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Capitulo 15 "Golem De Hierro"

Les recomiendo leer toda la batalla con el tema de la multimedia. Este icono les  indicará (*)
Disfruten.

30 de Marzo del 2016
Distrito A

El pequeño grupo de defensores yacían, congelados en su sitio ante la imponente figura de aquel inmenso golem, este se detuvo unos pasos junto a ellos. Victor se preguntó el porqué de su inesperada parada. Se mantuvo allí, estático.

—Mi Señor, sera mejor que se retire.—Dijo Victor mirando al golem.

—Victor, creeme, no vas a poder con esto.—Le respondió su señor.

—Soy un cazador, el arma mas poderosa del abismo. Además es mi deber protegerle.

Víctor, en sus primeros meses del abismo, pasó por una serie de adoctrinamientos intensivos tan fuertes que lograron implantar en el una lealtad absoluta hacia el señor del abismo. Tanto así que ahora mismo demostraba que le importaba mas la seguridad de su señor que la suya propia, enfrentado a un enemigo que era más poderoso que él.

—Además, tengo a Aldrich a mi lado, con él junto a mi, podré derrotarle.

El Señor del Abismo no dijo nada, solo soltó una ultima frase.

—No veas esto como una forma de demostrar tu nivel de poder, Víctor.

Él, no dijo nada ante ello. Decidió mantener la mirada fija en el golem a lo que, entre sus piernas, aparecían tres figuras humanas. La mirada de todos cayó en ellos, cabe destacar que lo veía Víctor, por igual podía verlo Aldrich que no tardó en reconocerles. Dos de ellos era un capitan mercenarios y un teniente mercenario, equipados con armadura pesada y espadas largas, entre ellos iba la famosa y atemorizante mercenario conocida como "Cuervo". Victor fruncio el ceño a lo que percibía la ira de Aldrich.

—Al fin aparecen, los cabecillas de este ataque.—Dijo El Señor del Abismo que yacía junto a su cazador.—Cobardes, en lugar de hacer una declaración de guerra nos atacan de sorpresa.

Una estruendosa carcajada prorrumpió en el lugar, el capitán se reía del mismísimo Señor del Abismo. Se detuvo y le miró con una confianza desbordada.

—Pobre imbécil ¿Acaso creías que íbamos a dejarte la oportunidad de reforzar tus defensas enviándote una carta? Por favor, creía que estabas mas actualizado en el arte de la guerra.

La mandíbula del Señor del abismo estaba tensa, había sido insultado en su propia cara, no quería hacer ningún movimiento solo por el detalle de aquel golem, un paso en falso y podría tener todos su guerreros muertos.

—Victor, encargate del golem, su núcleo es su punto débil, apunta a las rodillas, derribalo y acabalo. Aldrich, si se sale de control, usa los Blasters.

—Entendido.—Dijo Víctor con una voz, ronca, gutural, como si fuese una mezcla rara de su voz con la del vanguardia, tomó su fusil, lo llevó a su espalda gracias a la correa del mismo y tomó su espadón, colocándose defensivo.

—Interesante.—Susurró la mercenario con una sonrisa maliciosa.

El capitán mercenario le miró con molestia, como si fuese un estorbo. Mas no lo demostraba porque, en el fondo, reconocía que sin ella no habrían podido acabar con los vigilantes del abismo en la entrada del mismo, y tampoco tendrían aquel colosal golem de hierro, que incluso el se preguntaba como demonios lo había creado. La respuesta en aquel momento, no importaba. Era de hora de trabajar y el de ellos, era acabar con El Señor del Abismo.

—Ordenale a ese estúpido golem que los aplaste, cuervo.—Ordenó.

—Como... Ordene.—Ella alzó la mano, apuntando hacia el cazador con su dedo, sonrió maliciosa.—Acabalos.

