—Ha caído el rey Thrór! —exclama Balin ante la colonia enana y de uno que otro dunlandino que fisgonea de lejos— Salve el rey Thráin! —agrega, todos los enanos le contestan de igual manera mientras el aludido se posa erguido y febril.

Thorin es el encargado de encender una enorme hoguera en representación del rey Thrór ya que su cuerpo no está con ellos. Con una antorcha se acerca al conjunto de paja seca encendiéndola, él retrocede sin dejar de mirar el fuego que crecía en ella. Eurielle le coge de la mano izquierda sujetándolo fuertemente, mientras que a su derecha se encuentra Dís junto a Frerin; la hermana se le ve decaída, triste con los ojos rojos. Como no estarlo, su abuelo el que la consentía ha muerto de una forma horrible, quien sabe con cuantas torturas en su cuerpo y alma.

Frerin piensa en lo humillado que pudo estar su abuelo, la forma en que murió, lejos de su reino y gente, Thorin por su parte, piensa que la muerte de su abuelo fue producto de su enfermedad, su maldición hecha por un dragón que ahora gobierna Erebor.

—Pueblo!! —exclama Thráin con mucho dolor en su voz—, les pido que venguen a su rey! Azog, fue el causante, él debe morir... —sigue mientras mira el fuego consumiendo la paja—. El rey Thrór no debió morir de esa forma... —dice mas para él que para los demás— no tenemos nada que velar, ni que llorar... solo... —agrega mientras recuerda la cabeza de su padre con un semblante de horror pegado en su rostro—. ¡Por eso me dirijo a ustedes!! Pueblo de Durin... —exclama con una voz potente—, ¡venguen a su rey! ¡Por Durin! —grita con furia, el pueblo se levanta— Por Erebor... y por Moria! —Todos los enanos vitorean y aprueban lo que el nuevo rey ha dicho—. ¡Cuatro meses doy... para prepararnos y salir en camino hacia Moria!

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Ha pasado dos meses desde lo acontecido, Nár, que había caído desmayado después de entregar la cabeza del rey, habló con el nuevo rey narrándole lo sucedido y lo poco que sabía sobre la caída de Moria. Lo único que sabía era que todos los enanos que vivían ahí fueron masacrados, muy pocos huyeron hacia Montañas Azules.

Y por el otro lado, cuando se encaminaban hacia Erebor, Thrór, los cincuenta enanos y él, fueron seguidos por orcos, enormes tropas de orcos que les aumentaban por mucho, no tuvieron mas remedio que huir hacia Moria, garrafal elección.

Eurielle, Dwalin y Thorin se encuentran sentados en unos pequeños barriles vacíos de cervezas mirando con aburrimiento el vaivén de la gente. En ese momento, Thorin se le vino un grato recuerdo de Erebor, cuando apenas tenían 18 años de edad, en ese entonces, solo se dedicaban a entrenar o a molestar a los mas grandes.

—Porque tienes esa sonrisa tan tonta? —pregunta Dwalin despertándolo de su ensueño, Thorin lo mira con una sonrisa ladeada—

—Recuerdos... —responde levantándose consiguiendo una espada y dos hachas de una carreta que pasaba cerca de ellos— ¿Que tal si los revivimos? —agrega lanzando el hacha a Dwalin y la espada a Eurielle. Los dos le miran con una sonrisa y al instante ya estaban de pie.

—Las damas primero! —exclama Dwalin haciendo honor a su sobrina, la cual le sonríe y comienza a pelear manipulando tan bien la espada, sus movimientos impecables y una agilidad asombrosa, seguida por Thorin quien solamente le esquiva, pero arrebate contra Dwalin.

Los dos enanos chocan sus hachas tan fuertemente que hizo volar chispas. Eurielle aprovechó eso para hacer una estocada de revés sobre una sola pierna, la cual los dos enanos esquivan rápidamente.

—Eurielle cambiemos! —habla Thorin lanzándole el hacha y ella le lanza la espada, el cambio de peso hace que Thorin disminuya su fuerza, ya que el hacha es mucho mas pesada.

Esta vez es Thorin el que empieza con un corte horizontal de izquierda a derecha para ambos enanos, Eurille lo esquiva y Dwalin lo detiene.

—Esta vez me toca a mi! —dice Dwalin con una sonrisa maliciosa, haciendo que Eurielle y Thorin vigilara los movimientos, esperando el menor movimiento de este—

El tiempo en ese momento era lento al igual que el movimiento de tajo circular sobre una pierna de Dwalin la cual iba para Eurielle, pero la enana reacciona haciendo un corte oblicuo dando una completa vuelta quedando de rodilla apoyando su brazo derecho en su pierna derecha mientras la mano izquierda queda inmóvil con el hacha y la pierna izquierda utilizando la rodilla.

—Wow Eurielle! ¡Has mejorado mucho! —dice Dwalin mirando a su sobrina mientras una leve brisa le rosa el rostro, pero su cabello se desprende del cuero cabelludo haciendo que Eurielle empalideciera. Thorin mira a Dwalin sin saber que decir.

Dwalin ama su cabello tanto como las cicatrices de alguna batalla, las presume como si fuera la mismísima piedra del arca. Cuenta anécdotas con ellas.

—Que les pasa? —pregunta Dwalin al ver a Eurielle y Thorin con la boca abierta.

—Creo... que... —balbucea Eurielle mientras deja caer el hacha— creo que me llaman...

—Quien? ¡No escucho a nadie! —dice Dwalin frunciendo el ceño.

