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Capítulo 15

Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲

El fin de semana para los dos paso demasiado rápido, ya que, pues hoy vamos a hablar con los chicos sobre nuestros sentimientos, yo quiero entregarle por completo todo este amor que siento a Edward porque sé que lo que me dijo Elena es mentira.

—¿Ya vas a buscar a Edward?

Negué

—Me gustaría buscarlo ya, pero tengo un examen.

—Igual no está en su habitación.

—¿Y tú cómo sabes?

—Es que yo fui esta mañana.

Me reí.

—¿Por qué te ríes?

—Es que se nota lo mucho que quieres hablar con David.

Ella suspiró.

—La verdad sí, pero ya será esperar hasta que lo vea en la cafetería.

—Vamos a clases, porque por lo menos yo ya voy tarde —me reí y Sammy se unió, ambas salimos a clase.

....

—¿Viste que el guapo de computación ya tiene novia? —me pregunto Alicia.

—¿De quién me hablas?

Ella me iba a responder, pero llegó el profesor con los exámenes.

—Suerte —me dijo, yo le sonreí.

Comenzamos el examen.

30 minutos después

—¿Cómo te fue? —le pregunte a Alicia.

—No sé, siento que me fue terrible porque yo no estudie lo suficiente.

—Pero está materia ya le llevas re ganada.

—Ni tanto porque en el examen pasado también me fue bastante mal.

—Cuando quieras te ayudo a estudiar, soy buena en esta materia —le dije y ella se alegró bastante.

—Me ayudarías en mucho.

—Entonces si quieres hoy empezamos.

Ella asintió.

—Ahora debemos ir a clase de penalización —le dije, tomamos nuestras cosas y fuimos a clase.

....

Estaba caminando por el edificio y todo estaba demasiado tranquilo, aunque eso era raro porque normalmente hay mucha gente por aquí, mientras miraba un cuadro que había, alguien se me acercó.

—¿No vas a ir a la cafetería? —me dijo una chica.

—Si voy para allá —me sonrió y volvió a caminar —oye, disculpa —ella me miro.

—Dime.

—¿Qué hay de especial en la cafetería?

—No lo sé, solo supe que debíamos estar allá.

—Vale, entonces vayamos.

Cuando llegue la cafetería estaba demasiado llena, busque con la mirada a Samanta, gracias a Dios la encontré, estaba con Eduardo y Damián, me acerqué a ellos.

—Hola chicos —les dije.

Ellos me miraron, Samanta se levantó y me abrazó

—Hola Mia.

—¿Has hablado con David?

—Eh no y por aquí está como imposible verlo.

—¿Por qué está tan llena?

—No sé, pero ven siéntate.

Les di un beso en la mejilla a Eduardo y a Damián.

—Que gusto me da verte Amelia —me dijo Eduardo.

—Gracias, verte también es bonito.

Comenzamos a hablar de muchas cosas y nos dimos cuenta que había muchas cosas en común entre nosotros.

Entre tanta gente no me había fijado que Edward estaba con Susan y que además David estaba con Violeta esto está muy raro, aunque lo más raro es que Susan se levantó, tomo un micrófono.

—Gracias por estar aquí, este es un día muy importante para mí y la verdad es que soñaba con este momento, quiero hacerles saber que soy novia del chico más hermoso de todos, Edward Wilson.

Todos aplaudieron, gritaron «felicidades».

A mí se me detuvo el tiempo, comencé a temblar, mis manos sudaban.

—¿Amelia estás bien? —me dijo Eduardo, yo solamente lo miré y asentí.

Edward novio de Susan, no lo puedo creer, Samanta cambio de lugar con Eduardo.

—Sammy ¿qué está pasando? —le pregunté, ella agarró mi mano fuertemente.

—No lo sé Mia esto está demasiado extraño.

Mire hacia la mesa de Susan y me encontré con la mirada de Edward, suspiré y mire a Sammy.

—A Edward le gusta Susan es evidente.

—No Mia, yo creo que esto tiene su explicación.

—¿Cuál explicación puede haber?

—Pues...

—Yo también quiero anunciarles algo, David Wilson es mi novio —añadió Violeta, mire a Samanta y su semblante cambio.

