Capítulo 8: Alianza
El día del trabajo había comenzado, Vladimir dejó a los muchachos con Ibis y Louis, ambos se encargaron de explicarle el funcionamiento del departamento y las actividades que realizan. A pesar de la mala cara que Gerald mantenía sobre Ibis, ella seguía manteniendo su calma y especificando el trabajo de cada uno.
–¿Alguna duda?
–Sí. –dice el mayor con risa burlona y alzando la mano imitando a un estudiante de instituto. –¿Cuánto te paga mi padre por divertirte con él?
–¡Ge-Gerald! –el mediano sabía que su hermano trataría de molestar a Ibis de alguna forma, pero un comentario como ese le pareció no sólo inapropiado, sino que fue lejos al hacerla frente todos los presentes.
–¡No importa que seas el hijo del presidente, esto es ir muy lejos! –expresa molesto Louis. –¡Discúlpate con ella!
–... –Ibis se mantenía serena, ella también se esperaba algo como eso. Sin embargo, hizo caso omiso y continuó. –Bueno, veo que no hay ninguna duda. Empecemos con la práctica.
–¡Espera Ibis! No podemos dejar que él te hable de esta manera. –Louis estaba muy molesto, algo que no era fácil que él expresara de manera seria.
–He escuchado cosas mejores. –añade mostrando una sonrisa. –Así que vamos a trabajar.
Louis no iba a dejar las cosas allí, él iba a hablar con Vladimir sobre este asunto, pero fue frenado por Ibis. Ella comprendía en cierto grado el desagrado del mayor, le costó mucho convencer a Louis de que no fuera a reportarlo con su padre por esta vez, y Louis le dejó muy claro que no dejaría pasar otro comentario como ese de nuevo, algo que Ibis aceptó.
Mientras tanto los hermanos se encontraban organizando archivos.
–Fuiste muy lejos con eso, hermano. –le reclamó Andrey con el ceño fruncido. –Tendrás suerte si Ibis convence a Louis de que no te reporte.
–Tienes razón.
–Lo entendiste, es bueno que... –fue interrumpido por un comentario que mostró que Gerald no se arrepentía.
–Fui descuidado, la próxima vez no debe haber nadie más cerca. Y menos Louis.
–¡Gerald!
–Te lo advertí antes, Andrey, si no vas a apoyarme, entonces no me estorbes.
Gerald, recogió los archivos que tenía para llevarlo a una bodega donde estos iban a ser archivados. Cuando llegó ahí, encontró a una joven mujer rubia dentro sentada en una silla como si esperada a alguien.
–¿Tienes autorización para estar aquí? –pregunta Gerald con serenidad.
–Jeje, vamos a ahorrarnos palabras ¿quieres? –dice la mujer levantándose del asiento y dirigiéndose hacia el ruso. –Dime, ¿qué tanto desprecias a Ibis? ¿Y qué estás dispuesto a hacer con ella?
–¿Qué? –esas preguntas extrañaron a Gerald, ¿quién es esta mujer? ¿Qué interés tiene en la pequeña? Era lo que se preguntaba. –¿Quién eres?
–Sólo soy alguien que tampoco soporta la presencia de esa horrible enana.
–Eh... –mostrando una sonrisa. –Tienes mi atención, señorita.
–Es un gusto conocerte. Mi nombre es Ana.
Gerald y Ana se han conocido finalmente, ambos comenzaron a hablar sobre lo que les molestaba de Ibis y poco a poco entrelazaban ideas sobre cómo eliminarla de sus caminos. A pesar de que Gerald no tenía total confianza sobre esta mujer, simplemente pensó que sería un excelente peón que podría aprovechar para lograr sacar a Ibis de la vida de su padre.
Ya había pasado un buen rato desde que Gerald se encontraba ausente de la vista de los demás, así que decidió regresar, no sin antes cerrar una especie de alianza con Ana.
–Bueno, nos mantendremos en contacto. –dice el mayor.
–Por su puesto, cariño. –Ana se acerca y le da un beso muy cerca de la boca. –Te veo luego~ –con esto, ambos se retiran cada uno por diferentes direcciones.
En la oficina, Andrey se encontraba solo ordenando papeles.
–¿Dónde se metió Gerald? Se va y me deja todo esto a mí.
–¿Y Gerald? –Ibis aparece dándole un pequeño susto a Andrey.
–Ah... él... él fue a llevar archivos a la bodega. –trata de cubrir lo mejor que puede a su hermano, no quería que su padre se enfadara más con él.
–Uhm... –Ibis se acerca a Andrey con la mirada entrecerrada, aunque no podía tanto a la cara por la diferencia de estatura y poniendo un poco nervioso al ruso. –Bueno, supongo que después le contaré a él en cuanto lo vea.
–¿Contarme qué? –Gerald finalmente llega y eso tranquiliza al mediano.
–Oh, genial, ya están los dos. El próximo mes habrá una fiesta para celebrar el aniversario de la empresa e incluso asistirá gente importante. Cada año la organización está a cargo de dos departamentos. Y el de este año corre a cargo de nuestro departamento y el de Imagen.
–¿Imagen? Ese es el departamento de esa mujer –Gerald pensó que la fiesta sería una buena oportunidad para idear un plan con la ayuda de Ana contra Ibis.
–¿Entonces estaremos ocupados con la organización de la fiesta? –atina a preguntar Andrey.
–Así es, habrá un poco más de trabajo, pero podremos hacerlo si nos coordinamos bien.
_Cuenta conmigo. –dice Gerald haciendo que los dos se asombrasen ante tal comentario. –¿Qué? Me gustan las fiestas. –con eso dicho ya cobraba sentido.
–Bien, entonces terminemos esto y ya mañana tendremos junta con los que serán responsables de dirigir todo. ¿De acuerdo? –termina mostrando una sonrisa.
Ambos hermanos asintieron y regresaban a sus actividades, no sin antes Gerald informando a Ana sobre la oportunidad de conspirar contra la joven. Y por supuesto, Ana ya tenía un plan ya pensado y el cual le provocaba una sonrisa vil en su rostro.
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