Capitulo 26 "El Inclemente Avance Merodeador"
6 de Enero del 2018
Alemania. Ciudad en Ruinas de Mernst.
Las tropas merodeadoras chocaron inclementes contra la primera linea de la 11 División de Infantería Ligera, los mercenarios no tardaron en chocar espadas contra los soldados. Muerte era lo que se podía ver en el campo donde los guerreros caían por lanzas o cortes de espadas. Uno de aquellos soldados abismales, corría con la lanza en alto, captó como uno de los merodeadores atravesaba con su espada a un aliado y sin tener duda le arrojó la lanza, atravesándole el pecho en seco. El mercenario cayo llevándose una mano al pecho. No logró recuperarla debido a la poderosa garra que le atravesó el pecho. El licántropo la sacó, dejándolo caer muerto. Era alto, de tres metros y pelaje marrón, junto a el iban otros dos más pequeños.
—¡Arrollenlos!.—Ordenó.
Los mercenarios obedecieron sus ordenes. De entre los escombros emergió sorpresivamente la caballería, arremetiendo contra la infantería enemiga. Lanzas y espadas, los jinetes avanzaban acabando con varios enemigos antes de que sus caballos fueran abatidos por algún ballestero, pero no duró pues los arqueros del abismo hicieron acto de presencia, atacando a la distancia, desde alturas, desde los escombros. Entre los escombros los arqueros disparaban sus flechas acabando con los mercenarios, pero varios fueron eliminados por las bolas de fuego arrojadas por los tres magos que acompañaban a la división merodeador.
Dracks y Gristell se unieron al combate dejando atrás al Coronel. Junto a un grupo de soldados armados con espadas, se internaron en el combate. Dracks, mejorado en el arte de la espada, desvío la espada de un enemigo y le atravesó el cuello. Al caer pudo ver el mayor problema. Tenían de líder a un licántropo, a otros dos junto a él, a tres magos y un brujo que por el momento no hacia nada más que observar. Se giró hacia el primer teniente.
—¡¡Gristell acaba con los magos!!.—Ordenó gritando con toda la fuerza que tenia.
Gristell asintió, y dirigiendo un grupo de soldados decidió abrirse paso hacia los magos que estaban acabando con los arqueros. Dracks dirigió su mirada a los lobos, de ellos se encargaría él. Dirigiendo su tropa avanzaron hacia los licántropos, luchando su camino hacía el líder enemigo. El grupo se seis soldados, con arduo trabajo se abrieron paso luchando. Dracks bloqueó, golpeó, pateó, cortó y decapitó enemigos hasta poder llegar cerca de los lobos. Un merodeador con hacha trató de atacarlo por un costado, le esquivó agachándose y dándole una estocada en el estómago. Retiró la espada y le derribó de un corte en el rostro. Siguió eliminando enemigos, hasta girarse y por cuestión reflejos chocar su espada contra las filosas garras de un lobo. Tras el filo de la espada pudo ver una hilera de filosos colmillos y dos orbes amarillentos mirándole con odio.
Haciendo honor a su reputación de tener una magnifica fuerza, le empujó hacia atrás, su cuerpo se resistió, por lo que solo se alejó un par de metros. A su alrededor sus soldados luchaban contra los mercenarios, con solo una baja. Él estaba atento al lobo. Este le gruñó, entonces, por encima del licántropo se arrojó otro, que con sus fauces abiertas iba por Dracks, alzó su espada listo para recibir el impacto. Como un relámpago, una descarga eléctrica impactó en el pecho del lobo haciéndolo caer hacia atrás, soltando un gemido lastimero mientras que de su pecho emergía humilló blanco.
Dracks miró hacia atrás. Logrando ver como el escuadrón especial que iba con ellos entraba en acción. Un destello azulado arrojó a varios mercenarios por los aires. Era la Sargento Mayor de Primera Alexa quien le había salvado. Al eliminar a los que tenía rodeados, avanzó hacia el lobo.
Alexa, dirigió otro rayo a su mano y lo arrojó hacia un mercenario desprevenido. Esquivó un corte de espada y al girarse eliminó al merodeador de un impacto en el cráneo con su mangual. Se dio la vuelta, hacia ella iba un piquero, no podría esquivarle. Aunque no haría falta, Edison emergió arremetiendo con uno de sus brazos convertidos en una filosa hoja metálica enorme. Le atravesó el pecho, tras sacarla del cadáver, se giró hacia ella y le guiñó un ojo. Alexa avistó a un ballestero detrás del joven.
—¡¡Detras!!.
Gritó, Edison se giro, alzó su mano izquierda formando unas enormes garras de metal que detuvieron la flecha, antes de poder atacar tres flechas de forma consecutiva impactaron en el ballestero. Edison y Alexa se giraron para ver a su salvador, o mejor dicho salvadora. Era la arquera Xia del equipo de Alexa. Ella usaba un arco del cual siempre disparaba tres flechas en lugar de una. Ella se acercó seria a sus dos superiores.
—Menos coqueteto y más lucha por favor.—Dijo señalando al capitán.
Dracks estaba luchando contra el líder licántropo, aunque tenia las de perder, no se rendía a pesar de verse exhausto. Sin decir palabra Alexa corrió hacia él seguida de sus dos compañeros. Por el caminó eliminó a dos mercenarios mas con su mangual, mientras que las otras amenazas eran eliminadas por Edison o Xia. Dracks fue derribado de una fuerte tacleada, el lobo alzó su garra, no llegaría a tiempo. Se detuvo, teniendo que recurrir a ese truco que había aprendido hace poco. Colocó su mangual en el cinto, se posiciono horizontalmente, su mano izquierda se alzó como si tomase un arco, de la cual se materializó uno echo de energía eléctrica, luego con la mano derecha hizo el ademán de tensarlo como si tuviese una flecha, de esa mano emergió una flecha hecha de la misma energía. Apuntó, antes de que el lobo acabase con el teniente. Disparó.
Como un silbido rompió el aire, el lycan se giró a tiempo de colocar sus dos patas delanteras como escudos, recibiendo el impacto arrojándolo lejos del capitán. Ella se terminó de acerca a el, ayudándolo a ponerse de pie. El respiraba agitado.
—¿Esta bien?.
El asintió. Junto a ellos llegaron los demás. A la derecha, Dracks pudo ver al equipo de Gristell eliminando a dos de los magos, y el ultimo caer por un impacto de flecha. Mirando el panorama, poco a poco iban haciendo retroceder a los merodeadores. Dracks alzó su espada.
