Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El Cascanueces

24 de diciembre.

Cuando la música terminó los aplausos no se hicieron esperar al igual que una enorme sonrisa en mi rostro. El público se puso de pie y fue entonces cuando dejé mi pose para comenzar a agradecer pero mi sonrisa siguió en todo momento. Esos aplausos me hacían entender que todo era real, que tanto sacrificio había valido la pena, que al fin mi sueño se había hecho realidad, era la bailarina principal del cascanueces en el "Royal Opera House" de Londres.

No sé cuánto tiempo estuve así, lo único que sabía es que no quería que terminara. Al llegar el momento salí de escena y fue ahí cuando me topé con mi cruda realidad, estaba sola y esta navidad sería como las anteriores.

🎅🎅🎅

Al llegar a casa la chimenea ya estaba encendida y el olor a chocolate caliente invadía todo el lugar. 

— Huele delicioso, Jennifer. — dije mientras ponía todas mis cosas en el armario antes de dirigirme a la cocina para reunirme con ella, Jennifer era la señora que me ayudaba con los quehaceres de la casa. 

En cuanto entré a la cocina me sorprendí al verla justo en la entrar, tenía una caja roja entre las manos, éstas estaban extendidas hacia mí mientras me observaba con una gran sonrisa. 

— Esto es para usted, señorita. — me sorprendió de una buena manera pero a la vez me sentí mal porque yo no tenía algo para ella. 

— Señora Jennifer, yo… 

— Sé que usted no tiene un regalo para mí pero aun así tómelo, de todas formas es un juguete viejo que ha pasado por mi familia desde hace años porque dicen que cada noche de navidad hace realidad los deseos más profundos que tiene el corazón su dueño. Y he decidido dárselo por su gran debut en el cascanueces. — sus palabras fueron tan dulces que no pude evitar sonreír, tomé el regalo y lo abrí. 

Al hacer esto entendí todo pues a dentro había un cascanueces de manera que, a pesar de ser viejo como ella decía, los colores eran hermosos. Me quedé sin palabras.

— Señora Jennifer, muchas gracias. — sin pensarlo la abracé, ella se vio sorprendida pero me correspondió. Durante ese tierno momento ella me habló al oído. 

— También se lo doy porque sé que estas fiestas son algo difíciles para usted pero no se preocupe, algún día, tal y como en la obra, su cascanueces vendrá para cuidarla y protegerla. — cuando nos separamos no supe qué decirle pues sus palabras me tomaron desprevenida. — Feliz navidad, señoría, que disfrute el chocolate. 

— Feliz navidad a usted también. — dicho eso ella se marchó dejándome sola y completamente confundida.

¿Qué significaba todo esto? ¿Ella decía que lo que yo necesitaba era estar con alguien? ¡Claro que no! Las personas a las que yo había querido alguna vez ya no estaban conmigo, y talvez eso era lo mejor. 

Como fuera el caso ahora estaba sola, como en cada navidad. Fui al sofá y ahí sentada comencé a llorar pues a pesar de los años estar sola todavía dolía.

🎅🎅🎅

25 de diciembre. 3:00 a.m.

Me había quedado dormida en el sofá de la sala gracias al calor de la chimenea y al olor del chocolate. Pero mi sueño se vio interrumpido por el sonido de la puerta siendo tocada. Confundida me acerqué a ésta pues era extraño que alguien tocara a estas horas y más este día. 

— ¿Quién es? 

— Buenas noches, sé que soy algo inoportuno pero mi auto se acaba de quedar parado en la nieve, llamé a una grúa pero dijeron que vendrán en unas 3 horas por el clima ¿Me permitiría esperar aquí? Es que hace mucho frío y en ninguna otra casa responden. — lo pensé, sabía que era una mala idea pero algo me dijo que tenía que abrir, y así lo hice. 

Cuando estuvimos cara a cara nos quedamos sin palabras, claramente ninguno de los dos se esperaba algo así, menos este día, menos luego de 8 años. 

— Nina. — sonrió luego de decir mi nombre.

— John. — no supe qué cara puse pero al parecer fue graciosa porque él rio. No sabía que hacer mi única reacción fue mirar el cascanueces que había puesto en la mesa de centro ¿Qué estaba pasado? 

— Nina. — lo miré. — ¿Puedo pasar? Es que hace frío. — rápidamente reaccioné. 

