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Capítulo 28 "La Batalla De Las Llanuras Sangrientas"

30 de Julio del 2018
Alemania. Abismo.

Luego de la caída de Dormenst, comenzó la gran ofensiva de los merodeadores. Guiados por los nuevos generales de Gael, la fuerza merodeador se dividió en cinco fuerzas: El Ejército Merodeador del Este, Ejercito Merodeador del Oeste, Ejercito Merodeador del Norte, Ejercito Merodeador del Sur y el Ejército Principal. Esas cinco fuerzas unidas crearon la gran ofensiva del ejercito merodeador. La Legión De Infantería pesada 212 "Caballeros Oscuros" fue enviada al frente, durante los tres primeros meses, fue una dura guerra de enfrentamientos diarios, las líneas de suministros estaban cada vez más activas, por cada batalla había una alta demanda por equipo. El abismo mantenía bien abastecidos a sus soldados. Las tornas cambiaron cuando los merodeadores del Oeste cortaron las principales líneas de suministros con una ciudad sobrenatural de Noruega. Desde entonces, El Abismo había tenido que Mantener su esfuerzo bélico con sus propios suministros.

Debido a la dificultad de administrar tantos recursos de forma efectiva, al poco tiempo la 212 fue reducida y arrasada por la fuerza del Este. Ese fue el comienzo de un avance sin piedad sobre todo el territorio del abismo. Constantes batallas se sostenían en el frente, cada día haciendo retroceder a los soldados del abismo. Alexa junto con su escuadrón Alfa llevaban a cabo peligrosas misiones de saboteo, que al final, resultaban insuficientes. La vanguardia, vigilantes e incluso los soldados oscuros luchaban en el frente pero incluso ellos no eran lo suficiente para detener ese avance poderoso. Arrasaban poblados, los incendiaban, asesinaban a familias, violaban y tomaban mujeres de esclavas.

En el Abismo, las cosas no marchaban bien, la rápida escasez de recursos llevó a una serie de consecuencias. Varios negocios cerraron en el abismo, creando una caída en la economía. La falta de comida, comenzó a crear aun más descontento en la población, eso sumado a la creciente corrupción en la Guardia del Abismo que, al ser la encargada de repartir la comida entre la población, robaban gran parte de la misma para ellos y los suyos. Entonces, llegaron las manifestaciones. Múltiples series de manifestaciones comenzaron a surgir en el abismo, creando una crisis social y económica. Era un desastre.

Ese día, en el castillo del Abismo. En la sala del trono, Volkner suspiraba mirando a la nada. Sus ojos rojizos mantenían un brillo apagado, sentía como todo se desmoronaba encima de él. Su pueblo se alzaba en su contra. Cada día perdía más y más terreno. Su Cazador estaba desaparecido y Aldrich le había traicionado. Frederick y Chris eran sus consejeros pero sentía que a este paso no importaba la decisión que tomase, acabaría todo en una inmensa derrota. Suspiró derrotado. Hace un par de días atrás le había dado unos días de permiso a Alexa y Edison. Esos dos guerreros del equipo Alfa del S.E.A pues se lo merecían. Eran una pareja en medio de una guerra como muchas otras, sentía que por lo menos debía de darles unos días a ellos para compartir.

Cerró sus ojos. Una lágrima resbaló por su mejilla. Al abrirlos la miró sorprendido, hacia años que no lloraba. La retiró con rabia, se puso de pie, caminando hacia uno de los balcones de su castillo. Atravesó pasillos metido en sus pensamientos. Topándose con un pequeño grupo de la Guardia que custodiaba su castillo. Al llegar al balcón, se detuvo al borde de este colocando las manos en el pasamanos. Desde allí observaba la inmensa capital del abismo. Podía ver un punto amarillo en medio de la oscuridad, una protesta. Humo se elevaba en el cielo. Podía ver más columnas de humo en varios puntos donde habían pasado protestas viejas. Sentía que el Abismo moría con cada día que pasaba.

—Lizette.. Te necesito..

Susurró al viento.

Mientras tanto, en otro sitio del Abismo. La pareja de vigilantes caminaban por las calles cercanas al castillo. Allí se le había cedido una casa a Alexa para vivir por su gran servicio militar. Agarrados de la mano. Edison y la joven pelo azul caminaban hacia la casa de ella. Charlaban, reían, tratando de ignorar el ambiente deprimente del abismo. Las calles estaban vacías, solo las múltiples patrullas de la guardia estaban para mantener el orden. Edison y Alexa tenían un aspecto cansado, agotado, con ojeras no tan notorias de las que tenían cuando volvieron al abismo. Habían decidido aprovechar el permiso dado por su señor para así pasar unos últimos días tranquilos. Pues habían decidido al día siguiente formar parte de la fuerza que detendría las Llanuras del Abismo, estarían codo con codo con la 501. Según los informes, al paso que iban los merodeadores estarían en pisando las llanuras al amanecer del día siguiente.

