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Capítulo 50: No me agrada

Acostada en su cama, Ibis estaba abrazando a su peluche de gato negro a la vez que revisaba su teléfono, era de noche y hace poco había hablado con Andrey por mensaje. Le había dicho que estuvo algo ocupado porque se encontró con una amiga de la infancia y hablaron por mucho tiempo.

«No me molesta que Andrey tenga amigas, no soy el tipo de chica que quiere manejar su vida, pero en cierta forma… creo que me he acostumbrado mucho a recibir sus mimos…» Soltó un largo suspiro y se colocó bocarriba, pensaba un poco sobre las palabras de Viktor, ella sacudía su cabeza para deshacerse de eso.

–Ibis, ¿puedo pasar? –mencionó Brandon tocando la puerta.

–Adelante. ¿Qué sucede?

–Papá me contó que quieres mudarte con Erika.

–Ah, sí.

–No quiero~ Si te vas no tendré con quién pelear a muerte por la última rebanada de pizza.

–Siempre puedes llamarme y vendré corriendo a partirte la cara. –dice con ambos carcajeando. –Aun no decido nada, pero creo que sería una buena oportunidad.

–Realmente no me gustaría que te fueras, pero si quieres hacerlo, pues no hay nada que discutir. Pero no te olvides de tu familia.

–¡Claro que no! Los vendré a visitar.

–¿Y cómo van las cosas con el mocoso?

–No vas a llamarlo por su nombre ¿verdad? Jajaja.

–Uhm, no lo creo.

–Hoy fue a la universidad para sacar su ficha y entrar. No tuve oportunidad de hablar con él en todo el día, pero lo hice hace poco. Dijo que se encontró a una antigua amiga y que quiere que la conozca, que la llevará mañana a la empresa durante la hora del almuerzo.

–Oh, quiere presentarte con sus amistades, bien, me está agradando ese chico. –dijo haciendo reír a la menor. –Me gustaría que lo trajeras a casa a cenar un día.

–No tengo objeción con eso. Sólo espero que no vayan a intimidarlo.

–¡¿Qué?! ¡¿Nos crees capaz de hacer eso?! –el mayor se hizo el ofendido.

–Jajaja, recuerdo cuando traje a Jorge aquí para hacer un trabajo de investigación que nos tocó hacer juntos. Papá no dejaba de verlo fijamente con una cara sería, y él es sutil, pero tú eres directo.

–Que mala~ pero es verdad. Bueno, entonces, duerme bien. –dice frotando la cabeza de sus hermana despeinándola.

En la habitación de un hotel, Julia Branw estaba sentada en la cama haciendo una llamada por el teléfono del dormitorio.

–Buenas noches, señora Ivanna. Le informo que hoy llegué a la ciudad y que pude ver a Andrey y pasar todo el día con él.

Perfecto, me alegra saberlo, por lo demás no te preocupes. Ocúpate de hacer lo que te dije.

–Por supuesto. Sabe bien que su nieto siempre me ha gustado.

Tanto tú cómo Ekaterina son las mejores opciones que hay para que Andrey se case. Ekaterina se dio por vencida, así que sólo quedas tú. Jamás aceptaré a esa chica que se dice ser novia de él.

–Es más que obvio que ella no es suficiente para Andrey, yo me encargaré de que ambos se den cuenta.

Bien, entonces preparé lo demás, adiós.

–Hasta pronto… Colgó. Bien, todo es genial, la señora no tiene de qué preocuparse porque me aseguraré de que Andrey sea sólo para mí. Sólo yo puedo darle lo que necesita. –sonríe de forma maliciosa.

Al día siguiente, Ibis estaba terminando de atender algunas llamadas por el manos libres mientras revisaba las actividades pendientes para Daniel, cuando notó de reojo que Andrey se acercaba, al alzar la vista para saludarle, vio que estaba vistiendo de traje negro.

Es la primera vez que lo veo vistiendo así, se ve guapo.

–¿Y bien? ¿Cómo me veo?

–Te ves bien, te queda.

