Capítulo 19 (2\2) "Deshonrado"
13 de Abril del 2016
Abismo, Parte trasera del castillo.
El sonido de sus pisadas resonaba por las escaleras, al impactar sus pesadas botas contra el suelo de piedra. Victor y Alexa descendían los escalones con su equipo de combate encima. Ambos actuando como si solo fueran conocidos, mantenían sus fusiles bien sostenidos acompañados de miradas indiferentes aunque por dentro fuese algo totalmente distinto. Una vez llegaron al pasillo largo que daba al patio trasero del abismo, los nervios aceleraron el ritmo cardíaco de la joven vigilante. El pasillo tenía aberturas con formas de trébol en la pared, dejando que la luz nocturna del abismo se colase entre ellas.
Una vez giraron hacia el patio, allí sus miradas se encontraron con un comité de bienvenida no muy agradable. Aldrich yacía allí, llevaba el equipo táctico igual que ellos, chaleco, casco y blindaje para las articulaciones. Su rostro estaba cubierto por un pasamontañas negro, casi parecido a la media máscara de calavera que Víctor en ese momento portaba, solo ella y los soldados oscuros no llevaban aquellas mascaras en los rostros.
Frederick y Chris estaban allí vestidos con unos uniformes verdes oscuro, llevando sus armas predilectas. Junto a ellos dos estaba Volkner, El señor de los Abismos. El cual no tenía una mirada muy agradable de llevar encima. Su ceño fruncido parecía que fundiría sus cejas en una sola en cualquier momento. Y esa mirada estaba cayendo sobre el joven cazador que prácticamente la ignoraba. Concentrado en cumplir la misión.
Frederick, quien era el de mayor rango, se detuvo frente a los tres allí presentes. Su mirada los repasó de pies a cabeza, al ver a Víctor junto con Aldrich, le pareció que miraba a dos soldados humanos que dos guerreros del abismo. Pero tener esas ventajas tecnológicas que ellos tenían lo valía, ahora Alexa, vigilante del abismo, con ese casco desajustado, con un fusil que parecía incomodarle, le daba un aspecto cómico pero que aun así no debía de subestimarse.
—Escuchad bien, porque no lo repetiré.—Espetó Frederick con dureza.—Nuestra misión es asesinar al líder merodeador, tenemos la ubicación de su base y un estimado de la cantidad de tropas que poseen, no digo que será fácil, en absoluto, ese tipo es fuerte, muy fuerte gente y por ende deberemos trabajar en equipo para poder eliminarlo. Aunque tenemos un as bajo la manga.—Su mirada cayó en Víctor el cual no se inmutó pero si se aferró a su fusil.
—En fin, tomaremos un portal se nos dejará a un buen par de kilómetros de la base, avanzaremos hasta la misma y usando el elemento sorpresa, una vez allí nos dividiremos en tres equipos diferentes, Aldrich y Alexa se encargarán de eliminara a la fuerza de infantería del lugar, Chris y yo nos ocuparemos de evitar la llegada de refuerzos, Víctor, tu seras el encargado de asesinar al líder merodeador.
En ese momento las alarmas internas de Aldrich se dispararon. ¿Como que se dividirán en tres grupos dejando a Víctor prácticamente solo? Ese tipo, el líder merodeador era demasiado fuerte, aun así siendo cazador del abismo y todo, pero Víctor no tenía el dominio de sus poderes necesario para hacerle frente a un ser como él. Abrió la boca para protestar pero la fulminante mirada de Volkner le cortó en seco. La mirada de ambos chocó, creando una lucha de voluntades, pero esta se vio interrumpida por la voz de Frederick.
—Bien, en marcha.
Frederick movió su mano en un patrón casi circular, para al momento abrirse un portal frente a ellos, era negro y con tonos grises en el borde, casi parecía un agujero negro. Pero de repente, este abandonó su color oscuro para reflejar un bosque, casi parecía una imagen a espejo. Se veían los arboles por encima, mientras un color anaranjado cubría el lugar, estaba atardeciendo, era perfecto para ellos.
—Nos vemos en el otro lado.—Sentenció Frederick antes de saltar dentro del portal con armas en mano.
En momentos desapareció, engullido por el portal. Luego Chris, sin meditar al respecto, saltó dentro de él para desaparecer igual que su compañero. Victor miró a su guardián y este sólo le indicó con un movimiento de cabeza el portal. Los tres avanzaron, Aldrich sin demora entró, luego Alexa que se le adelantó a Víctor el cual miraba con cierta desconfianza el portal. Pero tras respirar profundo siguió avanzando. Entonces la voz de su señor le detuvo.
—Buena suerte, cazador.
Y sin decir nada, saltó dentro del portal. La sensación de aquel portal distinto al usado por Aldrich fue una exacta mezcla de sensaciones que en conjunto eran asquerosas. Sintió un mareo intenso, como si perdiese todo el equilibrio de golpe mientras sentía que su cuerpo se deformaba en mil y un pedazos, para luego reaparecer unidos. Y antes de darse cuenta, cayó de bruces contra un suelo marrón y verde el cual le llenó de tierra. El mundo le daba vueltas y sentía ganas de vomitar, aunque esta se disipó casi de inmediato. Vio como alguien se arrodillaba frente a él, le tomó por los hombros, era Aldrich, sus ojos negros veían al joven con cierta preocupación que desapareció al verlo en buen estado.
—Vamos Víctor, de pie.
Con ayuda de su guardián, se logró levantar, una vez ya estable, Víctor decidió dar una mirada en derredor. Habían aparecido en un pequeño claro de un bosque. Mas adelante, cerca de un sendero estaban los dos soldados oscuros inspeccionando la cercanía con sus armas en mano, listos para cualquier posible amenaza, el color anaranjado del día demostraba que ya estaba por atardecer, exhaló, se aseguró de tener sus equipo bien aferrado y en su lugar, se acomodó le fusil entre sus manos, cuando decidió avanzar, el sonido de los arbustos al ser apartado le hizo girarse rápido pero sin lograr alzar el arma a tiempo, aun así, no haría falta, era Alexa que con un par de hojas encima de su casco, se acercaba a ellos.
—Estamos libres de enemigos en la cercanía.—Informó.—Aun así deberíamos de movernos.
—Y eso haremos, seguiremos el sendero, si los mapas no se equivocan, a unos tres kilómetros de aquí, encontraremos un campamento merodeador que no será nuestro punto de referencia.—Dijo Frederick apareciendo frente a ellos.—De allí avanzaremos al norte, en esa dirección está la base objetivo. ¡En marcha!.
