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Capitulo 17 "Marca de Cazador"

8 de Abril del 2016
Castillo del abismo. Sala del trono

Desde que abandonó la habitacion de su protegido. Mientras avanzaba por los pasillos del castillo, sentía una pesadez en el ambiente, un mal presentimiento que le oprimía y apretaba en el pecho. Pero siguió adelante ignorando todo aquello. Llegó a la puerta de entrada a la sala del trono, pero antes de abrirla, un sentimiento de vacío, de frío tan potente le recorrió el cuerpo haciéndole estremecer. Se alejó unos pasos hacia atrás, era como si al abrir esas puertas se fuese a desatar una serie de males que afectarían a todos.
Aldrich miró con el ceño fruncido la simple madera rojiza oscura de la puerta. Ese mal sentimento no se iba. Una mano se posó en su hombro, congelándolo en el sitio, seguido de una risa.

-¿Que ocurre capitán Aldrich?.-La voz de Frederick iba cargada se burla.-¿Acaso le tienes miedo a nuestro señor?

Aldrich se apartó del soldado oscuro con brusquedad, girándose para encararlo solo para ver su gesto burlón. Nunca se había sentido cómodo con esos tipos cerca de él.

-Ese humor solo te meterá en problemas, Frederick.-Amenazó

-No te temo, vanguardia, tú no eras más que un simple protector del cazador y por eso nuestro señor te tiene a su lado, si no fuese por ello no serias más que otro patético oficial.-Cada palabra era veneno puro.

-¿Tu crees que me importa el echo de que nuestro señor me tenga a su lado por conveniencia? Por favor, pensé que eras mas inteligente.-Respondió sonriendo de lado, con esa arrogancia solo de él.

-¿A que te refieres?.

-Eso, no es tu problema.-finalizó girándose hacia la entrada a la sala del trono.

Se acercó a la puerta, e ignorando al ser que iba detrás, la abrió. Y si la presencia del soldado oscuro le incomodaba, la presencia de otro más, junto a su señor era una buena causa para que sintiese que el día se había estropeado y que nada podía salir peor, pero podía. Frederick pasó a su lado, subiendo los escalones al trono donde Volkner permanecía sentado, con Chris a su lado. Aldrich notó como su señor le miraba con un deje de molestia bastante notorio. Frederick se arrodilló frente su señor.

-Mi señor, he traído información vital de mi misión.-Informó con total sumisión. Volkner no desviaba la mirada de Aldrich.

-Dime Frederick. ¿Que has encontrado?.

-Coordenadas, ubicaciones, futuros movimientos enemigos.-Respondió.

-Perfecto.-Se levantó de su trono.-Frederick, Chris, retiraos, por favor, necesito hablar a solas con el Capitán Aldrich.

-Como desee.-Dijeron ambos al unisono inclinándose en un gesto de respeto para luego retirarse. Aldrich notó como Chris le miraba con burla al pasarle al lado.

Cuando el sonido de la puerta al cerrarse inundó el salón. Volkner bajó los escalones, mientras Aldrich se mantenía firme en su lugar, sin miedo alguno, desde hace tiempo le había perdido el miedo a su señor. Las pisadas del Señor del Abismo resonaron por toda la sala, hasta que se detuvieron, a unos pocos metros del Capitán de Vanguardia. Ambos se miraron fijamente, un choque entre los orbes negros de Volkner y los negro rojizos de Aldrich.

-Dime ¿Acaso quieres volverte un traidor?.

Entonces, Aldrich supo con total seguridad todo lo que ocurría e iba a ocurrir. Recordó la mirada burlona de Chris.

-¿Ahora resulta que envías a esos patéticos soldaduchos tuyos para espiarme?.

-Tenia que asegurarme de que, no decidas decirle detalles de más a Víctor. Estas pisando la delgada linea de la traición, capitán.

La ira no tardó en comenzar a surgir por todo el cuerpo de Aldrich, como el vapor ardiente del agua hirviente. Por fuera estaba sereno, pero por dentro hervía de la furia. Era, indignante lo que estaba haciendo, se estaba convirtiendo en un paranoico, desconfiado, y aquellos soldados oscuros se aprovechaban de ello.

-¿Detalles como cuales?

Volkner sonrió con una amargura notable.

-Detalles como el echo de que le dijiste que le iba a separar de Alexa, detalles que podrían hacer que él pierda su lealtad a mí, cosa que tu has hecho.

