XII Un anillo maldito; la peste de Erebor
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Es el año 2840, Dwalin despierta muy temprano para ir a trabajar en las profundidades de la montaña, recolectando piedras preciosas. El sistema de Ered Luin no era igual que Erebor, incluso que ni sus riquezas se podían igualar a los increíbles tesoros de Erebor y que ahora están perdidos bajo las escamas de aquel gran reptil. Pero de algo estaba agradecido, y era que la vida de todos los ciudadanos de Erebor ha mejorado enormemente, trabajan y viven en paz. Se han solidificado las esperanzas, la vida ya no les da la espalda y sus riquezas incrementan conforme pasa el tiempo. Gran decisión tuvo el rey Thráin de partir hacia las Montañas Azules.
Flash back
Un día antes de partir hacia la guerra que se iba a formar en Moria, Dwalin habla con Frerin, tratando de que no fuera, algo presentía Dwalin después de todo.
—Vas a ir? —le pregunta Dwalin observando al joven practicar con su espada, este asiente —. No lo hagas... —suelta. Frerin se detiene mirándolo seriamente.
—Ustedes van a ir... y son menores de edad...
—Somos mayores que tu... —contesta Dwalin refiriéndose también a Thorin, Frerin se acerca a él seriamente.
—Porque no quieres que vaya?... Eurielle va a ir también!
—Eurielle cree que va a ir... no va a ir... Thorin no...
—Thorin esto... Thorin aquello!! —exclama Frerin obstinado de lo mismo —. Thorin también es un joven igual que yo! Igual que Eurielle, igual que Dís y también... ¡igual que tu!
—Dís tampoco irá...
—Vamos Dwalin!! —exclama Frerin casi en gritos —. ¡Todos nosotros tenemos el derecho de defendernos de luchar por nuestro honor!!! Thrór no fue solamente rey de unos pocos enanos... fue rey de TODO Erebor, desde el más pequeño hasta el más grande. Y ahora él no existe y el dolor no es solo de Thorin... ¡sino de todo un pueblo exiliado!!
Dwalin, no dijo nada más... Frerin lo mira sin decir nada también, esperando algún comentario, pero no llegó. El silencio empezaba a ser incómodo, Frerin comienza a marcharse.
—Tienes razón Frerin... —dice Dwalin bajando la mirada, Frerin se detiene y lo observa sin decirle nada, luego se marchó.
End flash back
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Mes de Abril, 2840t.e. Eurielle ha cumplido 93 años, una mujer hermosa y llena de vida. El sol está casi en su punto más alto cuando los ojos miel se dejan ver, despertando de un sueño tranquilo mientras Thorin la observa estirarse silenciosamente, acostado y cobijado en sábanas blancas. Ella se da cuenta que dos ojos azules la miran divertido, y se abalanza a él dándole un beso infantil y luego se levantó de un salto. Thorin la mira correr al baño y desnudarse rápidamente.
—Porque tanta prisa? —le pregunta sin borrar una enorme sonrisa de sus labios observando a su esposa entrar a la tina llena de agua enjabonándose muy rápido.
—Thorin! —le llama asomando su cabeza mirando a su esposo aun acostado —. Tienes una reunión con el rey y tu padre... y el heredero... ¡y yo tengo una cita con mi sobrino!
—Cita? —pregunta sentándose en la cama mientras su esposa asiente con la cabeza.
—Él quiere practicar espadas... no es muy bueno con ellas...
—Ya veo... —contesta el príncipe levantándose y caminando hacia el baño desnudándose también y entrando a la tina.
—Date la vuelta para enjabonarte... —Thorin sonríe susurrando un "sí mí señora" y obedece apoyando su peso en ella mientras él acariciaba las piernas de ella. Lentamente Eurielle le enjabona la espalda mirando una que otra cicatriz tocándolas suavemente.
—Te amo... —suelta Thorin, produciendo en Eurielle una enorme sonrisa y reaccionando en abrazarlo y depositándole un beso en cada cicatriz.
—Yo también te amo... —le contesta apoyando su mentón en el hombro del enano.
