Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CUATRO | "El último juego y los primeros besos en serio"

El fútbol americano (en inglés American football, o simplemente football en los Estados Unidos y Canadá), nació hace más de cien años en EE.UU. derivado del rugby inglés. Es uno de los deportes de contacto más competitivos de los EE.UU. y que se practica actualmente en más de sesenta países.

También, en los últimos años hay una gran controversia por las lesiones cerebrales que sufren algunos jugadores y más de 1300 jugadores retirados han interpuesto demandas contra la NFL argumentando haber ignorado y no haber advertido a los jugadores de los peligros de conmoción, traumas y otras lesiones cerebrales.

La mayor manifestación competitiva y mediática de este deporte se da en la NFL, la liga de fútbol americano profesional de Estados Unidos. El fútbol americano universitario, que se practica a nivel amateur en todo el país, también goza de gran popularidad.

Eso fue, básicamente, lo que acabo de buscar en Google y es que no sabía que el fútbol americano era cien por ciento estadounidense, pensé que se había fundado en otra parte. ¿En tienden por qué enfaticé antes que no sabía nada de este deporte? Bueno, aquí está la respuesta; ¡No entiendo nada!

La última vez que me vi un juego de fútbol americano completo, fue en casa con papá— porque ese hombre tiene una pequeña gran obsesión con el fútbol americano— y ese día, me dormí luego de que se terminara ¿Por qué? Porque sencillamente, nunca me llamaron la atención los deportes.

¿No lo notaron? ¿El que me gusten las matemáticas y que me la pasé todo el día investigando sobre números no les dijo nada? Bueno, pues ya lo saben. Soy muy floja para lo de deportes se refiere, es que no siquiera sé cómo pasé educación física en mi escuela. Nunca he sido muy atlética, de hecho, nunca he salido a correr o he ido a un gimnasio. Siento que no lo necesito— bueno, quizás si, por salud—, pues siempre he tenido un buen cuerpo y soy bonita de pies a cabeza— o eso decía mamá—, tampoco es como si me gustara levantarme temprano para ir a hacer ejercicio, cuando puedo despertarme a las siete e ir a mis clases perfectamente a las ocho.

No, no cambiaré mi horario de sueño por eso.

Bueno, volviendo al tema de fútbol americano... ¡Hoy era el último partido de mi novio! ¡Yupi! Y si, estaba preparada psicológicamente para esto, no porque no quisiera verlo a él, sino porque no entiendo nada sobre el fútbol y bueno... Ya sabrán el resto. Y como le prometí al Quarterback, me coloqué la camisa con su nombre y su número junto con short de mezclilla color negro y mis Converse blancas. Dejé mis rizos sueltos porque, repito las palabras; «Me encantan tus rizos, nena. Ellos me darán suerte el día del juego» entonces, como soy una excelente novia, cumplí su— muy extraño, debí decir— capricho.

Mery accedió— o sea, que la obligué— a acompañarme al juego, la castaña estaba un tanto sorprendida por mi petición— orden—, pero como buena amiga, accedió— luego de amenazarla con no ayudarla en su tarea de física— sin poner mucho problema.

— ¿Ahora sí vas a contarme como es que terminaste siendo novia del chico más sexy de todo Nueva York?— preguntó, hice una mueca al ver que ya casi nos acercamos al campo de fútbol.

— Iniciamos hablando por Facebook, ya sabes. Lo normal— mentí un poco— Y luego intercambiamos números, seguimos hablando por WhatsApp y entablamos una especie de amistad que nos llevó a esto.

— Te lo tenías bien guardado ¿Eh?— me golpeó el brazo juguetonamente y sonreí— Me alegra que por fin salgas de la cárcel a la cual le dices habitación.

— Si, yo también— suspiro, en el fondo lo hacía, porque como ya había dicho antes, es bueno salir de mi zona de confort de vez en cuando.

Los gritos eran todo lo que se escuchaba, las chicas con poca ropa— como siempre— y los chicos bebiendo y gritando que su equipo era el mejor de todos, era lo único que se veía alrededor de todo el lugar.