Aldrich se giró frustrado, soltando un bufido de enojo. Se giro con esa molestia presente en él hacia su señor un poco mas alejado de él. Le causaba impotencia que su mejor amigo y compañero ahora dudase de su lealtad. La lealtad de la persona que le conoce desde pequeño.

-¡No vengas tu con eso Volkner!.-Gritó.-¡¿Como crees que voy a traicionarte usando a tu propio cazador contra ti!? ¿Acaso olvidas quien soy?.

La tensión rodeaba a ambos, cada uno se miraba con un odio notorio, nacido de simples malentendidos y eventos del pasado que, recobraban vida en esos instantes donde la guerra era un detonante de estrés y paranoia, donde cualquiera podía ser un traidor. Donde los amigos no existían.

-Solo trato de evitar mas problemas capitán.-Volkner se giró hacia su trono y caminó hacia el.-Por ahora no haré nada.-Sentenció

Aquello confundió al vanguardia. Que aun seguía hirviendo de ira por dentro mas no podía hacer gran cosa.

-No entiendo.-Dijo con fingida calma.

Volkner se sentó en su trono dejando que la comodidad del mismo le absorbiese y calmase, suspiró mientras cruzaba una pierna sobre la otra y juntaba las manos. Como todo buen señor del abismo, debía de haber elegancia en sus movimientos e intimidación en su forma de ser, cada palabra debía de implantar miedo en el enemigo. Claro que el se que encargaba de crear las pesadillas mas sanguinarias y mortales eran los cazadores.

-Dentro de poco tu equipo sera enviado a una misión de asesinato.-Aldrich arqueó una ceja.-Segun nuestros espías, se ha avistado al líder merodeador por las zonas cercanas a los campamentos mas proximos al abismo. El equipo será liderado por ti, pero enviaré a uno de mis soldados oscuros para supervisar la operación.

El gesto de desagrado de Aldrich no pasó desapercibido.

-¿Por qué?.

-Si la misión falla quiero tener a alguien que me diga con total lealtad a mi.

-Muy bien, no tengo problema en llevarme a tu perro faldero.-Soltó el capitán con desprecio.-Solo espero que sepa seguir ordenes.

-Lo hará. Ahora si la misión llega a fallar por culpa de Víctor y su relación con Alexa, tendré que tomar medidas.-Advirtió

-¿Que tipo de medidas?.-preguntó Aldrich con preocupación.

-Eso, es algo que solo yo puedo saber.

Se sentó, dejando que sus palabras flotasen en el aire. Serio e impoluto. Como todo rey en su trono, poderoso. Entonces, la entrada de abrió, Aldrich se giró mientras que el señor del abismo solo se dedicó a elevar la mirada. Alexa y Victor ingresaron a la sala del trono, a paso recto y firme, con sus fusiles entre las manos. Con sus ropajes oscuros y chalecos tácticos grises por encima. Parecían mas dos mercenarios privados que guerreros de un ejército oscuro, prácticamente con tecnología medieval. Ambos se detuvieron a los pies de los escalones, arrodillándose frente a su señor. Aldrich se colocó detrás de ellos, con las manos en la espalda cual general del ejército, mirando fijamente a Volkner que por igual, le miraba fijo, retador. Estuvieron así un largo rato hasta que El Señor del Abismo decidió hablar.

-De pie.-Ordenó, ambos obedecieron.-Bienvenidos, Cazador, Vigilante, hoy será un día importante en la vida de ambos.-Nuevamente bajó las escaleras paso a paso, remarcando el sonido de sus pisadas. Creando una tensión notable en el aire.

Victor y Alexa compartieron una mirada, donde el miedo y los nervios eran, notorios. Ambos se aferraban a sus armas como si fueran escudos protectores ante cualquier mal posible, que aquellas armas les protegerían de todo mal posible, y eso, era una realidad a medias. Un arma podía protegerte mas no defenderte. Todo depende de que tanto sepas usar dicha arma, las armas, cualquier arma se convierten en una prolongación del cuerpo humano, hasta el punto de poder usarlas sin miedo a los efectos de la misma.

-Seré directo. Ustedes serán quienes asesinen al líder merodeador.-Sentenció con una firmeza que dejó a todos los presentes helados.

Lo esperado era, que por ejemplo esa misión fuera encomendada a los soldados oscuros, o a un grupo experimentado de la vanguardia, o incluso de los vigilantes del abismo. Pero no, estaba siendo asignada a ellos, a dos jóvenes novatos. Era lo más improbable, era lo mas impensable, algo que no pasaría ni por la mente del mismísimo vanguardia. Nadie dijo nada, era un shock súbito que los dejó a todos helados. Y al ver que nadie asimilaba nada, decidió continuar.