Sus ojos brillaron con un tono verdoso a lo que el núcleo del golem emanaba un brillo de igual color desde su núcleo. Cual obediente siervo retomó su avance hacia Víctor y los demás.
(*)
El golem dio sus primeros pasos hacia el enemigo, a los que Víctor con la adrenalina a tope le ordenó a sus piernas salir en carrera hacia su enemigo. El golem al detectar a su enemigo alzó su hacha y arremetió contra el cazador clavándola en el suelo, los alrededores se estremecieron ante el impacto violento del golem que destrozó parte de la calle y levantó una nube de polvo. El silencio reinó, todos miraban con expectativa, Alexa no respiraba de la tensión y Volkner solo mantenía la postura. El Capitán mercenario sonrió pero aquella sonrisa no duró mucho, pues de forma sorpresiva, una andanada de balas salieron entre la nube de humo impactando en a cabeza del golem, aturdiendole. Del humo emergió un Víctor llevando su fusil en su mano izquierda y el espadón en la derecha, sin perder la trayectoria, le cortó parte de la muñeca al golem, sin perder tiempo siguió avanzando hacia la rodilla del ser de hierro, y tomando el espadón con ambas manos dio un giro sobre su eje. El filo de la hoja impactó en el hierro que protegía la rodilla del golem, el chirrido del metal al impactar no se hizo esperar, siguió corriendo tomando cierta distancia. Detrás de el, yacían los mercenarios y el cuervo. Que miraban expectantes la escena.

Un ligero hilo carmesí se deslizó tanto por la herida de la muñeca del golem como de la rodilla, este giró a Víctor con la hacha en mano. Sin siquiera notar las heridas, comenzó a avanzar hacia el cazador. Alzó el hacha, en el filo del arma se comenzó a formar un cumulo de viento que se arremolinaba de forma salvaje. Bajó el hacha en forma de corte expulsando ese viento que tomó la forma del filo del hacha, hacia Víctor, reaccionó rápido y saltó hacia un lado mientras que aquel ataque, destrozaba parte de la calle.

Victor corrió hacia el gigante, este arremetió con su hacha a lo que el logró esquivar por poco el ataque, se coló entre sus piernas atacando las mismas, pero ni logró atravesar el hierro. Con su mano libre el golem trató de atrapar al cazador que yacía entre sus piernas pero él fue mas rápido logrando alejarse a tiempo.

—Usa otro Viento Cortante.—Le ordenó aquella mercenario a su creación.

Otra ráfaga de viento se arremolinó en la hoja del golem, este alzó su hacha listo para arrojar aquel ataque. Víctor se tensó, no tenia como contrarrestar ese ataque. Sin notarlo una nube de humo con tonos rojizos se formó alrededor de la hoja de su espadón. El golem bajó el hacha a lo que Víctor corrió buscando esquivar el ataque. Otro estruendo a lo que la calle era destruida más y más.  Víctor se deslizó entre la piedra, con el espadón apoyado en el hombro.

¡¡Victor has lo mismo que el golem!!.

Víctor no comprendió aquello hasta que vió el fió de la hoja de su espada. Víctor sin vacilar blandió su espada hacia el golem dejando salir proyectada una onda afilada de color oscuro que impactó en el peto del golem, este tambaleó y cayó apoyado en una de sus rodillas. Había logrado hacerle una herida notable en el pecho, mas no había tocado el núcleo. Aún así, la emoción en las filas del abismo no tardó en hacerse notar en un viroteo de emoción. Lleno de gritos de aliento.

—¡No te detengas Víctor!.—Le gritó Alexa.

—¡¡Acabalo cazador!!.—Ordenó Volkner.

La hoja de Víctor nuevamente se cargó con aquella energía, pero el golem no se iría sin dar guerra. Se levantó y con mayor rapidez logro cargar otro viento cortante a su hoja, lo arrojó al mismo tiempo que Víctor lanzaba su ataque, ambos impactaron en un choque de energía donde ninguno cedía, ambas energías luchaban sobre la otra. Por la sobrecarga, ambas explotaron en un gran estruendo, levantando una nube de humo. Víctor se mantuvo a la expectativa. La tierra tembló con brusquedad a lo que el golem emergía en carrera entre el humo, alzando su hacha la cual clavó en el suelo, Víctor nuevamente la esquivó, pero no logro esquivar el puño del golem que le impactó con el dorso del mismo, arrojándolo con fuerza bruta hacia una de las casas, atravesando las paredes de forma dolorosa.

El golem sin perder tiempo avistó al resto de guerreros allí presentes y sin dudas lo eligió como nuevo objetivo, reanudó su avance hacia ellos, lento y pesado pero intimidante sin lugar a dudas. Alexa que sin poder creer lo que le había ocurrido a Víctor, preparó una descarga eléctrica en su brazo, mientras que Volkner preparaba su potente magia oscura. Pero ninguno de ellos haría algo pues una ráfaga de balas impactó en la cabeza del golem que cual ser perturbado por un mosquito se giró hacia el lugar de donde provenía.
Detrás de él, estaba un Víctor mal herido, se podía ver la sangre caer por su frente y quien sabe que otras heridas más, mantenidas a raya por la magia presente de Aldrich. Aun así el dolor le podía, pero el no estaba dispuesto a rendirse. Apuntó al núcleo y disparó, las balas impactaban contra el cristal, varias sólo le rasguñaban pero mientras mas impactos recibía, mas cedía el cristal, en golem lleno de ira por aquellos impactos corrió de nuevo hacia Víctor le atacó pero el se teletransporto detras del golem, pero la bestia de hierro se giro y con rapidez pateó al cazador. El cual salio disparados rebotando varias veces contra el fuero suelo antes de dejar una zanja para al final detenerse frente a su señor.

El se arrodilló junto a su cuerpo al igual que Alexa. Sus mirada estaba pérdida mientras que un fino hilo de sangre emergía de su boca. Volker tensó la mandíbula a lo que aplicaba magia curativa de nivel avanzado en el cuerpo del cazador. Una nube de color negro abandonó su cuerpo para materializarse en Aldrich, que miraba con ira al imponente golem a lo lejos, uno de los ballesteros gritaba por un médico. Alexa no podía despegar la mirada del pobre cazador. Volkner miró a su viejo amigo.

—Aldrich, no tiene uso, debo de enfrentarlo yo. Ni siquiera Víctor junto contigo pudo detenerlo.

El señor del abismo estuvo a punto de levantarse pero la mano de Aldrich le detuvo. Este le miró de reojo.

—Usted encarguese de mantener con vida a Víctor, yo acabaré con esto.—dijo confiado a lo que sus ojos tomaban esos dos colores. Rojo en izquierdo, azul en el derecho.

—Aldrich entiende, si no pudieron tu y Víctor juntos, tu solo no podrás.

Los ojos de Aldrich brillaron hasta tal magnitud que parecían fuego. Dos flamantes puntos de color. Este alzó la mano, era hora de usar la artillería.

—En realidad, Víctor le mató, pero no de forma directa. ¿Cuantos blasters se necesitan para atravesar el cristal del núcleo de un golem?.

Aquella pregunta le tomó desprevenido, los cristales eran duros, muy duros. Normalmente usaría dos o tres blasters. Pero con un cristal debilitado, era otra historia. Volkner asintió entendiendo el mensaje. Aldrich dio un par de pasos al frente, a lo que el golem se detuvo. A lo lejos, pudo oír la voz de los mercenarios, una sonora carcajada retumbó como estampida.

—¡Ja! Por favor, si el cazador no pudo contra nuestro golem. ¿que te hace creer que tu si?

Aldrich no respondió, solo alzó su mano mientras sus ojos brillaban de aquellos dos colores, azul y rojo. Izquierdo y derecho. Detrás de el, una nube de humo emergió, materializándose en la forma de un esqueleto de dragón, largo y alto, los ojos del esqueleto eran simples cuencas vacías iluminadas por un orbe de color en cada. Los mismos colores de Aldrich. Una bola energía comenzó a formarse en el vientre del dragón, estaba cargando energía.

—Fuego.— ordenó Aldrich a lo que el Blaster disparó seguido de un estruendo de mil demonios una onda energía pura que atravesó el núcleo del golem, el rayo duró por un par de segundos antes de desparecer.

Todos habían quedado anonadados por semejante demostración de poder. El núcleo del golem solo era un agujero humeante y el mismo gigante de metal no tardó en tambalearse hacia atrás, dio unos pasos y se desplomó de lleno contra el piso. Creando un digno temblor. La nube de polvo solo dio paso a una silueta amenazante de Aldrich con los obres centelleantes y detrás de él el esquelético dragón que no tardó en soltar un estruendoso rugido.