El grupo sin más avanzó por el sendero, pequeño y cerrado pero lo bastante ancho para pode caminar con comodidad. El suelo era de tierra con un poco de hierba, los arboles en ambos lados delimitaban el sendero con el bosque. El cabeza iba Frederick seguido de Chris, detrás el Capitán Aldrich, seguido de Victor y Alexa. Avanzaron por el bosque, s través de esos largos kilómetros, a paso constante, siempre vigilando los alrededores, atentos a cualquier amenaza. La hierba crujía bajo las pisadas de sus botas, que poco a poco se llenaban de lodo, pues habían llegado a una zona que anteriormente había sido azotada por una tormenta, la oscuridad poco a poco tomó lugar en el ambiente y, oscuras nubes anunciaban otra tormenta próxima a ellos. El barro molestaba al andar pero lo dejaron de lado al notar que a lo lejos, luces anaranjadas con tonos amarillos se asomaban entre los arboles. Frederick alzó la mano en un puño, todos se detuvieron agachándose. El soldado oscuro se agachó frente a ellos.
—¿Cansados?.—Preguntó, su mirada esperó señal alguna de Alexa o de Victor pero estos se mantuvieron quietos.—Bien, este es el campamento, vamos a eliminarlo y seguiremos de aquí a la base enemiga. Usaremos el sigilo, ¿entendido?.—Susurraba las ordenes, con cuidado de que no lo escuchase algún guardia. Todos asintieron.
Avanzaron, lentamente entre la maleza, ambos soldados oscuros desaparecieron dejando al trío solo, dos guardias estaban dando la espalda al bosque mientras sostenían una agradable conversación sobre cosas comunes del día a día, Aldrich desenfundó su espada y Alexa tomó un cuchillo, ambos, al mismo tiempo y con rapidez letal se arrojaron sobre los guardias. Aldrich le atravesó el cuello desde la nuca hasta la parte delantera, mientras Alexa le clavaba el cuchillo en el cuello, tapando la boca del pobre guardia. Un tercer guardia, que emergió entre las tiendas vio con horror los dos guardias caídos junto con sus asesinos, antes de poder dar la voz de alarma, entre la maleza salió Víctor disparado con su espada al frente, no tardó en atravesar el abdomen del guardia, la punta de la espada salió por la espalda bañada en sangre.
La retiró, le dio una mirada a sus dos compañeros, dejaron los tres cuerpos alli y siguieron avanzando entre las tiendas del campamento. Eran sencillas, algo no muy elaborado. Fueron eliminando cada guardia que se les atravesaba, sin disparar ni una bala. Fue así que en menos de 10 minutos, el lugar estaba asegurado. En el centro se reunió el trió con la pareja de soldados oscuros. Lo que les extrañó fue la mujer que Chris llevaba en brazos. Se veía joven pero demacrada, casi esquelética, un sencillo harapo blanco cubría su cuerpo en deber de un vestido.
—Parece que aquí tenían esclavos, ella es la única que quedaba.—Dijo el soldado oscuro colocándola en el suelo.
Víctor, entre las luces amarillentas y rojizas de las antorchas, se acercó a la mujer, pálida, con múltiples cortadas en su rostro, tenía los ojos apagados, sin chispa, y fue entonces cuando notó esa mirada que él, tan joven ya conoce, la mirada de la muerte, aquella mujer había muerto. Retrocedió dos pasos, parpadeando ante la impresión, después de todo, el no veía a los cuerpos ya después de muertos.
—Esta muerta.—Dijo mirando al soldado oscuro que la trajo consigo.
—Murió de agonía en mis brazos, tal parece que la tenían para la diversión y desahogo de los soldados.—Chris hizo una mueca de asco.
Alexa dio un paso al frente. Tragó grueso al dirigir la mirada a los soldados, tenía una pregunta, una muy clara pero que aun así debía confirmar.
—¿Fue...
Pero antes de seguir, Chris le cortó.
—Si.—Chris desvío la mirada al norte.—Me logró decir con sus ultimas palabras que los demás esclavos fueron llevados a la base del norte, donde está nuestro objetivo.
El silencio inundó el lugar, Aldrich, sin perder mas tiempo decidió que era hora de irse.
—Frederick...
—Si, continuemos. Al norte.
Abandonaron dicho campamento, hacia la base de los merodeadores. Mientras todos enfocados en el objetivo avanzaban, Alexa sentía una presión en el pecho con cada pisada que solo la acercaba más al objetivo, no entendía el porqué de su ritmo acelerado y de esa presión tan extraña, casi parecía emocionada, pero no entendía. Así que ignorando todo ello, avanzó con el resto, ignorando los extraños signos de su cuerpo. Continuó a pesar de esa extraña emoción.
Mientras ellos avanzaban, hacia el Norte. Desde el Este, un pequeño pelotón del ejercito abismal avanzaba entre la oscuridad del bosque. Era el pelotón del Teniente Dracks, perteneciente a la Compañía Tormenta, legión 343. El joven oficial junto con sus soldados armados con espadas, provistos de armaduras ligeras. Avanzaba con su espada siempre lista. Entre la maleza, logró llegar antes al campamento, pero aun era muy temprano, apenas había oscurecido, siendo casi las ocho de la noche. Decidió dar la orden de aguardar. Mientras las primeras gotas de la tormenta caían.
Las gotas continuaron cayendo, incesantes, a un ritmo lento que anunciaba la tormenta que azotaría el lugar, el frío notorio de un país europeo como Alemania no tardó en aparecer, colándose entre los uniformes de ambos bandos. El golpeteo de las gota contra el suelo llegó a un punto de ser completamente audible pero no al punto de ser una lluvia torrencial, era casi como un rocío continuo, que caía con suavidad sobre los rostros de los guardias merodeadores, mientras estos patrullaban la zona asignada. Entonces, un sonido de cascos de caballo llamó la atención de los guardias, y de forma inmediata, tres carruajes arribaron al campamento.
Con un cargamento inusual.
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13 de Abril del 2016
Alemania, Base merodeador, cercana al territorio del ejercito abismal.
Descendió las escaleras del centro de operaciones. Acompañado de una escolta de dos Acechadores, armados con fusiles de cerrojo Mosing Nagant. La escolta parecían mas soldados de la segunda guerra mundial que guerreros como el resto del ejercito merodeador. Casi como sus homólogos abismales, los Soldados Oscuros. El líder merodeador, avanzó entre el suelo lodoso, llenando sus brillantes botas negras con el fastidioso barro. De un momento a otro dos acechadores mas se le unieron armados con los mismos rifles. Delante de él pudo ver los carruajes custodiados por los mercenarios avanzados y el oficial acechador. Allí había una fila de personas, demarcadas y con la mirada en el suelo. Al saber que eran, sonrió, aquella sonrisa que causaba escalofríos en cualquiera que le mirase.