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En la sala del rey se encuentra Ruthyn junto a su hijo Mholin y el rey Thráin. En un concilio como es de costumbre cada mes, hablando sobre temas políticos o sobre la economía no solamente del reino sino de los reinos aledaños.
—Tu pueblo ha crecido hermano Thráin —dice el rey de Montañas Azules, Thráin asiente orgulloso alistando su discurso, pero es interrumpido por su hijo.
Thorin entra a la sala abriendo las puertas ruidosamente haciendo que los presentes lo mirasen.
—Perdonen mi tardanza... —balbucea caminando hacia ellos mientras que los guardias cierran nuevamente las puertas. El rey Ruthyn lo mira riendo asintiendo a las disculpas del príncipe.
—Entiendo tu tardanza Thorin... tienes una mujer hermosa y joven, ¡pero que no se te haga costumbre! —exclama el rey mientras Thorin asiente con una sonrisa incomoda y llena de vergüenza —. Bien... ¿en qué estábamos? —pregunta, Thráin reacciona y comienza su explicación sobre la economía de su pueblo en estos últimos días.
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Dís se ha vuelto muy cercana del joven llamado Nolin, un enano con un puesto elevado en las cortes enanas de las Montañas Azules, respetuoso y muy apuesto.
Caminan por los pasadizos del reino, hablando sobre el día, las noticias sobre todas las cosas que les rodea. Llegan a la sala del rey, la cual estaba cerrada pero sorpresivamente se abren dejando ver al príncipe de Ered Luin el cual hace una reverencia a la princesa guiñándole un ojo y luego se retira, seguido de él, el rey Ruthyn, Nolin y Dís le hacen una reverencia él les responde de igual manera y de igual forma se va. Thráin sale con su hijo hablando sobre cosas sin importancia, Dís reacciona abrazando a su padre, sorprendiéndolo. Nolin se retira, pero Dís lo detiene y se lo presenta a su padre.
—Bueno... iré a las minas a buscar a Dwalin... —dice Thorin partiendo hacia las grandes cuevas escapando de los ojos celosos de su padre.
—Seguimos Dís? —le invita Nolin, ella asiente comenzando a caminar.
—Donde van? —pregunta Thráin a su hija.
—Vamos a los jardines del reino... —contesta.
—Bien! ¡Iré con ustedes! —exclama Thráin caminando junto a Nolin y a su hija.
—Disculpa... —susurra Dís a Nolin, él le sonríe negando con la cabeza.
—Los padres son así... celosos... —responde el joven, ella asiente.
Llegan a los jardines, encontrándose con que Eurielle le está enseñando a Gimli a pelear con espadas mientras Garielle los observa. Dís se encamina a saludar a la hermana mayor de Eurielle seguida por Nolin, Thráin por su parte observa a Eurielle orgulloso de ver que se ha convertido en una guerrera formidable, una digna reina.
—Tienes que estirarte más Gimli! —le dice mientras le enseña cómo debe de hacerlo —. Tu cuerpo debe de alcanzar esta parte... —continúa señalándole el hombro, él asiente, pero su movimiento es inútil.
—Lo siento tía... no soy muy bueno con esto... —le dice señalando una hermosa espada que él sostiene. Por más de 33 años Eurielle ha querido que su sobrino sepa defenderse con espada, pero le ha sido inútil.
—Se llama espada, Gimli... —le contesta observándole severamente.
—Gloin le ha enseñado a pelear solamente con hacha... —dice Garielle, Eurielle asiente cruzándose de brazos.
—Creo que tu fuerte siempre va a ser el hacha Gimli... —dice Eurielle, éste asiente soltando la espada en una silla tomando el hacha que le regaló su padre hace ya 33 años.
—Hacemos una pequeña lucha? —pregunta Gimli a su tía, ella asiente tomando un hacha también.
—Bien! Tienes 41 años ya Gimli... quiero que pelees como todo un joven enano —le dice Eurielle, Gimli asiente posicionándose para luchar contra su tía. Eurielle por su parte examina su postura y le sonríe. —Está muy bien tu postura de pelea...