–Gracias, oye, perdón por no mandar un mensaje ayer, realmente no medí el tiempo cuando hablé con July.

–¿July?

–Ella es la amiga que quiero que conozcas. Lo hemos sido desde que iniciamos la primaria. Se mudó a Rusia cuando tenía 15 por trabajo de su padre, nos mantenemos comunicados por mensaje y llamadas de vez en cuando, y cuando iba de vacaciones a Rusia siempre aprovechamos para salir. –menciona de forma muy alegre.

–Es muy cercana por lo que veo. –dice con una sonrisa.

–Sí, somos muy unidos, ustedes se llevarán bien, ella es alguien en quien confío mucho.

¿Muy unidos? Oh, espero poder conocerla pronto.

–Por supuesto. Hoy almorzaremos los tres.

Ambos se pusieron a trabajar, no sin antes con Andrey despidiéndose de su novia siendo muy cariñoso, así la hora del almuerzo llegó y la pareja se acercó a una mesa donde estaba la joven pelirroja y sentándose.

–¡wow! ¿Tú eres esa Ibis que logró domar a este salvaje Andrey? –menciona divertida tomándola de las manos.

–¿Salvaje? –Andrey e Ibis alzaron una ceja.

–Eras muy travieso, Andrey, en muchos sentidos, y ahora estás aquí, con esta linda chica. –se acercó a Ibis y se recostó en ella. –¿Sabías que una vez él y Gerald tomaron una foto a Louis con su pretendiente y empezaron a correr por toda la empresa gritando “Louis tiene novio”?

–¡Ju-July! Por favor, evita recordar eso, si Louis te escucha tratará de hacer el castigo de nuevo…

–¿Castigo? –preguntó Ibis curiosa.

–Louis convenció a su padre de que les raparan la cabeza como reprimenda. –responde Julia.

–No me lo recuerdes por favor… –Andrey bajó la cabeza apenado. –¿Uhm? Ahora vuelvo. –el joven se levantó cuando uno de los empleados le llamó.

–Conoces muchas cosas sobre él. –dice Ibis sonriendo.

–Claro, somos amigos muy íntimos. –dijo haciendo énfasis en esa palabra, algo que confundió a la contraria.

–¿Muy… íntimos?

–Sí, Andrey y yo somos demasiado unidos. Sinceramente me sorprende que él esté contigo cuando no eres de su tipo.

–¿Disculpa?

–Bueno, él y yo tuvimos algo de diversión cuando vivía en Rusia. Si es que sabes a lo que me refiero.

–... Ah… ¿Tuvieron una relación?

–Tuvimos muchas relaciones~

No me refería a eso… ¿Y qué quieres probar con eso?

–Apuesto a que no le satisfaces como se merece.

–¿Q-Qué? –el comentario de la menor le puso roja.

–Te lo voy a dejar en claro, no eres suficiente para él, a Ekaterina la aceptaba porque era de nuestro mismo nivel y era la preferida, por así decirlo, de la familia. Pero debo agradecerte, la quitaste de mi camino, pero ya no presido de tus servicios, así que, –la joven se recostó sobre sus brazos y vio con superioridad a Ibis. –deja de creer que esto es un cuento de hadas y que vas a terminar casada con el príncipe azul.

Esta chica… Actuaba amable sólo porque Andrey estaba presente… Ekaterina al menos era directa, pero está… es una sínica.

La chica volvió a fingir en cuanto regresó el euroasiático, Ibis se mantenía al margen observando a la joven mentirosa, notaba fácilmente que Andrey tenía una muy estrecha relación con ella, lo que le irritaba debido a lo ocurrido antes.

–Ibis… ¿pasa algo? Has estado muy seria desde que volví a acercarme a la mesa. –dice caminando junto a ella, el almuerzo había acabado.

–Esa chica no me cae bien.

–¿Qué? –Andrey estaba muy sorprendido. –¿Por qué?

–Me dejó bien plantado que tuviste una relación con ella. La muy descarada hizo hincapié en SUS relaciones.

–Ahh… Te dijo…

¿"Ahh, te dijo”?