Se detuvo frente a la fila de personas, eran 49 personas siendo contadas por el mismo líder. Aquel número le hizo que en él creciera una curiosidad notoria. ¿Que había pasado con la ultima? Entre el frío de la noche y las gotas que impactaban en su rostro, iluminado tenuemente por las pocas luces eléctricas con las que contaba el lugar, se dirigió a su oficial.
—Primer Teniente Gromel.—Al aludido hizo una reverencia antes de dirigirle la mirada a su señor.—Aquí falta un esclavo, ¿Por que?.
Había preguntado con una relativa calma que, en cualquier momento, podría volverse en una furia incontrolable y acabaría arrebatándole la vida a algún desafortunado. Gromel, con una mirada indiferente, dirigió la mirada al conductor del carruaje, un simple merodeador apenas reclutado. El líder merodeador, acostumbrado al silencio de su oficial, simplemente esperó por la respuesta.
—Bien, ya escuchó a su líder. ¿Por que falta una persona aquí?.
La voz carente de expresión del oficial hizo saber al merodeador que, la respuesta era algo que no debería de hacerse esperar. Así que sin mas dilaciones, respondió.
—Mi señor, la ultima esclava estaba en estado critico y el jefe del campamento provisional para esclavos pidió que se le dejara allí, para el desahogo de sus hombres, también dijo que enviaría a un hombre con la noticia a usted.
Habló con claridad, tanta que se notaba el tinte de miedo en su voz. Los ojos grises e inexpresivos del líder solo hicieron que los nervios del joven aumentasen, había oído toda la explicación, solo que nunca había llegado ningún mensajero. Así que despegó su mirada del joven y la dirigió hacia los esclavos. Repasó la mirada en ellos. Veinte mujeres, diez niños, cinco hembras y cinco varones y nueve hombres. Entre todos ellos, notó las ganancias que haría, las mujeres serian buenas fuentes de ganancia por explotación sexual en la bajos mundos, donde morirían seguramente por el trato rudo de los seres sobrenaturales. Los niños y los hombres serían obligados a ser mano de obra en trabajos pesados o comprados por vampiros para ser sus fuentes personales de sangre. Todos ellos mantenían las miradas bajas, excepto por uno, un joven de cabello largo y ojos marrones que le miraba con ira, un detalle notorio era que él, tenia sus manos esposadas. Tanto el líder como el oficial habían captado ese detalle.
—Gael, mi señor ¿Vio lo mismo que yo?.—Le susurró el oficial. El líder merodeador asintió.
Gael, entonces, se giró hacia el mercenario que los había traído. Apuntó con un dedo al joven y preguntó.
—¿Por que lleva esas esposas?.—Preguntó demandante.
El mercenario, abrió los ojos al recordar el detalle de ese joven, que a pesar de verse débil era mas peligroso de lo que se creía. Pues el joven, para capturarle, había sido necesario tener la ayuda de un mago, y la pérdida de mas de 10 mercenarios. Pero a la larga valdría la pena. Tomó un papel entre sus bolsillos, y se lo entregó a Gael. El hombre de ojos grises ojeó el documento. El mismo era inusual debido a que muy poco se sabia de los esclavos pero este, parecía ser un caso especial. El documento decía en letras de imprenta simples y aburridas:
NOMBRE: Edison Amaro.
EDAD: 16
NACIONALIDAD: Desconocida.
OJOS: Marrones.
ESPECIE: Humano
FUE CAPTURADO POR FUERZAS MERODEADORAS EN LAS AFUERAS DE LA CIUDAD SOBRENATURAL DE BELTRUCHST. TRAS HABER PELEADO CON DOS OFICIALES EN UNA TABERNA, FUE PERSEGUIDO POR MERCENARIOS, CAUSANDO DIEZ MUERTOS, SIENDO NEUTRALIZADO POR UNO DE NUESTROS MAGOS, LA INFORMACIÓN RECABADA ES POCA, TODA FIGURADA EN LA ESQUINA SUPERIOR DEL DOCUMENTO. POSEE EL DON DE CONVERTIR SUS EXTREMIDADES EN PELIGROSAS ARMAS, TRANSFORMÁNDOLAS EN BASE AL PELIGRO. LAS ESPOSAS INHIBEN LOS PODERES DEL JOVEN. MANTENER ESPOSADO A TODA HORA BAJO VIGILANCIA. SER LLEVADO ANTE GAEL LO ANTES POSIBLE.
CORONEL GREUDERG. PUESTO DE MANDO DE BELTRUCHST.
Gael al terminar de ojear el documento alzó una ceja. Por encima del papel miró al joven que le fulminaba con la mirada, era intensa, llena de chispa, odio y rabia. El líder sonrió con maldad, arrojó lejos el documento y dirigió su mirada al joven merodeador.
—Puedes retirarte, has cumplido con tu misión.
El joven hizo una reverencia antes de retirarse. Se subió en los caballos y partió de allí, de regreso a su campamento. Gael dirigió una mirada a su oficial.
—Los quiero a todos en los calabozos, pueden darle a los esclavos una ración de comida, al joven lo quiero en confinamiento solitario ah, y a él no lo alimenten, aun no.
Se giró sobre sus talones. Y se marchó hacia el centro de operaciones, los fuertes vientos apenas comenzaban, moviendo con agresividad los impermeables de los guardias. El agua caía cada vez mas fuerte pero aún no estaba en su punto salvaje, solo faltaba un poco mas. El primer teniente Gromel se giró los mercenarios avanzados.
—Llevenlos a los calabozos y dadles alimento, excepto al joven esposado, a el lo llevan a confinamiento solitario sin comida, ustedes dos, id con ellos.—Ordenó con voz fuerte y clara.
Los mercenarios avanzados se llevaron a los esclavos, siendo acompañados de dos acechadores. Se dirigieron al área de calabozos, mientras los esclavos eran trasladados, Gromel y el resto de acechadores se dirigieron al centro de operaciones.
Sin saber que eran vigilados desde la lejanía.
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13 de Abril del 2016
Alemania. Base merodeador. Cerca del territorio del ejército abismal.