—¡¡Avanzar hacedlos retroceder!!
Los soldados del abismo comenzaron a empujar la linea de ataque merodeadora, chocando de frente contra sus tropas. Les hacían retroceder, mientras que ambos oficiales se unían a la batalla. Entre el caos pudo ver la vigilante a sus otros tres compañeros de equipo. Y más allá, al líder licántropo junto a su otro lobo y aquel brujo. Eso no le dio buena espina. Le hizo una seña a sus compañeros, los tres corrieron adentrándose en la primera linea. Antes de poder llegar al combate, un imprevisto les detuvo. Una gran llamarada de tonos morados se alzó desde la tierra creando una barrera entre ambos bandos, la llamarada se llevó consigo a varios soldados del abismo, calcinandolos en el acto.
Ella se detuvo al borde la barrera, hizo a un lado a los oficiales, sabia que eso era obra de brujo. Cuando la barrera bajó. Pudo ver a los tres enemigos principales. El mago movió su báculo y de él emergió una energía oscura que se introdujo en los cuerpos de los caídos. Los ojos de estos comenzaron a brillar de un color morados opaco. Levantándose, emergiendo de entre los muertos. En poco tiempo, se vieron superados en numero.
Los soldados comenzaron a retroceder poco a poco, mientras las tropas merodeadoras se acercaban a ellos, Alexa supo sus intenciones, querían encerrarlos en las ruinas. Pero ella no lo permitiría.
—¡¡Equipo Alfa atacar!!.
Ordenó mientras acababa con el primer enemigo de un impacto con su mangual. Tres mas cayeron por las flechas de Xia, un grupo fue barrido por las garras de Edison, mientras que los demás se arrojaban al combate. Drakcs ordenó otra ofensiva y un nuevo choque se dio en el lugar.
—!!Alexa acaba con el brujo!!.
Ordenó el capitán mientras decapitaba a un ex soldado del abismo. Las fuerzas chocaban mientras los guerreros luchaban, Alexa corría hacia su objetivo, siendo protegida por las flechas de su compañera y las garras de su pareja. Esquivó el ataque de una alabarda, rápida, le descargó un impacto eléctrico en el pecho matándolo. Se giró, viendo con sorpresa a tres soldados abismales muertos con sus espadas alzadas hacia ella. Su mano se cubrió de esa energía eléctrica pero antes de hacer nada, varias detonaciones irrumpieron en el lugar, eran disparos. Los mismos impactaron en los muertos eliminándolos. Buscando el origen de los disparos, se giró. Súbitamente su cuerpo impactó con violencia contra la dura tierra. Encima de ella estaba uno de esos muertos que le rugió dejando caer baba en su rostro.
Con violencia la criatura fue alejada de ella, asombrada, por lo rápido del suceso, se arrodilló logrando ver a su salvador. Encima del muerto viviente, enterrándole una especie de hoz en el craneo, estaba lo que literalmente era: una sombra. Una sombra de aspecto humano estaba sobre el eliminando muerto viviente. La sombra se puso de pie, dejando ver su aspecto raquítico, era delgada, de tamaño promedio. Su cuerpo parecía estar echo de humo, que salía de su cuerpo en leves hilos negros que se desvanecían. Se volteó hacia ella, dejando ver su rostro, el cual era solo la forma de la cabeza humana con dos simples orbes rojos por ojos. Su mirada cambió bruscamente, profirió una desquiciada carcajada antes de salir disparado hacia otra víctima.
Estaba asombrada. Tanto así que al levantar la mirada estaba otro muerto viviente que acabó eliminando por tres flechas, seguido de ellas una gran cuchilla metálica. Al dejarlo caer, Edison llegó a su lado tendiéndole la mano.
—Alexa, concentrate, estás distraída.—Pidió preocupado.
—Vi una sombra...—Edison le interrumpió.
—Yo también le vi....—La expresión de Edison pasó de seriedad al asombro.—¡Ahí está otra!
Los tres presentes miraron a la misma dirección. A lo lejos, estaba otra sombra, era idéntica a la anterior, esta llevaba dos espadas, con las cuales luchaba contra dos mercenarios, se agachó esquivando un espadazo, con una estocada atravesó el estomago de uno de ellos, se puso de pie y con un desvío de la espada enemiga, le cortó el cuello al otro. Tras haberlos eliminando, se puso de pie. Los tres se petrificaron cuando la mirada azulada celeste cayó sobre ellos, esta sombra a comparación de la otra se veía más serena, más calmada. Por igual desapareció en un pestañeo, eran rápidas.
Tras salir de su asombro, Alexa avistó al líder licántropo, sin duda alguna decidió ir a por él, detrás de ella le siguieron sus dos compañeros. Esquivando flechas, devolviendo ataques, corrieron, uno de los licántropos se lanzó hacia ella, siendo interceptado por Edison. Un duro choque entre la hoja metálica contra las garras del lobo. Confiando en él, siguió, un impulso eléctrico subió por todo su brazo hasta arrojar esa descarga eléctrica hacia el lobo. Veloz, esquivó el ataque llevándose por delante a varios soldados del abismo por delante. Luego se giró hacia ella, le mostró una larga hilera de colmillos.
En carrera fue a por ella, se preparó para el impacto, el licántropo saltó y desde la altura cayó a por ella. Antes de aplastarla, Alexa dio un salto hacia atrás, el lycan cayó elevando una pequeña nube de polvo. Alexa arremetió contra él, su mangual iba dirigido a la cabeza pero terminó impactando en la pata delantera. El lobo gruñó de dolor, se sacudió el arma mientras ella retrocedía, el lobo caminó delante de ella, la vigilante decidió seguirle el ritmo, caminando ambos en círculos.
—No podrás ganar vigilante, ¡arrasaremos con ustedes y luego con su abismo!
Era la voz del licántropo en su mente, ella fruncio el ceño, su mano se aferró con más fuerza al mangual, sus músculos se tensaron y antes de poder atacar, una ráfaga de balas rompieron el aire, impactando en la espalda del lobo, el mismo rugió de ira mientras le daba la espalda a ella, buscando con sus ojos hirviendo en cólera.