—¡Que! —exclamo, ella estaba a punto de llorar, yo le tomé la mano y traté de darle fuerzas, aunque yo estaba totalmente destruida por dentro.

Por tonta, perdí a Edward, Susan se quedó con él como una vez lo hizo con Simón y en el caso más doloroso se quedó con mi padre, ella se ha quedado con todo lo que una vez amé y ahora con Edward.

—Ves Amelia, David solo quería jugar conmigo —me dijo con su voz entrecortada.

—¿Chicas están bien? —nos preguntó Damián, ambas asentimos, no queremos que nadie se dé cuenta de lo que en estos momentos estamos sintiendo.

—Chicos, voy a salir un rato —les dije.

—¿Te acompaño? —me dijo Sammy, yo me acerque.

—Sammy nos vemos en la habitación, un rato a solas nos va a ayudar a entender todo esto.

Ella asintió y se levantó.

—Nos vemos chicos —les dijo, aunque salimos juntas cada una se fue a un lugar diferente.

Yo decidí sentarme debajo un árbol, al hacerlo, lloré y lloré, solamente lloraba y no podía dejar de llorar, Susan me ha quitado todo, si ella quería verme destruida, la felicito porque lo consiguió.

—Ya sabía yo que no estabas bien —alcé la vista y me encontré con Eduardo.

—¿Me podrías dejar un minuto más a solas?

—No Amelia, no te dejaré sola —se lo volví a pedir, pero no me hizo caso sino antes él se sentó a mi lado —¿qué te pasa?

—Creo que la felicidad no se hizo para mí.

—¿Por qué lo dices?

Decidí contarle todo, desde Simón hasta mi padre y el sufrimiento de mi madre, para finalmente contarle mis sentimientos por Edward.

—Susan es una maldita perra.

—Pero se ha quedado con todo lo que ha sido importante para mí.

—Mira si Edward se fijó en Susan es porque es un idiota, pero tu si podrás ser feliz porque si hay alguien que se muere por ti y nunca te dejaría por Susan, eso jamás.

—¿Quién?

Me iba a responder, pero llego alguien.

—Amelia, ¿podemos hablar?

....

Luego de que Susan tuviera la completa locura de anunciar nuestro «noviazgo», sentí una mirada sobre mí, decidí mirar y era Amelia, pero sus ojos no me demostraron ese hermoso brillo de siempre antes al contrario estaban apagados y sin ilusiones, ella dejó de mirarme, mire a los que estaban con ella, Samanta está a su lado y los tontos de Eduardo y Damián enfrente de ellas.

—David de verdad espero que todo esto valga la pena, porque no sabes cómo me siento.

—Edward espero que sí, porque quiero estar con Samanta.

—Yo también quiero anunciarles algo, David Wilson es mi pareja —hablo Violeta, mire a David y él se quedó estático.

—No, no, no, definitivamente esta mujer está loca —me reí, volví a mirar la mesa de Amelia y ella se había levantado, Sammy también lo hizo y salieron.

Vi como ellos salieron detrás de ellas y le dije a David.

—Eduardo no se va a quedar con Amelia.

—Edward si quieres que está locura funcione aléjate de Amelia.

—Eso jamás —me levanté y salí en búsqueda de ella.

La busqué por todo lado, pero no la encontraba, decidí ir por las zonas verdes, tuve suerte porque la encontré, pero estaba al lado del estúpido de Eduardo, me fui acercando tanto así que pude escuchar su conversación:

—Mira si Edward se fijó en Susan es porque es un idiota, pero tu si podrás ser feliz porque si hay alguien que se muere por ti y nunca te dejaría por Susan, eso jamás.

Maldito bastardo, tu ¿cómo puedes hablar si no conoces mis sentimientos? y si lo que quieres es quedarte con ella no te lo voy a permitir.

—¿Quién?

Antes de que él hablará, llegué.

—Amelia, ¿podemos hablar?

Ella ni me miró, solo me dijo.

—No tenemos nada de qué hablar.

—Amelia tengo que decirte algo.

Bruscamente me miro, pude notar sus ojos había llorado.

—Vete Edward, que a la última persona que quiero ver es a ti.