Desde aquel risco que parecía más bien una serie de rocas altas que antaño habrían sido una montaña, el Teniente Dracks había visto todo con ayuda de unos prismáticos. Desde la llegada del carruaje, hasta la aparición del líder merodeador con sus soldados especiales y como llevaban a esas personas hacia lo que parecían unos calabozos. "Esclavos, sin dudar" pensó Dracks, apoyado en el borde de aquellas rocas, acompañado del resto de pelotón, unos 12 soldados, se debatía en volver con la información adquirida o usa la ventaja de la cercana tormenta para así liberar a los esclavos y quien sabe, quizá asesinar al líder merodeador si se daba la oportunidad. Su mente debatía entre las miles de posibilidades que podrían traer su decisión.
Entonces, unos relámpagos tronaron en el lugar, miró hacia el cielo y confiado, esbozó una sonrisa. Ya se había decidido.
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13 de Abril del 2016
Alemania. Base merodeador. Cerca del territorio del ejército abismal.
La lluvia había aumentado de intensidad, aun no estaban en la tormenta pero era cuestión de minutos que la misma los alcanzase. El equipo liderado por Frederick, avanzaba entre la inclemente maleza del bosque, abriéndose paso, entre lodo y terreno fangoso. Entonces, la cerca metálica les hizo detenerse, entre los árboles podía verse el perímetro de la base merodeador.
Victor desde la retaguardia avanzó hasta el frente agachándose junto a Frederick. Habían llegado al objetivo. Su mirada recorrió la cerca metálica, se veía demasiado alta para treparla. Detrás de esta, a unos metros, vio un pequeño edificio gris, de bloques de hormigón. Frente a ellos, del otro lado de la cerca, pasó un guardia. El cual siguió con su camino sin siquiera mirar a los lados. Chris se acercó a la cerca, su mano tomó un tono rojizo el cual se concentró en su dedo, como un pequeño punto reluciente. Acercó el dedo a la cerca y tras describir un circulo lo bastante grande para que ellos pudiesen pasar sin problema, la cerca se derritió en los lugares por donde el dedo pasó, y tras un simple toqué cayó al otro lado. Chris se adentró sin perder tiempo, el resto le siguió.
Atravesaron el espacio entre la cerca y el pequeño edificio. Se apegaron a la pared, sin saber a donde ir en ese momento. Aldrich se asomó por una de las esquinas, el terreno estaba despejado por el momento, aún así la lluvia que cada vez se hacia más y mas fuerte dificultaba la vista. Frederick miró al joven cazador.
—Victor, tu objetivo está en el centro de operaciones, el edificio del centro, ve allí y eliminalo.—Ordenó alzando un poco la voz entre el estruendo de la lluvia.
Victor asintió y tras asomarse y no ver moros en la costa, se aferró a su fusil y emprendió una carrera hacia el centro de operaciones, Alexa preocupada no pudo sino ver como el joven desaparecía al otro lado del edificio, le molestaba aquello, no debía de ir solo, debía de ir con Aldrich, era su guardián y aun así, su señor lo había permitido de ese modo. Mientras el cazador avanzaba. Frederick y Chris se separaron del grupo, hacia la entrada, iban a impedir cualquier llegada de refuerzos o cualquier huida. Desaparecieron entre las sombras y la espesa lluvia. Solo quedaban ellos dos, Alexa y Aldrich. Ella notó como esa emoción dentro de ella aumentó de golpe, sentía ansiedad, tenia nervios y algo la impulsaba, un instinto la impulsaba a entrar en ese edificio.
—¡Alexa!.—Aldrich proyectó su voz por encima de la lluvia.—Entremos al edificio, podrían ser las barracas, así los eliminamos por sorpresa.
Ella asintió y tras rodear a paso rápido y seguro, entre los charcos de lodo que sonaban al ser pisados por ellos, llegaron a la puerta. Para sorpresa de ambos no estaba cerrado con llave, y fácilmente con sólo girar el pomo logró abrir la puerta, entró y la emoción, extraña emoción, dentro de ella creció. Ella detrás del vanguardia ingresó al lugar cerrando la puerta. Y una vez se giro se encontró con un largo pasillo oscuro, pobremente iluminado, tenía antorchas que entre tonos rojizos daban cierta luz al lugar, pero solo lo volvían mas tétrico. El ambiente desprendía un olor fétido y húmedo, asqueroso y una que otra gotera se dejaban oír. Aldrich supuso entonces, que lugar era ese y no le gustaba en absoluto.
—Definitivamente estas no son las barracas.—Comentó una nerviosa Alexa que aun a pesar de lo tétrico del lugar, tenia ese instinto que le impulsaba seguir adelante, que le exigía llegar al final del pasillo.
—No..—El avanzó unos pasos y tomo una antorcha en sus manos.—Son los calabozos.
Ambos avanzaron por aquel pasillo, veían dentro de cada celda, tenia espacio para lo se Aldrich estimaba, veinte personas, pero notó como en varias celdas había mas de uno. Todos eran humanos, en condiciones precarias. Se veían esqueléticos, con síntomas claros de desnutrición, algunos se veían incluso con heridas, y bajo la luz rojiza de la antorcha, creaba una imagen aun más desagradable, aun así, a pesar de esa hórrida imagen, Alexa tenia ese impulso, aun más fuerte de seguir hacia adelante. Y lo hizo, ambos siguieron hasta llegar al final del pasillo, donde en una celda estaba el único esclavo solo.
Aldrich al acercar la antorcha hacia el joven, para verle mejor, no vio la gran cosa, cabello largo de color negro, piel morena, estaba igual que el resto de flaco. No era la gran cosa pero para Alexa era algo que, sin saber por qué, le causaba interés. Así que abrió la celda tras Jalar una palanca que estaba junto a la celda. Un chirrido mecánico sonó y la abrió. Entró, bajo la mirada ceñuda de Aldrich.
—Alexa ¿Que crees que estas haciendo?.
Le ignoró y siguió avanzando. El joven que yacía con la espalda contra la pared, al oír el sonido de sus pisadas, alzó la mirada mientras se ponía de pié, defensivo, pero su postura se relajó al ver a la joven. Ella, a pasó precavido se seguía acercando a él.
—Tranquilo, no te haré daño.
No sabia qué le había impulsado a decir aquello, pero parecía que su simple voz logró calmar al joven, que esposado aún le miraba con desconfianza. Ella con cierto nervio, tomó las manos esposadas del joven, mientras la mirada de ambos chocaba inconscientemente. Y ahí fue donde el mundo desapareció para ellos. Tanto ella como aquel joven habían compartido el mismo sentimiento de emoción, ansiedad. Y aun no entendían el porqué. Pero Aldrich si, y aquello no le gustó para nada.
