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XV Nace una esperanza

Thorin se encuentra mirando el féretro de su esposa, hecha con piedra, oro y gemas. La silueta de la que era una enana yace acostada en un lizo y pesado mithril provocando que la estatua de Eurielle y el bebé brillen a la luz del sol. La forma en que han hecho el féretro es hermosa ente ojos de hombres o elfos, pero provoca dolor a cualquier enano que la mire. Eurielle abraza fuertemente a su hijo el cual parece dormido mientras ella también duerme con una sonrisa en su boca; fina pero visible, mientras su rostro se oculta entre las telas que arropan al infante y su cabello se esparce en todo el mithril, desordenadamente, pero de una belleza absoluta, fuerte y sólido como la piedra con la que se construyen grandes puertas en Erebor.

El enano la contempla mientras recuerda con cariño a su amada llena de vida, cruzándosele un nudo en la garganta provocando que regurgiten lágrimas pesadas y llenas de dolor e impotencia por no haber podido hacer nada por salvarla. Una brisa abrazadora llega hacia él haciéndolo suspirar y respirar lentamente calmándose y limpiándose las lágrimas. Thorin, Escudo de Roble, jamás ha llorado, ni por la muerte de su abuelo, ni la de su hermano menos por la desaparición de su padre, pero esto, provocó emociones que nunca pensó que iban a aparecer. En verdad, el príncipe en exilio de Erebor, amó a esa pequeña joven enana, siempre la amó y siempre la amará.

Thorin, no ha dormido desde que eso ha sucedido, y pasa la mayor parte de su tiempo contemplando el féretro esperando alguna esperanza que le devuelva a Eurielle a su lado, pero no ha pasado, no pasará... nunca.

El príncipe suspira nuevamente tomando aire y sujetando un pequeño bolso se encamina hacia los terrenos no pertenecientes a ningún reino.

—Dónde vas? —pregunta Dwalin que lo había visto en el féretro de su sobrina y luego marcharse, por mucho tiempo, lo ha seguido, ya que para Thorin la muerte de Eurielle no estaba prevista ni la contemplaba para estos tiempos, no era costumbre que las enanas murieran a tempranas edades, ya que son muy pocas y perder a una es un dolor que no se puede superar.

—Recibí un mensaje proveniente del Este... sobre mi padre... —explica el príncipe mirando de mala gana a su amigo, pero Dwalin no le dice nada, en los ojos del enano se ve dolor y Thorin lo nota.

—Quien te envió ese mensaje? —Thorin, no responde, es más que evidente que miente.

—De acuerdo... nadie me ha enviado nada... —suelta, Dwalin le iba a decir algo, pero Thorin se adelanta —. Estoy completamente seguro sobre mi padre... él está vivo...

—Estas escapando de un dolor que no solo te va a seguir aquí en, Ered Luin, Thorin...

—No es eso... yo...

—Entiendo tu dolor... Eurielle... ella...

—NO DIGAS NADA DE ELLA! —exclama el príncipe — ELLA YA NO ESTA AQUÍ DÉJALA DORMIR...

—Entiendo tu dolor Thorin, era mi sobrina, ¡nos criamos los tres juntos! Pero no me vas a mentir... sé que sabes algo... —le dice Dwalin esperando que el príncipe le explicara de una vez por todas su plan.

— Fue Bolgo... —suelta en un suspiro. Dwalin entendió que lo que iba a buscar Thorin era la muerte.

—Crees que fue él?...

—ESTOY COMPLETAMENTE SEGURO! ¿QUIEN MAS TIENE SED DE VENGANZA POR LO QUE LE HICIMOS A ESE SER QUE ERA SU PADRE?

—Crees que él también tiene a tu padre?

—Sí...

—Sabes que iré contigo...

—Oh no... no iras... —le responde acercándose a él — Dwalin, eres unas de las pocas personas que me quedan... no permitiré que algo te suceda... —dice sujetándole de los hombros en símbolo de hermandad —. Estaré bien...

Después de lo dicho, Thorin dio media vuelta y siguió su camino, buscando venganza o quizá para salvar a su padre de las garras de los orcos. Thorin no sabe a ciencia cierta si fue Bolgo el que causó la muerte de su esposa, o si él tiene cautivo a su padre, todas esas ideas le han nacido sin argumentos o pistas, pero como todo enano testarudo y lleno de ira siguió su intuición. Dwalin quiso seguirlo, pero Dís lo detuvo, ella escuchó la conversación y cree fielmente en su hermano en que nada le ocurrirá y que volverá sano y salvo.