-Es sencillo. Mis espías me habían informado de mucho movimiento enemigo en las zonas cercanas, y de que en las comunicaciones se hablaba de un supuesto "Líder" que se había dirigido hacia aquella zona a coordinar cada base personalmente, debido a nuestros ataques. Todo gracia a nuestras tácticas de guerrillas.

«Envié a uno de mis Soldados Oscuros a recoger información de una de dichas bases cercanas, por lo visto obtuvo información importante que aún falta revisar, pero si Chris no se equivoca, entonces tenemos la siguientes posibles ubicaciones del líder Merodeador. Así pues, ustedes junto con uno de mis soldados oscuros serán los encargados de asesinarlo. Dándole fin a este absurdo conflicto»

Pero algo de aquel plan no estaba bien, algo no estaba bien para Aldrich que analizándolo con su mente de oficial superior, y conociendo a Volkner de hace años, supo que ese plan no era obra de él, eran de esos soldados oscuros, y si así resultaba ser, haría lo posible por evitar exponer a Víctor a los planes de esos seres. Iba a protestar pero, sorprendentemente, Víctor habló antes.

-Pero, mi señor. Debería de enviar a alguien mas poderoso.-Dijo, sereno, como si toda esa información no fuera importante o útil. Eso, hizo que Volkner se acercó un poco más a ellos, pero aún así dejando distancia. Una autentica curiosidad yacía en el señor de los abismos

-¿Por que dices eso? Víctor.

Los dedos de Victor tamborilearon en el metal de fusil mientras tomaba un respiro, el ambiente era pesado, tenso, y la mirada constante tanto de Aldrich como de Volkner no aligeraban para ese lugar tan pesado.

-Seguramente, estará acompañado de "El Cuervo", y si esta acompañado de ella, tendrá incluso guardias mas poderosos acompañándolo. Ahora.-Victor que tenia la mirada en el suelo, la alzó con total confianza y seguridad de si mismo.-Si no pude siquiera derrotar a esa mercenaria, dudo poder hacer frente a dichos guardias para así acabar con el líder merodeador, sé que no podré.

Volkner sonrió. Una sonrisa que Aldrich no había visto en años y que desconcertó a la joven Alexa. Ella se había mantenido callada, pero el asombro le invadió cuando oyó a Víctor hablar sin miedo alguno ante su señor y plantarle la realidad de las cosas, ellos no estaban preparados para una misión de tal calibre, más Volkner no pensaba igual. Y aún con esa sonrisa, respondió.

-Por eso necesitó que te quedes conmigo a solas, Victor, es hora de seas ascendido a Cazador oficial.-Aldrich y Volkner compartieron una mirada llena de significado.-Por ahora has usado solo la magia con ayuda de Aldrich o algo muy leve, por ende también te daré tu propia marca de cazador.

Alexa y Aldrich abrieron sus ojos de más, asombrados, de tal arrebato. Era demasiado para asimilarlo de forma rápida. Ambos miraron a Víctor que tenia solo una expresión de confusión. Nadie le había hablado de todo eso, lo tenia muy confundido.

-¿Marca de Cazador?.-Arqueó una ceja confundido.-¿No se supone que yo, ya era un cazador?

-Eso te lo diré a solas. Por ahora es todo lo que debía de decirles a los tres.-Volkner se dirigió a Aldrich y Alexa.-Ustedes dos, pueden retirarse. Necesitó hablar con Víctor a solas.

La mirada intensa del Señor del Abismo infundió en ellos, una necesidad de obedecer antes que tener que recibir cualquier castigo por insubordinación, y aun más con la amenaza indirecta hacía los tres. Ambos se retiraron tras soltar un "Como ordene". Retirándose, Alexa no obstante ella le dirigió una mirada preocupada antes de que la puerta se cerrase. Entonces, llegó el silencio, donde ambos se miraban.

-Muy bien Víctor, hay mucho que debo de explicarte...

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8 De Abril del 2016
Estado Bolívar, Selva del Amazonas, Cercanía al Río Orinoco. Grupo de Acciones de Comandos GAC\GNB.

En la selva del amazonas, varios grupos insurgentes de guerrilla habían formado escondites y refugios, amparados por miembros de mucho poder dentro del gobierno venezolano, dándoles un lugar seguro para huir de los ejércitos colombianos y Brasileños. Varios de estos grupos se dedican al contrabando de gasolina por todo el río orinoco al igual que otros negocios ilícitos para seguir manteniendo su guerra no convencional sobre los ejércitos de los países vecinos. Aun así, distintos enfrentamientos habían sucedido ya entre la Infantería de Marina Bolivariana y dichos grupos de guerrilla.