—Encontró a su soulmate.—Susurró.
La lluvia que chocaba contra el techo, aumentó su fiereza de forma repentina, mientras cientos de truenos y rayos estallaban en el cielo. Aquello les hizo levantar la mirada, pero un potente explosión en la base les hizo tambalearse y caer de rodillas al suelo.
El factor sorpresa se había acabado.
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13 de Abril del 2016
Alemania, Base merodeador, territorio cercano al ejercito del abismo.
Victor emprendió la carrera, dejando atrás al resto de su equipo. Al vanguardia y a su querida Alexa lo cual le hizo tener un mal presentimiento. Con dificultad por el traicionero barro, siguió corriendo hacia el centro de mando, su mirada giró hacia ambos lados, y con dificultad por la lluvia vio que no tenia ningún guardia cerca. "Que suerte" pensó. De un momento a otro se apegó a una de las paredes del centro de operaciones. Su respiración estaba agitada, los pulmones le ardían pero eso era lo de menos. Avanzó apegado a dicha pared, hasta que se topó con una ventana en la cual ojeó. El lugar dentro parecía una sencilla oficina bien iluminada y sin nadie dentro, trató de abrir la ventana pero estaba cerrada. Sin más remedio siguió avanzando en busca de una entrada.
Entonces, llegó a la puerta, aunque era lo menos recomendable, era la única opción. Tomando el ejemplo de su guardián, se colocó frente a la puerta y le asestó una guerra patada. El todo el centro, mas la puerta no cedió. Retrocedió unos pasos mientras oía voces alteradas allí dentro, rápidamente arrojó otra patada, que tampoco logró derribarla. Entonces de un momento a otro, gracias a sus rápidos reflejos, estaba espalda al suelo mientras la puerta era agujereada de varios disparos. Se arrastró hasta quedar lejos de la zona de tiro, sabia que su mejor baza, que era la sorpresa, la había estropeado.
Ya a una distancia de la entrada, alzó su fusil apuntando hacia cualquiera que saliera. De un momento a otro emergieron tres acechadores apuntando a todos los flancos, uno de ellos apenas vio a Víctor disparó, rápido, logró esquivar la bala y respondió en el acto. El cazador apunto, una ráfaga impacto en el pecho del soldado eliminándolo, los otros dos se giraron pero sin poder disparar a tiempo cayeron por los disparos del cazador.
Con el camino libre de momento, aunque sabia que eran segundos antes de que llegasen los refuerzos, Víctor se adentró en el centro de operaciones. Su mirada recorrió el lugar con rapidez, una simple sala de estar con muebles y algún que otro cuadro, ignorando todo con el tiempo en contra, se dirigió a las escaleras que con la mayor velocidad que podía la cual no era mucha por el peso del equipo, subió al segundo piso cambiando su fusil de semiautomático a automático. Cometió el error de girar en una esquina sin antes asomarse, en el pasillo estaban dos acechadores esperándole y estos dispararon sin pensar teniendo la ventaja sobre él. Los dos proyectiles recorrieron el pasillo hacia Víctor, se agachó evitando uno de ellos pero el segundo le dio de lleno en el chaleco antibalas, un dolor agudo recorrió su cuerpo y ahogando un grito de dolor, apuntó hacia los dos soldados enemigos y tiró con fuerza del gatillo. El fusil automático escupió una larga andanada de balas contra los acechadores, impactando en varios puntos de sus cuerpos e incluso arrancando pedazos de las paredes, y cuando se detuvo había creado un auténtico desastre.
El cañón del fusil humeaba, cambió de cargador y colocando otro, llevó el percutor hacia atrás creando el dulce sonido característico de las armas. Se puso de pie aun con el dolor del impacto de bala en el chaleco, por suerte, no lo había atravesado y a lo mucho le dejaría un gran moratón. Llegó hasta la oficina del jefe de la base, y sin ya fuerzas por el impacto para patear la puerta, disparó contra el cerrojo u antes de poder abrir una serie de disparos atravesaron la puerta, apenas la primera bala atravesó la puerta, el se había colocado pegado a la pared junto a la puerta. Fue una serie detonaciones interminables, destructivas que redujeron la puerta a simples trozos de madera.
Una vez se detuvo, Víctor dispuesto a ingresar se movió pero antes de lograr nada una gran explosión que sacudió el edificio entero le hizo caer de rodillas. Cuando se detuvo, un fuerte olor a madera quemada llegó a su nariz, entró finalmente al despacho y lo que encontró lo dejó, perplejo. El lugar estaba destruido, solamente quedaba media habitacion, el resto se había destrozado hacia atrás, en una fila de escombros entre madera quemándose y partes de edificio cayendo poco a poco. El sonido de varios disparos, seguidos de golpes con sonido de carne siendo cortada atravesaron la lluvia, superando le ruido de los rayos que iluminaban de forma tétrica la base.
Victor bajó, entre los escombros. Llegó hasta el suelo lodo y con el fusil apoyado en el hombro, avanzó, siguiendo el sonido del combate y tras rodear el edificio se encontró con una imagen que no esperaba, entre la tormenta estaban un grupo de mercenarios luchando contra un pelotón de soldados pertenecientes al ejercito del abismo. La lucha era encarnizada con choques de espadas y golpes por doquier, y mientras los merodeadores tenían tres muertos ya, los soldados del abismo apenas tenían uno.
Vio como mas de esos hombres con armas de fuego se acercaban a sus aliados, así que no tardo en apuntarles y eliminarlos, disparó en ráfagas controladas, eliminando a tres de ellos, dos de ellos le dispararon más el logró evitar las balas y contraatacar eliminando al resto de enemigos. Pero mas de esos hombres seguían llegando.
El teniente Drakcs, luchaba con fiereza contra los mercenarios, mas no esperaba que hubieran tantos de esos guerreros con armas de fuego, de un tajo en el cuello asesino al merodeador delante de él, las balas le rozaron asesinando a otro de sus hombres, pero vio como esos guerreros caían muertos, y entonces vio como lo que parecía ser uno de ellos, vestido de negro y con una extraña máscara les ayudaba.
Cuando el ultimo acechador cayó, los soldados del abismo, con dos muertos y ningún herido, manteniéndose alerta vigilaban por cualquier otro enemigo. Victor rápidamente se acercó al teniente.
—No se quien o qué seas pero gracias, no tenemos tiempo para presentaciones ¿Donde están los prisioneros?.—Dijo el teniente en voz alta.