Quedé en shock al ver tanta gente junto y gritando lo mismo, creo que no es necesario decir que nunca había venido a un juego futbol. ¿Por qué lo gente se volvía tan loca por un deporte? Si, sé que es el deporte nacional pero... ¿Llegar a este punto?

— ¡Aquí estás!— escuché el grito de Chase detrás de mi y me sobre salté, sorprendiéndome me dio un corto abrazo— en el cual me perdí porque él era demasiado grande— y luego me percaté de como sus ojos se iluminaron al ver a la castaña a mi lado— ¡Wau! Pero si eres la cosa más hermosa que he visto en toda mi vida, y he visto muchas cosas hermosas— le dijo y mi amiga se sonrojó abriendo mucho los ojos.

— Chase, ella es Mery— grité y él asintió, mi amiga le correspondió un apretón de manos con una pequeña sonrisa.

Mis ojos parecían estar en un juego de Ping Pong— ya que iban de Mery a Chase y viceversa— lo cuál me estaba estresando un poco. Carraspeo llamando la atención de ambos— los cuáles parecían haber hecho click— y que esta misma, se posara en mi. Sonreí un tanto incómoda porque ¡Vamos! ¿Quién quiere presenciar un enamoramiento instantáneo?

— Vengan, vamos a buscar asiento antes de que esto se ponga peor— el pelinegro se abrió paso entre la gente después de tomar las manos de ambas y caminar hacia quien sabe dónde.

— ¿Dónde está Nickolas?— pregunté una vez que estábamos sentados en las gradas.

— Debe estar vistiéndose, o recibiendo instrucciones del entrenador— dijo encogiéndose de hombros, entonces me doy cuenta de algo.

— ¿No eres jugador del equipo?— pregunté, sus ojos se abrieron a capacidad y me miró directamente a los ojos.

— Mierda, el entrenador va a matarme— se pasó las manos por el cabello despeinándose— ¡Me acabas de salvar la vida!— se puso de pie y alborotó mi cabello— ¡Eres la mejor! ¡Nos vemos después!

¿A qué chico se le olvidaba que formaba parte de un equipo de fútbol? Chase es más raro de lo que creí. Sacudí la cabeza enfocándome en la castaña a mi lado.

— Que chico tan raro— dijo Mery con las mejillas rojas y los ojos muy abiertos, reí al darme que cuenta de que le había gustado.

— Si, es raro— pasé un rizo detrás de mi oreja, mordí mi labio inferior— Mery, ¿Tú entiendes esto?

— Algo, lo que mi hermanito menor me ha contado— se encogió de hombros y le restó importancia— Ven, te explico.

Según lo que Mery me explicó— lo que entendí, o eso creo— fue lo siguiente;

1. En el fútbol americano el pasador es el Quarterback— o sea, mi novio—. Su función principal es la de entregar el balón al Halfback— que no sé que o quien es— o Fullback para ataques terrestres o realizar pases a los Wide Receivers o Tight Ends para ataques aéreos.

2. Aunque la gran mayoría de las jugadas se realizan con un solo pase del Quarterback— O sea, Nickolas "Nick" Price—, cualquier jugador de la ofensiva puede enviar uno o más pases. Los pases hacia adelante pueden realizarse siempre y cuando no sean consecutivos y el jugador que hace el envío se encuentre detrás de la línea de scrimmage, que es la línea imaginaria donde se situaba el balón al inicio de la jugada. Una vez cruzando este punto, el balón solo puede ser enviado en pases laterales o hacia atrás.

También me dijo que habían varios tipos de pases, cosa que tampoco entendí porque... ¿Para que tantos pases? ¿No pueden lanzar el balón y ya? Bueno, la cosa es que— habían más pases— los pases eran los siguientes;

1. Pase completo: se considera un pase completo cuando el jugador receptor atrapa el balón completamente y asegura su posesión dentro del campo. Puede tener los dos pies dentro al mismo tiempo o si salta para recibir un pase es válido que sus dos pies toquen el terreno de juego juntos o a destiempo pero siempre y cuando ambos lo hayan hecho tras recibir el pase. En este caso la jugada continúa hasta que el jugador sea detenido o salga del campo.

