Capítulo 2.
Capitulo 2.
E M I L Y
31 de octubre 1990.
No hay escapatoria, la luz viene hacia mí y lo único que puedo hacer es correr y correr. No hay nadie a mí lado, me siente sola, no hay nada. Solo el silencio de la soledad y la noche. Fría y con secretos. No corro, no sé a dónde ir ni a donde me llevan mis pies. Me persiguen.
Si siento una emoción y es la tortura de mi alma. Era cálido...
Los pasos son más torpes y más lentos.
Se me va el aliento, pero no me puedo detener. Los pasos se hacen más y más cerca por cada segundo que pasa. Giro a la izquierda y la maleza me atrapa. Mis cabellos largos se atrapan, mis pies ya no me dan. Luego se van hundiendo, hundiendo en cada mentira de la vida. Pero al fin y al cabo, el morir es ganancia, ya no tengo nada porque luchar. Tengo un vació en mi corazón, no tengo nada. Me alejaron de quienes amo, me separaron de quien yo amo, y es mejor morir por causa de la naturaleza que por quien me tuvo en cautiverio. Logreé escapar, como muchas veces, pero regreso al agujero y la oscuridad. Quiero salir de aquí, cada vez la oscuridad me consume. No he tenido tanto miedo desde aquella noche. No he tenido miedo hasta ahorita. He luchado contodo lo que conozco, con el saber discernir entre el bien o mal, a nadie la importo, y si muero ahorita, mi cadáver será desechado y fácil de remplazar. Lo quemarían, escupirían, incluso ni funeral tendría.
Soy joven pero conozco al mundo, como quema y daña. Como lastima y sufre. El dolor de perder, de quedarse sin nada y saber que la única esperanza que tienes, es apagar quien eres y dejarte llevar.
Todo por lo que he luchado se ha esfumado. Yo solo era una niña que le encantaba correr, estudiar y pasar tiempo con el niño de ojos azules. Pero ellos me la arrebataron, no tuvieron piedad. Quiero vengar, pero sé que moriré primero. Lo intentare, pero solo quiero un espacio feliz, quiero ser feliz una vez en mi vida. Veo hacia adelante y hay una luz, tengo que llegar a ella. Con pasos más firmes logro alcanzarla, pero una fuerza superior me lleva hasta lo más profundo del bosque.
Forcejeo pero nada, sus brazos me atrapan y me dejan sin espacio.
Me tapan la boca y me empujan hacia un agujero negro.
Mi existencia desapareció y no creó que a nadie le importe.
¿Podre ser feliz algún día en la oscuridad?
¿Podre algún día ir hacia aquella luz?
Quiero cerrar los ojos, contar a diez y que todo se esfumara junto a la bruma del olvido.
Olvido. Mi palabra favorita.
Sería lo mejor que pudiera pasarme.
No recordar nada, olvidar cada sufrimiento y cada herida que el destino me ha puesto. Pero el olvido es la salida más fácil de un cobarde, y yo lo soy. Soy una cobarde, porque no apreté el gatillo.
Soy una cobarde porque hui cuando tenía que enfrentarme cara a cara.
Soy una cobarde, pero soy humana, y los humanos tenemos miedos.
Y mi miedo es dañar, nadie merece ser dañado por más daño que ha provocado. Nadie merece ser infeliz por más cruel que sea la persona. Todos somos humanos con la tendencia de fallar.
Quiero felicidad, solo eso pido. Daría todo. Un momento de paz y una sonrisa sincera. Olvidar todo y escaparme al surrealismo. No volver. Irme en el tiempo e ir a mi lugar feliz.
Cierro los ojos.
Uno, mi lugar favorito, entre la pradera y las flores. El sol iluminando mi piel. Llenándome de alegría.
Dos, afuera todo dolor y aflicción.
Tres, los latidos cada vez más lentos.
Cuatro, mis deseos y mis anhelos.
Cinco, olvidar cada momento infeliz.
Seis, una sonrisa sincera.
Siete, no más oxigeno para mis pulmones.
Ocho, mis ojos cerrados para no ver ningún dolor.
Nueve, su sonrisa, sus ojos, y sus labios con los míos.
Diez, la luz vuelve y voy a cruzarla.
Y el último aliento.
Solo oigo sus palabras y gritos de desesperación pero no importa, estoy en mi lugar feliz. Mi mundo, donde el dolor no está presente. Donde mi vida no tiene sentido y así es mejor. Donde el dinero no importa, y mi alma se llena de regocijo.
"Yo tenía un sueño..."
Y esa fue la última noche donde me permitir sentir, la última vez que recordaría, que amaría y respirara como humana. Porque ¿De qué servía tener debilidades? ¿Soñar por libertar y alegría? Ya no tenía nada, ni mi propia voluntad o identidad.
Solo era Emily, Emily Edelweiss, la maquina asesina, creada para destruir y robar.
Se dejó vencer por la oscuridad y solo así, cerró lo que era esa época.
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