Inicia una pelea amistosa entre tía y sobrino. Eurielle se mueve con mas experiencia que antes y Gimli casi que le iguala. Hacha y hacha chocan produciendo un ruido metálico junto a muchas chispas, Gimli sonríe, está en su campo, pero Eurielle, una experta en muchas armas le es fácil moverse con una pesada y solida hacha.
Al terminar, Eurielle abraza a su sobrino felicitándole por la gran pelea.
—Qué es esto? —pregunta Gimli señalándole un anillo sujetado con una cadena que portaba Eurielle en su cuello. Ella lo mira y rápidamente trata de guardarlo nuevamente.
—Es... un anillo... —balbucea, Gimli la mira ladeando la cabeza.
—DEJAME VER! —exclama Thráin sujetando a Eurielle del brazo, ya que a lo lejos miró que ella portaba el anillo de su padre Thrór y se ha aproximado a ella furioso.
Al ver el anillo, su mirada se oscurece arrebatándoselo con mucha fuerza haciendo que Eurielle cayera, Garielle corre hacia ella mirando que su cuello tiene una fina línea de sangre.
—Qué has hecho padre!!?? —exclama Dís entrometiéndose entre su padre y Eurielle.
—QUÍTATE!! —grita bofeteando a su hija apartándola y agarrando a Eurielle de los brazos levantándola haciendo que lo pies de esta no tocaran el suelo.
—Señor Thráin! —exclama Nolin sin saber qué hacer.
—Llama a Thorin! —dice Dís a Nolin, mientras se levanta acariciando su mejilla. El aludido corre hacia las cuevas.
—TU!! ¡PORQUE TIENES ESTE ANILLO!? —vocifera el rey a la enana, ella está en shock no sabe qué decir —. ¡DÍMELO ESCORIA!!
—Thorin! —balbucea la enana —. Thorin me lo dio... —responde, Thráin la tira al suelo.
—MIENTES!! —grita, Gimli quiere detener al rey, pero su madre lo detiene.
—Le digo la verdad mi rey! —exclama Eurielle mientras su hermana la ayuda a levantarse.
—Ella no tiene porque mentirle mi rey... —dice Dís, un poco afectada por el arrebato de su padre.
—QUERÍA QUEDARTE EN EL TRONO DE EREBOR! ¡POR ESO DESPOSASTE A MI HIJO MALDITA CUCARACHA! —grita desenvainando su espada alzándola por encima de su cabeza, listo para matar a la enana.
—NOO!! —grita Thorin llegando junto a Dwalin y Balin, Nolin se queda detrás de ellos.
—NO LA DEFIENDAS THORIN!
—Ella dice la verdad padre! ¡Yo le di ese anillo!... abuelo quería que yo protegiera el anillo... —dice el príncipe haciendo que el rey bajara la espada —. Thrór me pidió que lo protegiera... él pensaba que algo iba a suceder y optó por dármelo a mí, yo era un muchacho apenas y pensé que en manos de Eurielle iban a estar mejor y más protegido.
—Thorin dice la verdad... —dice Dís, sorprendiendo a Thorin, él jamás le dijo nada sobre el anillo, pero se veía muy segura de lo que decía.
El rey Thrór mira a una Eurielle pálida y llorosa pero no le dice nada y se va. Thorin se acerca a su esposa y la abraza fuertemente.
—Estas bien? — pregunta el príncipe acariciándole la espalda, la enana solamente solloza metida en los brazos fuertes del enano. Pero de repente Eurielle cae desmayada, Thorin la sujeta y sale corriendo hacia su habitación.
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Balin se encuentra a la par de Eurielle la cual se encuentra postrada dormida con la tez pálida, el padre de la enana toma la mano de su hija acariciándola y llorando tristemente. Thorin mira de lejos junto a Dís.
—Porque no me dijiste que Eurielle tenía ese anillo? —pregunta Dís a su hermano, Thorin la mira extrañado.
—Qué sabes sobre ese anillo? —susurra Thorin.
—Es uno de los siete que le fueron dado a los siete señores enanos, los siete reinos.
—Eso se sabe...
—Conoces sobre el anillo de Sauron?
—El anillo que gobierna a todos... —le sigue Thorin sin entender.
—Exacto... gobierna a todos...
—Dís... se más específica!
