Tres días, Gerald apenas llevaba tres días como el secretario de Daniel y ya comprendía porqué su padre lo puso con él. Tratarlo era difícil, era muy estricto con las cosas, Ibis estuvo a cargo del puesto de secretaria por 2 meses antes de que Ana comenzara a trabajar allí, y era la única de la que Daniel nunca tuvo una queja. Claro que él intentó que ella se quedara como su secretaria, pero no sucedió y fue puesta para Louis.

El mayor tenía el trabajo de contestar las llamadas, hacer una lista con especificaciones que el propio Daniel exigía tener en los recados para anotar las actividades que se hacían y los pendientes, y todo debía estar perfectamente ordenado, también era estricto con el horario, Gerald debía de estar presente al menos 10 minutos antes que él para que le hiciera saber a su superior cuales eran las actividades y pendientes que habían. Si bien podía entender como Ibis soportó todo, no comprendía como Ana lo lograba.

Durante el horario del almuerzo, Gerald se encontraba comiendo junto con Andrey e Ibis.

–¿Cómo lo aguantabas? –pregunta Gerald exhausto.

–No es difícil una vez que aprendes su rutina. –responde Ibis

–Sí, pero...

–Hermano... –dice Andrey –¿Por qué estas con nosotros? –Ibis tragó en seco.

–Porque estoy hablando con Ibis. Además ¿no puedo acompañar a mi hermanito y a mi amiga en el almuerzo? –respondió sonriendo mientras lo miraba burlón.

–Gerald... por favor... –la joven sólo podía poner una sonrisa nerviosa.

–Bueno, de cualquier forma, ya es hora de que me vaya. Buen provecho. –Gerald toma una manzana y se va.

–Jajaja... tu hermano sí que se esfuerza.

–Sí... Oye Ibis...

–¿Qué pasa?

–¿Pasó algo con mi hermano?

–¿Eh? ¿Cómo qué?

–Ahora parecen muy amigos.

–Ah sí... Arreglamos nuestras diferencias. Así que ahora somos amigos.

–Ya veo... Me alegra...

Ibis había puesto una gran sonrisa, no era extraño, ella siempre sonreía, pero para Andrey eso le puso un poco celoso.

Cuando terminaron de comer cada quien regresó a sus respectivas actividades. Ibis había ido con la señora Lucrecia para revisar unos documentos, por lo que Andrey aprovechó para hablar con Louis.

–¿Puedo pasar? –pregunta el joven después de tocar la puerta.

–Sí, claro. ¿En qué puedo ayudarte?

–Quiero un consejo.

–Oh que inusual, ¿sobre qué?

–Eres el mejor amigo de Ibis, ¿qué puedo hacer para conquistarla? ¿Qué le gusta?

–Uh~ vas en serio. Pero si quieres conocerla ¿por qué no le preguntas a ella? ¿O a tu padre? Puedo decir que Vladimir la conoce mejor que yo.

–No puedo preguntarle a ella, quiero sorprenderla, y a mi padre... no le voy a preguntar... Es un poco vergonzoso...

–... Buen punto... Pues no te preocupes, yo te ayudaré. Y en cuanto menos te lo esperes, tendrás a Ibis en tus euroasiáticos brazos.

–... ¿Era necesario recalcar que mis brazos son euroasiáticos?

–Calla tu euroasiática boca y escucha.

–...

–Se romántico, pero no empalagoso.

–¿Cómo una cena en un restaurante elegante después de ver una película romántica?

–¡NO! –dijo haciendo al menor dar un pequeño salto. –Escucha, Ibis no es de etiqueta, por lo tanto se sentirá un poco incomoda, aunque va a actuar con normalidad... Puedes llevarla por unos tacos o una hamburguesa, a ella no le importan los lugares lujosos, con lo sencillo es muy feliz.

–Ya veo... –Andrey sacó una libreta y empezó a hacer anotaciones. –¿Entonces qué película romántica me recomiendas?

–... Va demasiado en serio... Jajaja. Ninguna.

–¿Ninguna?

–Así es, ninguna. A ella le aburren las películas románticas, una vez la invité a ver Crazy Stupid Love y se quedó dormida apenas a 15 minutos de que empezara... Pasó lo mismo con Titanic, sólo se despertó para ver como todo el caos comenzaba, y odia especialmente las de Crepúsculo...

–¿Y qué deberíamos ver?

–Le encantan las películas de terror, las de acción, de superhéroes y las de animales.

–Ya veo... –el joven hizo una tabla de lo que a Ibis le gustaba y que no. –Espera... ¿de terror?

–Sí... Le encanta la sangre, terrorífico ¿no lo crees? Jajaja. Sus favoritas de ese género son las películas de Jeepers Creepers y Masacre en Texas...

–... ¿Y de los otros géneros?

–Ama John Wick y es fan de las películas de Marvel, como Deadpool.

–Bien... –Andrey no dejaba de anotar.

–Pero pase lo que pase... No la dejes ver Hachiko.

–¿Qué? –el joven dejó de escribir para mirar confuso a Louis. –¿Por qué? Me gusta esa película...

–A ella también, la ama. Pero no debes dejar que la vea.

–...

–Créeme, no querrás verla llorando, ella no hace ningún escándalo ni exagera, pero sí llora mucho.

–Bueno... es muy triste... yo creo que es normal...

–Lloró cuando mataron a Anthony...

–¿Quién era ese?

–La hormiga voladora que montaba Ant-man...

–... ¿Es una broma?

–Ojala...

Alguien tocó la puerta.

–Louis, traigo los documentos...

–Oh... ¿Ibis que tal? Pasa. –menciona Louis con un toque de burla

–Entonces debo retirarme. –Andrey se levanta y guarda su libreta con apuntes. –Gracias por la información.

–Cuando quieras~

–Hasta luego Ibis. –se despide con una sonrisa y besándola en la mejilla.

Louis sólo fangirleaba con la escena.

–¿De qué hablaban?

–Es un secreto~