Entonces, avistó a quien le había disparado. Rugió hacia él. Alexa era incapaz de ver quien era aquel que había tenido las agallas de herir al lobo de semejante manera. Un potente rugido retumbó en el campo de batalla. Automáticamente, los muertos vivientes se detuvieron. Todos en conjunto retrocedieron hasta formar un grupo numeroso, detrás del líder licántropo. A su lado se materializó el mismo brujo. Junto a Alexa se detuvieron sus compañeros del S.E.A incluido un Edison con el rostro salpicado de sangre y una indiferente Xia. Luego se unieron Dracks y Gristell.
—Sargento Alexa... ¿Por que todos de repente se reagruparon?.—Preguntó el Capitán sosteniendo su espada con una mano.
Para su respuesta, todos miraron a donde miraba el mismo lobo. Se toparon con la visión menos esperada.
Allí, en medio de un campo despejado, rodeado de cadáveres, estaba un hombre. Su vestimenta era oscura, parecía de la época victoriana, su pecho se veía abultado, dándole la apariencia de ser musculoso. No tardó en ver la máscara de calavera, distorsionada, dándole un aspecto escalofriante, entre sus manos llevaba un fusil, un fusil que ella reconoció y al verlo, el mundo se detuvo para ella. Era un AK-103, el mismo fusil que portaba Víctor. Sus ojos se abrieron de más, apretó sus puños. Estaba tensa. Debía de ser una casualidad ¿no?. Era una casualidad, se dijo, pues cuantos fusiles de ese tipo pueden haber en el mundo, además, ese no era Víctor.
—El Espectro de Alemania.—El brujo habló, con una voz ronca y acabada.—¿Que hace un asqueroso mercenario aquí?
Aquel hombre no hablo, solo se mantuvo en su lugar, lentamente acomodó el fusil en su pecho, de su cinto sacó un pequeño objeto rectángular metálico. El ambiente estaba tenso, ese mercenario era un elemento inesperado del lugar, una casualidad. Todos estaban expectantes. Un gruñido emergió del lobo. El brujo asintió con una sonrisa.
—¡Responde!.—Exigió.—¿Que hace un asqueroso mercenario como tu aquí?.
La respuesta dejó a todos, por lo menos, asombrados.
—Vengo para matarlos.
El tono de voz tan, indiferente, frío, junto con la voz distorsionada hizo que todos quedasen boquiabiertos ante el mercenario. Cada uno tenia que saber quien era él, o por lo menos habían oído las historias referentes a su letalidad, su cruel reputación. El famoso Espectro de Alemania. El mercenario más tenido, tan valiente para haberse incluido en una lucha entre dos bandos que le buscaban dándole un precio a su cabeza. Entonces, para más sorpresa, a sus lados emergieron aquellas sombras, la serena y la psicótica. Ambas se veían bastante inofensivas junto a su maestro, pero no se debía de subestimar. Del pequeño objeto metálico emergió una larga y filosa hoja de metal.
—¡Maestro acabemos con todos!.—Pidió la sombra con aspecto maníaco.—¡No son sólo más que sacos de carne!
—Deberiamos de proceder con más cautela.—Le regañó la sombra serena.—No son cualquier enemigo.
Ambos callaron al ver el puño izquierdo del Espectro alzado. Lo bajó dejando nuevamente en ambiente en silencio. Desde lo más profundo de su cuerpo de licántropo surgió un rugido de rabia, sin esperar más, dejando ver lo impaciente que era, rápido, usando la velocidad de sus cuatro patas arremetió contra aquel mercenario. Desde las filas de soldados saltaron dos licántropos, uniéndose a su líder. Sin dejarse intimidar, el Espectro apuntó a los dos licántropos que seguían al líder, luego se pasó el dedo por el cuello cual cuchillo, y luego con todos los dedos en posición vertical apuntó al frente. Las dos sombras captaron la orden saliendo disparadas del lugar.
Ambas se materializaron justo delante de sus objetivos, embistiéndolos con una fuerza asombrosa, más que la de los dos lycans. La primera, la psicótica, derribó al lobo cayendo ambos contra la tierra dejando una zanja. El lobuno le arrojó un zarpazo el cual simplemente atravesó la sombra como aire. La sombra sonrió más antes de clavarle la hoz en el cuello, luego lo degolló.
La segunda derribó por igual a la bestia, separándose de ella mientras rodaban. Ambos se incorporaron rápidos, e igual de rápidos arremetieron, un choque seco y preciso de letalidad pura, ambos acabaron en extremos opuestos. La sombra con las dos espadas hacia abajo y el lobo con las garras hacia adelante. Tras unos segundos, el lobo cayó muerto mientras una gota de sangre resbalaba por la hoja de la sombra.
El líder licántropo, usando la fuerza de sus dos patas traseras, se arrojó hacia el Espectro. Le esperó, antes de que chocase con él, extendió la mano desapareciendo en un guiño. Al tocar tierra el lobo se giró hacia donde estaba su objetivo, unos metros más lejos, con la guardia en alto. Rugió antes de arremeter de nuevo contra él, en cuestión de segundos, la espada chocó contra las garras del lobo. El impacto le hizo retroceder unos metros, sin despegarse, desvío las garras con lo cual ambos se hicieron hacia atrás. La bestia atacó de regreso, más rápido, se agachó esquivando el ataque para luego cortarle toda el costado derecho, se alejó colocándose de pie mirando a su rival que ahora sangraba. Se giró hacia el Espectro gruñendo, se le veía débil.
En la mano izquierda del Espectro comenzó a formarse una bola de color naranjo rojizo, que se hacía más y más grande, al reconocerla, apresurado se impulsó hacia el Espectro pero ya era tarde.
—¡Bola de fuego!.
Como un lanzador experimentado, el Espectro arrojó la bola de fuego hacia el licántropo, la misma impactó de lleno con su rostro arrojándolo varios metros atrás. Rodó, soltó un aullido de dolor mientras apagaba el fuego de su rostro con sus patas. Sin darle oportunidad de nada, el Espectro se teletransporto hacía aquel débil lobo. El animal alzó la mirada, logrando ver a esa aterradora figura de ojos rojos alzar su espada con dirección al cuello.
Y eso fue lo último que vio, de un momento a otro su cabeza rodó por los suelos. El Espectro se giró hacía el brujo mientras sus sombras volvían junto con él. La mirada oscura del brujo se posó sobre ese mercenario. Alzó su mano, vieja y arrugada, de la cual comenzó a emanar un brillo verdoso oscuro. Junto a él avanzaron varios de los guerreros muertos vivientes, hacia el Espectro. Junto con sus sombras, el Espectro se arrojó hacía el brujo, primero eliminando a esos muertos.