En la habitación del viejo Balin, las cortinas se encuentran cubriendo los rayos pobres del sol que intenta salir de las brumas de las montañas y entrar en los corredizos y ventanas del reino, copas y platos sucios adornan la habitación lúgubre del anciano. Dentro de la cama se encuentra un bulto cubierto entre cobijas y sabanas, Balin duerme tranquilamente después de lágrimas amargas que duraron un sol entero. La puerta es tocada tímidamente y luego es abierta, dejando ver a una joven enana entrar con un plato lleno de comida, frutas y una copa de jugo.

—Papá? —le llama Garielle con una voz delicada. Ha pasado una semana de la muerte de Eurielle y la familia se encuentra aún de luto.

El anciano se remueve en la cama y abre sus hinchados ojos clavándolos en su hija, su única hija.

—Cómo estas padre? —pregunta Garielle la cual después se responde a sí misma con una negativa.

—Thorin? —pregunta Balin, Garielle le posa la comida en el regazo para que se alimente mientras ella limpia un poco la habitación.

—Está muy desaseada.... —dice Garielle sacudiendo las cortinas y abriéndolas dando paso a un sol radiante, provocando en el viejo Balin ardor en los ojos, pero que poco a poco se le fue quitando.

—No me has contestado Garielle... —dice Balin tomando pequeños sorbos de jugo.

—No está... se ha ido... —suelta observando la reacción de su padre, la cual no fue nada buena.

—A donde se fue? ¿Ha dejado a mi hija aquí?

—Padre... —dice Garielle en un suspiro, sabe que su padre no recuerda lo sucedido, no porque se encuentre enfermo sino porque cree que ha sido un mal sueño —. Eurielle... no está con nosotros hace ya una semana...

La reacción de Balin fue desgarradora, ahora entiende porque se siente entumecido y los ojos le duelen. Su hija pequeña había muerto dando a luz a lo que seguramente podría haber sido la rencarnación de Durin, pero no fue. Dejó su comida a un lado y comenzó a llorar nuevamente, clamando a Aulë que le quite ese dolor tan terrible que lo carcome. Garielle traga duro tratando de que el nudo de su garganta de disuelva.

—Esto le hace daño padre...

—Déjame sufrir... es mi hija la que yace en ese féretro desolado y frio!

—Es mi hermana la que está ahí también... pero Eurielle habría querido que lo superáramos y que siguiéramos adelante con nuestras vidas... no desmaye padre... no se halla solo...

—Oh Garielle, hija de Nodora, mi esposa amada... eres lo único que me queda... —se lamenta Balin mientras Garielle ve un cuadro de su hermana cuando estaba pequeña, no mas que ocho años, sonriente como siempre y con un leve vello en su rostro, como se acostumbra a pintar a las enanas—. Recuerdo aquel día que por primera vez presentaba a tu hermana al rey Thrór, como mi hija y nieta del guerrero Fundin uno de los mejores guerreros de Erebor.

"Mi niña! Mi amada pequeña... recuerdo que se aferraba a mi mirando los grandes pasadizos del reino algunos encima de otros como puentes hechos en piedra, roca fuerte, maciza y brillante a la luz de antorchas o a la luz del sol.

—Cómo es el rey? —me pregunta Eurielle con su finita voz, sus trece años casi florecían en su rostro de niña. Yo no le contesté, solamente le sonreí mientras ella se aferraba aún más a mí.

—Calma hija! Calma... —le repetía mientras caminábamos hacia la sala del rey.

Al llegar, le pedí que se quedara esperando para pedir audiencia con él, ella me obedeció, mirándome con esa carita de asustada contemplando la majestuosa puerta hecha de roca y piedras que se encontraba al frente de ella. La miré por última vez antes de entrar a la sala, se veía asustada pero asombrada por las grandezas de su pueblo y sé que su orgullo se incrementó aún más."

—Recuerdo eso... —contesta Garielle con una pequeña sonrisa.

Balin le sonríe tiernamente a su hija, mientras en la cabeza empieza a recordar el momento en que ella vino al mundo.

Flash back

—Puje mi señora!! —decía la partera mientras Nodora con todas sus fuerzas hacía el décimo intento pero el dolor era terrible, algo andaba mal.

—No puedo... —susurra la enana respirando agitadamente.

—Sí puede mi señora... usted puede... ha tenido a cinco machos y una hembra... otro mas no hace la diferencia... ¡usted puede!

—Hay algo que anda mal... algo anda mal... nunca había ... durado tanto... —dice la enana sin fuerzas.