2. Pase incompleto: se le llama pase incompleto a todo aquel balón que toca el suelo sin ser recibido por jugador alguno o bien, tratando de ser recibido, nunca llega a ser asegurado completamente por el receptor y cae al suelo o sale del campo sin que el receptor lo abrigue convincentemente. Si un receptor recibe el balón pero no está con ambas plantas de los pies dentro del terreno de juego, se considera pase incompleto y en ese instante toda la jugada se invalida consumiendo el Down utilizado por la ofensiva.

¿Ya dije antes que no entiendo este deporte? Creo que sí, bueno, lo siguiente que pasó fue que, Mery continuó explicándome cosas sobre el fútbol americano— cosas que yo no entendía, por supuesto— y también me contó sobre la fiesta que se daba todo los años después del último partido de la temporada— la cual daba el inicio a la temporada profesional, que eso sí lo entendí y que ya sabía, porque la próxima semana iban a presentar a mi apuesto y rubio novio como jugador oficial de The Eagles de Nueva York— pero que, por razones de popularidad y grandeza, sería la mejor fiesta del siglo, teniendo en cuenta que mi novio era uno de los prospectos más enigmáticos por haber obtenido tan memorable puesto en uno de los mejores— y más costosos— equipos en la NFL...

Todo pensamiento se vio interrumpido cuando el equipo se abrió paso en el campo y los gritos de los aficionados no se hicieron esperar, a mi, por el contrario, la mandíbula me cayó al suelo— literalmente— cuando vi la perfección de hombre que tenía por novio. Y es que, Nickolas era atractivo y hasta cierto punto, era el responsable de todos los sueños húmedos de las chicas del campus— incluyéndome ahora a mi también— y de algunos chicos. Pero es que... Verlo ¡Admirarlo! Con su uniforme del equipo y ver su tan — exquisito— trabajado cuerpo, me causó convulsiones mentales— debo decir también, que me imaginé toda la situación en un ambiente diferente ¿Si saben a lo que me refiero?— y un ataque cardíaco.

Venía con el casco en la mano mientras conversaba distraídamente con Chase que también tenía su uniforme puesto, el rubio se veía bastante bien— sexy, muy sexy— con sus implementos y su trasero... ¡Era la madre de todos los traseros!— y no es como si yo haya apreciado muchos traseros, a excepción del Capitán América, pero estaba adentrándome al tema cuando inicié mi relación con Nickolas— porque era el mejor trasero del planeta.

Como si él supiera— o sintiera— que lo estaba mirando, su rostro se giró en dirección a las gradas, buscó entre las personas hasta que nuestras miradas se juntaron, una sonrisa ladina apareció en sus rosados labios— los cuáles he estado besando mucho— y me sentí desfallecer. Me sonrojé, pero aún así le devolví la sonrisa con ganas— porque en serio me estaban comenzando a gustar todas estas sensaciones que él me producía— para después recibir un guiño de su parte.

— ¿Es idea mía o todos los hombres se ven más calientes con uniforme?— preguntó la castaña a mi lado y yo asentí sin despegar la mirada de mi chico.

— Si, muy calientes— susurré, la gente seguía gritando, por lo que se me hacía difícil concentrarme en lo que estaba ocurriendo en el campo.

Nunca fui una fanática de estar rodeada de tantas personas, pero yo debía estar aquí— como buena novia— apoyando a mi novio. Si mi padre me viera, estaría llamándome hipócrita por ver partidos por un chico y no con él. Si, es un padre extraño, pero bueno, es mi padre y no quiero cambiarlo.

El resultado fue alentador, ya que nuestro— si, mi equipo— equipo le ganó 38 – 20 al equipo contrario, lo que revolucionó a todos en el estadio volviéndolos más locos que antes y eso, incluía a mi amiga y a mí. Resulta que, según Mery jugaron excelente y que gracias a ello, muchos equipos tendrán en la mira a los chicos. Todo fue un poco extraño para mí— pues es la primera vez que presencio algo como esto—, aunque también fue muy estimulante, ya que no le quité la mirada a Nickolas durante todo el juego.