El Teniente mercenario asustado completamente ante la imagen del poderoso golem caído y la tenebrosa estampa del vanguardia, salió corriendo de aquel lugar. El capitán se giró molesto gritándole que era un cobarde mientras le seguía, huyendo de todos modos. Habían perdido la batalla. La mercenario cuervo, por su parte miró a los ojos al vanguardia, a lo que ella solo sonrió y le guiñó un ojo con picardía antes de desaparecer en una nube de humo y plumas de cuervo.

Aldrich tragó grueso.

Se giró hacia sus compañeros solo para ver como Víctor era llevado en una camilla por dos médicos. Él, se acercó, con una presión molesta en el pecho, tenía ese frío que le recorrió toda la espalda como un mal augurio. Pero en su mente, se dijo que solo eran cosas de él, simples supersticiones. Que Víctor estaba bien y Volkner le había salvado.

—Aldrich, eso fue impecable.—Dijo el Señor del Abismo poniéndose de pie. A su lado, Alexa le miraba con una sonrisa.

—Gracias ¿Victor está bien?.—Preguntó con sumo interés.

—Tiene hemorragia interna y un par de huesos rotos, pero la magia curativa de nuestro señor dejó los huesos como nuevos y mantuvo a raya la hemorragia, solo es cuestión de los médicos que se recupere.

—Es un alivio.—Aldrich miró a su señor.—¿Y ahora que hacemos Volkner? Han atacado directamente el abismo, matado civiles y múltiples guerreros nuestros, la gente querrá es sangre. Tendremos que ir a un conflicto abierto.

El ceño de Volkner denotaba una molestia interna, pero debía de reconocer que Aldrich tenia razón. Lo que mas quería evitar ahora era inevitable. El abismo iría de nuevo a un conflicto abierto.

—Por ahora.—Dijo Volkner.—Reagrupemos nuestro ejército, reforzemos las entradas al abismo. Ya daré un anuncio oficial mañana. ¡Alexa!.

La joven de cabello azul dio un respingo para así centrar su atención en su señor.

—Investiga como lograron entrar al abismo.

—Como ordene.

—Aldrich, venga conmigo.

Aldrich y Volkner se retiraron a lo que Alexa emprendió rumbo a las entradas del abismo. Y así fue como aquel día, conocido como el "Ataque al Abismo" quedó grabado en la memoria de cientos de civiles del abismo, que, llenos de cólera, querían venganza. Ese día pasaría a la historia como un día de infamia. Y como el día en que, el abismo, enteraría de nuevo en un conflicto abierto.

**********************
5 de Abril del 2016
Castillo del abismo.

Estaba en el balcón de su habitación, observando la infinita noche, aquello parecía ser el pasatiempo favorito de Víctor. Siempre que necesitaba despejar la mente, lo hacia. Y esos días lo estaba haciendo muy a menudo. Muchas cosas se habían desenvuelto y adaptarse de golpe podía llegar a ser pesado. Estaba allí, con el torso vendado. Llevaba sus botas y pantalón negro, estaba sin camisa. Se la había quitado debido a lo sudada que estaba. Ese día había entrenado, mejor dicho, los últimos días había estado entrenando. Manteniéndose ajeno a la guerra que se había desatado. Casi no veía acción y no sabia nada de Alexa desde el ataque del abismo, solo que había ido a cumplir misiones especiales y eso lo sabia gracias a Aldrich, su señor era mas estricto y se había negado a darle información alguna.

Además, desde el dia del ataque no se despegaba del fusil ni de la pistola. Pero de poco le servía, las calles y prácticamente todo el abismo estaba bajo custodia militar. Por las calles se podían ver grupos de infantes del ejercito marchar o montando guardia. El servicio militar obligatorio había vuelto llevándose así a cientos de jóvenes del abismo a las filas del ejercito. Todo gracias a las decisiones tomadas por el Señor del Abismo. No le gustaba, pero era lo que había. También notó que durante esos días, su señor estaba tenso, malhumorado, como si estuviese bajo una presión inmensa y que el mas mínimo comentario le irritaba.

Le asustaba lo inestable que estaba.

Se giró, dispuesto a desvestirse e ir a dormir. Se quitó el fusil que llevaba apegado a él, gracias a la correa, pero mientras se lo quitaba oyó que tocaban la puerta. Confiado se lo quitó y lo depósito junto a la cama. Entonces, se encaminó a la puerta.

¿Quien podrá ser?.—pensó.

Nadie solía visitarle a altas horas de la noche, y la única persona que lo hacia era Alexa. Siempre llevando el dulce café y el pan dulce. Pero llevaba días sin saber de ella, y suponía que ella debería de estar en el frente de batalla. Su mano se aferró al frío pomo de la puerta, y tras girarlo lo abrió. Lo primero que sus ojos llegaron a apreciar fue un cabello azulado, seguido de una radiante sonrisa.

—Alexa...—Dijo él sin dar crédito.

—Hola.—Ella alzó la mano algo apenada.—¿Puedo pasar..

Pero sus palabras quedaron a medias cuando sintió los brazos del joven rodearla, en un abrazo cálido. La sonrisa de ella se ensanchó y correspondió al abrazo. Ambos no entendían el por qué, pero cada vez el demostrarse afecto era un impulso más y más fuerte.

—Me preocupé por ti.—Dijo el, con el rostro escondido en el cuello de la chica. Ella sintió que se derretía por dentro. Aquello había sido de lo más tierno.

—La que debería de decir aquello, creo que debería de ser yo.—Dice soltando una corta risa.—Victor.

Él se separó lentamente, y con un gesto le invitó a entrar, cosa que ella no rechazó. Ella no tardó en sentarse en el borde de la cama. Y no tardó en recorrer al cazador con la mirada, notando dos detalles. Su pecho cubierto de vendajes y la pistola en su cintura. Decidió ir por el tema menos tenso mientras el tomaba un banco para luego sentarse frente a ella.

—¿Precaución?.—Preguntó señalando la pistola.

El sonrió palpando el arma por encima.

—Después de la desventaja que tuve durante el ataque el abismo, puede decirse que si.

Ella desvío la mirada. Recordando la batalla contra el golem.

—¿Te duele?.

—Para nada, solo lo llevo por que creo que de ve genial.

—¡¡Victor!!.—Chillo ella regañándolo. El soltó una risa notoria.

—Solo digo la verdad, me hacen ver mas rudo.—El tono alegre en su voz era algo muy notorio, siempre tenia ese tono de seriedad.

—Hiciste que me preocupase.—Dijo ella inflando las mejillas.

Ambos rieron, luego, un cómodo silencio inundo la habitación. Se miraban el uno al otro sin decir nada, solo, disfrutando de la compañía del otro. No entendía por qué con ella se sentía feliz, podía ser el mismo, dejar esa máscara de falsa seriedad y por fin mostrar lo alegre que era. Le gustaba pasar tiempo con Alexa, ella se mostraba tan animada como el, y siempre tratándole bien, incluso, se preocupaba por él. El caso de ella no era muy distinto. Aunque los temas crudos de la realidad que les rodeaba atacaron, y sin mas remedio Victor preguntó.

—¿Como va la guerra?.

El notó como la mirada de la joven se ensombrecía de cierto modo, el dirigió la mirada al piso. Sentía que había dicho algo indebido, pero ya estaba echo. Por un momento pensó que, ella se había enojado, y se iría por tal pregunta imprudente. Pero eso no pasó.

—Por los momentos vamos bien, hemos tenido unas pocas escaramuzas en los terrenos alemanes, lejos de las ciudades. Siempre hemos salidos victoriosos en ellas.—Victor le miró a los ojos algo esperanzado, pero la mirada de ella le decía que lo feo venia.— Pero en los ataques sorpresas hemos tenido bajas y perdidas de recursos y bases enteras. Ellos tienen ventaja en ataques sorpresas, nosotros no tenemos gente entrenada para eso.

Alexa se levantó, impulsada por un súbito arranque de ira y cólera. Los ojos de Víctor se abrieron mas de la cuenta, asombrado, ella nunca se había mostrado de ese modo y, ahora, la imagen de la pacifica Alexa había desaparecido bajo una versión llena de ira y molestia.

—Apenas han sido ¿Que? ¿Cinco días? Y ya han comenzado a tomar decisiones apresuradas, joder. Han decidido que nosotros seamos los que hagamos los ataques sorpresa y emboscadas. Solamente por ser mas ágiles que los soldados normales, eso nos dijeron.—ella caminaba por la habitación como animal enjaulado, mientras se desahogaba, entonces esa potente mirada cayó en Víctor.—¿Sabes cuantos vigilantes han muerto en esos intentos? Una cantidad considerable y apenas son cinco días ¿Por que no envía a los soldados oscuros? ¿Eh? No, envía a los mas inexpertos a misiones que no son de su campo, eso es injusto Víctor.

Él solo podía ver y oír todo lo que decía, y asimilarlo. Era un golpe de realidad duro, mientras el yacía ahí bajo órdenes de su señor. Ellos arriesgaban sus vidas en misiones inciertas. Victor se levantó y tomó de los hombros a la joven vigilante que se veía más y más molesta.

—Hey, Alexa tranquila.—Le dijo con la voz mas tranquilizadora que alguien como él, podía tener.—Se que, son tiempos difíciles pero, en la guerra son cosas que pasan. Nosotros somos guerreros, no podemos dejarnos derrumbar por ello.

—Pero...

Ella no pudo más, y solo se aferró a Víctor en un fuerte abrazo que el respondió, ella, con su rostro escondido en el cuello de Víctor, comenzó a llorar, soltando aquello que llevaba por dentro. Mientras él solo la mantenía aferrada a su cuerpo, acariciando su espalda. Buscando sembrar en ella una confianza. Al cabo de unos minutos, sintió una leve presión en su cuello que, le congeló, era cálido. Algo que nunca había sentido y aun así le creó una explosión de sensaciones dentro de él. Entonces, ella se separó con una cálida sonrisa y con dos lágrimas en sus mejillas.

—G-gracias...—Soltó en un suave tartamudeo.

Ambos conectaron miradas y el mundo desapareció para ellos en ese mismo instante, podían, ver la profundidad en los ojos del otro. Era casi como verse al alma. Pero entonces, una golpes a la puerta sacó a la pareja de su ensoñación. Ellos se separaron algo apenados. Mientras ella se sentaba en la cama, Víctor abría la puerta, encontrándose con la figura de Aldrich.

—Buenas noches, Víctor.

Dijo entrando con su típica sonrisa confiada. Victor solo cerró la puerta mientras se giraba con su típico rostro inexpresivo. La mirada del vanguardia se paseó por la habitación y cuando esta se topó con Alexa, su sonrisa flaqueó pero rápidamente fue corregida, se detuvo en medio del lugar. Se giró sobre si mismo, mirando a ambos.

—Ya que la señorita Alexa está aquí, me ahorra el tener que buscarla.—La mirada profunda del Vanguardia iba y venia entre los dos presentes.—Nuestro señor requiere de un grupo especial para trabajar en conjunto con los soldados oscuros.

Los ojos de Alexa se salieron de orbita, mientras que, Víctor, solo fruncio mas el ceño.

—Así que por el momento nosotros tres formaremos un pequeño grupo para dichas misiones especiales. Victor.—Ambos se miraron finamente.—Te voy a entregar un nuevo fusil y pistola con sus respectivas municiones, quiero que entrenes a Alexa en el manejo de dichas armas, serán una ventaja considerable en el campo de batalla.

Victor no despegaba la mirada de Aldrich. Como hablaba de forma tan calmada, confiada y profesional. Usan un lenguaje técnico que no usaría comúnmente. Su forma de pararse, mirarlos. Era como ver a otro Aldrich. Y no se equivocaba, era la viva imagen de un joven Teniente de vanguardia, ansioso y quizás algo inocente que sufrió duros golpes en su vida.

—Muy bien, eso es todo. Me retiro, descansa Víctor.

Sin mas y con una postura recta, Aldrich caminó hacia la puerta, sus pisadas resonaban como ecos en la silenciosa habitacion, y tras abandonarla, un frío sepulcral se instaló en ella. Alexa, mantenía la miraba baja, sumida en sus pensamientos. Pero una dulce sensación de calidez en sus manos el hizo levantar la mirada encontrándose con dos orbes oscuros que le miraban con profundidad.

—Tranquila, todo estará bien.

Ella sonrió, tenía ese pequeño rayo de esperanza. Esperaba que todo saliera bien.

*****************
7 De Abril del 2016
Terrenos del Castillo.

—Sostenlo firme, alinea la mira con tu ojo y apunta al objetivo, una vez lo tengas en mira, dispara.

En los terrenos traseros del castillo, los cuales colindaban con un bosque muy particular y único. Aldrich había montado un campo de tiro con ayuda de los obreros, dejando que Víctor entrene a Alexa en el uso de armas de fuego. Apenas habían iniciado tras una corta sesión teórica de como manejar el arma junto con su seguro, como cargarla y otras funciones.

Alexa alzó la pistola Glock, sosteniendola firme con ambas manos. Se concentró en el objetivo, su dedo de colocó con cierto temor en el gatillo, temblaba. Suspiró y disparó. La repentina detonación sacudió a la joven de pies a cabeza haciéndola dar un respingo. Víctor vio como una nube de polvo se alzó detrás del obstáculo.

—Fallaste. Intenta de nuevo.

Ella miró a Víctor mientras él, le dedicaba una sonrisa, invitándole a intentar de nuevo. Alexa soltó un suspiro resignado mientras apuntaba. Repitió los pasos, palpó con el dedo el gatillo, se concentró en el objetivo. Disparó. Otra nube de polvo.

—Sigue.

Ella volvió a disparar, y disparar, fallando varias veces, hasta que en un intento, la diana se sacudió. Ella sonrió mientras abría los ojos emocionada, señalaba con emoción la diana.

—¡¿Lo viste lo viste!?.—Dijo emocionada.—Le di, dioses, ¡Si!.

Daba pequeños saltos de alegría. Mientras Víctor solo le sonreía, verla feliz le dio cierta calidez en su interior. Cuando ella se calmó, tomó de nuevo la postura de disparo lista para seguir. Mas confiada apuntó de nuevo al objetivo y jaló del gatillo, un sonoro click calló el lugar. Ambos se miraron a lo que Víctor soltó una fuerte carcajada a lo que ella se sonrojaba.

—Tienes que recargar.—Dijo sin dejar de reír.

—E-entiendo.—Dijo con un leve tartamudeo aun apenada

Con algo de torpeza tomó un cargador del pesado chaleco que le había echó usar con el pretexto de acostumbrarse al peso. Retiró el vacío y e introdujo el lleno. Cerrando la corredera.

—Es así ¿Verdad?.—Preguntó algo cohibida.

—Si, puedes disparar.

Fueron dos largas horas de prácticas de tiro. Al principio fue con la pistola y a medida que Alexa se acostumbraba a ella, Víctor le entrego un fusil de asalto. Era un M16a2 el cual disparaba en ráfagas o en semiautomático, igual que el rifle de Víctor y que al inició, fue un desastre para disparar. Luego de otra larga sesión Alexa podía manejar mejor el rifle. Y al final, ella decidió retar a Victor.

—¿Segura?.

Preguntó el a lo que ella asintió de forma enérgica. El solo suspiró resignado mientras tomaba su fusil Ak103. Ambos se colocaron al lado del otro con cierta separación. Sosteniendo sus rifles con los cañones abajo.

—A la cuenta de tres, primero tu, luego yo, tres disparos.—Dijo Víctor.—A la cuenta de tres.

Ella sentía nervios, sabia que fácilmente podría fallar, pero ya era tarde para echarse atrás. Así que solo sonrió, lista para ganar o perder. Posiblemente la segunda.

—Uno.

Alzó el fusil, alineando la mira con el objetivo.

—Dos.

Su dedo palpó el gatillo. Sentía el frío metal en el.

—!Tres!.

Exhaló el aire que tenia contenido y jaló del gatillo tres veces, las tres detonaciones resonaron por todo el lugar, como un eco de muerte que pocos allí conocían. Bajó el rifle, observando la diana. Y entonces una sonrisa de emoción surcó su rostro. Había tenido tres aciertos.