Alexa vio la oportunidad perfecta, por lo cual no tardó en sostener con fuerza su mangual, los músculos de sus piernas se tensaron, corrió hacia el enemigo. Ni Edison ni la arquera pudieron detenerla, en pocos segundos acortó la distancia entre ellos, cuando alzó su mangual, un solo impacto y acabaría con la vida del brujo. Fue cuando, entonces, antes de chocar con su rostro la bola de metal llena de largas prolongaciones afiladas, se detuvo a centímetros del rostro de su enemigo. Como si estuviera sostenida por una fuerza sobrenatural, el brujo se giro hacia ella mirándole con esos ojos marrones que adoptaron un tono verdoso oscuro.
—Segunda piel.—Susurró con malicia, gozando el rostro asombrado de la vigilante.—¡Respulsión!.
Una onda de energía salió expulsada del cuerpo de ese brujo, arrojando a Alexa por los aires. Su mirada se topo con el manto azulado del cielo, antes de caer de bruces contra el suelo de espalda, rebotó cayendo de cara, llenándose el rsotro de tierra. Aturdida, el mundo le daba vueltas, sintió como la giraban, una par de ojos castaños que le miraban preocupados. Vio como gesticulaba su boca, mas no le entendía. Se asió al brazo de él con fuerza, con dificultad de puso de pie, mientras su audición se aclaraba. Mirando con dificultad hacia donde estaba el brujo.
El Espectro de un potente corte decapitó a uno de los muertos vivientes. Se giró y esquivó el ataque de otro, arrojandole una patada, tambaleó hacia atrás, siendo decapitado en seco por la sombra psicótica. Se giró, otro muerto se acercó a él, bloqueó el ataque, de una patada le hizo retroceder nuevamente, una espada larga atravesó su pecho, cayó mientras sacaba la espada. El último restante, lanzó un ataque vertical hacia el Espectro que bloqueó con su espada, soltando chispas, con su mano izquierda desenfundó la pistola Colt.45 que portaba, la alzó y soltó tres disparos en la zona del pecho. Cayó.
Cuando el Espectro alzó la mirada hacia el brujo acompañados de sus sombras, el brujo tenía su brazo apuntándole a él, su ataque estaba listo.
—¡Descarga putrefacta!
De su mano emergió un brillo verdoso oscuro, el cual con fuerza destelló antes de salir de la mano del brujo una descarga de energía, casi como un rayo de color verde hacia el Espectro. Rápido, que en pocos segundos, alcanzó al mercenario, el Espectro solo tuvo tiempo de alzar la mano. Una estruendosa explosión inundó el área alrededor. Luego del estruendo, llegó el silencio. Y donde estaba el Espectro, ahora solo estaba una espesa cortina de humo grisáceo. El brujo sonrió triunfante mientras que Alexa, Edison, los Oficiales y el resto del S.E.A veían asombrados ese despliegue de poder.
Rompiendo el humo, una ráfaga de cuatro balas arremetió contra el brujo, el mismo extendió las manos con las palmas abiertas, creando un pequeño campo protector. De entre el humo emergió el Espectro, con una rapidez asombrosa, empuñando la espada en la mano derecha y la pistola en la izquerda. Arremetió, el brujo se agachó esquivando el ataque por poco. Al girarse, el Espectro apuntó, dos disparos más emergieron de la pistola. Mientras el brujo creaba otro campo, el Espectro enfundó ambas armas. Se colocó de forma ladeada, e hizo el ademán de tensar un arco, entre sus manos se formó un arco de fuego, con una gran y poderosa flecha en él.
—¡Arco de llamas!.
La flecha arremetió contra el campo protector del brujo, el impacto fue suficiente para romperlo. La explosión aturdió al brujo que aun vivo pese a la ruptura de su protección, dirigió la mirada al Espectro solo para ver el vacío oscuro del cañón de la pistola entre ceja y ceja. No logró hacer nada. Disparó, cayó sin vida, como un saco inútil, de espaldas. Luego de mirar por unos segundos el cuerpo, alzó la pistola de nuevo, apuntándole, descargando dos tiros más en él. Asegurándose. Luego la enfundó con fuerza y se giró hacia los soldados del abismo.
Alexa, que seguía asombrada, no podía dejar de mirarle. Su forma de pelear era única, rápido, letal, sin importarle nada. El temido Espectro del Alemania, ahora estaba frente a ellos. Mientras se acercaba a ellos, atisbó a las dos sombras colocarse a su lado, como si fueran sus guardaespaldas. Entonces, él se detuvo a metros de la multitud de soldados. Alexa, dispuesta a hablar con él, dio un paso al frente. Una descarga de dolor recorrió su pierna, antes de caer fue atrapada por Xia. Edison puso una mano en su hombro, dándole a entender que él, hablaría.
Junto a Edison pasaron Dracks y Willswicht. Los tres acercándose al famoso mercenario. Se detuvieron a unos metros de él. Normalmente, ellos lograrían intimidar a quien fuese, por la mirada pesada de los tres hombres, pero, en ese caso, aquella máscara de calavera, tan indiferente a ellos inhibía el efecto de sus miradas, e incluso los tres sentían que debajo de esa mascara, un par de ojos más intensos y pesados que los de ellos les miraban.
—Espectro...—Comenzó Dracks sin saber que decir, al ver que nadie tomaba la iniciativa.
Pero para sorpresa de todos, el mercenario se giró, dándoles la espalda. Soltando un suspiro amargo, ronco a causa de la máscara. La presencia de cierta mujer allí presente incomodaba al espectro en demasía, cosa que no podía permitir por lo que solo deseaba en ese momento volver a Dormenst.
—No me agradezcan, no lucho por nadie, el único motivo por el cual los ayudé es porque tengo una deuda con los merodeadores.
La voz mecánica, monótona y fría de la máscara dejó a los tres fuera de base. Desde ese momento pudieron ver que las historias acerca de ese mercenario eran ciertas. Por lo menos la parte de que no hablaba solo para decir la verdad y mantener a cualquiera alejado. Los dos oficiales sonrieron satisfechos, pues no tendrían problemas con el mercenario. Claro que no todos piensan igual, ya que para Edison ese tono, aquellas palabras, habían sido ofensivas para él.
—Deberías de mostrar más respeto, mercenario.—Se acercó con tono desafiante.