— Sauron gobernó por encima de todos los reinos, los maldijo... es por eso la enfermedad de Thrór...
—Y los demás reyes?
—No lo sabemos...
—Crees que Eurielle fue atacada por el mismo Sauron?
—Sauron está débil... el anillo no. Por eso Eurielle tenía esos ataques extraños...
—Cuales ataques? ¿Desde cuándo sabes sobre la salud de mi esposa, Dís? —le mira con severidad.
—Hace mucho Thorin, ella me pidió que no te dijera... pero yo no sabía cuál era su origen...
En ese momento, Eurielle despierta susurrando algo. Todos los presentes; Dwalin, Balin, Nolin, Dís, Garielle, Gimli y Thorin se acercan a ella escuchando lo que susurraba...
—Mi anillo.... ¿Dónde está? —susurra Eurielle preocupando a Thorin, el cual mira a su hermana aceptando lo que le ha dicho sobre él.
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Los días fueron difíciles para Eurielle y la separación que tuvo del anillo, Thorin muchas veces le advirtió a su padre sobre la maldición que gobierna esa joya y que posiblemente haya sido la causa de la peste de Erebor, pero el rey no le escuchó, cerrándose en su habitación largos días sin salir, ni comer. El rey Ruthyn se ha preocupado por Thráin, pero mas nada puede hacer por él, la maldición carga sobre él y solo él puede salir de ese grave destino.
Muchas veces Thorin llegaba a su habitación donde Eurielle lo recibía nerviosa y con un aspecto deplorable, su locura se iba incrementando aún más gracias a ese anillo. Thorin no podía hacer nada por ella, solo le hablaba de que ese anillo ya no existe y que ya nunca más le hará daño.
Todos los días Thorin se culpaba por el daño que le había hecho a su esposa, pero Dís muchas veces le decía que no era su culpa, él no sabía sobre la maldición que esos anillos portan y que no todos pueden soportar, en cambio Eurielle, ha sido fuerte, y por mucho tiempo ha soportado las exigencias del anillo, pero no ha caído ante él y nunca cayó.
Un año después, Thráin sale de su habitación, mas flaco, pero con una convicción que ningún enano de Ered Luin se lo podría quitar. Caminó hacia la sala donde el rey estaba y dijo:
—Necesito llamar a mi pueblo! —el rey de Ered Luin lo mira con sorpresa y asiente sin creerse que el rey Thráin ha salido de su aposento.
—Llámalos... —dice, en seguida muchos enanos entran a la majestuosa sala, Thorin es uno de ellos.
—Pueblo de Erebor! Hoy me presento ante ustedes como todo un rey de la casa más importante de Durin. —dice con una potente voz, todos los enanos presentes se dieron cuenta sobre el anillo y se asustaron al verlo en el dedo índice derecho del rey —. ¡No se asusten hijos de Durin!, el anillo no me ha hecho ningún mal... más bien me ha traído las ganas de pelear por nuestro hogar... —dice, todos lo miran con más atención—. Quiero que me acompañen por última vez a luchar por nuestra tierra...
—El rey Thrór hizo lo mismo y no vino completo... —dice un enano al rey, comienzan los susurros.
—El rey caído tuvo la gran torpeza de salir con solamente cincuenta enanos... —suelta Thráin refiriéndose a su padre de esa forma —. Y nunca llegó a Erebor... no se sabe si Smaug sigue vivo.
—No estoy seguro en ir... —dice un enano.
—Quieren seguir siendo el pueblo exiliado del reino más magnifico de la Tierra Media? —exclama el rey, muchos negaron —. ¿Quieren ser recordados como los guerreros que vencieron esa apestosa lagartija y que devolvieron la paz a Erebor? —todos asintieron a excepción del príncipe —. Pues entonces ¡levántese pueblo de Erebor!! ¡Su rey los llama a la batalla, su rey les llama para una victoria que recordarán todos los enanos de todos los reinos! — Muchos gritaron, un grito de guerra. Muchos enanos seguirán a su rey para vencer al más despiadado dragón.