Vi como mi chico se quitaba el casco y sacudía su cabello al estilo Justin Bieber, soltó una carcajada amplía y luego chocó puños con Chase que estaba junto a él. Me puse de pie junto con Mery— ya que esta había tomado mi mano para no perderse— y nos encaminamos hacia las escaleras que llevaban hasta el campo. Las personas seguían con su algarabía y no dejaban de gritar— relájense un poco, por favor—, entonces, esquivando a todo el mundo logramos bajar ilesas hasta la grama. Divisé como a lo lejos, el rubio reía a carcajadas con sus compañeros de equipo— que reían con él— y como por arte de magia, su cabeza se giró hacia mi.

Sus ojos chocaron con los míos y una sonrisa se abrió paso en sus labios, sentí como Mery soltó mi mano y luego la escuché conversar con alguien— que no sé quién era porque estaba demasiado concentrada en el hombre frente a mi—, dejándome a mi con los ojos fijos en mi novio. El rubio hizo un gesto con la mano hacia sus amigos y se abrió paso entre todas las personas que querían felicitarlo por su triunfo— a las cuales, él les agradeció con una sonrisa—, siguió su camino en línea recta y con una sonrisa maliciosa se fue inclinando hacia adelante.

Mordí mi labio inferior intentando contener la risa que quería escaparse de mi boca, sabiendo perfectamente lo que estaba planeado hacer— cosa que había estado haciendo desde hace varios días—, pero aún así, lo esperé como si no supiera. Me obsequió otra sonrisa y en menos de un segundo, sus manos estaban en mi cintura y sus labios sobre los míos. Me puse de puntillas para recibir gustosa su beso y su abrazo, mis manos fueron directamente a sus mejillas y después a su cabello rubio cubierto de sudor.

Me importó muy poco que estuviese sudoroso y cubierto de arena— porque ciertamente, olía divinamente ya que su perfume desprendía de él como si fuera su aroma natural—, lo único importante para mí en aquel momento era demostrarle esa extraña sensación de orgullo que se desprendía de mi pecho por verlo jugar de la forma en la que lo hizo.

— ¡ Felicidades!— le susurré y él sonrió sobre mis labios— ¡Estuviste genial!

— No entendiste nada ¿Cierto?— preguntó divertido.

— No, pero Mery dijo que estuviste increíble y yo le creo— afirmé muy orgullosa de mi misma y él dejó escapar una sonrisa. Mis dedos se pasaron por sus mejillas y por sus labios, sus brazos seguían aferrados alrededor de mi cintura, manteniéndome firmemente contra su cuerpo. Se veía bastante sexy así— demasiado sexy y caliente— todo lleno de tierra— Estuviste increíble, Nickolas.

— Gracias, nena— atrapó mi labio inferior entre sus dientes y tiró de él arrancándome una risita— Creo que tenerte aquí me dio mucha suerte.

— No fui yo— negué y me alejé un poco de él, sostuve sus manos y entrelacé nuestros dedos— Fueron mis rizos.

— ¡Cierto!— acercó sus manos a mi cabello y lo alborotó más de lo que ya estaba, abrí la boca indignada por ese gesto, pero no pude decir nada más porque ya me estaba besando otra vez— Gracias por traerme suerte, rizos.

— Para eso estoy— le susurré devuelta y volví a abrazarlo.

— ¡Mucho amor para estar en público!— gritó Chase llegando a nuestro lado, el pelinegro se apoya en Nickolas y observa a mi amiga— la cuál ya dejó de hablar con aquella persona que no sé quién es—, sus ojos brillan al tiempo que la castaña le regala una sonrisa— Tú serás la madre de mis hijos.

— Chase, deja a chica en paz— dijo una voz gruesa llamando la atención de todos, un castaño de ojos verdes y ceño fruncido se acerca a nosotros— Por eso ninguna mujer quiere contigo.

— Claro— alargó Chase— Lo dice el que ha estado detrás de la misma chica por mil años.

