Hola!! de aquí en adelante, comienza la maratón... espero que les guste!

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La ciudad del Lago Largo; viviendas pobres hechas con chatarra quemada de antaño, de los cuales le pertenecían a la Ciudad del Valle, adornan cada casa. Los ojos de Aûstryth pasaban de una casa a otra sin perderse ni un detalle adivinando lo que cada rostro de cada persona trataba de contar.

—Aûstryth... —llama Balin— apártate de ahí niña... —agrega señalándole la ventana por la cual observaba todo lo de afuera.

Los enanos han llegado al Lago Largo con mucha dificultad, pero gracias a Bardo lograron pasar ante los ojos de Alfrid; el ser mas despreciable y el primer oficial, sin ser vistos.

—Tomen estas ropas... de algo les servirá... —dice Bardo, dándole a cada enano un conjunto de ropa seca— sé que es muy grande para ustedes, pero es mejor algo que nada... —dice con una pequeña sonrisa de disculpa, Bardo observa a la enana y le entrega un vestido que era de su hija mayor; Sigrid, cuando ella era mas o menos pequeña.

—Gracias... —dice Aûstryth tímidamente. Thorin observa todo para luego hablar.

—Bien... te dimos nuestro dinero... donde están las armas? —pregunta el líder. Bardo le da una señal a su hijo el cual sale corriendo hacia afuera donde una pequeña barca se encontraba flotando en el agua, sacando de ella una bolsa de tela algo pesada para él, pero aun así pudo correr nuevamente hacia su padre con mucha agilidad.

Bardo toma el saco y lo posiciona en la mesa sacando de ella, mazos de construcción, picos, rastrillos... ¿pero armas? ¡Ninguna!

Thorin observa todo sin decir nada.

—¡¿Que es todo esto?!! —refunfuña Dwalin al mirar todo eso.

—Las armas que me pidieron...

—Pedimos armas... no estas cosas!! —exclama Fili con enojo.

—Es lo único que verán aquí parecido a armas... —dice Bardo con mucha paciencia —. El gobernador de este pueblo almacena todas las armas...

—Thorin... —habla Balin— tomemos esto... tu y yo hemos estado en peores condiciones, esto no es la excepción.

El nombre de Thorin, retumbó en la cabeza de Bardo, pero no dijo nada.

—Al menos Aûstryth tiene un arco... —ironizó Bifur, mirándola de reojo que aún seguía observando a la ventana silenciosamente.

—Que ves tanto pequeña? —dice Balin acercándose a ella.

—Qué es eso? —dice señalando un extraño artefacto en lo alto de una columna de piedras como un pilar fuerte en el centro de la Ciudad del Lago.

—Es una ballesta, hecha por los enanos de Erebor... —contesta Balin con mucho orgullo, Thorin se acerca a la ventana observando también la gigantesca arma.

—Para qué era eso?

—Su función era salvaguardar a Esgaroth —explica Thorin— las flechas que ella tiraba eran muy poderosas, tanto que podían atravesar el escudo mas fuerte de cualquier dragón...

—La utilizaron? —pregunta la enana— utilizaron la ballesta cuando Smaug...

—Girion... —habló Dwalin.

—Él pudo romper una parte de la coraza de ese animal! —exclama Bain; el hijo de Bardo.

—No hijo... eso es solo historia! —dice Dwalin entre risas—

—Tu estabas ahí? —pregunta Aûstryth a Bardo, el aludido solo asintió para luego agarrar su abrigo.

—Debo ir hacer algo... —dice el barquero —. Si van a irse, ¡que sea hasta que caiga la noche! Antes... pueden ser descubiertos y todo lo que hice por ustedes será una completa basura — agrega dirigiéndose a los enanos, para luego irse.

—Cómo te sientes? —pregunta Fili a su hermano, el cual sigue cada vez mas pálido. Kili iba a decirle a su hermano que se sentía muy mal, pero al ver la cara de preocupación de su tío, él desistió.

—Estoy bien.. ya pasará... —contesta, mirando fijamente a su tío. Thorin asiente no antes viendo a su amigo Dwalin el cual lo mira negando sobre lo que él piensa que es un caso perdido con Kili.

—Crees que Kili morirá? —pregunta Bilbo a Thorin, éste le mira severamente y niega.

—Él estará bien! —es lo último que dice.

—Creo que es hora de irnos... —dice Dwalin, Thorin asiente.

—No pueden irse aún... —dice Bain, Thorin se acerca a él amenazadoramente.

—Dime chico... donde se encuentran las armas del Gobernador?

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Silenciosamente, los enanos saquean el fuerte hecho de madera, donde muchas armas se encontraban a disposición de ellos. Thorin al ver que su sobrino menor tenía complicación con el peso de varias armas y por la postura que tenía con su pierna lo preocupó aún más.

—Estoy bien... —dice Kili a su tío.

—Puedes con todas estas armas?

—Sí Thorin!

