared izquierda, el brazo donde tiene la espada, si te fijas la tiene agarrada con una sola mano, jala de ella como si fuese una palanca.

Victor a pasos rápidos se acercó a ella, jalandola,la misma descendió dejando salir una nube de polvo. Un chasquido de escuchó detrás de la armadura, la misma se movió dejando ver una entrada pequeña en la pared.

—Aldrich, eres un genio.

Lo , lo

Víctor ingresó en la ruta. La misma se selló al momento exacto en el que un soldado oscuro giraba por la esquina patrullando. Víctor bajó la escopeta llevándola con una mano y con la otra sacó una linterna táctica con la que se iluminó. El haz de luz blanco alumbró con creces el polvoriento pasadizo, con telarañas. Por suerte eso era lo único. A mitad de camino, Aldrich hizo detener a Victor, el mismo salió de su cuerpo materializándose en su forma humana. El joven se giró alumbrando su rostro.

—Debo de ayudar abajo.—Soltó rápido.—Los vanguardias están dudando en rendirse, debo de convencerlos, si los matan perderemos  una poderosa fuerza de choque.

Victor asintió comprendiendo.

—Adelante, ve.

—Volveré en cuanto pueda.

Aldrich desapareció. Victor se giró continuando por su camino.

El capitán de vanguardia se hizo a un lado al ver como una sombra de humo negro se deslizaba a su lado, alzó su hacha listo para defenderse. Los oficiales se asombraron y los Spectres apuntaron con sus fusiles a la extraña sombra. De la nada, la misma se materializó, dejando ver al ex capitán de Vanguardia.

—Capitán Aldrich.—Dijo asombrado el vanguardia.

—Ahora soy Mayor General Spectre.—Aclaró su característica chulería. El miró a los Spectres, asintió y ellos bajaron las armas.—Por favor, unete a nosotros, solo buscamos encontrar un fin para esta guerra, y bajo las ordenes de Volkner influenciado por Chris y Frederick, solo harían que acabemos en esclavitud.

Aldrich alargó su mano hacia el capitán. El mismo la observó, por unos minutos. Admiraba al ex capitán pues era una figura de honor y ejemplo entre los vanguardias. Antes de tomar una decisión, el tronar de varias armaduras hizo que todos mirasen en rededor. De las oscuras calles emergieron cientos de vanguardias preprarados para combatir. Eran una fuerza numerosa. Habían surgido, expectantes a ese momento. Fue cuando sin duda alguna, el capitán le dio la mano a Aldrich.

—Estamos con ustedes.

Todos los vanguardias alzaron sus armas con un fuerte grito de victoria. Aldrich sonrió digiriendo la mirada a sus Spectres.

—Vamos muchachos a hacer limpieza.—ordenó.

Los Spectres subieron por las escaleras. Los vanguardias se hicieron a un lado. Dándole paso libre a los operadores especiales. Detrás de ellos subió Angelique seguida de Alexa y Edison.

—¿Victor?—No tardó en preguntar.

Aldrich sonrió de lado.

—A este punto ya debe de tener como diez muertos con él.

2 de Agosto del 2018
Abismo. Castillo del Abismo.

A las puertas de la sala del trono se encontraba Frederick, tenso, presa de la ansiedad. Aun no habían llegado las explosiones, aun no se oían los disparos. Suponía que estaban negociando.  Los nervios comenzaban a jugarle una mala pasada al hacerle caminar de un lado a otro. Aferrado al subfusil. Se detuvo y miró con ahínco al especialista que estaba allí con él. Nunca creería que enviarían a un niño a hacer un trabajo de semejante calibre. Fruncio el ceño, puesto que era reticiente a seguir sus ordenes.

—¿Por que no has ido a matar al Espectro?.—Le preguntó en tono demandante.—¡Ve y matalo! Tienes ayuda de mis hombres.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir esos ojos bicolores mirarle fijamente a través de sus lentes, uno amarillo y uno rojo. El joven estaba recostado a la pared cruzado de brazos. Su largaba gabardina blanca resaltaba entre tanta oscuridad.

—Tus hombres serían solo un obstáculo. Además, yo no sigo ordenes de un imbécil como tú.—Respondió con toda la calma del mundo.

—¡Gael te envió a protegerme y a matar al Espectro! ¡Me debes respeto mocos!.

El joven soltó una risa mientras acomodaba sus gafas. Sin perder la misma sonrisa respondió.

—Yo no sigo ordenes de un don nadie como tu y menos de un debilucho como lo es Gael, a mí me han enviado a eliminar a ese entrometido cazador. Y si es posible a ti también por incompetente, pero prefiero dejarle eso a mi objetivo.