— Estúpido— siseó, sus ojos de color caramelo caen sobre mi y un destello— que no me gusta— cruza su mirada, logrando que todo mi cuerpo se erice por completo.

Me encogí en mi lugar y el brazo de Nickolas se apretó a mi alrededor, dejó un beso en mi sien al tiempo que entablaba una conversación con otro chico del equipo. Mery decidió irse a casa— lo cuál me había dicho antes de salir— ya que quería ver una película y dormir temprano, como hacemos— o yo solía hacer antes de Nickolas— todos los fines de semana. La mirada de quién creo es Thom, no me deja en ningún momento— y aunque trato de esquivarla, no lo consigo—, cosa que está comenzando a incomodar y hace que me mueva inquieta en mi lugar.

— ¿Estás bien?— dice Nickolas al verme, asentí y sonreí un poco.

— Si, solo tengo frío— murmuro, él frunce el ceño unos segundos pero se inclina a besarme cortarme.

— Yo también, ven conmigo— entrelaza nuestros dedos— Estoy muerto de hambre, yo iré a cambiarme— le dijo a sus amigos, quienes lo miraron extrañados.

— ¿ Irás a la fiesta?— le preguntó Chase, el rubio a mi lado volvió a sacudir su cabello.

— No lo sé, estoy demasiado cansado— hizo una mueca y me tendió su casco, el cual tomé y rodeé con mis brazos— Lo único que quiero hacer es dormir dos años seguidos.

— En ese caso, déjame decirte, hermano, que eres el mejor capitán— dijo el pelinegro y los demás asintieron en acuerdo— Sabíamos que serías tú el que se ganaría aquél puesto en la NFL de mayores y te deseamos la mejor suerte de todas.

— Gracias, chicos— mi novio sonrió en agradecimiento— Me conmueve mucho que piensen así, esta etapa fue muy importante para mí y ustedes también lo son.

— Te lo mereces, Nick— dijo Thom con desdén, pero aquello solo pareció ser importante para mí, pues los chicos siguieron deseándole lo mejor a Nickolas.

El castaño me dedico una extraña mirada más y luego de eso me dejé guiar por Nickolas a quien sabe dónde. Aún sigue esa extraña sensación— y no me gusta para nada— que me pone inquieta. ¡Deja la paranoia, Rose! Solo fue una mirada— que dejó mucho que desear, pero bueno. No diré nada al respecto—, cosa que puede ser normal. Quizás él sea de esas personas desconfiadas que no le agrada nadie de sopetón, tal vez con el tiempo deje de mirarme como si quisiera asesinarme.

Rodeamos el campo y entramos a lo que creo, son los vestidores. ¿Qué hacemos en los vestidores? «¿Y cómo carajos quiere que se cambie, Rose? ¿En medio de la calle?» Abro mucho los ojos al escuchar esa voz en mi cabeza ¿Y esa voz? «¡Soy tú, niña boba!» ¡Oh! Pensé que habías muerto luego de que dejó de gustarme el profesor Albert— y sus suculentas gafas—, aparte del chico de los mocos. «Resulta que solo aparezco cuando te gusta algún chico» ¡Ah! Que genial.

— Llevo años jugando y hoy estoy más cansado de lo normal— la voz de Nickolas me saca de mi extraña conversación conmigo misma y me obliga a parpadear hacia él. Lo veo quitarse la camiseta y después las hombreras, dejando a la vista sus perfectos abdominales— muy apetecibles abdominales, debo aclarar— y sus musculosos brazos.

¡Jesús bendito! Este tipo está demasiado bueno. Tragó forzado y con sutileza dejo el casco sobre una de las bancas de metal que están junto a los casilleros— pero sin quitarle los ojos de encima, claro— y después me siento en una de las mismas.

— ¿Sabes? Debería ser ilegal ser tú— digo llamando su atención, una de sus cejas se arquea mientras rebusca en uno de los casilleros.

— ¿Por qué dices eso?— pregunta, me encogí de hombros cruzando mis brazos sobre mi pecho.

— Es que... Solo mírate, es como si te hubiesen creado en Photoshop— lo señalo porque ¡Vamos! Este chico parece irreal.