—Amelia, por favor yo...

—Te dijo que te fueras Edward.

Lo mire mal.

—Tu no te metas Eduardo esto no es contigo, así que lárgate y déjame con Amelia a solas.

Él iba a hablar, pero Amelia se levantó y se puso en medio de los dos.

—No Edward, el que tiene que irse eres tú, no te quiero ver y te quiero lejos de mí —ella se iba a ir, pero la detuve —nunca más se te ocurra volver a tocarme —la solté, me dio una última mirada y se fue, trate de ir tras ella, pero Eduardo me lo impidió.

—¿Cuál es tu problema? —le dije.

—El problema es que ya le hiciste el suficiente daño a Amelia.

—Por eso quiero hablar con ella.

—Déjala Edward.

—No, no la dejaré.

—¡Ella te quiere, pero tu decidiste quedarte con Susan así que ahora vete y déjala en paz —me dijo Eduardo para luego irse.

¿Amelia me quiere?, Dios ¿qué estoy haciendo?

....

Llegué a la habitación y solo quise llorar, porque después de todo había tenido razón, David quería jugar conmigo y como no, si ella es mucho mejor que yo, pero David no tenía derecho a decirme que yo le gustaba para luego hacerse novio de Violeta.

—Mamá tú me enseñaste a ser fuerte, pero esto duele demasiado, duele ver como el hombre que quieres te dice que le gustas, pero luego se vuelve novio de otra, mami enséñame ahora a cómo vivir con esto —me abrace a mi almohada y lloré, mire a la cama de Amelia y también lloro por ella, porque nosotras no nos merecemos nada de esto.

Toc, Toc ✊🏻

No quiero ir a abrir, me imagino que es alguien necesitando algo y ahora lo que yo necesito es llorar.

Volvieron a tocar, pero está vez más insistente.

Finalmente me levanté y abrí la puerta.

—¿Qué haces aquí?

—Samanta necesito hablar contigo.

—No, lárgate de aquí.

—Samanta por favor.

Trate de cerrar la puerta, pero él no me dejo antes al contrario entro a la fuerza y cerró la puerta detrás de él.

—Quiero que te vayas.

—No Sammy escúchame.

—No, escúchame tu a mí, me dijiste que yo te gustaba y ahora unas semanas después te vuelves novio de Violeta.

—Samanta no me respondiste nada además está relación tiene una explicación.

—Si no te respondí en ese momento fue por miedo y ahora me di cuenta que tenía la razón.

—¿Cuál fue ese miedo?

—Eso ya no es de incumbencia así que vete y no te me vuelvas a acercar.

Él trato de acercarse a mí.

—Samanta yo...

—David te quiero, te quiero como nunca he querido a nadie, pero ahora no te quiero cerca.

—Sammy yo te quiero, créeme cuando te digo que te quiero —saque las últimas fuerzas que me quedaban para darle una cachetada.

—Lárgate de aquí, te quiero lejos de mí y en la vida se te ocurra volver a decirme que me quieres.

—Sammy escúchame, yo...

—Lárgate de aquí David.

Ambos volteamos a mirar y Amelia había llegado, ella se notaba bastante mal, me atrevo a decir que está peor que yo, David se acercó a ella.

—Amelia yo...

—Tu primo y tu son unos... y así que te quiero lejos de Samanta y en cuanto a Edward dile que espero que le haya quedado claro que no lo quiero cerca mío.

Él asintió.

—Samanta te quiero —me dijo, yo le di la espalda —Amelia, sé que me odias en este momento y a Edward sí que más, pero todo tiene una explicación.

—¡Vete de aquí!

—Está bien, me iré, pero tarde o temprano ustedes tendrán que escucharnos —me dedico una mirada y se fue, Amelia cerró la puerta, yo me rompí en llanto.

—Sammy nosotras somos muy fuertes y todo esto que está pasando solo es una dura prueba, pero saldremos adelante
—me dijo entre lágrimas, yo la abrace.

Ahí estábamos las dos: abrazadas y con el corazón hecho pedazos, definitivamente los Wilson solo nos acabaron los poquitos sueños que teníamos, David y Edward acabaron con nosotras.

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