(En la actualidad)

Perspectiva de Ben

Tenía la gran impresión de que las cosas se escaparon de mis manos, no era nada parecido a lo que yo estaba esperando, tal vez una relación entre el espíritu y mi mente y tantas cosas de las que había creído estaban colapsando mi mente en segundo.

No solo es una experiencia leve, sino que estaba marcando mi historia, la historia de lo que podría significar el descubrimiento del cielo y del infierno. No dejé que las cosas se salieran del todo su cause, sin embargo me adentré en el bosque, cerca de las colinas y los bosques de Abetos al norte de Suecia, una colina repleto de coníferos. Mientras corría como si alguien me estuviera siguiendo. Seguía viendo los arboles como rascacielos, una película de vampiros y lobos que conocía se pasaba por mi mente, era mágico pero solo tomó segundos en volver a pensar en donde estaba y el motivo.

Me escondí detrás de uno de los árboles enormes, hogar de búhos y ardillas, el cielo era totalmente nublado y el frío empezaba a cubrir en forma de neblina el bosque.

Podría darle una aproximación de que eran las 17h00 en adelante pero antes de las 19h00, aún asi ver mi reloj me sirvió de poco. Mi reloj marcaba las 08:47 de la mañana, sabía las cosas no podían ser más confuzas ahora, no estaba preparado para pasar mi noche en un bosque con tanta desolación y enigmas que confundian mi mente mientras veía las tinieblas acentarse de lejos, y la visión terminó por ocultar el horizonte que tanto buscaba.

No era intuición, sabía lo que estaba haciendo y las consecuencias de ello, por lo tanto el temor se apartó de mí y continué mi camino hacia un lugar donde yo conozca, por suerte me había pasado muchisimos años de mi niñez viendo paisajes y lagos de todo el mundo, los arboles que preominan en ciertos países y que son tradicionales, eso sumado al ruego de mi corazón que ya previamente había realizado era más que una corazonada, era un hecho de que estaba en Suecia.

Hace minutos atrás era mi sueño, pero en las condiciones en las que me encontraba no parecía al comienzo tener un buen rostro positivo, pero era la voluntad de Ann Balá. Tenía un suéter largo y una camisa por dentro y mis sentimientos se concentraban en proseguir con la misión que se me había encomendado, por lo que agarrando valor cada 10 minutos proseguí con la caminata apresurada, tratando de hacer el menor ruido posible, por desgracia estaban hojas secas caídas de cuando en cuando.

La oscuridad no tardó en llegar casi repentinamente cubriendo las copas de los árboles de neblina con tánta facilidad que agotó mis esperanzas de encontrar un lugar seguro. Solo rogaba que los lobos no acabaran conmigo o algún animal salvaje nocturno. Pude ver un arbol que no era muy alto y tenía ramas fuertes que podrían soportar mi peso, tenía que salvaguardar mi vida en primer lugar. Sujetandome con mi mano izquiera en una de las ramas y levantando mi pierna derecha logré encontrar impulso para escalar un poco el árbol, que a pesar de que era más pequeño de los otros colosales no era tan corto.

Me senté en la rama de un árbol conífero y me puse casi toda la ropa que tenía en mi mochila, fregando mis manos una con la otra pensaba pasar toda la noche en ese lugar que estaba a no muy lejos de 9 metros de altura, solo rogaba que los animales terrestres como los que nombré no sepan trepar alto.

Me detuve a ver un poco el paisaje en las alturas pero ya no podía ver muy lejos y no parecía que encontraría otro lugar seguro a la cual podría quedarme. No nevaba pero mi exhalación con vapor era una señal de una noche sumamente fría, mis orejas se congelaban y parecía que se iban a resquebrajar como un snack y no sentía mi naríz.

En ese momento entrelacé mis dedos en son de implorar, levanté mi meñique izquierdo y besé mi pulgar derecho repitiendo: "Ann Balá mitt är mitt språk men ditt är mina ord. Ta mina händer så ska jag tjäna dig resten av mitt liv"

El sentimiento de trance se posecionaba sobre mí y el recuerdo de la vida de Ann Balá cubrían mi visión hasta que se presentaba frente a mi con la misma característica de siempre, despellejaba mi corazón, nunca estuve suguro si sale de mí o de una dimensión cercana de donde la invocaba, Su precencia brillante iluminaba mi rostro como iluminaba mis esperanzas de verla, pero su confianza y sabiduría me tranquilizaba aún más de inmediato y aunque estando sentado en un tronco incomodo levanté mis manos frías en forma de reverencia y dije:

- Ann Balá, ¿Qué debo de hacer ahora?