— ¿Estás tratando de decirme que soy sexy?— me mira con un gesto de picardía y muerde su labio inferior. Oh no, Nickolas, no hagas eso.

— Puede— me levanto y camino hacia él bajo su atenta y firme mirada.

Parpadeé varias veces y me acerqué a él hasta que solo hubo un metro distancia entre nosotros— distancia que quería reducir—, mi mano se levantó y se apoyó sobre su pecho. Mis ojos subieron a los suyos y pude ver cómo sus pupilas se dilataban a medida que mis dedos se paseaban por su abdomen— el cual estaba muy, muy marcado— y se deslizaban de un extremo al otro. Por otra parte, una de sus manos fue al cuello de mi camisa y acarició mi piel por sobre la tela, enviando corrientes eléctricas por todo mi cuerpo.

Eres demasiado deseable para tu propio bien— cerré los ojos al sentir su respiración mezclarse con la mía— Pero, debo admitir que eres mi fantasía hecha realidad.

— Creí que solo te gustaban mis rizos— murmuré, por el filo de mis pestañas visualicé como una sonrisa se abrió paso en sus labios. Su nariz rozó la mía y su otra mano se perdió entre mi cabello para tirar de mi cabeza hacia atrás.

— Creí que habías leído la nota que te dejé sobre tu escritorio— murmuró, ladeé la cabeza porque su aliento mentolado me estaba volviendo idiota— Me encantan tus rizos, así como toda tú.

Luego de decir aquello, sus labios se cerraron sobre los míos y el gemido que se me escapó fue anormal. Mis brazos se apresuraron a rodearle el cuello y su mano libre fue a parar a mi espalda baja hasta descender y llegar a mi trasero— cosa que me sorprendió, pero no dije nada. Porque en el fondo me gustó— y apretó el mismo para pegarme a su cuerpo. Abrí la boca para devolverle el beso y suspiré cuando su lengua entró en guerra con la mía, sostuve su rostro entre mis manos en un intento de profundizar el beso— si es que aún se podía— y me puse de puntillas cuando sus manos llegaron a mi trasero.

De un solo movimiento me obligó a rodearle la cintura con las piernas y se giró para pegar— estrellar— mi espalda sobre los casilleros. Gemí en sus labios y su boca descendió por mi mandíbula hacia mi cuello, en dónde succionó y mordió mi piel robándome jadeos que intentaba callar mordiéndome los labios— lo que no servía de mucho, pero bueno—, lo sentí aspirar mi aroma y llevarse el lóbulo de mi oreja entre sus dientes.

Aquello provocó que una extraña satisfacción— que no había sentido antes— cruzara mi ingle. Me retorcí contra él y sus labios volvieron a los míos, mis dedos se perdieron en su corto cabello rubio y mordí su labio inferior robándole un gruñido que me excitó muchísimo. Si, acaban de leer bien ¡Estaba excitada! Y de pronto un raro frenesí se hizo presente, pues sus manos se perdieron bajo mi camisa y apretó la piel de mi cintura.

Nickolas— consigo decir cuando su boca deja la mía para volver a mi cuello, entierro mis uñas en su hombro cuando lo siento morder mi clavícula con fuerza obligándome a echar la cabeza hacia los casilleros detrás de mi— Nick...

Vas a volverme loco— murmura sobre mi piel y con demasiada lentitud, me desliza por su cuerpo hasta que estoy de nuevo sobre mis pies. Su rostro aún sigue en mi cuello y yo cierro mis ojos para tratar de normalizar mi respiración. Sigo pasando mis dedos por su abdomen, pero esta vez en una lenta caricia que parece relajarlo, sus manos siguen ancladas a mi espalda baja y su respiración se vuelve más pausada en mi cuello— Si, definitivamente, hueles demasiado bien.

¡Estás loco!— reí sin abrir los ojos y sentí la presión de sus labios sobre los míos.

¿Me acompañarás a McDonald's?— cuestiona en un susurro persuasivo y sonrío al ver su cara de niño bueno.

Sería un placer.

¡Voten y comenten mucho!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro