Si algo odiaba Ruby, a parte de a Oliver en sí, era cuando a Oliver se le subía el papel de Capitán a la cabeza. Como en ese momento.

—...su nombre es Nora Altzman, veintisiete  años, trabajadora  de medio tiempo en un taller de artesanías...Nuestra gente dicen que trabajó en Meier Designes hasta la semana pasada por poco más de un mes. A pesar de ello, dicho trabajo no figuraba en su registro de empleos recientes. Sospechosamente...Bueno,—Oliver se pasó la mano por la barba, Ruby resolpló— la joven tenía cierta reputación...así que no me extrañaría que su muerte fuera, no sé..., algún amante ardido.

Jenna y Ruby intercambiaron una mirada.

—No estoy de acuerdo, Capitán.—dijo Ruby enseguida, ignorando el codo de Jenna bajo la mesa—. Y, si me disculpa, el hecho de que minimice un crimen de tal magnitud para avanzar rápido me parece una terrible falta de respeto.

La vena del cuello de Oliver palpitó, Ruby gustaba de hacerle enfadar en público.

—Detective Evans, no trato en lo más mínimo de minimizar el crimen...solo busco una brecha por la que colarnos, porque, por si no lo ve, estamos en un laberinto sin salida.

Ella levantó una ceja y una sonrisa de suficiencia tiró de sus gruesos labios.

—Querrá decir que usted está en un laberinto sin salida. Yo ya he encontrado mi propia brecha.

Oliver torció el gesto.

—No puede hacer nada sin informarme antes, Detective Evans.—gruño lento, entredientes,iracundo.

Ruby volvió a sonreirle.

—Su pesimismo solo pondría en riesgo la investigación, Capitán...—Oliver y ella , a pesar de los veinte oficiales, eran los únicos presentes en hacerse notar—Además, como ya dije, seguiré mi instinto. Adónde me lleve, me da igual.

Oliver estaba a nada de protestar, cuando otro oficial se levantó.

—Sigamos a la Detective Evans, señor...a pesar de todo, ha mostrado ser altamente perspicaz.

Oliver se frotó el puente de la nariz, en busca de paciencia.

—Tiene un mes, Detective Evans.

—¿Disculpe?—Ruby se levantó y sacudió el brazo cuando Jenna intentó sentarla.

—Un mes, si en ese plazo no ha resuelto los tres asesinatos que tenemos a cuestas, la sacaré del caso.

—¿Bajo qué cargo?—preguntó Ruby, rabiosa. Oliver la observó de hito en hito, serio.

—Ocultar información relevante del caso a un superior, desacato...Sabe que tengo miles de cargos, Detective Evans...No me tire de la lengua.—Jenna la jaló del brazo para que se mantuviera callada y la detective se mordió la lengua.—Cualquier hallazgo debe pasar por mi oficina de inmediato, ¿Queda claro?—preguntó, cuando todos menos su exesposa respondieron afirmativamente, Oliver dio un ligero golpe en la mesa.—Hasta aquí la reunión, pueden retirarse.

Ruby salió soltando millones de insultos por lo bajo.

Me las pagarás, Oliver Torres...pensaba.