La partera empezó a palparle el vientre encontrando en que la postura del niño no era la correcta y esto provocaba sangrados a la enana. Otra contracción llegó a ella provocando dolor muy fuerte en su vientre y en todo su cuerpo, la enana no pudo mas, y comenzó a gritar.

—BALIN!!! —llamaba a su esposo, y al instante estaba Balin arrojando la puerta de la anciana partera al suelo con su hacha en mano.

—Cálmese! ¡Y baje esa arma! —le regaña la anciana — su esposa no puede dar a luz al pequeño... algo anda mal...

—Balin... —llama nuevamente la enana ya un poco calmada por ese espasmo de dolor, Balin se acerca a ella acariciándole su larga cabellera castaña oscura —. Te amo... mi señor...

Dice la joven enana, mientras la partera esta esterilizando una daga, no hay otro remedio que abrir a la joven para salvar al pequeño y esto provocará tal vez, la muerte de Nodora.

—No te despidas de mi... —habla Balin tomando la mano de su esposa y besándole los nudillos con mucho cariño.

—Tengo que hacerlo... —dice la enana con una sonrisa cansada.

—Vas a estar bien... —dice Balin ignorando que su esposa puede morir, Nodora siempre ha sido diferente a todas las enanas, ella es muy fuerte, ella puede salir de esta salvando la vida de su hijo y la de ella misma.

—Balin... —dice la enana, pero no pudo decir nada mas, se ha desmayado.

—Hay que hacerlo ya! —exclama la anciana retirando a Balin del lado de su esposa. La partera comienza a rosar el filo de la daga en el vientre de la enana dejando una pequeña estela de sangre a su paso.

Balin, no podía creer que su esposa estuviera en esa posición, Nodora, hija de un guerrero ágil y fuerte, descendiente de la casa de Moria, no puede ser que su fuerza la traicione ahora.

En pocos minutos se escucha un lloro fuerte, unos pulmones llenos de aire y de vida dejan en claro que una vida ha nacido.

—Es una niña... —dice la anciana muy sorprendida al ver a la bebé. Muy pocas veces un padre tiene la suerte de tener dos niñas en la familia, pero Balin puede presumir de esto. El joven Balin reacciona sujetando a su pequeña entre los brazos arrullándola para calmarla.

—Es hermosa... —dice una fina voz, la de su esposa que ha vuelto en sí.

—Sí mi señora... mírala! —dice Balin enseñándole a la pequeña mientras la partera comienza a cocer lentamente la herida. Parece que Nodora pudo vencer a la muerte. Pero no fue así.

En ese mismo instante, Nodora volvió a desmayar mientras el sangrado no paraba, preocupando a los presentes mientras la pequeña bebé comienza a llorar nuevamente.

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En el entierro de su esposa Balin arrulla a su pequeña niña mientras sus hijos se despedían de su madre, era el invierno más terrible de Erebor, el frío de la nieve se calaba en los huesos de todos los enanos, pero Balin estuvo ahí para sus hijos y su esposa, nunca se apartó de ellos.

—Padre... cómo la llamarás? —pregunta uno de sus hijos, el menor de todos.

—Eurielle... "amor puro" —responde Balin mirando a su pequeña pelinegra aferrarse a una pequeña mecha de su larga barba.

End flash back

Ha pasado un año desde que Thorin partió, y ha vuelto abriendo las puertas de la sala del rey, sorprendiendo a los presentes. Dís lo recibe abrazándolo fuertemente suspirando de alivio de que su hermano ha vuelto sano y salvo mientras el rey de Montañas Azules lo observa desde su trono, viendo que el hijo de Thráin en realidad no ha vuelto, parece perdido en un mar de odio y venganza. Se ha vuelto frío y huraño. Balin le mira sonriente junto a su hermano Dwalin, Nolin y Gimli le hacen una reverencia y Garielle lo mira sorprendida.

—Tío!!! —exclama Fili ya con cuatro años de edad, pero Thorin lo ignora y se va del lugar.

Nolin abraza a su pequeño consolándole por el desplante de su tío.

—No te preocupes... pronto estará con nosotros —dice Nolin sonriéndole al pequeño.

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El tiempo pasa, ocho meses desde la llegada de Thorin, pero él solamente se ha instalado en su habitación y no sale para nada, preocupando aun mas a su hermana y a su mejor amigo. Dís se encuentra embarazada nuevamente, el vientre esta abultado ya, y le pesa al caminar, pero eso no le importa y se aproxima decididamente a la puerta de la habitación de su hermano. Se detiene en frente de ella suspirando inaudiblemente y luego toca delicadamente, sabe que no le abrirá o le contestará, debido a que no es la primera vez que lo hace.

