Tras pasar varios días buscando por todo el bosque y los alrededores, dónde vieron por última vez a Minos, estos parecían perdidos en un laberinto sin fin. Albafica al igual que sus compañeros intentaban una y otra vez lograr sentir el cosmos del juez del Inframundo sin percatarse de que estaban atrapados en una dimensión de uno de los Dioses gemelos.

-Florecita será mejor descansar un poco.

-Te dije, ¿Qué dejes de llamarme así?, Si ¿Quieres irte, ya puedes lárgarte?

-Manigoldo tiene razón, por más que busquemos, creo que estamos perdidos.

-No me importa. De una forma u otra, tenemos que seguir buscando.

Manigoldo se molestaba al ver a Albafica preocuparse tanto por el espectro que en la guerra santa en una ocasión le quitó la vida.

¡Advertencia de lemon! Léelo, bajó tú responsabilidad.

En otra parte, la noche se hizo presente, el brillo de la luna podría iluminarse a través de la ventana. Minos se había transformado en un mujer a causa del odioso castigo de Hades, Thanatos quién custodiaba el castillo por órdenes de su señor, decidió adentrarse para entrar a la habitación dónde tenía encerrada a Minos y al ver el cuerpo de la jueza, esté mismo comienza a acercarsele muy lentamente hasta sentarse en la cama donde estaba encadenada comienza a relamerse sus labios al ver el hermoso cuerpo de su víctima. Minos por más que intentara liberarse, las cadenas sólo absorbían casi todo su cosmos al punto de debilitar su cuerpo y poder alejarse de Thanatos.

-Ya basta, ¿Porque hacés esto?.

Thanatos hizo caso omiso a sus palabras, tocando su cuerpo.

-No me toques idiota.

El mayor lamió la punta de sus dedos, metiendolos dentro de ella, Minos abrió los ojos sintiendo dolor, Thanatos seguía moviendo sus dedos e ignoró sus quejas para terminar rompiendo su ropa y tirando los pedazos de tela en el suelo.

-Detente... No quiero que me toques infeliz.

Minos retrocedía, evitando que él siguiera tocandola pero lo que no espero que su pesadilla apenas empezaba, que sin esperarse, Thanatos la embestia con brutalidad casa vez más fuerte.

-¡Ahhh!

Minos soltó un grito desgarrador. Esos gritos encendían cada vez más al mayor.
Comenzó a moverse con brutalidad, hacía atrás y adelante, satisfaciendose a sí mismo. La sangre de la joven de cabellos plateados aún corría por sus piernas, su entrada dolía demasiado. No soportaba el dolor.

-¡Ahhh! ¡Ahh!.

Sus gemidos eran música para los oídos del Dios Thanatos dando en su punto dulce, una y otra vez hasta correrse dentro de ella llenandola completamente dejando su esencia para luego ponerse su ropa y salir de la habitación. Y seguir con la custodia de todo el lugar, riéndose de los dorados que aún seguían perdidos a causa de la barrera que él había creado.

En una de las habitaciones, La joven Minos lloraba y maldecía al Dios, sus piernas dolían demasiado. La sangre aún escurría de su interior, no quería perder su virginidad de esa forma. Sólo esperaba que Albafica logrará encontrarla, aún si tuviera que esperar todo su vida. A pesar de que en esa guerra santa, desde que lo conoció quedó inmensamente enamorada del Pisciano por su hermosa belleza.

Aiacos al ya cansarse al dar vueltas y vueltas, qué al intentar caminar en otra dirección, el juez se golpeó contra la barrera y pensando quién podría hacer eso y la persona que se le vino a la mente fue únicamente que uno de los Dioses gemelos, avisando a Albafica y los demás para tratar de romperla de un sólo ataque.

En el capítulo siguiente aparecerán Poseidón y Sasha.
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RedDianaCat27
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Poseidon_DiosdelMar
Tenebrae_Jutul
WiliamGSanchez
SailorFighter