Frederick quedó frío ante sus palabras. Sus ojos se abrieron más de la cuenta, la serpiente del miedo se envolvía con elegancia por su cuerpo, apoderándose de cada una de sus terminaciones nerviosas.

—Aceptalo, por más que luches. Él te matará.

Mientras tanto, el tercer grupo de guardias patrullaban la tercera planta. La gran parte del grupo se había dividido. Un trio de soldado avanzaba lentamente por uno de los pasillos, no se oía nada más que sus propias respiraciones. Su formación era como una flecha, dos atrás y uno delante. Al llegar a la esquina del pasillo, apenas girarse el disparo de una escopeta le fulminó el rostro. Desde las sombras Víctor emergió con rapidez. Apuntó al otro guardia disparándole en el pecho y al ultimo en la cabeza. Avanzó por el pasillo, girándose de repente al oír las pisadas detrás de él. Apenas cruzó el pasillo otro soldado oscuro cayó abatido de dos disparos de escopeta. Victor se giró continuando por su camino.

—Tres tiros.

Se mentalizó. Los disparos alertarian a los demás. Escuchó las ordenes de los otros soldados de esa planta. Estaban cerca. Al cruzar hacia un pasillo más grande se encontró con el resto de los soldados. Al verle le dispararon, obligándole a retroceder. Los disparos impactaban contra la esquina de la pared. Dos soldados avanzaron a lo que Víctor salió de cobertura disparándoles acabando con ellos. Más disparos fueron contra él, uno le impactó en el pecho, gruñó de dolor soltando un disparo sin apuntar. Con agilidad se cubrió tras un pilar, el dolor del impacto era demasiado pero agradecía que hubiese detenido la bala. Giró su escopeta cargándola de de dos en dos cartuchos. Queriendo tomarlo desprevenido, una pareja de enemigos avanzó hacia él. El que iba delante recibió un golpe con el cañón en el rostro enviándolo al suelo, el segundo recibió un tiro en la pierna destrozándola, desvío su mira a los otros dos de atrás, a los cuales despachó entre disparos. Remató al herido y acabó con el que había derribado, ambos con tiros en la cabeza.

Exhaló soportando el dolor y prosiguió.

En la primera planta, se habían oído los tiros del enfrentamiento de Víctor. Los soldados oscuros allí detenidos decidieron acudir al lugar. Ese grupo se reunió en él pasillo principal. El líder de ellos les ordenó subir. Antes de poder hacerlo, un objeto cilíndrico plateado rebotó contra la pared cayendo a los pies de ellos. Era una granada cegadora.

La misma reventó dejando ciegos y aturdidos a todos. De ambos pasillos emergieron los Spectres disparando con precisión sobre sus enemigos. En pocos segundos, ese grupo había sido exterminado y la primera planta despejada. El grupo Spectre de Andy se quedó en esa terminando de peinarla. Los grupos de Simón y Heredia seguirían subiendo junto con Gonzales y su pareja. El grupo de Simón se acercó a las escaleras derechas, deteniéndose en ellas. Lo contrario lo hizo el grupo de Heredia.

En posición en las escaleras.

—Pefecto, Avanzar.

Los dos grupos ascendieron con rapidez y cuidado las escaleras. Tomaron por sorpresa al otro grupo de soldados enemigos subiendo las mismas, tomándolos por las espaldas, los exterminaron sin mucha dificultad.

Mientras, Victor eliminaba al ultimo grupo una planta antes de la sala del trono. Pisó el pecho de un herido disparándole en la cabeza dejando un reguero de sangre y masa cefálica. Avanzó por un pasillo donde detrás de él estaba una imagen de muerte pura. Antes de cruzar a las escaleras el ultimo sobreviviente apareció al final del pasillo disparándole en la espalda con su rifle. El impacto fue tan duro que arrojó de rodillas al Espectro. Se giró con sus ojos rojos arrojándolo con magia contra la pared, de la misma emergió una cuchilla que le atravesó el pecho. El oscuro hechizo desapareció, dejando caer el cuerpo con lentitud por la pared.

—Maldito imbécil.—Gruño adolorido Víctor.

Recargó su escopeta con los últimos cinco cartuchos que le quedaban. Subió las escaleras, avanzado por pasillos donde se aseguraba de cubrir cada sombra. Nada. Cuando llegó al cruce con en corredor que daba a la sala del trono, una ráfaga de disparos le hicieron tambalearse hacia atrás. Se pegó a la pared, otra ráfaga impactó en ella.