El Teniente Roberto Mariño avanzaba con su pequeño grupo de seis hombres, avanzando entre la jungla con sus uniformes camuflados y chalecos negros. Llevaban los rostros pintados y los fusiles en alto. Listos para cualquier combate que se les pudiese presentar. Habían recibido ordenes de desmantelar cualquier almacén de contrabando que encontrasen por el camino, se habían estudiado su ruta en el mapa, solo faltaba cumplirla y eliminar cualquier amenaza.

-Nos envían para acá, sin casi información solo para ser práctica de tiro de los guerrilleros.

Comentó uno de ellos mientras que avanzaban divididos en grupos de dos, con unos cuantos metros de separación. A pesar de la actitud pesismista de los comandos ante las misiones suicidas que les encomendaban, esto era un paseo comparado con otros escenarios. Roberto se detuvo alzando la mano en puño indicando que se detuviesen, tomó el mapa y comprobó la ruta designada.

-Si vamos por el camino correcto..-Dejó las palabras en el aire, creando expectativa en el aire.-Deberíamos llegar a la orilla del Río Orinoco, de allí en adelante debemos de seguir río arriba, ahí si que se pondran las cosas calientes.-Miró a sus hombres, con una seriedad notable.-Los guerrilleros suelen plantar sus bases cerca de las orillas al río ¡Atentos!.

-¡Si señor!.-Dijeron al unísono.

Siguieron avanzado en el orden que iban, moviéndose entre los caminos despejados de la jungla, apartando algún que otro obstáculo ya fueran arbustos o maleza, incluso palmas de algunas plantas. No tardó en invadir sus oídos el sonido del agua correr, y tras atravesar una serie de arboles, pudieron ver entre el follaje de la selva el río orinoco. Con s agua cristalina, se veía como un lugar apetecible para nadar, pero los caimanes y pirañas no hacían de esta idea muy agradable. Los comando no salieron del follaje, sino que se mantuvieron ocultos entre el follaje usando su camuflaje.

-Vamos, río arriba.

Dijo en voz baja. Los siguieron subiendo río arriba, entre la maleza del bosque, con el único sonido de los animales de la selva. La tensión entre ellos era algo que se sentía, esperaban entrar en combate, estaban preparados para el combate mas no querían tener que enfrentar a esos guerrilleros. La falta de un enemigo concreto desonrientaba y desanimaba a cualquier soldado. Pero tenían sus ordenes y un comando nunca falla sus ordenes. Así que avanzaron, por un largo tiempo donde los sonidos de la selva se volvían tediosos, como si estuvieran caminando en un bucle infinito de colores verdes y marrones sinfín. Hasta que, el sonido de un motor fuera de borda los hizo detenerse de golpe seguido de la seña con el puño cerrado y alzado de Roberto.

-!Silencio y atentos!.-Ordenó en un susurro que todos lograron oír.

Todos se mantuvieron estáticos, atentos al sonido del motor de la lancha. Sus ojos se dirigieron al río, donde sus miradas se colaron entre el follaje y la maleza, dejando ver como una lancha cruzaba río arriba, a paso lento pero seguro, dentro de ella, hombres de piel morena y algún que otro blanco, iban armados con fusiles AK47 iban vestidos con ropas de distintos colores, como un civil cualquiera, excepto por el piloto y el hombre a su lado que vestían de camuflaje con patrón de bosque. Estos parecían ser los lideres ya que se veían dando ordenes al resto de la tripulación.

La embarcación poco a poco desapareció río arriba, a lo que todos se miraron entre si, sin necesidad de órdenes siguieron la ruta de esa lancha, entre la selva la cual ya no parecía ser un obstáculo para los hombres del GAC. Ya tenían su objetivo y un enemigo claro. Por lo visto un simple grupo armado de guerrilla que serian fácilmente eliminados. Una amenaza nula, un simple paseo por el parque.

Aunque, todo guerrillero tiene sus sorpresas.

Avanzaron tras la pista de la lancha, tal vez unos pocos kilómetros en persecución, hasta toparse con algo fuera de lo común y que les sorprendió que la infantería de marina no hubiese descubierto.

Muy dentro del amazonas donde ellos estaban, en la espesa jungla, había un lugar circular cual lago el cual se abría en otro extremo para seguir al río en su camino principal. Allí habían montado una base a la orilla del río con embarcadero y todo. La base no era mas que una casa de dos pisos de madera, algo artesanal. La casa estaba llena de mas guerrilleros, algunos custodiaban el segundo piso, otros la planta baja y el embarcadero.