–En realidad no tuvimos ninguna relación, jamás fuimos novios, de hecho nunca tuve novia, tú eres la primera.

–¿Qué dices?

–Soy muy directo con lo que quiero. Siempre he aclarado que no hay relación amorosa, sólo diversión. Si no te lo dije es porque sentía no tenía importancia, ya que eres la persona de la que estoy enamorado. Ven. –dijo jalando a la joven de la mano y entrando a una bodega.

–… ¿Qué hacemos aquí?

–No quiero que nos interrumpan. Escucha, he tenido suerte, si quieres decirlo así, con las chicas, algunas veces las besaba, pero hasta ahí, y siempre siendo sincero de que no quería relación romántica alguna. Cuando estuve en Rusia, empecé a experimentar un poco más, siendo siempre sincero.

–¿Y me lo dices por?

–Y te lo digo porque fuiste la razón de ello.

–¿Qué? ¿De qué me estás hablando?

–Me molestaba pensar que tenías una relación con mi padre, constantemente te tenía en mi mente, y sé que suena mal, pero, intenté olvidarte estando con otras chicas.

–… –Ibis estaba muy sorprendida ante la confesión del ruso, no sabía que decir.

–Con Ekaterina nunca tuve nada porque yo la veo casi como si fuera mi hermana, además de que ella tampoco quería tener algo así aún.

–¿Qué pasó con Julia?

–Bueno, ella dio el primer paso, nuestra “relación" –dijo levantando los puños con los dedos índice y medio simulando las comillas. –comenzó casi un año después de estar en Rusia. Unos meses antes de volver aquí, yo ya había aceptado mis sentimientos hacia ti y terminé, por así decirlo, con ella.

–Ya veo… –dijo cabizbaja.

–Ibis… no quiero que tengamos problemas por esto.

–Es que me hubiera gustado saberlo por ti en vez de que ella me lo dijera.

–Lo siento, en verdad, no volverá a pasar. –dice besándola en los labios. –¿Me perdonas?

–Sí…

–Te quiero mucho~ –dice abrazándola y comenzando a besar su cuello y dando mordiscos suaves.

–Ah~ –Ibis gimió bajo y tapó su boca estando sonrojada.

–Ibis… –dijo mirándola a la cara. –Oh, ¿te gustó eso?

–¡N-No! –respondió volteando su cabeza y su mirar. –Ya debemos irnos, vamos. –añade tratando de soltarse, pero el joven no la deja.

–Nop, aún no. –dice riendo un poco y mirándola fijamente para luego volver a besarla en el cuello. –¿Sabes lo que le gusta de tu traje? –menciona con voz suave en su oído. –Que traes falda~

Andrey comenzó a acariciar su pierna con lentitud subiendo cada vez más a la vez que vuelve a besarla en el cuello. La respiración de Ibis se volvió acelerada junto con su corazón. ¿Qué estoy haciendo? Alguien podría entrar y vernos así… Ibis pensaba mientras su rubor subía de tono conforme más tiempo Andrey hacia eso.

–Nadie está aquí, déjame escuchar tu voz.

–¡Ya! ¡Estate quieto! –dice dándole un golpe con el royo de un plano que había tomado de un bote que estaba al lado.

–Jajaja, estás muy roja, mi amor~

–A-Alguien podría entrar y vernos.

–¿Y? –dice con una sonrisa de oreja a oreja. –Sólo somos una feliz pareja.

–Andrey… –la joven tapó su rostro. –Vamos a trabajar, por favor…

–Sí. –responde viendo como la joven se va. –Mañana tendrá una marca~ –piensa divertido mientras la sigue para salir.

Ibis estaba muy distraída por lo que había sucedido en aquella bodega, después de todo un noviazgo era algo nuevo para ella. Aunque trataba de no pensar en la conversación que tuvo con Julia, algo en eso le molestaba, le era claro que esa chica gustaba de Andrey. Ella suspiró y tomó unos reportes que llevó con Vladimir.

–Aquí tienes. –dice entregando un carpeta.