Ingresaron a la sencilla casa de piedra, era de una planta pero lo bastante grande para tener tres cuartos, dos baños, cocina y sala de estar. Apenas ingresaron Edison le abrazó por la espalda besándole la mejilla mientras ella reía. Siguieron así hasta caer en el sofá grande. Allí se besaron lentamente. Al separarse, un brillo, como el de dos que se amaban con locura, estaba en los ojos de ambos. Y así era, tanto tiempo juntos les había echo forjar una relación estable. Al cabo de unos minutos cenaron juntos, entre miradas coquetas y uno que otro guiño y risas, terminaron la cena.

Alexa ingresó a su habitación cambiándose de ropa, quedando en unos cómodos shorts y un camisón. Dejando suelto su cabello. El le miró como si fuese lo más hermoso del mundo. No tardó en acercarse a ella, cruzando la sala sencilla de ella. No tardó en atraparla en sus brazos, uniendo sus labios en un beso lleno de deseo. Ella se sostuvo de sus manos, correspondiendo al beso con ese mismo deseo.

—Alexa..—Edison suspiró.—Seré sincero.. Te deseo..

Ella sonrió sobre sus labios, rozandolos con los de su amada pareja.

—Yo también te deseo...

Esa noche, entre besos y caricias llenas de una ardiente pasión recorrieron el cuerpo del otro. Conociendo cada rincón, saboreando sus pieles entre besos. Donde en el fuego intenso que es la pasión, acabaron siendo uno. Dando la mayor muestra de amor entre ellos, uniendo pieles, en movimientos únicos, entre besos y caricias.

Hasta el fallecer de la noche.

*********************
31 de Julio del 2018
Alemania. Llanuras del Abismo.

—¡Se acercan!.

Gritó un Teniente Coronel de la legión 501 de infantería pesada. La gran masa de infantería del abismo, compuesta por caballeros pesados, piqueros y lanceros, estaba escondida bajo una serie de trincheras que se colocaban delante de una loma en la cual estaban varios grupos de arqueros listos para disparar. Alexa estaba allí en la trinchera, viendo al borde del suelo como de de entre los arboles se hacia presente el ejercito enemigo. Primero llegaron filas de caballería, luego columnas de caballeros mercenarios, seguidos de licántropos y otros seres sobrenaturales. Atrás se asomaban catapultas que se veían amenazantes. Era una fuerza considerable en números. Más y más solados emergían del bosque tomando sus posiciones. Aumentando la fuerza del ejercito, era un verdadero ejercito profesional contra la pequeña fuerza del resto de la 501, pues la gran parte de la legión fue diezmada en conflictos anteriores.

Ella miró apretó la tierra con impotencia, eran demasiados para ellos, incluso al tener la ventaja del terreno, sabia que serian arrollados debido a sus números. Miró con rabia, pues si ellos fallaban, el abismo quedaría expuesto a una invasión. A menos que ocurriera un milagro, dudaba que ellos lograrían salir vivos de esta. Entonces, sintió una mano apretar la suya. Se giró a la derecha, allí estaba Edison sonriendole, tratando de darle ánimos a pesar de la pésima situación.

—Podemos ganarles, tenemos la ventaja del terreno.

Ella negó. Por un momento miró la creciente masa de soldados, para luego mirarlo a él.

—Son demasiados, podemos acabar con unos mil soldados pero los miles detrás de ellos nos aplastarán.—Ella le miró con tristeza.—Somos la ultima línea de defensa, si fallamos el abismo caerá ante ellos, no podemos... No quiero perderte..

El le abrazó con fuerza. Alexa le rodeó con sus brazos, sintiendo la misma calidez que había sentido la noche pasada. Cómoda entre sus brazos exhaló. Se separaron, con él sosteniéndole de los hombros con una mirada intensa.

—Se que somos menos, Alexa, tenemos la desventaja ¿Para qué ser optimista entonces? Te diré que estos hombres tienen miedo, miralos.—Alexa se detuvo a mirar a cada uno de los guerreros allí presentes, Edison tenia razón, en sus rostros se podían ver los nervios e incluso el teniente coronel tenia miedo.—Son hombre desmoralizados simplemente resignados a morir, incluso yo tengo miedo, necesitamos un líder Alexa, necesitamos que nos guíes.

Alexa abrió los ojos con miedo, a lo lejos se oyeron los cuernos de guerra de los merodeadores.

—¿Yo?.—Preguntó con miedo.—No.. No me veo capaz...

Edison se alejó de ella. Detrás de él, los demás miembros del S.E.A se acercaron a ver la pequeña discusión que pasaba desapercibida para los demás.

—Alexa, miranos, nos has dirigido en toda esta asquerosa guerra, has sido nuestra líder, nos has dado ese aliento, ese sentido de liderazgo que nos ha mantenido adelante.—Los demás miembros del grupo alfa asintieron ante las palabras del pelinegro.—Estos hombres necesitan alguien que los inspire, que los dirija así sea a su muerte, solo somos nosotros y los restos de las demás divisiones, regimientos y brigadas, todos ellos están en el abismo, nosotros somos lo ultima que queda dispuesto a luchar, los demás se han rendido, solo necesitan alguien que les guíe.

Edison le tomó ambas manos entre las suyas.

—Tu puedes hacerlo.

Ella bajó la mirada, no tenían tiempo. Edison tenia razón, si debían de morir, lo harían con honor y de frente contra el enemigo. Haría que esta ultima batalla quedase grababa en los libros de historia. Alzó la cabeza decidida. Se dirigió al borde de la trinchera donde pudo ver al ejercito enemigo ya formado. Salió de la trinchera bajo la atenta mirada de los múltiples soldados allí. Incluso habían vigilantes, vanguardias y soldados oscuros. Armados con sus fusiles. Ella pasó la mirada por todos, les daría aquella dosis de valor que les faltaba.

—!soldados del abismo!.—Gritó.—¡Se que están cansados, hambrientos y desanimados! ¡Tienen miedo! ¡Lo sé! ¡Pues yo también lo tengo!.—Señaló hacia el ejercito enemigo.—¡Allá está un enemigo que nos supera de diez a uno! ¡Un enemigo descansado y bien alimentado con sed de sangre! ¡Pero nosotros no vamos a retroceder, hemos jurado defender el abismo y eso haremos como soldados fieles!.

Pudo ver el brillo del valor recorrer los ojos de los soldados, poco a poco, mostraban rostros aguerridos, dispuestos a morir.

—¡Somos todo lo que se interpone entre ellos y nuestro hogar! ¡Somos lo último que protege a nuestras familias, esposos, padres, madres e hijos! ¿¡Van a dejar indefensos a se familiares!?.

—¡NO!.

Gritaron al unísono los cientos de hombres. Ella asintió.

—¡Soldados del abismo! ¡Llevemos la lucha a ellos! ¡Si vamos a morir, vamos a morir con honor!.

Un potente grito de cólera contenida en los soldados invadió el lugar mientras los cientos de soldados abandonaban las trincheras, formándose listos para cargar contra un enemigo implacable. Los cuernos de los merodeadores sonaron de regreso, ella se giró hacia el ejército que se comenzaba a mover hacia ellos. Tomó su mangual apuntando hacia ellos.

—¡Adelante!.

Un rugido de guerra salio de las gargantas de los soldados mientras todos corrían hacia el ejército enemigo que por igual se acercaba. Ella corrió junto con el resto, dirigiéndose de cara a la muerte. Detrás de ellos los múltiples arqueros bajaron de la loma, más atrás de la fuerza principal corrieron detrás de los cientos de guerreros hasta estar a distancia de tiro. Apuntaron al cielo distando cientos de flechas que volaron, llenando el manto azulado de puntos negros, dirigiéndose hacia la caballería y los soldados de primera línea.

Alexa vio como los soldados alzaban sus escudos cubriéndose de los ataques, las flechas impactaban en sus escudos, clavándose o rompiéndose. Los hombres a caballo no fueron tan suertudos con varios muertos por las flechas. Eso ánimo aun más a los soldados del abismo. Que corrieron con más velocidad hacia la infantería enemiga. El choque fue épico con espadas cortando hombres a sus pasos, chispas volando por los aires al chocar los metales, golpes que iban y venían. Alexa agitó con rapidez su mangual impactando en el rostro del primer soldado enemigo que avistó. Ese sería el primero de muchos.

Entre el caos de cuerpos y muerte, Alexa luchaba por abrirse paso. Se había impuesto como objetivo eliminar las catapultas. Pero antes tendría que abrirse paso. Energía eléctrica se acumuló en su mano mientras arrojaba descargas a varios soldados mientras a los otros los eliminaba de impactos crudos con su mangual. Atravesando la línea enemiga. Desde su derecha emergió un caballero con escudo de torre, trató de golpearla con el escudo pero ella le esquivó dando un paso hacia atrás. Arrojó la ultima descarga que tenía, el caballero la bloqueó con su escudo resistiendo el impacto. Alzó su espada larga, dejándola caer en vertical, ella se hizo a un lado, movió en círculos su mangual. El impacto del mismo fue devastador, justo en la barbilla, derribándolo hacía atrás. Sin perder más tiempo Alexa siguió avanzando.