—¡No podrás matarme Espectro!

—¡Eso lo veremos!.

Víctor tomó una granada cegadora de su chaleco. Tiró de la anilla y la arrojó en el corredor. La misma reventó. Víctor ingresó en el mismo, vio a su objetivo con las manos en los ojos al final del lugar, con una rápida carrera cerró distancias con él. Sin dudar apretó el gatillo. El pecho de Frederick reventó en una masa de sangre y órganos manchando incluso el rostro de Víctor. Cayó en seco. Agonizando. Victor se acercó a sus pies. Podía ver la mirada que rápidamente perdía la vitalidad. Con sus últimas palabras dijo:

—Cuidado.

Se giró viendo como dos espadas volaban hacia él. Alzó su escopeta reteniéndolas. El impacto de las mismas le hizo dar dos pasos atrás. Bajó el arma buscando a su rival con la mirada. Error. Dos más volaron hacia él.

No impactaron en él. Víctor quedó estático al ver como frente a él Angelique recibía el ataque por él. Las dos espadas de encajaron en su pecho desde su espalda. Escupió sangre, cayendo al piso. Fue cuando con un torrente de odio puro, dirigió la mirada al frente. No notó como Aldrich se materializaba a su lado. Al final del corredor, apareció la figura del ultimo especialista. Un joven vestido con una gabardina blanca, una reluciente cruz de plata. En cada mano llevaba una espada.

—Es una pena, no suelo fallar dos veces seguidas. Pobrecita, aun le quedaba por vivir.—Victor apretó los dientes al oír esas palabras.—Pues te reunirás con ella en el infierno.

El joven colocó ambas espadas formando una cruz con ellas. Dejando ver una sonrisa un tanto emocionada.

—Caerás por mí, el mejor Exterminador de los Primigenios.

Victor sintió la corriente de ira aumentar por su cuerpo. Arrojó la ya inútil escopeta, desenfundó una de sus pistolas, siendo esta la Glock y avanzó hacía él. El especialista hizo lo mismo. Ambos dieron un par de pasos, antes de correr repentinamente hacia él otro. El exterminador de confió al tener a su objetivo cerca, sus dos espadas se dirigieron hacia él siendo detenidas de repente por la espada de Aldrich. De la espalda del vanguardia salió Víctor apuntándole, dándole un tiro preciso en la cabeza. El impacto arrojó el cuerpo del mismo a sus espaldas.

Al darlo por muerto. Victor se giró hacia Angelique que soltó un gemido lastimero. Corrió hacia ella, a lo que Aldrich ingresó en Víctor. Se arrodilló. Le quitó las espadas con rapidez, ella casi grita del dolor pero le dejó libertad a que su cuerpo se pudiese regenerar. Al girarla, ella le sonrió aunque no por mucho.

—¡Cuidado!.—Exclamó tarde.

Olas de dolor recorrieron el cuerpo de Víctor al sentir el metal frío de dos espadas atravesar su espalda, ambas emergieron por su pecho. El Exterminador se afincó con fuerza en ellas buscando agravar la herida.

—¡Muere!.

Fue cuando una intensa descarga de energía en su cuerpo le hizo ignorar el dolor. Se impulsó hacia adelanten sacándose las espadas, saltó y girando sobre su eje apuntó al exterminador disparándole con su pistola. Fueron cinco disparos en el objetivo, los impactos le hicieron retroceder cayendo de espaldas. Víctor al caer podía sentir la energía que manaba la poderosa magia de su vanguardia. El joven de ojos bicolores se levantó con explosividad, hacia el Espectro. Victor siguió disparándole pero él ignoraba sus balas. Trató de cortarle a lo se Víctor esquivaba su sablazos. Usando su potencia de energía Víctor creó una onda de impulso que arrojó lejos a su enemigo. Aprovechó para recargar a lo el sicario sin perder un segundo sacó miles de lanzas pequeñas arrojándolas como proyectiles que fueron impactando por todos lados.

¡Esferas de sombra!.

Múltiples esferas hechas de las mismas sombras emergieron detrás del Espectro, saliendo disparadas hacia lanzas, impactando en ellas creando pequeñas explosiones. Víctor apuntó al frente pero para su sorpresa el Exterminador atrapó sus manos, lo arrojó contra una pared y cual Cristo clavó una espada en cada mano. Clavándole en la pared, Víctor gritó. A lo lejos una débil Angelique veía con terror la escena. Maldijo por dentro esas heridas que tardaban en regenerar, esas espadas tenían algo en ellas.