–Gracias. –menciona levantando la mirada rápido, pero lo suficiente para notar algo. –¿Ibis? ¿qué te pasó? ¿Te picó una araña?

–¿Qué? –dijo confundida, a lo que el mayor señaló en su cuello y ella sacó su teléfono poniéndolo en cámara frontal para dilucidar la marca del beso de Andrey. –¡Idiota! Jajaja… sí, un insecto me picó, i-iré a ponerme una crema… –dijo nerviosa.

–¿Andrey? –mencionó burlón haciendo a la chica dar un leve salto para luego salir deprisa y dejarlo reír.

¡Idiota! Ibis decía una y otra vez en su mente mientras se tapaba el chupetón que su novio le dejó. Una vez lo vio cerca de su piso, lo tomó de la mano y entró a la oficina de Daniel, quien estaba dentro.

–Sal. –demandó Ibis al mayor.

–¿Qué?

–Sal, ahora. –replicó extrañando al contrario, pero acató. Luego volteó a ver a la cara de Andrey. –… Idiota, idiota, idiota. –dijo sonrojada mientras le daba pequeños golpes a su pecho. –¿Cómo se te ocurre hacerme está marca?

–Oh, creí que no se notaría hasta mañana. –mencionó riendo.

–No te rías, Vladimir lo vio. Que vergüenza…

–Jajaja, lo siento, pero no lo siento.

–¿Ah sí? –cruza lo brazos y alza la cabeza. –¿Cómo crees que reaccionen mi padre y mi hermano? –la risa divertida del chico se tornó nerviosa. –Eso creí.

–Bueno… al menos puedo decir que tuve una buena vida.

–Sólo, no vuelvas a hacer eso…

–Perdón. –dice divertido tomando su rostro y besándola. –Aunque no prometo nada~

–Andrey… –el joven la abrazó haciéndole cosquillas y disipando el “mal humor” de la chica. –¿Damos un paseo después?

–¡Sí!

Cuando salieron del trabajo, ambos fueron a un parque a sentarse en una banca, Ibis estaba recostada de espaldas sobre él mientras estaba acomodada como si esa banca fuera un sofá.

–Entonces, ¿en dos semanas es el examen?

–Sí, y es un poco triste ¿sabes? Te veré menos horas. –dice haciendo un puchero.

Es lindo cuando hace esos gestos. Pero al final valdrá la pena.

–Por cierto, Vicky me contó sobre la propuesta de que te vayas a vivir con ella y Erika.

–… Vicky… Vas a usar todas las cartas a tu favor ¿eh? S-Sí, aún no sé si aceptar. Es verdad que facilitaría muchas cosas, pero aún así…

–A mí me gusta la idea.

–Jajaja, ¿por qué será? –por unos minutos hubo silencio. –Oye, Andrey. ¿Confías mucho en esa amiga tuya?

–¿July? Sí ¿por qué la pregunta?

–Bueno, en verdad no me agrada, el tono que uso conmigo fue grosero.

–¿Por qué lo dices? Bueno, es verdad que es muy directa con las cosas que piensa, pero es una buena persona.

–Quizás contigo. –musitó.

–¿Celosa? –mencionó divertido.

–Molesta diría yo. En verdad no me agrada.

–Ibis… date el tiempo de conocerla, si es por la relación que tuve con ella, no te debes preocupar, quedó en el pasado y ella lo sabe.

Es obvio que no lo olvidó. No me importa tus cosas del pasado, es sólo que ella no me agrada.

¿Qué no te importan las cosas de mi pasado? ¿Quieres que deje de hablarle?

–¿Qué? No, yo no soy el tipo de persona que te va a imponer lo que quiere y que va a manejar tus amistades. Pero ella simplemente no me agrada y para mí es obvio que te quiere.

–Hablaré con ella, pero no te enojes. Para mí parece que no quiere admitir sus celos. –dice soltando un bufido burlón.

–¿Qué es lo divertido? –preguntó alzando una ceja.

–Lo linda que eres. –el joven besó su frente a la vez que la chica hizo una mueca y cruzaba los brazos, pero inmediatamente sonrió por ello.

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