Desde siempre he vivido tratando de seguirle el paso a los demás, no soy muy bonito, ni el más inteligente, pensaba que si era bueno en algo eso sería lo que debía ser, por eso decidí ser escritor porque todos decían que tenía talento, que iluso fui al creerles, en toda mi vida nunca he tenido que esforzarme por nada, apenas si me esforzaba, pero, ¿porque aun así tengo miedo de que me vaya mal?, ¿Por qué le tengo constante miedo al futuro?, ¿Por qué empiezo algo y siempre lo abandono sin dar todo de mí?, ¿Por qué nunca soy constante?, ¿Por qué lloro, tengo tiempo, sé que soy capaz, pero porque no paro de llorar?, ¿Por qué le temo a lo nuevo?, ¿Por qué no puedo ser como los demás?, ¿Por qué soy estúpido?, ¿Por qué no tengo talento?, ¿Por qué nada me motiva?, ¿Por qué pienso que todo va hacer fácil cuando no lo es?, ¿Por qué me siento tan solo?, Por qué tengo tanto miedo si las personas que más me importan me dijeron que estaba bien, que estaba bien fallar, que estaba bien no ser perfecto, que se podía recuperar, pero si no hay nada que me motive, si simplemente quiero sobrevivir, vivir una vida viviendo de algo que me gusta hacer pero sinceramente avece me aburre, pero disfruto hacerlo, ¿de verdad es para mí ser escritor?, si ni me esfuerzo, ¿A dónde se fue mi fuerza de voluntad?, ¿Por qué soy tan débil?, ¿Por qué no puedo ser fuerte y luchar por lo que quiero?, tal vez porque no sé lo que quiero, digo que amo escribir, ¿eso es así?, temo los resultados de mi vida, temo decepcionar a mis queridos padres, tengo miedo todo el tiempo, ¿Por qué no puedo estar en paz?, ¿Por qué soy tan patético?, ¿Por qué soy yo?, ¿y porque no puedo ser como los demás?

Me preguntaba mientras las lágrimas y mi voz quebraba se hacían presente en mi vacía casa, era otro de los días donde no paraba de llorar, mis pensamientos no me dejaban en paz, solo quería que todo terminara, pero no podía parar de llorar y seguir preocupado, ¿Por qué no me puedo relajar?, ¿Por qué no soy normal?, ¿algún día dejare de preocuparme?, ¿algún día me olvidare de todo?, ¿algún día podre escapar de esta miseria que me consume?

De repente mis llantos fueron interrumpidos por el ruidoso sonido del timbre, me limpie las lágrimas y trate de lucir normal, como si no hubiera llorado por horas, me dirige al portón de la puerta y la abrí, viendo de nuevo a Hyunjin el cartero de sonrisa radiante, que siempre quería sacarme una sonrisa, pero era imposible solo podía sacarme una amarga sonrisa en la que solo quería echarme a llorar, pero de alguna manera Hyunjin no lo quería entender, ¿Por qué nos conocemos de niños?, aún recuerdo esas épocas que nunca olvidare, las épocas donde mi mirada brillaba emocionada por el joven de cabellos largos de color como el oro.

- Binnie, ¡pasa la pelota! – gritaba emocionado Hyunjin mientras corría tras la pelota, esperando que su amigo de toda la vida que prácticamente comparten una vergonzosa foto de ellos desnudos cuando eran bebes.

- ¿Qué? - respondió con cierta confusión, porque no sabia que estaba haciendo en ese preciso momento Jugando basquetbol, tal vez por que se dejo convencer de su amigo de quince años que sería buena idea, ¿Cómo si un chico de quince años supiera todo?

- ¡Cuidado! – alarmado grito Hyunjin al ver como la pelota de basquetbol le golpeaba la cara de su amigo sin ningún pudor

- ¿Estás bien? - preocupado se acercó corriendo hacia su amigo

- Si, sabes estoy súper bien- decía Changbin con sarcasmo en sus palabras, para hacerle entender a su amigo que jugar basquetbol fue una pésima idea.

- Lo siento, creo que me confié de que podrías jugar bien, después de todo en tus escritos describes el basquetbol tan detalladamente que pensé que podrías replicarlo- menciono Hyunjin con cierta culpa en su voz por no haber razonado un poco más o haber sido un poquito impulsivo.

- No, entiendo, pero a la próxima yo me quedare en la banca y escribiré tal vez un poema sobre el basquetbol- concluyo mientras se secaba con una toalla el sudor acumulado por haber corrido por una pelota sin saber que hacer

- ¡Pero vamos fue divertido¡, ¿No? - exclamo Hyunjin con una gran sonrisa

- Mmm tal vez una vez al año no está mal- suspiro Changbin

Mientras recibía su correspondencia recordaba su hermoso pasado con él, su amigo lo miraba como si supiera lo que le pasaba, Hyunjin siempre sabía lo que le pasaba, era el don que tenía era muy intuitivo, por esa razón nunca podía ocultarme con él, para él era como un libro abierto, que Hyunjin rescribía con una sonrisa.

- ¿Qué te pasa, Binnie?-dijo Hyunjin preocupado observando a su amigo destruyendo su perfecta fachada de chico perfecto

- Ja, ¿Nunca podre ocultarte algo?, vamos necesito algo de privacidad- señalaba con ironía Changbin por su absurda situación

- Conmigo jamás me podrás ocultar algo, porque siempre sabré como estas, aunque prefiero que me lo digas con las palabras, después de todo estamos en los años 70, por favor la comunicación es algo que ahora se usa mucho, los tiempos están cambiando, pronto mi labor dejara de ser importante, tal vez me remplacen con maquinaria, pero será para la evolución para la comunicación entonces no me importa, por eso considero que deberías hablarme

- ¿Enserio?, de verdad amas la comunicación- riendo comento Changbin.