El Espectro se detuvo, se giró hacia Edison. Ambas miradas chocaron y el joven Edison sintió que un repentino frío le invadía al sentir la mirada del famoso mercenario.
—¿Ah si?.—Comentó con burla.—Respeto.—Ladeando la mirada con sorna le respondió. —¿Acaso ustedes merecen respeto?
Edison fruncio el ceño. Alexa se llevó una mano a la frente, molesta, todo estaba tan bien para ser cierto.
—Más respeto que la sucia escoria que eres sí, Espectro.
—Lo dice aquel que defiende a un Señor cobarde, que tiene el poder para acabar con la guerra pero no lo hace. Aquel que lucha por un Señor manipulado por dos soldados oscuros inútiles, pero sobre todo... —Se detuvo dándole una mirada a todos los altos rangos presente, deteniéndose en Alexa.—Lo dicen quienes no luchan por la verdad, solo siguiendo ordenes como marionetas. Supongo que por eso, el Capitán de Vanguardia, Aldrich fue acusado de alta traición.
Sus palabras, atravesaron a cada soldado del abismo como gélidas lanzas de hielo destrozando el interior de cada uno de ellos. Palabras que eran verdades destructivas que ninguno quería aceptar. Lo más destructivo fue mencionar al antiguo vanguardia más respetado del abismo. Aldrich. Alexa molesta se acercó hacia el Espectro, el cual al verla clavó su gélida mirada artificial sobre ella. La joven se detuvo a metros de él.
—¿Como te atreves el mencionar su nombre?.—Preguntó con hostilidad.—No lo conocías, no eres quien para hablar de él o de nuestro señor.
—Puede que tiempo atrás lo conociera, puede que hayamos sido buenos compañeros de armas.—Dijo caminando a lo que ella caminaba igual, ambos rodeándose.—Cuando ambos luchábamos por una bandera, una nación y una creencia en un trono.—El Espectro alzó su espada apuntándole.—Tu me conoces, yo te conozco, fuimos buenos compañeros de armas. Aunque, eso es pasado, un pasado muerto.
Ambos se detuvieron, mirándose. Alexa analizaba sus palabras, si todo eso era cierto.. Se heló. El Espectro del abismo le había revelado quien era. No podía ser él, no era posible. Sintió su mundo venirse abajo, mientras una ola de frialdad le caía encima. Pareció quedar en un asombro tan grande que le dejó pasmada. No podía ser él...
Pero antes de poder decir nada, Edison la apartó bruscamente soltando un gruñido de rabia, convirtiendo su mano en una enorme cuchilla se arrojó sobre el Espectro. De un momento a otro, la espada del Espectro estaba chocando contra la hoja metálica de Edison. El joven de cabello negro le miraba con odio. No podía creer que estaba deteniendo su ataque con una mano. Leves chispas salían de la hoja al seguir en roce.
—¡Repulsión!
La onda de energía emergió del cuerpo del Espectro arrojando a Edison metros atrás. Rodó por el suelo incorporándose rápidamente dándole una mirada molesta. El Espectro movió su espada en círculos de forma elegante.
—¿Se supone que ustedes son de fuerzas especiales?.—No lo decía con burla, sino decepción.—Un verdadero fuerza especial sabe cuando atacar y como, sabe como controlarse y por encima, una verdadera fuerza especial no pierde la compostura ante las provocaciones.
Edison soltó un grito de molestia mientras cargaba hacía él. El Espectro, con su mano izquierda que empezó a emanar un humo negro, la movió con elegancia hacia su pecho, luego al cielo y finalmente la estampó contra el suelo agachándose, mientras este se llenaba de hilos negros, enterrándose en la tierra.
—Cuchilla de Oscuridad.
Se levantó con rapidez cerrando la mano en un puño. Edison ya estaba frente a él cuando de repente una enorme cuchilla emergía del suelo. Casi empalándolo, se detuvo estupefacto sin prevenir el siguiente movimiento de su enemigo.
—¡Muro de tierra!
Dio dos pasos al frente y dio un tercero en forma de un duro pisotón, de la nada se elevó un muro que golpeó a Edison en el abdomen elevándolo con el mismo muro. Se detuvo de forma abrupta arrojándolo del muro dejándolo caer. El dolor recorrió el cuerpo del pelinegro. Mientras trataba de recomponerse. Tanto el muro como la cuchilla se desvanecieron dejando a la vista al Espectro. El cual enfundó su espada, luego elevó la mano como si sostuviera una lanza la cual se materializó a partir de ese mismo humo negro.
—¡Lanza abisal!
Con una asombrosa fuerza la arrojó. La misma iba hacia Edison. Alexa, la cual había visto toda la lucha, estaba sorprendida, nunca había visto tal manejo de la magia que le prohibían usar a ellos. Corrió hacia Edison, hacia su pareja, hacia su alma gemela. Se detuvo frente a él. Juntó ambas manos creando un escudo de energía eléctrica que recibió el impacto de la lanza. Tras absorber el impacto, ella bajó las manos. No perdería a su alma gemela, ese sentimiento de protección ardía en su interior. Podia ser quien quiera, podía ser su mismo señor, pero siempre seria Edison su prioridad. No le importaba si tenia que matar incluso a quien creía amar en tiempo pasado. Claro, si en todo caso era él.
—No te dejaré matarle.—Dijo ella con decisión.
El Espectro, se encogió de hombros, calmado, demasiado relajado.
—Lanza tu mejor ataque, Alexa.—Retó.
Alexa le miró con un odio naciente. Se colocó de medio lado, nuevamente colocó sus manos como si sostuviera un arco, de nuevo ese arco de energía eléctrica se formó en sus manos, tensó la cuerda de la cual emergió una flecha eléctrica, apuntó y disparó. La flecha salió disparada con rapidez, poder y potencia, su mejor ataque. Vio con satisfacción como acortaba distancia con el espectro. Iba hacia el centro de la masa, un tiro certero.
Su felicidad cayó desplomada al ver como el Espectro se colocaba de medio lado recibiendo el impacto con los dedos, vio con asombro como la energía eléctrica se adentró en su cuerpo y como la redirigió hacia su otra mano la cual estaba extendida hacia atrás, dejando salir toda la energía en una flecha inestable que estalló a los metros. Abrió la boca, sin poder creerlo. Allí estaba él, que había desviado su mejor ataque como si nada.
El Espectro se colocó firme de regreso. Ahora mirándole con intensidad.