Sin darle tiempo a nada, El exterminador arrojó cientos de lanzas contra el cuerpo de Victor. Atravesando su ser múltiples veces. El dolor recorrió cada poro del cuerpo del joven. Una risa sádica surgió de la garganta del joven de gabardina blanca. Fue tanto el dolor en ese momento que fue cuando el general tuvo que intervenir. Justo cuando ese joven de ojos extraños decapitó a Víctor.

Un torrente de sangre brotó del cuello mientras su cabeza voló cayendo en el suelo. Angelique no pudo sino ver con impotencia la escena. No, no podía ser. No podían haber luchado tanto para fallar al final. Se veía tan poderoso. Entonces, otra carcajada de él le arrancó de sus pensamientos. Elevó la mirada al verle caminar hacia ella, con sus espadas listas para terminar el trabajo. Una imagen aterradora para no decir menos.

—Lamento lo de tu amado, pero tranquila, terminaré tu sufrimiento y ambos arderán en el infierno.

Cuando alzó sus espadas. Se pudo por el caer de varios objetos metálicos. Extrañado se giro solo para ver que Víctor ya no estaba. Una masa de oscuridad comenzó a formarse tomando figura humana, dos ojos rojos y una sonrisa macabra se dejaron ver, esta figura pronto tomó la forma de Víctor, el cual tenia los ojos rojos con el borde azulado. Sonrió con confianza, estos destellaron.

Sin mediar palabra el exterminador se arrojó sobre él. Victor hizo lo mismo. De un ágil movimiento cortó los dos brazos del Espectro. Los dos rivales cayeron a espaldas del otro, al girarse, pudo ver como los brazos de Víctor se regeneraban en cuestión de segundos. Alzó su palma hacia él. Detrás del antiguo cazador emergió un blaster. El Exterminador sonrió.

—Parece que te subestime, necesitaré mejores armas.—Una aura de luz amarilla emergió en un circulo debajo de él.—Hasta entonces, nos veremos Espectro.

El blaster disparó. El rayo de energía recorrió el pasillo en un segundo. La energía potenciada estalló con una increíble fuerza dejando una enorme brecha. Del lugar donde impactó solo quedó humo y escombros. Las fuerzas en la base del castillo veían con asombro la explosión e incluso varios civiles que se habían congregado allí, vieron con asombro aquello.

Edison compartió una mirada con el equipo del S.E.A, parpadeando confuso.

—Recuerdenme no hacer enojar a Víctor.

Mientras Víctor se arrodillaba junto a Angelique, con delicadeza la ayudó a ponerse de pie, llevándola hasta una esquina donde la recostó. Ella sonrió acariciando su rostro. El tomó su mano con fuerza.

—Tranquila, mis Spectres ya llegarán y te ayudaran a curarte.—Dijo con una voz temblorosa.—Yo podría hacerlo pero la magia curativa no es mi fuerte.

Angelique dejó salir una pequeña risa al ver la sonrisa nerviosa de Víctor. El equipo de Heredia apareció en el acto asegurando la zona. El mismo se acercó a su jefe tras ver la zona destruida.

—¿Está bien?.—Preguntó arrodillándose junto a ellos.

—Llevala abajo, que le den atencion medica, no sabemos que tenían esas espadas.

—Entendido.—Se giró hacia los demás Spectres.—¡Dos voluntarios tenemos una herida!

Dos comandos se acercaron desplegando una camilla, la colocaron allí, antes de llevarsela ella le guiñó un ojo a Víctor. El solo le sonrió.

Cuando desparecieron. Victor se giró hacia las dobles puertas de madera de la sala del trono. Antes de ingresar le indicó a Heredia.

—Que nadie entre, esta es mi pelea, aunque espero no tener que recurrir a la violencia. Volveré victorioso.

—Entendido.

Victor entonces se giró. Con esa energía rebosante en su cuerpo. Se encaminó hacia las puertas. Abriéndolas, ingresando así a su objetivo final. La sala del trono.

Victor liberó un suspiro cerrando la puerta. Tomó su pistola colt.45 y procedió a caminar. Pudo ver que frente a él, le esperaba Volkner. El señor del abismo. Parada frente a él. Victor caminó hasta detenerse frente a él. Los ojos carmesíes de Volkener batallaron contra los bicolores de Víctor, ese detalle no lo pasó por alto. Sabía que su antiguo cazador ahora había alcanzado un nivel más allá en cuanto a poder.

—Al fin llegas, Víctor.—Su voz salió calmada.

—Tus especialistas y soldados oscuros no me lo hicieron fácil. Volkner.