Se detuvieron, analizando la situación que se presentaba ante ellos. El teniente Roberto sacó unos prismáticos y observó el lugar, mientras uno de los comandos tomaba un rilfe de francotirador que llevaba en la espalda.

-Tenemos... Dos en el segundo piso, otros cuatro en la planta baja, cinco en la lancha.. -Susurró paseando la mira por el lugar.

-Atento, parece que tenemos enemigos en los alrededores.-Avisó Mariño.

En la bosques de los alredores, tambien habían mas combatientes con uniformes de camuflaje, patrullando la zona. Mariño bajó los prismáticos y tomó su fusil. Se dirigió al resto de sus compañeros.

-Muy bien, haremos lo siguiente. Juan, usted que lleva la ametralladora, usted se encargara de eliminar y mantener bajo fuego a los enemigos en la planta baja, Andrés que lleva el fusil de francotirador se encargará de los otros dos en el segundo piso. Nosotros avanzaremos y eliminaremos a los enemigos que rodean el perímetro. ¿Entendieron?

-¡Si señor!

-Muy bien, a las posiciones.

Andrés se arrodilló entre el follaje de la selva cubriéndole, se quedó allí esperando la señal de atacar mientras los demás avanzaban rodeando el lugar, avanzaron unos metros hasta que Juan se detuvo colocando la ametralladora con los bípodes apoyados en un tronco convenientemente caído. El resto siguió avanzado. Al estar ya en una posición buena para poder eliminar a los que patrullaban el perímetro. Roberto dio la señal. Un potente silbido.

Lo guerrilleros que justo habían desembarcado, hablaba de un tema que seria desconocido para los comandos. Andrés que tenia la mira en el lugar perfecto para hacer un tiro a la cabeza, exhaló lentamente y jaló de gatillo. Primero fue la detonación que les alertó y luego el cuerpo del guerrillero cayendo con parte del rostro destrozado.

-¡¡Muevanse!!

Gritó el líder de los guerrilleros, pero no tardó en caer sobre ellos una lluvia de balas, eliminando a cuatro mas, que cayeron sin ofrecer resistencia alguna. Solo quedaban dos en el complejo, cubiertos de las balas. El de la segunda planta se levantó de la cobertura dispuesto a disparar pero una bala en el pecho le hizo caer de espaldas, Andrés introdujo otra bala en en fusil de cerrojo.

Los otros dispersados por el campo no tardaron en disparar sobre Juan, pero el resto del equipo les enfrento entrando en un combate, Mariño disparó y eliminó a dos, mientras otros dos guerrilleros caían por los fusiles del resto del equipo. Cuando el ultimo cayó, el silencio reinó en el área. Todos se miraron entre sí, y decidieron avanzar hasta la casa, entre los obstáculos de los arbustos y enredaderas, llegaron al lugar. Rodeándolo, Mariño entró con otros dos soldados más. Y en la primera planta tras cruzar una puerta se toparon con el líder guerrillero que al verse abrumado soltó el fusil en seco.

Unos minutos después un helicóptero descendió en la zona con refuerzos, los cuales aseguraron y tomaron por completo el lugar, así mismo Mariño y sus hombres se retiraron con el rehén en el mismo helicóptero, llevándolo a la base del GAC. Allí dentro, los hombres celebraron.

-Podria decirse que la misión fue un éxito.-Dijo el soldado mas pesimista del grupo. sonriendo de lado.

-Fue un éxito.-Sentenció Mariño alzando el puño.

Todo los demás chocaron puños con él, coreando un "HUA". Entre sonrisas. Claro que el mismo líder guerrillero, Sonreía a escondidas. Había cumplido el uno de sus objetivos. A ese ritmo conseguiría un ascenso de parte de su señor.

Aunque, nunca se sabe cuando puede convertirse en una presa de la oscuridad.

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8 de Abril del 2016
Castillo del abismo. Sala del trono.

El señor del abismo había tomado asiento en su trono, como todo buen monarca, miraba a Víctor el cual se mantenía de pie, con la mirada en otro lado, aferrado a su rifle, clara indicación de miedo, o de nervios. Cualquiera que fuera, no era importante, lo que sí era importante, era todo lo que el señor del abismo debía de explicarle a Víctor y que le había mantenido en secreto por tanto tiempo. Así que se inclinó hacia adelante, colocando los codos en las rodillas, con las manos entrelazadas.