—Muy bien, mi turno.—Bajó la mirada suspirando, alzó su mano, la cual se iluminó de un potente color rojo.—¡Tormenta Eléctrica!
De su cuerpo, comenzó a surgir una serie de rayos de color rojo, inestables que al salir del cuerpo soltaban chispas de energía, subiendo hasta cubrir todo su brazo. Luego acercó su mano a la otra mientras ambas comenzaban a compartir esa energía. Luego las extendió a los lados. Soltó un rugido mientras los rayos parecían ascender de forma abrupta al cielo. Alexa con miedo miró hacia arriba, conocía ese ataque mágico, un ataque que no dominaba. Uno de los más poderosos.
Sin poder advertir nada, una lluvia de dolor cayó sobre su cuerpo al sentir toda la energía eléctrica recorrerla con violencia, un dolor potente que recorría hasta la última partícula de su ser. Gritó mientras veía como varios a su alrededor caían víctimas del mismo poder. Se dejó caer de rodillas, llevándose las manos a la cabeza, tratando de soportar aquello. Sintió una ultima potente descarga que la arrojó de golpe al suelo. Entonces, se detuvo.
En su visión, solo estaba, el dulce manto azulado que era el cielo, con las hermosas nubes. Una visión que le daba paz a pesar del dolor punzante en su cuerpo. Escuchó el sonido de unas botas acercarse. Proyectando una sombra sobre ella, estaba el Espectro el cual le miró.
—Ese no fue mi mejor ataque.—Dijo con decepción.—No los maté porque no me sirven muertos, aun deben de seguir en esta guerra.
El Espectro entonces se dio la vuelta alejándose. Al estar metros alejado, se giró viendo como había dejado en el suelo a todo el escuadrón de Alexa junto con el inútil de cabello negro. Luego dirigió su gélida mirada hacia los oficiales. Miran fijamente al más viejo.
—Oigan bien, una potente fuerza de asedio se acerca, regresen a Dormenst, refuercen la ciudad y derrotenlos allí, pero aquí, ustedes solos no podrán contra ellos.
Al final se retiró. Alejándose de ellos, de los soldados del abismo, de los oficiales, de Alexa. Sobre todo de ella. En ese punto, después de ese día de encuentros no planeados. Solo quería volver a Dormenst y dormir plácidamente. Descansar. De los pensamientos que atormentaban su mente.
El Espectro de Alemania. Se alejó de allí, alejándose de su pasado, alejándose de una guerra que no era suya.
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7 de Enero del 2018
Alemania. Ciudad en ruinas de Mernst.
Descansaba, navegando entre sueños, aprovechando que podía descansar. Alexa se había quedado dormida en el duró suelo cerca de una fogata, de noche el frío era fuerte. Descansaba con placer cuando sintió que una voz rompía su sueño, una voz que ella amaba, rompía su mundo de ensueño. Esa voz se oía alarmada, agitada, como si tuviese miedo.
—Alexa... Alexa... ¡Alexa!.
Abrió los ojos respirando con profundidad. No tardo en toparse con dos pares de ojos que le miraban como si fuera lo mejor del mundo, pero que también demostraban algo inquietante. Mostraban un leve brillo de miedo. Cosa que ella no notó. Se levantó aún sin ponerse de pié. Parpadeando y bostezando.
—Edison... Vida ¿Que ocurre?.—Preguntó ella con ese tono meloso que suele usar cuando despiertan juntos, o alguno de ellos despierta al otro.
—Son los merodeadores.—Dijo con voz trémula.—Son.. Demasiados.
Ella abrió los ojos con un miedo repentino creciendo en ella. No tardaron ni diez minutos cuando ella ya estaba completamente lista y dirigiéndose a las ruinas de un campanario, desde el cual podían ver todo el panorama. Podía sentirlo, en sus soldados, lo agitados y alarmados que estaban, las caras desesperadas, otras ansiosas por combate. Las más experimentadas, simplemente les daba igual. Al llegar al campanario, se topó con los oficiales Dracks, Dolchst y Willswicht. Ambos se voltearon a verle con una seriedad absoluta. No se veían nerviosos, cosa normal en alguien entrenado para liderar. Además de que ellos fueron quienes tomaron Dormenst. Eran excelentes estrategas.
—Sargento Mayor de Primera Alexa, eche usted un vistazo a esto.—Pidió el General de División.
Alexa se acercó al borde del campanario, observando más allá de la ciudad. Aquella visión le dejó perpleja. Un sensación de frío recorrió su cuerpo mientras observaba las filas de mercenarios merodeadores que iban hacia ellos. En teoría podía ganarles, eran solo cuatro formaciones de solo infantería, pero, ellos no eran el problema. Sintió temblar el suelo bajo ella, mientras se acercaban, detrás de las ordenadas columnas se soldados. Imponentes, del bosque emergieron enormes Golems de tierra. Con sus ojos amarillentos penetrantes y mal temperamento. Los cuatro Golems soltaron un estruendoso rugido que hizo temblar la tierra.
Alexa fruncio el ceño. Impotentes.
—Se que son de fuerzas especiales, las fuerzas especiales nunca retroceden, pero Sargento Lawrence, es mejor ordenar una retirada.—Dijo Willswicht.
Ella se giró mirándole con seriedad mientras asentía. Luego desvío la mirada con impotencia. El General se giró hacia sus otros dos oficiales de mayor rango.
—Capitan Dracks, Mayor Dolchst, ordenen a las tropas e inicien la evacuación.
—¡Si señor!.—Soltaron al unísono.
Ambos oficiales, acompañados de varios sargentos se retiraron del lugar, buscando ordenar a sus tropas. Mientras se retiraban, Alexa se giró viendo de regreso las enormes formaciones de mercenarios merodeadores. Fruncio el ceño. Ellos nunca habían atacado con tanta gente, eran demasiados soldados para los avances a los que ellos estaban acostumbrados. Entonces, recordó con horror el rumor que empezó a correr hace unos meses atrás. Parecía que esos nuevos Generales de Gael habían comenzando a lanzar sus jugadas. Veía como el ejercito se acercaba, no les daría tiempo de evacuar.
—General, ustedes retrocedan hasta Dormenst, preparen una defensa. Nosotros les mantendremos ocupados.—Soltó con convicción mientras se daba la vuelta.
La mirada determinada de Edison fue lo primero que vio, seguida de la mirada preocupada del General.
