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Capítulo 46: Visita

Otro día más de trabajo para Ibis, ella iba caminando felizmente rumbo al edificio siendo acompañada por su hermano, quien desde que regresó del servicio, comenzó a pasar tiempo con toda la familia, especialmente con la menor de sus hermanas.

-No es necesario que me acompañes todos los días. -dice soltando una pequeña risa.

-Así hablamos más. -menciona observando cada lugar. -Lo que dijiste ese día es verdad. Siempre he tratado de saber sobre ti, pero apenas y se algo. Así que aprovecho todo lo que pueda. Y además, así te cuido.

-Jajaja, gracias. -en poco tiempo llegaron a la entrada del edificio.

-¿Quieres que te recoja hoy?

-No lo sé. Te mandaré un mensaje en caso de que Vladimir no pueda llevarme a casa. O mejor dicho, en caso de que vaya de paseo con Andrey.

-De acuerdo. Hasta luego.

Prontamente dobló en una esquina, Ibis se dispuso a entrar a la empresa, pero escuchó unas voces cerca de ahí, tres sujetos estaban hablando en ruso, dos hombres discutían con una señora mayor porque ella no quería pedir indicaciones para llegar a un lugar y al parecer se habían perdido. Ibis se acercó para ayudarlos hablándoles en su idioma, algo que sorprendió al trío y agradecieron su amabilidad, aunque le especificaron que no hacía falta el idioma, pues también hablaban español.

-Entonces ¿a dónde se dirigen? -uno de los hombres le mostró un papel con una dirección, algo que sorprendió a la joven y le hizo soltar una pequeña risa.

-¿Qué ocurre? -preguntó un joven de la misma edad que ella.

-Nada, es sólo que está dirección es de este edificio. Así que no tienen que preocuparse. -responde sonriendo. -¿A quién desean ver?

-Al señor Vladimir Petrov. -responde el otro hombre, hermano mayor del joven.

-Supongo que vienen para hablar de negocios, aunque nunca los había visto... -menciona viendo a la señora, quien parecía ser del tipo estricta. -Bien, síganme.

Ibis entró al edificio con el trío siguiéndola y los guió al ascensor, pero antes que pudieran entrar, una compañera del trabajo llama a la joven.

-Ah... Lo siento, debo atender esto, pero no se preocupen, sólo tienen que ir al último piso y luego ir hasta la puerta del fondo, ahí los atenderá la secretaria Lucrecia. -menciona dejándolos cerca del ascensor y yendo con su compañera.

-Señora Ivanna, me gustaría quedarme a esperar a la señorita, si me lo permite. -dice el joven.

-Viktor, ¿por qué razón? -pregunta su hermano.

-¿Acaso te interesa esa joven? -preguntó la señora.

-Bueno, digamos que sería una buena idea tener compañía en el tiempo que estemos aquí.

-Bien, pero no te involucres tanto. Conozco a las de su clase. -responde la señora.

-Gracias. -responde haciendo una pequeña reverencia mientras su hermano y la mayor se van.

El joven se giró observando a la chica quien hablaba con su compañera mientras revisaba unos documentos a la vez que tenía una sonrisa. Luego que Ibis terminó, se dio la vuelta para dirigirse al ascensor, encontrándose con el chico que la estaba mirando con una sonrisa y cruzaba los brazos.

-¿Terminaste? -preguntó con amabilidad.

-¿No ibas a subir con ellos?

-Quise esperarte. Soy Viktor Záitsev, ¿cuál dijiste que era tu nombre?

-Nunca lo dije. Soy Ibis Bravo. -menciona llamando al ascensor para ir al último piso. -¿Vas a subir?

-Sí, Ibis no es un nombre usual. -dice una vez están dentro.

-Jajaja, no. Mi hermano fue el responsable de que tuviera ese nombre. Simplemente le gusta ese nombre.

-Oh ¿Puedo llamarte por tu nombre?

-Claro. ¿Y puedo decirte Viktor?

-Por supuesto, Ibis.

-¿Y por qué han venido a la empresa? Si es que puedo preguntar.

-Sí, puedes, de hecho la señora Ivanna vino para ver a su hijo y sus nietos.

-¿Su hijo y nietos?

-Sí, el señor Vladimir es su hijo.

-¡¿Vladimir es su hijo?! -menciona sorprendida.

Ibis sólo pudo hablar con la señora una vez, y fue cuando en una ocasión fue al hogar de Vladimir cuando empezó a acompañarlo a casa, Andrey había llamado a su abuela para contarle sobre la relación amorosa que creía que ella tenía con su padre, y fue que la señora le dijo que le diera el teléfono. «Aléjate de mi familia, oportunista» era una de las pocas cosas que esa mujer le dijo, la mayoría fueron insultos despectivos.