La batalla seguía, y por cada soldado merodeador caído dos más ocupaban su lugar, Alexa derribo a otro caballero con un impactó de su mangual en el pecho. Se sentía cansada, los hombros le dolían y las catapultas se veían lejos. Repentinamente vio como uno de los licántropos iba hacia ella, se puso en guardia, pero aun así no evitó la embestida. Su cuerpo se llenó de dolor mientras era derribada por la bestia de cuatro patas. Allí sobre la tierra, el cielo estaba opacado por la figura del hocico del lobo. Gruñó mientras ella intentaba zafarse. Se removió, el licántropo abrió sus fauces. De repente fue arrojado lejos de ella, dándose cuenta de que estaba libre, Alexa se repuso, aun sentada, vio a Edison clavándole su enorme cuchilla en el cuerpo del lobo. Trató de ponerse de pie, mientras lo hacia tres piqueros iban de frente contra ella. Casi como una cámara lenta, Xia apareció saltando desde la derecha de ella, apuntando con su arco en el cual habían tres flechas tensadas. Las liberó, haciéndolas impactar en el cuerpo de cada uno de los piqueros. Edison se acercó a Alexa dándole la mano.

La tomó colocándose de pie, junto a ellos pasó la titánica figura de Argos con su martillo de guerra, hacia él venían un lobo seguido de un vampiro. El lobo se adelantó hacia él, arrojándose a lo que Argos detenía su embestida, derribándolo en lugar de él. Una vez en el suelo, Argos alzó su martillo aplastando su cabeza dejando solo un reguero de huesos y sangre. De otro lado aparecieron Sanders y Carson corriendo hacia el vampiro. El mismo se dirigió hacia ellos, detrás del ser chupasangre venia un mago oscuro, de sus manos emergió un rayo de energía que iba hacia ellos. Carson se adelantó colocándose delante del rayo, deteniéndolo con su escudo mágico. Ssnders corrió chocando contra el vampiro. Era rápido, logró asestarle varios golpes en el cuerpo, Sanders no se dejo derrotar. Con su bastón le golpeó en la rodilla derribándolo, luego en el rostro enviándolo al suelo antes de romperle la columna de un impacto con su bastón.

El rayo de energía oscura se deshizo contra el escudo de Carson, al bajarlo tomó su espada y la arrojó hacia el mago incrustándosela en el pecho. Sanders se acerco sacando la espada del pecho del difunto, para luego clavarla en el corazón del vampiro. Mientras, Alexa y Edison corrían eliminando soldados enemigos. Las tropas del abismo comenzaban a notar sus bajas, las cuales ya eran varias, se comenzaban a cansar, luchaban contra una fuerza superior en números pero sin dejarse vencer, los soldados luchaban con valor. Edison atravesaba a los enemigos con sus garras y cuchillas. Cubriendo los lados Expuestos de Alexa mientras ella destrozaba huesos de los enemigos con su mangual. Otros caían por la flechas de Xia, algunos morían bajo el martillo de Argos, en bastón de Sanders o la Espada Bastarda de Carson. Los arqueros del abismo lanzaron otra lluvia de flechas que sesgó la vida de muchos de los caballeros merodeadores. Entonces, la brecha se abrió.

Entre la confusión de los caídos, Alexa aprovechó junto con Edison. Eliminaron a todos aquellos atravesados en su camino. Entonces, llegó donde las catapultas. Un grupo de Caballeros se arrojó hacia ellos, pues estos cubrían las catapultas. Edison se adelantó cortando a tres de ellos de un tajo con la cuchilla. Alexa vio como más grupos de caballeros iban hacia ellos, pues eran mas de cinco catapultas.

—¡Corre hacia las catapultas!.

Le gritó Edison mientras detenía una espada con sus garras antes de clavar su cuchilla en el estomago del caballero. Otro más se acercó, Edison le cercenó un brazo de un rápido corte, otro más llegó por la derecha, se agachó esquivando su ataque cortándole las piernas con velocidad. Gritó de dolor al sentir el corte en su hombro. Se giró con rabia, pero antes de matar al caballero, recibió el impacto de un rayo en el pecho. Alexa veía como eran más que él, lo estaban rodeando y poco a poco lo herían. Entonces, al ver como recibía un corte en el costado, usó uno de sus mas fuertes ataques. Alzó su mano en la cual una dolorosa acumulación de energía eléctrica llegó.

—¡Tormenta Eléctrica!

La energía salió despedida soltando un grito de dolor, ahora se preguntaba como el Espectro pudo usarlo sin siquiera quejarse. De repente la descarga cayó en los cuerpos de los caballeros, pasando de cuerpo en cuerpo, chamuscándolos. Cayeron muertos, Edison por igual se dejó caer herido mientras ella se acercaba a él gritando su nombre, se agachó a su lado.

—Edison...

—Corre.. acaba con las catapultas.—Hizo una mueca de dolor.—¡Vamos estoy bien!

Justamente entre los mercenarios merodeadores emergió otro vampiro, con su velocidad sobrenatural se lanzó a por ellos. Alexa alzó su mangual, pero no le daría tiempo. Antes de tocarlos, tres flechas impactaron en el corazón del mismo. Matándolo en el acto. Xia, junto con el resto del equipo alfa aparecieron. Argos, cargó a Edison sobre su espalda.