—Sargento Lawrence, son apenas seis de operaciones especiales, contra por lo menos dos Batallones enteros. Sin contar la fuerza de los Golems.—El general no se veía de acuerdo con la situación.
—Entienda, mi General, es por el bien mayor.—Presionó ella.
Al final suspiró.
—Haga lo que tenga que hacer, pero no muera.
Alexa abandonó el lugar seguida de Edison. Ambos caminaron por un par de calles, hasta llegar a un lugar que antes era una calle de comercio. Ahora solo eran ruinas. Allí estaban reunidos todos los miembros del Equipo Alfa del SEA. Alexa los detalló. Xia, con su arco, su contextura delgada, atlética. Luego estaba Argos, un vigilante del abismo muy peculiar, esta preferia la fuerza sobre la velocidad, usando un enorme martillo de guerra, su cuerpo escultural, se amoldaba perfectamente a un rostro duro y con una calva notoria. Sanders, un guerrero que usaba un bastón y dos dagas para eliminar a sus oponentes. En último, Carson, llevaba una espada bastarda, seguido del uso de la magia. Todos portaban el uniforme woodland. Todos se giraron a ella, mirándoles a la expectativa.
—¿Abandonaremos la ciudad?.—Preguntó sin perder tiempo Xia.
—Se ha ordenado una retirada hacia Dormenst.—Comenzó a decir pasando la mirada por cada uno.—Nosotros nos quedaremos atrás a conseguirles el mayor tiempo posible.
Pudo observar como varios de sus hombres intercambiaban miradas, alzando cejas, otros manteniéndose serios.
—Se que puede ser una misión suicida, pero somos fuerzas especiales, nosotros siempre tenemos la misiones más peligrosas. Somos del Servicio Especial de Ataque, los primeros en llegar y los últimos en irnos. ¡No nos retiraremos sin pelear!.
Un gran grito de todos sus guerreros llenó el lugar. Alexa asintió satisfecha. Se giró hacia la salida.
—Vigilantes. ¡A la batalla!.
Todos con rapidez salieron del lugar, atravesando calles destruidas, hasta salir de la ciudad. Todos pudieron observar con asombro a los dos batallones que se acercaban a ellos. Seguidos de los Golems. Alexa vio a los caballos que habían dejado atrás, para ellos. No tardó en montar en uno mientras el resto le seguía. Ella apuntó al frente.
—¡Avanzar!.
El sonido de los cascos de los caballos fue lo siguiente que escuchó. Eso mientras veía como los soldados enemigos se observaban cada vez más cerca, más y más. Por un momento giró su rostro hacia Edison. Él le sonrió dándole confianza. Con él a su lado, la muerte no se veía tan mal. Ella por su soulmate, iría hasta el fin del mundo.
Los oficiales merodeadores, montando a caballo, avistaron a los temerarios soldados que se acercaban a ellos. Era un avance donde se veía el coraje de ellos. En su pesada armadura metálica, con tres estrellas en su pecho, el Capitán dio la orden.
—¡Golems acabenlos!
Los golems de tierra, rugieron mientras se detenían. Hundieron sus manos en la tierra, con profundidad, sacaron enormes trozos de tierra, dejando en sus lugares enormes cráteres. Como si fuese una bola de papel para ellos, la arrojaron con fuerza hacia los miembros del SEA. Alexa, cabalgando, alzó la mirada observando con horror como tres enormes bolas tierra caían hacia ellos tapando el sol.
—¡A un lado!.—Gritó mientras jalaba con violencia las riendas del caballo.
Con mucho esfuerzo, logró obligar al corcel de girar hacia la derecha. La primera bola cayó a su lado con un enorme estruendo, creando incluso un leve temblor. El caballo se alzó en dos patas mientras ella se aferraba. Cuando se recompuso. Pudo ver como las otras dos caían, alejadas de ella, hacia sus compañeros que igual las esquivaron por poco. Los estruendos hicieron temblar la tierra mientras seguían con su avance.
—¡Arqueros!.—Ordenó el Capitan merodeador al ver que sus enemigos habían sobrevivido. Si lograban superar esto, todo se vería resumido al cuerpo a cuerpo.
Las dos primeras filas de arqueros de cada formación alzaron sus arcos, tensando las flechas y disparando. Con rapidez las flechas se alzaron hacia el cielo. Alexa vio como la lluvia de flechas iba a por ellos. Esta vez no tendrían como cubrirse, pensando que seria su fin. Afrontó de cara a la muerte. Para su sorpresa, el sonido de las flechas impactar contra una superficie solida le hizo alzar la mirada. Encima de ellos, estaba una barrera de color naranja que les cubría de las flechas. Alexa miró agradecía a Carson el cual solo asintió hacia ella.
De un momento a otro, hubo un choque de fuerzas. Su caballo se topó con la primera línea que le esperaban con sus espadas listas. Con una mano Alexa empuñó el mangual y con la otra empezó a crear sus potentes descargas eléctricas. Con velocidad agitó su arma, la bola con picos giró impactando en el rostro del primer mercenario, mientras arrojaba una descarga que eliminaba tres de ellos a la vez. Por su lado derecho, Edison llegó cortando por la mitad a cinco soldados con sus enormes cuchillas. Por la izquierda, Xia disparó tres flechas a gran velocidad que eliminaron a tres mercenarios más.
Argos cabalgando de frente, tomo su enorme martillo de guerra como si fuese un bate, apenas eligió a su víctima alzó el martillo impactando en la barbilla del hombre, destrozándola. El impacto fue tan potente que lo elevó en el aire mientras se rompía la vertebras del cuello. Sin perder la potencia bajó el martillo impactando en la cabeza de otro mercenario arrojándolo de lleno contra el suelo. Sanders girando su bastón dejaba fuera de combate a varios mercenarios a la vez, de ambos lados soldados trataban de alcanzarlo pero ninguno lograba pasar su defensa, de reojo vio a dos hombres a caballo portando arcos. Le apuntaban a él. Con rapidez arrojó su bastón al aire, tomó las dos dagas y las arrojó hacia los arqueros a caballo. Atrapó su bastón girándolo mientras derribaba a un guerrero que se acercó a caballo. Las dos dagas impactaron en el pecho de cada uno de los enemigos, derribándolos de los caballos.
Carson con una notoria indiferencia hacia sus enemigos. Cabalgó aferrado a su espada con ambas manos. Cortaba cabezas de izquierda a derecha, de un momento a otro su espada se cubrió de fuego, la agitó lanzando una ola de fuego como si fuera un corte de espada. Atravesó mas de tres lineas de soldados quemándolos en el acto.