—Esos Especialistas no los traje yo, vivieron con Chris y Frederick, ah, supongo que están muertos ¿correcto?.—Victor asintió.—Lo supuse, armaste un buen espectáculo allí fuera.

Volkner se dio la vuelta alejándose de Víctor, atento a cualquier movimiento del Espectro.

—Esos traidores, uno está muerto en las calles, el otro aquí en la entrada. Dos de esos especialistas muertos, el ultimo huyó. Cobarde.

Sin girarse a verle el rostro, Volkner decidió preguntar al fin aquello que le carcomía.

—¿Que piensas hacer entonces Víctor?.

La respuesta llegó en forma de chasquido. Al girarse Volkner vio la pistola de Víctor apuntarle.

—Puedes simplemente rendirte, hacer una declaración donde ya no somos desertores ni traidores al abismo, regresandonos nuestros puestos y así darnos una oportunidad de arreglar este desastre o, puedes simplemente tener un enfrentamiento épico conmigo.—Victor se encogió de hombros.—Tu decides, de ambos modos te convencere de que rindas, muerto no sirves.

Hubo unos segundos de silencio. Tan veloz como un rayo, Volkner arrojó su espada hacia Víctor. De dos disparos rápidos la arrojó al piso. Volvió a disparar, disolviéndose, El señor del abismo desapareció. Víctor camino a lo que él apareció a su lado. Alejado, ambos caminaban formando un circulo.

—¿Que te hace creer que serán leales a mí?.—Preguntó arrojando una llamarada oscura hacia Víctor. El Espectro emergió un escudo de sombras, las llamas al impactar de deshicieron. A lo que Víctor respondió con dos disparos que Volkner esquivó.

—Muchos dudaron de nosotros, porque tiene un juramento hacia ti. Son soldados leales hasta la muerte.

Volkner invocó una lanza de oscuridad que arrojó hacia Víctor. El joven se detuvo de frente a ella, recibiendo el impacto de lleno. Al disiparse el humo pudo ver la sonrisa del joven. Con los aterradores Blasters detrás de él. Eran tres de ellos.

Volkner fruncio el ceño al ver al ese joven tan calmado. Fue cuando Víctor alzó la palma hacia él. Los tres blasters cargaron sus rayos de energía apuntando al señor del abismo.

—Yo te considero un padre a pesar de todos los errores se has tenido pero aun no es tarde para arreglarlos, para redimirte. Solo rindete.

Volkner apuntó su mano por igual hacia Víctor pero antes de poder hacer nada los tres esqueletos dispararon al mismo punto. Al impactar los tres rayos de energía generaron una enorme explosión que hizo temblar el lugar a sus cimientos. Al despejarse el humo se pudo ver a un Volkner arrodillado en el suelo. Víctor se acercó a él con calma. Al estar frente a frente, le tendió la mano. El señor del abismo alzó la mirada hacia el joven.

—Perdoname...—Susurró dejando caer una lágrima.

—No me pidas perdón porque no lo mereces, pero puedes ganartelo y redimirte, yo soy esa oportunidad.

Con una mirada de esperanza en sus ojos. Volkner tomó la mano del Espectro.

Cuando todos descendieron a la entrada del castillo. Los que estaban allí abajo. Los guardias, soldados, vanguardias, los vigilantes, el S.E.A, e incluso los tanquistas vieron con asombro a los Spectres junto con su comandante y al señor del abismo. Víctor los miró a todos y alzó un puño.

—¡La victoria es nuestra!.

A eso le siguió un grito de celebración. Que tronaria por todo el Abismo.

Vale aquí el Escritor. Uff este capitulo fue duro pero está listó.

Les traigo dos noticias, o bueno, una noticia y una opinión.

Primero, tenemos nueva portada echa por mi hermosa, bella y querida novia alejita5182 (-w-) que no la he podido subir por errores de wattpad (haré que los desarrolladores le den veinte vueltas al patio >:v) pero tranquilos que pronto la veréis

Lo segundo era que quería consultar con ustedes lo siguiente.

He tenido la idea de crear no se si un grupo o pagina de facebook sobre el universo del libro en cuestión. ¿Para que seria dicha pagina o grupo? Para poder publicar cosas referentes al Lore o universo del libro que os pueden interesar.

Como se creo que el abismo. Quien es el señor del tiempo, que son los Espectros avariciosos y cosas por el estilo con su respectiva imagen.

Dependiendo de sus opiniones, publicare la decisión de si creo la pagina o grupo.

Eso es todo. Se despide su escritor!

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