—Lo llevaremos con el resto, estamos en retirada.—Informó.

—Bien, Carson, Sanders conmigo. Xia ayuda a Argos.

Acatando las ordenes como soldados profesionales, Alexa corrió hacia las catapultas seguida de los otros dos fuerzas especiales. Los catapulteros desarmados al verlos correr hacia ellos, les miraron con pánico. Alexa no les dejó huir, arrojó varias descargas eléctricas hacia los merodeadores, matándolos. Carson, al ver las catapultas de madera, creó bolas de fuego arrojándolas hacia ellas. Incendiándolas. Un grupo de soldados merodeadores les avistó, Sanders se encargó de ellos. Derribó a dos barriéndoles los pies, otro más cayó de un golpe seco en el riñón, esquivó un ataque derribándolo al ultimo de un golpe en el plexo solar. Alexa arrojó una descarga sobre otro catapultero. Al llegar a la ultima, se aterró, estaba cargada y lista para disparar. El catapultero le miró con odio.

—¡No!.

Cortó la cuerda y la catapulta disparó. Con rabia corrió hacia el operador de la catapulta golpeándolo en el rostro con su mangual, destrozándole el rostro. Alexa vio la inmensa bola de piedra surcar el cielo. Se subió a la parte más alta de la catapulta y con horror vio la trayectoria del proyectil. Argos corría fuera del combate junto con Xia y Edison a sus espaldas. La sombra de la inmensa piedra les cubrió, los tres se giraron con terror viendo la muerte caer sobre ellos. Corrieron con más rapidez. En pocos segundos la piedra impactó con un estruendo que parecía un cañonazo. Ella gritó de dolor.

—¡¡No!!.

Se lanzó de la catapulta, corriendo sin detenerse hacia sus compañeros, hacia su amado. Detrás de ella iban Carson y Sanders. Los tres atravesaron con más rapidez la linea enemiga, matando a unos cuantos por el camino. Fue muy tarde cuando notaron a los enemigos, pues estos les habían pasado de largo ya. Siguieron corriendo aproximándose al lugar donde estaba el proyectil. Alexa veía como varios soldados del abismo yacían muertos, y como perdían terreno. Aunque nada le importaba más. Le vio metros más allá en el suelo. Vio como Xia se acercaba agachándose a su lado disparando flechas hacia los enemigos. Argos por su parte, estaba un par de metros más lejos, apenas incorporándose. Se agachó junto a Edison.

—Edison.. Vida... Mi vida reacciona..—Dijo con nervios, sus manos temblaban. Lo sostuvo entre sus brazos. Tenia rostros de sangre y tierra en su rostro. Sus heridas sangraban sin ser atendidas. No respondía.—Edison...

Sollozó. Para su alivio, en el rostro del pelinegro se marcó una mueca de dolor, abrió los ojos parpadeando varias veces. Sus miradas chocaron y el sonrió.

—Creí que ya no lo contaría.

Ella sonrió.

—No puedes morir imbécil..—Pasó una mano por su rostro.—No lo permito...

La tierra tembló bajo ellos. Fue una serie de temblores, casi seguidos, casi derriban a los soldados del abismo. Al detenerse, ella vio una imagen en el horizonte que echó por suelo todas sus probabilidades se sobrevivir. Allí, donde estaban las catapultas que ahora solo eran maderas incendiadas, estaban cuatro inmensos golems de granito. Las bestias rugieron de forma amenazante hacia el aire. Los soldados del abismo, los pocos que aun quedaban, se voltearon a verle.

—!!Retirada!!.

Gritó con todas sus fuerzas. Eso fue como un grito de rendición, pues sin dudar los soldados abismales comenzaron a huir, con varios cayendo por ataques en las espaldas. Alexa se puso de pie tomando a Edison por la camisa arrastrándolo. Con su mano libre arrojaba múltiples descargas, pero con cada caído otro más llegaba. Xia por igual disparaba sin temor, lograron retroceder con ayuda de Sanders hasta donde estaba Carson ayudando a Argos. El equipo entero se reunió mientras a su alrededor los soldados huían. El ejercito merodeador se acercaba confiado hacia ellos, con sed de sangre. Listos para vengar a los caídos. Era el fin de ellos. Suspiró, colocándose de frente con su mangual en mano. A su lado, los demás miembros del equipo alfa se colocaban a su lado. Lucharían hasta la muerte.

Hacia ellos la muerte iba en forma de un ejercito inmenso. Pero hacia el ejército iba la muerte por igual. De la nada, se escuchó en toda la llanura, un silbido que rompía el aire. Todos, tanto los soldados del abismo que huían como los merodeadores se detuvieron, perplejos miraban el cielo buscando el origen del misterioso silbido. Alexa y los suyos igual.