- Entonces espera termino con mi trabajo y nos vemos en nuestra cafetería preferida- concluyo Hyunjin

- Vale de paso si te demoras puedo enojarme escribiéndote de personaje- aceptando la solicitud Changbin burlándose

- ¡No!, me da pena tonto- avergonzado de que su amigo su más fiel confidente quisiera hacer una novela con su mísera existencia, aunque Hyunjin no lo niega, es uno de sus sueños más deseados, porque vamos, ¿Quién no se enamoraría de Seo Changbin?, porque me la paso riendo en secreto imaginando una vida contigo, llorando en secreto porque sé que no pasara, porque a pesar de que seguimos evolucionando no significa que los gays sean aceptados, a pesar de que en esta época se den a conocer aún hay prejuicios, nos llaman niñas, mariquitas, entre otras cosas, cuando en la historia la homosexualidad era un tema que ya se conocía, pero temo a tu rechazo, si eres un más del montón que ve con desprecio a lo diferente, sé que estoy escondiéndome de quien soy por miedo y simplemente estoy cansado, quisiera gritar que soy gay, que amo a los hombres, pero con esta sociedad es ciertamente complicado, pero cuando lo veo quiero tirar toda mi reputación por la borda y que se hunda en el fondo del mar, porque no me importa ser una deshonra para el mundo porque por ti daría lo que fuera, por tu cabello negro azabache, tu mirada suave y tu manera de ser tan bonita, eres como una tortuga, te escondes en un caparazón y como escritor eres muy duro contigo mismo, crees que debes ser perfecto, pero no es así, y es porque no te das cuenta de que si te esfuerzas, que siempre pones tu empecho, que no te sobre esfuerces es otra cosa, me gustaría decirte que se cuánto amas la escritura por la manera en que sonríes y el brillo de tus ojos, y que eres perfecto, eres el ser más irreal que haya visto, y se que puedo exagerar pero la verdad es verdad, que triste que solo te lo pueda decírtelo en mis pensamientos.

El reloj no paraba, y su reunión no esperaba, en aquella cafetería de asientos rojos chillón, piso a cuadros, y con decoraciones brillantes, que al entrar te sentías en otro mundo.

- ¿Quieres una malteada de fresa? - sugirió Hyunjin con una tierna sonrisa

- Pensé que íbamos a beber algo, pero algo dulce no queda tan mal

- ¡ah, espera!, pidamos dos cervezas-concluyo Hyunjin apresurado agarrando la mano de Changbin que se había levantado ligeramente para llamar al mesero

- Oh...- pronuncio Hyunjin al sentir contacto con la mano de Changbin, no lo podía evitar que sus mejillas se pusieran rojas

- Está bien, aunque tú no aguantas muy bien el alcohol- observando que Hyunjin estaba algo incómodo, aunque no sospechaba la razón.

El dulce sabor a la cerveza pasaba como agua por sus gruesas gargantas, el ardor de tomar cada vasado los llevaba a tomar más dejándose llevar por el delirio del alcohol, que los llevaba a mentir de la manera más honesta, a pecar según la sociedad, porque el alcohol puede ser la forma de revelar al desnudo los corazones ajenos después de todo un borracho no miente.

- Siempre he fallado en intentar.... Ocultar lo que siento- decía Hyunjin arrastrando las palabras por el alcohol.

- No lo niegeus... Sep Changbin, tú lo sabes- mencionaba mientras lo señalaba con un dedo, mientras Changbin lo llevaba cargando del hombro, porque ya eran más de la doce, y estaban muy ebrios, uno más que otro mientras trataban de llegar a la casa del mayor.

- Que podemos hacernos sonreír el uno al otrs, porque cuands te sientas cansads puedes acudir a mi... no llores más, no te preocupes más, porque eres precioso Sep Changbin, porque esoy aquí, que te amo, porque si me esnamore- gritaba Hyujin en medio de la carretera.

- Ahora no se la razón siempre te vi como mi apoyo moral, un amigo, pero ahora después de todo lo que me dijiste quiero besarte, tal vez es un sentimiento que empecé a sentir sin darme cuenta, ¿Por qué tienes que ser tan lindo? - susurraba al oído de Hyunjin mientras se sentaban a la orilla de un rio.

- ¿Y porqur no lo haces? - respondió acercándose lentamente a Changbin

- Tal vez me arrepienta, pero... por un momento quiero dejarme llevar y dejar de pensar olvidar todo y creer que todo estará bien independiente de todo y que la sociedad se hará la vista gorda y todo porque tú me haces creer en las fantasías y poemas, porque creo que lo imposible es posible, porque cuando me miras creo en mí, porque entraste a mi corazón vacío, porque eres lo único que necesito-concluyo para después besar los suaves labios de Hyunjin mientras la lluvia los empapaba de gotas de esperanza y amor, de letras de colores que forman poemas de romances prohibidos, que crean una carta, una carta que relata este amor de los años 70, un carta que lleno el vacío del miedo y el prejuicio, porque ambos comenzaron este relato con un beso, pero lo que pasara con el resto lo escribirán con su historia donde será todo diferente donde serán libres, y donde será entregada por un cartero para que esta historia perdure tras los años dentro de los corazones en la dirección de su tumba hasta el final, porque cuando la carta llega al destinatario es el fin de su travesía.

Fin.