— ¡Oh! Claro. — me hice a un lado y él pasó. Al cerrar la puerta mi mente seguía confundida ¿Y cómo no estarlo? Tenía a mi ex novio de la secundaria y preparatoria en medio de la sala. 

— ¿Nina? — Lo miré, al parecer estaba perdida. — ¿Todo está bien? — se veía preocupado.

— Sí… es solo que… — decidí dejar al cascanueces de lado. — Me sorprende mucho verte. — sonreí y él me correspondió. 

— A mí también. — nos miramos por un par de segundos y antes de que eso fuera incómodo hablé.

— ¿Quieres chocolate? — continué como si nada.

— Sí, claro. 

Fui a la cocina por el chocolate y para cuando regresé él ya estaba sentado en el sofá. Al reunirme con él por varios minutos nuestra conversación se centró en que había sido de nuestras vidas. 

Luego de ese tiempo él comenzó a mirar unas fotos de mí bailando que Jennifer había puesto sobre la chimenea. 

— Así que lograste convertirte en bailarina del Royal Opera House. — sonrió cuando lo dijo.

— Sí. — yo no pude evitar mirar su maletín. — ¿Y tú lograste convertirte en médico?

— Sí.

— Al parecer logramos lo que quisimos de niños ¿no? — cuando dije eso su sonrisa se borró. 

— No del todo. — me miró. — tú y yo queríamos estar juntos en todo eso y no fue así. 

— Las  cosas cambiaron… 

— No fue así, Nina. Tú cambiaste, después de la muerte de tus papás... — se veía algo molesto así que interrumpí.

—  ¿En serio discutiremos por algo que fue hace años? — con eso se relajó.

— No pero…  por varios años no entendí qué hice mal. — su mirada se tornó triste. — porque en serio yo planeaba un futuro contigo, Nina, y un día de la nada te fuiste. Solo me dejaste una nota diciendo que perseguirías tus sueños y al parecer yo no estaba incluido. — un nudo se formó en mi garganta. 

— No fue tu culpa… — me interrumpió.

— ¿Entonces? — tenía sus ojos cristalinos e igual yo. 

— Es que… — me costaba decirlo. — No puedo… — mis palabras lo lastimaron. 

— Creo que será mejor que me vaya. — se puso pie para dirigirse a la puerta.

No planeaba detenerlo, sabía que era lo mejor, ninguno merecía tanto sufrimiento, no estábamos destinados a estar juntos… o eso pensé hasta que mis ojos miraron al cascanueces ¿Y si la historia era real? ¿John era la persona que necesitaba? ¿Lo que mi corazón deseaba?

Y sin pensarlo las palabras salieron. 

— ¡Tenía miedo! — se detuvo de golpe al oírme. — Después de lo de mis papás tenía miedo de volver a perder a alguien, así que me aleje de ti, porque no quería que en un futuro cuando me dejaras por algo mejor yo volviera a pasar por lo mismo. — no sabía que estaba llorando hasta que terminé de hablar. 

— ¿Pensaste que te dejaría? — se veía dolido. 

— Ninguna relación de secundaria o preparatoria es larga… 

— Cuando pasó lo de tus papás pensé en darte un anillo de promesa para que supieras que siempre estaría ahí… pero te fuiste. — cuando dijo eso no pude evitar sentirme estúpida.

— No puedo creer que te deje ir. — cuando dije eso él se acercó. 

— Me dejaste ir pero yo nunca me moví, Nina. — Sus dedos limpiaron mis lágrimas mientras nos mirábamos— Ahora la pregunta es ¿Tú sigues ahí? — yo negué. 

— Creo que la pregunta correcta es ¿Me darías otra oportunidad? — él sonrió.

— Te daría todas las que necesites. — luego de esas palabras se acercó y me besó después de tanto tiempo. 

— Hacía tanto que tiempo que no pasaba navidad con alguien. — me miró con ternura.

— Te prometo que no volverás a estar sola ni un solo día y menos en navidad. 

— Definidamente tú eres mi deseo de navidad. — y sin esperar más nos volvimos a besar. 

🎅🎅🎅

Esa misma mañana, antes de irme con John a ver a su familia le dejé una nota a la Señora Jennifer en el refrigerador. 

"La historia es real, mi cascanueces regresó y estaba vez no lo dejaré ir" 

-Nina. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro