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Capítulo 10: Disimulo

Unos minutos han pasado en las que Ibis seguía incrédula, cuando al fin recobró la compostura, tapó su boca. Salió deprisa de la bodega, Andrey la esperaba cerca del ascensor, sin embargo, ella no se detuvo ahí.

–I-Iré por las escaleras. –dijo ocultando su rostro y con una voz temblorosa.

–¡Oye! Espera... –el chico quería seguirla, pero entendía la situación, así que suspiró y se dispuso a tomar el ascensor.

Bajando las escaleras lo más rápido y cuidadosamente que pudo, llegó al piso de su departamento. Ana pasaba por ahí y se disponía a hablarle como siempre cambiando su nombre, pero Ibis apenas la volteó a ver.

–¡Louis! –Ibis entra a la oficina de Louis sin tocar la puerta y acercándose rápido al asiento. –Necesito hablar contigo... Ay... ho-hola Marcos. –agrega al ver que Louis tenía compañía de su novio.

–Hola Ibis. –dice Marcos sin enojo, pues él también es su amigo y sabe que ella no suele hacer eso.

–¿Qué sucede? Jamás has entrado de esa manera.

–Es bueno que estén ambos aquí... Andrey me... –Ibis se detuvo pues le apenaba decirlo.

–¿Ibis? ¿Qué sucede? ¿Qué pasó con Andrey? ¿Te hizo algo?

–Ibis... –Marco le pone la mano en la frente para corroborar si Ibis tenía fiebre, ella se había puesto muy roja. –¿Te sientes bien?

–Yo... ah... es que... –ella comenzaba a tartamudear y sentía como si su corazón fuera a salirse de su pecho. –A-An-Andrey me... me be... Andrey me besó...

–¿Queeeeé? –dicen al unisonara la pareja. Realmente les tomó por sorpresa.

Ibis comenzó a contarles todo lo sucedido, Marcos y Louis ponían absoluta atención, aunque Louis parecía que fangirleaba con la situación.

–Uh~ ¿Quién lo diría? Cautivaste al hijo de tu jefe~ –Louis hace una pequeña risa burlona.

–Por favor Louis... no sé qué hacer con estas situaciones... –Ibis se recuesta sobre el escritorio poniendo ambas manos sobre su cabeza.

–Si sólo fue un beso sin importancia no te preocupes... –dice Marcos ofreciendo una sonrisa calmada. –¿Por qué la importancia?

–Ibis~ No me iras a decir que... –Louis suelta otra risa burlona. –fue tu primer beso. –cosa que a Ibis la puso aún más sonrojada. –¡OH!

–Demonios Louis cállate... –dijo Ibis muy avergonzada.

–Louis, déjala tranquila. –atina a decir Marcos –Aunque si es tierno, no debemos molestarla más.

Eso no me ayuda mucho Marcos...

En ese momento alguien toca la puerta.

–Pase. –dice Louis.

–Hola, ¿has visto a mi hermano? –era Andrey, lo que hizo que Ibis diera un pequeño salto, el ruso sonrió.

–Non~ (no) Pero quizás Ibis sí~ ¿Por qué no le preguntas a ella? –era claro que Louis jugaría con ella.

Louis, esta me las pagarás... N-no... no lo he visto... –responde si voltear a ver a Andrey. –Tal vez este ayudando a los de la fiesta...

–Está bien. Lo buscaré. Gracias. –no dice más y se va aun sonriendo.

–Lo tienes en tus manos, mi linda niña~

Ibis ya más calmada y habiendo regresado a su color natural, vuelve a sus actividades. Cuando empieza a escuchar una charla cerca.

–Они будут жалеть об этом... (Se arrepentirán...) –era Andrey con una mirada furiosa.

–Когда я узнаю кто они, я их убью (Cuando descubra quienes son, los mataré) –Gerald no era diferente, realmente se encontraban muy enojados.

–Más vale que se calmen, matar a alguien es un crimen. –dice Ibis acercándose. –¿Qué les pasa?

Es verdad, ella entiende lo que decimos. No es de tu incumbencia. –Gerald voltea.

–Es Makari. –el otro hermano responde a Ibis

–¿Makari? ¿Qué ocurre con él?

Andrey le explica que unos niños han estado molestando al menor desde que entro a la escuela, en poco más de una semana el menor se ha vuelto el blanco de bromas, todo debido a que es diferente, su padre ha tenido que ir a recogerlo porque esta vez fue golpeado.

–Él está aquí, ¿crees que podrías calmarlo? Te tiene mucho cariño.

–Claro, cúbreme aquí.

Ibis fue directo hacia la oficina de Vladimir, cuando entró, se encontró a Makari aferrado a su padre, llorando mientras que el mayor trataba de tranquilizarlo.

–Tranquilo hijo, ya estoy aquí... –pero al parecer no podía.

–Makari~ –menciona Ibis con una sonrisa amable. –Todo está bien.

–¡Ibis! –el menor se aferra a llorar abrazando a Ibis.

La señora Lucrecia entra.

–Lamento interrumpir ahora, pero los inversionistas están aquí para la junta.

–No puedo ir ahora, que Antonio se haga cargo. –dice Vladimir, no podía dejar a su hijo ahora.

–Está bien, yo me quedaré con él. Termina y vuelve para pasar el resto del día con él. –menciona Ibis sin dejar de sonreír.

–Pero... –Vladimir vio que Makari se había tranquilizado más con Ibis, así que accedió. –De acuerdo, gracias. –se acercó al niño y le besó la cabeza. –Volveré pronto.

Cuando Vladimir salió, Ibis comenzó a calmar más al pequeño, una vez ya tranquilo le preguntó sobre lo que había pasado, unos niños más grandes que él, en estatura y edad, lo fastidiaban por ser de otro país, a Makari esto no le molestaba a pesar que le hacían "bromas entre niños", pero esta vez fueron más lejos, le robaron un collar que para el pequeño era muy importante, y lo golpearon cuando el trató de recuperarlo. Ibis ahora entendía a los hermanos, estaba furiosa.

–¿Ibis? –el muchacho se extrañó, sentía que Ibis había cambiado porque no estaba sonriendo como de costumbre.

–¿Sí? –Ibis volvió a poner una sonrisa amable. –¿Estas más tranquilo? Quizás después tu padre te permita comer helado antes de cenar.

–¡SI! –dijo emocionado –Pero... ¿Estás bien?

–Estoy bien Makari. –atinó a decir sin perder la sonrisa, lo que aliviaba más al menor. –Pero esos niños no lo estarán.

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