—Thorin... —dice la princesa —. Hermano... tengo ocho meses de embarazo... y quería que estuvieras conmigo en el momento del nacimiento... tu sobrino no nacido no tiene la culpa de lo que haya ocurrido antes de él... en realidad ni después de... — un silencio esta entre ella y la habitación, lagrimas quieren salir de sus ojos, pero no deja que suceda, toca su vientre y se retira lentamente del lugar.

Dentro de la habitación, se encuentra un señor con unas hebras de canas en el cabello pintándolo elegantemente, se encuentra sentado en la orilla de la cama donde se acostaba su esposa rosando sus ásperas manos en la sabana tratando de recordar las caricias y el contacto de la piel de Eurielle.

—Thorin... —dice una voz desde afuera de la habitación, Thorin no contesta, aunque sea la voz de Balin —. Hijo... tienes que volver... tu pueblo te necesita... sé cómo te sientes, yo estuve así... pero... mi hija... —suspira— ella entiende que tienes que seguir con tu vida.

Thorin no le contestó, aunque muy al fondo sabe que lo que dice el viejo Balin es cierto, pero él se retiene a la realidad y al seguir con su vida. Balin ya no se escucha más, tal vez, ya se ha ido. Thorin suspira, un suspiro entrecortado por el dolor que aún sigue en pie dentro de su alma. Se reclina en la cama mirando hacia el cielo de la habitación mientras se queda dormido.

+++++++++++++++++

—Thorin! —llama una delicada voz, Thorin no sabe de dónde proviene, pero reconoce la voz.

—Eurielle... dónde estás? —pregunta al mismo tiempo en que se ve flotando en el cielo de una tierra que jamás ha visto, Eurielle aparece sujetando a un pequeño en brazos, de cabello castaño oscuro y de ojos cafés, se veía radiante y llena de paz. Thorin sonríe al verla y llega hacia ella y la abraza. Luego la mira y mira al pequeño el cual le sonríe tiernamente —. Él es...

—No... —dice la enana, Thorin arruga la frente sin entender —. Se llama Kili... es tu sobrino...

—Pero... él se llama Fili... solo que... —Thorin se sorprende al caer en razón, ¿será que Kili morirá? —. Él ... va a... —balbucea tratando de no pensar en que Kili va a traer mas dolor.

—Tienes que estar con ella... —le dice Eurielle con una sonrisa.

Gritos fuertes se escuchaban en todo el reino, Thorin se ha levantado de un salto de la cama donde descansaba. Lo que tuvo fue un sueño, pero no comprendía cual era su significado. Se levantó y se puso una capa azul debido al frío del invierno, saliendo de la habitación veía que enanas corrían de un lado a otro con agua caliente en tazas, Thorin se preocupó al ver la reacción de ellas y las siguió hasta que llegó a la habitación de su hermana, donde los gritos han cesado. Thorin no lo pensó dos veces y entró ignorando a Dwalin sobre que se detuviera, topándose a una anciana que arrullaba a un pequeño varoncito, Thorin miró a su hermana la cual le sonreía.

—Estas aquí... —le dice, Thorin asiente.

—Estas bien? —pregunta, ella asiente.

—Y el bebé también! —dice la anciana— un varoncito muy fuerte ha nacido!

Thorin al verlo se lo quita a la anciana con mucho cuidado ante los gritos desaprobatorios de Nolin, pero Dís se veía muy contenta al ver a su hermano de vuelta.

—Se llamará Kili... —suelta Thorin, pero Nolin no esta de acuerdo con eso.

—Es un nombre que no va para él!! —exclama el esposo de Dís, mientras ésta solo le sonríe a su hermano.

—Así será hermano... —contesta la princesa llevándose una mirada de sorpresa de su marido, pero lo ignoró.

—Kili... hijo de Dís, hija de Thráin... —habla Thorin arrullando al bebé, mientras Nolin lo mira con enojo, pero no dice nada, no se atrevería a decir algo al terco, mal humorado, ermitaño y frío príncipe de Erebor.

Thorin, sale de la habitación para dejar solos a los padres de Kili, Dwalin le persigue.

—Estas bien? —pregunta Dwalin, Thorin le mira seriamente y luego asiente, aliviando el semblante de Dwalin.