La voz de Kili se escuchaba desesperado, ya que la constante preocupación de todos en el grupo le incomodaba, él es un enano fuerte y con todo el sentido de la palabra "enano", no se iba a dejar vencer por la flecha de un bicho. Pero su fuerza le ha traicionado, debilitándole y cayendo de bruces con todas las armas que sostenía haciendo un infernal ruido. Los ojos de Kili se cerraron de frustración al ver que ha fallado, gritos fuertes de varios guardias se hacían cada vez mas presentes en el fuerte.

Thorin, corre hacia su sobrino tratándole de poner de pie, pero es interrumpido por espadas que amenazaban con atravesar su garganta.

—Lo siento Thorin... —susurra Kili.

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El bullicio de la muchedumbre aturdía a los enanos que eran custodiados por varios guardias, la espera de que llegue el Gobernador se hacía cada vez mas frustrante.

—Lo siento mucho... —dice nuevamente Kili, Thorin le mira sonriéndole.

—No es tu culpa... estas herido...

La puerta de una gran casa se abre en par dejando ver a un ser de poco cabello, gordo y de ropas elegantes, con muchos anillos en sus dedos. El Gobernador ha hecho presencia, la gente calla.

—Quien osa en perturbar mi descanso?? —exclama el Gobernador. Los guardias señalan a los enanos —. ¿Qué hacen 15 enanos en mi presencia?

—No somos 15... —contesta Aûstryth con mucho fastidio al ver que el supuesto Gobernante no sabía diferenciar un enano de un hobbit— somos 14... y él—dice señalando a Bilbo— es un mediano!

—Como sea!! —exclama el Gobernador.

Entre los enanos sale Thorin, cabeza en alto y muy recto.

—Yo soy Thorin, hijo de Thrain, hijo de Thror... —dice, los presentes comenzaron a susurrar— ¡vengo por lo que es mío!

—Erebor le pertenece a Smaug! —exclama Bardo, llegando al lugar —. ¡Tu solamente nos vas a traer destrucción y desolación!

—No tanto como nos trajo tu ascendiente! —dice el Gobernador —. Girion tuvo la oportunidad de eliminar al dragón tres veces y ni una acertó!

El susurro de la gente incrementó aún mas, pero Bardo aún sostenía su punto de vista en contra de los enanos, principalmente de Thorin.

—Recuerdo cuando Ciudad del Valle y Esgaroth eran ciudades ricas y abundantes! —dice Thorin a la gente— Toda ciudad de alrededor tenían que ver con la riqueza y lo próspera que eran... pero todo eso puede volver, si ustedes me dan la oportunidad de reclamar lo que es mío por derecho. Les prometo que cuando Erebor vuelva, ella les traerá riquezas y prosperidad, y las Ciudades volverán a ser lo que eran. —Thorin camina hacia el Gobernador, como todo un rey, el rey de Erebor —. Ahora me dirijo al Gobernador de Esgaroth... ¿usted dejará que la Ciudad del Valle y la Ciudad del Lago, vuelvan a ser prósperas?

Un silencio, comenzó a gobernar en todos, la decisión estaba solamente en el Gobernador, solo él tenía el completo derecho de aceptar o negar.

—Te digo! —habla el Gobernador— Rey bajo la Montaña... BIENVENIDO!! —exclama, los vítores hacia el líder de la compañía incrementaban— BIENVENIDO REY BAJO LA MONTAÑA! ¡QUE TU VISITA SEA GLORIOSA Y LLENA DE PROSPERIDAD PARA AMBAS CIUDADES! ¡CUENTEN CON NOSOTROS PARA LO QUE NECESITEN!

En honor al rey Bajo la Montaña, se ha declarado un festín. Todos los de la pequeña ciudad gozaron, comieron y bebieron como si ya Erebor estuviera en manos de Thorin.

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Ya es muy noche, y la mayoría duerme, solamente Bofur sigue bebiendo y cantando, mientras afuera se encuentra Aûstryth observando con muchos anhelos la gran Montaña Solitaria.

—Es hermosa... —susurra.

—Lo era mas cuando estábamos ahí... —habla Thorin, asustando a la enana. Thorin ríe disimuladamente ante los ojos de odio de la pelirroja —. Disculpa... —le dice refiriéndose al pequeño susto que le propinó.

—No... está bien... —dice una melancólica enana.

—Has estado muy callada desde que llegamos.

—Me preguntaba... si todo va a salir bien... —dice la enana entre suspiros.

—No lo sé... —contesta el enano—. Solo sé que, lucharemos hasta el final por el reino... por mi reino, mi hogar.

—Sabes que yo te apoyo— dice Aûstryth, él asiente sonriéndole para luego besarla.

Los pasos de alguien detrás de ellos, los alerta, Thorin se gira topándose con la mirada furibunda de Kili el cual al ver esa escena, volvió adentro de la estadía, sin decir nada.

—Creo que deberías de hablar con él... —dice Aûstryth, Thorin asiente yendo por Kili.

Dentro de la estadía, se encontraba un Fili preocupado observando la reacción de su hermano menor, golpeaba y pateaba todo lo que encontraba.