—No lo sé.—Respondió.—Mi misión era asesinar al líder merodeador ¿fueron ustedes quienes destrozaron ese lugar?.
—Si, uno de mis hombres traía explosivos.—Contestó Drakcs.
—Entonces me han completado la misión.
Entonces, entre los escombros, con violencia emergió una larga alabarda acaba en una hoja curvada. Tanto teniente como cazador se giraron, y con asombro vieron como entre los escombros emergía un corpulento hombre, mas alto que cualquiera de los allí presentes, junto a él, otro hombre también salió entre los escombros. Sus ojos grises destellaban rabia e ira. Cerca de ellos, el estruendo de una puerta de metal siendo arrancada de lleno resonó, los dos vieron como Aldrich arrojado en el suelo se trataba de levantar, acompañado de Alexa y otro joven que tenía unas enormes garras por manos.
—¡¡Cazador!!.—Rugió contra el cielo tormentoso, como si de una bestia se tratase.
—O tal vez no.—Susurró Víctor.
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13 de Abril del 2016
Base merodeador. Calabozos.
Aquella estruendosa explosión les hizo caer a los tres de rodillas, el casco de Alexa se cayó dejando libre su larga cabellera azulada, cuando el temblor se detuvo, ella se colocó de pie junto aquel joven, el cual al ver su cabello se le quedó mirando, embelesado.
—Hermoso.—Susurró él.
Y aquel encuentro tan único hubiera durado más si no fuera por la interrupción de Aldrich.
—Alexa, tenemos que irnos, quitale las esposas.—Ordenó con firmeza, en su voz se podía oír un leve tinte de molestia.
—S-si.—Dijo saliendo de su ensoñación.
Tras una rápida inspección de las esposas, logro hallar un pequeño botón que al accionarlo, las esposas se abrieron, su mano al tocar la de él sintió una leve corriente eléctrica, pero decidió ignorarlo. Edison ya libre, se acarició las adoloridas muñecas. Los dos abandonaron la celda, y tras avanzar unos pasos de regreso en el pasillo, Aldrich se detuvo en seco, Alexa al ver quien estaba al fondo del pasillo, también imitó al vanguardia, el único que se veía sin miedo era el joven Edison.
Allí, al como estaba la temida mercenario. Cuervo, llevaba un revolver en la mano izquierda y en la derecha una espada, con una sonrisa maliciosa y dos orbes verdes que brillaban con maldad. Alzó uno de esos revólveres apuntándoles.
—Ese esclavo... Es muy valioso... Tienen mucho que aprender si de verdad... Quieren derrotarnos.
La detonación retumbó en el lugar, Aldrich rápido esquivó el disparo y respondió disparando una ráfaga de su potente FAL hacia ella, se cubrió mientras que Alexa le imitaba disparando con su M16, las ráfagas continuas de ambos rifles tronaban en aquel lugar tan cerrado. Edison solo se mantenía a la expectativa. La mercenario arrojó un orbe de color verdoso que recorrió el pasillo a gran velocidad y explotó creando una nube de humo. Los disparos de manos cesaron mientras recargaban sus armas. Tres disparos atravesaron el humo obligándolos a agacharse, al mismo tiempo aquella mercenario emergía entre el humo, Aldrich se lanzó hacia ella deteniendo su espada con cuerpo de su fusil. Alexa tomó su mangual y arremetió contra cuervo la cual la esquivó de forma ágil.
Aldrich tomó le apuntó dispuesto a eliminarla. Solo que ella más rápida le propinó una potente patada en el pecho que lo arrojó al final del pasillo, llevándose consigo la puerta de metal. Alexa al ver el estado del vanguardia, corrió a auxiliarle. Cuervo con la espada en mano estuvo a punto de matarla por la espalda si no fuese por la larga cuchilla que detuvo su espada. Su mirada entonces cayó en ese esclavo.
La alejó unos metros atrás, mientras le apuntaba con su mano convertida en una enorme hoja filosa, su otra mano era una garra metalizada. Ella disparó mas las balas rebotaron en las garras que usó de escudo. Se arrojó de nuevo contra él, pero la poderosa hoja repelió su ataque. Entonces Edison también salió, siendo recibido por la lluvia, mientras Alexa ayudaba a Aldrich a ponerse de pie.
—¡No podran derrotarnos!.—Declaró la mercenario saliendo de los calabozos.—¡Ustedes son la debilidad de Víctor y por ustedes el morirá!.
Entonces Alexa dirigió la mirada al joven cazador el cual, preocupado también le miraba a ella.
**************
Víctor apuntó hacia el líder merodeador, el cual no era nada como lo estimado. Se aferró a su fusil mientras veía como la hercúlea de ese hombre caminaba fuera de los escombros, sus músculos tan grandes parecían que destrozarían el blindaje que les protegía. A unos metros de ellos el líder merodeador se detuvo, les apuntó con su enorme alabarda, mas específicamente, a Víctor.
—Tu, joven cazador has sellado tu destino hoy al tratar de asesinarme.—Sentenció con voz potente, era fuerte y gruesa. A su lado, otro de aquellos hombres armados se colocaba a su lado.
Victor dio un paso al frente, apuntándole con su fusil de asalto. Por más blindaje que tuviera, esas placas de metal no evitarían que una bala entrase en el cuerpo del líder merodeador.
—No lo he tratado, ahora es que comienza mi intento.—Respondió.
Los ojos de ambos, los grises de Gael y los negros de Víctor se encontraron. Ambos parecían concentrados en el otro, listos para matarse. Sabia que no debía de confiarse, aquel hombre era de un aspecto poderoso. Y sabia que no sólo era apariencia. Entonces, Gael arremetió, corrió hacia Víctor mientras el disparaba, las balas escupidas por el fusil volaron cortando las gotas que se le atravesasen. Los ojos de Gael brillaron con un tono verdoso mientras estas rebotaban contra un escudo de fuerza que por cada impacto brillaba con ese color verde. Victor asombrado, soltó el fusil y tomo su espada cuando vio como Gael movía aquella arma tan larga de forma horizontal, detuvo la hoja desviándola al suelo a lo que Gael con fuerza superior la elevó atacando por la espalda al cazador que repitiendo la misma estrategia, desvío de nuevo el ataque. Entonces Gael alejó su arma.
—Tus patéticas armas de fuego no podrán matarme, cazador.
—Será por las malas entonces.