El sonido se hizo mas fuerte, los soldados merodeadores miraron al cielo. Lo ultimo que vieron fue un proyectil caer sobre ellos. Rápido, como la muerte súbita, llegó la primera explosión. Directamente en la primera linea de los merodeadores. Gritos de agonía tronaron por el lugar mientras los cuerpos volaban. La onda expansiva arrojó a Alexa y a los suyos contra el suelo, metros más allá. Ella alzó la mirada al escuchar con claridad como más de esos silbidos rompían el aire. Con dificultad pudo ver las estelas de los proyectiles al caer, eran alargados y puntiagudos. Tres más, cayeron en secuencia. Tres explosiones que parecían romper la tierra siguieron cayendo, más silbidos, lo poco que restaba de la primera linea merodeadora retrocedió en vano, puesto que los proyectiles siguieron cayendo. Cuatro explosiones que hicieron temblar la tierra, barriendo la primera linea por completo. Cuando las nubes de polvo se despejaron, lograron ver como las llanuras ahora estaban llenas de cadáveres enemigos. Todos los soldados junto con los arqueros que habían bajado de la meseta veían con asombro aquello. Aun quedaban las retaguardias y los golems pero aquello era como si un mismísimo dios les hubiese salvado.

De la nada, a los pies de los arqueros cayó un pequeño objeto redondo. Era blanco y de metal. De la nada comenzó a arrojar humo blanco. Varios más de esos, muchos, cayeron poco a poco levantando una espesa nube de humo blanco. Alexa desde el suelo,aturdida, vio como los arqueros atemorizados salían del humo. Los soldados se acomodaron junto con el equipo de Alexa y los arqueros. Se agazaparon, esperando con miedo, ya nos sabían que esperar.

Se oyeron sonidos de cadenas, con el rugir de muchos motores. Todos de miraron confundidos.

Entre el humo emergieron figuras que no pensaron ver en todas sus vidas. Deteniéndose al unísono, emergió del humo una larga columna de tanques alemanes Leopard 2a5 de color negro con una calavera pintada en el costado del cañón. Imponentes máquinas de acero con aleaciones de tungsteno, con un largo cañón de ánima rayada. Lo ultimo en tecnología tanquista en el mundo. Los tanques se detuvieron. Encima de ellos se podían ver a grupos de hombres en los tres primeros. Encima de las torretas. La gran mayoría descendió del tanque, dejando solo a uno operando la segunda ametralladora del cañón, y a otro que salia de una escotilla.

—¡Avanzar!.

Los tanques obedecieron la orden del líder. Arrancaron con el rugir de sus motores. Avanzando con rapidez hacia sus enemigos. Detrás ellos, los soldados que se veían como soldados alemanes, avanzaban cubriéndose en los mismos. Alexa vio como hacia ellos iban los tanques sin detenerse, les iban a arrollar.

—¡Quitense del camino!.

Les gritó el comandante de aquel tanque. Alexa arrastró a Edison lejos del camino, mientras que con esfuerzo un grupo de solados ayudaban a Argos. La tierra tembló cuando el tanque pasó a su lado. No lo creyó cuando lo vio, no podía ser él.

El comandante de aquel tanque era El Espectro de Alemania. Junto con él en la torreta iba operando la segunda ametralladora una chica que se veía muy joven. El tanque pasó junto a ellos, detrás los soldados pasaron sin siquiera mirarles. Solo uno lo hizo, y al hacerlo Alexa vio las máscaras que llevaban. Eran inquietantes.

Desde la cabina del capitán del tanque, el Espectro iba mirando hacia el horizonte. Tomó un par de binoculares observando las tropas enemigas, pudo ver con regocijo el miedo en ellos al ver la larga columna de más de diez tanques. Todos hacia ellos. Entonces, tomó la radio.

Aquí Blindado Espectro 1, concentrar el fuego de ametralladora y obús en la infantería enemiga.

La orden se repartió por todos los tanques. El Espectro tomó la ametralladora Mg42 de su cabina rastrillando el arma. Apuntando hacia la infantería enemiga. Como se les instruyó a los artilleros, repitieron la orden antes de disparar.

Infantería enemiga ¡Fuego!.

El cañón disparó el obús, escupiendo una nube de humo. El proyectil cayó con rapidez sobre el enemigo, creando una explosión que acabó con varios de ellos, el resto de tanques disparó, atronadoras explosiones invadieron el lugar acabando con mas vidas enemigas. Las ametralladoras dispararon a discreción, eran rápidas, sonaban como sierras al cortar la tela, partiendo a los solados enemigos sobrevivientes, sin piedad El Espectro disparaba, se detuvo mirando a Angelique a su lado la cual disparaba con una pierna sobre la cubierta del tanque y la rodilla en la torreta, se le veía gozar al acabar con la vida de sus enemigos. Los cañones siguieron disparando acabando con más vida enemigas. Estaban a 800 metros de los Golems. Las orugas del tanque aplastaban los cuerpos sin vida, llenándose de sangre, vísceras y porquería.

Va a ser asqueroso limpiar las orugas después de esto.