—Sí! Claro... era ... Garielle... —exclama la enana saliendo disparada del lugar. Thorin no aguanta la risa, esta morado y trata de contener la respiración para no explotar.

—Que le pasa? —dice Dwalin ladeando la cabeza—. ¡De seguro necesitaba ir al baño! —agrega riendo mientras observa a su amigo quien ahora se encuentra rojo de la risa—. ¿Y ahora qué tengo en la cara?

—No precisamente en la cara Dwalin... —contesta Thorin sin parar de reír.

—Por Durin Dwalin! —exclama Balin al ver a su hermano—, es un nuevo corte de cabello?

—Cual corte de cabello... —dice un ofendido Dwalin— si amo mi cabell.... —agrega mientras toquetea su cabello, o lo que queda de él. Thorin explota al fin a carcajadas mientras Dwalin se examina. En ese momento cae de cuentas quien fue la culpable de todo esto.

—EURIELLE!!!!! —resuena en toda la colonia.

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Dwalin llega a la casa de Thorin, el cual aún no deja de reír junto a Frerin.

—Será bueno que ella lo haga? —pregunta Dwalin ignorando las carcajadas de los príncipes, Thorin asiente ahogándose aún.

Al pasar a la casa, Dwalin encuentra a Dís, la cual se sorprende al verle y aun mas al verle el cabello.

—Lindo corte— ironiza la princesa levantando las cejas, Dwalin voltea los ojos frustrado de que lo estén molestando tanto, generalmente es él el que molesta.

—No es un corte.... —contesta de mala gana aguantándose los improperios dirigidos a su sobrina ausente.

—Lo sé Dwalin! Eurielle me lo dijo! —exclama Dís entre risas agarrando unas tijeras y una navaja.

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Es de noche, Eurielle se encuentra sentada comiendo fuera de su casa, observando las estrellas, pero una gran sombra le hace pegar un brinquito del susto.

—Con que aquí estabas bandida! —exclama una voz grave entre las sombras, Eurille sonríe con inocencia.

—Lo siento tío... fue sin querer... —dice Eurielle, Dwalin se acerca a ella dejándose ver. Un apuesto enano, ahora con un corte de estilo rudo; rapado a los lados, la mira con una enorme sonrisa. Eurielle se levanta rápidamente para verle mejor observando que no solo se rapó, sino que se tatuó —. ¡Pero Dwalin!

—Son oraciones en nuestra lengua... —contesta Dwalin bajando la cabeza para que su sobrina lo viese mejor.

—Dice, hijos de Durin, fuerza, valor y honor... —cita Eurielle mientras lee las palabras en la cabeza de Dwalin, este sonríe contagiando a la pelinegra.

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Pasa otros dos meses, es la hora de que enanos y enanas se preparen para la batalla. Garielle prepara su arco y el escudo de su esposo, este se encuentra forrándose de hierro.

Frerin agita su hacha de un lado a otro acomodándose al peso de ella. Balin desenvaina su espada aferrándose a ella y orando a Aulë para que todo salga bien. Thráin mira su hacha de plata perdido en sus pensamientos, Dís se pone una armadura seguido de un listón rojo en su cabello castaño claro, luego le pide a Frerin que le ponga con cuidado el cinturón donde posa una espada y luego le pone un carcaj en la espalda mientras ella toma un arco hecho de hierro. Dwalin se despide de las jóvenes enanas dándole a cada una un beso derritiéndolas mientras que Thorin lo observa de lejos con una sonrisa ladeada y abrochándose las mallas ayudado por Nár.

Eurielle, armada hasta las puntas de los pies sostiene una espada fuertemente, decidida a darlo todo.

—Oh no... tu no irás... —dice una voz a espaldas de ella, Eurielle voltea los ojos y suspira ruidosamente.

—Iré... Thorin!

—No voy a entrar en discusión... te quedas aquí, ayudando a los mas ancianos y a mujeres con niños...

—Thorin! Tu no perdiste a tu abuelo nada mas... —exclama Eurielle muy enojada— todos ellos... perdieron a un rey... a nuestro rey... ¡a mi rey! —agrega mientras Thorin se cruza de brazos y la mira seriamente.

—Ya dije Eurielle... ya he pedido que no dejen que montes un pony...

—Thorin! —exclama, pero la mirada furibunda del príncipe la detiene.

—Y si te vas andando lo sabré! —agrega yéndose, subiéndose a un pony y comenzando a cabalgar seguido por muchos enanos, mas de trecientos, vestidos con una reluciente armadura del color del sol.

—Es mejor que te quedes aquí hija... —dice Balin a su hija menor.

—Porqué Garielle si va? —contesta molesta.

—Garielle ya no esta bajo mi tutela...

—Así que tengo que casarme para hacer lo que quiero?

—Creo que estando casada sería lo mismo Eurielle... —habla Frerin montado en un pony—. Esto viene por mandato de Thorin II... —agrega empezando a trotar asta llegar al frente de las filas donde ya Dís, Thráin y Thorin se encuentran allí esperándole.

Al cabo de unos minutos, suena un cuerno, potente y grave lo cual da la señal de que la tropa comienza a marchar.

Dís, suelta un cuervo el cual vuela en dirección al norte, los príncipes lo miran alejarse y comienzan a cabalgar.

—Es una lástima que no te dejen ir sobrina... —dice Dwalin llegando en pony hacia Eurielle quien lo mira con mucho enojo —sube! —agrega haciendo que la joven enana cambiara su semblante.

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Hola!  este cap se dividirá en dos... es muuuy largo. espero que les guste!