-Te explicaré, cada ser humano, que desee usar poderes debe de poseer una marca, dependiendo de la marca, distintos poderes se "Liberan" para ese humano. Este proceso ha pasado incontables veces por todo nuestro mundo, claro que hay excepciones donde los padres de la persona en cuestión, al ser marcados, hacen que el hijo pueda usar una mínima parte de esa magia o poderes debido a que en ellos queda un leve residuo de dicha energía. Existen miles de marcas en el mundo, y el proceso es un poco doloroso, pero rápido y corto. Solo un ser de gran poder puede conceder una marca.

«La marca de los cazadores del abismo fue creada por el primer señor del abismo al verse en necesidad de tener un guerrero capaz de destruir ejército enteros, o bueno, así es como se cuenta, la verdad es que el origen de esta marca tiene varias historias, pero lo que si es claro, es que todos los cazadores la han llevado. Esta marca otorga poderes que han echo creer que el portador lleva toda la energía del abismo en la palma de su mano, y no es para menos, controlarás inmensidad de habilidades que te harán diezmar hasta los mas poderosos tanques con facilidad, y barrer legiones enteras de soldados. Otro detalle de dicha marca es que tiene cierta característica especial.»

El señor del Abismo tomó un respiro, dejando que Víctor analizara todo lo que se le había dicho. El joven parecía pensar sobre todo lo que había oído, y solo dijo.

-¿Que característica es esa?.-Preguntó.

Volkner exhaló lentamente, aquello no se lo había esperado, esperaba miedo por el dolor de dicha marca o incluso que se negase a portarla, pero no, solo preguntó por esa característica. Así que él respondió.

-Al concederte la marca, esta tomara forma de tatuaje en tu piel, pero una vez la tengas no tendrás los mil y un poderes del abismo, no, deberás de ir..-Volkner pareció pensar la palabra a emplear.-"Desbloquearlos" por así decirlo, con el tiempo, puedes obtenerlos mediante experiencia en combate, entrenado, en situaciones de vida o muerte, y así va.

Víctor bajó la mirada, al suelo, parecía pensativo, a lo que luego de unos minutos la alzó de regreso, mirando con una confianza enorme a su señor.

-Adelante, marcame.

Volkner se puso de pie, y mientras bajaba las escaleras preguntó.

-¿No te da miedo el dolor?.

-Podré soportarlo.

Sus pisadas retumbaban como detonaciones estruendosas que marcaban el comienzo de eventos dolorosos, que el dolor de dicha marca no seria nada comparado con los días venideros y con las pruebas que afrontarían y que, ese sencillo dolor sería mas beneficioso a la larga, un dolor que valdría la pena. Algo que sería de gran importancia en el futuro. Volkner se detuvo frente a Víctor, sus dos ojos parecían un reflejo del abismo, completamente negros, parecían vacíos, algo normal en todo ser abismal.

-Yo, como Señor del Abismo y monarca de la oscuridad que reina en él, te concedo a ti, Victor Perez, el título de Cazador del Abismo, oficial y por ende, la marca del cazador, portada por todos aquellos antes de ti, llevala con orgullo, y honra a todos tus antepasados.

Dijo mientras estiraba su mano de la cual se desprendió un humo negro, que voló hacia el dorso de la mano de Victor, y se hundió allí, bajo la piel. Quemándola, creando el patrón de la marca. Víctor dio un paso atrás, con una clara mueca de dolor al sentir el ardor del proceso en su mano, era bastante doloroso y le hizo caer de rodillas mientras se esforzaba por no gritar, parecía tardar mas de lo que se esperó. Y entonces, el dolor desapareció tan rápido como apareció, el alivio recorrió su cuerpo, suspiró, mientras el sudor recorría su frente.

-¿Y bien?.

Preguntó Volkner. Victor se puso de pie, y estiró su mano a la luz de uno de los ventanales. Dejando ver la marca en el dorso de su mano. Era una calavera negra entre cruzada por dos espadas en la parte trasera, dos círculos pararemos entre si rodeaban la calavera, dejando un espacio entre ellos dividido en cinco partes, por pequeñas líneas.

-Que.. Genial.-Dijo Víctor con una sonrisa.

Volkner sonrió al oír aquello. Metió si mano en uno de los bolsillos de su traje y sacó lo que parecía ser una especie de medalla pequeña plateada, con la misma forma de la calavera con las espadas. Se acercó a Víctor que se puso firme al ver a Volkner aproximarse. El se detuvo y en el cuello de la camisa de Víctor coloco la medalla en el lado derecho, justo como si fuese un rango militar. Y de cierto modo lo era.