-Esa señora... Se puso muy intensa cuando creyó que tenía algo con Vladimir, no quiero ni imaginarme como se pondrá cuando se entere que en realidad terminé teniendo una relación con su nieto... -dice en sus adentros con una sonrisa nerviosa.

-¿Sucede algo?

-No, no, no pasa nada. Jajaja.

-Me gustaría invitarte a una cita. -dice acercándose mucho a ella.

-¿Qué? ¿Cómo que una...? -Ibis se quedó sin palabras cuando el chico la tomó del rostro y la besó. -¡¿Pero que rayos?!

En ese momento las puertas del ascensor se abrieron y para mala suerte de Ibis, fuera de él se encontraban la señora Ivanna y el hermano de Viktor junto a Vladimir y Gerald, pero no sólo estaban ellos, también Andrey, todos voltearon a verlos y el rostro de la joven se encendió alejándose del chico.

-Ah, es-esto, yo... n-no es lo que parece... -dice moviendo las manos negando y saliendo del ascensor junto con Viktor. -Demonios...

Para sorpresa de Ibis, Andrey se encontraba muy tranquilo, de hecho sonreía, algo que a ella le confundió mucho.

-Hola Viktor, veo que no pierdes el tiempo. -dijo el menor de los euroasiáticos.

-Joven Andrey, que gusto volver a verlo. -menciona burlón.

-Muy linda chica ¿no?

-Sí.

-¿Y qué tal besa?

-¿Eh? ¿Qué le ocurre? Bi-Bien...

-Lo sé, aprendió conmigo.

Todos se quedaron en silencio ante el comentario de Andrey, Ibis estaba especialmente sonrojada. Vladimir reía bajo mientras que a Viktor se le borró la sonrisa. Andrey se acercó y cruzó en medio del joven y de Ibis tomándola de los hombros mientras se paraba atrás de ella.

-Andrey ¿qué significa esto? -pregunta con enojo la anciana.

-Ella es mi prometida, abuela.

-¿Prometida? ¿Esta niña?

-Te-Tengo 22 años, señora... -menciona Ibis con nerviosismo.

-Se supone que tienes que casarte con Ekaterina, ¿quién es esta muchacha? -la señora simplemente ignoraba a la joven.

-Madre, -habla Vladimir sonriendo. -ella es Ibis. Y cómo has escuchado, es la novia de Andrey. Y su futura esposa.

-¡¿Esposa?! -el rubor de la chica subía a cada momento.

-¿Ibis? ¿Aquella mujerzuela con la que te revuelcas? ¿Cómo es que permites que tu hijo se involucre con esta tipa? -Ibis se encogió de hombros y con la mirada al suelo al escuchar el desprecio que la mujer dirigía a ella.

-¡Abuela! -dijeron los hermanos indignados.

-Cálmense, Andrey, Gerald. Ahora, madre. -menciona el mayor con enojo. -Más vale que no vuelvas a hablar de ella de esa forma, especialmente en mi presencia y en la de mis hijos. Ibis no es ninguna mujerzuela, jamás tuve nada que ver con ella, es mi empleada, mi amiga, y una excelente persona y como tal, merece respeto.

-¿Cómo te atreves a hablarme así?

-Bien, entonces hablaremos en la oficina. Vamos. -dice llevándosela y entrando a la habitación.

Los demás se quedaron ahí, en un ambiente incómodo y tenso que se podía percibir fácilmente. Andrey veía con intensidad a Viktor mientras él le sonreía de vuelta, en una esquina, Louis estaba escondido viendo toda la escena mientras grababa con su teléfono para molestar a Ibis después.

-Disculpe a mi hermano menor, joven Andrey.

-No te preocupes, Sergei. Ahora si me disculpas, tengo que llevarme a mi no-vi-a. -atinó a decir llevándosela hasta la oficina de Louis, quien se había ido a la puerta y miraba burlón a su amiga mientras les abría para que pasaran. -Gracias Louis.

-De nada, joven~ -cierra la puerta.

-Louis... Estas disfrutando esto ¿no? -piensa Ibis con una sonrisa forzada. -A-Andrey... sobre el beso...

-Sí, estoy celoso, pero no desconfío de ti.

-Que directo... -dice soltando una pequeña risa.

-Perdóname por lo de mi abuela... Por mi culpa ella te trata así, todo por mi rabieta de niño... Nunca debí de haberle llamado.

-Está bien, comprendo. Además ya estoy acostumbrada a ese tipo de comentarios.

-No deberías... ¿Damos un paseo después del trabajo?

-Claro. -responde sonriente.