Victor se lanzó contra Gael, aferrado a su espadón, vio como lanzó una estocada con la alabarda la cual esquivó y acto seguido bloqueó otro ataque horizontal. La alzó atacando verticalmente sobre Víctor el cual vio como la tierra salia disparada hacia arriba al clavarse en el suelo. Trató de acercarse pero cada ataque de la alabarda lo mantenía alejado del portador.
—¡¿Eso es todo lo que tienes!?.
Víctor logró desviar un potente ataque clavando la alabarda en el suelo, entonces corrió con todas sus fuerzas hacia Gael, el líder mercenario arrojó otro ataque horizontal que Víctor esquivo deslizándose en el suelo, llenándose de barro, se puso de pié y de un corte horizontal clavó su espadón en las costillas de Gael. Los trozos de metal salieron disparados mientras la sangre salía. Victor retiró y al momento recibió un ataque con al alabarda que absorbió con la espada pero que aun así lo arrojo un par de metros atrás. Uno de los soldados le ayudó a ponerse de pie mientras el teniente le entregaba su espadón que se le había resbalado de las manos.
—Cazador, no podemos ayudarte, esto se escapa de nuestras manos.
—No importa, llevense a los esclavos lejos.
Victor se puso de pie, agotado por el esfuerzo físico, sabía que podía ganar. Pero su optimismo cayó al ver al gigantesco lobo que de colocó junto Gael. Entonces el líder sonrió burlón mientras tenia una mano en su herida.
—Vamos Cazador, esto aun no acaba. Aunque para tus amigos no digo lo mismo.
La sorna en su voz le hizo girarse hacia sus compañeros, Aldrich tenía una herida de bala en el hombro por la cual sangraba, Alexa trataba de atenderle mientras el extraño joven luchaba contra la mercenario y aunque se defendía, no podía decirse lo mismo contra la magia que cuervo poesía. Entonces, entró en un debate. Podía seguir atacando y acabar con el líder merodeador, o dejarle escapar y seguramente fracasar la misión. Escuchó las múltiples pisadas detrás de el, eran los soldados junto a los esclavos.
—Matalos.—ordeno Gael a su oficial.
El oficial acechador apuntó, disparó acabando con dos soldados del abismo a lo que Víctor desenfundó su pistola disparándole, tres disparos resonaron mientras estos impactaban en el pecho del soldado cayendo muerto en el suelo. Mas disparos resonaron y entre la oscuridad aparecieron los dos soldados oscuros, disparando sin piedad contra el líder merodeador el cual ni se inmutó ante las balas rebotando contra el escudo. El gigantesco lobo saltó hacia ellos cayendo justo delante de los soldados que asombrados ante tal bestia, se vieron en desventaja.
—¡Vamos cazador!.—Rugió Gael.
Víctor no sabia que decisión tomar, matar al líder o salvar a los suyos. Su mirada cayó de nuevo en la batalla contra cuervo donde Aldrich aun herido, estaba de pié chocando espadas con la mercenario, pero en desventaja, ella le arrojó un orbe de color oscuro que le explotó en el pecho dejándole inconsciente. Vio como Frederick y Chris disparaban la lobo que solo esquivaba sus ataques para derribarlos a los dos de una embestida. Gruñó, Chris trató de levantarse pero recibió un zarpazo arrojándolo lejos, con la otra pata el lobo clavó sus garras en el pecho de Frederick.
—¡¡Victor matalo!!.—le grito.
—¡¡Decide cazador!!.—Bramó Gael.
Cuando se giro por última vez hacia sus compañeros, vio como Alexa soltaba un grito de dolor desgarrador mientras cuervo le clavaba su espada en el pecho con maliciosa lentitud, la ira recorrió su cuerpo, disparó sus últimas balas de la pistola contra ella. La mercenario se giro sonriendo con burla mientras sacaba la espada de la joven vigilante para desviar las balas con el filo. Alexs cayó hacia atrás siendo atrapada por Edison. Víctor sin duda corrió hacia ella, iba a salvar a sus amigos, no iba a dejarlos morir, no dejaría morir a Alexa.
—¡¡Nooo!!.—Gritó Frederick.
Pero cometió el error de no mantener vigilado a su oponente, cuervo desapareció en una nube de humo. Vio por el filo del ojo como una enorme bestia caía a su lado y cuando se giró solo vio el potente zarpazo que iba hacia el. Todo fue demasiado rápido, sintió como el sus pies se despegaban del suelo, se sintió volar mientras que aturdido por el golpe y el creciente dolor, caía estrepitosamente sobre el suelo lodoso rodando varios metros. Su visión se había vuelto borrosa y de un momento a otro cayó inconsciente, mientras que su último pensamiento era el de proteger a la joven de cabello azul.
Edison solo veía la escena del combate, cuerpos de hombres muertos, todos sobre el suelo lodoso, mientras a lo lejos veía como ambos soldados oscuros se ponían de píe ayudados por aquella mujer que habían enfrentado hace poco. El líder merodeador les daba un leve asentimiento con la cabeza mientras se subía en el lobo gigantesco. En cuestión de segundos desapareció entre los árboles y la mujer en una nube de humo. La palabra "Traidores" pasó por la mente de Edison. Pero aparentó no haber vista nada.
Era lo mejor por el momento.
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15 de Abril del 2016
Enfermería del abismo.
Había llegado en un estado bastante delicado. Mas no crítico, aunque aquel fuerte zarpazo lo había dejado en peores condiciones que la vigilante y el vanguardia, eso era algo que no debía de pasar por alto. Ambos, Alexa y Aldrich habían sido dados de alta antes. La herida de bala en el hombro fue tratada en el momento exacto y Alexa tuvo que pasar por unos procesos mas fuertes debido a todo el daño interno causado por la espada. Pero las hemorragias causadas por el zarpazo en Víctor fueron mas difíciles de tratar, casi muere desangrado y por la perdida de sangre, seguía inconsciente.
Se mantenía en un constante oscuridad y cuando recuperó la consciencia, sintió como un dolor agudo le recorría todo el cuerpo. Sin poder hacer ninguna expresión de dolor trató de moverse más su cuerpo se mantenía ajeno a las ordenes de su mente. Se concentró, por mas esfuerzo mental que le llevase, debía de lograr despertar. Un cosquilleo se alojó en la punta de sus dedos. Poco a poco estaba retomando el control de su cuerpo. Varias corrientes recorrieron su cuerpo, como varias descargas de energía por todo su cuerpo. Y cuando pudo sentirlo al completo abrió los ojos. Su visión borrosa poco a poco se aclaró, dejando ver el techo de la enfermería, su mente, borrosa, no le permitía recordar lo que había sucedido. Aunque poco a poco los recuerdos de aquella batalla llegaron a su mente.