-Ahora oficialmente eres un cazador reconocido por todos. Cualquiera que vea esa marca sabrá tu posición y te respetará. Dentro de poco te daré un uniforme para llevar en el castillo.-Volkner se giro hacia el trono.-Puedes retirarte.

Víctor sintió aun sobrecargado de tanta información, se inclinó en señal de respeto y se retiró, Volkner se sentó en su trono y tras oír la puerta cerrarse, se estiró dejando ver el cansancio que agotaba su ser. Suspiró agotado y se acomodó en su trono, los ojos le pesaban, tanto estrés por la guerra le tenia con pocos descansos, pero sintió que una carga se le quitó de encima al por darle el rango de cazador a Víctor. Cada vez mas y mas cerraba los ojos, estaba realmente agotado. Y a su mente, la imagen de una mujer, joven, de ojos verdosos y cabello castaño rojizo acompañado de un fino rostro y sonrisa encantadora, asaltó sus pensamientos. Sonrió, esperando que donde fuera que estuviera Lizette, estuviese orgullosa de como manejaba el abismo.

Su amada Lizette. Como la extrañaba.

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9 De Abril del 2016
Castillo del abismo, aposentos del cazador.

No dejaba de repasar y admirar las lineas oscuras del tatuaje en el dorso de su mano. Victor estaba sentado en el borde de la cama, admirando dicho tatuaje, como si buscara descubrir los mas íntimos secretos de dicha marca solo con la mirada, tan oscura como la misma tinta de la marca. Era llamativo, el diseño de calavera con las dos espadas y esos círculos paralelos la hacia atractiva, algo que cualquiera amante de dicho estilo le gustaría llevar en su piel.

Tras retirarse de la sala del trono el día anterior, Alexa y Aldrich le habían esperado y al ver la expresión de asombro y confusión en su rostro le inundaron de preguntas. El solo escondió la marca con la manga de la camisa y le restó importancia a todo. Quería estar a solas y asimilarlo todo a solas. No quería las ideas llenas de conjeturas de Aldrich que le causaban dolores de cabeza al pensar en ellas o las ideas increíblemente optimistas de Alexa, a veces notaba que ella era muy positiva a pesar de todo el ambiente pesado y agotador de la guerra. Era alguien de admirar y de echo, lo hacia, en cierto modo. A su modo, para dejarlo mas claro.

También el echo de que ahora era cazador "Oficial" aunque desde siempre pensó que era cazador y no un simple periodo de prueba, pero allí estaba, era un cazador con su rango oficial dentro de la fuerza armada del abismo. Aquella insignia plateada de calavera era una prueba de ello. Se preguntaba que clase de beneficios traía poseer dicho rango, y terminó razonando que lo mas probable era tener control y poder sobre la gran mayoría de tropas profesionales, desde enlistados a sargentos, los oficiales eran un caso a parte y además sumándole su corta experiencia y reputación, nunca le tomarían en cuenta a menos que Aldrich lo ordenase así. Era algo de cierto modo triste pero comprensible.

Su mente era un campo de miles de pensamientos esperando ser atendidos, desglosados, y analizados para luego perderse en el infinito abismo de la mente humana y sus miles de recuerdos y momentos enterrados en ella. Posiblemente dentro de unos años, Víctor nisiquiera recuerde este momento, donde admiraba con asombro su marca.

Unos toques a la puerta le hicieron salir de su ensoñación. Alzó la mirada, hacia la puerta, suponiendo que era Alexa quien aguardaba allí fuera en el pasillo. Esperaba que trajiese pan y café como suelen hacer, aunque tampoco era exigente y si venia con las manos vacías, bienvenida sea. Sin más demora, se acercó a la puerta, la abrió dejando ver la figura atlética de Alexa en traje de descanso, y traía consigo lo mas primordial.

-¡Hola!.-Animada solo como ella era.-Traje pan y café.-Dijo alzando la bandeja con una sonrisa que se le antojó tierna a Víctor, el cual se hizo a un lado dandole acceso.

Ella entró, a los que Víctor cerró. Al girarse se pudo concentrar en ella y sus sentidos parecieron desnivelarse al verla con mas detalle, sería la primera vez que diría con roda seguridad que ella se veía hermosa. Llevaba su cabello castaño con toques azulados suelto y liso. Una franelilla verde se ceñía a si cuerpo resaltando las curvas que tenia ya como una joven de 15 años. Acompañados de unos sencillos pantalones verdes y unas botas negras. Ella se giró tras colocar la bandeja, mirándole con una sonrisa enorme.

Victor tomó dos asientos de madera y tras colocarlos a los lados de la mesa de madera, ambos compartieron una mirada antes de darle un fuerte sorbo cada uno a su café. Victor cerró los ojos disfrutando del dulce amargo del café. Era algo que muy pocos disfrutaban. Ambos soltaron un suspiro de satisfacción ante tal sabor para luego darles un bocado a cada pan, deleitándose con el sabor aun más dulce del mismo.

Ambos se miraron y se sonrieron, duraron un rato comiendo y bebiendo en silencio, disfrutando del café, pan y del otro. Cuando Victor terminó su taza, observó a Alexa.

-¿Dormiste bien?.-preguntó al no tener otro tema de que hablar con ella.

Ella sonrió por lo bajo aun con la taza arriba y, tras terminarse la taza para luego responder.

-He logrado descansar bien estos días, han logrado quitarme ese estrés del combate prolongado.

Victor sonrió, eso le alegraba, el saber que su "Amiga" estaba bien, los recuerdos del día anterior donde casi se basaban le asaltaron, bajó la mirada y sonrió de lado, fue una sensación nueva, pero, agradable.

-Victor...-Dijo ella mirándole fijamente, el alzó la mirada chocando con los ojos castaños de Alexa.-Sabes, lo que pasó ayer...

Dejó las palabras flotar en el aire, como si estas levitasen esperasen que ella las continuara, algo que Víctor hizo.

-Casi nos besamos y.. Dijiste que yo te gustaba.-El fruncio el ceño.-¿Por qué? Después de todo.. No soy tu soulmate.-Dijo con un tinte de decepción al final

-No lo sé, pero al estar a tu lado, cerca de ti, siento como mi corazón se acelera y como mis sentimientos se despiertan.-Soltó lo mas sincera posible.-O bueno, es lo poco que he sentido..

-Ya.. Somos dos en ese aspecto.-Su mirada regresó a la de ella.-¿Y ahora que hacemos Alexa?

-A que te refieres con ¿Que hacemos?.

-Digo, que... ¿Que se supone que hacemos ahora? Seguir adelante como si nada hubiese ocurrido o intentar luchar por esto se sentimos.

Alexa parecía pensar las dos opciones que, para tener catorce años, le habían dejado en claro que Víctor era mas maduro que lo que llegó a pensar. Mientras pensaban notó algo en el dorso de la mano de Víctor pero no le prestó atención.

-Supongo que podríamos intentar seguir con esto, después de todo ¿Que posibilidad hay de que encontremos a nuestro soulmate?.

Ella se encogió de hombros soltando una leve risa, mientras el sonrió y sin tener nada asintió y alzó el pulgar derecho, dejando ver su mano por completo y donde Alexa pudo ver "Aquello" con mas precisión.

-Victor... ¿Que es eso?.-dijo levantándose y acercándose a él. A lo que Víctor trató de esconder la marca.

Alexa fue mas rápida y atrapó la mano de Víctor, dejándole ver la marca del cazador. Aquello le intrigó y pasó sus dedos por la tinta oscura de la marca, lo cual elevó los nervios de Víctor, cuando ella soltó su mano, su mirada era de curiosidad, pero de aquel tipo de curiosidad insaciable.

-¿Eso es... ?.-Ella sabia que era aquello mas el verlo en persona le había dejado sin palabras.

Victor suspiró rindiéndose, no tenía más opción que contar todo, solo esperaba que aquello no le trajera mas problemas o inconvenientes, así que tomó aire, y habló, dispuesto a aclarar todo eso.

-Es mi marca de Cazador....

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8 de Abril del 2016
Caracas, capital de Venezuela.

Mientras toda la ciudad, agitada como toda capital, seguía su rumbo sin parar. Nadie tenia idea siquiera del mal que poco a poco se inoculó allí, como un cáncer que no se deja ver hasta haber causado suficiente daño, siendo incurable. Una amenazaba que ninguno de aquellos cuerpos de seguridad podría afrontar, ese mal apuntaba al presidente, a la presidencia, al poder. Al control del país y de su petroleo.

Nadie sabia que la única cura se encontraba a miles de kilómetros, en Alemania. En un abismo lleno de seres misteriosos, El cazador y su equipo serán quienes eliminen este mal, solo se esperaba que estos llegasen antes de que el cáncer de corrupción dejase herido de muerte al país, dando vía libre al poder que detrás de todo es la mente maestra.

Un mal asqueroso y oscuro, que solo buscaba romper la barrera entre en mundo humano y sobrenatural, buscando liberar el caos.

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