El grupo había llegado a la empresa, desde que bajaron del auto, Makari no soltaba la mano de Ibis, mientras que a Andrey le dejó encargado de cuidar de Pushinka. Fueron directo al ascensor y se dirigieron hacia donde se encontraba el padre de los muchachos.

–Señora Lucrecia. –dice mostrando una sonrisa. –Mire quienes vienen conmigo.

–Los jóvenes Petrov, no puedo creerlo, han crecido mucho. –asiente doña Lucrecia como típica abuelita emocionada de volver a ver a los nietos.

–Señora Lucrecia que gusto verla de nuevo. –expresan los mayores con una ligera sonrisa.

–¡Hola! Soy Makari Petrov, un gusto. –menciona con mucha emoción conociendo a las personas y viendo curioso todo lo que le rodea, el infante aun no conocía el lugar de trabajo de su padre.

–¿Se encuentra el señor Vladimir?

–Sí, él se encuentra adentro. Pasen.

Los cuatro se dirigieron hacia el interior de la oficina, Ibis entró primero para anunciarle sobre la llegada de los jóvenes.

–Vladimir~ mira, ya llegaron por quienes llorabas. –menciona abriendo las puertas de par en par.

El pequeño sin más corrió directo hacia su padre y este se dirigió con los brazos extendidos listo para cargarlo.

–¡мой маленький мальчик! (¡Mi pequeño niño!)

–¡Папа! (¡Papá!)

Alzando a Makari se dirige hacia sus otros dos hijos y los abraza, acto que los mayores corresponden. Ibis se retira para dejar a la familia conversar a gusto.

–Es lindo el reencuentro con la familia ¿no cree, señorita Ibis? –menciona la señora Lucrecia con una sonrisa.

–Sí, es verdad.

Pasaron alrededor de unas 3 horas en las que la familia Petrov hablaba de todo, tratando de mantenerse al día. Ellos ya se mantenían en contacto por mensajes, cartas, llamadas telefónicas, videollamadas y de cualquier forma posible, pero estar frente a frente era sencillamente la mejor forma de hablar y que a Vladimir le hacía feliz.

Pasaron unos minutos cuando al más joven le comenzó a ganar el sueño, después de todo realizaron un vuelo de alrededor de 12 horas, ya era sorprendente de que llegara a la empresa aun despierto.

Vladimir recostó al pequeño en el sofá que había en la oficina y lo cubrió con su saco. Los hermanos mayores aprovecharon la siesta de Makari para hablar con su padre sobre un asunto importante.

–Padre. –empieza hablando Gerald. –¿Por qué sigue esa tipa aquí?

–Antes que nada, Gerald, cuida tu forma de referirte a Ibis.

–¿Tanto te interesa esa idiota?

–Hermano, cálmate, no alces la voz, Makari podría despertar. –atina a decir el mediano.

–Gerald, ella es una persona importante en mi vida. Así que no te atrevas a expresarte de esa manera. Mucho menos en mi presencia.

–Dinos padre. –Andrey baja la mirada para luego subirla hacia los ojos de su padre. –¿Cuál es la razón por la que la procuras tanto?

–... –Vladimir quedo unos segundos sin responder mirando a sus hijos, para luego poner una pequeña sonrisa acompañada de un suspiro. –Digamos que simplemente es un ángel guardián.

Vladimir terminó la conversación con eso y decidió que era hora de llevar a sus hijos a la casa para que descansaran. Los hermanos no estaban conformes con la respuesta, pero por el momento no iban a hacer más preguntas.

Una vez en la casa de los rusos, Andrey se encontraba en su habitación desempacando sus maletas cuando Gerald entra para tener una conversación.

–Es más que obvio que esa zorra sólo busca enredar a nuestro padre.

–Si papá te escucha estarás en problemas. –dice el mediano con mucha serenidad.

–Oh vamos, desde que ella apareció, él casi no se encontraba en casa.

–Tampoco lo estaba desde que mamá murió. –Andrey se detiene y voltea a ver a su hermano. –Además, papá se ve feliz, incluso, se acercó a Makari cuando ni siquiera quería verlo. Y te recuerdo que tú tampoco ayudabas. Sólo yo y las criadas nos hacíamos cargo de él.

–Eso fue diferente.

–Eso fue en los días en los que Ibis apareció.

–¿Desde cuándo la llamas por su nombre?

–Creo que... deberíamos darle una oportunidad y...

–¿Acaso te volviste loco? –Gerald enfureció y tomó a Andrey del cuello de su camisa. –Esa perra está separando a nuestra familia. ¿Acaso quieres que ocupe el lugar de nuestra madre?

–...

–Si no vas a estar de mi lado entonces no me estorbes. –suelta a Andrey dándole un pequeño empujón y sale de la habitación.

Andrey saca de la maleta una foto donde se encontraba una hermosa mujer de cabello lacio casi blanco, ojos violetas y piel blanca.

–Nos haces tanta falta aún... mamá...

Ya era de noche, los chicos bajaron las escaleras hasta la cocina para cenar. Un banquete digno de nobles para festejar la reunión de la familia.

Una vez terminada la cena, Vladimir le informó a Andrey y Gerald sobre cuales serían su desempeño en la empresa, lo cual para ambos no les causaba ningún problema, hasta el momento en el que mencionaron que la persona que estaría a cargo de ellos, y a la cual asistirían era Ibis. Para el mayor esto no le sentó bien. Pero Vladimir no toleraría más sandeces de Gerald.

–Ponme a cargo de cualquiera menos de esa idiota. –replicó el mayor

–¡Basta! Nadie en la empresa quiere estar a cargo de ustedes. Y ella es la única que los aceptó. –alcanzó a decir Vladimir con una obvia molesta por la actitud del mayor. –Te lo advierto Gerald, vuelve a faltar al respeto a Ibis y no solo no te permitiré estar en la empresa. Sino que ni siquiera pienso apoyarte en nada más hasta que aprendas a ser agradecido.

–Andrey... –dice el menor sosteniendo del brazo a su hermano, asustado y a punto de llorar.

–Tranquilo, –menciona el mediano calmando a su hermanito frotando su cabeza. –todos vamos a tranquilizarnos. Padre, aceptamos tus términos.

–¿Pero qué? No decidas por mí. –atina a decir Gerald.

–Gerald, decide que prefieres. –replica Vladimir ya molesto, cosa que a Gerald lo paraliza, sabe que cuando su padre pone esa mirada las cosas eran muy serias.

–Tsk. De acuerdo. Acepto las condiciones.

–¿Ves Makari? –dice Andrey con una sonrisa dirigida hacia su hermanito. –Todo está bien.

–¡SI! –reacciona de manera feliz y tranquila.

Gerald se va a su habitación, no podía seguir aguantando al tonto de su padre por caer en las garras de una piruja como así lo veía.

**Vladimir e Ibis en chat**

V: Ya he hablado con ellos, y están de acuerdo en todos los términos.

I: Aun creo que esto es mala idea. :"v

V: Tranquila, todo va a estar bien. Ellos empezarán mañana con sus deberes.

I: Ok, si le da un infarto a Louis eres responsable. >:"v

V: Jajaja. F por Louis.

I: Dorime~

I: Bueno, descansa. Mañana será un día ajetreado. :"v por tu culpa.

V: Buenas noches. Descansa.

**Fin de la conversación**

Mientras tanto, Gerald estaba en su habitación aun renegando de la situación. Aún no comprendía porque su padre había elegido a esa persona. No lo comprendía, y no quería. Y en su mente debía de hacer algo.

Te enseñare cuál es tu maldito lugar.