Solté una sonrisita pícara y bajé los párpados para luego subirlos y poder ver sus iris de un marrón otoño. Aquellos me miraban como si fuera la última estrella del cielo, una perla en el desierto, un rayo de Sol durante el invierno, un ángel en el infierno...
-¿Sabes? Cuando te conocí, eras tan especial...Pero has cambiado, ahora eres distinta, muy distinta. Aunque tal vez, es cosa mía. Puede que la primera vez que te vi, no captara toda tu esencia. Pero ahora que te vuelvo a ver, me resultas tan fantástica...-le dice colocándole un mechón trás la oreja.
-No exageres.
-No exagero.
-¿Cómo vas?
-Andando.
-¡Tonto!-le golpea el pecho con la mano entre risas.
-Bueno, ¿y tú qué?
-Vivo para la quimioterapia, punto.
El chico le acaricia la mejilla.
-Y yo vivo para ti.
-¡Qué tierno!
-Como cuando vi tus mejillas, ojalá pudiera pellizcarlas cada noche.
-Y dormir juntos en la oscuridad.
-Hombre, también podemos hacer otras cosas...
Leyre abrió los ojos en el acto. Después escuchó el polítono de su móvil.
-¿Si?-cogió la llamada-Em. Sí, sí, estoy bien. Oye, te tengo que dejar.
Trás esto colgó.
-¡Vete! ¡Vete! ¡Vete!
-¿¡Pero, qué!?
-Lo siento, pero te tienes que marchar, lo mejor será que no vuelvas. Adiós.
Dicho esto cerró la puerta dejándolo fuera de la habitación.

No es gran cosa, pero debía actualizar ¿Se lo habrá dicho Leyre de broma? ¿O preferirá de verdad que no se reencuentren jamás? Comentad aunque el capítulo no haya sido gran cosa*se arrodilla suplicante*. Pero si os ha gustado ahí tenéis la estrellita☆. Besos. ♡♡♡♡♡♡