Thráin se encuentra alistándose junto a muchos enanos, vistiéndose de metal puro, hierro pintado en un bronce que relucía ante el inclemente sol. Thorin se acerca a su padre el cual le recibe abrazándole.
—Hijo mío! ¿Vendrás conmigo verdad? —el aludido asiente muy seriamente. No dejará que su padre vaya solo a enfrentar a ese dragón.
Thorin comienza a vestirse también, luego iba a despedirse de Eurielle, la cual aún sigue en demencia encerrada en su habitación, pero alguien lo detuvo con una noticia que lo dejó impactado... Eurielle ha caído inconsciente nuevamente y ahora se encuentra en la habitación de Dís. Thorin queda petrificado sin saber qué hacer o qué decidir, su padre se acerca a él montado en un pony.
—¿¡Qué pasa hijo!? ¡Apúrate nos tenemos que ir ya!
—No iré... —dice Thorin bajando la mirada.
—Qué?? —exclama Thráin casi cayendo del pony.
—Es Eurielle... esta inconsciente... me necesita...
—Me vas a dejar por una enana vulgar que...
—No le digas así! —exclama el príncipe botando su armadura —. Eurielle es mi esposa y me necesita! Y yo estaré con ella...
—Has lo que quieras! —le dice el rey dándose la media vuelta mientras un cuerno suena con gran potencia llamando a todos los enanos, saliendo de las tierras de Montañas Azules.
—Adiós padre... que Aulë te acompañe... —susurra el príncipe mirando como una horda de enanos bien armados salían a galope junto a su padre.
Thorin al llegar a la habitación de Dís, esta le recibe con un abrazo y un susurro diciéndole "no te fuiste", él la mira negando con la cabeza para luego mirar a su esposa dormida en la cama de su hermana, mas pálida que nunca.
—No despierta... —dice Dís. Thorin camina hacia la cama sentándose en la orilla observando a su esposa dormir no tan tranquilamente, ya que emanaba calor de su piel, como si por dentro se estuviera quemando. Él reacciona poniéndole paños con agua fría en la frente para calmar la calentura.
—Llamaste a su padre? —pregunta Thorin a su hermana.
—Sí... según sé... ya debería venir junto a Dwalin y Garielle — Thorin asiente.
—Ella ya no porta ese anillo... porque le sigue haciendo daño? —pregunta, pero Dís no le responde.
Por mucho tiempo Eurielle seguía durmiendo, un sueño lejos de ser bueno, pero a su lado se encontraba su esposo, que nunca se apartó de él. Balin por las noches la cuidaba velando su sueño lo más que podía mientras Thorin descansaba un poco en su habitación, ya que no podía llevarse a Eurielle a su lecho debido a que podría ser malo para ella movilizarla, ahora Dís duerme en otra alcoba. Dwalin venía a visitarla de vez en cuando, ya que no le gustaba verla postrada en la cama. Garielle viene todos los días con ramos de flores para que Eurielle sea donde esté en su profundo sueño huela el aroma de la naturaleza.
Muchas noches Thorin al quedarse solo con Eurielle, lloraba amargamente, saber que por culpa de él y su decisión la llevó a esto. Su más preciado tesoro, ahora se encuentra perdido en un mundo en el cual él no está invitado. Nunca le ha rezado a Aulë, pero ahora lo hace, siempre, a cada hora, pidiéndole por su esposa, pidiéndole de que la saque de esto o que lo lleve a él donde ella se encuentre.
Los años pasaron, para ser más exactos, nueve años y Eurielle por fin despertó, sentándose en la cama mirando a su esposo dormir en una silla.
—Thorin... —susurra, el aludido despierta sobresaltado, que al ver a su esposa con una sonrisa él se levanta y la abraza fuertemente.
—Volviste a mí! —exclama mirándola, ella con una sonrisa asiente. Sus ojos ya no expedían nerviosismo ni miedo, menos locura, Eurielle, de verdad ha vuelto.
—Hola mi señor... — dice en lengua enana con una sonrisa.
Después de todo, Eurielle fue más fuerte que el veneno de la maldad del anillo y logró sobrevivir a una tortura que la siguió por mucho tiempo y que ahora rodea al rey Thráin el cual está en camino hacia Erebor.
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