—Tu estas bien? —pregunta, Dwalin lo mira sin entender, Thorin le sonríe—. Nunca pregunté cómo te sentías... no solo yo conocía a Eurielle... —agrega bajando la mirada, Dwalin sonríe agradecido.

—Porqué el nombre? —pregunta Dwalin, Thorin le mira pensativo.

—Fue por un sueño... Eurielle me demostró a Kili, ¡claro! Estaba más crecido...

—Crees que ese era el nombre que ella le iba a poner a...

—No... —niega el príncipe. Dwalin asiente sin preguntar o pedir explicaciones, lo único que si agradece a Aulë es que su amigo, su hermano y su rey está de nuevo con él —. Kili para mi, es la esperanza para retomar lo que es de nosotros...

—De qué hablas Thorin?

—Erebor... nuestro legado, nuestra vida...

—Thorin...

—Ya verás... volveremos a nuestra tierra.

Dwalin lo mira sin saber qué decirle. Pero la actitud de Thorin Escudo de Roble es otra, se ve con algo que antes no tenía, se ve lleno de esperanza por un futuro lleno nuevamente de riquezas, en la tierra del linaje de Durin.

Esto sucedió en el año 2864t.e.

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2880t.e, Kili tiene 16 años y Fili 21 años, Thorin se encuentra con ellos enseñándoles el arte de la espada junto a Gimli el cual antes cuando Eurielle le enseñaba a pelear con ella le era difícil, pero después de la muerte quiso y se propuso aprender bien el manejo de la espada, de cualquier tipo y de cualquier tamaño.

Thorin mira orgullosamente a sus sobrinos pelear entre ellos mientras fuma una larga pipa junto a Gimli. Al final, Fili ha ganado la pelea haciendo que Kili se sintiera mal, Gimli reacciona yendo hacia él susurrándole algo provocándole una sonrisa cómplice. Thorin sonríe discretamente, porque sabe lo que hace el sobrino de Eurielle.

—Hermano!! —grita Kili, Fili lo mira esperando un discurso de revancha —. ¡Otra vez! —exclama, Fili sonríe y se reúne nuevamente con él, Gimli se retira de la arena dejándolos solos.

La batalla comienza nuevamente, pero en el movimiento perfecto de Fili al realizar una estocada Kili se inclina estirando su pierna derecha haciendo un semicírculo provocando la caída de su hermano, Kili rápidamente se levanta e intenta quitarle la espada pero Fili se levanta ágilmente chocando su espada con la de Kili provocando chispas y chirridos un poco molestos para los que ven la pelea.

—Ja!! ¡No vas a poder!! —exclama Fili.

—Ahora! —grita Gimli. Kili reacciona haciendo un golpe invertido con su espada golpeando a su hermano en la mejilla cayendo de nalgas en el suelo. Gimli y Thorin ríen a carcajadas, mientras Kili le arrebata la espada y custodia a Fili con la propia.

—Te gané!!

—Qué es ese movimiento Kili? —dice Fili muy extrañado mientras se levanta.

—Es un movimiento favorito de Eurielle... —explica Dwalin llegando al sitio —. Yo se lo enseñé para que le ganara a Thorin cuando teníamos la edad que ustedes tienen.

—Ah!! ¡Con que fuiste tu! —exclama Thorin, Dwalin le sonríe.

—Esto es mortal hermano!! —dice Fili riendo practicando ese movimiento, Kili mira con atención a su tío.

—Thorin... —dice Kili — Cómo era Eurielle? —pregunta, Thorin le iba a contestar, pero se le adelantaron.

—Era una mujer hermosa... —dice Dís llegando con un arco y un carcaj lleno de flechas —. Ella me enseñó a manejar el arco, ella era muy buena con cualquier arma... era la nieta de Fundin... —dice Dís con un todo de obviedad mientras prepara el arco y apunta respirando profundamente.

—A qué le vas a dar? —pregunta Fili con curiosidad.

—Ya verás... —dice, al mismo tiempo en que la flecha salió de la tensa cuerda del arco volando velozmente e impactando en un árbol muy lejos de donde estaban.

—Wow!! —exclama Kili mirando con asombro a su madre —. Ella era muy buena para que te haya enseñado muy bien...

—Lo era... —dice Thorin haciendo círculos con el humo de la pipa.

—Yo le prometí a ella que le enseñaría a mis hijos a utilizar el arco... y lo haré... —dice Dís con una sonrisa, Kili se veía emocionado, pero Fili no tanto como su hermano.

Dís no sabía que Kili iba a ser un enano diestro en el manejo del arco y de otras armas y que eso la iba a llenar de orgullo.

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