Ambos se despidieron para continuar sus labores, Ibis fue a su escritorio y comenzó con lo suyo mientras atendía las llamadas, Andrey ayudaba entregando documentos en las diferentes áreas de la empresa, aunque suele pasar más tiempo en el área de diseño, algo que Ibis notaba ya que varias veces lo había encontrado ahí dando opiniones sobre algunos trabajos que luego fueron tomados en cuenta para algunos proyectos.

-Hola. -decía Viktor habiéndose acercado.

-Hola... -responde con una sonrisa forzada.

-Lamento lo que pasó antes, no sabía que usted es la acompañante del joven Andrey.

-¿Acompañante? Eso fue muy grosero, incluso si no fuera su novia no es motivo para besar a alguien que apenas conoce.

-Disculpe, es que me pareció que podríamos pasar el rato en el tiempo que estuviéramos la señora Ivanna, mi hermano y yo aquí, además, te veías linda e irresistible~

-¿Qué?

-No lo tomes a mal, es un cumplido, pero déjame darte un consejo. Será mejor que termines tu relación con él.

-... Y aquí van de nuevo, los mismos comentarios que recibía cuando creían que estaba con Vladimir, ahora me los dirán por estar con Andrey. No me interesa. -dice cortante.

-No estás comprendiendo, la señora no va a dejarte estar con él y además, Andrey no es el tipo que crees.

-¿De qué estás hablando?

-No eres su primera "novia", él es el tipo de persona que le gusta divertirse, aunque bueno, siempre había sido muy directo con sus acompañantes.

-Por acompañarte ¿a qué te refieres?

-Digamos que a sus juguetes. -dice siendo burlón, algo que a Ibis le molestó.

-Andrey no es así.

-Sí lo es. Después de todo no lo conociste cuando estaba en Rusia.

-... Tengo trabajo, por favor retirese.

-Oh, vamos, yo sólo quiero que te des cuenta de la realidad.

-Adiós.

-... Bien, me iré, pero recuerde lo que le dije. El joven Andrey sólo busca divertirse con usted, después de todo lo único que quería era separarla de su padre, que por lo visto consiguió.

-Váyase. -dice enojada levantándose de golpe con ambas manos apoyada en la mesa, lo que hizo al contrario irse con una sonrisa burlona. -No es así, Andrey no es así. -menciona en su interior a la vez que apretaba sus puños.

Ibis suspiró y continuó con su trabajo, su pensar era simple, ¿era posible que en cierto punto Andrey sólo estuviera encaprichado con ella? Trataba de no pensar en ello, pero ese pensamiento le carcomía.

-¿Ibis? ¿Estás bien? -preguntó Marcos al acercarse.

-Marcos... ¿qué hora son?

-Pues ya casi las 7. ¿Ocurre algo? Pareces un poco decaída.

-Ah... no, estoy bien. -responde con una sonrisa. -Sólo estoy algo cansada, es todo. Gracias por preocuparte. Louis está dentro, pasa.

-Gracias. Si necesitas algo, dímelo. Te ayudaré en lo que pueda.

-Sí, no te preocupes.

Ibis tomó su teléfono y marcó a su hermano, pidiéndole que le recogiera, después de eso habló con Andrey para pedir disculpas, pues no daría el paseo con él, algo que aceptó aunque trató de saber el porqué.

-¿Pasó algo? -preguntó Brandon al verla tan callada a pesar que su hermana tenía una sonrisa.

-... Nada... ¡ay! -Ibis se quejó cuando su hermano le jaló una mejilla.

-No me mientas, eres muy transparente.

Cuando el mayor soltó a su hermana, ella comenzó a contarle sobre lo ocurrido, él se mantenía atento, ambos estaban sentados en una banca en un parque, a Ibis le parecía extraño que su hermano no mostrara enojo.

-¿Hermano? ¿Qué opinas?

-¿Cuándo te casas con él?

-¡¿Qué?!

-¿No quieres casarte con él?

-Eh... No... No sé... Bueno sí... pero no por ahora. -responde jugando con sus dedos.

-Ibis. -dice con una sonrisa y voz suave. -Sabes bien que siempre he sido celoso y sobreprotector con ustedes, especialmente contigo. No quiero que sufras, por eso actuó de la forma en que lo hago. Sé que no nos veíamos mucho a pesar de comunicarnos por videollamadas, pero es la primera vez que te veo tan feliz. Si ese chico realmente es como dices que es, entonces no hagas caso de esa vieja bruja y sus esbirros.

-Brandon... -la joven se sorprendió mucho al escuchar a su hermano, así que lo abrazó con fuerza.

-Volvamos a casa, mamá ya ha de tener la cena lista.

-¡Sí! -responde con mucho entusiasmo.

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