—Vaya...—Victor sonrió algo feliz por ella.—Lo hiciste, tres aciertos.

—Si, tu turno.—Alexa le sonrió.

Victor se acomodó en fusil, y una vez lo tenía listo. Alexa inició la cuenta atrás. Apenas contó uno, alzó el rifle apuntando a través de la mira de hierro. A la cuenta de dos su dedo palpó el gatillo, mientras relajaba su respiración. Y a la cuenta de tres, disparó tres veces. Nuevamente ese sonido atronador seguido de un silencio llenó el lugar. Víctor sonrió de lado, feliz con su cometido.

—Victor....—Alexa no tenia palabras.

—Parece que fallé un disparo.—Dijo con simpleza.

Pero lo que no esperaba era el repentino abrazo por parte de la peliazul la cual daba saltos de emoción. El solo correspondió su abrazo, sonriendo de lado, mientras ella gritaba "Lo hice, lo hice, te gané".

A lo lejos, Aldrich veía la escena. Notó como Víctor se había dejado ganar solo por alegrar a la joven vigilante. No tenia nada en contra de ellos, pero sabía que su señor si. Y temía que cosa podría pasar cuando el se entere de que Víctor se enamoró de alguien que no es su soulmate. Tenia miedo de que podría hacer por ello. Por ahora, debía de hablar con él, y evitar que su señor se entere de ello.

Además, tenían una misión presente.

Alexa se separó de Víctor, mientras ambos reían. Aldrich decidió salir de las sombras, tenían una reunión con su señor. Ellos al ver que se aproximaba el capitán de vanguardia, borarron sus sonrisas. Aldrich se detuvo frente a ellos.

—Veo que no pierden el tiempo, Víctor, Alexa, nuestro señor desea hablar con los tres.

Y sin chistar, los tres se dirigieron a la sala del trono. Donde su señor les esperaba. Y tras recorrer los largos pasillos del castillo y subir varias escaleras. Llegaron a la estancia donde Volkner, El señor del Abismo, les esperaba. Ellos se arrodillaron frente a él. Mientras él rey oscuro, se levantaba de su trono.

—De pie.—Dijo con voz profunda. Ellos obedecieron mientras su señor bajaba los escalones.

El Señor del abismo bajó los escalones con calma, mientras ellos se mantenían firmes, esperando aquello que su señor tuviese que decir. Sus orbes negros repasaron a cada uno de pies a cabeza, con el ceño fruncido, comenzó a hablar.

—Como saben, los merodeadores y nuestro ejército has tenido pequeñas batallas abiertas donde nuestra fuerza nos ha dado la victoria, no obstante. Ellos han causado múltiples perdidas en ataques sorpresa a nuestras bases.

El caminaba de un lado a otro enfocado en lo que decía, mientras ellos sólo oían.

—Nuestros soldados oscuros han realizado un par de misiones encubiertos, atacando bases de los merodeadores, así que necesitó un equipo más, un equipo que sea completamente bajo mis órdenes. Ustedes.

Se detuvo en frente de ellos mirándoles fijamente.

—No confio en los soldados oscuros, ellos cuestionan mucho las ordenes de sus superiores. Así que ustedes serán mi tropa especial.

Aldrich dio un paso al frente.

—Señor ¿cual sera nuestra misión?

—Paciencia, Aldrich.—Volkner se giro hacia el trono caminando hacia él.—Alexa, Víctor, podéis retiraros.

Ellos se miraron, luego miraron a Aldrich el cual asintió. Sin mas hicieron una ultima reverencia antes de salir de la habitacion del trono. Una vez la puerta de cerro con un fuerte estruendo, el silencio se instaló en la sala. Eso hasta que Volkner habló.

—Capitàn Aldrich, dime ¿Sabes que tipo de relación tiene Víctor con aquella vigilante?

Y allí supo que debería de afrontar su peor miedo.

Hello mis lectores abismales, un capítulo corto lo se, pero lo bueno vendrá dentro de poco.

Pronto volveremos a Venezuela junto con los comandos del GAC y nuestro amado presidente 7u7

Por ahora, les dejo con esta foto del arma de Alexa.

Hasta la próxima!!

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