Comentó un conductor por la radio, la misma se llenó de risas. El Espectro sonrió. Al estar a los 700 metros, dio la siguiente orden:

Atención aquí Blindado Espectro 1, concentrar fuego de cañón en los golems.

Luego cambió la frecuencia.

Conductor, avance a velocidad alta. Artillero, golem enemigo delante, a 650 metros, fuego.

—Avanzar a velocidad rápida.

La torreta del tanque apuntó hacia el objetivo designado. El cañón se elevó unos grados, apuntando al rostro del golem. El artillero repitió la orden.

Golem enemigo ¡Fuego!.

El cañón disparó, escupiendo fuego. Una explosión se vio en la estructura del golem. El mismo se tambaleó mientras un pedazo se su costado se caía. Los demás tanques dispararon contra los objetivos de sus comandantes. Otro obús impactó en el golem, otro más erró cayendo detrás del mismo explotando. Uno de los cuatro golems cayó humeante.

Sigue en pié, ¡Fuego!.

—¡Fuego!.

El tanque disparó de nuevo, esta vez destrozando el rostro del golem. Cayó eliminado. Los demás tanques siguieron disparando acabando con los golems. La infantería al ver como sus mejores armas caían, al ver como los tanques avanzaban impolutos, decidieron huir. En desbandada, corrían en dirección contraria a las bestias de metal. Huyendo hacia el bosque, hombres lobo y vampiros, Sacra y demás. Podían huir pero el Espectro tenía un plan para acabarlos.

Atencion aquí Blindado Espectro 1, fuego a discreción.

Los tanques dispararon, las ametralladoras dispararon en una lluvia de plomo y muerte. Acabando con los merodeadores. Los tanques se detuvieron en el linde de la llanura con el bosque. Los merodeadores se detuvieron, dándose la vuelta hacia ellos. Detrás de los tanques salieron los soldados que con sus fusiles de asalto les apuntaron. Una lluvia de fuego y plomo cayó sobre ellos, las ametralladoras junto con los fusiles masacrando na los soldados merodeadores, cuando se detuvieron, solo un puñado de ellos había huido por el bosque. El Espectro se apoyó en la tapa de la escotilla y salió, parándose sobre la torreta del tanque. Bajo la atenta mirada de los comandantes, soldados y de Angelique tomó su radio.

Aqui líder Espectro a Bombardero Junker ¿Me recibe?

En las alturas, surcando los cielos, iba una formación de veinte bombarderos en picada Junkers Ju-87 "Stukas" el líder de la formación recibió la señal.

Te recibo alto y claro líder Espectro, aquí Bombardero Junker 1 a sus órdenes.

—Tenemos enemigos huyendo por el bosque, según mis cálculos se estarán deteniendo en un claro cercano. Acabenlos

—Copiado líder Espectro.

Desde lejos, Alexa, los oficiales entre los cuales apareció Dracks, incluso sus miembros del equipo alfa veían con asombro la devastación causada por los tanques alemanes. Aun no podía creer que ese mercenario ahora tuviese un ejército moderno a sus órdenes. Era asombroso, no podía evitar verlos con una especie de heroísmo, con admiración, pues eran los que habían salvado sus vidas. Regresó su atención a Edison, el cual se quejaba a causa de las heridas, con horror vio la cantidad de sangre perdida. Edison se veía mareado.

—¡Medico!.—Gritó con fuerza. Mas no había médicos disponibles.

Xia a su lado de agachó.

—Se que sonará loco, pero ellos pueden darnos ayuda medica.

Alexa miró con determinación hacia aquellos soldados. Asintió.

—Vamos.

Tomó a Edison pasando un brazo por su detrás de su cuello. Carson llegó ayudándole con el otro lado y entre ambos, iniciaron la larga caminata, seguidos por Xia, Sanders y un mareado Argos. Detrás de ellos, los demás le siguieron incluso los oficiales.

Los soldados merodeadores se detuvieron en el claro donde horas antes había estado reunida una fuerza imponente de tropas. Ahora no eran más que el remanente. Habían sido destruidos. No lo podían creer.¿De donde habían salido esos tanques? Era una locura, ¿Como había obtenido el abismo esos equipos? Fue cuando ese soldado supo que ellos no eran del abismo. Miró a sus demás compañeros, eran casi cien. Podían huir, pues lo tanques no les habían seguido.

El sonido de una alarma taladró sus oídos. Una alarma aguda mezclada con el sonido de un motor en descenso. Miró al cielo, se petrificó al ver salir de entre las nubes una serie de aviones cayendo en picada hacia ellos. Sabia que era su fin.

Los bombarderos bajaron en picada dejando caer sus cargas a cierta altura. Veinte explosiones destrozaron el área mientras los bombarderos volvían a su base aérea.

Aquí Bombardero Junker 1, objetivo eliminado, volvemos a la base, corto.

—Copiado Bombardero Junker 1, que tengan buen vuelo.

El Espectro sonrió bajo la máscara. Era una sonrisa llena de euforia, llena de felicidad y alegría pues habían obtenido la victoria. El Espectro se giró hacia los soldados que le miraban, alzó el puño en victoria.

—¡La victoria es nuestra!

Los Espectros soltaron un grito de gloria, alzando sus armas al cielo. Fueron varios vítores, celebrando por su primera victoria en acción. El Espectro bajó chocando manos con sus comandos, y estrechando las manos de los operadores de los tanques. Los Espectros celebraban entre si, pues tampoco habían tenido bajas. Angelique llegó a su lado, posando una mano en su hombro, se inclinó levemente hacia su oreja.

—Lo hiciste Mi Cazador.

Ella le sonrió coqueta a los que él le acarició la mejilla. Pero su atencion se alejó de ella al ver como se acercaban las tropas del abismo. Sabia que no les atacarían, pero él sabia también quienes estaban allí, los había visto desde el tanque, lo menos se quería era otro enfrentamiento.

Alexa se acercaba lo mas rápido que podía. Llegó a un punto, quedándose a unos pocos metros del Espectro y sus soldados. Detrás de ella, el resto de los soldados del abismo se detuvieron. Todos observaban a los misteriosos salvadores. Hombres y alguna que otra mujer, todos vestidos de negro de pies a cabeza, portaban las notorias botas militares. Cascos con accesorios y fusiles modificados. Vio como uno de ellos se acercaba a un soldado merodeador moribundo, le colocó la bota en la espalda y le ejecutó de un tiro en la cabeza. Sin inmutarse, siguió. Entonces, su mirada cayó en él. El Espectro que le miraba igualmente, a su lado estaba una joven que portaba una vestimenta poco usual. Parecía más bien una sirvienta que un soldado. Vio que le susurra algo en el oído. A lo que él asintió. Alexa vio como a su lado se detenía el Primer Teniente Dracks, ambos se miraron. Observó como junto al Espectro se detenía uno de sus soldados.

—Espectro de Alemania...—Dijo ella mirando al temido mercenario.—Se que no somos de tu agrado, te agradezco en nombre de todos estos hombres el salvarnos pero ahora te pido un favor..

Ella recostó a un débil Edison en el suelo de grama. Él le miró detenidamente. Entonces le miró a ella.

—Ayudame... Salva a quien amo...

Hubo unos momentos de silencio. Ella le pareció ver como apretaba el puño repetidas veces. Sintió que no le iba a ayudar. Entonces, aquella joven tomó la mano del Espectro susurrándole algo de nuevo en el oído, el soldado le tomó del hombro asintiendo a sus palabras. Bajó la mirada soltando una mezcla de suspiro y gruñido. Sin decir nada, avanzó hacia ella, cortando el espacio entre los dos. Al ver la forma amenazante en la que se acercaba a ella, sus compañeros del equipo alfa alzaron sus armas, ella les detuvo haciéndoles una seña. Entonces, el Espectro y el soldado se detuvieron a los pies de Edison.

—Primer Teniente Dracks, Sargento Mayor de Primera Alexa Lawrence.... que les quede claro que no tengo nada en contra de ustedes o algún soldado del abismo.... Solo estoy e contra de quien los dirige y de sus consejeros, los corruptos soldados oscuros Frederick y Chris.

A lo lejos, montada en la torreta de un tanque estaba una mujer, vestía con un uniforme verde oliva manchado de barro y sangre. Su rostro estaba pintado con una calavera y llevaba una boina negra con el símbolo de los SPECTRE. Uno de los comandos se detuvo cerca de ella.

—Sargento Rosamund, ¿Que tanto mira?.

Ella río.

—Algo que dejará a todo el mundo patas arriba.

Alexa le miró asombrada. Como podía saber todos esos nombres.

—¿Por que...?

Él soltó una risa amarga.

—Pues verás, Sargento Lawrence....

El se llevó la mano a la máscara, la cual para sorpresa de todos menos sus propios Espectros, se quitó. La sorpresa fue inmensa. Todos le miraban como si fuera un fantasma, alguien que debería de estar muerto, Dracks le miraba con ojos asombrados, pero Alexa, ella le veía como si fuese algo impensable, algo imposible.. Como si no pudiese ser él. Su sorpresa fue aun mayor cuando el soldado por igual se quitó la mascara, dejando ver el rostro de un viejo amigo.

—A veces los muertos volvemos de la tumba.

Dijo Víctor Perez, antiguo Cazador del abismo con sus dos ojos brillando de un intenso carmesí, junto con si antiguo guardián y maestro, Aldrich Vanguardia del Abismo.

Alexa no lo podía creer.

Habían vuelto.

Aquí su escritor. Les dejo este capitulo antes de irme de campamento militar por 15 días. Así que nos veremos, dentro de 15 días muchachos :3

Hasta luego!

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