Capítulo 2: Cambios
–Ay we ¿tan grave es? –dijo soltando de pronto preocupada por la seriedad del señor Vladimir.
–Pff... ¡jajajaja! –el mayor suelta de repente una carcajada como si el mejor chiste le hubiesen contado –Lo siento, pero ¿qué pasó con eso de "aquí mantendré las formalidades"?
–¿Qué? ¿De qué te ríes? De pronto pusiste una cara seria, es obvio que voy a actuar como soy.
–Tranquila –mueve la mano en el aire restando importancia al asunto –No es algo tan serio.
–Agh, ¿entonces de qué se trata?
–Recuerdas a mis hijos ¿verdad?
–Sus... hijos... pues sí, los recuerdo. Pues claro que los recuerdo, los mayores me comían viva con la mirada, era como si ya me hubieran matado de muchas formas ¿Tienen que ver algo por lo que me ha llamado?
–Así es, ellos van a regresar pronto de Rusia, y esos dos me pidieron trabajar en la empresa. Me gustaría que los apoyaras aquí.
Ibis
Vladimir y su familia son de nacionalidad rusa, hasta donde me contó, se mudaron a México porque su padre tenía esta empresa aquí y necesitaba de alguien que se hiciera cargo, lo preparó desde niño para que cumpliera con sus expectativas, aunque él debía tomar control de ella a los 21 tuvo que hacerlo a los 19 debido al fallecimiento de su padre.»
–¿Cómo dices que dijiste? ¿Qué los apoye? ¿Cómo se supone que haré eso? Estaré ocupada con Louis, además no creo que yo sea la adecuada para esto, después de todo sus hijos no tienen una buena impresión de mí.
–Tonterías, ellos serán tus subordinados y te ayudarán en lo que desees.
–Puta que oferton. Pero en serio Vladimir, no creo que sea lo mejor, yo... –antes de que tuviera oportunidad de seguir, Vladimir se había parado de su asiento, dirigido hacia mí y posó sus manos en mis hombros.
–Sólo tú puedes hacerte cargo de ellos. –dijo con mucha seguridad. – Por favor nadie más en la empresa va a querer estar con ellos. ¿Sabes lo desastrosos que eran? –mostró una postura de súplica, bueno que se le podía hacer, por las anécdotas que me han contado, sus hijos eran verdaderamente unos diablitos.
–Ah... ehm... Pues... Oh rayos, me voy a arrepentir de esto. De acuerdo. Cuenta conmigo.
–отлично спасибо (Perfecto muchas gracias), tendrás un bono extra por esto. Puedes regresar a tus actividades. –soltó un suspiro como si se hubiera salvado de algo.
–Sí, claro, pa' servirle patrón. –me levanto y salgo de la habitación, me despido de doña Lucrecia y regreso a mi escritorio a empezar con las actividades. –¿En qué carajos me has metido Vladimir?
Por fin llego a mi puesto y antes de que pudiera tomar asiento para comenzar mis actividades, escucho el sonido de la puerta de la oficina de Louis abrirse y a él asomado atrás de la puerta moviendo la mano en señal de que pase. Ah... este va a ser un día largo.
–¿Y bien? Dame el chisme. –dice él con los ojos bien abiertos y casi brillantes esperando respuestas.
–No hay nada que contar, sus hijos sólo van a regresar de Rusia y espera a que los apoye con trabajo aquí, así que nos ayudaran a nosotros.
–¡NO! –lanza un grito de desespero, pero cómico, es gracioso escucharlo gritar. – ¿Acaso quiere ponernos a prueba? ¿Qué clase de crimen he hecho para que quiera castigarme de esta manera?
–Oye, no creo que sea para tanto, cálmate. –asiento de manera que trato de calmarlo –Toma un dulcecito de leche.
–¿Sabes lo maldosos que eran esos bambini? –toma el dulce y se lo come para tranquilizarse. –Cuando los traía aquí corrían por todos lados y apenas se les podía controlar.
–Bueno, eso era cuando eran pequeños, ahora son grandes no van a ir por allí ocasionando un caos.
–Si tú lo dices... –extiende la mano en señal de que quiere otro dulce y el cual yo le doy. –Y... ¿eso es todo? ¿no hay nada más? –se dibuja una sonrisa algo bromista.
–¿A qué te refieres? –pregunto con duda.
–Digo, solo pregunto si no hubo otra novedad allí dentro.
–¿Algo como qué?
–Algo como... –levanta el dedo menique a la vez que pone una cara picarona.
–No hay nada, Louis. Sólo es mi jefe.
–Ay, pero ustedes son unidos, no me vas a decir que... –antes de que pudiera continuar lo interrumpo para hacer una pregunta.
–Louis, dime, ¿tú también crees en esos rumores? –lo miro seria y fijamente.
–No es así, digo, no tendría nada de malo en que ustedes dos fueran...
–Pero no somos nada, sólo es mi jefe y mi amigo –repliqué antes de que terminara su frase. –El sólo me ayudó en el comienzo, me dio las herramientas para escalar la montaña, el resto fue mi esfuerzo por subir.
–Sí, yo lo siento, no quise faltarte al respeto. –su semblante se tornó a uno de pena.
–Descuida, no puedo culparte por pensar en eso. Pero tampoco voy a dejar que manchen mis logros. –le doy otro dulce de leche en son de paz. –¿Todo bien? –pregunto con una gran sonrisa.
–Todo bien. Y lo siento.
–No hay problema. Todo está bien, ahora volvamos a nuestro trabajo, y si acabamos temprano te quedará tiempo de volver con Marcos. –le lanzo de regreso la sonrisa pícara de antes.
–Ca-Cállate –pude notar como su cara se puso totalmente roja antes de salir de la oficina.
Mi amigo Louis es italiano, es una gran persona, amable, algo chismoso y muy risueño por así decirlo, tiene un novio llamado Marcos a quien conoció hace 5 años, es mexicano y más alto que él, de vez en cuando le trae o le envía flores con mensajes muy cursis escritos por propia mano. Si es bonito he de decir.
Pasaron unas horas y en una esquina se escuchan murmullos, sabía de qué se trata, o mejor dicho de quienes se tratan, son las chismosas del grupo de Ana.
No vale la pena ni siquiera voltear a verlas, ellas siempre han hablado a mis espaldas, pero últimamente ya ni siquiera se preocupan por "esconderse". Si fuéramos un grupo de colegialas en la preparatoria podría comprenderlo, pero por Dios, somos adultos, yo tengo 22 y Ana solo es 2 años menor, y estoy segura que es ella quien dispersa esos estúpidos rumores sobre mí. No tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas.
Además... ellas no saben la verdad sobre la relación que tengo con Vladimir. Nadie lo sabe, ni siquiera sus hijos, él me pidió que así lo mantuviera, y así lo haré.
Nota: Para las partes en ruso utilicé a Google Translate, así que si hay algún error, discúlpenme. :v
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