Me encantaría describir lo indescriptible, era un poder blanco que llenaba mi corazón y su sonrísa me envolvía con tono de amor y paz. El portal entre la vida y el cielo era rajado por la presencia de Ann, mi cabeza era perfectamente sublebada ante tal deidad, por lo cual yo repetía esas palabras (traducido en español) : "Ann Balá mía es mi lengua pero tuyas son mis palabras. Toma mis manos y que te sirvo por el resto de mi vida" Mi devoción por el amor de la enviada de Dios era más que un honor:

- Ni siquiera de rodillas soy digno ante ti.

Mencioné; Ann Balá tenía que encontrarme puro ante sus ojos para darme su mensaje, para ello tomaba mi dedo meñique con sus dos manos cerradas, e inclinaba su frente hasta sus manos y exhalaba un aroma a pétalos y decía unas palabras que no comprendo, Su vestuario era de una princesa nunca antes visto, era blanca y cabello oscuro, su ropa apenas dejaba verle sus manos que eran como algodón y su rostro bello. Entonces aun sujetando mi meñique me lo pasaba por mis cienes repitiendo otras palabras. Finalmente se ponía de pie ante mí como si estuviera levitando y hablaba :

- "Ben Viktor Ferdilot, sé que si oyes mis palabras serás puesto como cabellero de mi Santa Madre, Gobernadora de estas aguas en la cual yo jugaba de niña. Y ahora es tu deber completar la misión de abrir los ojos de las personas aquí, convenserlos del error en la cual se encuentran por que Ann Balá está contigo para siempre y no hay nada de lo que yo pida que no puedas cumplir. Te pido de esta forma que sigas limpio ante mi, tu meñique es el juramento y beso del trato justo y perpetuo que conllevamos y no será reemplazado hasta que mi Santa Madre repose en su lecho y haga su justicia"

Mientras hablaba las lágrimas caían a mis mejillas por el hermoso momento que siempre tengo de ayudar a Ann Balá en todo lo que pueda hacer en mi vida. Ciertamente comprendo el mensaje que no puedo detenerme, hay una obra que nadie más podía realizarlo, cada día estoy más seguro que ningún esfuerzo sería en vano. Su bendición estaba frente a mis ojos y su pureza significaba que su mirada me guiaría en cada paso que dé.

Después de decirme eso se fue, en un instante como si nunca hubiera pasado nada, pero mi corazón estaba tan emocionado que tenía que seguir adelante. Sé que sus ángeles me protegían, que no había otra forma en la que se llevara a cabo, casi hasta podía escuchar las aguas que bordaban este bosque. El silencio y la experiencia que solo alguien que podría comunicarse con semejante ser podría comprenderlo, mas ahora la serenidad descansó en mi mente y me dediqué con determinación continuar.

-Solo dame un poco más de tiempo (pensaba)

Era emocionante conocer la mismísima historia de tantos siglos y corregír el curso del mundo y su humanidad para que todos podamos ser dignos de estar en la presencia de la Gobernadora Madre de Ann Balá. ¿No es grandioso?

Por ahora, sé que pasaría esta noche subido en este tronco, vigilando y descansando lo que pueda hasta que el sol salga y tenga más instrucciones para proseguir. No me molesté de sacar mi celular porqué sabía que no habría señal de ninguna índole, total, vengo de un país lejano, Grecia.

Escucho unos pasos y no veo que sea una antorcha iluminando para pensar que es una persona. Seguramente desde la posición donde me encuentro no podría si quiera percatarse que me encuentro aquí. La luz de la luna era nula por el cielo nublado y pareciera que toda criatura del bosque estaría descansando, excepto esos pasos. Solo ponía mí meñique en mi frente, rogando a Ann su protección. Los pasos seguían avanzando cada vez más cerca, luego ya no caminó, estaba debajo de mí.