Alexa veía satisfecha como habían creado caos en las líneas enemigas. Con sudor resbalando por su frente. Pudo ver como habían eliminado por lo menos media Brigada. Vio un rápido movimiento con su vista periférica. Cuando se giró alcanzó a ver como el puño del golem de tierra la elevaba de un potente golpe por los aires. Ella gritó mientras sentía el dolor recorrer su cuerpo y el viento alrededor de ella. Agitó sus brazos en el aire, girándose vio como caía por lo menos cinco metros desde el cielo. La caída era rápida. Cerró los ojos esperando impactar contra el suelo, una muerte horrible.
En lugar de eso sintió como la atrapaban. Al abrir los ojos vio como Edison la sostenía con sus dos brazos convertidos en largos apéndices parecidos a tentáculos. La bajó sentándola detrás de él en su caballo. El caballo se detuvo mientras se colocaba de lado. Ambos observaron como las tropas restantes se reagrupaban detrás del enorme golem. Solo un incauto valiente se arrojó hacia ellos. Sin poder evitarlo murió aplastado por el caballo de Alexa que cayó del cielo.
—Auch.—Soltó Edison.
A su alrededor de reagrupó el resto del equipo Alfa. Formando casi un círculo, miraban en todas la direcciones. Habían logrado atraer toda la atencion sobre ellos. Sólo que ahora, el resto del primer batallón junto con el segundo batallón y los tres golems restantes iban a por ellos.
Estaban perdidos.
—Bueno..—Argos se bajó del caballo aferrandose a su enorme martillo.—Fue un placer servir con usted, mi Sargento Alexa.
Sanders, Carson e incluso Xia, copiaron su acción. Edison y ella no tardaron en descender de su caballo. El grupo encaraba al enorme golem que les miraba con su intensa mirada amarillenta.
—Espero que logren llegar a Dormenst.—Soltó Alexa, cerró los ojos ideando un plan huida, no morirían ahí. Al abrirlos, un destello azulado los recorrió, un azul eléctrico impulsado por su nuevo plan de huida.—Vigilantes, ¡Atacad!.
Los seis cargaron contra el imponente golem. Al verlos, alzó las manos rugiendo, ambas convertidas en puños, las impactó contra el suelo elevando la tierra hacia ellos en peligrosas picas. Los seis se arrojaron, tres a cada lado, esquivando las picas. Sin perder tiempo siguieron avanzando. Debajo del Golem, varios arqueros les apuntaron disparando sus flechas hacia ellos. El lado izquierdo. Carson, Sanders y Xia, usado el escudo mágico de Carson para cubrirse. Por el lado derecho, Edison, Alexa y Argos, usaron las enormes garras de Edison como escudo ante las flechas. Actuaban como un equipo bien entrenado, en eso se basaba su letalidad y supervivencia.
Alexa se detuvo creando una potente descarga eléctrica en sus manos, arrojándola como un rayo desde sus dedos hacia la estructura del Golem. El impacto, poderoso, destrozó una parte de su cuerpo, eso solo lo hizo enfurecer. Con fuerza creó otra bola de tierra arrojándola hacia ellos. Edison formó un escudo con sus brazos, pero Argos, aguerrido, corrió hacia la enorme bola de tierra tomando su martillo como un bate. Antes que la bola lo aplastase, él le dio un fuerte impacto en su estructura destrozando la bola de tierra en cientos de pedazos. Alexa tapó su rostro con ambas manos de la lluvia de tierra.
Avanzando sin perder tiempo, el otro grupo vio como hacia ellos avanzaban varios mercenarios. Sanders se les adelantó dándoles frente, derribando a dos de fuertes impactos en la cabeza con su bastón. Otro lo atacó, se hizo a un lado esquivando el corte, para luego barrer sus pies lanzadolo al suelo, para luego alzar su bastón y bajarlo impactando en su rostro. Rompiéndole la nariz y dejándolo fuera de combate. Se giro logrando ver como otro mercenario iba a por él con su espada lista para matarle. De la nada, Carson apareció clavándole su espada en el abdomen. Otro mercenario apareció cayendo muerto por un impacto de flecha en el cuello.
Xia llegó al lado de ellos. Mirándolos mientras apuntaba hacia el Golem. Hacia la cabeza. Alexa por su parte se detuvo igual, mirando a su compañera.
—¡Apunta al ojo!.—Le ordenó.
Xia apuntó más arriba de la cabeza. Entonces, disparó la flecha. La misma silbó en el aire mientras se clavaba en el ojo amarillo del ser. Al clavarse el frío amarillento se apagó. Antes de poder atacar, Alexa usó su arco de electricidad, disparando una flecha de energía eléctrica hacia el ojo restante. El Golem cayó hacia atrás de rodillas. Soltando un gran rugido. En un arranque de ira, comenzó a dar pisotones y puñetazos a diestra y siniestra. Acabando con la vida de cientos de soldados. Por ambos lados, los tres golems restantes se acercaron a detenerlo mientras las tropas se retiraban.
Entre todo el caos, Alexa y los suyos se alejaban a caballo del sitio. A todo lo que daban las bestias. Alcanzando a la retaguardia de los suyos, no tardaron en salir de allí con el resto de la División. Abriéndose paso como pudo, Alexa y Edison se acercaron triunfantes a los oficiales, que se mantenían a caballo en medio de la formación de soldados.
El General Willswicht, ser giró al oír las pisadas de varios caballos acercarse, topándose con un Edison montando a caballo, detrás de él, abrazado a su espalda, una Alexa sonriente. El general les miró orgulloso.
—Lo lograron. Felicidades.—Dijo con orgullo.
—Hemos conseguido tiempo suficiente para alejarnos de ellos y llegar antes a Dormenst. —Informó con cierto optimismo.
Entonces, un chillido en el aire les captó la atención. Alzaron la mirada al cielo, viendo como hacia ellos descendía en picada una hermosa águila. Esta se posó en el hombro de Willswicht. El general le miró, tomándola en su mano. En su pata tenia enrollado un papel. Lo tomó, abrió el mismo, leyendo su contenido, el cual le hizo ponerse pálido, tragó grueso mirando al frente. Alexa sintió una mala espina por esa expresión.
—¿Que ocurre mi General?.
El tardó en responder.
—Dormenst... Está bajo ataque...
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