—Qué es lo que viste? —se atreve a preguntar Fili.

—Nuestro tío!! —exclama tan fuerte que asusta a Fili, pero ninguno de los enanos, ni Bilbo se despertaron.

—Qué con Thorin?

—Parece que se le ha olvidado a nuestra tía!! —contesta, Fili arruga la frente sin comprender lo que dice.

—No he olvidado a nadie... —contesta Thorin, Kili le mira con mucho enojo en sus ojos.

—Así? ¿Y lo que vi? ¡Parecía otra cosa!

—Qué fue lo que viste? —pregunta nuevamente Fili.

—Tengo el completo derecho a volver a enamorarme. —dice Thorin.

—A enamorarte??!!! —grita Kili aun con más rabia.—Qué pasa con la venganza por mi tía!?

—Tu ni la conociste Kili! ¡No comprendo porque te enoja eso!

—Pues parece que no era necesario conocerla, ya que para ti ¡no fue nadie!

Fili no comprendía el enojo de su hermano, pero algo si sabía muy bien, y es que el veneno de la flecha le está jugando una mala pasada.

—Cálmate Kili... —dice el hermano mayor.

—No me digas que me calme!

—Yo amé en cuerpo y alma a tu tía... —dice Thorin en defensa. Tal vez, él en gran parte tiene la culpa de que Kili reaccione así, ya que muchas veces le contó sobre ella, tanto, que era como si ella estuviera aun viva.

—No parece!

—Kili...

—Prefieres revolcarte con ella en vez de cumplir con tu palabra? —suelta, haciendo enfurecer al rey. Si no fuera por Fili, que se interpuso entre ellos, Kili estuviera al menos con una mejilla hinchada.

—No te atrevas a decir eso otra vez! —le amenazó el líder de la compañía— puedo ser tu tío, pero sobre eso soy tu rey! —agrega para luego irse del lugar.

El dolor del veneno comenzó a triturar a Kili preocupando a su hermano mayor, pero el menor de los hijos de Dís siguió con la postura sobre el romance entre Aûstryth y su tío.

Al día siguiente, lo enanos despiertan bien temprano, aun estando mucha neblina sobre el lago, pero entre más rápido salgan de la ciudad mas rápido podrán encontrar la entrada secreta de Erebor. Aûstryth sigue bostezando, arropada con los abrigos de Thorin y de ella, con arco en mano. Bilbo de igual forma, pero más despertado que la enana.

El Gobernador reúne a todo el pueblo, para despedirlos, mientras una música alegre suena, Fili junto a Bifur y Gloin meten armas a la barca, la cual fue regalada por el mismo Gobernador.

Cuando ya han metido lo necesario, comienzan a meterse en la barca.

—Tu no... —dice Thorin a Kili, el cual sigue muy mal.

—Qué? —dice Kili sin poder creer lo que dice —. Claro que iré...

—No... —le vuelve a decir, Kili observa a Aûstryth con enojo—. No es ella... lo digo yo, porque te quiero...

—Ahora me hablas como mi tío?

—Sí... podrás llegar cuando te sientas mejor...

La decisión de Thorin, no agradó a Kili, pero no objetó más. Por su parte Dori, comentó en quedarse junto al príncipe para curarle lo mas rápido que pudiera, pero Fili entre refunfuños de su tío, se quedó con su hermano.

—Él es mi hermano... él esta primero que todo! —exclamó el mayor de los hijos de Dís a Thorin, para luego seguir a su hermano.

La mirada de Balin, hizo que Thorin se preocupara por la vida de Kili, pero no podía arriesgar la única oportunidad que tiene para recuperar Erebor, así que dejó a un lado sus sentimientos y comenzó a andar la barca con ayuda de Dwalin y Bombur.

Entre la muchedumbre que miraba alejarse la barca, se encontraba un enano; Bofur, se ha despertado tarde y ahora la barca lo ha dejado en el lago.

—Varios amigos tuyos quedaron aquí... —dice una mujer al enano.

—Por donde se han ido? —pregunta muy eufórico.

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En el camino, la luz del sol ha salido, dejando que los cuerpos de los presentes en la barca se calentaran. La mirada triste de Aûstryth desconcierta a Bilbo, provocando que este fuera hacia ella.

—Estas bien? —pregunta curiosamente, la pelirroja asiente desanimadamente—. Has estado muy callada... mucho diría yo...

—Kili me odia... —suelta, Bilbo la mira sin comprender— él nos vio besándonos...

—Tu... —tartamudea— tu con quién? — pregunta, pero la vista de la enana contestó la pregunta; al frente de ellos se encontraba un silencioso Thorin observando hacia el horizonte, o mejor dicho, la gigantesca y majestuosa Montaña Solitaria con ojos soñadores. Bilbo comprendió todo con esa mirada.

—Kili cree que he usurpado el puesto de Eurielle...

—Yo pienso todo lo contrario... —dice Bilbo. Aûstryth le mira—. Thorin tiene el derecho de volver a ser feliz... y tu eres una enana hermosa, digna de ser parte de la vida de él.