Trató de incorporarse, un otro dolor agudo le recorrió el cuerpo, jadeo y con esfuerzo logró recostar su espalda contra el espaldar de la cama. Inhaló fuerte, la enfermería del castillo estaba vacía. El ambiente antiséptico y limpio le hizo sentirse en un lugar fuera del mundo donde el siempre estaba.
Vio entrar a su guardián. Las pisadas de Aldrich resonaban como detonaciones por la enfermería, sus botas, avanzaban a un ritmo de compás. Su mirada dura no auguraba nada bueno aunque, cuando se detuvo junto a Víctor, esta fue sustituida por una sonrisa. Alivio, fue lo que recorrió el cuerpo de vanguardia al ver a Víctor, su protegido, ya despierto. Se sentó en un banco junto a Víctor.
—Victor, gracias a los dioses sigues vivo.—Comentó relajándose.—Las hemorragias que tenias eran horribles.
—¿Hermorragias?.—Preguntó.—Tan fuerte fue el zarpazo de ese lobo.
—Las heridas tenían sangrado masivo, solo mirate el pecho.
Víctor bajó la mirada a su pecho cubierto por vendas. Hizo una mueca al ver aquello. Se encogió de hombros y solo sonrió de lado.
—Supongo que pudo ser peor.—Cierta joven de cabello azul pasó por su mente, lo cual le hizo sonreír.—¿Y Alexa?.
Aldrich hizo una mueca desviando la mirada, aquello no le gustó a Víctor, su mirada pareció tornarse dura. Pero no tardó en responder.
—Vino a verte una vez, han surgido problemas que nos han tenido a los dos ocupados, y ahora que has despertado, también a ti. Nuestro señor desea hablar contigo cuanto antes.
La leve sonrisa de Víctor se desvaneció en el acto, un frío gélido recorrió su columna llegándole a la nuca. Un mal presentimiento se alojó en él. Solo sabia que su decisión de salvar a sus amigos podría costearle un castigo muy fuerte.
Y no sabia cuan en lo cierto estaba.
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17 de Abril del 2016
Castillo del Abismo, Sala del trono.
Ingresaron a la sala del trono, Alexa, Víctor y Aldrich. Avanzaron sin miedo pero por dentro los nervios los carcomian. Era una sensación de vacío donde sabían que pase lo que pase las consecuencias serian terribles, pero las enfrentarían. Y de un momento a otro estaban frente a Volkner, sentado en su trono, acompañado de Fredrick y Chris. Sus soldados oscuros. El temido señor del abismo se puso de pie en cuestión se segundos. Su mirada era de una rabia contenida, pura, extrema. Bajó con fuertes pisadas los escalones mientras el trio avanzaba sin miedo hacia él. Cuando Volkner estaban a unos metros de ellos, Aldrich adivinando sus intenciones se interpuso entre él y Víctor ganándose una mirada fulminante de su señor.
—No lo hagas, Volkner.—Le advirtió Aldrich
—Apartarte Aldrich.—Le espetó.—No quieres recibir un castigo aun peor que el tengo para ustedes.
—¿Castigo por no cumplir una misión donde tus pobres soldados no hicieron nada?.—Le retó. —Donde prácticamente llegaron al final de la pelea para "milagrosamente" acabar son heridas y ser nuestros salvadores, dejando escapar a Gael.
Un potente golpe le hizo caer al suelo, Frederick le había golpeado con la culata de su arma. Alexa sin dudar se colocó delante del vanguardia, con chispas eléctricas recorriendo sus manos. Pero antes de nadie hacer nada Víctor encaró a Volkner. Ambos se miraron finamente.
—Mi señor...
Un fuerte estruendo resonó en el lugar, todos, quedaron mudos. La palma de Volkner había impactado con suma fuerza en el rostro del joven cazador. Aldrich se puso de pié pero antes de poder proteger a Víctor este, con un coraje que salió desde lo mas profundo de él, encaró a Volkner y sus soldados oscuros.
—Si dejé escapar a Gael, fue por salvar a mis amigos, y no dejaré que ahora Tu sin siquiera haber arriesgado tu vida, vengas con la intención de castigarnos cuando los verdaderos inútiles fueron tus soldados que no hicieron nada relevante. Así que mi señor.—Dijo con burla.—Si piensas castigar a alguien, que sea a mí.
Todos habían quedado boquiabiertos ante la osadía del cazador, que en orden de defender a sus amigos se había revelado contra su señor, algo insólito que solo hizo que la rabia en Volkner aumentase.
—Sacad a Aldrich y Alexa de aquí, ¡Guardias sacadlos de aquí!.—Gritó, al momento cuatro soldados oscuros entraron en el lugar, llevándose por la fuerza a ambos.
Alexa como Aldrich se resistieron a los soldados y forcejeando trataban de liberarse de su agarre, Victor se giró hacia ellos y con una sonrisa confiada les habló.
—Tranquilos, no se resistan, me necesita vivo. Ya verán que en un par de horas volveremos a vernos en mi habitación.
Ellos a regañadientes se dejaron llevar por los guardias. Víctor se giró hacia volkner y cuando los demás se retiraron, fue donde las mascaras cayeron. Frederick le apuntó con su arma mientras Chris sacaba una espada y le apuntaba en el cuello. Una mirada de ira y decepción cruzaba el rostro de Volkner.
—Nunca creí que esto pasaría, me habían advertido ustedes dos, mas no les creí. —Dijo mirando a los dos soldados oscuros.—Victor Perez, como castigo seras despojado de tu cargo como cazador de forma temporal por un periodo de dos años. El resto lo sabrás cuando despiertes.
No entendió lo ultimo, solo que de un momento a otro Chris le propinó un golpe en la cien que le dejó noqueado de forma instantánea. Cayó en secó. Traicionado, y despojado de su cargo fue enviado a un destino desconocido. Alejándolo de todos sus seres queridos, sin poder hacer nada.
Víctor había sido Deshonrando.
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20 de Abril del 2016
Venezuela. Macarao, lugar de formación del comando GAC.
El teniente Roberto Marino estaba de pie en medio del campo de tiro, mirando al cielo lluvioso, allí era poco usual tener lluvias en esa época del año así que decidió disfrutarla. Mientras un extraño presentimiento se colaba en su ser. Algo le decía que muy pronto algo pasaría no sabia que era ese algo. Pero sentía como si fuera algo que tendría un cambio en su vida.
Necesitó vacaciones :'v
Súper capitulo para ustedes mi lectores, que lo disfruten.
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